Sepulcro de Santo Domingo |
En el brazo sur del transepto se encuentra el mausoleo que acoge los restos de
santo Domingo de la Calzada. La tradición cuenta que fue el propio santo quien se hizo
construir su sepulcro junto a la pequeña iglesia levantada por él y al aire libre. Para
preservarlo de las pisadas de los animales, se cubrió con una rústica empalizada de
ramas de encina. Posteriormente, su túmulo se trasladó al interior de la catedral y se
construyó la actual capilla para albergarlo. La cama está coronada por la estatua yacente del santo, de unos
dos metros de longitud, y es uno de los mejores ejemplos de escultura funeraria del
románico (fines del siglo XII). En los costados, tallados en alabastro, se muestran los
principales milagros atribuidos a santo Domingo: el castigo que sufre el pastor que
introducía constantemente su rebaño en el huerto del santo; la resurrección del hijo de
los peregrinos; el reparto de pan a los pobres; la curación del peregrino atropellado por
el carro que transportaba piedras para las obras del puente; el santo apaleado por unos
bandidos y el perro que trae la mano de uno de ellos; el apedreo que sufre por parte de
sus vecinos o la curación de un obrero accidentado en las obras del puente. Estas escenas
se realizaron hacia 1450. Todo ello se remata con un templete de alabastro gótico realizado por Juan de Rasines, según diseño del borgoñón Felipe Vigarny (ca. 1513). Preside uno de sus frentes, la pequeña imagen barroca de santo Domingo, acompañado por el gallo y la gallina. Una reja barroca de hierro, de comienzos del
siglo XVIII, rodea el mausoleo. Es obra de Sebastián de Medina, y en ella se aloja la
milagrosa hoz con la que, según la tradición, el santo roturó el bosque para construir
la ciudad. En la parte baja se encuentra la moderna cripta. |
||||||||||||
| Portada del CVC | Centro
Virtual Cervantes |