La Justicia italiana absolvió hoy al exalcalde de Roma Ignazio Marino de los delitos de malversación, falsificación y fraude para los que la Fiscalía solicitaba tres años y cuatro meses de prisión, según informan hoy los medios locales.

El juez en primera instancia Pierluigi Balestrieri considera que Marino no cometió los delitos que se le imputaban y para los que los fiscales Roberto Felici y Pantaleo Polifemo solicitaban una pena de tres años y cuatro meses de cárcel.

Marino se vio obligado a abandonar su cargo el pasado año después de verse envuelto en una serie de escándalos y tras la dimisión en bloque de concejales del Ayuntamiento de Roma.

La Fiscalía acusaba al exalcalde de utilizar supuestamente su tarjeta de crédito de gastos de representación para pagar 56 cenas privadas que tuvieron lugar entre julio de 2013 y junio de 2015 y que fueron justificadas como "encuentros institucionales".

A Marino también se le atribuía un delito de fraude en la gestión de la asociación sin ánimo de lucro "Imagine", encargada de facilitar ayuda sanitaria a países en desarrollo.

La Acusación sostenía que Marino incurrió en un delito de estafa cuando recurrió presuntamente al pago de compensaciones a colaboradores ficticios entre 2012 y 2014.

Además de los años de cárcel que solicitaba la Fiscalía, el Ayuntamiento romano también se había constituido como parte civil del proceso y, a través de su Defensa, había pedido que el exalcalde fuera sancionado con el pago de 600.000 euros: 100.000 por daños funcionales y 500.000 por daños de imagen.

Tras conocer la sentencia, Marino ha declarado a los medios estar feliz porque "sabía que era inocente".

"Frente a las acusaciones difamatorias de los medios de comunicación y de la política, ha prevalecido finalmente la verdad", consideró.