Por: Miguel Andrés Fierro Pinto.–

La expectativa que se aguarda por el inicio de la segunda fase del proceso de paz con las Farc, es alta pero no tan alta como en anteriores diálogos con ese grupo narcoterrorista, en virtud a la burla que dicha organización ha tenido sobre las buenas intensiones de los gobiernos de turno y sobre todo la esperanza del pueblo de Colombia.

El anuncio de las Farc, de decretar un cese al fuego de manera unilateral por espacio de dos meses, derivó en una importante ola de reacciones positivas, titulando este gesto como una “muestra y voluntad de paz”. Vale la pena analizar los alcances del cese al fuego y la certidumbre versus el escepticismo que deriva este anuncio y sobre todo viniendo de donde viene.

Algunos manifiestan que llevar a cabo un proceso de paz bajo la premisa del cese al fuego, es importante para configurar confianzas entre las partes y transmitirle un claro mensaje al país y la comunidad internacional.  Otros dicen que es muy necesario que no haya un cese al fuego, pues es la contraprestación al objetivo de la negociación.

Lo importante de cualquier cese al fuego o anuncio de tregua, es que se tome en serio y haya un cabal cumplimiento del emisor. Parar o pausar de alguna manera esta guerra fratricida que nos han declarado los violentos, siempre es plausible y necesario para cualquier negociación y aspiración de paz.

Al analizar el sujeto o la organización que emite o decreta este cese al fuego, vale la pena recordar muchas cosas y así no caer en ese engaño y mucho menos en darles las gracias. En el proceso de paz del Caguán, las Farc anunciaron un cese al fuego a lo que llamaron una “tregua navideña” en la que se comprometieron a un cese al fuego. Este anuncio, como el de ahora, fue aplaudido por todos los sectores de la sociedad colombiana y por la comunidad internacional. Sin embargo, las Farc  como es habitual incumplieron su palabra y siguieron delinquiendo durante su “tregua navideña”. Así lo evidenciaron las denuncias que hizo en su momento la Fuerza Pública, denuncias a las que tristemente se les apagó el micrófono para no hacer quedar mal a las Farc. Fueron muy pocos y contados los medios de comunicación que no privaron a la sociedad de conocer cómo se configuraba un engaño más de las Farc. Tristemente las Farc han tenido sus defensores de oficio por acción y omisión.

En aquella época, el hoy extraditado a los EE.UU., Simón Trinidad manifestaba que las Farc veían posible un cese al fuego pero NO de hostilidades. Y en las hostilidades caben todas las acciones de las Farc diferentes a las ejecutadas con arma de fuego tales como: la extorsión, el secuestro, el reclutamiento forzado, el narcotráfico entre otras. La explicación del nefasto jefe guerrillero era que eso que llaman hostilidades  se ejerce para “financiar la lucha revolucionaria en beneficio de ‘La Nueva Colombia’  y que por tanto eran imprescindibles”.

El anuncio hecho por Iván Márquez, manifiesta que decretan un cese al fuego en el que  “no atacarán a la Fuerza Pública ni a la infraestructura nacional”. Así se simple se resumen los alcances de este anuncio de las Farc. Pero en ello no incluye las hostilidades que a su vez son las que recaen en la población civil y las que más degradan el conflicto. En el marco de este tiempo que terminará el 20 de enero de 2013, las Farc podrán llevar a cabo cualquier hostilidad y seguramente primará más el anuncio de un incierto e insulso anuncio del cese al fuego.

La arrogancia de las Farc objetivamente impide sembrar una nueva y real ilusión por la paz. El sólo anuncio que este proceso de paz podría traer la “dejación de armas” pero no la desmovilización de esta peligrosa estructura criminal, deja mucho que pensar frente a una voluntad de paz real y más cuando su discurso es cohesivo en cuanto a que “no tienen nada que negociar”.

El cese al fuego decretado por las Farc genera igual o mayor incertidumbre que el proceso de paz mismo, con base a lo que las Farc han sembrado en el pueblo de Colombia: terror, engaño, mentiras, soberbia etc. No hay organización criminal más cretina en el mundo que las Farc. Argumentos hay más que suficientes.

Este anuncio no tiene otro propósito que mostrarse como arcángeles ante la comunidad internacional que acompaña y observa este proceso de paz. Un proceso cuya función y beneficio para las Farc, no es otro que la utilidad y las bondades del marketing político.

Esperamos que si  se llegaran a presentar hechos criminales atribuibles a las Farc en el marco de ese periodo del cese al fuego, no se apaguen los micrófonos a quienes denuncien y mucho menos que los vayan a catalogar como enemigos de la paz a quienes  se arriesguen por transmitir la verdad al presentar alguna denuncia acerca de las atrocidades de esta organización.

@miguelfierrop

 Tomado de: http://libretadeapuntes.com/archivos/30875 

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