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Ahuachapan

  • Escrito por Uriel Ramos
  • Categoría: Ahuachapan
  • Visitas: 10253
Departamento: Ahuachapan. Título de Ciudad: 11 de Febrero de 1862 .

Topónimo: Dato no Disponible.

Ubicación: 13°55'9.09"N,  89°50'43.93"W. googlemapsGoogle maps. googleearth Google Earth

 

 

 

 

Orígenes y etimología

La ciudad de Ahuachapán es una de las más antiguas de El Salvador y al mismo tiempo uno de los núcleos humanos de mayor densidad demográfica. Esta población fue fundada alrededor del siglo V ó VI de la Era Cristiana por tribus pok'omames, de la familia maya-quiché, y participó en la milenaria civilización que el profesor Jorge Lardé ha llamado "civilización tazumalense". La estatuaria lítica y los objetos de cerámica localizados en el subsuelo ahuachapaneco han revelado la presencia de los pok'omames desde una edad bien remota de los tiempos gentiles y puesto en claro la existencia del hombre civilizado en esa región desde hace centenares de años. A fines de. la décimo-quinta centuria, los yaquis o pipiles, pueblos de la gran familia nahoa o yuco-azteca, conquistaron militar y culturalmente la antigua comunidad pok' omame y le cambiaron su primitivo nombre por el que aún conserva, modificando al propio tiempo la toponimia regional. Como consecuencia de esa tardía conquista militar e influencia cultural, en diciembre de 1549 ocurría en Ahuachapán un curioso fenómeno lingüístico, según pudo observar el oidor de la Real Audiencia de los Confines licenciado don Tomás López: el de que las mujeres lugareñas hablaban el idioma materno, el pok'omame, mientras los hombres hablaban el rico, dulce y armonioso idioma de los conquistadores, el náhuat. Esto no puede explicarse sino en el sentido de que las hermosas mujeres de la localidad fueron, según las leyes antiguas de la guerra, el precioso trofeo de la victoria militar de los yaquis o pipiles. Sobre el significado del toponímico Ahuachapán los filólogos nacionales no están acordes, habiéndose interpretado el mismo de muy diversas maneras, pero sin que ninguna de tales interpretaciones haya respondido satisfactoriamente a las exigencias lingüísticas y resistido victoriosamente a los embates del análisis y de la crítica. En mi sentir, la verdadera etimología del aludido nombre geográfico es: "la ciudad de las casas de robles", pues proviene de ahua, roble, encino; cha, corrupción provocada por la fonética pok' omame en el término náhuat cal, casa; y pan, en, donde está situado algo, ciudad (sufijo locativo). Esta etimología nada forzada y que explica las raíces constitutivas del toponímico Ahuachapán tiene en su abono la siguiente cita que tomo de la carta de relación del oidor licenciado don Diego García de Palacio (1576): "Hay (en Ahuachapán, dice) grandes y gruesos árboles, y un género de robles de grandísimas bellotas de que los muchachos hacen tinteros, y yo tengo una concha de las dichas bellotas, que tiene tres dedos de grueso".

Apócrifos datos tradicionales

En un informe municipal de Ahuachapán, de 24 de octubre de 1858, se consignan los siguientes datos apócrifos: "12. El nombre primitivo de Ahuachapám es Güeciapam, en lengua mejicana, que significa Río Grande, y sin duda tomó este nombre por la cercanía del río de Paz, que es caudaloso, en donde primitivamente se fundó el pueblo, y aun de su memoria quedan algunos vestigios; sucesivamente se escribió Agüechapa y por último Achuachapam". Todas las aseveraciones contenidas en el anterior párrafo son completamente falsas, aun cuando han sido tomadas como verdades inconcusas por nuestros geógrafos e historiadores, excepción del profesor Jorge Lardé que fue el primero en desvirtuar la autenticidad histórica de las mismas. En primer lugar, consta en muchísimos documentos coloniales que desde los primitivos tiempos de la dominación hispánica esta población se llamó indistintamente Aguachapa o Ahuachapán. En segundo lugar, en ninguno de esos documentos consta la metamorfosis de Güeciapan a Ahuachapán, pasando por Agüachapa y Achuachapam. En tercer lugar, no consta en esos documentos que Ahuachapán haya mudado alguna vez de lugar y si algo permiten establecer esos documentos es lo contrario: que Ahuachapán ha permanecido siempre en donde hoy está, y por lo tanto, los vestigios arqueológicos localizados en las márgenes del río de Paz, por Pueblo Viejo y Chinamas, no corresponden al primitivo Ahuachapán sino a otro pueblo extinguido en los tiempos inmemorial es. En cuarto lugar, el toponimio Güeciapam no significa "río grande" en lengua mejicana (nánuat) sino "río de un viejo" (de güe, huehue, viejo; ci, ce, uno; y apan, río). Para significar Río Grande los aztecas o mexicanos decían Hueytoyatl (de huey, grande; y toyatl, río) y los yaquis o pipiles Hueyapan, (de huey, grande; y apan, río), pero no Cüeciapán ni cosa parecida.

Siglo XVI

En informe a la Real Audiencia de los Confines, de 21 de diciembre de 1549, el oidor doctor Tomás López dice: "En este pueblo de Aguachapa los hombres hablan como los de Cuzcatlán (náhuat) y las mujeres como las de Chalchuapa (pok'omame)". "A media legua de este pueblo", dice el señor López, "existen unas fuentes termales llamadas "ausoles", lo que ciertamente no habría dicho, según Lardé, si Ahuachapán "hubiera estado a orillas del Paz, a más de cuatro leguas de los ausoles más cercanos". . En 1550 el pueblo de indios de Ahuachapán se dio en encomienda al conquistador Bartolomé de Marroquín, vecino de la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, más en la tasación respectiva no se indicó el número de parte-familias existentes en ese pueblo. El cosmógrafo-cronista don Juan López de Velasco, en su "Geografía y Descripción Universal de la Indias y.demarcación de los Reyes de Castilla (1571-1574)", dice los siguiente hablando del camino real que ponía en contacto a la villa de la Santísima Trinidad de Sonsonate con la ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala: "El camino desde Santiago a esta villa es áspero y de muchas piedras, y hay en él dos ríos caudalosos, que se pasan dos o tres veces; el uno se llama de los Esclavo, por unos indios que fueron esclavos y está cerca de él, y el otro Aguachapa, por un pueblo de indios por do pasa de este nombre". En la carta de relación del oidor licenciado don Diego García de Palacio a Su Majestad Felipe n, de 8 de marzo de 1576, se consigna lo siguiente referente a Ahuachapán: "Del dicho lugar (Ataco) fui a otro de Vuestra Real Corona que se llama Ahuachapa, de mediano temple, de la fertilidad y cazas dichas. Hácese en él la mejor y más galana loza al modo de los indios que hay en estas provincias. Principalmente la hacen y es oficio de las mujeres, las cuales labran sin rueda ni instrumento alguno, más que preparando el barro con las manos lo adelgazan e igualan, de manera que hacen muy bien cualquier vasija que les mandan" "Hay en los términos de este lugar dos arroyos, y en el uno hacen los indios pozos y remansos de agua, en que se cría una nata y escremento, que beneficiado se hace colorado como grana, y de esta hacen y dan color a unos jarros que hacen muy curiosos. Creó que es el bolarménico, porque tiene las elecciones de él, y ansimismo lo ha dicho un médico, bebido aprovecha al flujo de sangre y háse probado en enfermedades pestilentes, y ha aprovechado mucho, débese creer que, sí lo es, el agua do esto se nota pasa por algún minero del dicho bolarménico. En el otro arroyo, con la misma orden, cojen otra tierra negra, con que dan muy buen color negro, aunque lavado se vacía". "Hay en el término del dicho lugar unos manantiales que yo ví de agua caliente y tanto que quema, tan diferentes en el color y nacimiento que espantan. Llámanlo los indios el Infierno, y no sin alguna semejanza. Brota y sale el agua en espacio de un tiro de ballesta, por muchas partes y con diversos estruendos, según los órganos por do salen: unos hacen ruido como suele un batan, otros como molino, otros como fuelles, otros como quien ronca, y otras mil formas. En algunas partes sale el agua turbia, en otras clara, en otras colorada, en otras amarilla y de otros colores, según los mineros de tierra por do pasen, y del humor que de allí sale se hace un betún de diferentes colores que parece podría servir para pintar. Los indios suelen llevar sus ollas de elotes y de carne, y cocerlas en algún respiradero de aquella agua. Habrá tres año (1573) que pasando un muchacho en el dicho lugar se le sumió y hundió una pierna en un pantano de esta agua, y aunque lo socorrieron luego, dejó la carne de toda la pierna, y sacó el hueso y nervios mondos y limpios, y murio otro día siguiente. De todas estas fuentes se hace un río, que llaman el Río Caliente, que aunque sale por debajo de la tierra más de media legua de este lugar, a acontecido pelar los pies a un caballo y mancarle. Dos tiros de arcabuz, más cerca de una sierra que allí está, hay otros respiraderos de agua caliente, y está una piedra de cinco varas de largo y tres de ancho, hendida por medio, y sale siempre por la hendedura cantidades de humo, y llegándose a ella se oye el más horrible y espantoso ruido que se sabe; y acontece muchas veces cuando los tiempos andan revueltos, que salen por allí unos bramidos y truenos que se oyen media legua al derredor". Después de hablar de los bosques de robles de Ahuachapán, el citado oidor continúa así: "Hay en los términos de este lugar escorpiones tan grandes como gazapos, y un género de sapos menores que ranas, que saltan por los árboles y se tienen como pájaros. En tiempos de aguas hacen tan grande estruendo y dan grandes bramidos como terneros, y aunque esto me lo habían afirmado, no lo quise creer hasta verlo; y asimismo las mayores hormigas que he visto, cómenlas los naturales y las venden en sus mercados". El 8 de mayo de 1~86, en viaje de México a Nicaragua, pasó el río de Paz el padre comisario de la orden de San Francisco, fray Alonso Ponce y "andadas tres leguas en que se suben algunas cuestas y se pasa una venta junto a una lagunilla (laguneta del Espino o Huitzapan), llegó a un bonito pueblo llamado Auachapa, de los mismos indios (pipiles) y Obispado (de Guatemala), en que residía un clérigo muy devoto de nuestro hábito, el cual recibió al padre Comisario en su casa y le hizo mucha caridad y regalo. Hácense en aquel pueblo tinajas, cántaros y cantarillas y jarros de barro colorado, muy bueno y todo muy curioso". El 5 de julio de 1586, en. viaje de regreso, volvió a pasar por Ahuachapán fray Alonso Ponce, y la "Relación Breve y Verdadera" referido el estado del camino entre Apaneca y Ahuachapán, vía Ataco, y llegada a esta población del referido religioso, dice: "Pasó de largo (por el pueblo de Ataco), y andadas otras dos leguas, y en ellas pasado un buen arroyo con que los indios riegan sus cacauatales, llegó al pueblo de Auachapa, donde a la ida había estado una noche; halló allí al mismo clérigo, el cual, así como a la ida, le recibió muy bien y le dió de comer con mucho amor y devoción; el camino de aquella bajada (de Apaneca-Ataco a Ahuachapán) estaba peor que el de la subida del día anterior, (de Sonsonate a Salcoatitán- Apaneca) porque estaba más llovido y la cuesta más empinada, había muchos barrizales y deslizadero s en que resbalaban las cabalgaduras, y van así resbalando un gran trecho con pies y manos, sin poderse ni poderlas detener, y no fue pequeña dicha que ninguna cayese. Aquel mismo día, después. de comer, ya tarde, salió el padre Comisario de aquel pueblo, y andadas tres leguas por el mismo camino que a la ida había llevado, llegó al río grande que llaman de Aguachapa (hoy río de Paz). Pasóle por el vado, aunque iba algo hondo y muy ancho, porque puente no tenía ninguna". En la "Descripción de la Provincia de Guatemala" hecha en 1594 al rey Felipe 11por el funcionario real don Juan de Pineda, éste dice lo siguiente respecto. al pueblo de Ahuachapán: "El pueblo de Ahuachapán está de la ciudad de Guatemala cuatro jornadas, como vamos por el camino real que va a las provincias de San Miguel, Honduras y Nicaragua; está cinco leguas antes de llegar a la villa de la Trinidad (de Sonsonate); está este pueblo asentado en un llano; es tierra caliente, no mucha, sino buen temple y sana; cojen mucho maíz, axi (chile) y frijoles y chian; crían muchas aves de la tierra (chompipes o huaxolotes) y de Castilla (gallinas y patos); hacen mucha loza colorada, como son cántaros, ollas, jarros, caxetes, y comales; tienen todos caballos en los cuales llevan las cosas que tienen de cosecha, y la loza (la) llevan a cuestas a los pueblos de los Izalcos y la venden a los indios de ella, de que sacan mucho cacao, porque todo lo que llevan lo venden a como quieren, porque vale mucho, y así están tan ricos tanto por tanto como los de los Izalcos; asimismo muchos de los vecinos de este pueblo tienen milpas de cacao, porque es tierra aparejada para ello; es camino pasajero, y también dan recaudo a los pasajeros que por él pasan, que son muchos de que sacan mucho dinero, y del cacao que tienen y traen de los Izalcos, tienen mucha caza, así en venados como de codornices; hacen mantas blancas y naguas que asimismo llevan a.vender; todos están, como digo, ricos, y es poco dar otro tanto tributo del que dan, según es posible que tiene; visita este pueblo un clérigo que lo tiene por beneficio. Este pueblo está en la corona real de Vuestra Majestad, y el tributo que da se aplicó al hospital real. que es de Vuestra Majestad, para el sustento de los pobres; este pueblo era de un don Carlos, y por delitos que hizo se lo quitaron y se aplicó la renta de él como está dicho".

 

Otros sucesos de la Época Colonial

En el año de 1770, época de la visita pastoral del arzobispo don Pedro Cortés y Larraz, Ahuachapán era cabecera del curato de igual denominación, el cual comprendía como anexos a los pueblos de Tacuba y Ataco, más 42 haciendas, entre éstas famosas las de Tecolocoy y San Lázaro por ser refugio de ladrones. El curato estaba a cargo del presbítero don Ramón Sierra, quien se ayudaba de dos ministros o coadjutores: los presbíteros Bartolomé Ortega y Francisco Melgar. "El pueblo de Aguachapa se halla sitiado en una valle espaciosa y llana; de Norte a Sur tiene mucha dilatación, y por la banda del Norte tiene como a cuatros leguas del Volcán de Contepeque (El Chingo) a la frente, y por la del Sur llega hasta el Mar (Océano Pacífico)que distará de diez a doce leguas, pero no dejará de haber por una y otra parte varias barrancas bien profundas; es valle árida, sin campos para siembras, y solamente puede servir para pasto de ganados. La misma valle de Poniente a Oriente tiene como legua y media o dos leguas, que se cierra con una gran montaña, que corre desde dicho ,volcán". "Desde el camino que se lleva para la Parroquia siguiente (Curato de Apaneca). se ven a la falda de la misma montaña algunas fuentes llamadas Sarsoles (Ausoles). Estas son unos ojos de agua, que arrojan muchísimo humo, y muy espeso; la agua es tan caliente que cuese perfectamente la comida; tiene una propiedad tan extraña, que si se echa en ella una piedra, salta con violencia; y aun con sólamente gritar cerca de ella, sucede lo mismo; dícese que a estas fuentes no se les halla suelo. Tal vez de ellas nacerá un río que corre por el principio de la valle, de. corto caudal, pero de agua tan caliente, que a las mulas se les cae el pelo de los pies en pisando la agua". La población del pueblo de Ahuachapán estaba representada por 482 familias indígenas con 1.798 personas y 207 familias de españoles y ladinos con 1.035 personas. Totales: 689 familias con 2.833 individuos. A pesar de esa población, el cura Sierra dijo a Su Señoría Ilustrísima que no había podido establecerse, con la regularidad debida, la escuela de primeras letras. "La desnudez es mucha dice monseñor , pues hay niños y niñas de doce, catorce y más años, que ni un hilacho llevan para cubrirse". "El juego de cacao - apunta el ilustre prelado guatemalteco- que no está remediado fuera de los perjuicios que produce en los bienes temporales, puede ser que sea un incentivo poderoso para que el fuego de la lascivia esté bien encendido, porque en él pasan los días y las noches hombres y mujeres jugando con granos de cacao las haciendas y la honestidad, porque semejantes concurrencias jamás suceden sin embriagueces y deshonestidades". En 1785 el Superior Gobierno de Guatemala concedió a Ahuachapán la gracia de ser cabecera de partido. Se le dieron como anexos los pueblos de Atiquizaya, Apaneca, Ataco y Tacuba, pueblos que poco a poco se le fueron segregando por disposiciones arbitrarias de los alcaldes mayores de Sonsonate. El historiador regnícola presbítero Domingo Juarros, en su "Compendio de la Historia de la Ciudad de Guatemala" (1810), dice: "Nuestra Señora de la Asunción Aguachapa: uno de los mejores pueblos de esta región (alcaldía mayor de Sonsonate), de mucho comercio y competente vecindario, pues tiene 641 españoles, 1,385 mulatos (o ladinos) y 2,500 indios; hay en sus cercanías muchos trapiches, y el azúcar que se fabrica en ellos, es el más estimado del Reino (de Guatemala)". Durante toda la colonia Ahuachapán fue pueblo de la provincia de los Izalcos o alcaldía mayor de Sonsonate.

Batalla del Espino

Proclamada la independencia nacional el célebre 15 de septiembre de 1821, el brigadier Gabino Gaínza emitió el atentatorio Decreto de 5 de enero de 1822 por el cual, de hecho, se anexaba el antiguo Reino de Guatemala al naciente imperio mexicano de Agustín Iturbide. San Salvador, que desde 1811 había sostenido la causa de la independencia y de la república, protestó por aquella manifiesta violación de lo pactado en 15 de septiembre de 1821, proclamándose el 11 de enero siguiente, Nación libre, soberana e independiente. Así se inició la lucha desigual entre una diminuta y embrionaria República y un vasto y poderoso Imperio dilatado desde las Californias hasta el Escudo de Veraguas. Habiendo el partido de Santa Ana proclamado su adhesión al Imperio, no tardó en ser ocupado por las fuerzas imperialistas del sargento mayor Nicolás Abos Padilla. El gobierno de San Salvador, presidido por el Benemérito Padre de la Patria Centroamericana presbítero y doctor José Matías Delgado, ordenó al coronel Manuel José Arce, nombrado Comandante General de las Armas, para que repeliera la invasión y redujera la plaza de Santa Ana a la buena causa. Arce ocupó esta localidad, mientras Abos Padilla se replegó al pueblo de Ahuachapán, y en el hermoso llano del Espino o Huitzapan, cerca y al Norte de dicha población, se trabó la primera acción de armas entre la República y el Imperio (12 de marzo de 1822). En este memorable combate, que fue algo así como el preludio de las guerras fratricidas que por espacio de casi una centuria ensangrentaron los campos centroamericanos, salieron victoriosas las tropas republicanas, pues infligieron una calificada derrota al sargento mayor Nicolás Abos Padilla ya sus 120 soldados imperialistas guatemaltecos. ¡Tal fue la primera victoria de la República contra el Imperio.


Título de Villa

Sucumbió tiempos más tarde el Imperio de Agustín Iturbide de México, y la República se entronizó en toda su magnitud como un triunfo rotundo de San Salvador. Centro América pudo, poco después, reunir a sus legítimos representantes en la ciudad de Guatemala. Estos diputados, con fecha 22 de agosto de 1823, otorgaron al pueblo de Ahuachapán el título de villa, según consta en el documento que literalmente dice: "La Asamblea Nacional Constituyente de las Provincias Unidas del Centro de América, deseando dar un testimonio del aprecio que merecen a la Nación los esfuerzos y servicios hechos por los pueblos de Metapán y Ahuachapán en favor de la causa santa de la libertad, ha tenido a bien decretar y DECRETA: Los pueblos de Metapán y Ahuachapán usarán en lo sucesivo el nombre de Villa".

Anexión a El Salvador

Durante la colonia, Ahuachapán formó parte de la alcaldía mayor de Sonsonate y como pueblo de tal división político-administrativa entró el 15 de septiembre de 1821 a formar parte del naciente Estado de Guatemala. El 13 de noviembre de 1823 el cabildo de Sonsonate invitó a los cabildos de todos los pueblos de la antigua alcaldía mayor, para que mediante plebiscitos, decidieran si se segregaban o no de Guatemala y se incorporaban en El Salvador. Esa invitación fue ratificada el 22 de diciembre del mismo año de 1823, por la contestación afirmativa de los cabildos invitados para tal efecto. Ahuachapán, sin embargo, enemistado con Sonsonate desde que sus autoridades hicieron nugatorio el distrito creado en 1785, se abstuvo de pronunciarse afirmativa o negativamente. No obstante, forzosamente la parte tenía que seguir al todo, y el 7 de febrero de 1824 la municipalidad ahuachapareca decidió igualmente segregarse de Guatemala y anexarse al Estado de El Salvador. "Esta segregación -dijeron sus autoridades y vecinos la hace el pueblo de Ahuachapán sin relaciones de comercio ni conocimiento con San Salvador, pues sólo los tiene con Guatemala, de cuyo Estado que ha de formarse se separa a pesar de sus intereses particulares por ser parte de uno que supo sostener la libertad aun en medio de las mayores convulsiones y porque espera que la liberalidad de su gobierno, en su verdadero sentido, no podrá negar lo que en bien general de su pueblo se solicita". El brillante papel de los próceres de San Salvador en sus luchas por la independencia nacional y por el imperio de los principios republicanos y democráticos, en las gloriosas jornadas que se escalonaron desde el Primer Grito de Libertad (5 de noviembre de 1811)hasta la proclamación de la independencia general y absoluta y de la República (10 de julio de .1823), fue la causa determinante de la incorporación de la provincia de Sonsonate, con todos sus pueblos, al Estado de El Salvador. Los conceptos referentes a por qué se agregaba Ahuachapán al Estado salvadoreño fueron suscritos por los representantes del pueblo señores Esteban Durán, Miguel Mendoza, Ildefonso Barrera y Miguel Arévalo, comisionados por la municipalidad para dictaminar sobre la conveniencia o inconveniencia de ese paso.

Época Federal

El 12 de junio de 1824 se creó ,el departamento de Sonsonate, uno de los cuatro en. que se dividió el Estado de El Salvador, y Ahuachapán quedó incluido en esta demarcación territorial. Perturbado en octubre de 1826 el orden constitucional, por dos decretos del Presidente de la República general Manuel José Arce que aunque ilegales estaban destinados a acarrear grandes beneficios a la Patria-, el Vice Jefe del Estado don Mariano Prado emitió, con fecha 6 de diciembre de 1826, un Decreto igualmente ilegal, señalando a la villa de Ahuachapán como sede de la futura Asamblea Nacional Extraordinaria, que debía reunirse para restablecer el imperio de la Carta Magna centroamericana. En enero de 1828 Ahuachapán sirvió de campo de concentración, entrenamiento y operaciones del ejército salvadoreño, y en su recinto pernoctaron durante varios días cuatro mil soldados a las órdenes del coronel Rafael Merino. En el mismo año esta población fue cuartel general del "Ejército_, Aliado Protector de la Ley" organizado allí por el general Francisco Morazán y el Vice-Jefe don Mariano Prado, ejército que después de una brillante campaña militar tomó la plaza fuerte de Guatemala, por capitulación, y restableció el orden constitucional en Centro América (1829). Por Ley de 4 de julio de 1832 se creó definitivamente el partido o distrito .de Ahuachapán, con cabecera en la villa de este nombre y jurisdicción en los municipios de Atiquizaya, San Lorenzo, Ataco, Tacuba, Apaneca, Jujutla y Guaymango, ordenándose poner allí un juez de 1a. Instancia. Un suceso feliz para los liberales tuvo efecto en esta villa en enero de 1833: los coroneles Máximo Menéndez y Nicolás Angulo se sublevaron contra el Vice-Jefe don Joaquín San Martín, insurreccionado a su vez contra las autoridades federales que presidía el benemérito general Francisco Morazán. El 12 de marzo de 1833, con 86 hombres, 6 mil cartuchos y 120 fusiles ingresó en esta villa el Presidente de la República Federal de Centro América, general Francisco Morazán, quien después de tomar el mando de todas las tropas marchó el 29 rumbo a la villa de Metapán. A principios de 1835 fue nominada la villa de Ahuachapán para ser la cabecera del departamento de Sonsonate, que abarcaba a los actuales departamentos de Ahuachapán, Sonsonate y Santa Ana -excepto el distrito o partido de Metapán-; pero en consideración de que no era un punto céntrico para que las autoridades administrativas y militares pudiesen ejercer y extender su influencia y vigilancia benéficas, y a que carecía de los edificios y comodidades indispensables para el alojamiento de las propias autoridades departamentales, por Ley de 22 de mayo de 1835 se fijó en Santa Ana la cabecera departamental.


Sucesos posteriores

El 24 de marzo de 1840 el general Francisco Morazán fue atacado cerca de Ahuachapán por el comandante de Jutiapa don Manuel Figueroa, quien fue derrotado por un destacamento a las órdenes del general José Trinidad Cabañas. En enero de 1842 se produjo una revolución en la villa mencionada, la cual iba dirigida contra los abusos de la administración provisoria del Presidente del Estado licenciado Juan Lindo. Los insurrectos nombraron cabecilla a don Manuel Cardona. En octubre de 1854 Ahuachapán fue escenario de los actos delictivos llevados a cabo por una banda de facinerosos armados. Capturados los malhechores, procesados y condenados, pagaron sus delitos en' el paredón de fusilamiento. Al dividirse en dos el primitivo y grande departamento de Sonsonate, la villa y distrito de Ahuachapán quedaron, el 8 de febrero de 1855, incorporados en el departamento de Santa Ana. En el informe municipal de Ahuachapán, de 24 de octubre de 1858, aparece con una población de 9,311 habitantes alojados en 419 casas de teja y 506 pajizas. "El suelo de esta villa -dice el documento citado- presenta un plano ligeramente inclinado al O., compuesto de tierra barriosa; su superficie es desigual, y sus calles torcidas y mal empedradas. Tiene una iglesia cubierta de teja sin capilla, en donde se venera la bellísima y consagrada imagen del Dulce Nombre de Jesús; su cementerio colocado a barlovento, y una pila en el centro de la plaza, de ninguna utilidad por la absoluta obstrucción de sus cañerías". "Produce café de mejor calidad que el de Costa Rica, azúcar, grana y cereales; antiguamente se elaboraba el añil. Se cuentan trescientos mil árboles de café dando fruto, cuyas cosechas producen en promedio mil arrobas; hay también noventa mil en plantío y seiscientos mil en almácigo. Cuarenta y cuatro ingenios de azúcar, llamados trapiches, que rinden diez mil arrobas, y diez y ocho manzanas de nopal que dan cincuenta y cinco tercios (de grana). El cultivo de la caña es progresivo; en cuanto al café baste decir que tanto el propietario como el proletario preparan grandes terrenos con aquel objeto, por manera que dentro de pocos años cesará todo otro cultivo". La jurisdicción de Ahuachapán comprendía, a la sazón, 18 sitios de ganado mayor. "La mayor parte de la población -agrega el documento aludido vive diseminada en sus cortijos y labores. Cuenta diez aldeas, sobre nueve mil cabezas de ganado mayor, tres mil cerdos, sobre doce mil gallinas, patos y pavos, y doscientos cabros y carneros".


Título de Ciudad

Durante la administración del libérrimo capitán general don Gerardo Barrios y por Acuerdo Legislativo de 11 de febrero de 1862 se otorgó a la villa de Ahuachapán el título de ciudad. Tal distinción o jerarquía se concedió a esta población como una recompensa a los importantes servicios prestados por los ahuachapanecos a la causa liberal, al patriotismo nunca desmentido que desplegaron en todo momento y circunstancias, al número de sus habitantes y a los elementos de civilización alcanzados en los últimos años. El 19 de diciembre de 1862 la joven y pujante ciudad cafetalera fue destruida por un macrosismo. El 19 de febrero de 1863 la plaza de Ahuachapán fue ocupada por los invasores guatemaltecos al mando del general Rafael Carrera. El 28 de marzo del mismo año, fuerzas de asalto guatemaltecas y emigrados cachurecos salvadoreños atacaron sin éxito el cuartel de esta ciudad. La acción fue reñida y en ella rindió la jornada de la vida el heroico defensor comandante de armas Francisco Morán.

Cabecera Departamental

Durante la administración conservadora del licenciado Francisco Dueñas y por Decreto Legislativo de 9 de febrero de 1869 se creó, con los distritos de Ahuachapán y Atiquizaya, el Departamento de Ahuachapán; y se facultó al Supremo Poder Ejecutivo para que designara los pueblos que debían formar esa nueva división político-administrativa de la República y para que lo proveyera de Gobernador y de todo lo necesario en el momento de su establecimiento. El Ejecutivo Nacional nombró gobernador propietario al ciudadano Fabio Morán y gobernador suplente al general Francisco Menéndez. El 13 de febrero comenzaron en Ahuachapán los festejos cívicoreligiosos con ocasión de la creación del nuevo departamento, haciendo su ingreso en la ciudad el gobernador político y militar del departamento de Santa Ana, señor Manuel Montalvo. "Desde la mañana del siguiente día, domingo 14 dice la crónica de esos sucesos-, fIameaba en el Cabildo el pabellón nacional, y la población entera, empavesada con banderolas y cortinajes, ofrecía un hermoso golpe de vista. Formada la guarnición en alas de toda la calle del Cabildo, una comisión del seno de la municipalidad acompañó a los señores don Manuel Montalvo, Gobernador de Santa Ana, y don Fabio Morán, Gobernador del nuevo Departamento de Ahuachapán, siguiéndole los vecinos principales del lugar, gran parte del pueblo y la banda militar. Ya en el salón todo el concurso y reinando un profundo silencio, el Jefe del Distrito, cumpliendo la comisión que le confió el Supremo Gobierno y previas las ceremonias de estilo, recibió el juramento de ley al señor don Fabio Morán dándole en el acto posesión de la Gobernación y Comandancia General del nuevo Departamento". El acto concluyó con un solemne Te Deum cantado por el presbítero y cura párroco don Félix Quintanilla. Por Decreto Ejecutivo de 26 de febrero de 1869 el distrito de Ahuachapán, en el departamento del mismo nombre, quedó integrado así: cabecera, la ciudad de Ahuachapán, y municipios de Ataco, Tacuba, San Pedro Puxtla, Guaymango y Jujutla.


Últimos sucesos

El 25 de marzo de 1871 una aurora de libertad brilló en la historia de Ahuachapán, pues en tal fecha el general Francisco Menéndez tomó allí el mando de las fuerzas revolucionarias que derrocaron la administración ultramontana e impopular del licenciado Francisco Dueñas y entronizaron la administración liberal del mariscal de campo don Santiago González. En 1876, durante la efímera administración del ciudadano don Andrés Valle, la plaza de Ahuachapán fue bombardeada por fuerzas guatemaltecas. El 30 de agosto de 1879 se produjo una revolución en esta ciudad contra la administración reeleccionista e impopular del doctor Rafael Zaldívar. El jefe de la misma fue don Fabio Morán, y no tuvo éxito. En mayo de 1885 el general Francisco Menéndez encabezó el movimiento revolucionario que dio en tierra con la administración zaldivarista y con tal ocasión tomó la plaza fuerte de Ahuachapán. Por Acuerdo de 18 de junio de 1886, expedido por el propio general Francisco Menéndez, se ordenó la construcción de un hermoso parque en esta ciudad. En 1890 tenía 11,720 habitantes. "Está dividida -dice el geógrafo don Guillermo Dawson- en centro y siete barrios llamados Chipilapa, Las Pilas, El Zarzal, Tacubita, El Chanal, Las Flores y El Calvario. Sus calles son rectas y la mayor parte empedradas, descollando entre todas, por su belleza, la de Riego. Sus edificios públicos son el Palacio Municipal, la Gobernación, también conocida con el nombre el Convento, la Iglesia Parroquial, el Hospital y las casas de escuelas". "Hay muy hermosos y cómodos edificios particulares, un parque en construcción, varios paseos públicos, entre los que sobresale el Llano de la Laguna, y magníficos baños como el de Apunían, El Lamel, El Molino y El Zapote. Los ahuachapanecos son sobrios y trabajadores, de genio alegre, hospitalarios y valientes Su principal patrimonio consiste en el cultivo del café y la elaboración del azúcar". El censo de 1892 arrojó para Ahuachapán una población de 12,227 almas, de las cuales 7,416 eran ladinos y 4,811 indígenas. En 1894 los generales Horacio Villavicencio y Fabio Morán ocuparon la plaza de Ahuachapán, como parte del plan revolucionario de los heroicos 44 que derrocaron la administración bicéfala de los hermanos Carlos y Antonio Ezeta. Esta ciudad fue destruida parcialmente por el terremoto de 26 de diciembre de 1937. En diciembre de 1944 sucumbieron gloriosamente en los llanos del Espino los patriotas Manuel Ariz, Herbert Lindo, Alfonso Ariza, Víctor Manuel Arango y otros, en un estéril intento de derrocar la administración de facto del coronel Osmín Aguirre y Salinas.


Hombres ilustres

Coronel Máximo Menéndez, prestigiado militar de las huestes morazánicas. General Francisco Menéndez, ex-Presidente de la República (1885- 1890) y propulsor de la escuela salvadoreña. General Fabio Morán, primer gobernador del departamento de Ahuachapán, intrépido militar y hábil político. Doctor Alfredo Espino, el máximo poeta bucólico de El Salvador, autor de "Jícaras Tristes" (1900-1928). Doctor Juan German (1834-1900Y,eminente médico y cirujano. Don Onofre Durán, esclarecido patriota que desempeñó cargos públicos de importancia y formó una honorable familia. Profesor Manuel Farfán Castro, incorruptible conductor de juventudes.

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