La vida inquieta de Alfredo Marqueríe
(1907—1974)
Eloísa Sanz:
Aunque nacido en Mahón (Menorca) en 1907, los años decisivos de su niñez y de su juventud los vivió Alfredo Marqueríe en Segovia, ciudad a la que se trasladó su familia al poco tiempo de su nacimiento y de donde era originaria la familia de su madre. Su padre Alfredo Marqueríe Ruiz –Delgado había sido alumno de la Academia de Artillería de Segovia y en aquel tiempo conoció a la joven que luego sería su esposa. La familia del Comandante Don Alfredo vivía en una vieja casona situada frente al enlosado de la Catedral. Cuando Alfredo cumplió 10 años su padre le animó a leer y puso a su disposición su biblioteca; su primera lectura fue Crimen y castigo de Dostoieswski y luego siguió con Shakespeare. Su padre fue el fundador de una sección de los Exploradores de España, versión ibérica de los boy—scouts. En la época de exámenes de ingreso en la Academia publicó el periodico El Alcazar de Segovia. (1911). También organizó funciones de teatro, novilladas y representaciones de circo con fines benéficos lo que permitió a su hijo “ tomar contacto con el mundo de espectáculo, desempeñar los papeles infantiles de las obras y conocer a toreros y titiriteros,seres que me parecían extraordinarios “ escribe Alfredo Marqueríe en sus Memorias informales.
Entre sus amigos segovianos estaban Antonio Ibot León y Mariano Grau, con los que en numerosas ocasiones se acercó a Antonio Machado en las tertulias y sobre todo en los paseos que daba el poeta por los alrededores de la ciudad. “Era yo entonces un muchacho pálido y tímido que escuchaba en unión de otros jóvenes aficionados a las letras a Don Antonio con respeto y veneración casi religiosa. Nos aleccionaba sencilla y cordialmente, sin empacho pedagógico—didáctico, poniendo, por encima de todo, el culto a los eternos valores del espíritu, a la verdad, a la belleza, al bien…” evoca en sus Memorias informales.
En esos años juveniles, desde 1921, la inquietud, la impaciencia y el afán emprendedor son los rasgos más acusados de su personalidad. Una inquietud que le llevaría a indagar con su mirada buida y penetrante en la poesía,el periodismo,la crítica teatral la novela,la biografía, el ensayo.. Otro rasgo de su carácter fue el de cierta melancolía, un poso de tristeza de adolescente viejo.
El joven Alfredo Marqueríe era ya muy consciente de la facilidad con la que se rompen los ideales juveniles y sin darse cuenta se llega silenciosamente al fracaso de una vida vulgar y mediocre.
Cuando publicó su primer poemario Rosas líricas (1923), había muerto su padre en la retirada hacia Monte Arruit, en la guerra de
Marruecos. A él , a su memoria le dedicó el libro, apenas cumplidos los 16 años.
En el inicio del libro Palabras primeras , se pone bajo la advocación de Hamlet, a manera de declaración de principios de su personalidad. Junto a palabras—clave del Modernismo como clepsidra y Fatal domina la inquietud. En el tema y en la forma este primer libro es modernista, bajo el magisterio de Rubén Darío. Lleva , a manera de pórtico, un Análisis de Alfredo Marqueríe a cargo de A. Ibot León. Es un poema--retrato del poeta amigo en el que le describe bajo el ala de un gran sombrero, con traje negro,el rostro afilado y la mirada indagadora con la llama de la duda, de la zozobra, en busca de su camino vital, cargado ya de dolores prematuros.
El impresor Carlos Martín
Su siguiente libro 23 POEMAS lo publicó en 1927 y también fue impreso en los talleres tipográficos de Carlos Martín. Está dividido en tres secciones : tierra y amor, los elogios y el mar. Se abre con la siguiente dedicatoria: “ A la generación romántica de 1930, que ya rebulle en la sombra, apretada, tenaz, silenciosamente.” Estas palabras revelan que Alfredo Marqueríe, estudiante de Derecho en Madrid, vivía muy atento a los nuevos movimientos literarios y al importante cambio de rumbo que se produciría alrededor de 1930 : abandono del carácter deshumanizado y de la pureza tanto en la prosa como en la poesía para orientarse hacia las realidades acuciantes y , sobre todo, el nacimiento de una nueva sensibilidad. El término nuevo romanticismo fue acuñado por José Díaz Fernández en 1930 y supuso una vuelta a los temas que afectan al hombre, a sus inquietudes y a escuchar el rumor de su conciencia.
La sección Elogios se abre con una cita de Papini :”El Arte es un esfuerzo para educarnos descubriendo ciertos aspectos menos visibles de las cosas.”
Desde 1922 colaboró Marqueríe en las revistas literarias Alfar, Mediodía, Manantial, Parábola y Meseta. En 1931 fue redactor-jefe del periodico Segovia Republicana dirigido por Rubén Landa, y antes , en 1926 lo fue del Heraldo Segoviano de Carlos Martín Crespo.
El 3 de julio de 1930 pronunció una charla sobre la Exposición de Artistas y temas segovianos organizada por la Universidad Popular, que se
imprimió con fotografías de Jesús Unturbe y dibujos de Peñuelas, Cáceres, Santa Cruz, Escribano y Tejero en los talleres de Carlos Martín. En el recorrido por diversas obras destaca una página definitiva sobre el significado de la pintura de Cristóbal Ruiz y una apasionada, inteligente y moderna defensa de Esteban Vicente.
En 1932, cuando tenía 25 años, ya había concluido la carrera y el Doctorado en Derecho y ganado con el número dos unas oposiciones a Secretarios de administración Local. Pero él no quería ser más que escritor y periodista, cosa que logró ese año al ingresar como redactor fijo en el diario Informaciones , propiedad de Juan March y dirigido por Juan Pujol, en el que hizo la crítica literaria, además de sus trabajos periodísticos.
La Ballena Alegre
En octubre de 1933 se constituyó Falange Española por José Antonio Primo de Rivera, que tenía una tertulia de amigos falangistas en los bajos de la cervecería Lyon a la que acudían Foxá, Sánchez Mazas, Víctor de la Serna, José María Alfaro, Alfredo Marqueríe y Dionisio Ridruejo.
Marqueríe no escribió, ni se refirió, ni trató de justificar el cambio desde su posición a favor de la República a su militancia en la Falange.
RELOJ obtuvo un accésit en el Concurso Nacional de Literatura el año 1934. El libro comienza con unos Aires del pueblo que remiten a la poesía popular de los cantares, cantarcillos y tonadas. Son poemas descriptivos con rasgos costumbristas para retratar a una pareja de Los franceses de la fonda, o para reflejar la Llaneza española. Más adelante los poemas se adensan en reflexión en los sonetos Pecado, Hoy, Amor, Dolor y Muerte, en los que se vislumbran influencias de las greguerías de Ramón. Encontramos como en su primer libro el combate “entre la duda y la fe / le cedo al tiempo su lastre./ Y el balón del mundo rueda / por el frío azul del aire. “ Es como si el reloj del tiempo se hubiera detenido en su juventud :”En la muñeca el pulso del reloj/ impasible, inmutable.” Y la melancolía del adolescente viejo reaparece en los versos :”Estación de la tarde : Sólo tú sabes mi secreto triste…/ No se lo digas a nadie.”
Revista Legiones y Falanges
Al comienzo de la guerra civil Marqueríe estaba en Madrid y al poco tiempo de la caída de San Sebastián, en septiembre de 1936, salió de Madrid y se instaló en la ciudad vasca donde pasó la guerra,afiliado y militante de Falange Española, colaborando como periodista en la prensa nacional : Unidad, Vértice, Fotos, Domingo…Poemas suyos aparecieron en Lira bélica, de Jesús Sanz y Díaz, en la editorial Santarén de Valladolid ,en 1939, junto a Foxá, Pemán, Marquina y Manuel Machado.
A finales de 1937 el periodista Gregorio Corrochano hizo un viaje desde Tetuán a San Sebastián para contratar a Marqueríe y a Tomás Borrás como redactores de un nuevo diario España de Tánger,auspiciado y financiado por Juan Beigbeder, Alto Comisario en Tetuán y luego Ministro de Asuntos Exteriores en el primer gobierno de Franco.
Al finalizar la guerra civil Alfredo Marqueríe es nombrado subdirector de Informaciones, diario que dirige el falangista, camisa vieja y germanófilo Víctor de la Serna. En el periodico hacía la crítica teatral y la literaria.
Pasó al diario ABC como crítico teatral y de circo en 1944 y hasta 1960. En 1964 se incorporó al diario Pueblo. Fue redactor –jefe de NODO durante 20 años, y crítico de teatro de Radio y de Televisión Española.
Fue director teatral y adaptador de los clásicos griegos, latinos y españoles.
Alfredo Marqueríe
Alcanzó notoriedad con sus reportajes vividos que consistían en actuaciones en escenarios y en las pistas de los circos para después contar sus experiencias e impresiones de una manera directa, con una prosa viva teñida de humor. Un mes con el circo (1955) es al tiempo narración y diario de treinta días vividos por Marqueríe bajo el nombre de Profesor Ignotus, como prestigitador, cubiertos los ojos con un antifaz en el Circo Estambúl.
Fue corresponsal de prensa y enviado especial en Marruecos, Inglaterra, Alemania, Polonia y la Unión Soviética.
Escritor incansable de los temas más variados: vidas de personajes históricos, ensayos, artículos, cuentos, entrevistas, reportajes, crónicas, crítica literaria y teatral…
Autor de novelas cortas de estilo sainetesco y costumbrista, de humor fácil y desenfadado. La de mayor éxito fue Don Laureano y sus seis aventuras (1940), que tuvo su secuela y continuación en una segunda entrega en 1945.
El fakir Daja Tarto
Personas y personajes. Memorias informales fue su última publicación en 1971. Libro entretenido en el que Marqueríe habla de personas interesantes de su familia, de sus directores, de figuras extravagantes y estelares, de payasos, telépatas, fakires, prestigitadores, de Goebbels…,pero de él mismo no dice apenas nada, elige el papel de comparsa en el teatro de su vida y oculta su personalidad verdadera bajo la máscara de los payasos a los que tanto admiraba.
Sorprenden dos maledicencias groseras sobre Antonio Machado más propias de una portera y un elogio entusiasta del doctor Goebbels.
En el verano de 1974, cuando se dirigía en automóvil a Valencia con su esposa, Pilar Calvo Rodero, sufrieron un accidente mortal en el Puerto de Contreras, en Cuenca.