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Un
mercado para ver y comprar la cultura artesanal
En
el Mercado de Artesanías de Santa Ana se pueden encontrar
diversos artículos típicos decorativos, así
como los tradicionales dulces santanecos.
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El mercado de artesanías ofrece
productos santanecos y también de Ilobasco. Foto:
Diario de Occidente/Claudia Zaldaña |
Es un lugar pequeñito ubicado en el centro
de la ciudad. Hasta hace poco tiempo, fue destinado específicamente
para agrupar, de manera ordenada, a los vendedores de artesanías
y dulces.
El mercado es visitado a diario por personas que acuden en
busca de los dulces frescos que ahí se venden o de
objetos típicos y decorativos.
Aunque en este lugar se venden productos traídos desde
otros departamentos, también hay artículos exclusivamente
elaborados por artesanos santanecos.
Juan González, conocido como Juan Madera,
por su dedicadión al arte de tallar en madera, es un
artesano que ha trabajado en su oficio por más de 30
años.
Su especialidad es el tallado de nombres en madera y la colocación
de acrílico para dar los acabados.
Yo hago desde trabajos sencillos en llaveros hasta las
piezas más complicadas trabajadas en madera,
cuenta González.
Productos como éstos son muy buscados por compradores,
que los llevan como recuerdo para sus familiares en Estados
Unidos u otros países.
El comentario común entre los artesanos santanecos
es que muchas personas que visitan el mercado de artesanías
son extranjeros que buscan llevarse un recuerdo del país
y de los productos que elaboramos.
Además todos argumentan que este mercado ha servido
para mantener las tradiciones y fomentar el apoyo a la cultura
artesanal.
Tradicionales dulces
Pero Santa Ana se ha distinguido siempre por la elaboración
de los dulces artesanales. En el mercado puede escogerse entre
una gran variedad, como el coco rallado, la toronja, los nances,
tamarindo, chilacayote, papaya, queso de almendras y dulce
de leche.
Hay personas que se han dedicado durante años a la
elaboración del dulce típico tradicional. Algunas
dulcerías son famosas por sus productos de alta calidad,
como la Aguilar o la Reina, que son frecuentadas por muchos
compradores.
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"Juan Madera".
Así le conocen a Juan Antonio González,
quien es un experto en labrar la madera. Foto:
Diario de Occidente/Claudia Zaldaña |
Y además de los dulces también
sobresalen los adornos, las vasijas de barro y los cuadros
típicos.
Cientos de estos ornamentos son fabricados o decorados en
Santa Ana, como es el caso de los jarrones de barro pintados
a mano, que revisten de color los puestos de venta.
Y no falta un lugar para el puesto de los comales y las ollas
de barro, que son fabricadas por alfareros santanecos.
Estos productos con el color del barro al natural provienen
de talleres ubicados en las afueras de la ciudad santaneca.
En los talleres, los artesanos preparan el barro, le dan forma
y, finalmente, hornean los productos creados en hornos rústicos
y artesanales para conservar la tradición.
Luego son llevados a los mercados para ser ofrecidos a buenos
precios. Maribel Hernández, empleada de una tienda
de barro, comenta que bastantes personas se acercan
a comprar los comales; algunas los pintan y decoran.
Agrega que los jarrones y ollas son muy buscados también.
Desde la creación de este mercado, los artesanos tienen
mayores oportunidades de ofrecer sus productos, ya que está
abierto al público todo el año. Anteriormente,
las ventas de artesanías eran escasas o se realizaban
únicamente durante las fiestas julias.
Pero ahora los santanecos y los extranjeros que visitan la
ciudad pueden disfrutar de esta feria permanente de los artesanos
santanecos.
Extranjeros
Los comerciantes de artesanías señalan
que sus mejores clientes son personas que visitan
El Salvador y buscan un recuerdo para llevar a sus
hogares en el extranjero.
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Los jarrones
Si usted quiere una artesanía típica
santaneca, compre los jarrones pintados a mano por
Mabel de Navas.
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