Nuestros participantes de la Movida de esta semana coincidieron en que hay un distanciamiento de Estados Unidos frente a Colombia, pero discreparon en el grado de distancia y en su conveniencia. Para todos es claro que el tema de los falsos positivos, chuzadas del Das, parapolítica y reelección han enfríado las relaciones y que para Obama esos temas sí importan.

Algunos han aclarado que el que Obama esté más distante de Uribe no es igual a decir que Estados Unidos esté más lejos de Colombia. Adam Isaacson aclara que la carta de los demócratas es una señal de acercamiento, no lo contrario.

Frente al conflicto con Chávez es donde hay más opiniones encontradas: una minoría considera que una declaración del gobierno de EE.UU. a favor de Colombia en el conflicto bilateral, sería un regalo para Hugo Chávez.

En todo caso, todos son conscientes de que EE.UU. atraviesa por una situación doméstica muy particular en la cual Colombia no aparece en el radar de las prioridades.

Los paises no tienen amigos, sino intereses. Esta es una vieja consigna practicada con pragmatismo por los Estados Unidos. No tiene sentido que los norteamericanos ayuden a echar leña al fuego planteando su incondicionalidad con Colombia, cuando la realidad es la contraria, el actual gobierno colombiano es quien ha decidido actuar como un incondicional norteamericano.
La decisión de permitir el uso de bases colombianas (que corresponde en la practica a la autorizacion de libre transito de tropas) corresponde a un calculo sencillo: ahora que la relación no es tan buena como en el pasado hay que portarse mejor con la esperanza que aprueben el TLC y que no descontinuen la ayuda militar del Plan Colombia. Esta ha sido una decisión del gobierno colombiano y por eso el problema es de Colombia, no de los Estados Unidos. Ya es hora de que nuestras elites asuman la responsabilidad por las decisiones y dejemos de pedir que nos traten como un protectorado norteamericano.

Estados Unidos no ha abandonado al Pueblo de Colombia, a cada rato lo reafirma en sus comunicados. Pero el ‘imperio’ no va a prestarse para que Chávez hable más de la cuenta y menos para que Uribe lo convierta en un hecho de respaldado a su labor. Obama ya le dijo a Uribe que no es conveniente seguir en el poder, los gringos ya necesitan sacudirse de Uribe y todo lo que él significa –por ejemplo, aliado de Bush-; otra cosa es Colombia y eso es claro allá.

Colombia no es el centro de la política internacional de EEUU, pero sigue siendo la punta de lanza en la guerra contra los narcóticos, por eso siguen recibiendo al Canciller Naranjo con mucho agrado. Digo Naranjo y no Bermúdez, porque al igual que en tiempos de Samper, el apoyo a la Policía y a un hombre –Naranjo- son claros.

Los gringos no confían en Uribe pues él habla mucho de confianza inversionista, pero ésta no puede existir donde el Presidente vulnera la institucionalidad y cambia las reglas de juego, generando tensiones que aumentan lo que los expertos financieros llaman el riesgo país.

¡Colombia no está sola, pero Uribe sí! Ojalá él entienda la señal y postergue el gustico presidencial, de ser posible Ad eternum.

Obama tiene unos problemas internos gigantescos (recesión, reforma a la salud, el cambio climático, etc.) además de los problemas del frente externo (dos guerras, Irán, Israel-Palestina). Y sólo hasta hace pocos días, el Congreso ratificó a Arturo Valenzuela como sub-secretario para asuntos Inter Americanos. Aunque para los EE.UU., Colombia es y será un buen aliado y, en ese sentido, habrá una relación especial (qué tan profunda, no sabemos), hay que reconocer que hasta que Valenzuela decante una política para América Latina, la retórica hacia Colombia será muy cautelosa. Como me explicó el director de un importante think-tank, será mayor por los "irritantes" que existen: los falsos positivos, las chuzadas, la reelección. Pero no son más que eso, unos "irritantes," que no pondrán en tela de juicio una relación que le ha convenido a las dos partes durante mucho tiempo. Según este personaje, dicha frialdad se mantendrá hasta ddespués de las elecciones y Colombia tenga un nuevo gobierno.

El gobierno demócrata de Obama busca diferenciarse de su antecesor en el manejo de las relaciones exteriores, tratando de aparecer más alejado y calculador frente a países 'problemáticos' como el nuestro (violación de derechos humanos, conflicto armado interno, etc.) Eso lo lleva a fijar una postura neutral frente al conflicto colombo-venezolano, lo cual es definitivamente reprochable para Colombia después de tantos años de ser aliado de los Estados Unidos, asumiendo incluso el costo geopolítico que ser amigo de los gringos representa en la región.

Sin embargo, no creo que a la hora de la verdad los americanos nos dejen colgados de la brocha del todo. Saben que somos sus amigos y valoran esa relación política, mucho más mientras exista Chávez. El acuerdo de las bases militares precisamente lo demuestra y con paciencia seguramente sacaremos el TLC adelante.

No es ni realísticos ni responsable pensar que Estados Unidos esta abandonando a Colombia. Pero eso no significa que no haya escepticismo en Washington hacia Bogota y quizás es la primera vez desde la época de la presidencia de Samper que hay reservas en la Casa Blanca hacia la Casa de Nariño (aún si no se puede paragonar con el nivel de censura de los tiempos de Samper). Los motivos del hodierno escepticismo son al mismo tiempo simples y graves: falsos positivos, parapolítica, y escándalo del DAS.

Además no es un secreto que a Washington no comparten la posibilidad de una segunda reelección.

Hasta hace un año el acercamiento hacia Colombia por parte del gobierno de EE.UU. era acrítico. Hoy la análisis política es mas perspicaz y prudente. EE.UU. sigue siendo un amigo de Colombia. Pero en este momento ya no es una amistad incondicional.

Estados Unidos está haciendo lo que Colombia ha debido hacer desde hace tiempo: ofrecerse para mediar entre Caracas y Washington, en lugar de usar el conflicto de otro para sacarle ventaja política y diplomática.

Reclamar comunicados de apoyo de Estados Unidos responde a una mentalidad de alineamiento propio de la Guerra Fría. Lo que debe hacer la diplomacia norteamericana es tratar de aliviar el conflicto, no de agravarlo como Colombia, que para “defenderse” cambió siete millones de dólares de comercio por siete bases militares, cuando el comercio estimula la paz y el escalamiento militar la guerra.

No tiene sentido que el país que irrespetó y tensionó al subcontinente con un manejo de artillero del tema de las bases militares, tan burdo que solo podía estar diseñado para desatar la respuesta guerrerista de Hugo Chávez, esté ahora reclamando solidaridad mundial.

Me parece equivocado medir una relación de mutuo beneficio de largas décadas por una interpretación subjetiva de un evento aislado. Las relaciones se tienen que valorar por su pasado no solamente por los eventos del "hoy". Así ocurre con las relaciones de pareja, con los amigos, con los vecinos, con todos. Por eso es que hoy sabemos que el problema no es con los venezolanos sino con alguien que equivocada y transitoriamente dice representarlos.

Ningún mejor regalo le haría Estados Unidos a Chavez que adoptar una posición fuerte a nuestro favor. Muy al contrario, flaco favor le haría a Colombia... y a los habitantes vulnerables de ambas fronteras.

Si Estados Unidos no es nuestro mejor amigo, quién sí lo es? Yo quisiera ver las cifras que sustenten otros nombres... En comercio, en ayuda económica, ayuda militar,en apoyo financiero,etc. Claro, no son perfectos! Quién lo es?

No comparto la premisa de esta pregunta.

La carta de los Demócratas pide que se reduzca la ayuda militar, pero a la misma vez pide que se incremente la ayuda económica y para instituciones civiles.

No va TLC con Colombia, pero tampoco con Panamá, Corea del Sur, ni ningún otro país. La política doméstica hace imposible debatir el comercio cuando el desempleo supera 10 por ciento.

Mientras tanto, los comentaristas que hablan del "abandono" de Colombia se olviden de que se acabó de firmar un nuevo acuerdo militar, cuyo lenguaje vago puede interpretarse como una garantía de defensa mútua "para enfrentar amenazas comunes."

El gobierno EE.UU. mantiene su abrazo, aunque se ha soltado. ¿Cómo puede ser de otra manera, en esta época de parapolítica, falsos positivos, chuzadas del DAS, AIS, y reelección?

Finalmente, es mejor que EE.UU. mantenga su silencio en la disputa entre Colombia y Venezuela. Unas palabras fuertes desde Washington constituiría un gran regalo político a Hugo Chávez.

Sin duda faltan gestos de compromiso y solidaridad de EEUU con Colombia en un momento en que vivimos una da las situaciones mas criticas desde el punto de vista de nuestra economía y el desempleo, así como una de las más difíciles en materia de relaciones internacionales debido al distanciamiento con algunos de los vecinos y particularmente con Venezuela. El silencio respecto a la ratificación del TLC en el congreso norteamericano y el mutismo de la diplomacia norteamericana en los foros internacionales de OEA y ONU respecto a las agresiones del presidente de Venezuela hacia Colombia, llevan un mensaje claro de que EEUU no ve en Colombia ni mucho menos un socio estratégico en la lucha contra el terrorismo, las drogas y la democracia.

Es claro que no esta dispuesto a jugarsela por Colombia al igual que lo hace por Israel, a quien en las dificultades con sus vecinos y precisamente porque parte de dichas dificultades obedecen a sus relaciones con EEUU, siempre le acompaña en accion

Estoy por creer que Marcela Meléndez tiene razón. No hay otra explicación al silencio y la indiferencia como el Gobierno de Estados Unidos ha tratado la última escalada de amenazas e insultos en contra de Colombia y su Gobierno orquestada por el Presidente de Venezuela, Hugo Rafael Chavez Frías.

Ni una palabra de apoyo a Colombia. Ni una señal de solidaridad. Y eso que las agresiones de Chávez son su primitiva reacción a la firma de un Acuerdo entre Estados Unidos y Colombia para el uso de las bases militares colombianas por soldados y asesores estadounidenses.

La lejanía con que el Gobierno Obama ha manejado este tema, su displicencia frente al Tratado de Libre Comercio y sus constantes reclamos por temas menores nos hacen pensar que aliados no somos y amigos, quien sabe.

Estados Unidos maneja su política internacional como siempre lo ha hecho (y como lo hacen todos los países) de acuerdo con sus propios intereses. No creo que esto sea una novedad. Colombia no es muy importante para los Estados Unidos y la equivocación es pensar que somos un socio estratégico que por ese motivo recibirá un tratamiento especial. Creo que hay además dos factores que hacen a Colombia perder lugar en la fila: la animadversión que genera entre los demócratas el gobierno de Alvaro Uribe, aque se asocia con la extrema derecha, y la debilidad demostrada por Colombia en las últimas interacciones, que facilita dar a nuestro país cualquier trato sin arriesgar demasiado.