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Centro de Cancún, tan mexicano como cosmopolita

en ago 19th, 2013 Puedes dejar una respuesta, o trackback a esta entrada

Adriana Varillas

avarillas@elperiodico.com.mx

 

Contrario a lo que se cree y difunde de boca en boca, Cancún cuenta con un centro histórico, un patrimonio tangible e intangible compuesto por edificios y monumentos que responden a las tendencias arquitectónicas y conceptuales de la época en que fue concebido, así como al estilo de quienes llegaron a construirlo y fundarlo en la década de los 70′s.

No es raro haber escuchado o haber expresado, críticas por la ausencia de un zócalo como el existente “en todas las ciudades mexicanas” o la carencia de un centro histórico “normal”, con una plaza central y alrededor las oficinas de gobierno, el palacio, la iglesia, alguna biblioteca, quizá.

Sucede que, a diferencia de los centros tradicionales levantados por los españoles en la época de la Colonia -con un palacio de gobierno, una plazoleta, un kiosko y una iglesia- el centro fundacional de Cancún fue diseñado por arquitectos e ingenieros mexicanos, cuyo momento histórico se distinguía por las transformaciones ideológicas, la ruptura con antiguos conceptos, las revoluciones intelectuales, los movimientos sociales y una marcada tendencia a imitar lo norteamericano.

Con ese antecedente, sumado a otros factores, el absurdo –por ejemplo- hubiese sido alzar una iglesia cerca de la Plaza de la Reforma o del Palacio municipal, en donde además existe una estatua de Benito Juárez, personaje histórico que da nombre a este municipio, subraya, Tiziana Roma, presidenta y fundadora de la asociación “Identidad Histórica y Cultural de Cancún”.

La reflexión sobre si Cancún tiene o no un centro histórico, surge a propósito del rescate que se planea para la zona centro de la ciudad, previo al Tianguis Turístico de México de mayo del 2014, rehabilitación para la cual el gobierno estatal ha dicho que se invertirán 95 millones de pesos para financiar un proyecto desarrollado por el Instituto Municipal de Planeación del ayuntamiento (IMPLAN).

El proyecto incluye un andador central sobre avenida Tulum, la introducción de cableado subterráneo, el embellecimiento del primer cuadro de la ciudad, lo que implica remodelar fachadas, abrir paso a la construcción de edificios cuya altura rebasaría los cuatro y cinco pisos, así como la introducción de una ciclovía, de acuerdo con la información que ha emitido el Instituto y la Secretaría de Turismo de Quintana Roo (Sedetur).

En entrevista con EL PERIÓDICO, Roma Barrera subraya que, previo al desarrollo de esos trabajos y acciones, es crucial que se comprenda y asuma que la ciudad cuenta con un centro fundacional, cuyo patrimonio tangible e intangible debe ser respetado y resguardado a partir del entendimiento de sus diferencias con respecto a los centros tradicionales de México.

 

Entre estereotipos y mitos…

 

Al igual que el común de los centros históricos de una ciudad, el de Cancún está trazado a partir del punto en donde comenzó a crecer la ciudad, en donde surgieron los primeros negocios, los primeros asentamientos humanos, los primeros restaurantes, las primeras escuelas, las oficinas de correos, los mercados y las primeras casas.

Sin embargo, el estilo del centro de Cancún no responde al de la arquitectura colonial.

Tampoco recibe la categoría de “histórico”, sino de “fundacional”, porque el Instituto Nacional de las Bellas Artes (INBA) determina que para ser un centro histórico, debe tener un mínimo de 100 años de vida, a decir de Roma Barrera.

“A partir de ahí, contando con un centro histórico o zona fundacional, cualquier acción que se emprenda para su rescate, debe poner en la mira como lo más importante que se está rescatando, revalorizando… un centro histórico de la ciudad, no cualquier centro”, expone.

El problema radica en que nadie ve, aquí, un centro histórico, porque lo que la gente conoce o identifica como símbolos de “lo mexicano”, no los encuentra en esta ciudad, de acuerdo a un diagnóstico hecho por “Identidad Histórica y Cultural de Cancún”.

Dicha asociación nació para fomentar el sentido de arraigo, identidad y pertenencia de quienes habitan esta ciudad y está conformada por un consejo directivo al que pertenecen Tiziana Roma, como presidenta; Francisco Romero, como vicepresidente; Jessica Lara, tesorera; Margarita Cuevas, secretaria; José Ancira, del hotel Xbalamque y Ricardo Lujambio, de “Fundadores de Cancún”, como integrantes.

“Si no es mariachi, tequila, la Virgen de Guadalupe, las casitas de teja, el caballo… entonces no es mexicano. ¡Por qué insistimos en compararnos con otros centros históricos tradicionales, coloniales, cuando no somos una ciudad surgida durante la Colonia!

“He oído a empresarios decir que para rescatar o revitalizar el centro, debemos olvidarnos del pasado. ¡Eso es imposible! Si tienes un centro histórico y lo quieres rescatar, lo primero que tienes que tener presente siempre, es el pasado del lugar, su origen”, sostiene.

 

Centro de Cancún: Símbolo

de la separación Iglesia-Estado

 

Roma Barrera indica que uno de los eventos que la hizo reaccionar acerca de la urgencia de rescatar la historia del centro cancunense, comenzó a escribirse en 2010, cuando el entonces alcalde, Gregorio Sánchez, se aferró en trasladar el Palacio Municipal al Ombligo Verde, para construir un nuevo palacio justo a un costado de la actual Catedral de la ciudad.

“Cuando Greg Sánchez quiere quitar el Palacio municipal para pasarlo al ‘Ombligo Verde’, es cuando yo reacciono y comienzo a hablar con gente que sabía, que han estudiado el tema: Francisco Verdayes, Francisco Romero, Enrique Flores, Delfino Leal, además de que llevo años entrevistando pioneros desde 1992 para Cancunissimo para los coleccionables; así es como comienzo a adentrarme”, responde.

Aquello, era un disparate que atentaba contra la propia historia de la ciudad, ya que quienes diseñaron el centro ubicaron la primer iglesia lejos del Palacio Municipal, a diferencia de lo que ocurre en otros centros del país.

La iglesia de Cristo Rey se localiza al otro lado de la avenida Tulum, hasta el Parque de las Palapas, para ejemplificar –físicamente- la distancia que debe existir entre el Estado mexicano y la Iglesia, tal y como lo establecen las Leyes de Reforma y el principio del Estado Laico, instaurados por Benito Juárez.

Lo anterior rompe con lo que los mexicanos –de entrada- creen que “debe” tener un centro histórico “mexicano”, según el estilo colonial impuesto por los españoles.

“Estas ideas, este concepto del centro tradicional proviene de los españoles, cuya consigna era la evangelización de los pueblos indígenas que encontraron en América. Para ello construyeron monasterios, conventos de monjes y, a partir de ahí, se trazaba la ciudad en forma de una cuadrícula o damero, como sucedía en España y, a su vez, en Roma.

“Primero se establecía el Poder Religioso y luego el Político, con una plaza cívica o plaza de Armas y del otro lado el Palacio de Gobierno, porque el objetivo era evangelizar y expresar, visualmente, el papel de la Iglesia y su poder político”, detalla.

 

Nuestro origen, la sicodelia

y la liberación femenina…

 

Bajo el esquema descrito con anterioridad, nacen todas las ciudades del México colonial. Pero Cancún se concibe diferente.

Es, una ciudad moderna que no se trazó a partir de la unión Iglesia-Estado, para fortalecer una religión.

Por el contrario, se funda en honor a los principios laicos de las Leyes de Reforma, bajo la influencia de la liberación femenina, de la primavera del 68, de la Guerra en Vietnam, del LSD, del voto de las mujeres y del surgimiento de la píldora anticonceptiva.

“Cancún nace de la influencia de los 60′s-70′s, cuando estamos pasando por luchas sociales muy importantes, en donde se da la liberación femenina, la revolución sexual, el fin de la segregación racial, la Primavera de Praga, las manifestaciones estudiantiles del ’68; el Hombre pisa la luna en el ’69… es decir, en ese ambiente se gesta Cancún.

“¡Cómo iban a venir hombres que se desarrollaban en ese momento histórico a diseñar y fundar Cancún, bajo ideas convencionales, tradicionales, conservadoras o coloniales!”, expresa.

La entrevistada narra que el entonces Infratur encargó la conceptualización del primer Centro Integralmente Planeado (CIP) de México a un despacho de arquitectos llamado “Landa-Verdugo”.

“Eran arquitectos visionarios, vanguardistas, inspirados en todos esos movimientos sociales, urbanísticos y se inspiran en la traza urbana de Ciudad Satélite y de Ciudad Universitaria… los que son ‘satelucos’ entienden perfectamente Cancún, porque se acuerdan de los circuitos”, cuenta.

Ambas zonas –Ciudad Satélite, Ciudad Universitaria y el conjunto urbano de Nonoalco Tlatelolco- fueron diseñadas por el arquitecto y urbanista mexicano, Mario Pani Darqui, promotor del funcionalismo y del estilo internacional que imprimió a sus obras, que abarcaron escuelas, edificios públicos, hospitales, hoteles, edificios comerciales, aeropuertos, entre otros.

“Los arquitectos de Landa-Verdugo se inspiran en el estilo arquitectónico de Mario Pani y en Brasilia, una ciudad nueva, fundada en 1960, que surge de la nada para terminar con la disputa entre Sau Paulo y Río de Janeiro.

“Todos los arquitectos de la época, sentados en restiradores, tienen esa influencia de lo que está pasando en el mundo, en el país y, con esas ideas llegan a fundar Cancún. ¡Qué van a poner una iglesia frente al Palacio Municipal!”, prosiguió.

 

Fundado por mexicanos,

no por españoles…

 

Tiziana resalta que para el común, es muy difícil creer que Cancún es la ciudad más mexicana de México o una de sus lugares más mexicanos.

“Cancún es más mexicana que San Miguel de Allende, porque a diferencia de esa ciudad, la nuestra, fue fundada por mexicanos, bajo la influencia del México moderno. San Miguel de Allende en cambio es una ciudad novohispana, que se parece mucho a España, lo mismo que Taxco, por ejemplo”, afirma.

Con entusiasmo, prosigue relatando que Cancún fue diseñado y construido por los mejores arquitectos de la época, como Mario Schjetnan, paisajista especializado, nacido en el Distrito Federal y egresado de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Schjetnan fue traído a Cancún para diseñar la ciclopista de la zona hotelera y los accesos originales de las playas públicas. Tres décadas después sería contratado para realizar el diseño paisajístico del suntuoso complejo habitacional Lagos del Sol.

“El sueño de Cancún y de participar en el diseño de los CIPs era emocionante para la gente que estaba involucrada, porque era algo nuevo”, comenta.

Una de las primeras decisiones al momento de diseñar la ciudad, fue que sus retornos y sus avenidas no llevarían nombre de personas, con excepción de la avenida Náder y la García Torre, justo en el primer cuadro del centro, lo cual ha sido respetado hasta la fecha.

De este modo, las Supermanzanas tienen nombre de frutas (piña, ciruela), de flores (girasol, claveles), de peces (mero, róbalo), de elementos naturales (relámpago), de animales (alce), de playas (Playa Caleta), de moluscos, de mamíferos, Puntas, lagunas, ríos, cabos y puertos.

“Tenemos que empezar a ver en nuestro palacio municipal, en la Supermazana cinco, en las oficinas de Infratur, en donde se instaló el primer campamento y en donde ahora está Ecología; en las 15 casas, en el Callejón del Canicazo, en la traza urbana, porqué el nombre de Carlos Náder, porque los nombres de las calles son de peces, de flores, y no de héroes nacionales. Hubo un propósito y se gestó en el centro de la República”, señala.

 

Hijos de Woodstock y Avándaro…

 

Otra de las características de Cancún es su clima de libertades, en comparación con los cánones tradicionales de otras ciudades. Así como entre los pioneros de la ciudad, hay luchadores sociales, también hubo personas que participaron del movimiento hippie, influenciados por la revolución sexual, viajando a través de los sonidos y la psicodelia de la época. Muchos acudieron a los emblemáticos conciertos musicales de Woodstock y Avándaro.

“En Cancún, salvas las excepciones, la mujer encuentra mucha libertad para vivir; si tu vas a otro lugar, la cosa es más tradicional; aquí la expresión sexual es también muy libre porque somos hijos de esa generación en la que se dio la revolución sexual.

“Aquí hay gente que estuvo en Woodstock o Avándaro… el mismo que diseñó el poster del concierto de Avándaro (Joe Vera) es el que diseñó nuestro logotipo, que no es escudo. Nosotros tenemos un logotipo elaborado por un diseñador gráfico, no un historiador, ni un cronista, no tenemos un Escudo de Armas, sino un logotipo comercial”, indica.

Con todos estos elementos que nos hacen diferencia del resto de la República y, que por lo tanto conforman la identidad negada, no asumida o desconocida del cancunense, Tiziana Roma se pregunta porqué la insistencia de buscar la similitud con otras ciudades.

“Nos rasgamos las vestiduras porque esto es muy gringo. ¿A qué quieren que se parezca, si lo que estaba de moda era Estados Unidos? Si la gente quiere venir a Cancún, para ver una ciudad colonial, perdón, te equivocaste de ciudad. Cancún es el rostro del México de los años 70′s, lo cual no termina de entenderse. ¿Por qué se tiene que parecer a España todo el tiempo, si Mérida se parece a Francia?

“¿Qué nos molesta a nosotros, que seamos una ciudad muy gringa, si era lo que estaba de moda cuando se fundó Cancún, así como Mérida y el Paseo Montejo se parecen a Francia, porque en la época en que se construyó, esa era la tendencia arquitectónica?”. Si se parece a Estados Unidos, cuál es el problema? Te molesta igual que el Paseo Montejo se parezca a Francia?”, cuestionó.

 

El ser cancunense…

 

Y a todo esto… resurge una pregunta que se han hecho muchos, desde la fundación de este centro turístico y de su ciudad: ¿Cuál es su identidad, si es que la tiene? y ¿qué es ser cancunense?

Para Tiziana Roma, contrario a lo que recurrentemente repiten los propios habitantes de Cancún, esta ciudad y sus residentes, sí tienen identidad. El punto es construir, abonar, apropiarse.

En su caso, confiesa que su interés por sumergirse en la historia de Cancún, comenzó a partir de una suerte de crisis de identidad.

“Mi interés quizá nace por la búsqueda de la propia identidad. Soy nacida en Bruselas, de padre italiano, de madre mexicana, tengo abuela boliviana, abuelo inglés. Me llamo Tiziana, me apellido Roma, mi fisonomía no es tan mexicana en cuanto a lo que la gente piensa que es mexicano.

“Tuve una crisis de identidad y de decir, no soy de ningún lado, no soy nadie. Pero llego a una ciudad en donde la mayoría de la gente es igual que yo, porque hay gente que es hija de un yucateco y de una tabasqueña, o de una veracruzana y un defeño, y entonces la mayoría somos desarraigados de algún lugar y nos venimos a arraigar aquí… pero también podemos irnos en cualquier momento”, expresa.

Para argumentar su punto, recurre a una cita de José Martí, inscrita en el Monumento erigido en su nombre, que se ubica en el camellón central del bulevar kukulkán, entre las avenidas Tulum y Bonampak.

Fiel a la costumbre “cancunense” de ponerle apodos a los monumentos y esculturas que se alzan dentro de la ciudad, el monumento a José Martí –construido en 1978 y diseñado por el cubano, José Delarra, fue bautizado popularmente como “El Plátano”.

“Yo vengo de todas partes y hacia todas partes voy” -se lee en parte de la escultura- “eso es el cancunense. Venimos de todas partes y todo el tiempo nos estamos yendo. Nos estamos moviendo porque vivimos en una ciudad muy dinámica; no estamos estancados en tradiciones, ni en santitos. Tenemos identidad, porque el no tener identidad, es tenerla.

“Somos multiculturales desde el primer día; somos una ciudad hecha por mexicanos, para atraer mexicanos y turistas, muchos de los cuales se fueron quedando a radicar”, manifiesta.

Precisa que en Cancún habitan personas de 102 nacionalidades, 40 representaciones consulares, 28 de ellas, registradas. Esa combinación de diferencias, culturas, costumbres, tradiciones, con las que el ritmo natural y la dinámica del lugar, hacen del cancunense una dualidad.

“El cancunense es todo. Es maya, es peninsular, somos cosmopolitas, comemos tikinxic, cochinita, cabrito al horno, gorditas, tlayudas… comida japonesa, tailandesa… somos oaxaqueños, pero cancunenses; somos italianos y cancunenses, somos chilangos y cancunenses… la ciudad te da la oportunidad de adoptar el gentilicio de ‘cancunense’ cuando se te da la gana.

“Dicen que ‘Cancún te adopta o te aborta’, pero en realidad eres tú el que se apropia de la ciudad. Yo llegué cuando tenía nueve años, pero aunque hayas llegado hace dos años, es una ciudad que te ha abierto las puertas, en donde el mar está para todos, el paisaje está para todos, la libertad… eres tú quien hace ciudad y, en la medida en que la conozcamos y adoptemos, nos dará arraigo.

“Al mismo tiempo, Cancún tampoco tiene que ser para todos; pero si estás comiendo de este lugar, bendícelo. Que no tiene identidad, ni arraigo… arráigate. Que no tiene historia… sé parte de su historia, conócela, aliméntate de su historia”, concluye.

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