Notas periodísticas
UN INSTITUTO DE “PENSAMIENTO POLITICO”
Página 12
2 de mayo 2004
Carrió abre escuela propia, bajo el ala de Hannah Arendt
Con Diana Maffía como coordinadora académica, Carrió inaugurará en junio
el Instituto Hannah Arendt para dar “una formación de mirada desde una
base humanista”. La líder del ARI volverá a dar clases sobre sistemas
políticos comparados. La sede es un caserón reciclado.
Por José Natanson
“Es una formación de mirada del mundo, desde una base humanista.” Así
definió Elisa Carrió los ejes académicos del Instituto Hannah Arendt,
que comenzará a funcionar a partir del 4 de junio en una casona cercana
al Congreso. Presidido por la líder del ARI y con Diana Maffía como
coordinadora académica, la idea es convertirlo en un espacio de
formación y reflexión política y cultural independiente del ARI. Carrió,
chocha con su recuperado rol de profesora, dictará el seminario “Verdad,
poder y libertad” y una clase sobre sistemas políticos comparados.
El instituto
Con la idea de “construir una estructura de pensamiento y de mirada
cultural que presida la acción política”, Carrió lanzó su nuevo proyecto
con el aporte de los diputados del ARI, que donaron parte de sus sueldos
para los primeros gastos. Funcionará los viernes y sábados en una casona
de 500 metros cuadrados, que cuenta con cinco aulas y un auditorio para
400 personas. Lo dirige Maffía, una filósofa con una larga trayectoria
académica, experta en cuestiones de género y ex ombudsman adjunta de la
Ciudad.
La página web –www.instituto arendt.com.ar– estará lista en pocos días.
Mientras, los interesados podrán comunicarse por mail a in formes@institutoarendt.com.ar
El arancel es de 25 pesos, con un sistema de becas para quienes no
puedan pagarlo, y no se necesita un título de grado para participar de
las clases.
No es, como se encargan de subrayar Carrió y Maffía (ver entrevistas),
un instituto clásico de formación de cuadros. El programa tiene un
núcleo básico integrado por materias como filosofía contemporánea,
ciencia política, historia social latinoamericana o historia argentina.
Incluye, también, temas menos ortodoxos, como un seminario sobre “la
construcción del nosotros en la historia argentina”, otro sobre
“piquetes y asambleas”, y otro titulado “discursos latinoamericanos de
conquista”.
Carrió abrirá el ciclo lectivo con la clase “Verdad, poder y libertad”,
que comenzará con una representación de la tragedia Edipo rey. Más
adelante, la chaqueña dictará un seminario sobre sistemas políticos
comparados y otro denominado “Tolerancia, intolerancia, la banalidad del
mal”, en referencia a una de las obras claves de Arendt. Maffía tiene a
su cargo la clase “Conocimiento científico, práctico, místico,
estético”, y otra denominada “Los modos del contrato social”.
Entre los profesores figuran algunos dirigentes del ARI, como el ex
candidato a gobernador Carlos Raimundi (“Poder y legitimidad”), la
diputada Marcela Rodríguez (“Género y derecho”), y el economista de
cabecera de Carrió, Rubén Lo Vuolo (“La cuestión social”).
El escritor Esteban Peicovich dictará la clase “Verdad, poder y
literatura”; la historiadora Hebe Clementi, “Migrantes e indígenas”;
otra historiadora, Ema Cibotti, dará un seminario sobre “Federalismo”;
la psicoanalista Eva Giberti hablará sobre “Subjetividad y política”, y
Dora Barrancos se ocupará del tema “Identidad, educación y cultura”.
¿Por qué Arendt?
Alemana de nacimiento y norteamericana por adopción, Arendt fue
discípula de Heidegger y Jaspers. En De la historia a la acción, La
condición humana y, sobre todo, ¿Qué es la política?, Arendt intentó
pensar la política desde la acción, rompiendo con los estructuralismos
más o menos deterministas que caracterizaron buena parte de las ciencias
sociales del siglo XX.
Sus teorías la convirtieron en una de las grandes pensadoras del siglo.
Sin embargo, sus críticas al modo en que lo social se convirtió en el
centro de la acción política la condujeron a una visión que muchos
tildaron de aristocratizante. De hecho, la base filosófica de sus
teorías se remonta a un tiempo –la Grecia antigua– en que los ciudadanos
eran libres, reflexionaban y definían la acción en un espacio público
casi ideal, pero a costa de la exclusión de la mayoría, muchos de los
cuales incluso eran esclavos.
A la hora de definir el nombre del instituto, Carrió rescata el aspecto
republicano del pensamiento de Arendt, que sitúa la deliberación en el
espacio público, la acción política y las posibilidades de la acción en
el centro de su filosofía.
“Es mujer y es una de las grandes pensadoras del siglo XX, que ha
escrito sobre cosas que tienen mucho que ver con lo que queremos hacer.
Más allá de que uno esté de acuerdo o no con algunos aspectos, nos
interesa subrayar la capacidad de pensar las claves humanistas de la
política”, explica la líder del ARI.
Los planes
Virtualmente desocupada desde el 10 de diciembre, cuando finalizó su
mandato de diputada nacional, Carrió se tomó unos días de vacaciones, un
tiempo de reflexión, y finalmente decidió lanzar el instituto. Piensa
dedicarle lo que resta del año y los primeros meses del 2005, antes de
comenzar a trabajar de lleno en su candidatura a diputada por la Capital
Federal.
Contenta en su nuevo rol, la chaqueña quiere ir profundizando el nuevo
espacio académico. Por el momento, los cursos se realizarán los viernes
y sábados, pero el objetivo es sumar docentes y alumnos y ampliarlos al
resto de la semana, además de incorporar nuevas actividades y talleres.
"No es un paréntesis en mi carrera, como muchos creen, sino un modo de
encarar lo que considero el desafío mayor de la Argentina. Quizás el
mejor diagnóstico de la política argentina es que no se piensa. Es pura
acción, sin reflexión. Esto es empezar a pensar", concluye Carrió.
"Es parar para pensar"
- ¿Cuál es el sentido del Instituto Hanna Arendt en su vida política?–
le preguntó Página/12 a Elisa Carrió.
- Es parar para pensar. Quizás uno de los grandes males de este país es
la acción sin reflexión, en un momento en que se dice, por ejemplo, que
hay que sancionar en un día cualquier cosa. Y yo venía pensando en
trabajar en un espacio de comunicación, de juego, de construcción
política desde otro lugar. No desde los códigos de la especulación
permanente. Hoy la política es asfixiante y mediocre y la intención es
tratar de salir de eso.
- ¿Cuál es el objetivo general del Instituto?
- Que se convierta en un lugar de encuentro entre disciplinas distintas
y entre prácticas distintas, para pensar un momento de crisis de
civilización, de crisis de identidad y de construcción de una Argentina
distinta. Por eso no va a haber sólo seminarios de formación, sino
también de debate y reflexión. En general, los que vienen de los
sectores intelectuales son espectadores. Esto les plantea el desafío de
una acción concreta, una comunicación que sale de la academia para pasar
a la reflexionar junto con los que actúan. La idea es crear un espacio
abierto, de modo tal que la persona que vaya pueda ser formada para la
política o para su actividad profesional o económica. La formación es de
mirada del mundo, desde una base humanista.
- ¿Cuál va a ser la relación con el ARI?
- Decidimos que el Instituto tenga una vida propia, independiente del
partido, para no enterrarlo en los parámetros de la política. De todos
modos yo soy presidente del partido y del instituto, lo que habla de una
relación evidente. Pero la independencia posterior es importante para
que haya una permanencia.
"Los conceptos sin intuiciones son vacíos"
- ¿Cuál es el plan de estudios del Instituto? –le preguntó este diario a
Diana Maffía.
- Hay un curso general que incluye nociones fundamentales de ciencia
política, historia, derecho y filosofía. Pero además va a haber
seminarios breves, talleres, conferencias, seminarios culturales y un
portal para obtener materiales. Tuvimos una reacción muy positiva al
convocar a gente de distintos ámbitos. Va a ser un lugar abierto a la
ciudadanía donde se reflexione sobre ética, sobre política y sobre
cultura, un lugar de encuentro entre el ámbito académico y el ámbito
partidario.
- ¿Es un programa de formación política?
- En un sentido amplio sí, pero no un programa de formación tradicional
de cuadros. Kant decía que los conceptos sin intuiciones son vacíos y
que las intuiciones sin conceptos son ciegas. La práctica que no está
regida por una teoría es errática. Es lo que pasa con muchas políticas
concretas. Pero también pensamos que si uno tiene ideas generales y no
se ocupa de tender un puente con la realidad, la acción carece de
sentido. Buscamos un nivel alto académico y la capacidad de movilizar
conciencias.
- ¿El plan parte de un diagnóstico?
- Sí. Diagnosticamos un momento de crisis de identidad, de búsqueda de
respuestas en la filosofía, y buscamos reunir personas que se han
dedicado a pensar los fundamentos de la identidad a través de cuestiones
transversales de la historia vinculadas al desconocimiento del otro, a
la alteridad, y cuestiones que tendrían que presidir la política, como
la ética pública. La idea es que no nos pueden llevar a todos a vivir
una coyuntura de urgencia todo el tiempo, y que sólo se puede
reflexionar cuando se para con lo que es tan urgente y se recupera un
tiempo distinto.
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