Se llevó a cabo durante tres meses mediante interrogatorios, estudios complementarios, análisis y tests psicológicos. Se usaron guías de evaluación específicas, algunas validadas internacionalmente y otras diseñadas por el Dr. Sapetti. Fueron medicados con dosis de 25, 50 y 100 mg de sildenafil.

Los resultados arrojaron un 89% de respuesta positiva al tratamiento y en pacientes con causas psicogénicas este porcentaje se elevaba a 93%. Entre este último grupo hubo muchos que fueron abandonando la medicacón una vez que tuvieron relaciones satisfactorias, ya que habían ganado confianza y seguridad pudiendo funcionar bien con y sin el fármaco, continuando su terapia sexológica (siempre breves y focalizadas) hasta ser dados de alta.
Sólo un 6% desertó por no obtener reacción o por una respuesta insatisfactoria. Entre los efectos secundarios hallados se puede mencionar enrojecimiento facial, congestión nasal, cefaleas, acidez, siempre de carácter leve y transitorio, y que no obligaron a abandonar la medicación.
Otra conclusión que la dosis más usada fue la de 50mg y la tasa promedio de uso fue de entre 1 a 2 por semana. Esto prueba que, contra lo que se supone, la droga no produce cambios en los hábitos sexuales. Por otro lado, sólo funciona si aparece el deseo y se desencadena la fase de estimulación y excitación. Este trabajo fue solicitado para ser publicado en la prestigiosa revista científica Sex and Marital Therapy.
En la actualidad el Dr. Sapetti -con la colaboración del Dr. Enrique Comesaña Díaz- ha terminado otra investigación sobre casi 100 pacientes para comprobar si el efecto del sildenafil es mejor en pacientes donde hay factores psicológicos o en los que prevalecen los factores orgánicos (diabetes, colesterol elevado, hipertensión, vasculopatías, tabaquismo, uso de medicaciones con efectos secundarios en la esfera sexual). Este trabajo será presentado en el Congreso de la Asociación Norteamericana de Psiquiatría, a llevarse a cabo en Chicago en mayo del 2000.
En los casos de timidez, inseguridad o francas fobias o crisis de pánico (incluso depresiones) el resultado es positivo cuando se lo indica en el marco de un tratamiento sexológico integral (sea con medicación antifóbica o antidepresiva accesoria y terapia sexual o sólo con esta última.) También nos sirve como complemento en algunos tratamientos de eyaculación precoz, en aquellos varones que tienen problemas con el profiláctico, en situaciones que producen inhibición y, aunque nadie lo suele decir, también en pacientes homo o bisexuales con disfunción eréctil (que los hay).
En cuanto al uso en mujeres no está aprobado por la FDA (Food and Drug Administration, organismo de control de alimentos y drogas en los EE.UU.), pero es la gran investigación que se está haciendo en distintas partes del mundo: a pesar de ello se ha usado, con éxito diverso, pero como el número de pacientes tratadas con Viagra todavía es bajo no se pueden sacar conclusiones definitivas. En algunos casos se ha obtenido, en el marco de las terapias, resultados excelentes en casos de anorgasmia y en déficit en la lubricación y/o dilatación vaginal.

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