Bufete de Informaciones Especiales y Noticias
ARGENTINA
UCR: consecuencias de la ruptura partidaria
Por Julio Godio (*)

Rebanadas de Realidad - Buenos Aires, 05/09/06.-

Sumario

  • 1. Se formaliza la ruptura
  • 2. Hubo otras rupturas en el pasado
  • 3. La Convención de los días 25 y 26 de agosto: la posición dominante
  • 4. El centro-derecha y la Convención: el " puente" Lavagna
  • 5. Conclusiones

1. Se formaliza la ruptura

La Convención Nacional de la Unión Cívica Radical (UCR), realizada en la ciudad de Rosario los días 25 y 26 de agosto, ha finalizado. Los cinco gobernadores y 150 intendentes alineados con el Presidente Kirchner no asistieron a la Convención. Esta aprobó un documento sumamente crítico hacia el gobierno de Kirchner y los dirigentes radicales disidentes, y decidió avalar la potencial candidatura presidencial del ex Ministro de Economía, Roberto Lavagna. A partir de ahora, existe una UCR "oficial", que agrupa a la mayoría de los radicales, y una UCR "disidente" pro-kirchnerista, que representa a una fuerte minoría organizada en el Movimiento Federal Radical (MFR).

Nuevo libro de Julio Godio y de Hugo Mancuso.

La UCR se nuclea alrededor de la candidatura de Lavagna con el objetivo de recuperar la "competitividad electoral" en las elecciones presidenciales de 2007. Para los disidentes, o "radicales K", la salida de la UCR significa avanzar con el MFR hacia la conformación de una "concertación plural" que sustente la reelección presidencial de Kirchner, al tiempo que se garantiza la participación del espacio radical..

Según los "radicales K", la división concretada en Rosario pone en claro las cosas: habrá una UCR "cerrada", que utiliza a Lavagna para recuperar la iniciativa política, y una UCR "abierta", que pretende ser gobierno en 2007. El MFR ahora forma parte de una coalición de centro-izquierda liderada por Kirchner, cuyos principales adversarios serán el centro-derecha conformado por Recrear (López Murphy), y Compromiso para el Cambio (Macri) unidos en Propuesta Republicana, el MPN de Sobisch y personalidades como Juan Carlos Blumberg. En este contexto de polarización -según el MFR- la candidatura de Lavagna fracasaría, y se ahondaría la crisis de la UCR "oficial".

Por el contrario, la UCR oficial cree que preservará su posición de "centro" anti-kirchnerista, se avanzará en la alianza con el duhaldismo " puro", se concretará la candidatura de "centro-progresista" propuesto por Lavagna y "sectores democráticos" del centro-derecha -especialmente de Recrear- se desplazarán hacia el bloque liderado por la UCR oficial. Esta cree que será posible sumar al nuevo bloque opositor de centro al centro-izquierda liberal, compuesto principalmente por el ARI y el Partido Socialista. Especula con que los restos del duhaldismo y otros clanes peronistas que soportan pero no comulgan con el Presidente, para sobrevivir, terminarán en 2007 por romper con Kirchner.

2. Hubo otras rupturas en el pasado

La UCR se fundó en 1891, como gran partido nacionalista-liberal. Ha sufrido en su historia grandes rupturas o desprendimientos. En la década de los '20 del siglo pasado se forma la Unión Cívica Radical Antipersonalista (UCRA), enfrentada desde posiciones de derecha a la corriente principal hegemónica "yirigoyenista". La UCRA participará en el golpe militar de 1930, que derroca al gobierno de la UCR" yrigoyenista"; también formará parte de diversos gobiernos conservadores durante 1930-1943.

Con la formación del peronismo, la UCR sufrirá otra ruptura en 1945 con la formación de la UCR - Junta Renovadora, cuyo líder, Hortensio Quijano, será vicepresidente en la fórmula presidencial que llevará al poder al entonces Coronel Juan Domingo Perón, en 1946.

Durante todo el peronismo( 1945-1955), la UCR se mantuvo unida. Representaba un gran espacio de clases medias liberales enfrentadas con el peronismo. Con la caída del peronismo por el golpe militar de 1955, la UCR quedó como el único gran partido nacional. El peronismo estuvo proscrito (hasta 1973). Los partidos conservadores, socialista, comunista, etc., eran secundarios. Pero ya en 1956 la UCR se dividió nuevamente en un ala nacionalista-desarrollista (UCR Intransigente) y un ala nacionalista-liberal (UCR Del Pueblo). La UCRI, con apoyo peronista, llegó al gobierno en 1958, pero es derrocada en 1962 por un golpe militar. El intento de acercamiento entre el peronismo y el desarrollismo radical (que en cierto sentido hoy retoma el peronismo) se interrumpe. En 1964, en nuevas elecciones, proscrito el peronismo, la UCR llega nuevamente al poder, pero también será desalojada del gobierno por un golpe militar en 1966.

Así las cosas, la UCR pasará 17 años fuera del gobierno( 1966-1983), aunque controlando algunas provincias y muchos municipios inclusive durante los regímenes militares. En 1983, con el regreso de la democracia, la UCR -representando la demanda popular de instalar una democracia plena- logra vencer al peronismo en elecciones libres. Raúl Alfonsín es electo presidente. Pero con la crisis financiera y monetaria iniciada en 1988, la UCR pierde el control del Estado. En las elecciones de 1989 el peronismo -ahora en una versión conservadora-populista (menemismo)- recobra el poder. Sin embargo, el desgaste y descomposición del menemismo favorecen el retorno al gobierno de la UCR, en alianza con el Frepaso, en 1999. Es un gobierno efímero, porque en medio de una colosal crisis económica, política y social, el gobierno conservador-liberal presidido por Fernando de la Rúa se ve obligado a dejar el poder en diciembre de 2001.

La UCR ha sido en la historia contemporánea del país, la gran representación política popular-liberal . Pero con el advenimiento del peronismo en 1945 perdió su atributo de principal partido popular. El peronismo ocupó su lugar como principal partido político argentino. La actual crisis que vive la UCR ha sido generada por la lucha de corrientes internas desde los años '90, que la convirtieron en un partido desarticulado, crisis que se agrava por haber quedado atrapada desde 2003 entre dos grandes fuerzas que la aprisionan: el kirchnerismo y el centro-derecha en formación.

Así las cosas, la agenda de la UCR es fijada en 2006, en los hechos, hacia su izquierda por el Frente para la Victoria (FPV), y hacia su derecha por el Movimiento Recrear (López Murphy), sufriendo también desgarramientos por parte del ARI (Carrió).

3. La Convención de los días 25 y 26 de agosto: la posición dominante

Era previsible que la Convención concretara la ruptura con el sector denominado Movimiento Radical Federal, o "radicales K", afín al gobierno. Pero también era previsible que una mayoría de convencionales agrupados en el llamado "radicalismo L" (que sustentan la candidatura presidencial de Lavagna) debería enfrentarse con una corriente minorítaria denominada "Los Margaritos" (liderada por Margarita Stolbizer), que no apoyaban a Lavagna y sostenían que la estrategia debía centrarse en formar una especie de frente popular de izquierda con el Partido Socialista, el Partido Comunista , la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y movimientos sociales.

En efecto, la primera baja en la Convención fue la ausencia de los "radicales K", que se negaron a participar, aduciendo que la dirección del partido ya había definido al partido como opositor al kirchnerismo, y había decidido el apoyo a la candidatura presidencial de Lavagna. Los ausentes "radicales K" estaban encabezados por los gobernadores de las provincias de Mendoza, Río Negro, Catamarca, Santiago del Estero y Corrientes, y unos 150 intendentes de todo el país (sobre 480 intendentes radicales), entre ellos algunos sumamente importantes de Mar del Plata, San Isidro, Vicente López, Neuquén y Río Cuarto (Córdoba). El principal líder de este sector es el gobernador de Mendoza, Julio Cobos, quien aspira a ser candidato a vicepresidente en la fórmula presidencial que encabezará, como todo lo indica, Néstor Kirchner. (1)

La mayoría de la Convención se conformó por la suma del sector "alfonsinista" y otro sector anti-alfonsinista, que ocupa hoy cargos clave en la UCR, y es partidario de un fuerte perfil opositor, y sostén de la candidatura de Lavagna. El sector alfonsinista tiene preponderancia en la Capital Federal y las provincias de Buenos Aires y Santa Fe. Los principales líderes alfonsinistas son: Raúl Alfonsín, Federico Storani, Leopoldo Moreau y Luis Cáceres; también Ernesto Sanz, jefe del bloque de senadores de la UCR, Roberto Iglesias, presidente del Comité Nacional del partido, y Adolfo Stubrin, presidente de la Convención. La mayoría opositora controlaba, sobre 237 convencionales presentes (el total de la convención son 347) a 200, y el resto pertenecía a "Los Margaritos".

La Convención aprobó la "Declaración de Rosario", cuyos párrafos más salientes, fuertemente críticos sobre el gobierno de Kirchner, son los siguientes: (1)

  • Equilibrio institucional: "Se observa un desequilibrio de poder que la actual gestión presidencial no ha hecho más que profundizar. Para conseguir el equilibrio institucional es necesario, en primer término, desconcentrar el poder del Presidente hacia los otros representantes del pueblo".
  • Capitalismo prebendario: "El gobierno parece haber adoptado un rumbo: el del capitalismo prebendario, en el cual la ganancia y la supervivencia misma de las empresas depende de su cercanía con el poder y de su sometimiento a designios políticos del Presidente y de su entorno".
  • Asistencialismo: "La gestión social del gobierno combina lo peor de dos mundos: el derrame de la ortodoxia neoliberal con el clientelismo desembozado del más rancio populismo".
  • Práctica de la libertad: "La ley debe reconocer derechos donde la práctica de la libertad los ha creado. La sociedad es más abierta, tolerante y operativa que la legislación que la gobierna. Hay que terminar con la hipocresía y con la persecución legal de lo que los ciudadanos aceptan y hasta a veces practican".

Sobre la base de este documento se acordó que se inicien negociaciones formales entre la UCR y Lavagna. Se resolvió que esas negociaciones sean llevadas a cabo y centralizadas por el presidente del Comité Nacional del partido, Roberto Iglesias. Las posiciones de los dirigentes del MFR y de los "Margaritos" deberán ajustarse a la mayoría, o sus miembros serán expulsados. (3)

4. El centro-derecha y la Convención: el "puente Lavagna"

Ha sido muy interesante la reacción en los medios de comunicación vinculados a posiciones de centro-derecha, y también en algunos altos dirigentes de este espacio político.

Como es sabido, esos medios de comunicación desarrollaban hasta ahora campañas de descrédito de la UCR. Se caracterizaba a la UCR como un "furgón de cola" del kirchnerismo. Pero ahora -triunfante en la Convención la línea de oposición dura a Kirchner- se registra un cambio notable en esos medios.

El influyente editorialista Joaquín Morales Solá piensa que el resultado político de la Convención es un "freno político" al avasallante kirchnerismo. Escribe:

"El sistema de partidos políticos argentinos podría ser distinto luego de este fin de semana. Probablemente no será mejor. La virtual división del radicalismo no la están promoviendo ideologías o principios diversos, sino la influencia directa de un presidente peronista que camina hacia una democracia plebiscitaria. Néstor Kirchner frenó en seco la reconstrucción política e institucional, que era su primer deber tras la gran crisis de principios de siglo.

Los radicales se han dividido, lo acepten ellos o no. Basta leer el documento de ayer de su convención nacional, y compararlo con lo que dicen los ausentes de esa reunión, para concluir que no hay posibilidad de convivencia. Por ahora, al menos. No se trata de una división entre sectores progresistas y conservadores, que es una separación clásica dentro de los grandes partidos. Es algo peor e insalvable: difieren en su actitud frente a un poder político que se concentra y amplía al mismo tiempo." (4)

En otras palabras, Morales Solá cree que la posición anti-kirchnerista adoptada por la Convención es un gran paso de la UCR hacia su participación en un amplio frente de "resistencia republicana". Justamente este objetivo político es el que el editorialista Mariano Grondona considera que debe unir en un solo frente al centro y al centro-derecha para frenar al "hegemonismo" kirchnerista. (5)

Es interesante destacar que ninguno de los líderes del centro-derecha (Macri, López Murphy), ni tampoco su potencial aliada Lilita Carrió, produjeron opiniones públicas sobre la Convención. Se llamaron al silencio, lo cual indica que no desean interferir con el proceso de ajustes que ahora toma la dirección de la UCR para colocar al partido en la oposición.

La conclusión de estas actitudes benevolentes de distintos sectores del centro-derecha frente a la Convención de la UCR es que, aún conociendo las dificultades que conllevaría la convergencia electoral con la UCR, importantes lobbies vinculados con grandes empresarios ven como un paso importante que la UCR rompa abiertamente con el kirchnerismo y se transforme en base política de sustentación a Lavagna.

El hecho de que Lavagna, en estas dos últimas semanas haya dado nuevos pasos para sentar su candidatura también demuestra que el ex-ministro desearía desplazar el centro progresista hacia la derecha. En efecto, Lavagna ya ha conformado equipos de trabajo formados por radicales alfonsinistas y duhaldistas que elaboran documentos programáticos para el candidato (6). Lavagna sabe que la UCR necesita, para legitimarse, ampliar sus cuerdos con el socialismo (ya existe en la provincia de Santa Fe un frente PS-UCR, y es la base de la candidatura de Hermes Binner). Pero el gran objetivo de Lavagna es sumar a una parte del centro-derecha. De allí que se reúna privadamente con Macri y con López Murphy, y que se solidarice con las iniciativas de seguridad pública promovidas por Juan Carlos Blumberg.

Dado el ímpetu del kirchnerismo y las dificultades ideológicas y políticas para que el espacio opositor converja hacia una sola fórmula electoral, la convergencia de la UCR "oficial" con el centro-derecha es todavía un proyecto. Es un "proyecto-collage" entre fuerzas no fácilmente unificables. Las consignas de "defensa de las instituciones" y la defensa de una "Propuesta Republicana" sólo podrían movilizar hoy y expresarse como espacio acotado a un 20% del electorado. Pero el fortalecimiento de las fuerzas opositoras, aún cuando no se unan en la primera vuelta electoral en 2007, en caso de que la "Concertación Plural" no pueda imponerse en primera vuelta, podrían ser converger contra Kirchner en una eventual segunda vuelta.

5. Conclusiones

La Convención de la UCR consagró la autonomía electoral respecto a la Concertación Plural motorizada por el Presidente, ratificando su "difícil rol opositor" y centralizando las negociaciones en la UCR y otras fuerzas de oposición en el presidente del Comité Nacional, Roberto Iglesias. La UCR "oficial" intenta detener la sangría que sufre -desde el centro hacia la derecha y la izquierda- a partir del fracaso de la Alianza. La UCR se acoraza para defenderse e intenta recuperarse a través de la candidatura de Lavagna.. Pero el partido ha sufrido vertiginosamente una disminución notable de su caudal electoral desde 2001.

La Convención fue una confrontación limitada a un bloque mayoritario alfonsinista + el radicalismo antiperonista clásico vs. la minoritaria izquierda socialdemócrata partidaria de las Margaritas de impulsar un "frente popular". Pero la sangría principal proviene del MFR., Nada indica que bastarán "sanciones" estatutarias a los disidentes para detenerla. La Convención -sin hacerlo explícito en su resolución- reafirmó la voluntad del partido de apoyar la candidatura presidencial de Roberto Lavagna. Este se ha convertido en el "salvavidas" de la UCR. Pero podría ser un salvavidas de plomo, si el centro-derecha en bloque llega a un acuerdo electoral con Lavagna. Lavagna también podría favorecer a la todavía débilmente unida centro-derecha , colocándola bajo su protección política. Bajo el "paraguas Lavagna" comienza un proceso de acercamientos entre la UCR y los partidos del centro derecha.

La ausencia de 5 de los 6 gobernadores y 150 intendentes que se suman a la Concertación Plural de Kirchner ha dañado fuertemente a la UCR. La crisis de la UCR parece sin retorno (7). Es tal la fuerza de atracción del kirchnerismo sobre una parte del electorado radical que -hasta ahora- la UCR no puede frenar la sangría. Esta amenaza con extenderse al Partido Socialista, cuyos principales dirigentes intentan preservar el perfil autónomo del socialismo oficial pero debieron asistir a la Convención radical (Hermes Binner, Rubén Giustiniani y Miguel Lifschitz) para preservar sus alianzas con el radicalismo en Santa Fe y otras provincias.. En efecto, en el PS surgen ya discrepancias por esa actitud desde sectores internos pro-kirchneristas todavía en las sombras y desde sectores públicamente favorables a construir un "frente popular", al estilo del propuesto por los "Margaritos" de Stolbizer. (8)

En síntesis, la UCR " Oficial" intentará el próximos meses recuperar la iniciativa política utilizando la "palanca Lavagna" (repitiendo la táctica aplicada en 1998 en relación con el emergente FREPASO), pero con grandes dificultades, dadas la nueva división interna en el partido, el ímpetu del kirchnerismo y la CU, y las propias especulaciones de Lavagna, quien no termina de decidirse si vale la pena intentar liderar un proceso tan complicado de convergencia entre el "centro progresista" y la derecha.

Nota:
(1) "La UCR ante la amenaza de un nuevo desprendimiento", Clarín, 27/8/06.
(2) "Crítico documento", La Nación, 27/8/06.
(3) "Amenazan con sanciones en la UCR", La Nación, 28/8/06.
(4) "La división radical y la democracia plebiscitaria", La Nación, 27/8/06.
(5) "El despertar de la resistencia republicana", La Nación, 27/8/06.
(6) "Lavagna definió sus primeras medidas", La Nación, 28/8/06.
(7) Eduardo van der Kooy, "La oposición recorre su laberinto", Clarín, 27/8/06.
(8) "Diferencias en el PS por la presencia en Rosario", Página/12, 27/8/06.
(*)Director del Instituto del Mundo del Trabajo.
Rebanadas de Realidad - Envíenos sus comentarios e informaciones