El presidente irlandés dedica tres semanas del verano a aprender español en la UIMP

Michael D. Higgins quería mejorar su competencia lingüística de cara a un viaje institucional que realizará en octubre por Chile, Argentina y Brasil

Santander, 25 de agosto de 2012.- Un presidente diferente que ha pasado unas vacaciones singulares en Cantabria. Michael D. Higgins, mandatario irlandés, acaba de concluir ayer, viernes, una estancia de tres semanas en Santander, donde se convirtió en un alumno más de los cursos de español de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en cuyo Campus de Las Llamas ha compartido aula con estudiantes japoneses, austríacos o polacos. Su presencia en la capital cántabra ha pasado totalmente desapercibida por expreso deseo de un presidente que, a sus 71 años, ha dedicado su tiempo de ocio veraniego a soltarse en el idioma castellano.

 Para conseguir su objetivo fue muy necesaria la complicidad de la UIMP. Higgins se matriculó en un curso de Lengua y Cultura (al igual que su esposa, la actriz retirada Sabina Coyne) hace un par de meses: ambos lo hicieron en tiempo y forma y pagando la tarifa correspondiente. De esta manera, quería mejorar su competencia lingüística de cara a un viaje institucional que realizará en octubre por Chile, Argentina y Brasil.

 Pero una vez se conoció su identidad, la universidad tuvo que prestarse a tomar unas mínimas medidas de seguridad y, especialmente, todos aquellos que conocían su asistencia a los cursos tuvieron que confabularse para que no fuera descubierto por los medios de comunicación. Higgins quería una estancia tranquila, poder centrarse en sus estudios y mantener su iniciativa dentro de un carácter estrictamente privado.

Su rutina académica ha sido la de cualquier otro alumno de la UIMP. Tuvo cinco horas de clase los 15 primeros días, en los que practicaba junto con otros siete estudiantes. La última semana, según explicó la vicerrectora de Lenguas e Internacionalización, Lourdes Díaz, siguió un plan diseñado específicamente para él, un cargo político necesitado de léxico jurídico y financiero.

 Los cuatro profesores que ha tenido en Santander –Fernando Abascal, Paula González, Katia Ahumada y Jorge Gutiérrez, bajo la coordinación docente de María José González- son cántabros y, con ellos y con sus compañeros de pupitre, realizó el pasado fin de semana una excursión a Potes, en autobús. El presidente de Irlanda cumplió religiosamente con el programa: desayuno con la obligada ‘corbata’ (dulce típico) en Unquera, visita a Santo Toribio y Santa María de Lebeña y parada en San Vicente de la Barquera a la vuelta.

 “Ahora mismo es capaz de hablar con fluidez, de forma espontánea, y lee y entiende textos literarios complejos”, asegura la vicerrectora Díaz. O sea, se encuentra en un nivel A2, que le ha servido para reflexionar sobre su admirado Víctor Jara, sobre filosofía o sobre sociología. A sus compañeros sirios de la UIMP les ha interrogado con interés por la delicada situación de su país y por su circunstancia personal.

 Todo demuestra que Higgins no es un político al uso. Era simplemente presidente de su partido, el Laborista, cuando ganó las elecciones en su país –inmerso en una grave crisis económica- el pasado mes de octubre. Entonces sorprendió a la opinión pública internacional que los irlandeses hubieran votado masivamente a un hombre de su edad, de un partido de izquierdas (cuando el electorado es mayoritariamente conservador), a un poeta con tres obras líricas en las librerías, a un filólogo y a un activista de los Derechos Humanos, defensor a ultranza del idioma gaélico y promotor de la igualdad de las mujeres o los derechos de las personas con discapacidades.

Un día antes de conseguir el diploma por esta universidad, que acredita sus nuevos conocimientos de la lengua castellana, el presidente de Irlanda se reunió en una comida con el rector de la UIMP, Salvador Ordóñez, y varios miembros de su equipo de Gobierno, en la que hizo gala de sus recién adquiridas competencias de comunicación en español.

Ordóñez le había dado una discreta bienvenida cuando llegó, el pasado 6 de agosto, y le ha despedido agradeciéndole la elección de esta universidad pública, la UIMP, -dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte-, institución que recibe al año a cientos de extranjeros en cualquiera de sus numerosos planes de estudios de castellano. Aunque, hasta ahora, ninguno había sido tan especial como éste.