Cronos y Kairos
Navegando por aquella parte de la blogosfera dedicada a la productividad y a la creatividad (una de mis últimos intereses) me encuentro con un artículo de Raúl Herrera en el que se expone una idea muy interesante. A saber, que hay dos tipos de tiempo:
Cronos se refiere en esta interpretación al tiempo que puede ser medido y planificado, y Kairos, al sentido de la oportunidad, del uso del momento preciso, que no puede ser planificado, sino que se da por estar atento al momento preciso, el momento en que seguimos la intuición, donde no hay tiempo para la reflexión, no podemos hacer análisis de costos beneficios, donde incluso no hay posibilidad de equivocación, ya que nunca sabremos que habría pasado si no tomamos la decisión que tomamos. Es el momento de una frase oportuna, de una sonrisa, de un compro-vendo, momentos que cambian el curso de la vida.
Cronos es el tiempo de la rutina, de las obligaciones, del despertador. Kairos es el tiempo del placer, de las actividades que nos gustan y a través de las cuales fluimos (como decía Mihaly Csikszentmihalyi). Sin embargo, dedicamos más tiempo a Cronos que a Kairos, o el tiempo que le debemos a Cronos nos parece más importante que el de Kairos. Raúl Herrera encuentra una explicación para ello: los pensamientos (podríamos llamarlos preocupaciones) que ocupan nuestra mente durante la mayor parte del día y que nos impiden disfrutar plenamente de lo que estamos haciendo o viviendo.
La idea tiene algo de budista.
(vía Productividad Personal)
Una posible diferencia podría ser que ‘cronos’ se puede gestionar, pero ‘kairos’ hay que gestarlo