Archivo para el mes November, 2014

La “Intifada” de los autos chocadores

No se trata todavía de una “Tercera Intifada palestina”, pero sí estamos ante una escalada de violencia –con epicentro en Jerusalén, pero que ya comienza a extenderse hacia otras partes – que daría la impresión de haber llegado para  seguir por mucho tiempo más. Y esperamos estar equivocados en esta apreciación.

Aautos chocadores en Jerusalén. Escena de uno de los atentados.

Autos chocadores en Jerusalén. Escena de uno de los atentados.

 

Se habla de amenazas de misiles nuevamente desde Gaza, pero también desde Siria o Líbano, como señal de identificación con los disturbios y atentados terroristas palestinos, e Israel lo toma muy en serio. A punto tal, que este martes se emplazaron baterías del sistema defensivo Escudo de Hierro en el norte el país.

Por las dudas, Israel probó el mismo día el “Escudo de hierro marítimo”, el Barak 8; un misil destinado a proteger las refinerías y el puerto de Haifa y las plataformas petroleras mediterráneas de los misiles de Irán y/o Jizbalá desde el Líbano. Toda una señal, con prueba exitosa, por si las moscas.

Esta especie de “Intifada” no organizada, de individuos que por su cuenta tiran piedras contra el tren de Jerusalén, cócteles molotov contra la Policía israelí o atropellan a personas que esperan en las paradas de buses o ferroviarias, le resulta cómoda a Abu Mazen. Por el momento.

Abu Mazen sigue como si nada, porque todo lo que está ocurriendo no es una zona que él controla. Es en los lugares que controlan los israelíes. A la larga, daría la impresión que Abu Mazen espera que toda esta ola de violencia termine jugando a su favor a la hora en que deba sentarse nuevamente en la mesa de negociaciones. Jugar a su favor significa obtener mejores réditos en futuras negociaciones; más barrios de Jerusalén, más renunciamientos territoriales de los israelíes.

Por supuesto que todo ello no va a suceder mientras en Israel continúe esta coalición de Gobierno, y al parecer –por lo que indican las encuestas- menos con el próximo; en el que ya algunos dan a Liberman o más aún a Bennett como el futuro premier tras los próximos comicios. Un escenario de pesadilla también para la mayoría de los israelíes, pero al parecer no para todos.

Ahora bien, con esta postura Abu Mazen corre un serio riesgo, y es que la bola de nieve que fue lanzada ya hace tiempo por Hamás y el Movimiento Islámico de Israel, liderado por el Sheij Raed Salaj, se le venga encima también a él. Porque los medios de prensa árabes no dejan de hablar de que la zona santa musulmana de Jerusalén está en peligro.

 

Sheij Raed Salaj: Hace más de dos décadas que viene vociferando que "Al Aksa está en peligro" como un disco rayado.

Sheij Raed Salaj: Hace más de dos décadas que viene vociferando que “Al Aksa está en peligro” como un disco rayado.

 

Tanta campaña han hecho durante años de que la mezquita de Al Aqsa estaba en peligro de ser destruida por los israelíes (la gran teoría conspirativa y base de inspiración de Raed Salaj), que ahora con los sucesos de las últimas semanas y los ministros de la derecha israelí llamando a rezar allí a los judíos,  estas alucinaciones integristas se alimentan a más no poder.

Porque esta bola de nieve puede cambiar radicalmente de temperatura y se puede convertir en una gran llamarada que encienda a todo el mundo islámico. Que sobrepase totalmente al conflicto entre israelíes y palestinos, arrastrando también a Abu Mazen a lugares a los que no desearía arribar.

Toda esta incitación a la violencia del Islam militante, en la que abrevan los extremistas regionales para incentivarla (Hamás, el Movimiento Islámico de Israel, Jizbalá -el Partido de Dios libanés- e Irán, principalmente) es el gran indicador de que vayamos a tener una ola de violencia que va para largo.

Y lo que empieza de este modo se sabe cómo está lanzándose, pero no en lo que puede llegar a terminar. Vale para Jerusalén, y para mucho más allá de la Ciudad Santa. Por más bloques de cemento que se instalen en las paradas de buses y trenes para evitar a los autos chocadores que atropellan adrede a transeúntes desprevenidos.

Bibi Netaniahu con Moshé Kajalón, en otros tiempos.

Biniamín “Bibi” Netaniahu con Moshé Kajalón, en otros tiempos.

Lo primero que debemos decir es que Netaniahu no quiere el anticipo de las elecciones, apuntadas en principio para noviembre del 2017. Tampoco se le nota muy preocupado por si alguno que otro de sus ministros quiere zarpar, porque le seguirían dando las matemáticas para hacer cambios sin ir a las urnas.

Sin embargo, en el aire israelí hay una sensación de que se podrían adelantar las elecciones. Hay quienes lo aseguran, más por intuición que por certeza. Y resulta muy interesante que personas cercanas al primer ministro como Guila Gamliel, Iubal Steinitz, Guilad Ardán u Ofir Akunis  no descarten en absoluto la posibilidad de ir a nuevos comicios antes de tiempo. Quizá Netaniahu nos hablaría del mismo modo que ellos responden cuando se les pregunta. Por más que prefieran quedarse donde están.

Los síntomas principales de esta impresión reinante en el ambiente israelí son cierto apuro en el Likud por adelantar las primarias partidarias, la confirmación del regreso de Moshé Kajalón con su propio partido y Netaniahu que aseguró que vetará la ley de conversiones en el gobierno, para satisfacer las posturas de sus potenciales socios de partidos ortodoxos.

Junto a todo esto, se está observando un claro giro a la derecha del primer ministro. La autorización de construcciones y planes de miles de viviendas más allá de la línea verde emiten el mensaje que está pensando mucho más en las urnas que en volver a dialogar con los palestinos.

Ya casi ni menciona la solución de los dos estados y da por hecho que no tiene interlocutores para hablar de paz, ni en Hamás –obviamente-, ni en la ANP; y hasta se pelea por ello con Washington, reanudando su guerra de roces con Obama, aprovechando que Saúl Berenson está cautivo en Pakistán o en Afganistán en manos de los yihadistas. ¿Qué eso es parte de la ficción? Sigamos entonces con lo que se ve de nuestra realidad israelí.

Como fiel de la balanza, podríamos decir que la gran mayoría de los diputados no ven con buenos ojos el adelanto de los comicios, porque saben que de haberlo, dejarán de “currar” en el Parlamento de Israel. Y todos quieren seguir estando allí. Aunque muchos no puedan expresar esto que comentamos en voz alta.

Ni Tzipi Livni, ni Iair Lapid, dos de los que están a favor de seguir conversando con los palestinos y de la ley de conversiones –dos cuestiones estancadas- se apuran para salir del Gobierno ni se esfuerzan demasiado en trabajar para adelantar los comicios. Ambos saben que el resultado de las próximas elecciones podría jugarles más en contra que a favor. Especialmente Livni, cuyas posibilidades de volver a estar en la Kneset son muy improbables (para no decir que casi imposibles). Ambos, no tienen el más mínimo apuro por salir de su alianza con Netaniahu, a pesar de que sus posturas parezcan el agua y el aceite. El asiento ministerial es más fuerte. Y nadie quiere perderlo, a sabiendas que encima Netaniahu tiene alternativas de recambio. Y como Iair Lapid no puede –o no quiere- cambiar de socios políticos, optó solamente por cambiar de “look”;  quizá para dar a entender que algo cambia.

El nuevo look de Iair Lapid: se dejó la barba, se tiñe el pelo todo de blanco....

El nuevo look de Iair Lapid: se dejó la barba, se tiñe el pelo todo de blanco….

 

La gran estrella en ciernes dentro del firmamento político israelí es Moshé Kajalón,  otra figura salida de la cantera del Likud. Se trata de un neoliberal en lo económico con ideas de derecha en lo político -es un halcón en tópicos de paz, por ejemplo- cuya gran carta de presentación es haber bajado las tarifas de la telefonía celular (en un país donde los precios de todo sólo suben, aunque baje el dólar);  merece más de un párrafo aparte. Todos los partidos de la coalición temen que les robe gran parte de los votos de su electorado, empezando por el Likud.

También hay quienes dicen que Kajalón es un efecto reflejo, como un oásis político israelí, y que de ningún modo superaría los 10 mandatos. Todavía es muy temprano para sacar conclusiones o hablar de cifras, aunque no tanto para apuntar hacia una figura que ya aparece como el fiel de la próxima balanza.

Otro de los conejos que Kajalón se trae debajo de su chistera es a la hija del rabino Ovadia Iosef (gurú y fundador de Shas, fallecido hace un año atrás, en octubre del 2013) como una de sus principales figuras, lo que podría también atraer a gran parte de los votantes sefaradíes ortodoxos y al voto femenino conservador.

Moshé Kajalón ¿Sonríe antes de tiempo?

Moshé Kajalón ¿Sonríe antes de tiempo?

Los sondeos determinarán mucho en las decisiones que finalmente se terminen tomando.

Por ejemplo, si tomáramos en principio el de “Panel politics” de esta semana, si las elecciones fueran ahora, da lo siguiente: Likud: 22 mandatos; La Casa Judía (Bennett) 16 mandatos; Partido Laborista 14; Moshe Kajalón 10; Israel Beiteinu (Liberman) 9; Iesh Atid 9; Meretz 9; Judios ortodoxos ashkenazis 8; Shas 7; jadash 5. Esto hay que tomarlo con muchas pinzas, pero puede estar pintando con bastante exactitud la situación de la hora. Y si estos fueran los resultados, cada vez sería más difícil construir una coalición de Gobierno y de lograrse, no sería muy diferente a la actual. Kajalón en lugar de Livni, y Netaniahu tendría casi la misma coalición para otra cadencia más. Aunque Liberman vaya por su cuenta, tras las elecciones se volverían a asociar en una nueva coalición.

También,  mucho dependerá de Netaniahu, que con ciertos escenarios sería el único interesado en adelantar las elecciones (Ya dijimos que ni Livni ni Lapid en ningún caso), pensando en los 18 mandatos que le quedan y que en uno o dos años la situación del Likud todavía podría estar peor que ahora si sigue estancada la economía, al igual que los precios de la vivienda, de los alquileres, de los productos básicos de la canasta familiar que están todos por las nubes y el proceso de paz con los palestinos que ha quedado en lontananza.

De todos modos, cuando hablamos de una cierta inercia que podría pavimentar el camino al anticipo de elecciones, estamos hablando de una crisis real que existe en el Gabinete de Gobierno de Israel. Es mucho más que una mera hipótesis.

Mientras Netaniahu autoriza en un primer paso la construcción de 2600 viviendas en Jerusalén y más allá de la línea verde, al día siguiente cuando estuvo reunido con Iair Lapid (ministro del Tesoro/Finanzas), Uri Ariel (ministro de viviendas) e Israel Katz (ministro de Transportes), el ministro del Tesoro les dijo: “Estoy a favor de asfaltar caminos que van a Kiriat Shmona, no a asentamientos aislados”. Cada cual atiende su juego. Y cada cual parece pensar y decir otra cosa. Pero siguen juntos.

Ir a elecciones anticipadas no parece ser tanto un asunto de decisión racional, sino algo que tiene más que ver con verse arrastrados a ello. Y el efecto de arrastre podría darse, pese a la falta de voluntad de los partidos que componen la coalición de Gobierno de Netaniahu, y el deseo del primer ministro de patear todas las grandes discusiones nacionales para más adelante. Comenzando con el presupuesto nacional que se tendría que aprobar a fin de año.