Varias alternativas de ecoturismo comunitario permiten que los viajeros descubran los tesoros de la cordillera del Toisan y que constaten por ellos mismos que la explotación de recursos naturales no es la única opción para el futuro de esta región. Entre éstas, el proyecto ecoturístico de Junín es, probablemente, el más emblemático: situado en la más grande reserva comunitaria de Intag, muy cerca de las concesiones que pertenecen hoy en día a la empresa canadiense Ascendant Cooper Corporation, él representa, para las dos comunidades que están a cargo de él, una alternativa directa al desarrollo minero de la zona.
Pasar una temporada en Junín es entonces, también, apoyar a los habitantes en su lucha contra el proyecto de construcción de una mina de cobre a cielo abierto que forzaría el desplazamiento de entre 100 y 200 familias y destruiría el pueblo.