La llegada del nacionalismo más radical tensiona al colectivo escindido del BNG

Su entrada en las asambleas de base añade un elemento de discordia entre los «irmandiños» de Beiras y Máis Galiza

Valoración Con: 1 estrella 2 estrellas 3 estrellas 4 estrellas 5 estrellas   votos ¡Gracias! Envíando datos... Espere, por favor.

El nuevo proyecto político llamado a competir en el espacio electoral del Bloque, todavía en fase de construcción, viene marcado de momento por las desavenencias de sus dos grandes polos para definir los tiempos, pero hay otros elementos que generan discordia y añaden más incertidumbre hacia el futuro, como es el caso de la participación del independentismo en las asambleas de base. Avalados por sus fuerzas -Frente Popular Galega (FPG) y Causa Galiza-, los militantes que abanderan el soberanismo más radical, aunque son una minoría, toman parte en las discusiones del nuevo proyecto con un argumentario muy similar al que defiende el Encontro Irmandiño (EI) de Beiras: la alternativa debe cimentarse desde abajo, sin exclusiones de partida, para explorar la viabilidad de construir un nuevo referente político que sea útil a las clases populares, las más desfavorecidas por la crisis.

Eso es lo que se desprende, en gran medida, del último comunicado hecho público por la Frente Popular Galega (FPG) o de la crítica efectuada por Causa Galiza al anuncio conjunto de tres fuerzas (Máis Galiza, Ecogaleguistas y Acción Galega) sobre un principio de acuerdo al margen de los irmandiños. Lejos de contribuir a reducir las diferencias entre los dos grandes polos llamados a entenderse (el grupo de Beiras y Máis Galiza, que fueron en alianza a la última asamblea del BNG), la irrupción del independentismo ha avivado las brasas.

Mientras los irmandiños restan trascendencia a este hecho, al entender que se trata de una participación de militantes a título individual, Máis Galiza constata que esto ha generado un efecto disuasorio en parte de su militancia, cada vez menos ilusionada en acudir a unas asambleas por la deriva que puedan tomar.

Oficialmente, el partido de Xoán Carlos Bascuas cree que el proyecto debe estar abierto a distintas sensibilidades, pero otras fuentes consultadas en Máis Galiza revelan cierto malestar con lo que creen que es la hoja de ruta irmandiña: hacer bulto por abajo para ganar fuerza sin medir las consecuencias reales que podría tener en el resultado final del proyecto. A la espera de ver cómo avanzan las conversaciones para construir la alternativa al BNG, lo cierto es que la estrategia de puertas abiertas, consensuada por todos los actores, ha dado pie a que, de momento, confluyan bajo las coordenadas del galleguismo y del nacionalismo planteamientos centristas con otros más escorados hacia la izquierda y el soberanismo. Algo que se traduce en la práctica en el hecho de que en la gestación del proyecto o en sus conversaciones participen personas tan dispares como Rafael Cuíña, exmilitante del Partido Popular, y Mariano Abalo, referente cangués del independentismo.

La resultante

Con todo, otras fuentes revelan que, al margen de que en el diálogo tomen partes diferentes sensibilidades, el proyecto final girará sobre lo que decidan los dos grandes polos: el encarnado por Beiras, en las coordenadas del soberanismo y la izquierda, y el representado por Máis Galiza, con un corte más socialdemócrata y centrista.

De momento, la fuerza que lidera Xoán Carlos Bascuas ha llegado a un principio de acuerdo con otros dos grupos, los Ecogaleguistas (Xoán Hermida) y Acción Galega (donde estaría Pérez Bouza y Rafael Cuíña), para escenificar públicamente una alianza a la espera de que se sumen los irmandiños de Beiras, partidarios de seguir trabajando por las bases.