Página principal de ALMIAR

 


La Guerra de las
Malvinas:
Memorias (4)


José Luis Martínez Eyheramendy
Fotografías del autor


30-MAY:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

01-JUN:

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

05-JUN:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

06-JUN:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


07-JUN: LLEGO 
UN TESORO PARA MI... MUY ESPERADO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

08-JUN: DIA NEGRO PARA LA FLOTA INGLESA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

09-JUN: 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

10-JUN:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

11-JUN: SIN MISIONES Y SIN PICADITO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

12-JUN: LLEGAN CARTAS Y ENCOMIENDAS, UNA DE ELLAS MISTERIOSA...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

13-JUN: 

La actividad era de relativa calma, alguna que otra tarea de verificación y comprobación, pues los aviones disponibles se encontraban en servicio. Nos turnamos en dos grupos para ir a la Parrilla Municipal a almorzar, luego al regresar muchos se dedicaron a escuchar radio, jugar a las cartas o bien escribir a algún ser querido, por mi parte me dediqué a clasificar la documentación y a guardarla en sobres.

Posteriormente me dirigí a la Sala de Pilotos a charlar con ellos, son muy amables a pesar del estado de tensión a que están sometidos, recordemos que en cada misión se juegan la vida. Ante mi consulta sobre qué se siente cuando se avista un blanco naval enemigo y éste descarga toda su artillería contra ellos, me respondieron que era una sensación indescriptible, además no tenían tiempo para pensar sino que se concentraban en los controles del avión, en programar el panel de armamento y mira de disparo, y por supuesto, rogar a Dios no ser alcanzados, tratando al mismo tiempo de penetrar en ese infierno, descargar la munición de los cañones Defa y si era posible, llegar sobre el buque y soltar las bombas para luego fugar...


A las 16:30 llegaron a la Sala de Situación el Comodoro y el Vicecomodoro, que son los Jefes del Personal de Mantenimiento de A-4C, y nos informaron que cuatro de los cinco aviones que anoche se dirigieron hacia Río Grande participaron conjuntamente con dos Super Etendard de la Marina, de una misión muy importante atacando a la flota inglesa. El objetivo, al que se le provocó graves daños, era el Portaaviones Invencible.

A las 17:15 el Comodoro Jefe de la Base, convocó a una formación para comunicar esta noticia que fue recibida con gran alegría. Pero también teníamos incertidumbre ante la suerte corrida por dos pilotos de A-4C derribados por la artillería de defensa de la flota inglesa según nos habían informado anteriormente.

A las 19:30 llegó desde Río Grande un Lear Jet-35 que transportaba a los dos pilotos que intervinieron en el ataque al Invencible; en el mismo avión, para alegría de nuestro Escuadrón, llegó el Mayor P. que era el piloto que faltaba de los cinco eyectados del Escuadrón Dagger San Julián, al bajar se abrazó con todos nosotros y nos repetía a viva voz: ¡Estoy vivo, hermanos...!. 

Se vivió un momento dramático cuando el hermano del 1er.Ten. V. (Personal Civil de FAA y desplegado aquí) se enteró de su desaparición, fue terrible, decidieron enviarlo de regreso a Mendoza, ¡pobre muchacho, cómo sufría!. El es plegador de los paracaídas de frenado de los A-4C, cada vez que su hermano partía en una misión se encargaba de limpiarle bien la cúpula del avión y lo ayudaba a atarse. 

La Fuerza Aérea ponía todos sus medios para tratar de atacar la flota inglesa, es increíble pero cierto que a un avión Hércules C-130 -una mole cuatrimotor y netamente de transporte de carga- se le habían colocado dos portabombas y, con una mira adaptada de los Pucará, atacó un petrolero (probablemente el British Wye) dejándolo fuera de combate. El ataque fue realizado a gran altura, pues la configuración de este C-130 así lo requería. 

Hoy imaginamos a nuestros compatriotas gritando ¡Viva la Patria! en todos los rincones del país aunque los británicos enseguida salieron al cruce, tanto por los medios radiales como televisivos, informando que los aviones argentinos Super Etendard y los Skyhawk A-4C habían atacado la flota agrupada alrededor del Invencible, lanzando un misil Exocet AM-39 pero que los señuelos habían permitido desviar su trayectoria resultando intacto el Portaaviones. 

Nosotros sabíamos que se trataba de una mentira: los relatos de los dos pilotos sobrevivientes lo confirmaban. La narración fue desgarradora, detallaron los pormenores de la misión y además la forma en que cayeron sus compañeros, tenían sus ojos hinchados de llorar por la pérdida de sus camaradas, ¡cómo no creerles!


Al igual que ayer, amaneció con lluvias intermitentes,
pero al mediodía comenzó a mejorar, paró de llover y algunos rayos solares perforaron la nubosidad; almorzamos en dos turnos en la Parrilla, luego fuimos a la Base a esperar órdenes. El Departamento Operaciones nos confirmó que hoy, por razones de metereología, no se preveía ninguna misión.

El resto del día transcurrió sin misiones, la imposibilidad de realizar operaciones aéreas les facilitaba a los británicos desarrollar una gran actividad de desembarco, ya tenían una cabecera de playa, sus tropas lograron descender en las Islas, la situación se tornaba peligrosa porque podía derivar en un vuelco en las acciones a su favor; nuestros camaradas desplegados en las Islas rogaban que mejorasen las condiciones metereológicas para que nuestros aviones pudiesen atacar a la flota y a la cabecera de playa.

Luego de sacar los Mensajes y Parte Diario de Guerra, que en los últimos días fueron breves y sintéticos, fuimos al Gimnasio. Más tarde, con un grupo de compañeros, fui a cenar al pequeño restaurant El Chilecito, todos elegimos la misma comida: milanesa completa con papas fritas (a esta altura esto era un manjar, ¡otra que caviar!). Por razones económicas pocas veces nos podíamos dar un gusto. En este restaurant, a pesar de ser sus dueños de nacionalidad chilena, nos atendían de lo mejor.02-JUN: ¿HABRÁ TERMINADO LA GUERRA PARA NOSOTROS?

Sigue el mal tiempo y no se pueden realizar misiones. El día transcurrió sin ninguna orden de Operaciones, empezaba a notarse un bajón en los ánimos, se podía apreciar en nuestros rostros. Las noticias que llegaban no eran nada agradables, las Fuerzas británicas que habían desembarcado en las Islas, atacaron y destruyeron a cuatro aviones Pucará, provocando algunos muertos.

Todos hacíamos conjeturas y nos preguntábamos cómo podían parar el accionar de los ingleses, pero ellos tenían la suerte de su lado porque el mal tiempo tanto en las Islas como en el continente parecía perjudicar sólo a los argentinos. 

Mientras se pudo operar, nuestra aviación les dió "flor de salsa", ni se acercaban a las Islas. Pero lamentablemente comenzaron a hostigar a nuestras tropas con el incesante cañoneo de sus buques, ¡pobres muchachos argentinos que se encontraban allí! ¡Cómo esperaban que llegaran nuestros aviones para atacar a la flota y provocar su alejamiento!!. Teníamos la sensación de que para nosotros la guerra había terminado.


Hoy amaneció con buen tiempo.
A las 08:30 se nos ordenó de Operaciones cambiar la configuración de los aviones, debíamos alistar cuatro, uno de ellos de reserva. Los armeros y mecánicos habían adquirido agilidad para cambiar la configuración, si bien tenían las cunas de tanques y los carros steimboc para subir y bajar bombas, ellos preferían hacerlo manualmente ya que era más rápido y, aunque parezca mentira, también más seguro, pues al mover los tanques en su cuna por el piso de cemento totalmente congelado y el suelo sumamente blando por las lluvias, o patinaban o se trababan, entonces entre cuatro agarraban cada tanque y lo subían o bajaban. 

A las 12:00 nos informaron de Operaciones que la misión se postergaba hasta nuevo aviso; aprovechando la situación el Mayor nos envió a almorzar y quedó un grupo de mecánicos y especialistas a efectos de mantener una guardia por si acaso ordenaban la salida de los aviones.

Regresamos a las 13:20 Hs., la misión saldría a las 14:30; rápidamente pasé esta novedad a las cabeceras. Luego fui a la Sala de Pilotos, ellos se encontraban alrededor de la mesa enfundados en sus trajes antiexposición de neopreme color naranja y verde, con varias cartas de navegación desplegadas, confirmando rumbo, altitud de navegación y posible forma de penetración hasta la flota inglesa. Cuando me iba, a las 14:05, tomaron sus cascos y salieron rumbo a la camioneta que los llevaría a los aviones.

Realizaron la inspección previa al vuelo mientras los mecánicos controlaban que todo estuviera en condiciones, al igual que los armeros las cargas explosivas. Los pusieron en marcha y a las 14:05 Hs. partieron con rumbo a Malvinas los tres aviones previstos, se oía el estruendo de los motores con la post-combustión enganchada.

Quedamos esperando su regreso, muchos se refugiaron en las carpas ya que el frío era cortante (17 grados bajo cero), yo fui a la Sala de Situación donde también hacía mucho frío pero al menos era soportable, aproveché esos momentos para escribirle una carta a mi familia.

A las 16:15 Hs. me telefoneó el Mayor desde la Torre que ya se tenía contacto radial con los aviones, que avisara a las cabeceras que venían todos y que una vez que aterrizaran irían a la plataforma de vuelo. Como siempre salí a ver su llegada y darles la bienvenida, el frío era insoportable, pobres los muchachos que atendían los vuelos, ellos eran los que más permanecían a la intemperie. Arribaron sin novedad, sólo que debieron lanzar las bombas al mar puesto que en su incursión no encontraron blanco naval inglés y aterrizar con las bombas era muy peligroso, la orden era que si no se encontraba algún blanco, se lanzasen las mismas al mar.

Una vez emitidos los respectivos Mensajes, actualizada la documentación de los aviones y confeccionado el Parte Diario de Guerra, fui con el resto del personal al Gimnasio. En el trayecto nos pusimos de acuerdo con algunos muchachos y nos bajamos en la Oficina de Entel para comunicarnos con nuestra familia, yo llamé a mi esposa que me recibió con una sorpresa: mi hija Romina, con su vocecita, me preguntaba si yo estaba con los aviones Malvineros, esto me emocionó mucho, parecía que ella comprendía nuestra causa, eran apenas sus primeras palabras... Mi señora me dijo que me mandaba una encomienda con cartas de la familia, comestibles y un cassette con palabras de Romina. La charla duró pocos minutos, le pedí que le avisara a mi madre que me encontraba bien y que los extrañaba mucho.

Así transcurrió esta jornada, con emoción ya que pude escuchar a mi hija después de 20 días, algo que me alegraba y a la vez me entristecía por no poder estar junto a ella. 


Amaneció con terribles vientos y chaparrones,
por lo que dormimos un poco más, como es domingo la metereología se plegó para darnos un descanso. Luego aprovechamos para realizar juegos de salón y escuchar las últimas noticias -que eran nada alentadoras- sobre la situación en Malvinas: los ingleses estaban hostigando a Puerto Darwin con sus barcos que descargaban su artillería sobre las defensas argentinas, aprovechando el mal tiempo.

Fuimos a almorzar con los integrantes del Escuadrón A-4C, era la primera vez que lo hacíamos todos juntos, el menú fue el de siempre, un locro compuesto por papas, garbanzos, carne de cordero y mucho picante.  Al finalizar nos fuimos al Gimnasio, algunos aprovecharon para dormir la siesta, otros para seguir con los juegos de cartas, etc., yo me recosté un rato, pero a las 16:00 nos reunieron para darnos una breve exposición de cómo estaba la situación del conflicto. 

El Vcom. del Departamento Operaciones explicó que hasta el 1º de Junio la balanza de las acciones se recostaba sobre nuestro lado, pero después del desembarco inglés en las Islas esto se revirtió; nos confirmó que la situación tendía a agravarse cada vez más si la aviación argentina no podía atacar a la flota británica (estaba comprobado que cuando los atacábamos la situación nos favorecía), sólo quedaba la esperanza que el tiempo mejorase para poder operar. Así dio por finalizada su exposición.

Luego, con unos pocos mecánicos nos dirigimos a la Base, yo tenía que sacar los Mensajes y el Parte Diario de Guerra, ellos realizaron una recorrida por los aviones y las carpas a los efectos de asegurarlas, ya que el viento era muy fuerte. 

Una vez finalizadas estas tareas, nos trasladaron de vuelta al Gimnasio, no fui a cenar ya que no tenía apetito, me quedé escuchando las noticias, las radios nacionales decían que nosotros dominábamos la guerra, lo que no concordaba con lo expuesto por el Vcom., pero las uruguayas daban un panorama más realista de los acontecimientos.


Nos levantamos temprano, a las 05:30
, desayunamos y a las 06:30 estábamos en la Base, había mucho viento, provocando una llovizna de agua nieve. 

El suelo y también las estructuras de los aviones, estaban cubiertos por una manta o capa blanca dejada por las heladas, ésta era muy resbaladiza lo que provocó que se lesionaran dos compañeros, uno con fractura de brazo y el otro con fractura de clavícula, los más expuestos eran los mecánicos y armeros que tenían que subirse sobre los planos de los aviones, fue en esa oportunidad cuando se resbalaron y cayeron pesadamente, causándoles dichas lesiones. Esta situación mejoraba cuando salía el sol.

El Comodoro nos dijo que fue derribado un Lear Jet por un misil inglés, arrancándole la cola a dicho avión y falleciendo sus dos pilotos y los tres tripulantes. Por los detalles que nos dio, tuvieron una muerte horrible, ya que los pobres estuvieron concientes y transmitiendo por radio hasta estrellarse sobre la Isla de Bordon.

Fuimos a almorzar en dos grupos. Al regresar, el Mayor me dijo que fuera a la carpa que cumplía la función de depósito que estaba a cargo del Cabo 1º Carranza, quien me entregó una encomienda que había llegado conjuntamente con los repuestos provenientes de Tandil. 

Con gran apuro la abrí, encontrando cartas de mis familiares, pero yo buscaba ansiosamente algo especial, dejé las cartas para después, saqué salamines, chocolates y masitas y por fin, allí estaba, en un rinconcito, el tesoro que yo tanto esperaba, era la cajita conteniendo un cassette, había un papelito que decía "para vos papi, Romina", ¡qué alegría! No sé cómo describirla, así que me apresuré a pedirle al Mayor un pasacassette chiquito que tenía él para poder escucharlo, me lo facilitó amablemente y al ponerlo y escuchar la voz de mi pequeña, se me escaparon unas lágrimas, la verdad es que cansé a todo el mundo haciéndoles escuchar la grabación. 

Después, un poco más tranquilo, me puse a leer las cartas, casi todos, por no decir todos, deseaban que ganemos, especialmente mis primos, quienes se encargaron de escribir un versito sobre los ingleses o la señora Thatcher. 

Intentaré contestarles a todos, diciéndoles que tratamos de hacer lo posible para ganar y que ponemos nuestros mayores esfuerzos porque todo el país nos da su confianza, para que esto sirva como unión de los argentinos por una causa justa, muy justa a nuestro entender, ya que desde chicos cantamos con orgullo nuestro Himno Nacional y nos ponemos de pie cuando lo hacemos, ahora más que nunca tenemos que estar orgullosos de ser argentinos, tratando de elevar la Bandera hacia lo más alto del cielo y así poder decir que hicimos algo por nuestra patria, demostrando que nuestro país es libre y respetado por todo el mundo, que nuestro suelo es más nuestro que nunca y nadie tiene derecho a usurparnos ni un centímetro , muchos camaradas están dando su vida para defenderlo, nosotros humildemente también ponemos nuestro granito de arena para proteger nuestras Malvinas. Nos encontramos muy motivados en esta guerra, no queremos defraudar a los miles de niños y jóvenes, como mis primos, que en cada carta nos piden que triunfemos. 

Al terminar la actividad y llegar al Gimnasio, juntamos los alimentos enviados por nuestros familiares y todos compartimos hasta el último pedacito, demostrando la gran camaradería que existe entre nosotros.

Como el tiempo era bueno
, la actividad comenzó muy temprano. Al llegar a la Base se nos ordenó alistar todos los aviones (eran seis) configurados con dos tanques de 1300 l. cada uno y con los portantes colocados pero sin bombas montadas, nos preguntábamos qué tipo de misión sería ésta si los aviones no llevaban armamento.

A las 10:30 los aviones se encontraban listos, fui a actualizar la pizarra de la Sala de Pilotos y el Vcom. anotó los nombres de los integrantes y aproveché para preguntarle qué tipo de misión era ésta sin armamento externo. Amablemente me explicó que se trataba de una "misión de diversión" para hacer salir los aviones ingleses y permitir que los nuestros atacaran su flota. Estos últimos irían hacia la zona de combate, haciendo que los radares enemigos los captasen y salieran a buscarlos las PAC (Patrulla Aérea de Combate compuesta por los temibles Sea Harrier), mientras éstas estuvieran ocupadas persiguiendo a nuestros Dagger, otras Escuadrillas de A-4C, A-4B y Dagger de Río Grande atacarían la flota. Parecía el juego del gato y el ratón...

A las 13:00 los pilotos fueron hacia sus aeronaves, y de acuerdo a lo previsto, a las 13:20 partieron recibiendo el saludo de todos los que quedamos en la Base.

A las 15:10 el Mayor Rodeyro nos informó que habían aterrizado en la Base de Río Gallegos con varias novedades, que se debían alistar dos personas por especialidad para ser trasladados a esa Base a recuperar los aviones. El traslado se hizo en un Lear Jet. Los ingleses denominaron este día "el más negro de la flota británica", ya que sufrieron lo más graves daños y pérdidas en lo que va de esta guerra. Los buques de transporte de asalto Sir Tristan y Sir Galahad fueron atacados por los A-4B, el primero resultó seriamente averiado y el segundo hundido. 

Los Dagger de Río Grande embistieron y dañaron gravemente a la fragata tipo Rothesay HMS Plymouth, también fue atacado el desembarco inglés: muchas bombas que eran lanzadas a gran velocidad y a baja altura, al tomar contacto con la superficie del mar realizaban saltos sobre éste y se introducían en el grueso del desembarco en la costa, explotando y causando grandes daños al material y pérdidas humanas. 

La situación es muy comprometida para los argentinos, ya que los ingleses están ganando posiciones claves en las Islas. Las Fuerzas propias se repliegan rumbo a Puerto Argentino, donde se harán fuertes, según los comunicados del Ejército. Nos retiramos a las 19:30; ya en el Gimnasio nos dedicamos a escuchar la radio que, a pesar de informar que la aviación argentina había castigado duramente a la flota inglesa, también detallaba el avance de las tropas enemigas en las Malvinas.


Nos despertaron a las 02:00 de la madrugada diciéndonos
que teníamos que irnos, ya que aparentemente se habían detectado comandos ingleses en el continente, específicamente en la zona de Comodoro Rivadavia y debíamos salir cuanto antes de acá. Agarramos nuestras pertenencias y fuimos saliendo en silencio, yo pensaba que lo único que nos faltaba era ser atacados, sabía que no era una idea remota, ya que estaba en los planes de los ingleses atacar el continente.

A las 03:00 llegamos a la Base, nos esperaba un Hércules C-130, pusimos todas nuestras fuerzas y empeño para cargar los equipos de apoyo, luego se designó al personal que embarcaría en el primer vuelo, yo me encontraba en ese grupo. Nos trasladaban a Río Gallegos. 

Luego de volar unos 30 minutos aterrizamos en dicha Base, tuvimos que bajar todo el cargamento a oscuras, el frío era insoportable a pesar de que transpirábamos con el esfuerzo. El Hércules partió en busca de más carga y personal, en total se realizaron 6 vuelos de C-130 además de trasladar bombas, portantes y munición en varios camiones. 

Este desplazamiento ocasionó que todo el personal prácticamente no durmiera, además en el apresuramiento, muchos perdieron varias pertenencias personales -que no fue mi caso- y por suerte alcancé a juntar toda la documentación que tenía en la Sala de Situación. 

Allí existe una pequeña oficina donde nos ubicamos, es muy precaria, de madera, muy chiquita, pero no importa ya que tiene teléfono y esto es fundamental. La gente de comunicaciones de la Unidad igualmente instaló un teléfono de campaña, interconectado con el Departamento Operaciones, la Sala de Pilotos y cabecera de pista, la distancia entre estos puestos es muy grande, por lo tanto es primordial tener un buen sistema de comunicación entre ellos.

Llamé al Departamento Operaciones para averiguar si tenían alguna orden para nuestro Escuadrón, me contestaron negativamente pero sugirieron que nos dedicásemos a preparar todo. 

Luego de dejar los aviones en servicio y todas las cosas acomodadas, nos dirigimos a ver dónde nos alojaríamos. Algunos fueron ubicados en el Casino de Suboficiales, los restantes fuimos a una Compañía de Soldados que estaba alistada para nosotros, allí descubrimos con gran alegría que no seguiríamos durmiendo en catres, pues existían camas tipo marineras de hierro. Almorzamos en las instalaciones del Aeropuerto Internacional y la cena fue en la Compañía donde estamos ubicados, aunque casi nadie quiso comer, ya que prácticamente hacían 48 horas que no descansábamos. 

A las 20:30 ya nos encontrábamos acostados, queremos recomponer nuestro cuerpo, pues seguro que mañana tendremos otro día movido.


Nos levantamos muy temprano
, ¡qué bien se duerme en una cama después de tantos días en un catre! Aquí hay más lavatorios y baños. Desayunamos en el Casino de Suboficiales, nos sirvieron tostadas con manteca y mermelada y té con leche, nos devoramos todo, creo que el frío, la ansiedad y el no haber cenado anoche nos abrió el apetito.

El frío era terrible (19 grados bajo cero), esto provoca que las manos se endurezcan, congelándose los dedos, tenemos que tomar muchas precauciones porque se pierde el tacto y por lo tanto la seguridad, ¡ni qué decir de los armeros y mecánicos de pista que tienen que manipular explosivos!

Se improvisaron unos cuantos braseros para calentarnos manos y pies, esto se puede hacer cuando amanece porque está prohibido mientras dura el operativo de oscurecimiento. Las tareas de alistamiento de los aviones las realizan los mecánicos, que poseen una pequeña linterna con dos elementos (se puede apreciar la precariedad y peligrosidad para desarrollar tales labores). 

Aquí no sucedía como en San Julián, que teníamos distribuidos los aviones en tres lugares (las dos cabeceras y la plataforma de vuelo). Los aviones se ubicaban en una pequeña plataforma que estaba delante de la entrada del Hangar Antártico (a unos cien metros), por eso era mucho más fácil comunicarse con ellos, además alguno siempre se encontraba compartiendo mate o café en nuestra modesta Sala de Situación. Luego me aboqué a confeccionar los Vales de Combustible para entregárselos al Concesionario de YPF. A las 09:30 llamaron de Operaciones informando que hasta nuevo aviso estaba cancelada la operación prevista. 

A las 12:00 nos comunicaron que se debía cambiar la configuración a dos aviones: había que colocarles dos tanques de 500 Lts. supersónicos y dos misiles Shafrir a cada uno; desde que comenzó esta guerra no se lanzó ningún misil Shafrir. La orden de alistar estos aviones significaba que los mismos debían estar alertas, ya que si salían tendrían que realizar una "misión de sombrilla" (así se denomina una misión con aviones configurados de esta forma, su cometido es el de patrullar o dar protección a alguna región del continente, pues si bien los Dagger tienen una función primaria que es cazabombardero, también pueden transformarse en cazainterceptores). Esta configuración presenta una gran desventaja porque no posee radar y sólo debe guiarse por las indicaciones de los radaristas terrestres o bien por la detección que produzca el misil con su propio sistema.

A las 13:30 los aviones fueron pasados listos. Se ordenó trasladarlos a la cabecera de pista y prever 20 personas que debían permanecer en la Base atentos a una posible salida. Los restantes nos trasladamos a almorzar al Aeropuerto Internacional, nos atendieron de lo mejor, realmente nos parecía mentira que pudiéramos elegir el menú (entre tres comidas), si bien todas eran a base de carne de cordero, al menos nos podíamos olvidar del locro por algún tiempo.

Luego de almorzar algunos fuimos a la cabina de Entel, yo me comuniqué con mi madre, le pregunté cómo se encontraban todos y qué se comentaba por allí, me dijo que era una vergüenza que nosotros estuviéramos peleando y muchos argentinos siguieran su vida como si nada: desde Comodoro Rivadavia hacia el sur se vivía en guerra y en el resto del país se vivían ya casi con indiferencia los acontecimientos que en un principio parecían habernos unido, y como broche de oro nuestra Selección de Fútbol participaba en el Mundial de España... Esto me dolió y llenó de rabia. 

Regresamos al Hangar, el personal que quedó de guardia no tenía novedades y partieron a almorzar.

Todos presentimos que el día iba a transcurrir sin operaciones aéreas, lo que nos provocaba un bajón anímico porque nos dedicábamos con el alma a alistar los aviones, cambiarles la configuración toda vez que lo ordenaban y dejar nuestro descanso de lado, para que después del esfuerzo los aviones no saliesen...

A las 17:00 Hs. el Mayor nos reunió para informarnos que habían llegado a Tandil 10 aviones Mirage M-5P comprados a Perú, los que vendrían a engrosar nuestra dotación. Conjuntamente con ellos vendría más personal y quizá se realizaran relevos. 

Nos expresó el orgullo que tanto él como la Superioridad sentía por nosotros y nos instó a seguir con las mismas ganas que hasta ahora. Nos explicó que la situación en las Islas era muy difícil, que muchas veces no se podía ordenar la salida de una misión pues el espacio aéreo donde se tenía que operar estaba lleno de aviones enemigos, lo que seguramente provocaría un inútil costo de vidas y material. Además nos recordó que los muchachos que estaban peleando en Malvinas esperaban con mucha ansiedad la llegada de nuestros aviones, por lo tanto debíamos seguir con la misma voluntad y empeño puesto hasta ahora. Estas palabras nos levantaron un poco el ánimo.

Luego nos trasladamos a la Compañía, aprovechamos para darnos un buen baño con agua súper caliente (el frío que soportamos diariamente nos cala hasta los huesos), gracias a Dios las instalaciones se encontraban a una temperatura agradable. 

Después de cenar nos pasaron una película de corte cómico que sirvió para olvidar un poco la situación y reírnos bastante. Así termina otro día de nuestra participación en esta maldita guerra.



Nos ordenaron bajar de un avión los tanques
, portabombas y su armamento y colocarle el portabomba central, ya que éste realizaría un vuelo de comprobación de unas bombas de fabricación nacional llamadas "Exocor" que fueron diseñadas y fabricadas en la provincia de Córdoba, más exactamente en la Fábrica de Armamento. El C-432 quedó listo a las 11:15, se le montaron 4 bombas de 125 Kg. cada una, a simple vista se podía ver que eran mucho más alargadas que las que se utilizaban normalmente. 

El ensayo se realizó sobre un margen del río que está muy cerca de la Base, podíamos observar su desarrollo, algunos muchachos se subieron al techo del Hangar para mirar mejor. El avión, en vuelo rasante, a unos 150 metros antes de llegar a la ladera, soltó las bombas (aunque parecían seguir enganchadas al mismo), se elevó al estar sobre la barranca y comenzó con las maniobras de escape mientras las bombas se incrustaban en ésta. Alrededor de 12 segundos después explotaron y se pudo comprobar su efectividad. 

Una vez aterrizado el avión, se ordenó desmontar las bombas a los cinco aviones restantes, ya que no se realizaría otra actividad aérea (dejar los aviones con este peso es muy perjudicial porque afecta los amortiguadores de los trenes de aterrizaje). Mientras los mecánicos y armeros se dedicaban a esta labor, yo confeccioné los Mensajes y Parte Diario de Guerra. Finalizadas las tareas y acondicionado el material, fuimos todos juntos a almorzar.

Más tarde nos llevaron a conocer la ciudad, me pareció muy pujante y expandida, si la comparamos con San Julián es, supongo, 10 ó 15 veces más grande, la mayoría de sus pobladores son chilenos, nos trataron muy bien, las cosas son caras -aparte que no contábamos con mucho dinero, el poco que tenemos se nos consume en los llamados telefónicos-, y para no perder la costumbre, llamé a mi señora, le transmití tranquilidad en cuanto a mi salud pero no pude mentirle con respecto a la tristeza que sentía por la difícil situación en las Islas.

Regresamos a la Base, generalmente para matar el tiempo se organizan campeonatos de cartas, pero siempre alguien tenía una idea genial: ya que afuera existían dos arcos de papi fútbol, ¿por qué no corríamos las camas, entrábamos los arcos y jugábamos un picadito?. La aceptación fue unánime, pusimos manos a la obra y una vez creada la canchita iniciamos un hermoso partido. 

Cuando estábamos en pleno desarrollo, divirtiéndonos y gozando de este juego, con un fuerte llamado de atención apareció el Jefe del Departamento Operaciones, con otro Oficial, y preguntaron quién era el más antiguo. El My. nos dio un sermón y 10 minutos para acomodar todo y devolver los arcos a su lugar. Si antes nos sentíamos "embolados" por la situación que nos tocaba vivir, esto colmó el vaso. ¿Cómo es posible que nos prohíban distraernos un poco? Además no molestábamos a nadie. Luego de cenar nos juntamos a escuchar la radio: lamentablemente a estas horas la situación en Malvinas parecía ser insostenible.



La meteorología en las Islas era malísima
, no pudiendo operar ninguno de nuestros Sistemas de Armas, lo que era aprovechado por los ingleses para intensificar su ataque.

A las 12:00 fuimos casi todos a almorzar, sólo quedaron unos pocos por si se presentaba la salida de algún avión; tratamos de regresar lo más rápido posible pues queríamos estar presentes a la llegada del Guaraní, hecho que se produjo a las 14:15.

Traía un grupo de 11 personas, entre las cuales se encontraban 3 peruanos que venían a brindar asesoramiento por los aviones recientemente adquiridos al Perú. Ellos enseñarían las diferencias operativas que existían entre el Dagger y el M-5P, que no eran muchas. Es muy probable que a partir de mañana comiencen a llegar los aviones. Los asesores fueron alojados en el Casino de Oficiales.

Mientras, recibimos lo que nos habían mandado nuestros familiares: para mí habían 5 cartas y 2 encomiendas, una de ellas sin remitente: estaba llena de pastillas, masitas, chicles, chocolates, etc., me rompí la cabeza pensando quién sería mi benefactor/a. Como el contenido de la caja misteriosa era muchísimo, lo repartí entre mis compañeros -como siempre, compartíamos todo-.

Tampoco hoy hubo actividad aérea, cuando llevé los Mensajes y Parte Diario de Guerra a Operaciones, pasé por el CIC (Centro de Inteligencia de Comunicaciones), el ánimo allí estaba decaído, el Suboficial encargado me dijo que la situación en las Islas era desastrosa, que se podría soportar muy poco tiempo más. De allí me dirigí a la Compañía, nos juntamos todos y compartimos nuevamente bebidas y alimentos. Finalmente me acosté a releer las cartas recibidas hoy y luego las guardé, junto con las anteriores, en un sobre grande.



Por lo que se comentaba, en las Islas pasaba algo grave.
Así fue como almorzamos rápidamente y regresamos a la hora prevista, formamos y el Mayor comenzó diciendo que la situación era muy mala, los ingleses estaban cerca de Puerto Argentino y era muy difícil atacar por medio aéreo a la tropa enemiga que ya estaba próxima al poblado, además era muy peligroso porque podía causar enormes pérdidas en la población civil. 

La flota inglesa se encontraba lejos del alcance de nuestros aviones y de las Islas. Ayer el Destructor británico Glamorgan fue alcanzado por un misil AM 38 Exocet lanzado por una batería costera instalada en un remolque. Luego de haber bombardeado a las fuerzas terrestres argentinas y de ser alcanzado por el misil (que le causó graves daños), el buque inglés comenzó a alejarse de la costa junto con las otras embarcaciones. 

Teniendo en cuenta que nuestros aviones por su autonomía no podían llegar a la flota ni tampoco atacar las Islas, sólo quedaba la esperanza de que las fuerzas destacadas en Puerto Argentino pudieran repeler el ataque inglés. A esta altura lo único que deseábamos era que no se produjeran más muertes.

Finalizadas mis tareas me dirigí a la Compañía donde encontré a mis compañeros con el ánimo muy decaído, los rostros invadidos por la tristeza. Comí algunas masitas y escribí estos apuntes (¿quizás los últimos?) pensando cuáles serán los acontecimientos de mañana.


14-JUN: FIN DE LA GUERRA


Nos levantamos a las 06:00, desayunamos y nos trasladamos
al Hangar; llamé a Operaciones para averiguar si había algo previsto, me contestaron negativamente y hablaron con el Mayor a quien le ordenaron que no nos moviésemos del Hangar y le comentaron sobre la pérdida de un avión Canberra derribado por un misil, pereciendo todos sus tripulantes.

Luego salió hacia una reunión que se realizaría a las 08:00 en Operaciones, mientras nosotros nos juntábamos para intercambiar conceptos y opiniones del conflicto. A las 10:30 regresó el Mayor con el Vicecomodoro y nos reunieron.

El Vicecomodoro manifestó su orgullo por la labor cumplida, la dedicación y el profesionalismo demostrado y resaltó que nunca tuvo que anular una misión por falta de material aéreo, él como el resto de sus pilotos, cada vez que subían a un avión no dudaban de que cada mecánico o especialista había hecho un excelente trabajo, pero desgraciadamente nos tenía que informar que "el conflicto había llegado a su fin", ya que las Fuerzas argentinas destacadas en Puerto Argentino se habían rendido. Esto no quería decir que la Fuerza Aérea también se hubiera rendido, por lo menos no moralmente, los ingleses nos habían vencido por ahora, quizá volveríamos algún día por nuestros muertos y a recuperar las Islas. No deberíamos olvidar a aquellos que dejaron su vida por esta causa. 

Fue el golpe de gracia, nuestro ánimo estaba por el piso y esto nos terminó de abatir, después de haber dado todo de nosotros habíamos perdido, qué dirían nuestros familiares y amigos...

 

 


EPÍLOGO


   

    Replegamos a Tandil el día 25 de Junio, yo deseaba regresar pues el 26 es el cumpleaños de mi hija Romina. Despegamos de Río Gallegos a las 21:30 llegando a Tandil el 26 a las 00:15, fuimos recibidos por el Jefe de Grupo quien nos expresó su orgullo por el deber cumplido y nos dijo: "Ustedes pueden enfrentarse a cualquiera con la cabeza bien alta, pues no defraudaron a nadie, el pueblo los tiene que admirar por lo que realizaron...".

Nos dio cinco días de franco para pasarlo con nuestra familia. Nos trasladaron en un micro y llegué a mi casa a las 02:00. Me recibió mi señora, me abracé a ella y lloré... Mi familia me recibió como no lo esperaba, era como si hubiésemos triunfado.

Hasta aquí he ido volcando todas mis vivencias en esta guerra, lo recordaré mientras viva, ésta fue nuestra causa, la de todos los argentinos, sólo que quizás a mí me tocó vivirla de otra forma, algunos dieron sus vidas, otros sus alhajas, otros sus pocos pesos y muchos, muchísimos, el apoyo moral, ya sea a través de cartas o encomiendas a los que estaban en el frente o a los que estábamos en el sur del continente (esto me trae a la memoria que la encomienda misteriosa me la había mandado un hermano de mi padre, el tío Raúl, uno de esos hombres de fierro que quiso ser otro de los tantos que anónimamente nos enviaban cosas).

Por último quiero destacar que durante el tiempo que estuve desplegado conviviendo con todo el personal, el compañerismo nunca faltó, estuvimos unidos tanto en la alegría como en la tristeza. También reconozco que muchas veces sentí miedo, pero traté de superarlo y dar todo de mí, creo haber cumplido con la tarea encomendada. Estoy orgulloso de haber pertenecido al II Escuadrón Aeromóvil Dagger y ser parte de la Fuerza Aérea Argentina. Aprendimos a valorar los sentimientos, como el patriotismo y coraje puesto de manifiesto por nuestros pilotos, ellos eran realmente los que se exponían ante el fuego del enemigo.

También supe de las secuelas de una guerra al subir al avión C-130 que trajo desde las Islas a los heridos el último día del conflicto. Fue terrible ver personas mutiladas, sin algunas extremidades o con heridas graves, además del olor nauseabundo que emanaba de allí, como el quejido o grito, era realmente desgarrador.

No olvidemos que esto fue una guerra, ojalá nunca más tengamos otra, me pregunto si realmente valió la pena.

Aprendimos a querer aún más a nuestras Islas, y para terminar quisiera expresar un deseo: tenemos que inculcar a nuestros hijos y descendientes que Las Malvinas son y serán argentinas y que sólo por la vía diplomática debemos recuperarlas, nunca más por las armas, ya que en una guerra nadie gana realmente, sino que todos perdemos...

 

PULSA EN LA IMAGEN CORRESPONDIENTE O SI NO LAS VES EN TU NAVEGADOR EN LOS SIGUIENTES ENLACES:

| 1 | 2 | 3 | 4 |OPINA|PÁGINA PRINCIPAL|

© JOSÉ LUIS MARTÍNEZ EYHERAMENDY - 2003

 

 

N. de la R.: El Diario se publicó por capítulos en la Revista Almiar, con periodicidad mensual.
El último de ellos apareció el mes de abril 2003. Debido a la antigüedad de los scripts de esta
página es posible que no se visualice correctamente en algunos navegadores
(recomendamos Mozilla o similares).



LITERATURA | IMAGEN | ARTÍCULOS | PORTADA
REVISTA ALMIAR - MARGEN CERO ™  (2003) - Aviso legal