La multidisciplinariedad de las neurociencias atrae a 300 expertos en Zaragoza

En la foto, Javier Marta, director científico del Hospital Miguel Servet, Alexandra Prados, directora Científica del Insituto de Investigación Sanitaria (IIS) de Aragón y el Maestro de Zen, Denko Mesa.

Siete ediciones. Una cita ya consolidada en Aragón es el Encuentro de Neurociencias, que tiene lugar este miércoles y jueves en el Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza, con el objetivo de promover ideas y conocimientos entre los diversos grupos de investigación relacionados con las neurociencias: una de las áreas científicas a las que se están dedicando mayores recursos de I+D+I

En todos estos años han surgido nuevos desafíos sociales como el alzheimer propio de un aumento de la esperanza de vida o el estrés, que acompaña a las sociedades avanzadas. Pero también, nuevas herramientas pertenecientes a ámbitos tan diversos como los estudios bioquímicos, fisiológicos o anatómicos, así como la aplicación de las tecnologías de la imagen, que han dado lugar a la neurocomputación o la neuroimagen. Debido a esa multidisciplinariedad se han puesto en marcha estos encuentros, “impulsados por los propios investigadores, que desde el principio hemos ido apoyando las instituciones”, apuntó Alexandra Prados Torres, directora Científica del Insituto de Investigación Sanitaria (IIS) de Aragón.

En esta edición son cerca de 300 investigadores en medicina, veterinaria, psicólogos, psicoterapeutas e investigadores de empresas los que se reúnen durante dos días bajo el lema: “Neurociencias y la salud mental en el siglo XXI”. La depresión, el estrés y diversas enfermedades neurodegenerativas son algunos de los retos que se plantearán en este foro especializado. “El sufrimiento psicológico es uno de los peores enemigos del ser humano”, señaló Javier García-Campayo, psiquiatra del Hospital Miguel Servet y organizador de esta edición.

Este investigador cree que es necesario de ir más allá de los tratamientos farmacológicos y psicológicos, y tratar de abordar las neurociencias desde diversas perspectivas. Así, en esa “dualidad” entre la ciencia más pura y el humanismo, se enclava el proyecto de investigación que dirige este psiquiatra, que analiza en una muestra de 60 personas,  divididas en dos grupos, las diferencias entre quienes realizan meditación zen y los que no meditan. “Hemos visto, a través de técnicas de neuroimagen, cómo se modifican los neurotransmisores en las personas que meditan desde hace tiempo”

Así, según este psiquiatra, en esta muestra se están analizando desde hace seis meses las personas que realizan meditación y con la técnica de la espectroscopía se ha comprobado que hay un aumento de los niveles de serotonina y una disminución de la ansiedad y la depresión. “La estructura de los neurotransmisores cambia en los sujetos que meditan habitualmente”, precisó.

Este proyecto centrado en los beneficios de la meditación para la salud es el primero que se realiza en España A nivel internacional hay algunos otros, que verifican que sí se producen cambios fisiológicos como la disminución de la presión arterial, del consumo de oxígeno, un ritmo cardíaco más lento o una respuesta hormonal menor frente al estrés. Junto a estos cambios, también hay un desarrollo de la inteligencia emocional, con una mayor autoconciencia, empatía o socialización. Así lo apuntó el Maestro Denko Mesa, Maestro Zen, que participó en este encuentro de Neurociencias y que forma parte del equipo de trabajo de este proyecto de investigación liderado por Javier García Campayo, con Nicolás Fayed, jefe de Neurorradiología de la Clínica Quirón, como responsable de realización de la espectrometría en esos 60 sujetos que componen la muestra de este estudio.

El VII Encuentro de Neurociencias abordó como uno de los temas principales el estado actual de la investigación en la enfermedad de alzheimer, de la mano del investigador Manuel Sarasa,  director científico de Araclon Biotech, empresa que centra sus líneas de trabajo en el diagnóstico y en el desarrollo de una vacuna eficaz contra esta patología neurodegenerativa, que padecen actualmente en España 700.000 personas y en la que cada año se registran 150.000 nuevos casos.

Sarasa destacó la importancia que tiene la prevención precoz, que evitaría que muchos pacientes lleguen a la consulta en un estado muy avanzado de la enfermedad, de ahí la importancia de los chequeos periódicos a partir de cierta edad, ya que “la composición molecular varía en los estadios iniciales de la enfermedad”. “Estamos trabajando en el Test en sangre para la detección precoz de Alzheimer en pacientes que han desarrollado Deterioro Cognitivo Leve (DCL), el primer estadio de la enfermedad”, explicó este catedrático de la Universidad de Zaragoza.

Importante papel de las empresas

Esta VII edición del Encuentro de Neurociencias, organizada por el Servicio de de Psiquiatría Hospital Universitario Miguel Servet, tiene como novedad la participación de ocho empresas del ámbito de Neurociencias, todas ellas ligadas a la Universidad de Zaragoza. “Pretendemos que este encuentro se convierta en un foro estable de empresas de este ámbito Es muy importante la transferencia de conocimiento”, explicó el organizador de este encuentro.

Campayo también aseguró que en Aragón hay un considerable nivel científico en el campo de las Neurociencias, “hay muchas publicaciones, investigaciones, pero no hay un gran impacto en la sociedad”, de ahí que sea importante la transferencia de ese conocimiento a través de las empresas, de ámbitos tan diferentes como la neurofisiología, la ingeniería de nuevas tecnologías, la neuroimagen…

Entre las empresas que han participado o han manifestado su interés en hacerlo se encuentran: Ebiotec (Grupo Euroespes), PBX Tecnologías, Neuronic, Havotec, Bit Brain Technologies, Adalia, Medical Diagnostic Aragón, Ineava y Araclón Biotech. Y es que la tendencia en el ámbito científico y médico va hacia la formación de equipos multidisciplinares para abordar un diagnóstico y tratamiento integrales que tenga en cuenta todas las circunstancias del paciente y la enfermedad.

Rosa Castro