(23 de enero de 2013) Nuestro Ministerio está interesado en determinar cuál es la importancia de estos humedales para efectos de captura de CO2 y de metano. Es así que propuso a un grupo de investigadores la necesidad de levantar datos que permitan cuantificar localmente su importancia y posteriormente, definir áreas para la conservación de turberas y el agua contenida en ellas, así como consolidar mercados de carbono en estos ecosistemas de humedales.

Con ese fin, un grupo conformado por integrantes de Wildlife Conservation Society (WCS), el Centro de Ecología Aplicada, Universidad Santo Tomás y Sernageomin, estuvieron en Chiloé para hacer investigación en terreno de turberas con intervención humana y sin intervención.

Una de las personas que ha tenido destacada participación en esta materia es Alejandra Figueroa quien está muy entusiasmada con la investigación que se realizó y los alcances que puede tener, así como el grupo de WCS, liderado por su Directora la Dra. Bárbara Saavedra, que han mantenido una estrecha alianza con el Ministerio del Medio Ambiente en este tema.

"El estudio que estamos realizando es importante porque no sabemos el alcance de nuestras turberas como aporte al secuestro de carbono. Necesitamos tener un catastro de este tipo de humedales, conocer el grado de intervención y el impacto que éstas tienen en los ecosistemas", destacó Alejandra.

Por su parte, el grupo de WCS, representado por Fiorella Repetto y Ariel Valdes, quien estuvo en la delegación que realizó la investigación en Chiloé, afirmó que "hay mucho que estudiar en turberas, particularmente valorizar y hacer un catastro de la biodiversidad que albergan estos ecosistemas. Además hay que analizar los efectos que puede tener la intervención humana en el balance del carbono, que es uno de los servicios ecosistémicos que realizan las turberas". Por su parte, Fiorella valoró el trabajo realizado y destacó el hecho de que las turberas almacenan tres veces el carbono que almacenan los bosques, por lo que es un tema importante para el cambio climático.

Alejandra resaltó que el secuestro de carbono y emisiones de metano es muy importante, "porque tiene que ver con el alcance de los temas de cambio climático como captura de carbono, emisiones de carbono, mitigación y adaptación al cambio climático", entre otros

La profesional de nuestro ministerio agregó que con esta investigación permitirá mejorar y perfeccionar la información disponible respecto de las turberas.

Para el Jefe del Departamento de Asuntos Hídricos, Pedro Navarrete "se ha conseguido seducir a una cantidad importante de entidades cada una de las cuales está en disposición de materializar su aporte al estudio y formulación de Planes de Manejo de Turberas, que vaya más allá del potencial de captura de Co2 atmosférico, hecho que, sin duda, contribuye a fortalecer esta iniciativa al desarrollarla desde una de las perspectivas ambientales más trascendentes del último tiempo y que ya cuenta con una sensibilización previa: el Cambio Climático".

Mesa de Discusión

Pero la agenda de trabajo de Alejandra no se detuvo con la investigación que se efectuó en Chiloé. Por el contrario. A pocos días de que la expedición volviera se realizó Mesa de Discusión sobre Conservación de Turberas en la que se analizaron diversas propuestas.

En la oportunidad se profundizó y avanzó en las propuestas discutidas en el Taller "Conocimiento y valoración de las turberas de la Patagonia: Oportunidades y desafíos" realizado en Punta Arenas durante noviembre de 2011.

Uno de los asistentes fue Tomás Rioseco, biólogo y especialista del Centro de Ecología Aplicada y quien coordinó el trabajo en Chiloé, destacó la realización del estudio en terreno. "Estuvimos haciendo trabajo para estimar la emisión de gases de efecto invernadero con distintos grados de intervención. Evaluamos las distintas condiciones en las que se encuentran las turberas y haciendo análisis respecto de emisión de CO2 y de metano. La importancia es que se dio inicio a un estudio que apunta a la identificación de la emisión de gases de efecto invernadero y la capacidad de captura que tienen estos ecosistemas, de CO 2 y de metano".

En tanto, Guillermo Délano profesor de la Universidad Santo Tomás y que conforma este equipo de trabajo en turberas resaltó que con esta "iniciativa se a poder evaluar el deterioro que está ocurriendo por la intervención humana en estos sistemas, que son la base hídrica del sistema de vida de la isla de Chiloé".

Las turberas, al ser un sistema de humedal tiene la propiedad de mantener un volumen importante de recursos hídricos en buenas condiciones y particular importancia tiene esto en la Isla de Chiloé: Los humedales de turberas son reservorios importantes de agua, por lo tanto no sólo mantiene a una diversidad de especies, sino que también entrega agua de consumo humano.

De hecho, mucho del deterioro ha implicado que muchas comunidades deban traer agua del continente, especialmente en verano.

También tiene una función que regula contaminación.

Turbera

Una turbera es un tipo de humedal en el cual se ha acumulado materia orgánica en forma de turba.

Considerada a nivel mundial como valioso y en riesgo, las turberas se originan cuando el material orgánico depositado excede al descompuesto en una laguna o pantano. De esta manera la laguna o pantano puede terminar por rellenarse de material orgánico por lo que pasan a abastecerse principalmente de agua de lluvia.

La acumulación de materia orgánica descompuesta en ausencia de oxígeno forma la turba que se desarrolla en condiciones de drenaje impedido (no circula el agua) y falta de oxígeno. El depósito de turba se encuentra conectado física y funcionalmente con el organismo vivo que le dio origen. Cuando esto ocurre especies como los musgos del género Sphagnum que sobreviven en aguas con pocos nutrientes se ven favorecidas.

Las turberas son cuencas lacustres, generalmente de origen glaciar que actualmente están repletas de material vegetal más o menos descompuesto y gran contenido de agua, que conocemos como turberas de Sphagnum, existiendo también las turberas arboladas.

En Chile, desde Bío Bío al sur hay importantes superficies en sectores costeros, además de los cordilleranos, alcanzando su máximo desarrollo entre las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes.