El FC Rubin Kazan protagonizó una de las grandes sorpresas de la competición después de derrotar al vigente campeón de la UEFA Champions League, el FC Barcelona, por 1-2 en el Camp Nou.  El campeón ruso comenzó el encuentro de manera inmejorable gracias a un gran tanto en el minuto 2 que desconcertó el juego local, pero en la segunda parte el Barça recobró su mejor juego para lograr el empate de la mano de Zlatan Ibrahimović. Sin embargo, Gökdeniz Karadeniz marcó en un gran contraataque para dejar al conjunto ruso con cuatro puntos, los mismos que el Barça, en el Grupo F.

Pedro, gran novedad
En la rueda de prensa previa al encuentro, Josep Guardiola, técnico del vigente campeón, aludió a la importancia de estos tres puntos debido al calendario que le resta al Barça en la fase de grupos (viajes a las gélidas tierras ucranianas y rusas además de la visita del FC Internazionale Milano), y este factor se dejó notar en la alineación local, donde apenas existieron las famosas rotaciones. Sólo el joven canterano Pedro Rodríguez se coló en un once plagado de titulares y en donde no faltaron Lionel Messi y Ibrahimović. Por parte del campeón ruso, destacó la presencia en el centro de la zaga del español César Navas, ex jugador del Real Racing Club, y del argentino Alejandro Domínguez como única referencia ofensiva.

Salta la sorpresa
Como debutante en la competición el Rubin podría haber comenzado el partido con el llamado 'miedo escénico' que acuñó en su día Jorge Valdano, pero nada más lejos de la realidad. Sólo habían transcurrido dos minutos y el Rubin puso patas arriba el Camp Nou con un golazo desde fuera del área de Aleksandr Ryazantsev. No se descompuso el Barça, que siguió con el plan previsto, y fruto de ello Ibrahimović dispuso de la primera ocasión para lograr el empate en el 4', pero su flojo disparo fue bien detenido por Sergei Ryzhikov. A pesar de todo, le costó al Barça crear peligro debido al planteamiento defensivo del Rubin, formado por dos líneas de cuatro jugadores muy juntas y compactas.

Sin alegría
Un disparo desde fuera del área de Daniel Alves fue de las escasas acciones destacadas de un Barça que movió el balón a su antojo sin concretar jugadas de peligro, mientras el Rubin, ajeno a su condición de debutante en la competición, aún pudo llegar en un par de ocasiones con cierto peligro a las inmediaciones de Víctor Valdés. Pedro, muy activo en la banda izquierda, gozó de una buena ocasión con un cabezazo que mandó con apuros Ryzhikov a saque de esquina en el 24', pero apenas se dieron más oportunidades y el Barça que se fue al descanso sin encontrar una respuesta que explicase la ausencia de su habitual alegría en el juego.

Ibrahimović pone el empate
No obstante, el encuentro arrancó en la segunda mitad de forma completamente inversa a la primera ya que comenzó con el tanto del empate del Barça. Xavi elevó el esférico por encima de la defensa ante el desmarque de Ibrahimović, que dentro del área controló con el pecho para enganchar un brillante disparo ajustado ante el que nada pudo hacer Ryzhikov. Las aguas volvían a su cauce en el Camp Nou. Más todavía cuando por fin el Barça trenzó su primera gran jugada colectiva que finalizó con un potente remate de Pedro desde dentro del área que rechazó bien el portero en el 59'.

Golpe definitivo del Rubin
Parecía cuestión que el Barça marcaría el segundo tanto, pero el Rubin dio la campanada con un inesperado gol. Dominguez comenzó un gran contraataque y cedió el esférico a la carrera de Gökdeniz Karadeniz, que no falló ante Valdés en el 73'. Tras el tanto, el encuentro se convirtió en un asedio a la portería rusa e Ibrahimović y Yaya Toure mandaron el balón a la madera en dos inmejorables ocasiones. El Barcelona se volcó con más corazón que cabeza, pero no encontró portería y cosechó su primera derrota en la presente edición de la UEFA Champions League.