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Nuestra ciudad tiene un sinnúmero de hijos ilustres que pasan desapercibidos para el gran público. Uno de ellos cuenta con un paseo y un monumento a él dedicados y no es otro que el intelectual galleguista Antolín Faraldo, cuyo reconocimento público se realiza al pie del Puente Viejo.

¿Pero quién es este convecino que cuenta con un busto de bronce en uno de los lugares más hermosos de nuestro municipio? El Ayuntamiento de Betanzos dedicó en un primer momento un paseo y busto y posteriormente lo proclamó Hijo Predilecto de Betanzos e instó a la Xunta a repatriar sus restos para darles sepultura en el Panteón dos Galegos Ilustres.

Antolín Faraldo, una vida breve pero intensa

Natural de Betanzos, Antolín era hijo de Feliciano Vicente Faraldo y de Francisca Asorey Canda. Su padre, escribano, era un activo defensor del absolutismo, aspecto que influyó decisivamente en su ideología. Estudió, pese a los graves problemas económicos que sufría su familia tras el fallecimiento de su madre, en la Universidad de Santiago de Compostela, obteniendo el grado de Bachiller en Medicina en octubre de 1842. Era un gran apasionado de la historia y de la lectura, así como un joven implicado con los problemas de su tiempo, formando parte de múltiples movimientos y asociaciones públicas de la época.

En 1842 se incorpora como periodista al periódico El Recreo Compostelano, que dirigía Antonio Neira de Mosquera, y del que pronto se convertiría en redactor principal empleando el seudónimo de Abenhumeya. Entre febrero y octubre de 1845 funda y dirige, junto con José Rúa Figueroa y Antonio Romero Ortiz, la revista El Porvenir. Dicha revista, cuyo subtítulo era Revista de la Juventud Gallega, y que en su cabecera rezaba Todo para Galicia, sirve a Faraldo de plataforma para exponer su modelo político de Galicia, siempre manteniendo una línea liberal y regionalista. Dicho modelo se vería plasmado con su participación en la llamada Revolución de 1846, para la cual redacta el 15 de abril de 1846 la proclama de constitución de la Junta Provisional de Gobierno de Galicia, de la que era secretario.

Fracasado el intento de revolución, el 26 de abril de ese mismo año se ve obligado a exiliarse en Portugal, junto a otros compañeros, a bordo del buque Nervión. El 8 de septiembre es condenado en rebeldía por el citado levantamiento, si bien al año siguiente lograría la amnistía, instalándose en Madrid. Allí dirigirá durante un breve período la publicación La Europa, para perderse después su pista histórica hasta su fallecimiento en Granada, a la temprana edad de treinta años.

Con una Galicia en crisis debido, principalmente, al intenso centralismo aplicado por la monarquía borbónica, la visión provincialista de Faraldo le supuso ser reconocido por autores como Manuel Murguía como “el primero y el mejor” de los precursores del llamado Rexurdimento (en Los precursores, de 1865).

El pensamiento de Faraldo puede resumirse en el siguiente párrafo, extraído de la citada proclama de constitución de la Junta Provisional de Gobierno de Galicia:

“Galicia, arrastrando hasta aquí una existencia oprobiosa, convertida en una verdadera colonia de la corte, va á levantarse de su humillación y abatimiento. Esta Junta, amiga sincera del país, se consagrará constantemente á engrandecer el antiguo reino de Galicia, dando provechosa dirección á los numerosos elementos que atesora en su seno, levantando los cimientos de un porvenir de glora. Para conseguirlo se esforzará constantemente en fomentar intereses materiales, crear costumbres públicas, abrir las fuentes naturales de su riqueza, decrépita fundada sobre la ignorancia. Despertando el poderoso sentimiento de provincialismo, y encaminando á un solo fin todos los talentos y todos los esfuerzos, llegará á conquistar Galicia la influencia de que es merecedora, colocándose en el alto lugar á que está llamado el antiguo reino de los suevos.”

A través de las publicaciones en las que colaboraba, Faraldo pretendía generar en la juventud gallega de la época una conciencia de la problemática gallega, y lo hacía basándose en el engrandecimiento de su historia, sin duda influenciado por el naciente espíritu romántico. En sus propias palabras, entendía que a medida que Galicia sea más conocida será más respetada y admirada. No obstante, el fracaso de la Revolución de 1846 y su posterior exilio truncaron sus ilusiones políticas, que ya no se plasmarán en los textos por él escritos desde ese momento y hasta su fallecimiento.

Hijo Predilecto de Betanzos e “hijo desconocido” de los betanceiros

Por Lucía Tenreiro, publicado en El Ideal Gallego del 23 de agosto de 2009

El Peirao da Ponte Vella es, desde el 16 de mayo de 1995, el Paseo de Antolín Faraldo. Hijo Predilecto de Betanzos, el 27 de abril de 2004, el pleno de la corporación municipal acordó por unanimidad, a instancias del BNG, iniciar los trámites para localizar y repatriar sus restos desde Granada a Santiago. El 23 de agosto de 2009, siguen en Andalucía.
Después de casi seis años, algunos sectores de la población brigantina se preguntan qué hay del procedimiento abierto en torno a la figura de Antolín Faraldo Asorey y en qué punto se encuentra el proceso de repatriación. Esta semana, la conmemoración del Día da Galiza Mártir reunió, como cada año, a decenas de vecinos al pie del busto del reconocido intelectual betanceiro. Pero, ¿qué fue del acuerdo? ¿Por qué, a pesar del peso y la trascendencia de su figura, Antolín Faraldo sigue siendo casi un desconocido para la mayoría de sus paisanos?

Ni el afán de la élite cultural ni el empeño de los representantes locales han sido suficientes para que la verdadera historia del líder provincialista, del primer pensador galeguista, del político valiente y el periodista comprometido; del brigantino ilustre, del hijo predilecto y del Secretario da Xunta Superior de Galiza, el órgano de autogobierno creado a raíz del Levantamiento Militar de 1846 (Mártires de Carral) cale entre sus vecinos. “De entre todos los fillos ilustres de Betanzos, tan numerosos coma esquecidos na súa máis grande parte, brilla cunha luz propia a senlleira figura de Antolín Faraldo”, sentenciaban los nacionalistas brigantinos en la moción elevada a pleno por sus representantes hace ahora casi seis años.

Castelao > La personalidad de Antolín Faraldo ha sido ensalzada por intelectuales de la talla de Manuel Murguía, Francisco Fernández del Riego o Castelao, “pero segue a ser prácticamente descoñecida para a maior parte dos galegos, e sinaladamente dos seus paisanos betanceiros”.

En este sentido, la corporación local apoyó sin contrapartidas la propuesta del grupo municipal del Bloque Nacionalista Galego que, además de nombrar a Faraldo Asorey Hijo Predilecto de Betanzos y de instar a la Xunta y al Museo do Pobo Galego a localizar y repatriar sus restos mortales desde Granada a Santiago de Compostela a fin de soterrarlos para siempre en el Panteón de Galegos Ilustres, en San Domingos de Bonaval, planteaba la posibilidad de colocar el retrato del provincialista en la sala capitular y sustituir la placa instalada al pie de su busto, obra del escultor Rodríguez Osorio, en A Ponte Vella.

La nueva inscripción, en gallego, explicaría quién fue, por qué se le rinde homenaje, a qué se dedicó y cuáles fueron las “razones” de su exilio, así como los porqués de su obra y su papel político, sustituyendo a la actual, en castellano y sin explicaciones concretas.

Vales Villamarín > En el extremo opuesto, frente al aparente desconocimiento por parte de la ciudadanía brigantina en general, durante el último siglo, betanceiros y betanceiras de todos los ámbitos se interesaron, desde sus funciones particulares, por la figura de Antolín Faraldo Asorey.

José Veiga Roel lo retrató y Francisco Vales Villamarín estudió su vida, actividad y legado intelectuales. También logró localizar, en Granada, su partida de defunción: “El día veinte de junio de mil ochocientos cuarenta y tres falleció en la edad de veintiocho años en esta feligresía de San Matías de la ciudad de Granada, Don Antolín Faraldo, de estado soltero, natural de Betanzos, en La Coruña, hijo de Don Feliciano Faraldo y de Doña Francisca Asorey…”.

Vales, cronista oficial de Betanzos y secretario perpetuo de la Real Academia Galega, logró así deshacer un error muy extendido durante el último siglo de asegurar que fue Córdoba “el lugar en el que el alma de nuestro malogrado paisano voló a la eternidad” (Vocero del Centro Betanzos de Buenos Aires, Octubre 1972).

“Antolín Faraldo fue alma y vida y pensamiento y acción y energía y voluntad del famoso inverosímil triunvirato que asumió en una hora solemne la responsabilidad del movimiento iniciado, pero que no acertó a dirigirlo, ni supo aprovechar los elementos que la suerte puso en sus manos”, (Murguía, en Los Precursores).

Una figura reivindicada por el nacionalismo local

La agrupación local del Bloque Nacionalista Galego ha sido la artífice de la moción plenaria que declaró a Faraldo Hijo Predilecto de Betanzos. A los pies del monumento al galleguista betanceiro se reúnen todos los 17 de agosto para conmemorar el denominado “Día da Galiza Mártir”. Junto a este acto, los nacionalistas betanceiros lanzaron una campaña para difundir la memoria de este paisano tan ilustre cuando presentaron su moción al pleno.

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