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Los Minimás es un nombre pionero en cultivar el sonido del funk y del soul en Chile. Cuando esos géneros negros estaban en pleno desarrollo en Estados Unidos, a fines de los años '60, la banda registró un disco Larga Duración sólo con temas de ese estilo, en circunstancias que apenas se conocían esos ritmos en este lado del mundo, y solo se habían asomado aisladamente en canciones de algunos nuevaoleros, como Gloria Aguirre. Si bien su repertorio solo eran covers de temas norteamericanos, y su existencia se restringió solo al disco (no hicieron giras ni presentaciones en vivo) el conjunto es fundacional en la música negra hecha en Chile.

La historia de los Minimás está íntimamente ligada a la del conjunto romántico Los Angeles Negros. El bajista y el baterista de esa banda, Nano Concha y Luis Ortiz, venían de una temporada de trabajo en Canadá, como Los Topsis, la banda de apoyo de Miguel Zabaleta, y a su regreso en 1969 recibieron la invitación a sumarse a Los Angeles Negros.

Con ellos grabaron el disco Y volveré, pero al mismo tiempo crearon a Los Minimás como proyecto paralelo. En él, Ortiz y Concha desarrollaban su pasión por la música negra, que habían conocido justamente en su estancia en Canadá, donde se había clientes fecuentes de locales nocturnos de música negra. "Con Lucho veíamos a los músicos de allá, y anotábamos sus formas de tocar, para luego hacerlas nosotros", recuerda Nano Concha.

Con el apoyo de EMI, y junto a otros dos músicos, registraron el disco Mi dulce Lolita, que además contó con la participación de bronces interpretados por músicos de estudio y de las orquestas de esos años. Temas de Wilson Picket y Aretha Frankiln nutrieron esa grabación, que además tuvo tres versiones de un mismo tema: "Mi dulce Lolita". Esta canción era un cover del tema instrumental "Soulful Strut", que interpretaba el trío de Chicago Young Holt Unlimited, pero que en 1969 – el mismo año del disco de Los Minimás- tuvo una difusión mayor en la versión de Barbara Acklin "Am I the Same Girl."

Esa versión de los chilenos rotó en las radios, y llegó a los rankings de esos años. Sin embargo, el avasallador éxito de Los Angeles Negros obligó a sus músicos a abandonar el proyecto. "Con la otra banda íbamos a tener más trabajo, no teníamos dudas", confiesa Luis Ortiz. La intensa actividad posterior de Los Angeles Negros demostró que esa era una predicción completamente acertada.

Hacia 1971 la banda se acabó. La veta funk de los dos músicos, en todo caso, se encauzó en Los Angeles Negros en cuyas canciones se puede detectar fácilmente ritmos de batería y bajo inspirados en música negra, y que hasta hoy han sido reconocidos sobre todo fuera de Chile.

–Jorge Leiva
Foto: Archivo Nano Concha