Contenido:
Organigrama Despliegue territorial Alto mando
Contenido:
Ingreso a la institución Armas y servicios Especialización
Contenido:
Combates y batallas
Héroes
Días de las Glorias del Ejército y Parada Militar
Efemérides
Período Hispano-Indígena
Ejército del Reino de Chile
Primer Ejército Nacional
Organización de la República
Guerra Contra la Confederación Peru-Boliviana (1836-1839)
Pacificación de la Araucanía
Guerra con España (1866)
Guerra del Pacífico (1879-1884)
Consecuencias de la Guerra del Pacífico
Guerra Civil de 1891
Siglo XX
Comandantes en Jefe
Mini Sitio Bernardo O`higgins
Mini Sitio Juramento a la Bandera
Contenido
 
 
 
 
   
 
   
Combates y Batallas
INDEPENDENCIA / GUERRA CONTRA CONFEDERACIÓN PERÚ BOLIVIANA / GUERRA DEL PACÍFICO  

Batalla de Yungay

Después del combate de Buin, el General Manuel Bulnes prosiguió su retirada durante la noche y, a mediodía del 7, llegaba al campamento de San Miguel delante de Caraz. Se reunió allí al grueso del Ejército y se realizaron enseguida los reconocimientos al enemigo, que también hacía lo mismo, y los trabajos de fortificación consiguientes. Mientras tanto, los guerrilleros acechaban por todos lados, dificultando el aprovisionamiento de las tropas. Se pensaba que el Mariscal Santa Cruz no atacaría, sencillamente porque no necesitaba hacerlo. También se estaba consciente que era imposible mantenerse en San Miguel por muchos días, y que la retirada o él reembarco, constituirían un desastre mayor. Los chilenos entonces, se mostraron resueltos a pasar al ataque. Gamarra y los demás jefes peruanos, aun cuando reconocían la imposibilidad de mantenerse a la defensiva, se manifestaron más reservados. Al día siguiente, Santa Cruz, ya al tanto de las resoluciones anteriores, ocupaba una posición en la zona de Yungay-río Ancash. Este río corre de este a oeste, al norte de la población de Yungay. A pesar de que su caudal no es considerable, constituye un obstáculo importante debido a la pendiente abrupta de sus riberas, especialmente la del costado sur. Al N.E. se yergue el cerro Punyán. Una estribación suya hacia el S.W. forma un montículo casi aislado, sumamente escarpado y conocido como cerro Pan de Azúcar. El terreno desciende, en general, hacia el N.W.

El día 16, una gruesa columna confederada se aproximó hasta unos tres cuartos de legua: se trataba de un reconocimiento dirigido personalmente por Santa Cruz. El enfrentamiento era inminente. En la mañana del 20 de enero, el Ejército Protectoral – 6.100 hombres – ocupaba la posición elegida. El general Anselmo Quiroz, con 5 compañías (600) plazas en el cerro Pan de Azúcar (3 de ellas, en la pequeña plazoleta de la cumbre y las 2 restantes en las lomas vecinas de Punyán). La línea principal corría paralela al Ancash y estaba protegida por la barranca de 15 metros de altura que bordea su ribera sur y por la muralla de piedra y barro que había ordenado construir Santa Cruz. Formaba el ala derecha la división boliviana del general Ramón Herrera, apoyando su flanco derecho en los cerros de Ancash, con 2 batallones en primera línea y 2 en segunda línea. El ala izquierda estaba constituida por la división del general Tristán Mora, con dos y medio batallones en primera línea y uno en segunda. Su extrema izquierda tocaba en el río Santa, entonces invadeable. La caballería (600 jinetes) fue ubicada a la espalda de la infantería, en la planicie situada entre la ribera sur del Ancash y el pueblo de Yungay. Santa Cruz se ubicó atrás, en una loma que le permitía abarcar el desarrollo de la batalla y dirigirla.

A las cinco de la mañana del citado día, salió el Ejército Restaurador en dirección al Ancash.

Bulnes ordenó al comandante Pablo Silva, del batallón Aconcagua, que despejara las alturas y las laderas del Punyán. Las dos compañías que las ocupaban se replegaron sobre el Pan de Azúcar luego de un breve tiroteo. A su vez, Bulnes envía a una columna de 400 hombres, bajo el mando del coronel Jerónimo Valenzuela, en dirección al citado Pan de Azúcar. Los soldados emprendieron la dificilísima ascensión del cerro, con ayuda de su fusil, sorteando a las piedras que rodaban desde lo alto y las descargas de fusilería de los bolivianos. Fuertemente diezmados, los soldados chilenos lograron llegar a la cima del Pan de Azúcar. En sus filas había marchado la cantinera Candelaria Pérez, que ese día se batió como el más intrépido de los soldados del Ejército Restaurador. A las 10 de la mañana, el sargento del batallón Valparaíso, José Segundo Alegría, clavó el tricolor nacional en la cumbre del disputado cerro. Las compañías adversarias que defendían su posición, perecieron todas, y con ellas, el general Quiroz que las mandaba y sus oficiales.

Santa Cruz ordenó que el batallón N°4 cruzase el Ancash y atacase a las fuerzas chilenas por la espalda. Advertido de esta maniobra, Bulnes dispuso que le saliera al encuentro el Colchagua. El comandante Urriola guió a su gente al abrigo de unos matorrales, recibió al batallón enemigo con una descarga colectiva y eliminó la tercera parte de sus efectivos. El N°4 armó la bayoneta y cargó con tal ímpetu sobre el Colchagua que fue necesario reforzar a este último con 5 compañías del Portales. El batallón boliviano se vio obligado a retroceder y a lanzarse sobre las aguas del Ancash, mezclado con sus perseguidores hasta la ribera opuesta.

Envueltas por todos lados, las fuerzas chilenas debieron replegarse y repasar el río con grandes pérdidas. Capturado el Pan de Azúcar, el General en Jefe dispuso un ataque frontal a la posición. Los batallones Carampangue, Colchagua, Portales, Aconcagua, Valdivia, Cazadores del Perú y medio batallón Huaylas se precipitaron al cauce profundo del Ancash. Los atacantes, ya disminuidos en la difícil ascensión de la barranca del río, eran el blanco de las descargas de los fusiles enemigos apostados detrás de las tapias. Los nuestros habrían sufrido un descalabro mayúsculo, a nos ser por la notable actuación de la artillería propia. Efectivamente, mientras los disparos adversarios pasaban por alto, los 5 cañones del coronel D. Marcos Maturana – emplazados en la altura del Puyán – demolían la pirca que servía de abrigo a la infantería enemiga. El otro cañón estaba en la extrema derecha, a las órdenes del general Castilla. A pesar de ello, las fuerzas adversarias no cesaron sus ataques, hasta que el batallón Portales, que llevaba más de 4 horas de extenuante lucha, empezó a ceder. Las demás fuerzas chilenas también sentían el agotamiento y se lanzaban al Ancash en medio de una confusión indescriptible. Pero justo en aquel momento, emerge la figura del general Bulnes, quien conservaba toda su presencia de ánimo y que contaba con la caballería y con dos y medio batallones de infantería en la reserva. Junto a Bulnes, aparece el coronel Don Fernando Baquedano, que se destacó por su bravura y coraje en el campo de batalla. Ya hacia las cuatro de la tarde, la victoria era total.

Para obtener más información de la Batalla de Yungay haz Click Aquí
Buscador
Links Relacionados
Museo Histórico y Militar de Chile
Departamento de Historia Militar
Principales Museos Militares
Calendario de Efemérides Institucionales
Día de las Glorias del Ejército y la Parada Militar
  Combates y Batallas
  Héroes
  Manual de Conservación de los Museos Históricos del Ejército
  Cuartel de los Niños
  Bernardo O’Higgins
  Juramento a la Bandera
Ejército en Línea
Noticias
Publicaciones
Reportajes y Entrevistas
Discursos
 

Subir
| Nuestro Ejército | El proceso de Modernización | Nuestra Fuerza | Presencia Internacional | Cooperando al desarrollo |
| Contribuyendo a la unidad nacional | Cuartel de los niños | Multimedios | Alto Mando |

Central Telefónica del Ejército
Teléfono: 6934000 - 6935000
correo@ejercito.cl - relaciones.publicas@ejercito.cl

Intermedia