Belle de jour

Sofía sedujo a París. Y posó en microbikini frente al museo del Louvre. "En Europa el ritmo de trabajo es otro. Hacés doce castings por día, pero tenés la ventaja de que acá están las grandes marcas", asegura.
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Diosa

"Sé que tengo un cuerpo que me permite hacer campañas graficas de lencería o desfilar en ropa interior, pero lo que mas me elogian los hombres son los ojos y la cara. Me dicen '¡que ojazos!' o cosas por el estilo"
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Rubia preciosa por donde se la mire. Belleza para admirar.
Sofía Zamolo

"Soy una Barbie con cuerpo latino"

En agosto de 2001 GENTE la presentó en una tapa con el título ¿Rubias o morochas? "La Rubia", obviamente, es ella. Una diosa de 19 años, nacida en San Isidro y con exquisitos 90-59-89 ("la morocha", vale recordar, es Karina Jelinek). Desde entonces, su vida cambió: más castings, más contratos, más cachet, más éxito, nuevo novio. Hoy -trece meses después- su fama trascendió los límites del país e hizo eco en Europa. Por eso, Fashion TV la invitó para ser la protagonista del programa Un día en la vida de… por el que sólo desfilan las top. GENTE acompañó a "la rubia" en su tour. Y París fue una fiesta.
 
Sofía se define como "una Barbie con cuerpo de latina". Es argentina, pero su árbol genealógico tiene raíces en Alemania, Austria y Cataluña. Hace dos años dio sus primeros pasos en el mundo fashion. Desfiló en Europa y participó en campañas gráficas en Miami. En agosto de 2001, GENTE la presentó en una tapa con el título: ¿Rubias o morochas? Cómo las prefieren los argentinos. "La morocha" es Karina Jelinek. Y ella, "La rubia". Fue suficiente: desde entonces dejó de ser una modelo anónima para convertirse en una de las más solicitadas de la agencia de Pancho Dotto, con nuevas ofertas de trabajo y un cachet digno de una top.

-¿Esa tapa cambió su vida?
-Muchísimo. En la calle la gente me empezó a reconocer: "Ahí está la rubia de GENTE" o "Mirá, es Sofía Zamolo". Antes de venir para acá, en Ezeiza me abordó una familia entera y tuve que firmar un montón de autógrafos. Hay momentos en que no puedo creer lo que me está pasando.

-¿Cómo se lleva con esta incipiente fama?
-Me la banco bien. Sé que ya hay quienes me identifican, que conocen mi nombre, que saben quién soy, qué hago. Y justamente por eso ahora debo cuidar un poco más mi imagen, mis actos. Pero me divierto con lo que estoy viviendo.

-Como modelo, ¿la popularidad le trajo más clientes?
-Obvio. Eso te da más trabajo. Además, te acerca la posibilidad de que la gente te conozca en el interior. Hay clientes que se contactan con la agencia y preguntan por "la rubia de GENTE" o "la vi en Fashion TV".

-Imagino que lo mismo sucede con los señores…
-Puede ser. Hay muchos hombres que los atrae estar con una mujer que sale en las revistas, que fantasean con tener una modelo a su lado. Si hasta los que antes no me daban ni la hora ahora pululan a mi alrededor.

En este momento, Sofía está en República Dominicana y el teléfono trae su voz. "Ahora estoy tirada en la cama con el aire acondicionado al máximo porque afuera hace un calor terrible. Disfrutando de unos días de vacaciones con mi novio. ¿Cómo qué novio? El mismo de siempre, Roly Alzaga". Sofía Zamolo se dice exhausta: en los últimos quince días desfiló sus exquisitos 90-59-89 por los aeropuertos de París, Milán, Ezeiza y Santo Domingo. "Por trabajo y por placer", concluye.

-¿A qué se dedica su novio Roly?
-Es piloto de autos -de los buenos- en las categorías Turismo Pista, Turismo Nacional Clase 2 y en la Copa Mégane.

-¿La seducen los autos?
-Sí. Yo soy fierrera. Pero jamás me fijaría en un tipo porque tiene un auto importado o cosa por el estilo. A mí me encantan la velocidad, el vértigo. Y desde que estoy con Roly sé mucho más de motores y todo eso. Además, manejo muy bien.

-Entonces, jamás la mandaron a lavar los platos.
-Para nada. Ese es un concepto machista y antiguo.

-¿Cómo fue su última excursión por Europa?
-Espectacular. Fui invitada a París por Fashion TV para grabar Un día con Sofía Zamolo. No podía creer que estaba en el programa por el que desfilan tantas top. Fue fantástico.

El día con Sofía Zamolo devino finalmente en una semana con Sofía Zamolo. E incluyó un tour por París, Montecarlo, Cannes, San Remo, Verona y Milán. "Supongo que el compacto final va a incluir las imágenes que grabamos durante los siete días que duró el viaje -arriesga Zamolo-. Además, hicimos las fotos para GENTE en la Torre Eiffel (N. de la R.: adonde fue sorprendida por un chárter de nipones, todos cámara en mano), el Arco del Triunfo, en la Catedral de Nôtre Dame y en Montmartre. Fue una producción audaz y muy copada: en microbikinis y tacos altos en plena ciudad".

-Y también en el subte.
-Sí. Lo del metro fue muy loco, porque la idea surgió mientras viajábamos de una locación a otra. Y apenas se nos ocurrió, nos pusimos a hacer fotos.

-¿Qué hacía en el subte solo cubierta por un bikini en leopardo?
-Yo estaba con mi tapado y una boina que me había comprado en París. Debajo del tapado tenía solamente el bikini, así cuando llegáramos al lugar yo ya estaba lista para la producción. Pero como empezamos a hacer fotos en los vagones, abrí mi tapado en pleno recorrido... y me puse a trabajar.

-Convengamos que no es la vestimenta más recomendable para tomar la Línea A en su hora pico…
-No, por supuesto. Pero allá la gente es más respetuosa, nadie te dice nada. Yo viví dos meses en Europa el año pasado y sé que la gente es muy tranqui, no reacciona tanto. En Buenos Aires hubiese sido mucho más difícil. Pero igual lo habría hecho. Me gustan las situaciones audaces.

-Es una argentina sin rasgos latinos. ¿Cómo se vende esa imagen en el mercado europeo?
-Mi fuerte está en los ojos y la cara. Sé que tengo un cuerpo que me permite hacer campañas gráficas de lencería o desfilar en ropa interior, pero lo que más me elogian los hombres son los ojos y la cara. Me dicen: "¡Qué ojazos!"

-¿Incluso cuando desfila en ropa interior?
-Nunca me dijeron: "¡Qué lindo c…, mamita!". Bah, alguna vez me gritaron algo así. Vos viste cómo es, siempre aparece algún camionero…

-¿Recuerda cuál fue su reacción entonces?
-Tranquila, como siempre. A todas nos gustan los piropos, incluso los que son un poco zarpados. No hablo de los groseros, hablo de los un poquito subidos de tono… Las mujeres también tenemos nuestros ratones. ¿O qué pensabas?

por Jorge Martínez Carricart
fotos: Santiago Turienzo
(Agradecemos a Class Life, Ricky Sarkany, Compañía Italiana de Turismo, Roberto Giordano, Tomás D y Fashion TV)

 
Comentarios
 
De: miguel saponara
Publicación: 23/07/13
la diosa sofia zamolo
YO SOY EL QUE LE OFRECI 100 LUCAS LO SABE ELLA PERO JAMAS ME LLAMO
 
Chapita
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Chapita
Chapita