Roberto Sánchez Ramírez Roberto Sánchez Ramírez
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Mediante la Ley No. 859 se creó el título de Heroína y Héroe Nacional, publicada en La Gaceta, diario oficial, No. 68 del 9 de abril de 2014. Esta ley hizo justicia a la mujer nicaragüense, marginada históricamente. Hasta ahora doce hombres han merecido ese reconocimiento.

Con fecha 5 de febrero, el diputado Edwin Castro Rivera introdujo la iniciativa de ley declarando "Heroína Nacional de Nicaragua” a Blanca Stella Aráuz Pineda. De inmediato se produjeron comentarios y declaraciones a favor y en contra, cayéndose en la descalificación sin argumentos históricos o exaltando su figura en hechos no documentados o que se pueden demostrar que no son ciertos.

Aunque doña Blanca Stella escribió poemas y era una mujer intelectualmente muy preparada, no se le puede atribuir haber sido la autora de la letra del himno del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua (EDSNN). Varios autores, entre ellos, el periodista norteamericano Carleton Beals y el escritor nicaragüense José Román Orozco dan testimonio que el autor fue Pedro Cabrera, conocido como “Cabrerita”. La música es tomada de La Casita, una popular canción mexicana cuya letra original es de Manuel José Othon (1858-1906) y la música, de Felipe Llera (1877-1942).

Es un error señalar que doña Blanca Stella fue secretaria del Estado Mayor General del EDSNN o una especie de gerente general del proyecto cooperativo de Wiwilí. Doña Blanca Stella tiene suficientes méritos personales como para agregarle otros que no tienen base. Es una tendencia escribir nuestra historia apoyados en la tradición oral o la conveniencia de los vaivenes políticos y partidarios. Tenemos que escribir la historia con el mayor rigor posible sin caer en las complacencias.

Blanca Stella Aráuz Pineda comenzó a colaborar con el general Augusto C. Sandino desde que llegó a San Rafael del Norte, en marzo de 1927, al mando de la Fuerza Expedicionaria de Nueva Segovia del Ejército Constitucionalista. A partir del 18 de mayo de 1927, día en que contraen matrimonio, ella se convierte, además de su esposa, en un valioso elemento de la lucha nacionalista en contra de la ocupación de las tropas intervencionistas norteamericanas. Fue su principal consejera y tuvo funciones de secretaria privada.

Blanca Stella era una mujer con muchas cualidades; tiene que haberlas tenido para que el general Sandino la tomara como esposa, considerando que era un hombre muy exigente. Ella desde temprana edad aprendió el dominio del telégrafo y el sistema morse, en una época donde las comunicaciones eran muy limitadas. A través del telégrafo conocía de la actividad enemiga. Ella es el eslabón vital de los servicios de inteligencia y comunicación del EDSNN.

El mismo general Sandino en diferentes relatos y cartas reconoce el valor de Blanca Stella; cuenta sus largas conversaciones con ella. En la entrevista con el periodista español Ramón Belausteguigoitia, este le pregunta: ¿Fue su esposa un obstáculo o un estímulo en la lucha? A lo que el general Sandino respondió: “Fue un estímulo”. Agregó que las ideas de él y de ella eran iguales. La entrega de ella a la causa sandinista llegó al extremo que en las duras travesías, su vida estuvo en peligro al tener dos abortos.

Blanca Stella fue humillada y encarcelada en dos ocasiones; conoció el ultraje de las cárceles de la 21, en León. Sin embargo, no temió a la represión, fue el enlace del general Sandino en los intentos de lograr la paz en Nicaragua. Ella fue la encargada de transmitir al gobierno del presidente Juan Bautista Sacasa que el general Sandino estaba dispuesto a negociar la paz, por su medio se enviaron las condiciones del Protocolo de Paz, luego que salieron las tropas intervencionistas el 1 de enero de 1933.

La discreción con que obró en su vida Blanca Stella Aráuz Pineda no permite en forma documental valorar la verdadera dimensión que tuvo en el proceso de paz. Le correspondió acompañar a la Comisión de Paz, en la que figuraban don Sofonías Salvatierra, don Gregorio Sandino y doña América Tiffer de Sandino.

Para sintetizar este aspecto de la vida de Blanca Stella Aráuz Pineda, basta recordar la intervención del general Sandino el 2 de junio de 1933 en el cementerio de San Rafael del Norte, cuando dijo: "Esta mujer es una mártir de Nicaragua". Juan Ramón Avilés, director de La Noticia, al consignar su muerte escribió: "No podremos olvidar que doña Blanca fue para el destino de su esposo realmente como una bandera blanca".

También escribió: "Ella encarnó la paz, de tal manera que a pesar de su estado de gravidez, hace apenas tres meses, quiso acompañar a los delegados pacifistas, y a caballo y a pie fue también a la montaña". Agregó: "Nicaragua le debe gratitud a la joven matrona que hoy desaparece. La bandera nacional bien podría envolver su féretro, entre blancas rosas". El artículo se tituló "Doña Blanca fue símbolo de paz".

El recuerdo de Blanca Stella Aráuz Pineda se ha mantenido a través del canto popular. Esta flor de pino, rescatada la música por los Soñadores de Sarawaska, con letra de Carlos Mejía Godoy. “Allá va el general” y “Carta de amor a Blanquita”, de Luis Enrique Mejía Godoy, son parte del sentimiento de admiración y cariño a esta mujer que con méritos propios merece ser declarada Heroína Nacional de la República de Nicaragua.

Considero que Blanca Stella Aráuz Pineda tuvo una valiosa participación en la lucha nacionalista y antimperialista del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua del general Augusto C. Sandino. Que fue determinante para lograr los acuerdos de paz firmados el 2 de febrero de 1933.

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