OTROS DEPORTES

Murió el jinete Alberto Valdés Ramos
ÚLTIMO SOBREVIVIENTE DE LONDRES 1948
  
 
    
 

FALLECIÓ el jinete Alberto Valdés.

14 de abril de 2013


POR HÉCTOR REYES



EL jinete Alberto Valdés Ramos dejó de existir a los 94 años, este domingo en el Hospital Militar de la ciudad de México, había ingresado el viernes tras sufrir una caída en su hogar.

Fue el último sobreviviente del equipo ecuestre que ganó la medalla de oro por equipos durante los Juegos Olímpicos de Londres 1948, integrante de una estirpe comandada por el general Humberto Mariles Cortés.

Este año han fallecido tres medallistas olímpicos: el subcampeón de caminata Noé Hernández, el 19 de enero; la campeona de levantamiento de pesas Soraya Jiménez, el 28 de marzo, y Alberto Valdés el 14 de abril. Valdés fue un personaje que nació con estrella y compartió sus conocimientos hasta el día en que su condición se lo permitió en el club Hípico de la Ciudad de México.

Alberto Valdés tuvo el privilegio de contar con un hijo al que también le gustó el salto ecuestre y siguió sus pasos, Alberto Valdés Lacarra, bronce olímpico por equipos durante los Juegos de Moscú 80, y también ha tenido la vocación de compartir sus conocimientos en el Club Hípico Francés y en la Escuela Hípica Guash. La hermana de Alberto fue esposa de Mariles y sus vidas quedaron entrelazadas por siempre.

Ese equipo olímpico retó al destino y desoyó la orden de regresar a México del presidente de la república de aquel entonces, Miguel Alemán, de acuerdo a la crónica del mayor Víctor Manuel Saucedo, reserva del equipo olímpico y fallecido el año pasado. Antes de zarpar con destino a Europa, simularon que no habían recibido el telegrama del Ejecutivo, lo que les permitió emprender una de las odiseas de mayor trascendencia de la hípica mexicana, cuya calidad se había gestado tiempo atrás, con 12 años de preparación y una visita como "observadores" a las pruebas ecuestres de los Juegos Olímpicos de Berlín 1936.

Desde el barco que los llevó a Europa, los jinetes y caballos mantuvieron su estricta preparación en cubierta, en donde Mariles mandó construir caballerizas para conservar saludables a las bestias a lo largo del viaje trasatlántico. En el viejo continente fueron objeto de los más diversos comentarios por las condiciones de la cuadra, que incluyó un caballo tuerto. Los resultados se prodigaron en Italia y Suiza, previo a la justa olímpica.

Londres no era lo que hoy en día mostró. Se hizo como se pudo, no había abundancia de alimentos, los deportistas se hospedaron en albergues, escuelas y clubes. El equipo ecuestre mexicano fue arrollador. No había pretextos, de que si la guerra acabó con los caballos o que había sido la suerte. El hecho de una preparación a conciencia rindió los frutos que salvaron a los militares mexicanos de una corte marcial a su regreso, que también fue complicado, por una tormenta que los llevó hasta Islandia.

El 14 de agosto de 1948, el estadio de Wembley albergó la competencia ecuestre, ahí se dio cita la nobleza, el anfitrión fue el rey Jorge VI, quien abdicó tres años después y sucedió el trono la princesa Isabel II, a la fecha reina de la Gran Bretaña. El equipo ecuestre mexicano rechazó invitaciones posteriores, no hubo festejos, sólo se alistaron para regresar a México; en lugar de brindar con champaña, lo hicieron con leche y huevos con jamón.

Existe un documental muy completo que fue presentado en el homenaje en vida que recibió el año pasado Alberto Valdés por parte de la Asociación de Medallistas Olímpicos Mexicanos, encabezada por Daniel Aceves y el titular del Comité Olímpico Mexicano, Felipe Muñoz. Ahí se observa con lujo de detalle lo ocurrido ese día. Humberto Mariles con el caballo Arete ganó la medalla de oro individual; Rubén Uriza, a la monta de Hatuey, con un recorrido limpio en el desempate, se alzó con la plata individual; y por equipos, el oro, con la participación de Alberto Valdés cabalgando a Chihuahua.

Ese día fue inolvidable para el deporte mexicano y también para Alberto Valdés, después de recibir un telegrama que le informó el nacimiento de María Helena, primogénita del matrimonio con Margarita Lacarra. Así que Mariles le dijo que ganarían la medalla de oro en honor a su sobrina.

Don Alberto nació el 25 de junio de 1919 en la ciudad de México. El amor por la hípica lo tuvo durante su estancia en París. Formó parte de una generación de grandes jinetes que ganaron los principales concursos de Estados Unidos, Canadá y Europa. En su última presentación pública, en las instalaciones del COM, comentó: "Exhorto a todos los presentes a continuar poniendo el nombre de México en lo más alto del podio, sin importar las dificultades que se presenten, México ha sido cuna de grandes campeones y debemos seguir manteniendo ese título".

Sus facultades se deterioraron estos últimos años, pero su bonhomía, su capacidad de discurrir y su sonrisa perenne serán recordadas por sus alumnos y descendientes, como un hombre que siguió los preceptos del arma de caballería del Heroico Colegio Militar: "Ni soy el mejor ni soy el peor, sólo soy diferente".

Le sobreviven su esposa Margarita Lacarra, sus hijos Alberto, Carlos y María Elena, así como ocho nietos y ocho bisnietos.

Por la noche llegaron al velatorio de la Secretaría de la Defensa Nacional el presidente del Comité Olímpico Mexicano, Carlos Padilla, y Daniel Aceves, entre otros.