Pronóstico para los alimentos: precios altos

Decisiones de los agricultores de EE.UU. son clave

Por Liam Pleven

[EE.UU.] Steve Jones para The Wall Street Journal

Mike Sturdivant Jr. ha decidido repartir su granja de 4.000 hectáreas en Mississippi entre cultivos de maíz, soya y algodón.

Las semillas de un sostenido auge de los precios de los alimentos están por sembrarse en Mississippi, Nebraska y otros estados agrícolas en todo Estados Unidos.

En momentos en que los agricultores estadounidenses se preparan para plantar sus próximas cosechas, deben decidir cuánto y qué plantar.

Dado que los precios de toda clase de cultivos, desde maíz a algodón, están al alza, la mezcla general de producción probablemente será similar a la del año pasado, en lugar de concentrarse en un único cultivo, una medida que reduciría su precio.

En años anteriores hubo algunos cambios significativos en la cantidad de hectáreas plantadas, pero para 2011 los analistas prevén apenas modificaciones menores cuando el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) publique una encuesta sobre las intenciones de los agricultores el mes próximo. Sólo una cantidad limitada de tierras sin cultivar pueden destinarse a producir, lo que limitaría aún más la oferta.

Eso podría ayudar a prolongar el boom de los precios de las materias primas, durante el cual los futuros del maíz han dado un salto de 92% en el último año, la soya subió 44%, el trigo ganó 69% y el algodón, 162%.

A medida que se intensifican los temores respecto a las reservas mundiales de alimentos, las decisiones sobre qué plantar son clave. EE.UU. provee más de la mitad de las exportaciones globales de maíz y más de 40% de las de soya.

Mike Sturdivant Jr. planea dividir la granja de su familia de más de 4.000 hectáreas en Mississippi entre parcelas de maíz, soya y algodón, en casi la misma proporción que en 2010.

"Creemos que tenemos garantizada una posibilidad razonable de obtener ganancias", indicó el agricultor, que prevé comenzar a sembrar el próximo mes.

Las decisiones de Sturdivant muestran cómo el auge de precios de los commodities se autoalimenta, y cómo podría poner bajo presión las reservas en los meses venideros. También significa que para volver a llenar las despensas del mundo a niveles cómodos serán necesarias cosechas récord.

"Sería imprescindible registrar retornos muy sólidos, si no récord, para lograr eso", advirtió Alex Bos, un analista de Macquarie Group Ltd.

A medida que el alza general de los precios agrícolas ganaba impulso en los últimos meses, había esperanzas de que las cosechas fueran abundantes en otras regiones agrícolas importantes, como América del Sur o Australia, lo que podría aliviar la escasez de la oferta de ciertos cultivos, obligando a los agricultores estadounidenses a aumentar la producción de otros.

Sin embargo, en muchos países los cultivos se vieron perjudicados por el mal tiempo, lo que mantuvo los precios por las nubes.

La demanda constante ha erosionado las reservas globales, que se usan para asegurar un flujo estable de alimentos y protegerse contra las crisis.

Las existencias actuales de maíz representan alrededor de 5% del uso anual, muy por debajo del promedio de 13,6% durante los últimos 15 años, según datos de EE.UU.

Para recuperar los niveles promedio de reservas, los agricultores estadounidenses deberían plantar de tres millones a 4 millones de hectáreas extra de maíz, estima Joseph Glauber, el economista jefe de USDA. Reestablecer las existencias de soya requeriría entre 1,2 millones y 1,6 millones de hectáreas adicionales, algo que no parece probable este año.

En el pasado, los agricultores estadounidenses pasaron millones de hectáreas de un cultivo a otro. En 2007, sembraron seis millones de hectáreas más con maíz que en 2006, un aumento de 19% —a expensas de la soya y el algodón— en medio de la sólida demanda de maíz para producir etanol.

Este año, las expectativas son más modestas. Macquarie predice que los agricultores estadounidenses plantarán casi 37 millones de hectáreas de maíz, casi un millón más que el año pasado.

El USDA, en tanto, estima que los agricultores de EE.UU. plantarán 37 millones de hectáreas de maíz. También prevé que planten unos 31,5 millones de hectáreas de soya, casi igual que el año pasado. Estas predicciones estadísticas son independientes de los resultados de la encuesta que se llevará a cabo el próximo mes.

Otro obstáculo para expandir la oferta es la dificultad de poner a producir nuevas tierras. Lleva años limpiar y preparar grandes extensiones fuera de EE.UU., como en la ex Unión Soviética y América del Sur, indicó Bos, de Macquarie.

Una cosecha especialmente abundante en EE.UU. aliviaría algunas de las presiones sobre suministro, y causaría un descenso en los precios de los commodities. Lo mismo podría suceder si se registran cosechas sólidas en Rusia, China y otros lugares.

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