El día de los enamorados en la historia
Corría el año 270 EC, en uno
de los periodos de mas intensa persecución de los grupos cristianos, en enero
de ese año moría Claudio II, un emperador empeñado como tantos en hacer
desaparecer del mapa a todo aquel que considerara rebelde y los cristianos eran
cosiderados así. Por aquel tiempo fue encarcelado un joven romano llamado
Valentin, quien se había negado participar en el ejercito romano por ser
cristiano, también por rechazar la adoración debida al emperador, eran las
principales causas por las que cristianos de aquella época eran castigados en
muchos casos con encarcelamiento y otras con la muerte.
Aureliano, el ferreo general que le siguió fue un implacable
continuador de las persecuciones hacia estos y no le concedió el indulto a
Valentín, pese a que en ocasiones por cambio de monarca se acostumbraba a
soltar a algún que otro preso, o sencillamente se liberaban a todos.
Sin embargo Valentín se ganó la amistad del carcelero y de
la hija de este, quien a menudo ayudaba a su padre o lo acampañaba cuando daban
las comidas a los reclusos. Esta entabló una amistad intima con el jovén, por
quien sintió lástima, pues no veía en el alguien criminal, ni ladrón, ni
asesino, sino una persona de un gran corazón, cultura y sabiduría superior a
cualquier otro delincuente allí castigado.
Pero un día 14 de febrero de aquel año el joven romano era
golpeado y decapitado al rehusar renunciar al cristianismo. Antes de ser
martirizado, dejó una nota para la hija del carcelero y la firmó con la frase:
“De tu Valentín”. Desde entonces por siglos la frase “De tu Valentín” fue
sinónimo de el enlace de la amistad.
Coincidía en aquellos tiempos que por esas fechas se
celebraba en Roma y parte de su imperio europeo las lupercalias, celebrada por los
adoradores de un dios llamado Luperco. Al parecer era una fiesta importada de
los griegos que siglos antes de esto celebraban al dios Pan, que era dios de
los rebaños y de los pastores. Según la mitología griega, cuando Pan nació ya
era adulto, tenía cuernos, barba, pies de cabra y cola. En las obras de arte es
representado como una criatura voluptuosa y sensual que está bailando. Cuando
surgió el Imperio Romano, Roma adoptó a Pan como su dios bajo el nombre Fauno,
también llamado Luperco. Según se afirmaba, su esposa, Luperca, en forma de
loba, había criado a Rómulo y Remo, fundadores y edificadores de la antigua
ciudad de Roma.
A los sacerdotes que servían en el templo de este dios se
les conocía como lupercos. A mediados de febrero estos sacerdotes, vestidos
sólo con pieles de cabras, solían ir y golpear a las mujeres con correas de
piel de cabra, lo cual afirmaban contribuiría a la fertilidad. Este antiguo
festival de amor primaveral incluía otros ritos místicos y sexuales, como el de
dar mujeres jóvenes a hombres por medio de una especie de lotería. Los nombres
de las muchachas se ponían dentro de una caja, la cual se agitaba, y luego los
hombres sacaban de ella los nombres. Algunos emperadores se empeñaban en
querer cambiar la tradición y convertirla en el día de Cupido el dios del amor, pero
era maoyoritariamente a Luperca a quien se celebraba a mitad del mes de
febrero.
Esta tradición continuó viva durante siglos, incluso cuando
la iglesia catolica triunfó y se convirtió en la religión del imperio. Pero
llegada la edad media, hacia el año 1400 la iglesia quiso eliminar este rito
tradiciconal pagano, que en muchos lugares aún se celebraba. Así se instauró el
día de San Valentín en honor a aquel joven romano martirizado. Pero se añadió a
esto cierto halo de milagrosidad al suceso, mencionando que el joven había
sanado milagrosamente la ceguera a la niña del carclero, para dar más peso a la
canonicidad al personaje. Incluso se hicieron imágenes y esculturas en su honor.
A la fiesta se le añadieron ciertos adornos. Se amplió el
juego para permitir que las muchachas a su vez sacaran de la caja nombres de
muchachos. Aquel cuyo nombre se escogía llegaba a ser por un año el Valentín de
la que lo escogió. Durante la Edad Media, las vísperas del día de San Valentín
y el día siguiente, el 14 de febrero, se celebraban con mucha similitud al mismo
jugueteo sensual que caracterizaba el festival pagano del cual surgió esta
fiesta. Cupido, dios de la fertilidad, a quien se le representa como un niño o
joven alado, agregó a la ocasión sus actividades con el arco y las flechas.
Fue hacia 1840, que a una joven inglesa llamada Esther A. Howland,
se le ocurrió la idea de intercambiar tarjetas de felicitación por aquel día y
comenzó a vender las primeras tarjetas postales masivas de san Valentín,
conocidas como «valentines», con símbolos como la forma del corazón o de
Cupido. Estas trajetas se adornaban con
encajes y versos sentimentales y citas de las mitologías antiguas. También en este día es común la tradición de regalar rosas a aquellas
personas a las que se tiene un especial afecto.
Así se efectúa la parodia, el asociar los tiernos
sentimientos de amistad del joven Valentín para con una niñita, con los ritos de
fertilidad de antiguos dioses y diosas paganas de orígen griego y romano.