23 June 2015

El Pase del Niño Viajero

El Pase del Niño en Cuenca es, sin lugar a dudas, una de las manifestaciones de religiosidad popular más importantes del país. Esta fiesta refleja, como pocas, la cultura y las tradiciones de un pueblo que expresa sus creencias en múltiples y variadas formas del folklore.

El Pase del Niño tiene como centro el culto al Niño Dios. Ceremonias en honor de un dios naciente tienen su origen más remoto en las culturas helénicas y románicas. Concretamente, en Roma, el 25 de diciembre se celebraba el nacimiento del Sol asociado a la imagen del César. Al imponerse el cristianismo como religión oficial del Imperio Romano, esta fecha continuó vigente, festejándose en ella el nacimiento de Cristo. Se conoce que en Europa fue San Francisco de Asís quien celebró por primera vez en forma llamativa la Natividad de Jesús, con una recreación de los hechos en la que gentes humildes del campo representaban a la Virgen María, San José y el Niño Jesús. Pronto, esta costumbre, alentada por los franciscanos, se difundió por todo el mundo cristiano. Esta orden religiosa y otras difundieron desde los tiempos de la Colonia en nuestro país, el culto del pequeño Jesús, a través de novenas, misas y arreglo de pesebres.



Tradición en Cuenca

Cuenca es el lugar del país en donde mayor acogida ha tenido la tradición de los pesebres y el culto al Niño Dios durante las celebraciones navideñas. Las familias cuencanas, además, con el paso del tiempo han añadido elementos autóctonos propios a esta celebración. Las procesiones en que sus participantes (mayoritariamente niños) hacen uso de disfraces religiosos y profanos, se conocen como "Pase del Niño", pues su centro es siempre la imagen Jesús infante, generalmente vestido con ropajes muy elegantes, de seda, terciopelo y bordados con elementos plateados o dorados. Estos desfiles, que cuentan con la participación masiva de las clases populares y el campesinado, son organizados año a año en la ciudad y en los pueblos aledaños. Se inician el primer domingo de adviento y terminan el martes de carnaval.

Todos los preparativos son realizados con mucha anticipación por priostes y mantenedores. Los primeros son las personas que auspician social y económicamente el evento y son elegidos cada año, de acuerdo a circunstancias que pueden variar de pueblo a pueblo. Muchos deciden hacerlo voluntariamente, mientras que otros son designados por el prioste anterior o por la comunidad. Los mantenedores, en cambio, son personas que se responsabilizan de todos los aspectos relacionados con el Pase y se encargan de mantener viva la tradición, por lo que duran en su función largos períodos.

Pases mayores y menores



Los Pases del Niño son de dos tipos: mayores y pases menores. Los primeros son aquellos que cuentan con un gran número de participantes y en cuyas procesiones, se rinde culto a imágenes del Niño Dios que pertenecen a templos o comunidades religiosas. Los pases menores implican un número menor de participantes y tienen, por lo general, un carácter familiar. Existe un ritual muy complejo que precede a la realización de los pases mayores y menores, que incluye la invitación y la velación. La invitación se hace con varios meses de anticipación y se dirige tanto a gente del campo como de la ciudad. Todos los invitados reciben, de parte del mantenedor, un regalo, consistente en pan dulce comúnmente conocido como "costra" y chicha. El aceptar este regalo implica un compromiso para participar en el pase. Finalmente, una noche antes de la misa, se realiza la velación, en la que todos los participantes "acompañan" la imagen del Niño Dios en una iglesia, en el caso de los pases mayores, o bien en la casa de la persona que celebra la fiesta, en el caso de los pases menores. En las velaciones que se realizan en los hogares, es común que los invitados aporten aguardiente y comida, y de esta forma todos celebren juntos este acontecimiento que culminará en la madrugada con una taza de café, agua de canela o chocolate con pan.



El Pase del Niño Viajero

El más importante de los pases, es aquel que está dedicado al "Niño Viajero", y se lo celebra el 24 de diciembre de cada año en la ciudad de Cuenca. Se conoce con este nombre a una imagen del Niño Dios que fue mandada a esculpir por doña Josefa Heredia en el año de 1823. Su último dueño, Monseñor Miguel Cordero Crespo, realizó en 1961, una peregrinación a varios lugares de Tierra Santa, acompañado por la imagen, a la que al final del viaje, bendijo el Papa Juan XXIII.



A su retorno a Cuenca, el pueblo entusiasmado le dio a esta famosa escultura el título de "Niño Viajero", y desde ese entonces se le rinde culto con mucha pompa el día de Navidad, en la gran procesión o "pase", que generalmente inicia a las 10h00 y concluye aproximadamente a las 15h00. La procesión se inicia en la avenida Ordóñez Lazo y recorre la calle Simón Bolívar, en el centro de la ciudad.

Se pueden observar todos los elementos típicos de la celebración: vistosos e innumerables carros alegóricos, bandas populares que interpretan canciones dedicadas al Niño, conjuntos musicales campesinos, niños disfrazados de personajes bíblicos, pastores, gitanos, jíbaros, saraguros, otavalos y otras etnias, y mayorales. Estos son especialmente llamativos e interesantes, pues representan campesinos de las provincias del Azuay y Cañar, que tenían gran poder y prestigio entre los peones de las haciendas; y, en general hombres y mujeres del campo de muy buena posición económica. Sus trajes -estilizaciones del atuendo de los cholos y cholas de la región, por lo tanto, son muy vistosos y elegantes, para expresar riqueza.



Conducen siempre caballos cubiertos por finas mantas o tejidos de lana y seda, y aprovisionados con el "castillo", (conjunto de alimentos armado en forma de guirnaldas con frutas, legumbres, bombones, botellas de licor, juguetes etc.) Los "castillos" constituyen "ofrendas" al Niño, y se coronan de bandeja con alimentos preparados, a veces van en los caballos de los mayorales y en ocasiones son llevados en los carros alegóricos, o bien en canastas cargadas por los pastores.

Los alimentos más frecuentes son papas cocidas, huevos duros, ajíes y animales como chanchos horneados, cuyes, pavos y pollos asados, los cuales llevan con frecuencia lazos de cintas y billetes en sus hocicos o picos.Finalizado el pase, existen celebraciones posteriores en cada una de las familias participantes, las que luego del desfile se dirigen a sus casas y proceden a desarmar con cuidado los castillos. La comida de la ofrenda es repartida entre los miembros de la familia y sus invitados, en un gran festín. El Pase del Niño en Cuenca es una manifestación religiosa popular, de gran riqueza etnográfica y, pese al tiempo y la continua presencia de elementos culturales foráneos, se mantiene en todo su esplendor. Y es que ésta es una fiesta que no responde únicamente a la fe sencilla de las clases populares, sino también al deseo de resaltar y valorizar elementos culturales que las caracterizan y enorgullecen.