El sentimiento regionalista en Magallanes, por Claudia Urzúa

Jan. 23 , 2011

12 Comments

Publicado por La Tercera, 23 de enero de 2011

UNO. No es la única región de Chile que se ha autoproclamado República Independiente, pero en Magallanes se lo toman muy en serio desde los 90, cuando se produjo una combinación de factores: en 1996, desde el Consejo Regional y con el patrocinio del historiador Mateo Martinic (premio nacional de Historia), surgió por decreto número 42 la bandera regional, que homenajea con sus colores a la estepa y a la profunda noche magallánica decorada por la Cruz del Sur; unos años después, desde su tribuna en el programa radial "Capuccino", el locutor Rodrigo Utz se acostumbró a saludar a sus radioescuchas con un sentido "Buenos días, República Independiente de Magallanes" antes de dedicarse a comentar la actualidad de la región. La gente se acostumbró a escucharlo, así como a enarbolar la bandera, que debe ser izada obligatoriamente el 21 y 29 de septiembre y el 21 de octubre, fechas que celebran eventos regionales.

DOS. En su monumental "Historia de la región magallánica", Martinic explica que el sentimiento regionalista encarnó por primera vez hacia 1910, cuando los habitantes del entonces territorio en proceso de colonización se aburrieron de ser ciudadanos de segunda clase y comenzaron una campaña ante el gobierno central, para adquirir el carácter administrativo de provincia y los derechos cívicos correspondientes. Esto recién ocurriría en la década del 30. El primer parlamentario de la Región de Magallanes fue el ex intendente Manuel Chaparro Ruminot, con el 57,9% de los votos. Según Martinic, el esfuerzo con que los primeros habitantes de Punta Arenas convirtieron a la ex colonia penal en un emporio de actividad bullante, creó en ellos un sentimiento de orgullo y afecto por la tierra que los había acogido como inmigrantes. Pese a sus diferencias, el actual "tridente regionalista" del senador Bianchi, el diputado Marinovic y el alcalde Mimica son un ejemplo de cómo la ciudadanía favorece (al punto de romper dos veces el binominal) a quienes representan sus demandas.

TRES. Si hubiera que elegir una postal o imagen del pasado que representara a Magallanes en su mejor momento, habría que buscar entre los últimos años del siglo XIX y primeros del siglo XX. Es la época dorada de Punta Arenas que, con el apoyo económico de los colonos establecidos y ya enriquecidos, hacía debutar el primer alumbrado público de Chile, en 1898. En 1920, la tasa de alfabetización en Magallanes era del 60%, había 30 recintos educacionales y más de un centenar de diarios o periódicos circulando, algunos en inglés, croata y alemán.

CUATRO. El problema del gas no es, ni con mucho, el primer "enfrentamiento" de Magallanes con el gobierno central. Los viejos croatas que se juntan a tomar café al mediodía recuerdan, como a la peor de las pestes, la instalación de los servicios aduaneros en 1912, que puso fin al régimen de franquicia permanente con que se abastecía la población. Hubo descontento, protestas, frentes cívicos organizados, vecinos ilustres viajando a Santiago, pero fue en vano.

CINCO. En la historia magallánica destacan dos hitos políticos. Uno es una herida: la masacre de la Federación Obrera de Magallanes, en julio de 1920, donde murieron en un incendio una cantidad no precisada de afiliados, a manos de los milicianos de la Liga Patriótica. Otro es un orgullo: el Puntarenazo de 1984, cuando decenas de manifestantes se congregaron en la Plaza de Armas para repudiar a Augusto Pinochet. Parapetados tras las rejas de la Catedral, le gritaron "asesino" y le arrojaron un conejo muerto. Incluso, hay adherentes al régimen militar que usan el término cuando aluden a la demostración máxima de un cierto espíritu rebelde y valiente que atribuyen al sentir regional.