Laura Guerrero no existe. Es el nombre de la guapa protagonista de Miss Bala, una película mexicana que estos días se presenta en el festival de Cannes. Marisol Valles sí existe. Es el nombre de una muchacha de 20 años que a finales de octubre de 2010 nos conquistó al aceptar un cargo para el que ningún hombre de su pueblo había tenido suficientes arrestos: jefa de policía de Práxedis G. Guerrero, un municipio de 3.400 habitantes situado junto a Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos, sin duda uno de los lugares más peligrosos del mundo. Ambas tenían pequeños sueños. La ficticia Laura Guerrero quería ser la mujer más guapa de Baja California, apenas unos minutos de gloria local y unos cuantos pesos para comprarse ropa en San Diego. La real Marisol Valles solo quería ser jefa de policía de su pueblo, patrullar sin armas por la mañana, cuidar a su bebé por la tarde, terminar sus estudios de Criminología y, si acaso, lanzar el mensaje de que, en México, aún existe un rincón para la gente valiente. Miss Bala y Miss Valentía. No pudo ser.