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Román Piña: ´Cayetano Soler sería hoy como López Rodó´
El catedrático de Historia imparte hoy su conferencia sobre el que fue ministro de Hacienda en la Corte de Carlos IV
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Piña Homs ha rastreado en el mallorquín que llegó a la Corona de Carlos IV. Foto: Sebastià Llompart
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A su juicio, de los tres, "Soler es el más digno", y lo pespunta como "servidor del Estado". La puntada final: "Cómo es posible que siendo de rango humilde, y cercano a la ilustración, la élite de Mallorca consiga a través suyo estar más cerca de los puntos de poder".
Piña va eliminando la niebla de los lógicos interrogantes acerca de Cayetano Soler: "De abogado de moda en la isla de Mallorca, acaba en Eivissa, y lo que podría parecer un destierro, él lo convierte en un destino en el que despunta. Se acaba convirtiendo en hombre clave de la corte de Carlos IV. Acaba siendo ministro de Hacienda".
Suele suceder que en esos ascensos meteóricos han necesitado entre bastidores un padrino. En su caso, el cardenal Despuig y Francisco de Saavedra. "Hay cartas que lo confirman". Estamos en una España tumultuosa, entre los que se inclinaron ante el francés, en lugar de mirar hacia Inglaterra. "Fue un error, como quedó demostrado".
En esa turbulencia que acabaría estallando en la llamada Guerra de la Independencia, Piña Homs describe a Soler como "un reformista". Aún va más lejos: "Miguel Cayetano Soler fue el primer desamortizador de los bienes de la Iglesia que hubo en España".
El catedrático de Historia rebuscó en las cartas "vergonzantes" para Pedro Ceballos, "el pelele de Bonaparte", mientras que "Soler defiende el honor del país en contra de los intereses bonapartistas".
Relata Piña que "el país se está arruinando, no puede pagar a la marinería y Ceballos pide regalos para los franceses".
Como buen guión histórico, el fin que aguardaría a Soler fue trágico. Sin temer al poder, está arrinconado: "No lo quieren ni los franceses ni los de Godoy y su fin es dramático". Confía en los liberales de las Cortes de Cádiz, sólo que en su periplo hacia el sur, en Malagón de la Mancha es confundido con un afrancesado "y lo matan".
¿Se puede establecer algún parangón contemporáneo? Piña Homs sonríe en esbozo, calla unos minutos. "Salvando distancias, puesto que Soler se mueve en la España del Antiguo Régimen, es una constante no respetar a los servidores del Estado que son orillados por los mediocres de siempre". Como Piña sí cree en las idiosincrasias, piensa que "en España, el gran defecto es la envidia". Al final sí se atreve a relacionar al que alcanzara la titularidad del ministerio de Hacienda con "López Rodó, pero en clave masónica o del Despotismo Ilustrado. Ambos fueron personas que no buscaron el boato, tremendamente trabajadores, honrados".
Si hoy hubiera que situar a este personaje estudiado por Román Piña cree que "sería poco brillante, discreto, trabajador infatigable, honesto y con grandes ideas renovadoras que no revolucionarias; sin adscripción a partido político, quizá sería un progresista discreto".
La biografía hecha por Emilio Bejarano sobre Francisco Seguí le ha permitido acercarse a la fuentes y encontrar en el Archivo de Historia Nacional las cartas de quien ya será personaje de su obra dispersa.
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