Real Academia Española

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Real Academia Española Prince of Asturias Foundation Emblem.svg
Coat of Arms of the Royal Spanish Academy.svg
Emblema de la Real Academia Española, con el lema de la Institución:
Limpia, fija y da esplendor.

Academia de la Lengua.jpg
Sede de la Real Academia Española en la calle Felipe IV, 4, en el barrio madrileño de Los Jerónimos. El edificio, diseñado por Miguel Aguado de la Sierra y realizado ex profeso para albergar a la Academia, fue inaugurado el 1 de abril de 1894 con asistencia de S.M. el Rey Alfonso XIII y de su madre, la Reina Regente, Dª María Cristina de Habsburgo-Lorena.
Información
Acrónimo RAE
Tipo Institución lingüística
Fundación 3 de octubre de 1714 (301 años)
Jurisdicción Flag of Spain.svg España
Ámbito Idioma español
Sede Madrid[1]
Director Darío Villanueva
Vicedirector José Antonio Pascual
Secretario Santiago Muñoz Machado
Censora Margarita Salas
Bibliotecario Pedro Álvarez de Miranda
Tesorero Guillermo Rojo
Composición Véase Organización y funcionamiento
Sitio web
www.rae.es
Notas
Miembros fundadores[2]
Juan de Ferreras y García
Gabriel Álvarez de Toledo
Andrés González de Barcia
Juan Interián de Ayala
Bartolomé de Alcázar
José Casani
Antonio Dongo Barnuevo
Francisco Pizarro
José de Solís Gante y Sarmiento
Vincencio Squarzafigo Centurión
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La Real Academia Española,[3] también conocida por sus siglas RAE, es una institución cultural con sede en Madrid, capital de España. Ella y otras veintiuna academias correspondientes a sendos países donde se habla español conforman la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Se dedica a la regularización lingüística mediante la promulgación de normativas dirigidas a fomentar la unidad idiomática entre o dentro de los diversos territorios que componen el llamado mundo hispanohablante; garantizar una norma común, en concordancia con sus estatutos fundacionales: «velar por que los cambios que experimente [...] no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico».[4]

Fue fundada en 1713 por iniciativa del ilustrado Juan Manuel Fernández Pacheco, VIII marqués de Villena y duque de Escalona, a imitación de la Academia Francesa. Al año siguiente, el rey Felipe V aprobó su constitución y la colocó bajo su protección.[5]

Las directrices lingüísticas que propone se recogen en diversas obras. Las prioritarias son el diccionario, abreviado DRAE (art. 2.º de sus estatutos), editado periódicamente veintitrés veces desde 1780 hasta hoy; y la gramática (4.º), editada finalmente en diciembre 2009.

Desempeña sus funciones en la sede principal, inaugurada en 1894, en la calle Felipe IV, 4, en el barrio de Los Jerónimos, y en el Centro de Estudios de la Real Academia Española, en la calle Serrano 187-189, en 2013.

Historia[editar]

Fundación[editar]

Portada de la primera edición de Fundación y estatutos de la Real Academia Española (1715).

En 1711, España, a diferencia de Francia, Italia y Portugal, no tiene un gran diccionario. El núcleo inicial de la futura Academia lo forman en ese año los ocho novatores que se reunían en la biblioteca del palacio madrileño de Juan Manuel Fernández Pacheco, situado en la plaza de las Descalzas Reales en Madrid.[6]

La Real Academia Española fue fundada en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco, VIII marqués de Villena y duque de Escalona, con el propósito de «fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza».[5] El objetivo era fijar el idioma en el estado de plenitud que había alcanzado durante el siglo XVI y que se había consolidado en el XVII. Se tomaron como modelo para su creación la Accademia della Crusca italiana (1582) y la Academia Francesa (1635). La primera sesión oficial de la nueva corporación se celebró en la propia casa del marqués de Villena el 6 de julio de 1713,[7] acontecimiento que se registra en el libro de actas, iniciado el 3 de agosto de 1713. Su creación, con veinticuatro sillas, fue aprobada el 3 de octubre de 1714 por Real Cédula de Felipe V, quien la acogió bajo su «amparo y Real Protección». Esto significaba que los académicos gozaban de las preeminencias y exenciones concedidas a la servidumbre de la Casa Real.[5] [8] Tuvo su primer sede en el número 26 de la calle de Valverde, de donde se trasladó a la de Alarcón esquina a Felipe IV, su sede definitiva.[9]

Lema[editar]

Ilustración con el lema de la Academia (edición de 1822).

En la conciencia, según la visión de la época, de que la lengua española había llegado a un momento de perfección suma, fue propósito de la Real Academia «fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza». Se representó tal finalidad con un emblema formado por un crisol puesto al fuego, con la leyenda Limpia, fija y da esplendor. Nació, por tanto, la institución como un centro de trabajo eficaz, según decían los fundadores, «al servicio del honor de la nación».

Esta vocación de utilidad colectiva se convirtió en la principal seña de identidad de la Academia Española, diferenciándola de otras academias que habían proliferado en los siglos de oro y que estaban concebidas como meras tertulias literarias de carácter ocasional.

Afianzamiento[editar]

Fachada del antiguo Palacio del Marqués de Villena, primer lugar de reunión de la Real Academia.
Inauguración del actual edificio de la Real Academia Española, 1894, en La Ilustración Española y Americana, dibujo de Juan Comba.

En 1723 se le concedieron al marqués 60 000 reales anuales para sus publicaciones. Fernando VI le permitió publicar sus obras y las de sus miembros sin censura previa.

En 1726 se publica el primer volumen del gran diccionario de la época, y en 1741 el de ortografía. Y después, una gramática.

En 1784, María Isidra de Guzmán y de la Cerda, primera mujer doctora por la Universidad de Alcalá, fue admitida como académica honoraria y, aunque pronunció su discurso de agradecimiento, no volvió a comparecer más. Se cuenta entre las primeras mujeres académicas del mundo.[10] No volvió a haber otra fémina hasta la elección como académica de número de Carmen Conde en 1978.

En 1842 solicitaron un crédito de ochenta mil reales por dos años para financiar el nuevo Diccionario a José Nicasio Gallego quien era secretario de la propia Real Corporación. Mediante dicho préstamo la Academia hipotecó todos sus bienes. En 1847 se pudo saldar la hipoteca.[11]

En 1848 la Academia reformó su organización por medio de unos nuevos estatutos, aprobados por Real Decreto. Sucesivos reales decretos (1859, 1977, 1993) aprobaron nuevas reformas.

Las Academias nacionales[editar]

Tras la independencia de los países americanos, la Real Academia Española promovió el nacimiento de academias correspondientes[cita requerida] en cada una de las jóvenes repúblicas hispanoamericanas. Esta decisión estuvo motivada por la idea central del movimiento llamado panhispanismo o hispanoamericanismo, según la cual los ciudadanos de todas las naciones de matriz española tienen por patria común una misma lengua (el español) y comparten el patrimonio de una misma literatura.[12] A pesar de que hubo precedentes de academias nacionales creadas con independencia de la Española, como la Academia de la Lengua de México (1835),[13] que se disolvió para dar paso a la correspondiente Academia Mexicana de la Lengua (1875), y de que alguna de las academias americanas, como la Academia Argentina de Letras (1931), no tuvo vinculación estatutaria con la RAE hasta fundarse la ASALE, desde 1870 se establecieron en América diversas academias hispanoamericanas subordinadas estatutariamente a la RAE, a las que se llamó correspondientes por mantener con la academia matriz una relación por correspondencia postal. A ellas se añadieron la Academia Argentina de Letras, la Academia Filipina de la Lengua Española y la Academia Norteamericana de la Lengua Española, que tienen actualmente igual rango y condiciones que la RAE. Estas veintiuna academias constituyen con la Real Academia Española la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), fundada en 1951 en el marco del I Congreso de Academias celebrado en México.

La ASALE es el órgano de colaboración de todas ellas en la promoción de una política lingüística panhispánica.[14] Esta política, plasmada en numerosos proyectos de trabajo conjunto, fue galardonada en el año 2000 con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, concedido a la Real Academia Española, junto con la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Los países con una academia de la lengua española.

Una nueva visión[editar]

El 20 de octubre de 1993 se constituyó la Fundación Pro Real Academia Española, entidad que tiene como finalidad atraer recursos económicos para la financiación de las actividades e iniciativas de la Academia.[15] Está regida por un patronato, cuya presidencia de honor corresponde al rey de España, la presidencia al gobernador del Banco de España y la vicepresidencia al director de la Real Academia Española. Las vocalías corresponden a otros académicos, presidentes de las comunidades autónomas y de empresas privadas, como socios fundadores.

En los nuevos estatutos aprobados en 1993, se consideró necesario supeditar el antiguo lema fundacional -Limpia, fija y da esplendor- al objetivo superior de trabajar al servicio de la unidad idiomática.[16] El artículo primero establece, en tal sentido, que la Academia “tiene como misión principal velar por que los cambios que experimente la lengua española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico”. De esa forma quedaba sancionado un compromiso que la Academia había asumido ya desde el siglo XIX.

La Fundación está abierta a la participación de particulares mediante la correspondiente cuota económica, miembros benefactores, y entre las actividades subvencionadas se encuentran la realización del banco de datos, el Diccionario del estudiante, el Diccionario panhispánico de dudas y otras obras en proyecto o desarrollo como la Gramática normativa.

Competencias[editar]

Facsímil de una página de la primera edición de los estatutos de la RAE (1715).

El artículo primero de los estatutos de la RAE dice:

[...] tiene como misión principal velar por que los cambios que experimente la Lengua Española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico. Debe cuidar igualmente de que esta evolución conserve el genio propio de la lengua, tal como ha ido consolidándose con el correr de los siglos, así como de establecer y difundir los criterios de propiedad y corrección, y de contribuir a su esplendor. Para alcanzar dichos fines, estudiará e impulsará los estudios sobre la historia y sobre el presente del español, divulgará los escritos literarios, especialmente clásicos, y no literarios, que juzgue importantes para el conocimiento de tales cuestiones, y procurará mantener vivo el recuerdo de quienes, en España o en América, han cultivado con gloria nuestra lengua. Como miembro de la Asociación de Academias de la Lengua Española, mantendrá especial relación con las Academias Correspondientes y Asociadas.

Académicos de número[editar]

Los 46 miembros de número de la Real Academia Española son elegidos por cooptación por el resto de los académicos y se les conoce de manera informal como «inmortales» (quizá por influencia del uso del mismo apelativo en Francia para los académicos galos). Las plazas de académico de número se denominan «sillas», que tradicionalmente se han distribuido de acuerdo a letras del alfabeto latino de uso para el castellano, tanto mayúsculas como minúsculas (excepción hecha de las plazas de las secciones especiales o regionales). De acuerdo a una norma de respeto, la provisión de la plaza para un nuevo académico se inicia a partir del sexto mes desde el fallecimiento del anterior ocupante de la silla correspondiente.

Los académicos de número son, por orden de ingreso:

(silla) nombre del académico (fecha de ingreso en la RAE)

Académicos electos que todavía no han tomado posesión de su plaza

Sillas vacantes tras fallecer su último ocupante

Algunos académicos destacados del pasado[editar]

Portada de la revista ilustrada La Esfera del 2 de abril de 1927. Noticia de la elección de Antonio Machado como miembro de la Real Academia Española (uno de los pocos que ni pronunció discurso ni usó la silla).[17]

Como dato de interés, el único Premio Nobel de Literatura español que no ingresó como académico en la RAE fue Juan Ramón Jiménez (galardonado en 1956 y fallecido dos años después).

La presencia de la mujer en la RAE[editar]

En 1784, tal vez por presiones de la Corte, María Isidra de Guzmán y de la Cerda fue admitida como Académica honoraria,[18] sin embargo a lo largo de la historia la Real Academia de la Lengua ha rechazado a personalidades del mundo de las letras por el hecho de ser mujeres.

En 1853 Gertrudis Gómez de Avellaneda solicitó su ingreso lo que planteó un largo debate tras el cual se tomó el acuerdo de no aceptar mujeres como académicas de número, resolución que la Academia utilizó hasta principios del siglo XX y que le valdría la consideración de antifeminista.[19] [20] En 1912 la petición de Emilia Pardo Bazán fue rechazada, a pesar de los apoyos de diferentes instituciones, en virtud del acuerdo de 1853.[21]

La candidatura de Concha Espina fue igualmente rechazada en dos ocasiones (1928 y 1930),[22] si bien en 1928 la Academia admite la de Blanca de los Ríos, candidatura que llegó a someterse a votación aunque no resultó elegida.[23] También fue aceptada y sometida a votación la candidatura de María Moliner en 1972, aunque en esta ocasión la votación fue ganada por amplia mayoría por el lingüista Emilio Alarcos Llorach.[24]

En 1978, 300 años después de su fundación, fue aceptada la presencia femenina en la Real Academia siendo Carmen Conde la primera mujer que ejerció como Académica de número, ocupando la silla K.[25] [22] Al ingreso de esta escritora se han sucedido los de otras mujeres de reconocido prestigio en el mundo de las letras: Elena Quiroga de Abarca (1983), Ana María Matute (1998), [25] [22] María del Carmen Iglesias Cano (2002), Margarita Salas (2003),[25] [26] Soledad Puértolas (2010), Inés Fernández-Ordóñez (2011), Carme Riera (2013), Aurora Egido (2014), Clara Janés (Electa, [2015]).[27]

Organización y funcionamiento[editar]

Según sus estatutos, la RAE está compuesta por:

  • Académicos de número (46 en total).
  • Académicos correspondientes españoles (hasta un máximo de 60).
  • Académicos correspondientes extranjeros.
  • Académicos de número de las academias americanas (que por derecho son académicos correspondientes).
  • Académicos honorarios.

Una junta de gobierno rige la Academia y supervisa todos los asuntos relativos a su buena operación, tanto en lo relacionado con su funcionamiento interno como con sus relaciones con los organismos del estado, y las demás Academias. Esta junta la preside el director de la Academia y está constituida por el vicedirector, el secretario, el censor, el bibliotecario, el tesorero, el vicesecretario y dos vocales adjuntos. Todos estos cargos son electivos y, a excepción de los vocales, que se eligen cada dos años, pueden ejercerse durante cuatro años, prorrogables sólo una vez.

La Academia funciona en Pleno y en Comisiones que se reúnen semanalmente. Las Comisiones tienen la misión de elaborar las propuestas que posteriormente examinará el Pleno para decidir sobre su aprobación. En la actualidad existen las siguientes comisiones: Delegada del Pleno, de Diccionario usual, de Diccionario histórico, de Gramática, de Información lingüística, de Vocabulario científico y técnico, de Ciencias humanas, de Publicaciones y de Premios. Además, existe una Comisión encargada de la conservación de la casa del Museo de Lope de Vega.

El Pleno, formado por todos los académicos, se reúne durante el curso académico los jueves por la tarde. Una vez aprobada las actas de la sesión anterior y de debatir cualquier tema general, los asistentes presentan enmiendas y adiciones al Diccionario. Acto seguido se examinan las propuestas formuladas por las diversas Comisiones. Las resoluciones, en el caso de que se produzca disparidad de criterio, se adoptan mediante votación.

Al servicio de los trabajos que la Academia desarrolla en Pleno o en Comisiones, funciona el Instituto de Lexicografía, integrado por filólogos y lexicógrafos que realizan las tareas de apoyo para la elaboración de los diccionarios académicos.

Directores de la RAE[editar]

Víctor García de la Concha, director entre 1998 y 2010.

Desde su creación la RAE ha tenido treinta directores. También hubo algunos casos de directores temporales, como Vicente García de Diego, director accidental (1965-1968), y Rafael Lapesa, director interino (1988).[28]

El cargo de director de la Real Academia Española conlleva el cargo de presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE).

Publicaciones de la RAE[editar]

Tomo V de la edición del Diccionario de la Lengua Castellana en 1737.

Publicaciones conjuntas de la RAE y la Asociación de Academias de la Lengua Española:

Diccionarios[editar]

  • Diccionario de la lengua española (DRAE) (1.ª edición: 1780, 23.ª edición: 2014); un volumen de 2.376 páginas (cuenta con 93 111 entradas y 195 439 acepciones –de éstas, 18 712 son americanismos–).[29] PD-icon.svgLa primera edición de esta obra se encuentra en el dominio público
  • Diccionario esencial de la lengua española (2006): un volumen de 1.660 páginas que cuenta con 55 000 acepciones. Es una obra resumida que hizo de puente entre la 22.ª y la 23.ª edición.
  • Diccionario panhispánico de dudas (2005): un volumen de 834 páginas. Obra que tiene el propósito de resolver las dudas relacionadas con el uso del idioma español en toda la comunidad hispanohablante.
  • Diccionario de americanismos (2010): un volumen de 2.400 páginas (cuenta con 70 000 entradas y 120 000 acepciones). Esta obra es un complemento del Diccionario de la lengua española.
  • Diccionario del estudiante (1.ª edición: 2005, 2.ª edición: 2011): un volumen de 1.544 páginas (cuenta con 40 000 entradas). Obra dirigida a alumnos de secundaria y bachillerato. Sustituye al Diccionario escolar de la RAE (1996).
  • Diccionario práctico del estudiante (1.ª edición: 2007, 2.ª edición: 2012): un volumen de 852 páginas (cuenta con 30 000 entradas). Adaptación para Hispanoamérica del Diccionario del estudiante. Obra a la venta solo en el continente americano.

Gramática y Ortografía[editar]

  • Nueva gramática de la lengua española (1.ª edición: 1771, última edición: 2009). Esta última es la primera gramática panhispánica y reemplaza a la anterior Gramática de la lengua española (1931) y al Esbozo de una Nueva gramática de la lengua española (1973). PD-icon.svgLa primera edición de esta obra se encuentra en el dominio público
  • Existen tres versiones de la Nueva gramática de la lengua española:
  • Nueva gramática. Edición completa (2009 y 2011): 3 volúmenes que suman 4.808 páginas. Tomos 1 y 2: Morfología y Sintaxis (en 2009); Tomo 3: Fonética y Fonología, junto con el DVD Las voces del español (en 2011).
  • Manual de la Nueva gramática (2010): un volumen de 750 páginas.
  • Nueva gramática básica (2011): en formato bolsillo de 326 páginas.
  • La RAE ha publicado también otras dos gramáticas no institucionales:
  • Ortografía de la lengua española (1.ª edición: 1741, última edición: 2010).[30] Esta última edición es la primera ortografía panhispánica y reemplaza a las Nuevas normas de prosodia y ortografía de 1959 y a la anterior edición académica de 1999. PD-icon.svgLa primera edición de esta obra se encuentra en el dominio público
  • Existen tres versiones de la Ortografía de la lengua española:
  • Ortografía. Edición completa (2010): un volumen de 864 páginas.
  • Ortografía básica (2012): en formato bolsillo de 252 páginas.
  • Ortografía escolar (2013): en formato cartilla de 64 páginas.
  • El buen uso del español (2013):[31] un volumen de 560 páginas. Es un libro de norma lingüística destinado a resolver dudas e incertidumbres ortográficas o gramaticales.

Proyectos actuales[editar]

  • Nuevo diccionario histórico del español (NDHE). En fase de desarrollo. Sustituirá al Diccionario histórico de la lengua española (primer volumen de 1933, incompleto) y utilizará como base el Nuevo tesoro lexicográfico del español y el Diccionario de autoridades. Presentará de modo organizado la evolución del léxico español a lo largo del tiempo.
  • Diccionario básico para estudiantes de español como lengua extranjera con 22 000 entradas, previsto para 2015.[32]

Otras publicaciones[editar]

  • Diccionario de autoridades (título original Diccionario de la lengua castellana, en que se explica el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las phrases o motivos de hablar, los proverbios o refranes y otras cosas convenientes del uso de la lengua, 6 vols., 1726-1739). PD-icon.svgLa primera edición de esta obra se encuentra en el dominio público
  • Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española (2 DVD, 2001), base de datos digital de 50 diccionarios de la lengua española, desde el de Antonio de Nebrija (1495) hasta el Diccionario académico de 1992, e incluyendo todos los publicados por la RAE hasta entonces. Es la primera publicación académica en DVD publicada en el mundo.
    • No debe confundirse con el Nuevo tesoro lexicográfico del español (s. XIV-1726) [11 vols., 2007], de Lidio Nieto Jiménez y Manuel Alvar Ezquerra, obra que refleja la historia de las palabras a través de todos los diccionarios, glosarios y repertorios desde el siglo XIV hasta 1726, fecha en que se publica el Diccionario de autoridades de la RAE.
    • Su versión en línea es accesible desde la página electrónica de la RAE: NTLLE.
  • Léxico hispánico primitivo. Siglos VIII - XII (primer volumen: 1976, incompleto). Glosario del primitivo léxico iberorrománico. Realizado por Ramón Menéndez Pidal y Rafael Lapesa.
  • Diccionario manual e ilustrado de la lengua española (1.ª edición: 1927, 4.ª edición: 1989).
  • Boletín de la Real Academia Española (desde 1914).

Biblioteca Clásica de la Real Academia Española[editar]

  • La Biblioteca Clásica de la Real Academia Española presenta, en 111 volúmenes, las obras fundamentales de la literatura española e hispanoamericana hasta finales del siglo XIX en ediciones críticas, anotadas y prologadas. La primera obra publicada en esta colección, iniciada en 2011, es el Cantar de mio Cidy cada año se publican nuevos títulos. Ver listado completo de obras en: [1]

Ediciones conmemorativas[editar]

Grabado que ilustra el lema de la Academia hacia 1737.

Obras sobre la RAE[editar]

  • Historia de la Real Academia Española (1999), de Alonso Zamora Vicente.
  • La Real Academia Española. Vida e historia (2014), de Víctor García de la Concha.
  • Al pie de la letra. Geografía fantástica del alfabeto español (1ª ed. 2001, 2ª ed. 2007, y 3ª ed. 2014). Obra en la que distintos académicos rinden homenaje a las letras del alfabeto que designan sus plazas en la corporación.

Véase también[editar]

Fuentes[editar]

Referencias[editar]

  1. Sede central.
  2. Diccionario de autoridades :Tomo I, pág. 16.
  3. Nombre con el que aparece en sus Estatutos; cf. Estatutos de la RAE. Otros nombres con los que se conoce a la institución, como «Real Academia de la Lengua», «Real Academia de la Lengua Española» o «Real Academia Española de la Lengua» no son adecuados («Diccionario de la lengua española, claves de redacción.» Fundéu. Consultado el 16 de octubre de 2014.
  4. http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/rd1109-1993.html#a1
  5. a b c Orígenes y fines de la RAE.
  6. Víctor García de la Concha, La Real Academia Española. Vida e historia, 1.ª edición. Madrid: Espasa Calpe, 2014
  7. ABC.es (6 de junio de 2013):La RAE, tres siglos con la lengua y la palabra
  8. Historia de la RAE.
  9. Répide, Pedro (2011). María Isabel Gea, ed. Las calles de Madrid. Madrid: Ediciones La Librería. p. 751. ISBN 9788487290909. 
  10. La primera fue Laura Bassi, que ingresó en la Academia de Ciencias de Bolonia el 20 de marzo de 1732; cf. [http://cis.alma.unibo.it/cis13b/bsco3/bassi/bassinotbyed/introbassiita.pdf Cavazza, M. "Laura Bassi", Classics on Line, p. 5.
  11. Para la historia del Diccionario, Matilla Tascon
  12. Para una descripción y análisis más detallados del proceso fundacional de las academias americanas y filipina correspondientes, y de los estatutos que las ligaban a la RAE cf. «De la Hispanidad a la Hispanofonía».
  13. Cf. Bárbara Cifuentes y María del Consuelo Ros: «Oficialidad y planificación del español: dos aspectos de la política del lenguaje en México durante el siglo XIX», en Políticas del lenguaje en América Latina, Iztapalapa, 29 (1993), pp. 135-146.
  14. Cf. documento RAE y ASALE: «La nueva política lingüística panhispánica».
  15. Sobre la historia de la Fundación pro RAE y su contribución a la financiación académica, cf. «Historia de las finanzas de la RAE».
  16. Ministerio de Educación y Ciencia (28 de enero de 2006). «Real Decreto 1109/1993, de 9 de julio, por el que se aprueba los Estatutos de la Real Academia Española.» (pdf). BOE. Consultado el 16 de febrero de 2013. 
  17. Ángel González informa que Machado comenzó a escribir un discurso de ingreso en la Academia Española hacia 1929, pero abandonó la idea en 1931. González concluye que las razones, desconocidas, podrían deducirse del escaso aprecio que el poeta tenía por la Real institución. Por otra parte su elección, al parecer, fue instrumento del complot urdido por el dictador Miguel Primo de Rivera, en ese momento en el poder, para que no fuera elegido otro aspirante menos satisfactorio: Niceto Alcalá Zamora. En: González, Ángel: Antonio Machado (1986) Ediciones Jucar; p. 44
  18. Zamora Vicente, 1999, p. 485.
  19. Zamora Vicente, 1999, p. 488.
  20. Fresno Martín, 2005, p. 111.
  21. Zamora Vicente, 1999, p. 492.
  22. a b c Fresno Martín, 2005, p. 112.
  23. Zamora Vicente, 1999, p. 495.
  24. Zamora Vicente, 1999, p. 496.
  25. a b c Zamora Vicente, 1999, p. 497.
  26. Fresno Martín, 2005, p. 113.
  27. Real Academia Española, 2015.
  28. Directores de la RAE.
  29. RAE. «La publicación de la 23.ª edición del DRAE se adelanta al 16 de octubre». Consultado el 26 de septiembre de 2014. 
  30. «Ortografía de la lengua española». Consultado el 10 de noviembre de 2014. 
  31. «Obras lingüísticas» RAE. Consultado el 10 de diciembre de 2013.
  32. http://elpais.com/elpais/2013/02/28/eps/1362065169_019685.html Entramos en la casa de las palabras, reportaje en El País Semanal, El País]

Bibliografía[editar]

  • Fries, Dagmar (1989). «Limpia, fija y da esplendor». La Real Academia Española ante el uso de la lengua (1713-1973) (1.ª edición). Madrid: SGEL. 
  • Senz, Silvia; Minguell, Jordi; Alberte, Montserrat (2011). «Las academias de la lengua española, organismos de planificación lingüística». En Senz, Silvia; Alberte, Montserrat. El dardo en la Academia I (1.ª edición). Barcelona: Melusina. pp. 371–550. ISBN 978-84-96614-98-7. 
  • Zamora Vicente, Alonso (1999). Historia de la Real Academia Española (1.ª edición). Madrid: Espasa. 
  • Zamora Vicente, Alonso (1999). «Las mujeres en la Academia». La Real Academia Española. Madrid: Espasa. pp. 488–499. ISBN 84-239-9185-7. 

Enlaces externos[editar]

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