¿Por qué tan pocas unidades?
Como no es lo mismo disfrutar de un auto casi único de otro que “sólo” es restrictivo por el precio, las firmas más potentes del sector del motor, anuncian periódicamente versiones de corta producción de sus modelos ya fabricados.
Tres unidades. La totalidad de la fabricación del Lamborghini Egoista, será de tres unidades. Con un valor de 3,5 millones de dólares estando todos ellos vendidos incluso antes de su fabricación, puede parecer extraño no aumentar la producción.
En la fabricación en masa de la gran mayoría de los vehículos fabricados, el coste marginal de cada uno es casi imperceptible, por lo que un gran número de ventas, trae consigo un gran beneficio, estrategia diametralmente distinta a la que predomina en las firmas de autos exclusivos como Aston Martin, Pagani Automobili o Königsberg.
Enzo Ferrari – fundador de la firma de deportivos que lleva su nombre – enuncio en un momento de su vida una frase que años más tarde, se convertiría en un precepto de la marca: “Hay que construir tantos autos como demanda haya… menos uno”, pasos que han seguido sin dudarlo en Italia, reduciendo poca a poco el número de unidades vendidas, incrementando el precio de cada una, aumentando de este modo tanto el deseo de poseer uno como los beneficios de Ferrari.
Cuanto mayor sea la demanda real de estos vehículos y menor su oferta, el precio sufrirá un potente aumento, llegando a cotas prohibitivas hasta para los más pudientes, convirtiendo dicho precio en un factor diferenciador.
Conjugar un coche con un número escaso de unidades con un exorbitante precio, es el atractivo perfecto para lograr que las unidades producidas estén vendidas, casi antes de presentar el vehículo.
Respondiendo a la pregunta de por qué se fabrican tan pocas unidades, cuando incluso desoyendo los consejos del gran Enzo Ferrari, la demanda es mucho mayor – no la real menos una – responde a cuestiones de deseo y cuando el deseo afecta al producto, es donde entra el marketing.
Aquellas firmas que producen escasísimas versiones de modelos exclusivos – Ferrari, Lamborghini, Rolls Royce,… – llevan décadas en el mercado automotriz. No evnder más unidades de un modelo no lo consideran un error ya que como aprecian más adelante, es una brillante estrategia comercial.
Fabricar un vehículo de las características que se le considere casi único, en ocasiones produce grandes pérdidas en la firma – como en el caso del Breaks World Speed Record Bugatti Veyron – que a costa de perder millones al Grupo Volskwagen, aparece repetidamente como el vehículo de producción más rápido y caro jamás construido, atributos estrechamente ligados al deseo.
Poseer un Lamborghini Veneno es un referente de estatus, tanto para el cliente como para la marca. La firma no entregará una de sus tres joyas a “cualquiera” que le entregue los 3,5 millones, debe ser ya parte de la familia. De esta manera se consigue que aquellos que quieran tener un auto realmente exclusivo, compren con anterioridad un modelo más común.
El riesgo de firmas como Ferrari, Lamborghini o Porsche de perder grandes clientes al no poder optar éstos a una de las escasísimas unidades que lanzan periódicamente, se reduce al poder ofrecerles una unidad también exclusiva de otra de sus campañas de reducida fabricación.
Aquellas versiones ultra potenciadas, customizadas o equipadas con variantes visuales, logran acaparar la atención de la prensa en los casos en que la reducida producción les hace ser noticia. De esta manera y sin coste alguno para la firma, la publicidad que se le da al auto, se traspasa al modelo base. En este grupo se encuentran unidades como el Opel Corsa OPC Nürburgring-Edition, Porsche Cayenne S Transsyberia o incluso el ya no tan pequeño Fiat 500L Trekking Beats Edtion.
En multitud de ocasiones, la corta producción de una versión de un modelo ya existente, responde a razones meramente sentimentales. La finalización de la producción de un modelo altamente exitoso en ventas, trae consigo un reconocimiento a modo de última versión, que suele ser muy querida y deseada por los amantes del motor. Los casos más claros pueden reflejarse en la Volkswagen Kombi Last Edition o incluso en el recién desaparecido Ferrari 599 GTB 60F1 último reconocimiento al modelo Fiorano de Ferrari.
Todos ellos, más o menos exclusivos responden a incrementar su valor – y precio – con la más antigua y básica ley de la economía: a menor oferta mayor precio, pero le acompaña un nuevo precepto de mercadotécnica moderna: a menor producción mayor exclusividad y deseo.
Fuente: Publicidadycoches.wordpress.com, Motor.mapfre.es,…
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