ANTOLOGÍA DEL MARIACHI Y EL TENAMPA

En época remota, perdida en el tiempo, los indígenas cocas fundaron en la cima de uno de los cerros localizados entre Guadalajara, Chapala y Acatlán de Juárez, la congregación denominada Cocollan.

Varios años después los habitantes de Cocollan determinaron, con su jefe Tzitlali, mudarse de lugar para establecerse, en el año de 1519, en la serranía arriba de Estipac. Aprovecharon la circunstancia para cambiarle el nombre por Cocolan.

Se le dio el nombre de provincia de Ávalos a la región que fue conquistada por Alfonso de Ávalos, a la cual perteneció Coculan. En el año de 1527, una tromba arrasó el poblado indígena de Coculan, obligando a las familias a mudarse. Bajaron de la sierra a la planicie, donde actualmente se encuentra la población de Cocula.

En cuanto a su música, los instrumentos primitivos de los cocas fueron pocos y rudimentarios: el teponaztli, el huéhuetl, así como los caracoles, los pitos y las flautas que se utilizaban para sus fiestas religiosas, con los cuales más tarde formaron el conjunto llamado chirimía. Así llegamos hasta el mariachi, un grupo que interpretaba música autóctona y cuyo nombre corresponde al idioma coca.

Con la introducción española del violín, la conducción indígena de la vihuela y el guitarrón, incorporados al pito y a la caja, el mariachi se convirtió en un conjunto híbrido, que pronto se popularizó en las poblaciones circunvecinas, hasta que con el paso del tiempo, traspasó los límites de Jalisco.

Cabe hacer notar que algunos historiadores han expresado que el vocablo mariachi es un derivado de la palabra "mariage" del idioma francés, que significa matrimonio. Según esa teoría, la palabra se originó porque los soldados franceses de la intervención acostumbraban celebrar sus bodas con esa música regional.

Dato totalmente falso, ya que la intervención francesa causó tan profundo disgusto en toda la comarca, que los soldados de aquel país eran frecuentemente hostigados, insultados y hasta golpeados por las mujeres de la región, así que los lugareños no podrían aceptar que a sus grupos musicales, los güeros le pusieran el nombre de una palabra en francés.

Estos conjuntos musicales, nos dice Hermes Rafael, desempeñaron un papel muy importante en el origen del mariachi, que en su lengua significa "lo que suena a corrido" y en francés "mariage" significa bodas o matrimonios pronunciación muy parecida pero tienen distinto origen y no hay razón para confundirlas.

El más antiguo mariachi del que se tienen datos precisos, data de 1880, dirigido por el músico y compositor José García, natural del barrio de la Ascensión, considerado como maestro e impulsor del auténtico mariachi coculense. Fue el maestro García quien enseñó a varios músicos locales, cómo formar mariachis y cómo tocar la música de los sones adecuada a ellos. En el año de 1900, en Cocula había tres buenos mariachis: el de José García, el de Leocadio Cabrera y el de Justo Villa.

En septiembre de 1905, Juan Villaseñor administrador de la hacienda La Sauceda, ubicada en el municipio de Cocula, por instrucciones de la familia Palomar, propietaria de dicha finca, llevó a Guadalajara y de ahí a la ciudad de México al mariachi de Justo Villa, para que tocara el 15 de septiembre, en el onomástico del Presidente General Porfirio Díaz y además a que participara en las fiestas patrias de aquel año.

Éste fue el primer conjunto de músicos autóctonos llegados a la capital procedentes de Jalisco y fue también el punto de partida del mariachi coculense. Al año siguiente, Justo Villa volvió a la ciudad de México, acompañado en esta ocasión por Cristóbal Figueroa, Chon García y Mariano Cuenca. Tocaban, respectivamente, la vihuela, el guitarrón, el primero y el segundo violín. Este grupo era conocido en Jalisco con el nombre de Cuarteto Coculense, ellos no hicieron presentaciones espectaculares, debido sin duda, a su pobre indumentaria de campesinos con huaraches, sombreros de palma, cotones y calzones largos de manta.

En el mes de octubre de 1907, llegó a la ciudad de México, otro mariachi coculense dirigido por Cesáreo Medina; esto es, un conjunto más numeroso de músicos, para formar un verdadero mariachi, término nunca antes usado fuera de Cocula, Zacoalco, Tonalá y Sayula, para que actuara en la fiesta de honor que el presidente Porfirio Díaz ofreció al Secretario de Estado Norteamericano, señor Elihu Root, en una visita de buena amistad, que hizo a las ciudades de México y Guadalajara.

En 1910, la plaza de Garibaldi, tenia un jardín al centro, y ya era conocida con ese nombre. Antiguamente se le llamaba Pila de la Habana. Se le cambió el nombre para honrar al Teniente Coronel José Garibaldi, quien se enroló en las filas maderistas y participó en el ataque a Casas Grandes, Chihuahua.

Además de su profesión de militar, Garibaldi era muy aficionado a la música, y le gustaba ayudar a los artistas ambulantes. Como un reconocimiento a sus cualidades y a su compromiso con México, surgió la iniciativa de bautizar a la plaza con su nombre.

El principal causante de la transformación de la Plaza Garibaldi, fue el dinámico coculense Juan Indalecio Hernández Ibarra. Era miembro de una familia de mediana posición económica, sus padres fueron Pedro Hernández y Apolonia Ibarra. Un día Don Juan decidió salir de Cocula, para probar suerte en la ciudad de Guadalajara. Se dedicó al negocio de las antiguas tiendas-cantinas tan en boga en aquellos tiempos.

Al paso de los años Juan Hernández decidió cambiar de ambiente y llega a la ciudad de México en 1923, para establecerse en las calles de Honduras, a un costado de la Plaza Garibaldi. Abrió ahí un negocio similar al que tenía en Guadalajara, al que puso por nombre El Tenampa.

La discusión con respecto al nombre El Tenampa ha sido larga y muy dividida. Unos dicen que era la marca de un habanero ya desaparecido. Otros, que así se llama un río de España. Otros más, que es el nombre de una ranchería de Veracruz. O que es una derivación del vocablo tenampal que quiere decir lugar de reunión. Hay quienes piensan que es una combinación de palabras: tenebra, tenebroso y hampa.

Al principio Don Juan Hernández, trajo a El Tenampa gente de su tierra, para que ofrecieran a los parroquianos, los ricos platillos jaliscienses: la birria, el pozole, las tostadas, los tacos y las enchiladas, mientras que su esposa Amalia Díaz de Hernández, preparaba el ponche de granada y arrayán, que muy pronto se hizo famoso en aquel rumbo. Don Juan trajo también de su Cocula, algo muy típico de allá: el mariachi.

Por el año de 1923, el jalisciense Ignacio Reynoso Solórzano, frecuentemente contrataba el mariachi para los jaripeos, las peleas de gallos, y las fiestas de las pizcas que cada año organizaba en el rancho de su padre, o para reuniones familiares, donde se bailaba y se ofrecían sabrosas botanas, como el queso de puerco y el pico de gallo compuesto de frutas diversas, para acompañar al buen tequila.

El Lic. Ignacio Reynoso, habiendo establecido su residencia en la ciudad de México, promovió la llegada del mariachi de Concho Andrade, que arribó a la capital el 25 de julio de 1925. Al día siguiente, hicieron su presentación en el restaurante "La Bombilla", lugar histórico porque ahí fue asesinado el general Álvaro Obregón, cuando celebraba el onomástico de su amigo el diputado federal Alfredo Romo.

Cuando Juan Hernández, tuvo noticias de la visita a la capital de su paisano Concho Andrade, quien venía al frente de su mariachi, no tardó mucho en localizarlo para platicar con él y convencerlo de que se fuera a trabajar a su cantina, en la forma como siempre lo han hecho los mariachis en Cocula.

Concho aceptó la propuesta de su paisano, y como una ironía del destino, mientras él y sus músicos inauguraban una enorme tradición capitalina en El Tenampa, la población de Cocula, era escenario de cruentos combates entre las fuerzas armadas de los llamados cristeros, contra los soldados federales. Concho Andrade tuvo que hacer ajustes necesarios en el grupo, porque algunos de sus músicos querían quedarse y otros deseaban regresar a Cocula a proteger a sus familias.

Por lo tanto el primer mariachi que llegó realmente a Garibaldi, fue el de Concho Andrade. Él tiene el mérito de haber sido el primero en tocar en la cantina El Tenampa.

A finales del año 1927, Concho llevó a su compadre Cirilo Marmolejo a tocar también en ese centro. Mientras uno de los grupos tocaba dentro del local, el otro complacía a la clientela en la plaza. De esta forma el mariachi empezó a ser un fenómeno nacional y su punto de identificación sería, en adelante, la Plaza de Garibaldi.

La habilidad musical de Concho Andrade, fue reconocida en todo el país, en una época en que no había muchos medios de comunicación. Con su extraordinaria tenacidad, se convirtió en fundador de un gremio de más de tres mil músicos y en edificador del Garibaldi que todos conocemos ahora. Concho Andrade murió en la pobreza en el año de 1943.

A partir de 1930, por decreto oficial del entonces presidente Abelardo Rodríguez, la charrería fue instituida como deporte nacional. En el año 1933, el General Abelardo Rodríguez trajo a la capital el mariachi coculense de José Reyes y le exigió al grupo que vistiera el traje de charro, tan de moda en ese tiempo, para sus presentaciones.

El Mariachi de José Reyes, por primera vez porta el traje de charro tocando también en El Tenampa, en Chapultepec y en la Alameda Central, alternando con la Orquesta Típica del músico y compositor Miguel Lerdo de Tejada, quien tenía una estrecha amistad con músicos de Cocula.

A mediados de los años 30, empezaron a surgir los grandes solistas de la canción bravía mexicana como Tito Guízar y Lucha Reyes..... Posteriormente llegaron el charro cantor, Jorge Negrete. Pedro Infante, el ídolo de México. Lola Beltrán, la señora de la canción ranchera. El tenor continental Pedro Vargas y su estimado compadre Agustín Lara. José Alfredo Jiménez, destacado canta-autor del Estado de Guanajuato. La Tariácuri, Amalia Mendoza. El rey del falsete Miguel Aceves Mejía. La melodiosa voz de Javier Solís. La Sonorense, Lucha Villa. El charro de Huentitán, Jalisco, Vicente Fernández y muchos cantantes más han pasado por El Tenampa, todos ellos acompañados por los mejores grupos de mariachis.

A partir de aquella fecha, varios han sido los conjuntos que, procedentes tanto del mismo Cocula, como de otros lugares de Jalisco y diversos estados del país, han visitado la gran ciudad de México. Su punto de concentración general, ha sido siempre El Tenampa y la típica Plaza de Garibaldi; pero además, han recorrido la República Mexicana y han triunfado por todas partes del mundo.

En el ámbito cultural, el origen del mariachi ha sido motivo de numerosas controversias, ya que algunos pueblos se disputan el privilegio de ser su cuna; pero puede probarse, de acuerdo a los estudios de varios investigadores como los de José Dávila Garibi, Rafael Méndez Moreno, Gutiérre Tibón, Jonathan Clark Miller y Hermes Rafael entre otros, que su origen fué en Cocula.

Aquí cabe recordar una frase de la poeta María de la Luz García, que nos dice:

" Al mariachi le salen más madres, que al vinagre de piña ".

En reconocimiento a Cocula, que diera a México este arte autóctono, que es canto y poesía, se estrenó una hermosa canción que lleva su nombre, con letra de Ernesto Cortazar y música de Manuel Esperón, esta canción, se dio a conocer en 1943 en la película El Peñón de las Ánimas, que fuera el debut de María Félix en el cine y con la figura incomparable del Jorge Negrete.

México nos ha dado grandes maestros de la música popular mexicana como: Manuel M. Ponce, Miguel Lerdo de Tejada, Esparza Oteo, Mario Talavera, Ignacio Fernández Esperón (Tata Nacho ) entre otros, que aunada a los arreglos llevados de una manera moderna, fina y delicada de los músicos: Blas Galindo, Pablo Moncayo, Chucho Ferrer, Rubén Fuentes, Chucho Zarzosa, Luis Cobos y muchos más, magnificaron la grandiosidad de su inspiración.

Junto con el mariachi, El Tenampa ha quedado plasmado para siempre en el panorama musical y cultural de México como el lugar más típico de la capital, un lugar de recreo al que acuden reyes, princesas, presidentes, primeros ministros, mandatarios de todas las jerarquías imaginables, políticos, artistas e intelectuales, para impregnarse, ahí un poco del espíritu de nuestro país.

Y es que El Tenampa representa muchas de las mejores cosas que tiene el mexicano: su alegría de vivir, su música, sus tradiciones, sus bebidas típicas, su hospitalidad, su generosidad de corazón y su hermandad real con todos los pueblos.

El Tenampa sigue siendo, como lo ha sido ya por muchas décadas, el lugar obligado cuando se visita la capital, porque es un remanso de sana alegría de la gran ciudad, un lugar para escuchar a un auténtico mariachi, para sentir y vibrar con él las cuerdas más sensibles del alma humana, a través del idioma universal de la música.

Que hoy, como ayer y siempre, se vista nuestro país de orgullo y de satisfacción, elevando así los lazos de amistad que existen entre los pueblos de todo el mundo, con nuestra música popular mexicana.

Autor y Productor
Gerardo Rodríguez Chávez
Marzo de 2003
Basado en los libros:

"Apuntes Sobre el Pasado de mi Tierra" de Rafael Méndez Moreno 1961.
"Origen e Historia del Mariachi" de Hermes Rafael 1982.
"Los Primeros Mariachis en la Cd. de México" de Hermes Rafael 1999.
Reportajes de varios periódicos de las ciudades de Guadalajara y México, D.F.
Grabaciones e investigaciones en la población de Cocula por Gerardo Rodríguez Chávez 1977-2003.