El parque Bowling Green de Nueva York

Construido en 1733, el Bowling Green de Nueva York puede presumir de ser el parque más antiguo de la ciudad. Todavía sigue conservando su cercado original, con más de dos siglos a sus espaldas.

Los orígenes de este espacio situado en pleno Distrito Financiero se remontan al siglo XVIII, concretamente al año 1733, cuando el Common Council (el precedente del ayuntamiento de Nueva York) cedía a tres terratenientes  una pequeña porción de terreno a cambio de una cantidad de dinero mínima bajo la promesa de crear un parque que pudieran disfrutar todos los ciudadanos de la ciudad y en el que se debía incluir una pista de bolos (de ahí su nombre). En 1770 el Gobierno británico levantó una estatua ecuestre de casi dos toneladas de peso que representaba al rey Jorge III, la cual fue blanco de toda suerte de actos vandálicos a causa de las deterioradas relaciones entre la metrópoli y la colonia, siendo finalmente derribada por la turba tras la lectura de la Declaración de Independencia el 9 de Julio en donde hoy se encuentra el City Hall.

En las décadas que siguieron a la independencia de los EEUU se levantaron numerosas casas señoriales alrededor del Bowling Green hasta que, a mediados de siglo, la alta burguesía trasladó sus lujosas residencias hasta Lafayette Street y la Quinta Avenida. Fue en ese momento cuando las antiguas mansiones se convirtieron en edificios de oficinas.

Tras una profunda restauración llevada a cabo en la década de los años 70, en 1980 el parque fue incluido dentro del Registro de Lugares Históricos de EEUU.

Nueve años después de ser declarado lugar histórico, una escultura de 3.200 kilos en forma de toro, The Charging Bull, obra del italoamericano Arturo Di Modica, era instalada en el Bowling Green tras haber sido colocada de manera ilegal por su autor enfrente del edificio de la Bolsa como, según él, “regalo a los habitantes de Nueva York”. La estatua, de tres metros y medio de altura y cinco de longitud, es actualmente todo un icono de Nueva York y de, sobre todo, Wall Street por el que pasan a diario miles de turistas deseosos de fotografiarse junto a ella. En palabras de su propio creador, representa “la fortaleza y poder del pueblo americano”.

Como sugerencia, podemos decir que, aunque sea sólo por la foto junto al Charging Bull, es recomendable pasarse por el Bowling Green aprovechando nuestro recorrido por el Distrito Financiero o la visita al Battery Park, sobre todo si vamos con niños, ya que siempre disfrutan encaramándose y jugando alrededor del pesado toro.

---