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“Hemos llegado al colmo que, como Institución Militar, cuando los líderes sociales, sindicales y religiosos se manifiestan abiertamente contra el “statu quo”, los calificamos de guerrilleros, terroristas y comunistas, de la misma manera que lo hacen los operadores políticos de dichas universidades (privadas).

Para los militares progresistas no es un secreto que nuestras cúpulas dirigen el esfuerzo institucional hacia donde quieren los oligarcas. Las cúpulas, con poder y mando, se han convertido en marionetas que van por donde va el dinero que dan los oligarcas, provocando en la oficialidad que perciba y sienta al Ejército de Guatemala como una empresa privada”.

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“Las familias poderosas del país sabían muy bien que si querían mantener el poder y el control del país necesitaban una Institución Militar que comparta su ideología y que predicara y practicara sus principios neoliberales. Los centros de formación y profesionalización del Ejército cuentan con operadores políticos del poder económico como Estuardo Zapeta y Pedro Trujillo, dos de los más visibles mediáticamente, con presencia en la radio, televisión, prensa y redes sociales (algunos compañeros de armas reenvían los mensajes de estos oscuros personajes), para ideologizar a sus estudiantes militares y hacerlos creer que el neoliberalismo es la panacea para solucionar los problemas de Guatemala.

El colmo de Estuardo Zapeta ha sido decir en la Escuela de Altos Estudios Estratégicos del Cosede, que la educación no es garantía para salir del subdesarrollo ni de la pobreza y que lo más conveniente es privatizarla. Este tipo de mensajes que los operadores políticos respiten en cada curso que imparten tiene el propósito de sembrar en los alumnos civiles y militares las mentiras más grandes . . .”.

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