17/12/2010

Cuerpo plural


Aquí un fragmento de la reseña publicada en la revista Letras Libres, sobre la antología de poesía hispanoamericana Cuerpo plural, organizada por Gustavo Guerrero y publicada por Pre-Textos.


CUERPO PLURAL / ANTOLOGÍA DE LA POESÍA HISPANOAMERICANA CONTEMPORÁNEA, DE GUSTAVO GUERRERO

POR DANIEL SALDAÑA PARÍS

De acuerdo: las editoriales españolas, que gozan de mejor distribución en México que las latinoamericanas, siguen representando un visto bueno irritantemente necesario para que prestemos atención a ciertos autores. Es un hecho: aparecer en una antología española pesa más, en la notita curricular, que aparecer en una salvadoreña. Por si fuera poco, las antologías made in Mexico se publican bajo sospecha: de amiguismo, de intercambio de favores, de sesgo ajeno al puro lirismo puro. Y las que se hacen del ecuador para abajo son, en principio, demasiado radicales para el “buen gusto” mexicano: medusarios, neobarrosos, trasplatinos... Estas serían, a grandes rasgos, las peores razones para atender Cuerpo plural.

Las buenas: que a pesar de ser una antología nutridísima, no se trata de un censo poético ni de un inocuo “panorama”. Tiene una intención, un prólogo que modifica la lectura de los poemas –y los poemas, entre sí, se modifican. Incluye a una generación, los poetas nacidos en los años setenta, que no se había tomado en cuenta en antologías anteriores. Me detengo un poco en esto: la inclusión de los poetas más jóvenes (pienso en Alan Mills, en Héctor Hernández Montecinos, en Jorge Vessel, los tres de 1979) no es un capricho ni una cuota: ayuda a comprender el resto de la selección, la redondea, le confiere matices. Los autores más recientes no son solo un puerto de llegada, un predecible desenlace de una tradición que ya los anunciaba; son también los artífices de una obra que afecta a esa tradición, que obliga a leerla de otro modo(...)




Imágenes:http://www.omau-malaga.com, ecodiario.eleconomista.es

6/12/2010

Artesanía berlinesa *


He aprendido a escribir poemas,

Disuelvo millones de letras,

Mientras canto sin sonido,

Olas turbulentas de la página,

A mis amigos les nacen ojos,

Ahora los llamo Lectores,

Ya me es imposible mirarlos,

Antes bebíamos por las noches,

Sus sombras eran mi sombra,

Vivían al interior de mi mente,

Pero nadie nos dijo que un libro

Era una secuencia de tiempo,

Apenas llenábamos las copas,

Mientras se escuchaba el oleaje,

Como el rumor de algo muriendo,

La página se llenaba de colores,

Cuando no sabía escribir poemas

La tinta era un despliegue negro,

Y los Lectores no eran mis amigos,

Sino las sombras de sus sombras.


* También en la revista Kiliedro.

Imagen: Alan Mills

29/11/2010

Bertolt Brecht Roadkill (crónica berlinesa en 6 actos)



1. Berlín, pulquería

Hace un par de semanas me invitó a cenar Nikola Richter, en su bello apartamento de Kreuzberg. Niko, además de ser una escritora de excelencia, es una chica alemana que estudia el violín para jazz y que conduce diversos proyectos culturales con la destreza de una atleta del logos.

Aquella noche, antes de sentarnos a la mesa, le dije que Berlín se había convertido ya, con la rapidez y violencia de un relámpago, en una niña mimada del parnaso de mis lugares favoritos. A lo mejor a Niko esta afirmación le pareció prematura, pero igual la aceptó con una sonrisa, mientras echaba los calabacines a la sartén previamente marinada.

La pasta estuvo deliciosa, casi tan buena como la conversación. Hablamos sobre muchísimas cosas, desde editoriales alternativas argentinas (como Clase Turista), hasta las más íntimas y reveladoras impresiones que nos causaron los diversos colaboradores de Los Superdemokraticos: sí, de acuerdo con Luis Felipe Fabre, no hay nada más sabroso que el chisme literario, así que procedimos al deleite sin cargos de conciencia (...)

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Imágenes: Alan Mills

26/11/2010

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J’ai viré écrivain par inertie, par laisser-aller et par manque de talent musical.
Syncopes est un livre hybride, mutant, incatalogable.
J’ai écrit ce micro-roman à Paris afin d’expliquer à ma famille pourquoi je ne voulais pas rentrer au Guatemala.
Pour la plupart des guatémaltèques, notre pays est une métaphore de l’extrême, de la violence, du radical ; mais c’est le cas dans le monde entier.
Ce que j’ai essayé de faire, c’est fuir la violence comme simple thématique et faire que le langage se présente comme l’impossibilité même d’échapper à la violence.
Il suffit d’ouvrir un journal guatémaltèque pour voir en première page la réalité imiter de délirants fragments de fantaisie sanguinolente.

La poésie, c’est une subversion contre le réel, contre ce que nous pensons être le réel.











Les putes cosmiques* à Paris


Fotos de: Erick González, Alan Mills
* Banda guatemalteca-francesa, de rock technochamánico