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Jess Mostern

Historia
de la filosofa
4. Aristteles
Historia de la filosofa
4. Aristteles
Seccin: Humanidades
Jess Mostern
Historia de la filosofa
4. Aristteles

El Libro de Bolsillo
Alianza Editorial
Madrid
Primera edicin en "Ei Libro de Bolsillo": 1984
Tercera reimpresin en "El Libro de Bolsillo": 1996

Reservados todos Jos derechos. El contenido de esta obra est protegido


por la Ley, que establece penas de prisin y/o multas, adems de las co
rrespondientes indemnizaciones por daos y perjuicios, para quienes re
produjeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren pblicamente, en
todo o en parte, una obra literaria, artstica o cientfica, o su transforma
cin, interpretacin o ejecucin artstica fijada en cualquier tipo de so
porte o comunicada a travs de cualquier medio, sin la preceptiva auto
rizacin.

Jess Mostern
Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1984, 1986, 1994, 1996
Calle Juan Ignacio Lea de Tena, 15; 28027 Madrid; telf. 393 88 8
ISBN: 84-206-0035-0
Depsito legal: M. 25.910-1996
Impreso en Lavel, S. A., Pol. Ind. Los Llanos
C/Gran Canaria, 12. Humanes (Madrid)
Printed n Spain
Prlogo

Para muchos pensadores cristianos, musulmanes y ju


dos Aristteles no era meramente un filsofo, sino el
filsofo por antonomasia. Cuando hablaban de conflicto
entre la revelacin divina y la razn humana, por revela
cin divina entendan cosas distintas, pero por razn hu
mana todos entendan lo mismo: la obra de Aristteles,
el maestro de los que saben, en palabras de Dante.
Ningn otro filsofo ha sido tan detallada y repetida
mente comentado como Aristteles. Diversas escolsti
cas han triturado, interpretado e hipostasiado su pensa
miento, hasta tal punto que en ciertas pocas ha llegado
a aparecer no como el pensamiento de un hombre, sino
como la cristalizacin abstracta e impersonal de la ver
dad eterna. Afortunadamente esas pocas han pasado, y
en nuestro siglo hemos aprendido a acercarnos de nuevo
directamente al gran pensador griego, liberando su her
mosa imagen de la hojarasca con que los presuntos ars-
totelismos posteriores la haban sepultado.
Aristteles era un griego del siglo iv, inmerso en
las circunstancias, los valores y los prejuicios de su lugar
7
8 Historia de la filosofa, 4

y de su tiempo. Pero tambin fue el fundador de casi


todas las disciplinas filosficas, y de unas cuantas no fi
losficas. De hecho, la distincin (en cualquier caso re
ciente) entre filosofa y ciencia es completamente inapli
cable en el caso de Aristteles, que al mismo tiempo era
lgico, metodlogo, crtico literario, experto en publici
dad, fsico, astrnomo, zologo, historiador, autoridad en
derecho comparado y muchas cosas ms. S de pronto
resucitase, probablemente se sentira igualmente a gusto
en cualquiera de las facultades de nuestra universidad,
aunque si tuviese que elegir quiz prefiriese que
darse en la de biologa.
El captulo primero de este libro expone casi todo
lo que se sabe de la vida de Aristteles. El resto de los
captulos presentan los diversos aspectos de su obra, em
pezando por su contribucin a las tcnicas lingsticas y
lgicas, siguiendo por el desarrollo de su ciencia de la
naturaleza y terminando con someras indicaciones sobre
su tica y poltica.
Respecto a algunos temas (en especial la lgica formal,
la biologa y la tica) me he quedado con las ganas de
tratarlos ms extensamente, ganas que he reprimido para
no hacer an ms largo este librito, que en definitiva
pretende ser elemental y accesible a todos. A todos, en
efecto, puede interesar una faceta u otra del pensamien
to de aquel sabio universal de muy poco comn sentido
comn, y de mirada inteligente y serena. Ms all de la
inevitable caducidad de sus tesis, es ese aura de sentido
comn, inteligencia y serenidad lo que todava sigue in
teresndonos y atrayndonos.
La transcripcin de los nombres propios griegos se
rige por las normas expuestas en el apndice al volu
men 3 de es Li sene. En especial recuerde el lector que
el nombre de nuestro filsofo es una palabra llana, no
esdrjula.

Barcelona, marzo de 1984.

Jess M ostern
1. Vida de Aristteles

1.1. Infancia y adolescencia (384 a 367)

Aristteles naci a finales del verano del ao 384


en la pequea ciudad de Stgira (o Stgiros), situada en
la costa nordoriental de la pennsula de Khalkidk. Esta
pennsula constitua un enclave de colonias griegas en la
parte septentrional del mundo egeo, bsicamente ocupada
por Makedona y Thraki, que eran consideradas por los
griegos del sur como reinos semibrbaros. De hecho, los
thrakios eran indoeuropeos y los makedones incluso eran
griegos nuevos, procedentes de los montes Pindos, pero
ambos estaban organizados en monarquas tribales y no
en potis} en comunidades autnomas de ciudadanos,
por lo que ni siquiera los makedones eran reconocidos
como griegos genuinos por los habitantes de las pleis
del sur. La pennsula de Khalkidik, sin embargo, era
un mosaico de pleis independientes, fundadas y coloni
zadas por los griegos viejos del sur. Stgira era una de
esas pleis.
Los griegos de ms antigua prosapia eran los jonios,
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10 Historia de la filosofa, 4

descendientes de los arcaicos mkenios (los creadores de


la cultura miknica, cuyo recuerdo cantaban la Ilada y
la Odisea). Stgira haba sido fundada por colonos jo-
nios procedentes de Andros (la ms septentrional de las
islas Kiklades) y de Khalks (en la isla de Evia). Se tra
taba por tanto de una ciudad jonia, que como tal en el
siglo v haba sido miembro de la Liga Martima Ate
niense, que agrupaba a casi todas las pleis jonias, En
el siglo iv las ciudades griegas de la pennsula de
Khalkidik se haban unido en una federacin en torno
a la principal de ellas, Olynthos, a fin de protegerse de
la prepotencia makedona. Ms adelante, el 348, Flip-
pos II de Makedona declar la guerra a la federacin,
que cortaba el paso de su reino al mar Egeo. Ese mismo
ao destruy por completo Olynthos y al ao siguiente
Stgira sufri la misma suerte, quedando a partir de
entonces anexionada a Makedona toda la pennsula de
Khalkidik. Sin embargo, algunos aos despus Stgira
fue reconstruida, a instancias de Aristteles, que por un
lado era nativo de esa ciudad y posea en ella una casa
y propiedades, y por otro era amigo del rey makedn,
Flippos II.
A pesar de su continua relacin con la monarqua
makedona Aristteles era un griego viejo, un jonio puro,
descendiente de griegos jonios, tanto por parte materna,
como paterna. Su padre, Nikmakhos, haba nacido en
Stgira, pero su familia proceda de la isla de Andros.
Su madre, Faistis, aunque probablemente tambin nativa
de Stgira, proceda de Khalks (en Evia), donde con
servaba su casa solariega, a la que Aristteles se retirara
al final de su vida y en la que morira el ao 322. As
pues, las familias de los padres de Aristteles represen
taban perfectamente la composicin originaria de los pri
meros colonos que fundaron Stgira.
La medicina era en la antigua Grecia una profesin
que se transmita de padres a hijos en el seno de unas
familias que se llamaban asklepiadas, pues pretendan
descender de Asklepios, dios de la medicina, Aristteles
descenda de familias de mdicos asklepiadas, tanto por
1. Vida de Aristteles 11

el lado paterno como por el materno. Su padre, Nik-


makhos, lleg a ser el mdico oficial de la corte del rey
Amyntas III de Makedona, de quien era tambin amigo
y consejero. No cabe duda de que deba ser un mdico
prestigioso y consciente de su profesin, por lo que segu
ramente el pequeo Aristteles recibira, adems de la
educacin general de los jvenes griegos acomodados, la
formacin especial con que las familias asklepadas pre
paraban a sus hijos para el ejercicio de la medicina, o
al menos sus inicios. Esta formacin tena un fuerte com
ponente prctico y emprico. Mucho ms tarde escribir
Aristteles: Es evidente que nadie se hace mdico por
el mero estudio libresco. Es cierto que hay quienes inten
tan no slo describir los tratamientos, sino tambin indi
car cmo podran curarse los enfermos y qu - cuidados
deben darse a cada uno, distinguiendo a ese efecto los
diversos tipos de constituciones. Pero todas esas indica
ciones slo parecen servir para algo a aquellos que ya
poseen la experiencia, careciendo de utilidad para los
dems. 1
Los mdicos griegos fueron en parte los iniciadores
del mtodo cientfico emprico en Grecia, aplicndolo
sobre todo al estudio de la naturaleza. Quizs de ah le
vendra a Aristteles su posterior y casi obsesivo inters
por la biologa, a la que dedicara ms pginas que a
ninguna otra rama del saber. En cualquier caso, en su
opinin, el estudio cientfico de la naturaleza y el de la
medicina estaban estrechamente ligados. Tambin la
consideracin de los primeros principios de la salud y
de la enfermedad pertenece a la ciencia natural, pues ni
la salud ni la enfermedad pueden darse en ausencia de
la vida. Es por eso que la mayora de los cientficos de
la naturaleza acaban ocupndose de medicina, y que los
mdicos que conciben su tcnica de un modo suficiente
mente filosfico inician su formacin por el estudio de
los principios generales de la fsica.12

1 Ethik Nikomkbeia, 1181 b 2.


2 Veri aistheseos kai aistheton, 436 a 20.
12 Historia de la filosofa, 4

Aristteles naci y vivi al principio en Stgira, pero


pronto se traslad con su familia a Pela, sede de la
corte makedona, de la que su padre acababa de ser
nombrado mdico oficial. El reino de Makedona tena
dos capitales: Aigai y Pela. Aigai, al pie de los montes
de Pieria, al sur del ro Alakmon, era la capital ms
antigua, donde se celebraban las grandes fiestas oficiales
y se enterraba a los reyes. Pela, situada ms al nordeste,
junto a la costa, era la capital nueva, fundada por Arkhe-
laos a finales del siglo v. Estaba mejor comunicada que
Aigai y era fcil de defender, por estar rodeada de ma
rismas y pantanos. Era la corte de los reyes makedones
y la mayor ciudad del reino, y en ella transcurri la infan
cia de Aristteles. Seguramente all conocera al nio que
luego sera Flippos II {que era slo dos aos ms joven
que l mismo) y a los pajes que lo acompaaban, mucha
chos de familias nobles makedonas que se criaban en la
corte junto a los hijos del rey, y que ms tarde ocupa
ran posiciones clave en el Estado y el ejrcito.
Aristteles tena una hermana mayor, Arimneste, y
un hermano menor, Arimnestos, que muri joven. Su
hermana Arimneste se cas primero con Demtimos,
con quien tuvo una hija, Hero, que probablemente fue
la madre de Kalisthenes de Olynthos, el posterior histo
riador y colaborador de Aristteles. Muerto su primer
marido, Arimneste se cas en segundas nupcias con Pr-
xenos de Atarnus, hombre de confianza de su padre,
con quien tuvo otro hijo, Nikanor.
Aristteles perdi a sus padres durante su infancia o
adolescencia. Ambos murieron antes del 367. Su
padre dej a su yerno, Prxenos de Atarnus, como tutor
de Aristteles. As Aristteles tuvo como padres adop
tivos a su cuado, Prxenos, y a su hermana, Arimneste,
con los que mantuvo excelentes relaciones. Siempre
guard un grato recuerdo de ellos, como prueban dos
hechos. Por un lado, al morir Aristteles, dej entre sus
disposiciones testamentarias la de que se erigiesen sendos
monumentos a Prxenos y a Arimneste. Por otro, l
mismo adopt y cri a Nikanor, hijo de Prxenos y
1. Vida de Aristteles 13

Arimneste, a la muerte de stos, y en su propio testa


mento lo nombr su principal heredero.
Las sucesiones al trono makedn eran siempre san
grientas y atormentadas. Ya Amyntas III, a cuyo servi
cio haba estado el padre de Aristteles, haba subido
al trono matando a Amyntas II. En 370 muri Amyn
tas III, sucedindole en el trono Alxandros II. Pero
dos anos ms tarde Ptolemaios de Aloros mat a Al
xandros II, casndose a continuacin con la madre de
ste, Eurydike, y reinando como tutor de Perdkkas III
(otro hijo de Amyntas III y Eurydike) durante tres aos,
hasta ser a su vez asesinado por ste. La agitada y tensa
situacin en la corte makedona durante la regencia de
Ptolemaios de Aloros, que adems persegua a los feles
de Amyntas III, no era precisamente la ms favorable
para la permanencia all de Aristteles. Muerto su padre
y muerto Amyntas III, a quien su padre haba servido,
es casi seguro que Aristteles se habra trasladado junto
con sus nuevos padres adoptivos, Prxenos y Arimneste,
a. su casa familiar de Stgira, dedicndose all a completar
su educacin. Quiz caera en sus manos algn libro de
Platn que despertara su admiracin. O quizs Prxenos
mismo habra tenido contactos previos con la Akadema
de Platn en algn viaje a Atenas. Sea esto como fuere,
lo cierto es que en la primavera del 367 Aristteles se
traslad a Atenas.

1.2. La enseanza en Atenas

En la Grecia clsica la educacin era completamente


privada y libre. No haba regulaciones pblicas, no haba
exmenes ni ttulos, no haba obligacin ninguna. Los
hijos (no las hijas) de las familias algo acomodadas reci
ban su educacin entre los siete y los catorce aos. Esta
educacin constaba de dos partes: la gymnastike , o for
macin del cuerpo, y la mousike, o formacin del alma.
A la gimnasia y la msica pronto vino a aadirse el apren
dizaje de la lectura y la escritura. As pues, el nio obte
14 Historia de la filosofa, 4

na su educacin musical en casa de un maestro par


ticular llamado kitharists} su educacin gimnstica en
la palestra, de otro maestro particular llamado paidotr-
bes y aprenda a leer y escribir con el grammatists. Cada
uno de esos maestros reciba sus honorarios. A los ca
torce aos la educacin haba terminado. A partir de
entonces, el adolescente deambulaba libremente por la
ciudad, aprendiendo del contacto con la vida real. Ade
ms, acuda a algn gimnasio pblico a practicar y des
arrollar las habilidades gimnsticas que anteriormente
haba aprendido con el paidotrbs en la palestra. Este
sistema educativo constitua la educacin antigua (ar-
khaia paidea), y sin duda a l se someti Aristteles
durante su infancia, compaginndolo con la introduccin
a la medicina que reciba en casa.
La educacin antigua terminaba a los catorce aos.
Pero en el siglo v los sofistas introdujeron la nueva
educacin, que consista fundamentalmente en alargar
el perodo de aprendizaje de los jvenes ms all de los
catorce aos. Los sofistas eran profesores particulares
itinerantes, pero no dirigan su enseanza a los nios,
sino a los jvenes, sobre todo a los que queran abrirse
paso en la vida poltica. Actuaban en el gora, en los
prticos y en los gimnasios, todos ellos lugares pblicos
muy frecuentados, en los que se instalaban, anunciaban
sus enseanzas y las impartan previo pago. Los sofistas
enseaban habilidades y saberes superiores: retrica, dia:
lctica, filosofa, astronoma, etc. Al principio fueron
bastante criticados, porque su insistencia en la educacin
intelectual superior apartaba a los jvenes de la prctica
de la gimnasia y de los ejercicios fsicos, que era la
nica ocupacin que la vieja educacin les reservaba.
Los sofistas fueron los fundadores de la enseanza
superior en Atenas. Pero sus escuelas no eran perma
nentes. Al acabar el curso, el sofista parta hacia otro
lugar y el grupo de sus discpulos se disolva. Como eran
extranjeros, no les estaba permitido adquirir propieda
des en Atenas. A principios del siglo iv aparecieron
las primeras escuelas permanentes. Las ms famosas eran
1. Vida de Aristteles 15

la de Isokrates y la de Platn, ambos ciudadanos ate


nienses. Isokrates daba clases en su casa. Muchos pol
ticos griegos de la poca fueron discpulos suyos. Su
enseanza se centraba en la retrica dirigida al xito
poltico. Platn, por el contrario, insista en la forma
cin cientfica previa.
En Atenas haba tres gimnasios pblicos. Uno de ellos
estaba situado en los jardines del santuario dedicado al
hroe Akdemos, fuera de las murallas de la ciudad, y
se llamaba la Akademia. All haba empezado Platn a
impartir sus enseanzas a la vuelta de su primer viaje
a' Italia. Las clases y la mayor parte de las actividades
se realizaban en el gimnasio pblico y sus alrededores,
aprovechando sus instalaciones y servicios. Fuera ya del
santuario de la Akademia, Platn compr dos casas, en
una de las cuales viva l y en la otra se celebraban reu
niones. Los dems miembros de la escuela vivan en
diversos lugares de la ciudad, cada uno por su cuenta,
aunque se reunan en la Akademia para celebrar algunas
comidas en comn, para escuchar o impartir conferen
cias y para discutir.
La Akademia de Platn no era una escuela ideolgica
o dogmtica, en que todos sus miembros tuvieran que
aceptar una determinada doctrina, como antes lo haba
sido la pitagrica y luego lo sera la epikrea. Se pareca
ms bien a una Facultad moderna, donde cada profesor
piensa como quiere y discute con los dems. Ser miembro
de la Akademia no era pertenecer a una secta. Lo nico
que implicaba era residir en Atenas, interesarse por la
ciencia y la filosofa, acudir a las discusiones y activida
des de la escuela y contribuir a los gastos de la misma,
tales como las comidas en comn. Naturalmente Platn
mismo era el principal foco de atraccin de la escuela
y todos sus miembros conocan sus escritos, aunque con
frecuencia no estuvieran de acuerdo con ellos.
Los miembros jvenes eran estudiantes, muchachos de
buena familia que acudan all a aprender y a formarse
para la vida pblica. En este sentido la Akademia estaba
en directa competicin con la escuela de Isokrates. Los
16 Historia de la filosofa, 4

miembros avanzados daban clase por su cuenta y discu


tan entre ellos.

1.3. Aristteles en la Akademia (367 a 347)

Aristteles lleg a Atenas en la primavera del 367,


cuando slo contaba diecisiete aos de edad, iniciando
su formacin superior en la Akademia, en la que per
manecera durante veinte aos, hasta el 347. Al prin
cipio era un juvenzuelo recin llegado y vido de apren
der. Con el paso de los aos fue pasando de ser estu
diante a ser profesor. En sus ltimos aos en la Aka
demia era ya un filsofo brillante y autor prolfico, y
gozaba de gran prestigio en la institucin.
En la Akademia lea Aristteles por su cuenta todo
tipo de libros. Esto era una novedad y llamaba la aten
cin. Lo normal era que un criado especial, el anagns-
tes, leyese en voz alta los libros. Los estudiantes eran
oyentes: oan la lectura en voz alta del libro, pero no
lo lean por s mismos. Parece que Aristteles fue uno
de los primeros griegos que adopt la costumbre de leer
por su cuenta los libros. Ello le vali el sobrenombre
de lector ( anagnosts), con que se le conoca en la
escuela. En cualquier caso fue siempre un lector infati
gable. Lea mucho, y haca resmenes y esquemas de
cuanto lea. Como a su aficin por la lectura una una
posicin econmica desahogada, fue reuniendo una gran
biblioteca, la primera de que se tenga noticia en Grecia.
As, cuando ms tarde muri Spusippos, Aristteles
comprara su coleccin de libros por tres talentos, suma
enorme para un particular.
Cuando Aristteles se incorpor a la Akademia en
367, Platn se encontraba de viaje en Sicilia y no vol
vera hasta dos aos ms tarde. Antes de partir haba
dejado como escolarca o director de su escuela a Eudo-
xos Knidios, un hombre de excepcional talla intelectual.
An no haba cumplido los treinta aos, pero ya era un
notable matemtico, astrnomo y filsofo. Previamente
1. Vida de Aristteles 17

haba fundado su propia escuela en Kyzikos (en el mar


de Mrmara) y luego se haba incorporado a la Akademia
junto con algunos de sus discpulos, como el astrnomo
Klippos. Eudoxos permanecera en la Akademia hasta
el 360, en que marchara de nuevo a Kyzikos. Aris
tteles lo trat, pues, durante siete aos. Eudoxos dis
crepaba radicalmente de muchas de las tesis de Platn,
pero ste lo admiraba por su habilidad matemtica. El
hecho de que lo nombrase para sustituirlo al frente de
la Akademia dice mucho del ambiente de libertad inte
lectual que reinaba en esa escuela.
Aristteles admir siempre a Eudoxos. Poco despus
de la partida de Eudoxos y su discpulo Klippos de la
Akademia, Aristteles incorpor el sistema astronmico
de ellos al libro A de Ta meta ta physik. Incluso cuando
expone tesis de Eudoxos con las que l no est de
acuerdo, las trata con gran respeto. As ms tarde escri
bira: Eudoxos pensaba que el placer es el bien supre
mo... Sus argumentos inspiraban confianza ms por la
excelencia de su carcter que por ellos mismos; se le
tena, en efecto, por hombre de extraordinaria tempe
rancia, y se consideraba, por consiguiente, que no era
por ser amigo del placer por lo que hablaba en aquellos
trminos, sino porque lo que deca era verdad.3
El 365 Platn regres a Atenas de su desafortunado
segundo viaje a Sicilia. En su compaa venan su amado
discpulo Dion y el famoso mdico Filistion. Aristteles
haba ledo para entonces los dilogos previamente escri
tos por Platn, entre los que el Faidon parece haberle
impresionado especialmente, pues luego l mismo lo imi
tara en su dilogo Budemos. Platn era cuarenta y cinco
aos ms viejo que Aristteles y estaba ya entrando en
la edad de jubilacin, aunque todava le quedaba fres
cura intelectual para someter su propia filosofa de las
formas separadas a una aguda y penetrante crtica. Es
de suponer que Aristteles seguira con gran atencin
las clases del viejo maestro, y que ste pronto se dara

3 Etbik Nikomskheia, 1172 b 9.


18 Historia de la filosofa, 4

cuenta de la excepcional inteligencia de su joven disc


pulo. Aristteles tuvo, pues, la suerte de convivir a la
vez con Platn, con Eudoxos y con otros importantes
miembros de la Akademia. Cuatro aos despus de su
vuelta, en 361, Platn viaj de nuevo a Sicilia, a peti
cin de Dionysios II, de Dion y del filsofo-gobernante
pitagrico Arkhytas. Este tercer viaje acab en desastre.
A partir de entonces Platn permanecera ya siempre en
Atenas, hasta su muerte, en 347, a los ochenta aos
de edad.
Aristteles aprendi la filosofa platnica de las formas
separadas leyendo los dilogos del maestro durante su
primera etapa en la Akademia. Luego fue testigo de las
discusiones y crticas a que esa teora era sometida por
parte de Eudoxos, del mismo Platn, de su sobrino Spu-
sippos y de los dems miembros de la escuela. Poco a
poco, l mismo fue tomando parte en las discusiones y
aportando soluciones originales suyas.
La mayora de los jvenes estudiantes acudan a las
escuelas atenienses de enseanza superior con la espe
ranza de tener xito en la poltica mediante una orato
ria adecuada y eficaz. En la Akademia, sin embargo, se
haba descuidado inicialmente la enseanza de la ret
rica, debido a la desconfianza con que la miraba Platn.
Pero hacia el 360, Aristteles (que tena entonces unos
veinticinco aos) escribi su primera obra, un dilogo
sobre la retrica, titulado Gryllos, en que atacaba a
Isokrates, el principal competidor de la Akademia. A
partir de ese momento, Aristteles empez a impartir
clases de retrica. Y luego tambin de otras materias.
La mayor parte de su obra Tkhn rhtorik est consti
tuida por las notas y apuntes de que se serva para sus
clases de retrica en la Akademia.
Cuando Aristteles lleg a Atenas en 367, el re
gente Ptolemaios de Aloros gobernaba Makedona. Dos
aos despus fue eliminado por Perdikkas III, que hizo
volver a su hermano Flippos desde Thebas, donde es
taba de rehn. En 359 el rey ilirio Bardylis derrot
y dio muerte a Perdikkas III y a otros 4.000 soldados
1. Vida de Aristteles 19

makedones que lo acompaaban. Flppos ascendi en


tonces al trono makedn. Su primera preocupacin fue
calmar a los ilirios, pagndoles tributo y casndose con
udata, hija de Bardylis. Poco despus, rehecho su ejr
cito, atac y derrot a los ilirios. Su segunda preocupa
cin fue asentarse en el trono, eliminando a los otros
pretendientes al mismo, protegidos por Atenas y Thraki.
Perdkkas III haba establecido una guarnicin militar
makedona en Amfpolis (que dominaba la cuenca del ro
Strmn y su salida al mar), para protegerla de las pre
tensiones atenienses. Flippos logr congraciarse con los
atenienses retirando la guarnicin makedona de Amfpo-
lis, dejndola as a merced de los atenienses, con lo que
stos a su vez retiraron su apoyo al pretendiente Argaios.
Pero una vez consolidado en el trono, Flippos conquist
Amfpolis y la anexion a Makedona. Esta mezcla de
astucia diplomtica y proeza militar acabara conduciendo
a Flippos a la hegemona sobre toda Grecia. Aristteles
conoca a Flippos desde su infancia y mantena contacto
epistolar con l. Durante la larga estancia de Aristteles
en la Akademia frecuentemente llegaban a Atenas noti
cias de las continuas victorias diplomticas y militares
a Flippos. Los contactos de Aristteles con la corte
makedona eran conocidos en Atenas, lo cual deba valerle
bastante enemistades, oues si bien es cierto que la ma
yora de los intelectuales (incluyendo a Platn e Isokra-
tes) eran panhelenistas y admiradores de Flippos, no es
menos cierto que en Atenas haba un fuerte partido
nacionalista, xenfobo y furibundamente antimakedn.
El 349 inici Flippos la conquista de la pennsula
de Khalkidik, cuyas ciudades estaban federadas en
torno a Olynthos, polis aliada de Atenas. En 348
Flippos conquist y arras Olynthos, a pesar de la tarda
e intil ayuda ateniense. Durante este tiempo creci en
Atenas la indignacin contra Flippos, atizada ahora poi
Demosthenes, el gran orador devenido lder del partidc
belicista antimakedn. A finales del 348 y principio:
del 347 la influencia de Demosthenes y de su partido
favorable a la guerra contra Makedona, aument. Aris
20 Historia de la filosofa, 4

t oteles, que no era ciudadano ateniense, sino un mere


extranjero sin derechos, y cuyos contactos con Flippos
y la corte makedona eran bien conocidos, corra serio
peligro ante la histeria xenfoba y antimakedona desa
tada por Demosthenes y sus partidarios. Por ello se vio
obligado a abandonar precipitadamente Atenas, bien a
pesar suyo, pues le gustaba vivir en Atenas, y a ella
volvi ms tarde, cuando las circunstancias se lo permi
tieron. Aristteles era un intelectual v Atenas era el
foco indiscutido de la vida intelectual griega. All se sen
ta l a gusto, en discusin y emulacin con los otros
miembros de la Akademia, pero las circunstancias pol
ticas lo obligaban a partir. En cualquier caso, a finales
del 348 o principios del 347, Aristteles abandon
Atenas. Pocos meses despus mora Platn, su anciano
maestro, a las edad de ochenta aos. Al frente de la
Akademia le sucedi su sobrino Spusippos, heredero
legal de las casas y propiedades de Platn, que muri
sin hijos.
La casa paterna de Aristteles en Stgira haba sido
destruida haca dos anos durante-la campaa de Flippos.
Su casa solariega materna en Khalks era insegura, pues
la isla entera de Evia estaba en guerra con Atenas. Pero
en Atarnus gobernaba Hermas, un amigo de su antiguo
tutor y cuado, Prxenos de Atarnus. Hermas se inte
resaba por la filosofa platnica y haba invitado a Aris
tteles a trasladarse a su corte. En vista de las circuns
tancias, Aristteles pens llegado el momento de aceptar
la invitacin de Hermas y abandonar Atenas.

1.4. La poca de los viajes (347 a 335)

Hermas era el tirano de Atarnus, una pequea ciu


dad fortificada, situada en el noroeste de Anatolia, cerca
de los Dardanelos. Toda la costa occidental de Anatolia
estaba dividida en pequeos pases ms o menos helen-
zados, pero en cualquier caso sometidos a la autoridad
e influencia del gran rey persa. En cierto modo formaban
1. Vida de Aristteles 21

la frontera del Imperio Persa. Hermas era un griego


de origen humilde, que se haba abierto camino hasta
convertirse en el tirano de Atarnus. Dentro de su domi
nio se encontraba el poblado Skepss, dos de cuyos habi
tantes, Erastos y Koriskos, haban estudiado en la Aka-
demia de Platn. Hermas se hizo amigo de ellos y se
interes vivamente por la filosofa platnica. Gracias a
los consejos de sus nuevos amigos filsofos mejor su
gobierno y logr anexionar la ciudad costera de Assos
a su dominio. Agradecido, ofreci la pequea ciudad de
Assos (es decir, algunas de sus casas y las rentas de la
ciudad) a los filsofos platnicos, para que en ella esta
blecieran una especie de sucursal de la Akademia. All
estaban Erastos y Koriskos, y a ellos se unieron Aris
tteles y Xenokrates. Es de suponer que en Assos se
daban clases y tenan lugar discusiones. En Assos perma
neci Aristteles tres aos, entre el 347 y el 345,
sin duda como la figura ms descollante de la escuela.
All se le unieron tambin Thefrastos y Kalisthenes,
.como alumnos y ayudantes, que durante bastantes aos
lo acompaaran y asistiran en sus investigaciones y tra
bajos.
Atarnus y Assos estaban muy cerca. Hermas asistira
de vez en cuando a las actividades de la escuela filosfica
de Assos, y Aristteles lo visitara frecuentemente en su
corte de Atarnus. Aristteles se hizo amigo ntimo de
Hermas y de su familia, e incluso se cas con Pythias,
la sobrina o hija adoptiva de Hermas. Hermas se inte
resaba cada vez ms por la filosofa y Aristteles influa
poderosamente en su manera de pensar.
Aristteles permaneca siempre en contacto con la
monarqua makedona. FHppos II estaba ya concibiendo
su proyecto de expedicin panhelnica contra el Imperio
Persa y de conquista de Anatolia. Para llevar a cabo ese
proyecto le vendra muy bien disponer de una cabeza
de puente en la Trade, en Anatolia, al otro lado de
los Dardanelos. Adems una cabeza de puente anatlica
en ese lugar le servira para atenazar por ambos lados a
los thrakios, a los que estaba tratando de someter. Parece
22 Historia de la filosofa, 4

que Aristteles actu como agente o embajador make-


dn para sus proyectos de expansin asitica. Al cabo
de un tiempo los persas llegaron a sospechar algo. En
el 341, mientras Aristteles estaba en la corte make-'
dona, Hermas fue capturado a traicin por los persas,
durante una reunin a la que lo haban invitado. Luego
fue torturado para que revelase los planes de Flippos,
y finalmente fue ejecutado. Al parecer sus ltimas pala
bras fueron: Decid a mis amigos y compaeros que no
he hecho nada malo o indigno de la filosofa. 4
La noticia de la muerte violenta de Hermas impre
sion profundamente a Aristteles, que lo apreciaba de
todo corazn. Por un lado hizo que se construyera en
Delfi, a su cargo, un cenotafio (monumento funerario)
en honor de Hermas. Por otro lado, compuso un himno
cuasi religioso dedicado a Hermas, que hemos conser
vado. El himno se dirige a Arete, la virtud o excelencia
personificada como joven diosa.

Virtud, fatigosa para la raza de los mortales,


el premio ms bello de la vida.
Incluso el morir por tu causa,
oh hermosa doncella, es un destino envidiable en
[la Hlade,
o el soportar duros e incesantes trabajos.
Tal fruto inmortal brindas t al espritu,
fruto mejor que el oro,
y que ilustre ascendencia y que el sueo de lnguidos
[ojos.
Por tu causa Herakls, nacido de Zeus, y los hijos
[de Leda
soportaron muchas penalidades en las hazaas
que emprendieron buscando poseerte.
Por anhelo de ti bajaron Akhilus y Aias a la mansin
[del Hades.*I.

i Todos los testimonios sobre Hermas se encuentran reunidos en


I. D iiring: Aristotle tn the Ancient Biograpbical Tradition (Gote-
borg, 1957), pg. 272 y ss.
1. Vida de Aristteles 23

Y por amor de tu bella forma el infante de Atarnus


ha dejado viudos a los rayos del sol.
Por eso har famosas sus hazaas el canto,
y l ser declarado inmortal por las Musas,
hijas de la memoria,
que recompensan la firme amistad
y el culto de Zeus hospitalario.5

Este himno de Aristteles a la Virtud exalta sobre


manera a Hermas, el infante de Atarnus, que deja
viudos a los rayos del sol con su muerte, arrostrada por
amor de la virtud. Ms adelante, cuando, a la muerte de
Alxandros Megas, los demagogos antimakedones trataron
de perseguir a Aristteles, a quien odiaban por sus cone
xiones con la monarqua makedona, lo acusaron de im
piedad, basndose precisamente en este poema, que era
bien conocido y que, segn ellos, divinizaba a Hermas,
lo cual constituira un sacrilegio.
Aristteles se caso con Pythias, sobrina o hija adop
tiva de Hermas. Tuvieron una hija, llamada Pythias,
como su madre. El matrimonio parece haber sido feliz.
Su mujer, Pythias, muri relativamente joven, pero Aris
tteles siempre guard un buen recuerdo de ella. Al ha
cer testamento, poco antes de su muerte, el 322, Aris
tteles determin en su clusula 25 que dondequiera
que me entierren a m, all tambin deben reposar los
huesos de Pythias, de acuerdo con sus propios deseos.6
Thofrastos de Eresos haba nacido el 372 en la
isla de Lesvos, situada frente a Assos. A los veinticinco
aos de edad acudi a la escuela filosfica de Assos,
donde conoci a Aristteles, del que inmediatamente se
hizo discpulo y colaborador asiduo, y del que ya nunca
se separara. Thofrastos fue siempre el discpulo predi
lecto de Aristteles, con quien comparta un intenso inte
rs por el estudio de la naturaleza. En 345 Aristteles

5 W. D. Ross: Aristotelis Fragmenta Selecta (Oxford University


Press, Oxford, 1955), fr. 147.
6 Diogenes Laerttos, V 16.
24 Historia de la filosofa, 4

se traslad a Mitilini, en la isla de Les vos, donde perma


neci otros dos aos, en compaa de sus discpulos
Thefrastos y Kalisthenes.
En los cinco aos que en total pas en Assos y Miti
lini, Aristteles dedic gran parte de su tiempo a estu
dios naturalistas, a observar, catalogar y describir anima
les, plantas y todo tipo de fenmenos naturales de la
isla de Lesvos y de la costa anatolia, al tiempo que
trataba de aclarar y sistematizar los conceptos y princi
pios fundamentales de la fsica o ciencia de la natura
leza. Parece que fueron aos felices y sin problemas, en
que Aristteles goz de la amistad de Hermas, del amor
de Pythias y de la colaboracin entusiasta de unos pocos
discpulos vidos de saber, entre los que descollaba The
frastos. Fueron tambin aos tranquilos y productivos,
en que Aristteles estuvo alejado tanto de las intrigas
de la corte makedona como de las agitaciones demag
gicas de Atenas. Este idilio acab en 343, en que tuvo
que trasladarse a Pela, capital de Makedona, llamado
por Flippos II, para hacerse cargo de la educacin de su
hijo, Axandros Megas, v quizs tambin para infor
marle de primera mano acerca de la disposicin proma-
kedona de su amigo Hermas.
En la Akademia platnica se valoraba extraordinaria
mente la posibilidad de que un filsofo adquiriera una
influencia decisiva en la formacin de un prncipe pode
roso, que luego pudiera llevar a cabo una poltica inspi
rada por la filosofa. El mismo Platn, ya en edad avan
zada, haba realizado dos largos y penosos viajes a Sicilia
con la esperanza de influir en el poderoso tirano de la
gran polis de Siracusa, Dionysios II, contando para ello
con la ayuda de su amado Dion. Pero ambos viajes aca
baron en desastre. Aristteles haba tenido ms xito con
Hermas, el tirano de Atarnus, con quien entabl es
trecha amistad y a quien convirti a la filosofa, s bien
al ao siguiente de la llegada de Aristteles a Pela, Her
mas morira a manos de los persas, que haban descu
bierto sus tratos con Makedona, en los que probable
mente Aristteles haba intervenido. Pero ahora, en
1. Vida de Aristteles 25

343, se le ofreca a Aristteles la ocasin soada por


cualquier miembro de la Akademia, la ocasin de formar
intelectualmente nada menos que al heredero de la ya
hegemnica Makedona, al futuro lder de todos los grie
gos. No es de extraar que Aristteles aceptase la invi
tacin de Flippos II.
Hasta entonces, el nio Alxandros haba tenido otros
preceptores, como Lenidas, un pariente de su madre,
partidario de la disciplina corporal, que le ense a en
durecerse y aguantar privaciones, y a Lysmakhos. Pero
ahora Alxandros tena ya catorce aos y deba completar
su formacin intelectual. Flippos poda elegir entre todos
los intelectuales de Grecia, pero eligi a Aristteles, no
slo por aprecio de su inteligencia y cultura, sino sobre
todo por la vieja amistad que los una y por la perma
nente, aunque lejana, vinculacin de Aristteles (y de
su padre) con la monarqua makedona, por cuya causa
haba tenido que huir de Atenas cinco aos antes.
La capital de Makedona, Pela, estaba construida en
medio de pantanos que facilitaban su defensa, pero que
la hacan hmeda e insalubre. Para que la educacin de
Alxandros transcurriese fuera de los calores hmedos
de Pela y alejada de las tensiones de la cortje, Flippos II
envi a Aristteles junto con Alxandros y otros jvenes
compaeros suyos a Mieza, un pequeo centro de vera
neo en la ladera oriental del monte Vermion, provisto
de jardines, prticos y caminos en torno a numerosas
fuentes y grutas, y rodeado de bosques. Aristteles fue
preceptor de Alxandros Megas entre 342 y 340,
ao en que Flippos parti en campaa contra Byzantion,
dejando a Alxandros de regente. Por tanto, ste fue
alumno de Aristteles entre los catorce y los diecisis
anos.
Aristteles estaba en Mieza acompaado por su mujer
y por sus discpulos Thefrastos y Kalisthenes, y segura
mente compaginaba la continuacin de sus investigacio
nes filosficas v cientficas con la instruccin de Alxan
dros y sus compaeros. Probablemente esos jvenes escu
charan con inters a aquel hombre que pareca saberlo
26 Historia de la filosofa, A

todo acerca de la reproduccin de los insectos o que


explicaba tan amenamente las aventuras de la Ilada y
la Odisea, pero se cansaran pronto de las clases y sera
difcil mantener entre ellos la necesaria disciplina, te
niendo en cuenta de quines se trataba. Aristteles los
observaba con una mezcla de buena voluntad y escepti
cismo ante su tarea. Como l mismo baba escrito: Los
jvenes son por carcter concupiscentes e inclinados a
hacer aquello que desean... Sus caprichos son vehemen
tes, pero no duraderos... Tambin son apasionados y de
clera pronta y capaces de seguir a cualquier impulso...
Y son amantes del honor, pero an ms del triunfo,
porque la juventud desea sobresalir, y la victoria es una
especie de excelencia. Y son ms bien estas dos cosas
que codiciosos, y son menos codiciosos de riquezas por
no haber experimentado todava la privacin... Y en
todo pecan por carta de ms y por vehemencia... Aman
con exceso, y odian con exceso y todo lo dems de modo
semejante. Tambin creen -que ya lo saben todo... Las
injusticias las cometen por insolencia y no por maldad. 7
Aristteles deba tener sus problemas con aquellos
jvenes apasionados e insolentes, que creen que ya lo
saben todo y seguramente ms inclinados a la accin,
a la juerga o a la pelea que a la ciencia y el aprendizaje.
Las ilusiones de Aristteles de influir en el pensamiento
poltico de Alxandros debieron desmoronarse pronto,
lo que ms tarde le valdra la siguiente reflexin: El
joven no es un oyente adecuado para las lecciones pol
ticas, pues carece de experiencia de la vida, que es el
punto de partida de la consideracin poltica. Adems,
el joven se deja llevar por sus pasiones, por lo que no
obtendr ningn fruto ni provecho de este estudio. 8 En
la medida en que las circunstancias lo permitiesen, Aris
tteles tratara de imbuir en Alxandros su propia con
cepcin de la superioridad de los griegos sobre los br
baros, animndole a establecer el gobierno de los griegos

7 Tkhn rhtorik, 1389 a 3.


8 Eihik Nikomkbeia3 1095 a 2.
1. Vida de Aristteles 27

(hombres como Hermas) sobre los brbaros (como los


persas que lo haban matado). La raza griega... no
slo vive en libertad, sino que es la que mejor se go
bierna y la ms capacitada para gobernar a los dems,
s alcanzara la unidad poltica. 9 Esa unidad poltica de
los griegos, propugnada por Aristteles, fue realizada un
par de aos ms tarde por Flippos II. Y la empresa
de conquistar y someter el Imperio Persa tambin con
taba con el beneplcito de Aristteles, que consideraba
natural que los griegos gobernasen y explotasen a los
brbaros. Este es, al parecer, el consejo que Aristteles
dio a Alxandros Megas tras la muerte de su padre:
Trata a los griegos como su lder v a los brbaros como
su dspota, preocpate de los primeros como de parien
tes y amigos, y cuida a los ltimos como uno cuida a sus
animales. 10
Los cinco aos que van de 340 a 335 los pas
Aristteles con su familia, con Thefrastos y con Kallis-
thenes en Stgira, su ciudad natal, previamente recons
truida por sus buenos oficios. Fueron de nuevo aos fe
cundos, en que sistematiz sus reflexiones y observacio
nes acerca de la naturaleza y escribi sus grandes trata
dos de cosmologa e historia natural.
Kalsthenes de Olynthos era probablemente hijo de
Hero, la sobrina de Aristteles. En cualquier caso era
pariente de Aristteles. Tras la destruccin de Olynthos
por Flippos II en 348, Kalisthenes (que contaba en
tonces unos veintin' aos de edad) qued sin hogar y
se fue a vivir con Aristteles, al que acompa luego a
Mitilini, Mieza y Stgira.
La Amfiktiona era una asociacin de numerosas p-
leis y tribus griegas para la defensa del santuario de
Apolon en Delf. Si alguien lo profanaba, los amfiktiones
le declaraban la guerra sagrada. A mediados del siglo
IV, los fokenses, en el curso de las continuas guerras
con sus vecinos, haban ocupado Delfi y haban esquil

9 Polik, 1327 b 29.


1D V. Rose: Fragmenta (Teubner. Leipzig, 1886), fr. 658.
28 Historia de la filosofa, 4

mado y usado los tesoros de su santuario para pagar a


sus numerosos mercenarios. Esto dio lugar a una guerra
sagrada contra Foks, En 352 las tropas de Flippos II,
ayudadas por la caballera thesalia, haban aparecido en el
campo de batalla coronadas de ramas de laurel (smbolo
de Apolon) y haban infligido una derrota decisiva a los
fokenses. En 346, las tropas de Flippos II atravesaron
el paso de las Termopilas y liberaron Delfi. Flippos II
presidi all mismo los juegos pthikos (concursos atl
ticos y artsticos en honor de Apolon) de ese ao, y desde
ese momento fue el protector y dueo de la Amfiktio-
na, que desde entonces estuvo ya siempre bajo la deci
siva influencia makedona.
La Amfiktiona encarg oficialmente a Aristteles (se
guramente por recomendacin de Flippos II) la tarea
de recopilar la historia de los juegos pthikos y la lista
de sus vencedores. En algn momento entre 340 y
335, Aristteles pas una larga temporada en Delfi,
cumpliendo el encargo, ayudado por Kalisthenes. Arist
teles y Kalisthenes reunieron y publicaron la lista de
los vencedores pythionikai de los juegos pthikos,
junto con notas histricas sobre sus diversas celebracio
nes, bajo el ttulo de Pythionikon anagraf. Aristteles
y Kalisthenes fueron honrados por ello con una placa
conmemorativa erigida en el santuario, placa que luego
sera retirada al sublevarse los griegos contra los make-
dones a la muerte de Alxandros y ms tarde restaurada
de nuevo al restablecerse la autoridad makedona. Kalis
thenes compuso tambin, a peticin de Flippos II, una
historia de la guerra sagrada, Perl to hiero polmou.
Flippos II fue asesinado por uno de sus propios guar
daespaldas durante la celebracin de la boda de su hija
en la antigua capital del reino, AigaL Alxandros, su su
cesor, elimin rpidamente y sin contemplaciones a to
dos sus posibles rivales, incluida Kleopatra, viuda de
Flippos, y su hijito. La corte makedona era de nuevo un
hervidero de tensiones e intrigas, que quizs alcanzaban
al mismo Aristteles, que entretanto senta la aoranza
de la vida intelectual de Atenas. En ese momento no
1. Vida de Aristteles 29

poda volver a Atenas, Es cierto que tras la decisiva ba


talla de Khaironia, en 338, Atenas haba aceptado la
hegemona makedona y haba entrado a formar parte
de la Liga de Krinthos, presidida por Flippos. Pero tras
la muerte del monarca makedn, en 336, muchas de
las plis griegas se rebelaron contra la supremaca ma
kedona. En especial, en Atenas, Demosthenes, cegado
como siempre por su odio a los makedones, se dedic a
soliviantar a las masas, aduciendo que haba llegado el
momento de acabar con los makedones, ahora que esta
ban gobernados por un prncipe joven e inepto como
Alxandros. Incluso lleg a pretender que Alxandros
mismo haba muerto y a presentar testigos. En 333
Atenas se sublev contra los makedones y anim a su
blevarse a Thebas. Los thebanos antimakedones subieron
al poder en Thebas y pasaron a cuchillo a los dirigentes
promakedones y a los comandantes de la guarnicin ma
kedona. De pronto apareci Alxandros como, una exha
lacin, y en pocos das asedi, conquist y redujo a ce
nizas la ciudad de Thebas. Esto caus gran impresin en
el resto de las pleis griegas de la Liga de Krinthos,
que se apresuraron a someterse incondicionalmente al
nuevo monarca. La plebe ateniense, que pocos das antes
haba seguido a Demosthenes, exigiendo la guerra con
tra Makedona y animando a los thebanos en su suble
vacin, ahora enviaba embajadores a Alxandros, felici
tndole por su victoria sobre Thebas y alabando su justo
castigo de los traidores thebanos.
Alxandros estara tentado de dar a Atenas un castigo
ejemplar, pero la perdon, pues necesitaba la ayuda de
su flota en su planeada campaa contra los persas. Es
posible que tambin Aristteles interviniese ante Al
xandros a favor de Atenas, y varias fuentes antiguas men
cionan incluso una placa de agradecimiento a Aristteles
por sus servicios prestados a Atenas, colocada en la Akr-
polis durante los aos siguientes. Sea como fuere, Atenas
estaba ahora ocupada por los makedones y no ofreca ya
ningn peligro para alguien conocido por sus contactos
30 Historia de la filosofa, 4

con la corte makedona. En ese mismo ao, 335, Aris


tteles regres a Atenas.

1.5. Aristteles en el Lykeion

Aristteles haba permanecido veinte aos en la Aka-


demia de Platn, de la que lleg a ser uno de los miem
bros ms distinguidos. En 347 parti junto con Xe-
nokrates, que luego sera escolarca de la Akademia. En
Assos y en Mitilini estuvo rodeado de akadmicos. En
cierto modo, se lo segua considerando un akadmico y,
a su vuelta a Atenas en 335, hubiera sido natural que
se reintegrase a la Akademia, ahora dirigida por Xeno-
krates, donde sin duda habra sido bien recibido. Pero
Aristteles prefiri establecerse por su cuenta, indepen
dientemente de la Akademia. Por un lado, ya no era un
jovenzuelo, sino un pensador en plena madurez, sin duda
el ms profundo y riguroso pensador de su poca. Y no
tendra ganas de estar bajo la tutela, por muy liberal que
sta fuese, de un hombre como Xenokrates, a quien l
conoca bien, y del que era amigo, pero al que conside
raba con razn como intelectualmente muy inferior
a l mismo. Adems, en sus aos de viajes los intereses
intelectuales de Aristteles se haban alejado ms que
nunca de la matemtica y la dialctica, caras a la Aka
demia, y se haban centrado crecientemente en la inves
tigacin emprica de la naturaleza. Sus nuevos intereses
requeran una nueva institucin para su despliegue libre
de trabas, y ello tanto ms cuanto que Aristteles, gra
cias a su fortuna personal y a la ayuda de Antpatros,
dispona ahora de los medios adecuados.
En Atenas haba tres santuarios pblicos que incluan
gimnasios en sus jardines: el santuario de la Akademia
(Akadmeia), dedicado al hroe Akdmos , el santuario
del Kynsargs, dedicado a Herakles, y el santuario del
Lykeion , dedicado a Aplln Lykeion. Los tres estaban
situados fuera de las murallas de la ciudad y disponan,
adems de amplios y frondosos jardines o bosquecillos,
1. Vida de Aristteles 31

de gimnasios pblicos, palestras, prticos y otras insta


laciones. Los gimnasios servan tanto para la prctica de
la gimnasia por los adolescentes como para el entrena
miento de los atletas con vistas a su participacin en los
juegos o para el entrenamiento de los jvenes de die
ciocho a veinte aos (phboi) durante el servicio mili
tar. Sus jardines y prticos eran tambin lugar de reu
nin y esparcimiento pblicos. En especial eran lugar fa
vorito de los sofistas, que all anunciaban sus ensean
zas, hacan demostraciones de sus proezas oratorias y
discutan con quien quisiera escucharlos. Por ello se ha
ban convertido en sede de la enseanza superior ate
niense.
Los primeros en establecer escuelas filosficas perma
nentes en Atenas fueron Antisthenes y Platn. Antisthe-
nes eligi para sus enseanzas el gimnasio del Kynsar-
ges. Platn estableci su escuela en el gimnasio de la
Akadmeia , aunque compr tambin casas en las cerca
nas. Aristteles prefiri dar sus clases en el gimnasio
de Lykeion. Los terrenos del santuario del Lykeion eran
amplios, bien arbolados y provistos de agua abundante.
Estaban situados hacia el este de la ciudad, entre las
murallas y el monte Likavits. All haba un monumental
gimnasio pblico, construido en la poca de Perikls. El
gimnasio inclua un pepatos, es decir, un prtico largo
o paseo porticado. y all fue donde Aristteles daba sus
lecciones. Por eso su escuela filosfica fue conocida no
slo como el Lykeion (por el santuario y gimnasio en
que se reunan sus miembros), sino tambin como el
Perpatos (por el lugar concreto dentro del Lykeion en
que se daban las clases).
Los gimnasios pblicos ofrecan muchas ventajas como
centros de enseanza. Entre otras cosas eran gratuitos,
no haba necesidad de pagar alquiler alguno por utilizar
sus instalaciones, y la afluencia de pblico estaba garan
tizada. No hay que olvidar que las escuelas filosficas y
retricas, que constituan la enseanza superior de Ate
nas, eran instituciones totalmente privadas, que ni esta
ban sometidas a control alguno por parte del Estado ni
32 Historia de la filosofa, 4

reciban ayuda o subvencin pblica de ningn tipo. El


disponer de locales gratuitos era sin duda una ventaja.
Algunos, como Platn, completaban el uso de las insta
laciones pblicas del gimnasio con la posesin de alguna
casa en las cercanas. A Aristteles, sin embargo, como
extranjero (mtoikos) que era, le estaba vedado adquirir
propiedades. Y la mayora de sus discpulos y compae
ros eran igualmente extranjeros. Pero seguramente encon
traran medio (con la ayuda de Antpatros) de disponer
de algunas casas, donde guardar la biblioteca la mayor
de la ciudad , archivar sus numerosas notas y almace
nar las colecciones de anmales y vegetales disecados.
El Lykeion se pareca en algunos aspectos a la Aka-
demia. En ambas escuelas haba miembros jvenes, estu
diantes, y miembros avanzados, profesores, que investi
gaban e impartan clases. En ambas cada uno viva por
su cuenta, y nadie pagaba nada ni reciba remuneracin
alguna, por lo que se requera una posicin econmica
mnimamente desahogada por parte de los miembros, de
tal modo que cada uno tuviera su propio sustento ase
gurado y pudiera as dedicarse a la filosofa. En ambas
haba un jefe o escolarca, pero su autoridad no llegaba a
la imposicin de ningn credo o doctrina, sino ms bien
se estimulaba la crtica y la originalidad de pensamiento.
Pero tambin haba diferencias. La Akademia practicaba
ms la discusin y centraba ms su inters en la matem
tica. El Lykeion prefera las clases, la instruccin formal,
sistemtica y, abandonando la matemtica, centraba su
inters en la ciencia experimental de la naturaleza y en
la historia natural, as como en la erudicin jurdica y
social.
Aristteles daba clases akroticas o cientficas por la
maana. Estas clases estaban dirigidas a los estudiantes
de su escuela. Por la tarde daba conferencias exotricas
o pblicas sobre retrica y otros temas de inters general.
Adems de acudir a las clases akroticas, los estudiantes
deban colaborar en las tareas ms o menos pesadas de
la bsqueda de informacin, clasificacin y catalogacin,
1. Vida de Aristteles 33

tanto de documentos, leyes y constituciones como, sobre


todo, de animales y plantas, vivos o disecados,
Aristteles mismo se ocup ms de zoologa, mientras
Thefrastos estaba ms dedicado a la botnica.

1.6. Los ltimos aos (335 a 322)

Durante los ltimos trece aos de la vida de Arist


teles, Grecia entera segua con aliento contenido las in
crebles campaas de Alxandros Megas. Ya en 338,
Alxandros se haba destacado dirigiendo la caballera con
valor y eficacia en la decisiva batalla de Khaironia, que
haba consolidado la hegemona makedona sobre Greda.
Dos aos ms tarde, en 336, tras el asesinato de su
padre, Flippos II, suba al trono makedn Alxandros,
casi al mismo tiempo que Darayavaus III (en griego, Da
ros) ascenda al trono persa. Tras la eliminacin sin es
crpulos de todos sus posibles rivales, Alxandros se lanz
a una serie de campaas contra los brbaros del norte y
los ilirios. Tras la conquista y destruccin ejemplar de la
levantisca Thebas, Alxandros euni un gran ejrcito,
atraves los Dardanelos y derrot en Grnikos (en 334)
a los strapas occidentales del Imperio Persa. Al ao
siguiente derrot a Darayavaus III en Issos y, despus
de asediar y destruir Tiro, que se haba negado a abrirle
sus puertas, entr en Egipto. All fund la ciudad de
Alexandria, que pronto se convertira en el primer puerto
del Mediterrneo, y visit en el oasis de Siwah el san
tuario del dios mmon, cuyo orculo lo salud como
hijo del dios. En 331 derrot de nuevo a Darayavaus
en la batalla de Gaugamela y, en un paseo militar sin ape
nas resistencia, entr en Babilonia y en las capitales del
Imperio Persa, Susa, Perspolis y Ekbatana. En 330
muri Darayavaus III, asesinado por Bessos, strapa de
Baktria. Hasta entonces haba procedido Alxandros como
jefe de la liga panhelnica de Krinthos y haba empren
dido sus campaas asiticas con el pretexto de vengar la
invasin de Grecia por el persa Hsayarsa (en griego,
34 Historia de la filosofa, 4

Xerxes ) un siglo y medio antes. Con el incendio del Pala


cio real de Hsayarsa, en Perspolis, Grecia quedaba ven
gada. Con la conquista de las capitales del Imperio Persa
por el ejrcito de Alxandros y la muerte de Daraya-
vaus III, el ataque panhelnico contra Persia haba lo
grado sus ltimos objetivos.
En 330, Alxandros despidi formalmente al contin
gente militar griego no makedn, aunque muchos de sus
componentes siguieron a sus rdenes como mercenarios.
Alxandros se consideraba ahora como el sucesor legtimo
de los grandes reyes persas, l era el nuevo gran rey persa.
Su nuevo proyecto era mantener y ampliar el Imperio
Persa bajo una nueva lite makedona y persa. En perse
cucin de Bessos, el asesino de Darayavaus III, Alxan
dros y sus huestes makedonas atravesaron Irn, Afganis
tn, la barrera montaosa del Hind Kush y el Turkestn.
Alxandros iba adoptando ciertas costumbres de dspota
oriental, que no gustaban a muchos de sus ms fieles
colaboradores, algunos de los cuales acabaron siendo eje
cutados por ello. Una de las vctimas fue Kalisthenes, el
pariente y discpulo de Aristteles, que le haba ayudado
a confeccionar la historia y lista de vencedores de los
juegos pthkos. Aristteles mismo haba presentado a
Kalisthenes a Alxandros. Cuando Aristteles volvi a
Atenas en 335, Kalisthenes se haba quedado en Ma-
kedona con Alxandros, al que a continuacin acompa
en sus campaas asiticas como cronista. Kalisthenes se
crea un nuevo Homeros, que cantaba panegricamente
los hechos gloriosos del nuevo Akhilus, Alxandros, en
su obra Alexndrou prxeis (hazaas de Alxandros).
Kalisthenes comparta la opinin aristotlica de la supe
rioridad de las costumbres griegas sobre las brbaras y
vea con malos ojos las nuevas maneras de Alxandros,
ms propias de un dspota oriental y brbaro, que de
un lder de griegos, de hombres libres. El conflicto es
tall cuando se neg a rendir a Alxandros el homenaje
de la proskynesis (postracin a sus pes). En 327, tras
el descubrimiento de la conspiracin de los pajes, Kalis-
i . Vida de Aristteles 35

thenes, que era su maestro, fue acusado de complicidad


y ajusticiado.
Entre 327 y 325, Alxandros penetr en la India,
derrot al rey Poros y quin sabe hasta dnde habra
llegado, si sus soldados makedones no se le hubieran plan
tado, negndose a seguir ms all. Tras una penossima
travesa por los desiertos del Beluchistn y el Irn, lleg
el 324 a Pasargadai y a Susa, donde tuvo que dedicarse
a corregir abusos de corrupcin y a organizar su imperio.
Empeado en unificar a makedones y persas celebr en
Susa una boda masiva, en que 10.000 makedones toma
ron mujeres persas, y l mismo se cas con una hija de
Darayavaus. Nikanor, hijo de Prxenos de Atarnus y de
Arimneste, v sobrino por tanto de Aristteles, haba sido
criado por ste a la muerte de sus padres. Aristteles le
profesaba un gran afecto. En su testamento lo nombrara
su heredero principal y le concedera la mano de su hija,
Pythias. Nikanor, como Kalisthenes, haba seguido tam
bin a Alxandros y formaba parte de su estado mayor.
En 324, Alxandros envi a Nikanor a Olympia, donde
se estaban celebrando los Juegos Olmpicos, a anunciar
a los griegos all reunidos su pretensin de que se le rin
dieran honores divinos, as como otras medidas polticas.
El 323, mientras preparaba en Babilonia una gran
expedicin martima para bordear y conquistar Arabia y
establecer una conexin por mar entre Mesopotamia y
Egipto, Alxandros cay gravemente enfermo y muri.
Contaba slo treinta y dos aos de edad.
Durante su estancia en Makedona, entre 342 y
335, Aristteles haba entablado estrecha amistad con
Antpatros, un prestigioso general makedn de Flip-
pos II, que era bastante ms viejo que Aristteles.
A la muerte de Flippos, Antpatros apoy a Al
xandros en su pretensin al trono. Y al marchar
Alxandros hacia Asia en 334, dej a Antpa
tros como regente y gobernador general de Euro
pa (es decir, de Makedona, de Thraki y de toda
Grecia), al frente de un ejrcito de ms de 12.000 solda
dos de infantera v 1.500 de caballera. Durante los diez
3 Historia de la filosofa, 4

aos que van desde el 334, en que Alxandros parti,


hasta el -324, en que regres a Mesopotamia de su expe
dicin al Irn y la India, Antpatros fue la mxima auto
ridad en toda Grecia. En 331 el rey espartano Agis III
se levant contra la dominacin makedona y pronto otras
pleis del Pelopnisos se unieron a su rebelin, pero Ant
patros los derrot decisivamente en la batalla de Amf-
polis, en la que el mismo rey espartano muri. La suce
siva amistad de Aristteles con Flippos, Hermas y An
tpatros, muestra bien a las claras que el filsofo no rehua
el contacto con los poderosos de este mundo,
Aristteles se estableci por segunda vez en Atenas
poco despus de la destruccin de Thebas por Alxandros.
Aristteles era entonces un hombre influyente, ex pre
ceptor del rey Alxandros y amigo ntimo del regente
Antpatros. Seguramente habra sido bien pagado por
sus servicios docentes y diplomticos prestados a la corte
makedona, y continuara recibiendo ayudas y favores de
Antpatros. Los makedones estaban perfectamente infor
mados de lo que pasaba en las diversas ciudades griegas,
gracias a los numerosos informantes de que disponan en
todas ellas. Parece que Aristteles enviaba tambin peri
dicamente cartas a Antpatros, en las cuales combinara
informacin poltica y personal. En -324, Alxandros,
recin llegado a Mesopotamia de su larga expedicin por
Irn y la India, orden a Antpatros que se pusiera en
camino hacia Babilonia, para darle cuenta de la situacin
en Grecia y Makedona, y traerle nuevas tropas. Ese mis
mo ao lleg a Atenas Hrpalos, destituido por Alxan
dros por malversacin de fondos y cargado ahora de di
nero, que utiliz para sufragar a Demosthenes y otros
agitadores nacionalistas. A todo esto, en verano del
323 llegaron a Atenas las primeras noticias de la muerte
de Alxandros y, poco despus, testigos oculares lo con
firmaron. Inmediatamente se desat la agitacin antima-
kedona y una de sus primeras vctimas estuvo a punto
de ser Aristteles, ahora que su protector y amigo Ant
patros estaba lejos. Aristteles fue oficialmente acusado
de impiedad (asbeia), lo mismo que Sokrates anterior
1. Vida de Aristteles 37

mente. La acusacin se basaba en el himno que haba


compuesto a la virtud, dedicado a Hermas. Ahora se le
acusaba de rendir culto al tirano promakedn Hermas,
y de componerle himnos como si fuera un dios. Eviden
temente esto era una mera excusa para descargar sobre
Aristteles el odio de los nacionalistas atenienses, que
conocan bien sus conexiones con Makedona.
Ante el peligro inminente que corra en Atenas, Aris
tteles empaquet apresuradamente sus bienes y parti
con familia y sirvientes a Khalks, en la cercana isla de
Evia, donde posea una casa y finca, heredada de su ma
dre, Mientras tanto, en Atenas los nacionalistas, como
Demos thenes e Hmeraios, ganaron de nuevo el control
del gobierno. Se dice que Himeraios destruy la placa
que se haba colocado en la Akrpolis, agradeciendo a
Aristteles los servicios prestados. Foks se haba unido
a la rebelin antimakedona y en el santuario de Delfi fue
quitada tambin la placa conmemorativa de la confeccin
de la lista de los vencedores de los juegos pthkos por
Aristteles y Kalisthenes. En una carta a Antpatros desde
Khalks, Aristteles comentaba: Respecto a los honores
que me fueron concedidos en Delfi, y de los que acabo
de ser privado, no puedo decir que me importen mucho,
pero tampoco que no me importen nada 11.
Una cierta soledad y melancola se apoderaba de Aris
tteles. Cuanto ms solo y aislado me encuentro, tanto
ms gusto les tomo a los mitos *13. Senta que poda mo
rir pronto y no saba ni siquiera dnde lo enterraran. En
cualquier caso, decidi hacer testamento. El testamento
de Aristteles se conserva. En l se refleja el carcter de
Aristteles, bondadoso, agradecido, realista, preocupado
por el bienestar de su joven compaera Herpyls, de sus
hijos Pythias y Nikmakhos, de su sobrino Nikanor, de
sus servidores y esclavos. Tambin nos muestra que Aris
tteles era hombre suficientemente acomodado, que dispo
na de dinero, casas y servidumbre. Donde no posea nada

11 V, Rose: Fragmenta (Teubner, Leipg, 1886), fra. 666,


13 V, Rose: Fragmenta, fr. 665.
38 Historia de la filosofa, 4

era en Atenas, pues, aunque haba pasado all ms de la


mitad de su vida, como extranjero o mtoikos que era,
no poda poseer ningn bien inmueble en ella. En su
testamento invitaba a su sobrino Nikanor a casarse con
su hija Pythias y ellos, junto con el pequeo Nikmakhos,
eran sus principales herederos. Antpatros, su influyente
amigo, era nombrado por Aristteles albacea o ejecutor
testamentario, encargado de velar por el cumplimiento
de su ltima voluntad.
Al cabo de un ao de haber tenido que huir de Ate
nas, Aristteles muri en su casa de Khalks, a princi
pios del otoo del 322. Contaba entonces sesenta y
dos aos de edad y estaba an en plena madurez (Platn,
por ejemplo, haba muerto a los ochenta aos.) Arist
teles muri de una enfermedad del estmago, quizs
cncer o lcera. Durante su terminal enfermedad fue
cariosamente cuidado por Herpyls,
Herpyls haba sido una joven doncella de Pythias, la
mujer de Aristteles. Tras la muerte de Pythias, perma
neci en el hogar de Aristteles, de quien pronto fue
compaera, amante y madre de su hijo Nikmakhos,
reconocido por Aristteles. Herpyls deba ser an bas
tante joven en el momento de la muerte de Aristteles,
que encarg a los ejecutores de su testamento que la
casaran con un hombre de posicin y buena reputacin,
digno de nosotros, caso de que ella as lo desease. El
testamento de Aristteles muestra en varias de sus
clusulas su preocupacin por el bienestar de Herpyls:
10, Los ejecutores y Nikanor, acordndose de m y del
constante afecto que Herpyls siempre me ha mostrado,
la cuidarn en todo. 11. Y s ella desea casarse, se ocu
parn de que sea dada en matrimonio a un hombre
digno de nosotros. 12. Y adems de lo que ha recibido
hasta ahora, le entregarn un talento de plata de mi
herencia y tres sirvientas, a elegir por ella, adems de
la doncella que ya tiene v del criado Pyrraios. 13. Y si
quisiera permanecer en Khalks, dispondr de la casa
junto al jardn; si prefiere vivir en Stgira, de la casa
de mi padre. 14. Y cualquiera de esas dos casas que
1. Vida de Aristteles 39

ella elija ser amueblada por los ejecutores del modo


que ellos consideren conveniente y con el que Herpyls
est de acuerdo13. En general da la impresin que
Aristteles haba conocido la felicidad conyugal tanto
con Pythias como con Herpyls, y que senta gran afecto
por ambas. En su relacin personal con las mujeres con
trasta Aristteles con su maestro Platn, posiblemente
homosexual, y con su discpulo Thefrastos, que no slo
permaneci toda su vida soltero, sino que incluso escri
bi un libro crtico sobre {o ms bien, contra) el matri
monio, Perl gmou.
Thefrastos de Eresos era el ms fiel y desta
cado discpulo de Aristteles. Lo haba acompaa
do en Assos, Lesvos, Makedona y Atenas. Era un
hombre entregado por entero a la investigacin y la
docencia. A la muerte de Aristteles, Thefrastos, que
haba recibido en herencia su biblioteca, asumi la direc
cin de su escuela en Atenas. Antpatros volvi a ocupar
Atenas. Himeraios, que haba roto la placa honrando a
Aristteles, fue ejecutado. Demosthenes, refugiado , en
un templo, se suicid. En 319 muri Antpatros, pero
el nuevo lder makedn, Kassandros, nombr dictador
de Atenas a Demetrios de Faleron, un miembro del
Lykeion , la escuela filosfica de Aristteles. Finalmente
y a pesar de ser Thefrastos tambin extranjero, la es
cuela recibi edificios propios.

13 Diogenes haertios, V 13-14.


2. La potica

2.1. Aristteles como lector

A veces se emplea la palabra literatura como sin


nimo de bibliografa, como refirindose al conjunto de
los escritos, generalmente cientficos o eruditos, sobre
un tema dado. Otras veces, y con mayor frecuencia, se
emplea literatura en un sentido que excluye los escri
tos cientficos, histricos, econmicos, etc., pero incluye
las novelas, las obras de teatro, los poemas y otros escri
tos con pretensiones artsticas y destinados, no a infor
mar al lector, sino a producirle un cierto tipo de placer.
Aqu emplearemos la palabra literatura en este se
gundo sentido.
Nosotros estamos acostumbrados a identificar el pla
cer de la literatura con el placer de la lectura. Las obras
literarias son algo para ser ledo. Pero eso no era as
en la Grecia clsica. Bsicamente las obras literarias eran
algo para ser odo. Casi toda la literatura griega estaba
compuesta en verso, era poesa. La poesa lrica era para
ser cantada; la poesa pica era para ser recitada; la
40
2. La potica 41

poesa dramtica, la tragedia o la comedia, era para ser


representada. "Los destinatarios de la poesa no eran
lectores, sino oyentes, no la consuman con los ojos,
sino con los odos.
Los rapsodos saban de memoria las epopeyas y las
recitaban en las cortes de los tiranos, en las goras de
las ciudades y en las casas de los ricos. En Atenas, por
ejemplo, durante la celebracin de las fiestas panateneas,
que tena lugar cada verano, los rapsodos recitaban p
blicamente la Ilada.y la Odisea enteras. Y las tragedias
se representaban en Atenas durante las grandes fiestas
dionisacas, a principios de la primavera. El pblico se
impregnaba de literatura, oyndola y vindola repre
sentar.
Incluso los escritos informativos, no literarios, se oan
mucho ms que se lean. El historiador Herdotos ofreca
lecturas pblicas en voz alta de sus libros histricos. Y
los alumnos de las escuelas filosficas y retricas de
Atenas asimilaban los textos pertinentes, oyndolos leer
en voz alta en la clase por el maestro o por un esclavo
especializado, el anagnstes, o lector. La publicacin de
un libro consista en su lectura pblica por el anagnstes.
Tambin en la Akademia de Platn los alumnos se
enteraban del contenido de los libros cuando el anagns-
ts los lea en voz alta. Pero la curiosidad por los textos
del joven Aristteles le impulsaba a conocer muchos
ms libros que los que el esclavo lector poda leer p
blicamente en voz alta. Por eso se puso a leer l mismo
directamente los libros con inmensa voracidad intelec
tual. Este comportamiento era raro y llamaba la aten
cin incluso en la Akademia, donde le vali a Arist
teles el mote de anagnstes, el lector. Fue uno de los
iniciadores de la costumbre de la lectura personal, para
uno mismo, que hoy todos practicamos.
En aquella poca en Grecia se aprenda a escribir y
se tomaban notas, escribiendo con un estilete puntiagudo
sobre una tablilla de cera. Las inscripciones pblicas se
grababan en piedra con un cincel. Las obras literarias
y los escritos histricos, cientficos y filosficos se escr-
42 Historia de la filosofa, 4

ban con tinta sobre papiro mediante una caa hendida.


Diversas tiras de fibra de papiro, colocadas perpendicu
larmente unas a otras, eran soldadas entre s mediante
los jugos pegajosos que desprendan al ser martilladas.
As se formaba un largo soporte de papiro, sobre el que
el texto se escriba en columnas. Este soporte escrito
se enrollaba (como el papel higinico actualmente) en
un rollo. El libro ( biblon ) era precisamente ese tal rollo,
que, segn se iba leyendo, se iba desenrollando.
Leer el texto era mucho ms difcil de lo que es
ahora. No haba diferencia entre letras maysculas y
minsculas. Todo se escriba con maysculas. No haba
separacin entre las palabras. Todas las letras se espa
ciaban uniformemente, tanto en medio de una palabra
como en el lmite entre dos. No haba signos de puntua
cin que separasen unas oraciones de otras. En la Grecia
clsica la manera normal de leer era leer en voz alta
para, escuchndose uno a s mismo, darse cuenta
de los lmites de las palabras y las oraciones por la
manera como uno las pronunciaba. Este tipo de lectura
es lento y farragoso. Quizs Aristteles, lector empeder
nido, practicase ya la lectura visual, como nosotros,
aunque ello no es nada seguro, dadas las caractersticas
citadas de la escritura de su tiempo, que tan difcil ha
can ese tipo de lectura.
En diversos pasajes de sus obras, Aristteles reco
mienda leer muchos libros y sacar fichas de las lecturas,
resumiendo y ordenando lo ledo. Es til tambin reco
pilar proposiciones de entre las expuestas en los libros
y confeccionar listas sobre cada tema, agrupndolas bajo
epgrafes adecuados. 1
Aristteles lea tambin cuantas obras literarias caan
en sus manos, lo cual explica su extensa cultura literaria
y su familiaridad con la obra de los poetas y drama
turgos, As, respecto a las obras dramticas, la mayora
de la gente se limitaba a asistir a las representaciones
teatrales que tenan lugar en Atenas una vez al ao,1

1 Topik I, 14, 105 b 12.


2. La potica 43

durante las grandes fiestas dionisacas. Pero eso slo


permita conocer las obras que en los ltimos aos se
haban representado. Aristteles conoca tambin las que
haca tiempo que no se representaban, pues las haba
ledo. Y, leyndolas, senta toda su fuerza, como s las
viese representadas, y eso le bastaba para apreciarlas y
juzgarlas. La fuerza de la tragedia existe tambin sin
representacin y sin actores. 2 La tragedia tambin sin
movimiento produce su propio efecto, igual que la epo
peya, pues slo con leerla se puede ver su calidad.3

2.2. Aristteles, admirador de Homeros

La educacin de los nios griegos abarcaba, adems


de la lectura, la escritura, la aritmtica, la msica y la
gimnasia, el conocimiento de las epopeyas homricas4,
la Ilada y la Odisea. Estas constituan su principal
punto de referencia sobre la religin y sobre la vida,
sobre los dioses y los hombres, sobre la historia y la
psicologa. Y los mismos nios, una vez adultos, segui
ran escuchando una y otra vez la recitacin de esos
magnos poemas en fiestas pblicas y privadas, en casas,
mercados y santuarios, durante el resto de sus vidas. De
ah el prestigio incomparable de Homeros en toda la
Hlade.
Desde el comienzo de la reflexin filosfica, algunos
pensadores y rapsodos se atrevieron a poner en cuestin
lo que contaba Homeros, a quien tildaban de mentiroso
y falseador. El primero de ellos fue Xenofanes Kolofo-
nios, que atacaba a Homeros y a Hesodos, porque ha
ban atribuido a los dioses todo lo que se consideraba
motivo de oprobio y escarnio para los hombres, ...he

2 Perl poietiks 6, 1450 b 19.


3 Ibid, 26, 1462 a 11.
4 Es improbable que la Ilada y la Odisea hayan sido obras
de un solo autor, pero todos los griegos (incluido Aristteles)
las atribuan a Homeros.
44 Historia de la filosofa, 4

chos ilcitos, robo, adulterio y engao mutuo. 5 Otros


intrpretes buscaron y encontraron otras inmoralidades,
falsedades e implausibilidades en los poemas picos de
Homeros, y las expusieron ampliamente. As, Zoilos
Amfipolites escribi nueve libros contra Homeros, aba
rrotados de crticas despiadadas, que le valieron el sobre
nombre de azote de Homeros. Sin llegar a esos extre
mos, tambin Platn se haba unido al bando de los
detractores de Homeros. Segn Platn, Homeros era un
desastre pedaggico, cuya influencia alejaba a los griegos
del bien y la verdad. Adems no haba razn alguna
para concederle tanta importancia. A diferencia de Solon
y otros muchos sabios legisladores, no haba dado su
constitucin a ninguna ciudad. A diferencia de Pytha-
goras, no haba inventado un nuevo modo de vida. No
haba tenido discpulos, ni tena nada que ensear6.
Frente a este aluvin de crticas, los defensores de
Homeros haban surgido por doquier. Ya a los primeros
ataques de Xenofanes haba respondido Theagenes Re-
ginos, basando su defensa en la interpretacin alegrica
de los pasajes atacados.
Tambin Aristteles se situ entre los defensores de
Homeros. Cada vez que un crtico echaba en cara a
Homeros alguno de los pasajes de sus epopeyas por
absurdo, implausible, falso o inmoral, ello constitua un
problema homrico. La solucin del problema consis
ta en explicar el pasaje impugnado de tal modo, que
resultase que Homeros tena razn despus de todo. As,
Platn y otros detractores de Homeros haban sealado
que resultaba increble que Akhilus hubiese arrastrado
el cuerpo de Hktor en torno a la tumba de Ptroklos.
Aristteles resolvi el problema trayendo a colacin la
costumbre thesalia de .arrastrar los cadveres en torno
a las tumbas de aquellos a quienes haban matado, lo

5 H. Diels y W . Kranz: Die Fragmente der Vorsokratiker. 21


B 11-12.
6 Platn: Politea X, 599 d.
2. La potica 45

cual, junto al hecho de ser Akhilus thesalo, plenamente


justificaba y haca plausible lo narrado por Homeros7.
Aristteles haca listas y ficheros de todos los temas
que le interesaban. En sus lecturas, conversaciones y
clases se haba ido topando con multitud de problemas
homricos que, junto con sus correspondientes solu
ciones, haba ido apuntando cuidadosamente. Esa colec
cin aristotlica de problemas de interpretacin de Ho
meros fue publicada ms tarde en seis libros (es decir,
seis rollos de papiro) con el ttulo de Apormata Hom-
rik (Problemas homricos). De esta obra slo se con
servan 38 fragmentos.
Como preceptor de Alxandros Megas, Aristteles le
hara escuchar la Ilada y le comentara y explicara sus
principales pasajes. Eso no tena nada de especial, pues
era la prctica pedaggica usual, aunque es de suponer
que, dado el respeto que el filsofo senta por ese poema
y lo bien que lo conoca, sera sin duda capaz de comu
nicarle su aficin por Homeros. En efecto, Alxandros
fue toda su vida un entusiasta de la Ilada, con cuyo
hroe, Akhilus, l mismo se identificaba. Se cuenta que
durante todas sus campaas asiticas Alxandros llevaba
consigo un texto de la Ilada, cuidadosamente guardado
en un precioso cofre, colocado junto a su almohada. In
cluso se dice que ese texto fue editado o corregido por
Aristteles, lo cual, de ser cierto, no significara sino
que l lo habra mandado copiar con cuidado para su
real discpulo, como material para su instruccin o qui
zs como regalo.
Aristteles citaba constantemente a Homeros en sus
obras, incluso en las biolgicas. Lo citaba de memoria,
y a veces mal, por su gran familiaridad con sus versos.
Fue el primero que claramente separ la Ilada y la Odi
sea del resto de los poemas picos, como superiores a
ellos desde todos los puntos de vista. Y en la Potica
repetidamente califica a Homeros como divino, el mejor
de los poetas, digno de toda alabanza y el maestro de

7 V. Rose: Aristteles: Fragmenta. Fragmento 166.


46 Historia de la filosofa, 4

los dems poetas8, y dedica un captulo entero (el 25)


a defenderlo de las crticas de que era objeto.

2.3. Platn y Aristteles frente a la literatura

La Akadema platnica era una institucin en que


reinaba gran libertad intelectual. Durante los veinte
aos que pas en ella, Aristteles adopt actitudes y
posiciones distintas e incluso opuestas a las de Platn
en numerosos temas, incluido el de la literatura.
Platn era mejor artista de la palabra que Aristteles
y su estilo literario era muy superior al de su discpulo.
De hecho era uno de los mejores escritores que ha tenido
la lengua griega. A pesar de lo bien que escriba, Platn
desconfiaba profundamente de la escritura y de los libros.
Su venerado maestro, Sokrates, no haba escrito nunca
nada. Y l mismo haba manifestado9 la inferioridad de
la palabra escrita respecto a la hablada: el libro no sabe
responder a las objeciones y preguntas, y es incapaz de
transmitir un saber vivo y eficaz, limitndose a un simu
lacro de saber. Aristteles, inventor de la prosa cient
fica, seca y ayuna de fiorituras y preocupaciones est
ticas, apreciaba enormemente los libros, que coleccionaba,
lea y anotaba incansablemente.
Ya hemos visto cmo Platn y Aristteles tomaron
posiciones opuestas en la polmica sobre el valor y auto
ridad de las epopeyas atribuidas a Homeros.
Platn manifest una actitud completamente hostil al
arte en general, y a la literatura en particular. Los artis
tas y poetas seran expulsados de su ciudad ideal, pues
sus obras excitan las bajas pasiones, confunden las no
ciones morales y propagan falsedades sin cuento sobre
los dioses y los humanes, por lo que constituyen un
peligro para los ciudadanos en general y para los nios
en particular. Ya la presunta realidad sensible es una

8 Por ejemplo, Perl poitiks 23, 1459 a 30.


9 Platn: Phadros, 274 d.
2. La potica 47

mera imitacin de las formas eternas. Y el arte, que


imita a la apariencia sensible, es una imitacin de la
imitacin, no es cosa seria, sino una niera1012. No
produce ningn efecto beneficioso, nos aparta de la ver
dad y la razn, y en definitiva, cosa vil y ayuntada a
cosa vil, slo lo vil es engendrado por el arte u. Los
poetas implantan una actitud poltica perversa en el
alma del individuo 13, por lo que no pueden ser tole
rados en una polis bien organizada. Esta condena global
del arte y la literatura, contenida en la Politea, sera
luego reconfirmada por Platn al final de su vida en
Las Leyes.
Aristteles defendi siempre a los artistas y poetas
frente a las acusaciones de Platn. Frente al reproche
de que se apartaban de la verdad, Aristteles replicaba
que la verdad es el objetivo de la ciencia, pero no el
de la literatura, que slo persigue la plausibilidad, a fin
de producir el efecto emotivo y el placer adecuado en
el oyente o lector. S se censura al poeta por no haber
representado situaciones verdaderas, es que el crtico
no ha entendido que eso es irrelevante para la literatura.
Quizs ha representado las cosas como debieran ser, o
como se dice que son, aunque as no lo sean. Xenofanes
poda tener razn en sus crticas desde el punto de vista
de la verdad, pero no desde el literario 13. Incluso alaba
Aristteles a Homeros, porque fue el gran maestro de
los dems poetas en decir cosas falsas como es debido 14.
Frente al reproche de que la literatura produca un efecto
nefasto en las almas, Aristteles concluye que la princi
pal forma literaria, la tragedia, produce un impacto emo
cional beneficioso en el espectador o lector, permitin
dole alcanzar un mayor equilibrio psquico, gracias a la

10 Platn: Politea X , 602 b. Traduccin de J . M. Pabn y M.


Fernndez Galiano.
11 Ibid, 603 b.
12 Ibid, 605 b.
13 Perl poietiks 25, 1460 b 36.
u Ibid, 24, 1460 a 18.
48 Historia de la filosofa, 4

purgacin y superacin de sus emociones de terror y


afliccin.
El poeta tiene momentos ms creativos y fecundos
que otros, se siente unas veces ms inspirado que otras.
Los pueblos inmersos en {o cercanos al) pensamiento
arcaico han interpretado frecuentemente esa inspiracin
como una posesin del poeta por fuerzas divinas o demo
nacas superiores a l. En realidad no sera el poeta
quien habla, sno un dios o una musa hablara por su
boca. El poeta sera una especie de vidente de una rea
lidad superior que los dioses le revelan. Los poetas vdi-
cos de la India arcaica se llamaban rsi, videntes. El poeta
sera una especie de profeta o adivino. En la Roma
arcaica, los poetas se llamaban vates, es decir, profetas,
adivinos (de vates procede nuestro verbo vaticinar). Los
versos hebreos de la Biblia se consideraban inspirados,
dictados por la divinidad juda, Yahv. Y el dios griego
Apolon anunciaba sus orculos en Delfi por boca de la
pitonisa, y en verso. Los poetas griegos personificaban
esa influencia o inspiracin divina en las musas, a las
que invocaban al principio de sus poemas. Tanto la
Ilada como la Odisea comienzan con una tal invocacin
a la musa, para que narre ella las grandes hazaas que
el poeta desea describir. Y la Theogona de Hesodos
se inicia en el monte Helikn con el encuentro del poeta
con las musas, que le dicen lo que debe cantar. Tambin
Pndaros peda su ayuda.
Platn hizo suya esa concepcin romntica del poeta
poseso o inspirado por un dios, que es quien habla por
su boca. En uno de sus deliciosos dilogos primerizos,
el Ion, Platn nos la expone con su estilo caractersti
camente brillante: Los poetas nos hablan de que, como
las abejas, liban los cantos que nos ofrecen de las fuen
tes melifluas que hay en ciertos jardines y sotos de las
musas, y que revolotean tambin como ellas, Y es verdad
lo que dicen. Porque es una cosa leve, alada y sagrada
el poeta, y no est en condiciones de poetizar antes de
que est endiosado, demente, y no habite ya ms en l
la inteligencia... Pero no es en virtud de una tcnica
2. La potica 49

como hacen todas estas cosas y hablan tanto y tan bella


mente sobre sus temas..., sino por una predisposicin
divina, segn la cual cada uno es capaz de hacer bien
aquello hacia lo que la Musa lo dirige... Y si la divini
dad les priva de la razn y se sirve de ellos como se
sirve de sus profetas y adivinos, es para que nosotros,
que los omos, sepamos que no son ellos, privados de
razn como estn, los que dicen cosas tan excelentes,
sino que es la divinidad misma quien las dice y quien,
a travs de ellos, nos habla... Todos estos hermosos poe
mas no son de factura humana ni hechos por los hom
bres, sino divinos y creados por los dioses, y los poetas
no son otra cosa que intrpretes de los dioses, posedo
cada uno por aquel que lo domine. 15
Los griegos carecan de una palabra especfica para
referirse a la literatura. Solan usar la palabra piesis
para referirse a la obra literaria, y potetes para su autor.
Pero esas palabras eran muy genricas. En realidad pi-
sis significaba produccin o construccin o fabricacin,
en general, y poites significa productor. Ambas vienen
del verbo poi (producir, hacer). Cada productor que
se preciase tena su tcnica peculiar, el conjunto de reglas
de que se serva para producir sus productos. Y el poeta
en sentido actual, el literato, tambin era un productor
que trabajaba con palabras (como otros con cuero o con
piedras) y aplicaba reglas relativas a la composicin, la
versificacin, la prosodia, etc. Por tanto, era un produc
tor tcnico, dispona de una tcnica. Esto era frecuente
mente reconocido. El mismo Pndaros hablaba de s
mismo como de un artesano habilidoso, y comparaba sus
poemas con las estatuas v edificios de escultores y cons
tructores.
Los griegos clsicos tenan conciencia de ambos mo
mentos o componentes (la inspiracin y la tcnica) en el
proceso de la creacin artstica y literaria. Platn sub
rayaba el elemento de inspiracin, de posesin del poeta
por un dios o una musa, y explcitamente minusvaloraba

15 Platn: Ion, 534 a-e. Traduccin de Emilio Lled.


50 Historia de la filosofa, 4

el papel de la tcnica. Ya en el citado dilogo juvenil


Ion rechaza el dar cuenta de la poesa por la tcnica.
Sokrates, dialogando con Ion, niega tres veces seguidas
en el mismo prrafo que la tcnica explique nada del
fenmeno literario. Porque no es una tcnica lo que
hay en ti al hablar bien sobre Homeros; ... una fuerza
divina es la que te mueve... De ah que todos los poetas
picos, los buenos, no es en virtud de una tcnica por
lo que dicen todos esos bellos Doemas, sino porque estn
endiosados y posesos... No es en virtud de una tcnica
como hacen todas estas cosas y hablan tanto y tan bella
mente..., sino por una predisposicin divina, segn la
cual uno es capaz de hacer bien aquello hacia lo que
la Musa lo dirige. w Mucho ms tarde, en el Faidros,
Platn sigue manteniendo la misma posicin. All dis
tingue cuatro tipos de delirio inspirado por los dioses.
El tercer tipo de delirio est provocado por las musas.
Cuando afecta a un alma tierna e inmaculada, la des
pierta, la embelesa con un arrobamiento que se expresa
en odas y otros poemas y que, glorificando las hazaas
de los antiguos, educan a la posteridad. Pero quien llame
a las puertas de la poesa sin el delirio de las musas,
confiando en que le bastar con la tcnica para ser un
poeta, se fracasar. El y su poesa razonable se eclipsan
ante la poesa de los que deliran. 11
La posicin de Aristteles era diametralmente opues
ta. El enfatizaba el papel de la tcnica en la creacin
literaria. Aunque reconoca que ciertos individuos exal
tados podan producir poesa abandonndose a sus deli
rios, pensaba que tenan muchas ms posibilidades de
triunfar los hombres de talento que, basados en el domi
nio de la tcnica, podan modelar a su gusto los temas
y las situaciones161718.
De hecho para Aristteles era evidente que la crea
cin literaria constitua una tcnica, un saber hacer (un

16 Ibid, 533 d-534 c.


17 Platn: Pbatdros, 245 a.
Peri poietiks 17, 1455 a 33.
2. La potica 51

know hoto) sometido a reglas. Sobre eso no vala la pena


discutir, pues estaba suficientemente claro para quien
se tomase la molestia de estudiar detenidamentes los poe
mas y los dramas que triunfaban en los concursos y me
recan la admiracin del pblico. Y nadie como Arist
teles haba estudiado las obras literarias entonces exis
tentes con tanto detenimiento, como se refleja en las
obras que dedic al tema.
Mientras estaba en la Akademia, escribi un dilogo,
Perl poin (Sobre los poetas) y confeccion la colec
cin Apormata Homerik (Problemas homricos), ya
citada. Los griegos eran muy dados a la competicin en
todo, tambin en literatura. Tanto los poemas como los
dramas se presentaban en competicin con ocasin de
alguno de los grandes festivales helnicos. Un jurado
designaba a los vencedores. Aristteles dedic mucho
tiempo y atencin a la confeccin de listas de los poetas
y dramaturgos que haban triunfado en los principales
festivales panhelnicos. Compuso las Olympionkai, lista
de los vencedores en los Juegos Olmpicos, completando
y poniendo al da el trabajo anteriormente iniciado por
el sofista Hippas. A esta lista, ordenada cronolgica
mente, debe la cronologa griega gran parte de su pre
cisin. Tambin compuso las Nzkai Dionysiakai, lista de
los poetas trgicos y cmicos vencedores en los concursos
dramticos celebrados cada ao en Atenas con ocasin
de las grandes festividades en honor de Dinysos. Junto
con su sobrino Kalisthenes estuvo trabajando una tem
porada en los archivos de Delfi, y finalmente compuso
su Pythionikn anagraph, lista de los vencedores en
los festivales pythinicos que en honor de Apolon tenan
lugar peridicamente en Delfi. Esta obra tuvo gran xito
y fue grabada en piedra a expensas del santuario, dedi
cada al mismo dios Apolon, y expuesta pblicamente,
junto con una placa que agradeca a Aristteles el ha
berla confeccionado. Durante su segunda y ltima estan
cia en Atenas aprovech su influencia poltica (debida a
su conexin con los makedones, que por entonces ocu
paban la ciudad) para consultar los archivos de los ar-
52 Historia de la filosofa, 4

contes de Atenas y confeccionar as sus Didaskalai, cat


logo de todos los poetas trgicos y sus obras. Otros docu
mentos, notas y comentarios sobre las diversas tragedias
los reuni en su libro Veri tragdin (Sobre las trage
dias).
Todas estas obras se han perdido, pero no cabe duda
de que la noticia de su mera existencia testimonia de la
amplitud y alcance de la erudicin literaria de Arist
teles. Su familiaridad con las obras literarias le permiti
pensar que haba descubierto las reglas de la tcnica lite
raria. Las obras literarias, los poemas y dramas, eran
buenos o malos, triunfaban o fracasaban, segn que si
guieran o no esas reglas. Ya durante su estancia en la
Akademia, Aristteles daba clases o conferencias en que
expona la tcnica literaria. Los apuntes que l usaba
para esas clases se han conservado y constituyen el libro
Veri poitikes (Sobre la tcnica literaria, o si se prefiere,
la Potica). Quizs al libro conservado, que trata sobre
todo de la tragedia, siguiera otro, que se habra perdido,
y que habra tratado con igual extensin de la comedia.
A pesar de su oposicin a muchas de las ideas de
Platn sobre la literatura, en un punto central le sigui
Aristteles, a saber, en su concepcin del arte en gene
ral y de la literatura en particular como mimesis, como
imitacin. Quiz el hecho de que los rapsodos, al recitar
sus poemas, gesticulasen con la cara, las manos y el tono
de voz, tratando de imitar o representar a los perso
najes de los que hablaban, y que los actores en el teatro
representasen tambin a los personajes de la obra dra
mtica, confera cierta plausibilidad intrnseca a la tesis.
En cualquier caso, Aristteles parte de que el poetizar
es una forma de imitar y de que las obras literarias son
ante todo imitaciones.

2.4. La literatura como tcnica

Al hacerse la sociedad griega ms refinada y sofisti


cada, aument la divisin del trabajo y progresaron las
2. La potica 53

artes y oficios. Numerosos oficios fueron adquiriendo


un mayor dominio de sus mtodos de produccin y fue
ron ganando en prestigio y competencia, se fueron trans
formando en profesiones respetadas. Estos profesionales
insistan en que ellos no eran chapuceros y practicones,
que hicieran las cosas de cualquier manera y slo fueran
aprendiendo con la experiencia. Aunque experimenta
dos, disponan ya de reglas generales, de mtodos expl
citos, que el buen profesional deba dominar: eran tc
nicos, y sus oficios se haban transformado en tcnicas.
Artesanos, mdicos, artistas, todos pretendan ser tcni
cos, profesionales ilustrados y competentes, elevados por
la posesin de sus respectivas tcnicas muy por encima
del montn de los ignorantes y chapuceros. Quizs eran
los mdicos hippokrticos los que ms trataban de dis
tinguirse y elevarse por encima de los charlatanes y
curanderos, pues ellos los mdicos eran tcnicos
genuinos, posean la tkhn iatrik, la tcnica curativa,
basada en reglas explcitas y en conocimientos cientficos.
Aristteles, hijo de mdicos, no poda por menos de
sentir el orgullo del saber tcnico y el aprecio sincero
por la tcnica.
Aristteles divida los saberes humanos en producti
vos (saber hacer o producir algo), prcticos (saber com
portarse o vivir) y contemplativos (saber cmo son las
cosas, con independencia de nuestra produccin o nues
tra actuacin). La tcnica es un tipo de saber produc
tivo. La tcnica es siempre un saber cmo producir algo.
Pero no todo saber hacer es tcnica. A veces hay un
saber hacer que es meramente emprico, fruto de la expe
riencia. Sabemos hacer algo, pero no sabemos explicar
lo que hacemos, carecemos de reglas. Obtenemos el
efecto apetecido, pero no sabemos por qu lo obtenemos.
El saber hacer algo mediante reglas, el saber hacer o
producir algo con conciencia de cmo y por qu lo hace
mos as, constituye la tcnica.
En castellano actual la palabra arte se emplea casi
siempre en el sentido de bellas artes, es decir,, de cosas
54 Historia de la filosofa, 4

tales como pintura, escultura, msica, danza, cancin,


poesa, teatro, etc. Todas estas artes son para Arist
teles (y para Platn) tcnicas, al igual que la alfarera,
la construccin de naves, la zapatera o la medicina. En
griego no hay una palabra especial para las artes (o bellas
artes), slo hay la palabra genrica para tcnica ( tkhn ),
o para produccin ( poesis). Segn Aristteles (que en
esto sigue a Platn), las tcnicas que son (bellas) artes
se diferencian de las dems tcnicas por lo que produ
cen, a saber, imitaciones. Mientras que la zapatera pro
duce zapatos y la medicina curaciones, la escultura, la
msica o la literatura slo producen imitaciones. Las
(bellas) artes quedan, pues, caracterizadas como las tc
nicas imitatorias, las tcnicas cuyos productos son imi
taciones.
Las diversas tcnicas imitatorias producen sus imita
ciones valindose de diversos medios. La pintura imita
mediante colores, la escultura mediante figuras, la m
sica mediante el ritmo y la armona, la literatura me
diante el lenguaje. Las palabras son para el literato lo
que la piedra es para el escultor: el medio de que se
vale para producir sus productos, es decir, sus imita
ciones (la obra literaria o la escultura).
La literatura no es la nica tcnica que utiliza como
medio el lenguaje. La retrica, por ejemplo, es tambin
una tcnica que utiliza como medio el lenguaje. Pero la
retrica no es un arte, no es una tcnica imitatoria, no
produce imitaciones, sino persuasiones en un auditorio.
As pues, aunque hay otras tcnicas imitatorias aparte
de la literatura, y aunque hay otras tcnicas lingsticas
aparte de la literatura, la nica tcnica que es a la vez
imitatoria (que produce imitaciones) y lingstica (que
usa como medio el lenguaje) es la literatura. Con esto
hemos llegado a la definicin de la literatura: la litera
tura es la tcnica de imitacin por medio del lenguaje.
El concepto queda perfectamente definido, pero a Aris
tteles le faltaba la palabra, pues en griego no la haba:
La tcnica de imitacin mediante el solo lenguaje...
2. La potica 55

carece de nombre hasta ahora. 1920A falta de nombre es


pecfico, Aristteles se sirve del nombre genrico de poi-
tike (khn) (tcnica) productiva para referirse a
la literatura. Por eso su libro dedicado a la literatura se
titula Perl poitiks (Potica, o. ms exactamente, Acer
ca de la tcnica productiva).
Como en griego no haba palabras especficas para obra
literaria y literato, la gente llamaba a la obra literaria
produccin (potsis) y al literato productor {pote
tes), pero (como ocurre con poesa y poetas en cas
tellano), asociaba aquellas palabras con los versos. Aris
tteles deja bien claro que para l literatura y verso son
nociones distintas. La obra literaria es imitacin con pa
labras, tanto en verso como en prosa. Por el contrario,
la obra cientfica o pedaggica escrita en verso, como el
poema de Empedokls, no es obra literaria, pues no es
una imitacinso. Una vez establecida claramente la deli
mitacin de las nociones, en lo sucesivo diremos a veces
poema para obra literaria, poeta para literato y po
tica para tcnica literaria, esperando que esto no se
preste a confusin. En este uso, poeta no es el que
compone versos, sino el que imita mediante el lenguaje
(posiblemente en verso, pero no necesariamente).
El arte, y en especial la literatura, es imitacin. Cul
es el origen del arte? Por qu a alguien se le ocurri
ser artista, es decir, empezar a imitar? Se pueden dar
dos explicaciones del origen de la literatura, y ambas
son naturales. El imitar, en efecto, es connatural al hu
man desde la infancia, y se diferencia de los dems ani
males en que es muy inclinado a la imitacin y por la
imitacin realiza sus primeros aprendizajes. Por otro lado,
todos disfrutan con las imitaciones. Buena seal de ello
es lo que sucede de hecho: hay seres cuyo aspecto real
nos molesta, pero nos gusta ver su imagen ejecutada con
la mayor fidelidad posible, por ejemplo, figuras de los
animales ms repugnantes y de cadveres. Otra explica-

13 Perl poitiks 1, 1447 b 1.


20 Ibid, 1, 1447 b 16.
56 Historia de la filosofa, 4

cn de esto es que aprender nos agrada muchsimo no


slo a los filsofos, sino igualmente a los dems, aunque
lo comparten escasamente. Por eso disfrutan viendo las
imgenes, pues, al contemplarlas, aprenden y deducen
qu es cada cosa, por ejemplo, que ste es aqul. Si uno
no ha visto antes al retratado, la obra no producir pla
cer como imitacin, sino por la ejecucin, o por el color
o por alguna razn semejante. Sindonos, pues, natural
el imitar, as como la armona y el ritmo (pues es evi
dente que los versos son parte de los ritmos), desde el
principio los mejor dotados para la imitacin, la armona
y el ritmo progresaron poco a poco y de sus improvisa
ciones naci la poesa 21.
Aristteles ha explicado la creacin artstica por la
tendencia expontnea del human a imitar. Tambin ha
explicado el placer que experimenta el pblico ante la
obra de arte por el gusto natural que nos produce el
aprender y porque, contemplando la obra de arte, apren
demos (por lo pronto, a reconocer lo representado o
imitado). De todos modos, Aristteles no es doctrinario
y admite que, a veces, y aun sin reconocer ni aprender
nada, podemos sentir placer ante la obra de arte por la
ejecucin, el color o por otras razones semejantes e in
trnsecas a la propia obra. En cuanto al origen, la litera
tura como poesa, como imitacin en verso, naci de las
improvisaciones expontneas de los individuos que po
sean ms talento para la imitacin y el ritmo.

2.5. Los gneros literarios

La literatura es tcnica de imitacin mediante pala


bras; pero, qu es lo que se imita, cul es el objeto de
la imitacin? La literatura es imitacin de las acciones
humanas. No imita paisajes, ni animales, ni nmeros.
Imita humanes. Y no los imita en cuanto a su aspecto
externo, ni en cuanto a su constitucin interna, ni en

31 Ibid, 4, 1448 b 4.
2. La potica 57

cuanto a su carcter. Los imita en cuanto agentes, en


cuanto que actan, es decir, imita sus acciones. La lite
ratura griega en general se interesaba muy poco por los
pequeos detalles significativos o por las sutilezas del
carcter o por los rasgos involuntarios pero reveladores
del comportamiento. Lo que contaba eran las acciones
grandes y claras, efectuadas premeditadamente como
resultado de una decisin consciente. Este tipo de ac
ciones, su encadenamiento y su desenlace constituyen,
segn Aristteles, el objeto de imitacin de la literatura.
Aristteles divide la literatura en gneros basndose
en dos criterios: los objetos imitados y la manera de
imitarlos. El primer criterio le sirve para distinguir la
epopeya y la tragedia, por un lado, de la poesa satrica
y la comedia, por otro. El segundo le sirve para diferen
ciar la narrativa del drama.
El criterio de divisin por el objeto imitado se basa
en una distincin fundamental en el pensamiento aris
totlico: la distincin entre el spoudaios y el falos. El
spoudaos es el egregio, el esforzado, el hombre de m
rito y calidad. El falos es el vil, el mediocre, el indi
viduo de mala calaa, la gentuza. Esta distincin se
parece mucho a la que los letrados chinos de la misma
poca establecan entre los jnz (los egregios u hom
bres superiores) y los xiaorn (los viles o vulgares).
El arte imita sus objetos, presentndolos con frecuen
cia mejor o peor de lo que son en realidad. El pintor
Polygnotos pintaba a los humanes mejores y ms her
mosos de lo que realmente eran. El pintor Pauson los
pintaba peores. Tambin la literatura tiende a presentar
caracteres sobresalientes, sea por el vicio o por la exce
lencia, hombres egregios o viles. Puesto que los imita
dores imitan a hombres que actan, y stos necesaria
mente sern egregios o viles..., o bien los hacen mejo
res que solemos ser nosotros, o bien peores o incluso
iguales, lo mismo que los pintores... Por ejemplo, Ho
meros hace a los hombres mejores... Kleofn, semejan
tes, y Hegemon Thasios, inventor de la parodia..., peo
res... Y la misma diferencia separa tambin a la tragedia
58 Historia de la filosofa, 4

de la comedia; sta, en efecto, tiende a imitarlos peores,


y aqulla, mejores que los hombres reales 22.
As pues, la literatura se divide, por razn de su ob
jeto, en seria (epopeya, tragedia), que imita las acciones
insignes de los hombres egregios, y en jocosa (yambos,
stira, comedia), que imita las acciones ridiculas de los
humanes viles. Habamos visto que el origen de la lite
ratura est en las imitaciones espontneas de los indivi
duos provistos de talento natural para la imitacin y el
ritmo. Pero la poesa se dividi segn el carcter de
los imitadores: los ms graves imitaban las acciones
nobles de los hombres egregios, y los ms vulgares, las
de los viles, empezando stos por componer invectivas,
del mismo modo que los otros componan himnos y en
comios. .. Entre los antiguos, unos fueron poetas de
versos heroicos, y otros de yambos... Una vez apareci
das la tragedia y la comedia__unos, en vez de yambos,
pasaron a hacer comedias, y los otros, de poetas picos
se convirtieron en autores de tragedias...2*.
Por el criterio del objeto imitado, la literatura se di
vide en seria y jocosa. Por el criterio de la manera de
imitarlo, es posible imitar las mismas cosas unas veces
narrndolas..., o bien presentando a todos los imitados
como operantes y actuantes 24. Por este criterio, la lite
ratura se divide en narrativa v dramtica. En la litera
tura narrativa (poesa pica, satrica...) el poeta narra
lo que hacen los personajes, aunque dejndolos hablar
cuando convenga. En la literatura dramtica (tragedia,
comedia) se representa directamente a los personajes,
como actuando por s mismos.
Establecida la diferenciacin entre literatura seria y
jocosa, por un lado, y literatura narrativa y dramtica,
por otro, de su superposicin resulta la divisin de la
literatura en los cuatro gneros literarios que Aristteles
reconoce: 1) epopeya (seria y narrativa), 2) tragedia

22 Perl poietiks 2, 1448 a 1.


23 Ibid, 4, 1448 b 24.
34 Ibid, 3, 1448 a 20.
2. La potica 59

(seria y dramtica), 3) satrica (jocosa y narrativa) y 4)


comedia (jocosa v dramtica).
Aplicando esta divisin a Homeros, al trgico Sofo-
kls y al comedigrafo Aristfanes, Aristteles comenta
que en un sentido, Sofokls sera, en cuanto imitador,
lo mismo que Homeros, pues ambos imitan humanes
egregios, y en otro, lo mismo que Aristfanes, pues am
bos imitan personas que actan y obran S.
Al parecer, Aristteles escribi un segundo libro de
la Potica, dedicado a la comedia, que se ha perdido.
En el libro conservado se le dedica poco espacio. La
comeda es, como hemos dicho, imitacin de humanes
viles, pero no en toda la extensin del vicio, sino en lo
risible, que es parte de lo feo. Pues lo risible es un
defecto y una fealdad que no causa dolor ni ruina; as,
sin ir ms lejos, la mscara cmica es algo feo y contra
hecho sin dolor 2S. A lo que dedica la mxima atencin
es a la tragedia.

2.6. La tragedia

La tragedia griega surgi a partir de los ritos en honor


del dios Dinysos, cuya muerte y resurreccin eran cele
bradas peridicamente. Estos ritos incluan sacrificios, y
cantos y bailes de un coro en un espacio circular, la
orquesta. As como en algunos pueblos europeos (como
Oberammergau, en Baviera, o Esparreguera, en Cata
lua) las celebraciones litrgicas de la Semana Santa se
acompaan de representaciones de la pasin y muerte
de Jesucristo, interpretadas por actores locales, as tam
bin los ritos dionisacos empezaron a ser acompaados
de representaciones de la vida y la muerte del dios. Estas
representaciones perdieron pronto en Atenas su relacin
con Dinysos y se independizaron temticamente. As
naci la tragedia, fenmeno puramente ateniense, pues*26

ss Ibid, 3, 1448 a 25.


26 I b id 5, 1449 a 31.
60 Historia de la filosofa, 4j

slo en Atenas se representaba. La tragedia siempre


sigui ligada a los cultos de Dinysos. Y el teatro de
Atenas en que se . representaba, situado al sur de la
Akrpols, se llamaba el teatro de Dnysos.
Al liberarse la tragedia de su sujecin inicial a la
temtica dionysaca, las representaciones se hicieron ms
variadas e interesantes, atrayendo a un pblico cada vez
ms numeroso. A su vez ese pblico numeroso requera
constantemente representaciones nuevas y mejores, lo
cual llev-, a.. Ja- organizacin de concursos pblicos anua
les. Cada ano se representaban nueve tragedias, tres cada
da, tres das seguidos, durante los grandes festivales dio-
nisacos, que tenan lugar a principios de la primavera.
El concurso estaba organizado por el Estado ateniense
y podan concurrir todos los poetas. El arconte epnimo
(mxima magistratura de la polis) elega los tres poetas
que tenan derecho a estrenar. A cada uno de ellos se
le asignaba un da, y en ese da estrenaba tres tragedias.
El pblico (unos 15.000 hombres, mujeres e infantes)
llenaba los bancos de madera dispuestos en anfiteatro
en torno a la orquesta y permaneca all tres das, viendo
las nueve tragedias representadas. Un jurado especial
elega al ganador del concurso. Cientos de atenienses
participaban en los coros. Los gastos de representacin
corran a cargo de ricos mecenas, que tenan el derecho
a sentarse en primera fila, en bancos con respaldo. La
entrada era libre.
Durante el siglo v y primera mitad del iv la tra
gedia era un espectculo puramente ateniense, que slo
en Atenas poda verse. Por otro lado, slo se represen
taban estrenos. Una vez estrenada una tragedia, nunca
volva a reponerse. Durante la poca de Aristteles todo
esto empez a variar. Como consecuencia del prestigio
extraordinario que las tragedias atenienses haban alcan
zado en toda la Hlade, poco a poco otras ciudades
comenzaron a imitar a Atenas, a construir teatros y a
representar tragedias. Por otro lado, la racha de grandes
dramaturgos trgicos Aiskhylos, Sofokls, Euripides
se haba acabado y faltaban obras nuevas de calidad. Por
2. La potica 61

tanto hubo que renunciar a la exigencia de estreno. Las


obras de los grandes autores del siglo v empezaron a
reponerse y a repetirse a partir del ao 386.
Segn Aristteles, la literatura seria es ms valiosa
que la jocosa. Y, dentro de la seria, la tragedia es supe
rior a la epopeya27. La tragedia tiene ms posibilidades
(puede ser tanto representada como leda), tiene ms
unidad y produce su imitacin de un modo ms concen
trado y condensado, en menor extensin. Y, puesto que
lo ms condensado gusta ms que lo diluido en el tiempo,
produce ms placer en el oyente o lector. En definitiva,
la tragedia es el gnero literario supremo. En eso coin
cida Aristteles con la opinin normal de su tiempo. Y
su alto aprecio de la tragedia se basaba sin duda en su
asidua asistencia a las representaciones teatrales, que (a
diferencia de las asambleas polticas) estaban abiertas a
todos, incluso a los extranjeros, como Aristteles.
He aqu la famosa definicin aristotlica de la trage
dia: La tragedia es la imitacin de una accin egregia
y completa, de cierta amplitud, en lenguaje sazonado,
con distintos aderezos en sus distintas partes, actuando
los personajes y no mediante relato, y que, suscitando la
compasin y el temor, lleva a cabo la purgacin de tales
emociones28.
La tragedia, como arte que es, es imitacin. Como
literatura seria que es, es imitacin de una accin egre
gia. Lo ms importante es esta accin egregia, objeto
de imitacin, que debe ser recogida o inventada por el
autor. Esa accin debe ser completa, a fin de que la
tragedia empiece y termine, y de la extensin adecuada,
ni muy breve (pues resultara trivial), ni muy larga (pues
se perdera el hilo de la accin). La tragedia imita me
diante la actuacin de los personajes, representados por
actores, y no mediante relato, pues es una obra dram
tica y no narrativa.

27 Ven poitiks 26, 1462 b 15.


28 lbid, 6, 1449 b 24.
62 Historia de la filosofa, 4

La ltima clusula de la definicin enuncia la finalidad


de la tragedia, que consiste en obtener un cierto efecto
psquico sobre los espectadores. La tragedia,... susci
tando la compasin y el temor, lleva a cabo la purga
cin de tales emociones. La purgacin ktharsis
consiste en sacar del cuerpo alguna sustancia perjudicial
que en l se ha introducido. Si alguien traga un veneno,
el mdico tiene que provocar la expulsin o purgacin
ktharsis de ese veneno. Aristteles elige ese tr
mino mdico para indicar el efecto de la tragedia. Cuando
uno ha vomitado lo que le molestaba, siente un alivio,
un placer. Al terminar la tragedia, hemos expulsado o
purgado la afliccin y el miedo que la misma obra ha
provocado en nosotros, y nos sentimos aliviados. En
otro contexto dice: Las emociones que en algunas al
mas revisten mucha fuerza se dan en todas, con dife
rencias de grado, como la compasin, el temor y el entu
siasmo. Algunos incluso tienen propensin a dejarse do
minar por el entusiasmo, y vemos que cuando usan las
melodas que arrebatan el alma, la msica sagrada los
afecta como si encontrasen en ella curacin y purgacin.
Eso mismo experimentan necesariamente los que estn
posedos de compasin o de terror... y en todos ellos
se producir cierta purgacin y alivio, acompaado de
placer29. La excitacin sexual es purgada por el acto
sexual, que produce alivio y placer. Y cuanto mayor sea
la excitacin sexual inicial, tanto mayor alivio y placer
producir la ktharsis de esa excitacin, es decir, el acto
sexual. La tragedia excita nuestras emociones de compa
sin y terror ante las acciones tremendas que nos pre
senta, para luego aliviarlas (slo es literatura) y produ
cir en nosotros un tipo especial de placer. Despus de
la representacin de la tragedia, como despus del acto
sexual, nos sentimos aliviados, tranquilizados, purgados
de las oscuras pasiones que todos llevamos dentro.

29 Politik V III, 1342 a 5.


2. La potica 63

2,7. Componentes y partes de la tragedia

Los componentes de la tragedia, segn Aristteles,


son seis: el argumento {mytbos), los caracteres ( eth),
el pensamiento ( dinoia), la elocucin (lxis), el espec
tculo y la melopeya.
El argumento, guin, plot o trama ( m ythos ) consiste
en la estructuracin de los hechos o acciones. Es el com
ponente ms importante, porque la tragedia es imitacin,
no de los humanes, sino de la accin y de la vida, y la
felicidad y la desgracia se dan en la accin... Y los per
sonajes son tales o cuales segn el carcter; pero segn
las acciones son felices o desgraciados. As pues, no
actan para imitar los caracteres, sino que revisten esos
caracteres a causa de las acciones. De suerte que los
hechos y el argumento son el fin de la tragedia, y el
fin es lo principal en todo. Adems, sin accin no puede
haber tragedia; pero sin caracteres, s... El argumento
es el principio v como el alma de la tragedia30.
La tragedia es imitacin de una accin completa y
entera. El argumento o estructuracin de los hechos
debe ser tal que presente una accin entera (es decir,
que tenga principio, medio v fin) y unitaria. Es pre
ciso que, as como las dems tcnicas imitativas imitan
un solo objeto, as tambin el argumento, puesto que
es imitacin de una accin, lo sea de una accin sola
y entera, y que las partes de los acontecimientos se orde
nen de tal suerte que, si se traspone o suprime una
parte, se altere y disloque el todo 31.
El argumento estructura los hechos con vistas a la
produccin de compasin y temor en el espectador. Para
eso se vale de elementos tales como la peripecia, la agni-
cin y el lance pattico. La peripecia es un cambio
brusco en la accin. La agnicin o reconocimiento es un
cambio de la ignorancia al conocimiento, de gran con
secuencia para la dicha o el infortunio de los afectados,

30 Perl poitikes 6, 1450 a 15.


31 Ibtd, 9, 1451 a 30.
64 Historia de la filosofa, 4

como cuando Odpus se da cuenta de que su mujer,


Yokaste, es su madre. El lance pattico es una accin
destructora o dolorosa, como una muerte en escena.
La importancia del argumento o trama casi eclipsa a
los dems componentes de la tragedia. Los caracteres
se manifiestan en las preferencias o decisiones de los
personajes. El pensamiento articula y (junto con el ca
rcter) determina la accin. La elocucin lo expresa en
palabras, ya sea en verso o en prosa. El espectculo es
el conjunto de los elementos visuales (decoracin, tra
jes, movimientos...). La melopeya abarca los elementos
musicales.
Despus de haber analizado la tragedia en sus com
ponentes (argumento, caracteres, pensamiento, elocucin,
espectculo y melopeya), la divide en sus partes suce
sivas: prlogo, episodios, xodo y parte coral. El pr
logo es la parte de la tragedia que precede a la entrada
del coro en la orquesta. Cada parte de la tragedia que
discurre entre dos cantos corales completos es un epi
sodio. La parte de la tragedia que sigue a la ltima inter
vencin del coro es el xodo. Desde otro punto de vista
se divide en nudo y desenlace, separados por la peripecia
central.
Aristteles divide y disecta la obra literaria como el
naturalista .lo hara con un ser vivo. De hecho la com
para con un ser vivo. En cuanto a la imitacin narra
tiva y en verso, es evidente que se debe estructurar el
argumento, como en las tragedias, de manera dramtica
y en torno a una sola accin entera y completa, que
tenga principio, partes intermedias y fin, para que, como
un ser vivo nico y entero, produzca el placer que le
es propio 32.
Todos los organismos pasan por una serie de estadios
de desarrollo, hasta alcanzar su fin, que es su forma
plenamente desarrollada, su naturaleza perfecta. Este
estadio de culminacin se llama entelkheia. Ms all
de l ya no es posible progreso alguno, sino slo deca

32 Ibid, 23, 1459 a 17.


2, La potica 65

dencia. Corresponde al estadio alcanzado por el animal


adulto sano y en plena forma. Aristteles se pregunta
si la tragedia ha alcanzado ya su pleno desarrollo, y
responde afirmativamente. Habiendo nacido al princi
pio como improvisacin..., fue tomando cuerpo...; y,
despus de sufrir muchos cambios, la tragedia se detuvo,
una vez que alcanz su propia naturaleza 33. Esta forma
definitiva la alcanz la tragedia con Sofokls, Al princi
pio un solo actor haca frente al coro. Aiskhylos intro
dujo un segundo actor, disminuy la intervencin del
coro y potenci el dilogo. Sofokls introdujo un tercer
actor, y este nmero de actores (tres) ya sera definitivo.
Adems, el tipo de verso adecuado (el ymbico) acab
tambin por imponerse. La naturaleza misma hall el
verso apropiado34.

2.8. Consejos tcnicos

La literatura es una tcnica, un know-how sobre cmo


producir las imitaciones con palabras de tal manera que
se cause en el espectador, oyente o lector el efecto emo
cional caracterstico. Toda tcnica requiere ser aprendida
antes de ser ejercitada. Aristteles, basndose en su am
plio conocimiento emprico de las obras premiadas,
formula reglas y consejos para los autores de tragedias,
reglas y consejos que tambin pueden ser tiles a los
espectadores a la hora de apreciar crticamente Jas trage
dias que se les ofrecen.
En cuanto al argumento y los caracteres, y puesto
que de lo que se trata es de imitar acontecimientos que
inspiren temor y compasin__ es evidente que ni los
hombres virtuosos deben aparecer pasando de la dicha
al infortunio, pues esto no inspira terror ni compasin,
sino repugnancia; ni los malvados, del infortunio a la
dicha, pues esto es lo menos trgico que pueda darse,

33 Ibid, 4, 1449 a 7.
34 Ibid, 4, 1449 a 24.
66 Historia de la filosofa, 4

ya que carece de todo lo indispensable, pues no inspira


simpata, ni compasin, ni temor; ni tampoco el suma
mente malo caer de la dicha en la desdicha, pues tal
estructuracin puede inspirar simpata, pero no compa
sin, ni temor, ya que aqulla se refiere al que no merece
su desdicha, y ste, al que nos es semejante; de suerte
que tal acontecimiento no inspirar compasin ni terror.
Queda, pues el personaje intermedio. Y se halla en tal
caso el que ni sobresale por su virtud y justicia, ni cae
en la desdicha por su bajeza y maldad, sino por cometer
algn error, siendo de los que gozaban de gran prestigio
y felicidad, como Oidipus y Thyestes... Y as lo confir
ma la experiencia... Por eso tambin se equivocan los
que censuran a Eurpides por proceder as en sus trage
dias, muchas de las cuales acaban en infortunio. Pues
esto es lo correcto, como lo prueba insuperablemente el
hecho de que, en la escena y los concursos, tales obras
son consideradas como las ms trgicas, si se representan
debidamente, y Eurpides, aunque no administra bien
los dems recursos, se muestra, sin embargo, como el
ms trgico de los poetas35.
Ya sabemos la importancia que tiene la unidad, cla
ridad y completud del argumento y de la accin. Por
eso aconseja Aristteles empezar por esbozar los argu
mentos en general, y slo despus introducir los episo
dios 36. Al hablar del estilo o elocucin, seala que hay
que trabajar la elocucin especialmente en las partes ca
rentes de accin y que no destacan ni por el carcter ni
por el pensamiento; pues la elocucin demasiado bri
llante oscurece, en cambio, los caracteres y los pensa
mientos 3'.
Adems de seguir las reglas y consejos, es preciso
tener talento. Por ejemplo, respecto a la elocucin o
estilo, lo ms importante con mucho es dominar la
metfora. Esto es, en efecto, lo nico que no se puede

35 Per} poietiks 13, 1452 b 32.


36 Ibid, 17, 1455 b 1.
37 lb id , 24, 1460 b 2.
2. La potica 67

tomar de otro, y es indicio de talento, pues hacer buenas


metforas es percibir las semejanzas 38. Con talento y
con tcnica se hacen las buenas obras literarias. La inspi
racin no juega ningn papel.

2.9. Literatura, belleza y verdad

El teatro es una institucin para el entretenimiento


y el placer de los espectadores. Distintos tipos de m
sica y drama satisfarn a pblicos diversos. Como los
espectadores son de dos clases, una libre y educada, y
otra vulgar, constituida por obreros manuales, campesi
nos y gente semejante, tambin a stos deben ofrecr
seles concursos y espectculos para su recreo, pues lo
mismo que sus almas estn desviadas de su disposicin
natural, hay tambin desviaciones de las armonas, y
entre las melodas lo son las agudas y los tonos chillo
nes. A cada uno le produce placer lo que es adecuado
a su naturaleza. Por eso debe autorizarse a los concur
santes a interpretar ese tipo de msica inferior para tal
pblico vulgar 39.
Ya vimos que la finalidad de la tragedia consiste en
producir sucesivamente en los espectadores la excitacin
y purgacin de las emociones de miedo y compasin.
Seguramente podramos tambin excitar y purgar nues
tras emociones en la vida real, pero a un coste mucho
mayor y mediante horribles dolores y desgracias. La tra
gedia nos ofrece lo mismo, sin ningn coste ni dolor
real.
El libro Perl poitiks es la nica obra de Aristteles
que tiene algo que ver con la esttica y el arte. Pero en
ella no aparece la nocin de belleza por ninguna parte.
Slo se la menciona en el siguiente pasaje: Puesto que
lo bello, tanto un animal como cualquier cosa compuesta
de partes, no slo debe tener orden en stas, sino tam-

38 Ibid, 22, 1459 a 6.


39 Politik 8, 1342 a 18,
68 Historia de la filosofa, 4

bien una dimensin que no puede ser cualquiera; pues


la belleza consiste en la magnitud y el orden, por lo
cual no puede resultar hermoso un animal demasiado
pequeo..., ni demasiado grande...; de suerte que, as
como los cuerpos v los animales han de tener magnitud,
pero sta debe ser fcilmente visible en su conjunto, as
tambin los argumentos han de tener extensin, pero
tal que sea fcil de recordar 40. Eso es todo. La exten
sin ha de ser adecuada, suficiente y a la vez recordable
en su conjunto.
La belleza no pertenece primariamente a las obras de
arte, que son imitaciones, sino a los objetos imitados.
Los cuerpos, los animales, las acciones son bellas. En
cualquier caso, el tema de la belleza no tiene nada que
ver con las tcnicas imitatorias, con el arte, sino en todo
caso con las matemticas. Las principales formas de lo
bello son el orden, la simetra y la delimitacin, de los
que se ocupan sobre todo las ciencias matemticas41.
El arte en general y la literatura en particular tampoco
tienen nada que ver con la verdad, que es cosa de cien
tficos e historiadores, no de artistas o poetas. No co
rresponde al poeta decir lo que ha sucedido, sino lo que
podra suceder, lo posible en el sentido de verosmil o
necesario. En efecto,- el historiador y el poeta no se dife
rencian por decir las cosas en verso o en prosa (pues
sera posible versificar las obras de Herdotos, y no
seran menos historia en verso que en prosa); la dife
rencia est en quq uno dice lo que ha sucedido, y el
otro, lo que podra suceder. Por eso la poesa es ms
filosfica y elevada que la historia; pues la poesa dice
ms bien lo general, y la historia, lo particular 42.
La poesa es ms filosfica que la historia en el sen
tido de que la historia trata de lo particular, de lo que
sucedi a fulano tal da, mientras que la poesa trata de
lo general, de lo que es verosmil que ocurra a cual

40 Perl poietiks 7, 1450 b 35.


41 Met. M, 1078 b 1.
42 Perl poietiks 9, 1451 a 36.
2. La potica 69

quiera que se encuentre en ciertas circunstancias. Lo que


la historia dice que sucedi a Alkibiades slo sucedi
a Alkibiades. Pero los nombres propios de los persona
jes de la literatura son irrelevantes; a cualquiera en su
situacin le pasara lo mismo. Tambin la escultura grie
ga clsica presenta ms bien los rasgos generales del
cuerpo humano bien constituido que los rasgos peculiares
de un individuo determinado. La filosofa trata de lo
general; en ese sentido se le parece la literatura ms
que la historia. Pero la filosofa busca la verdad; en
este otro sentido se le parece ms la historia que la
literatura.
El poeta no debe alterar los mitos y leyendas tradi
cionales, aunque sepa que no son verdaderos, pues ello
confundira a los espectadores, y lo que importa en la
poesa no es la verdad, sino el efecto emocional en los
que la escuchan. Lo que s puede hacer, si no le gustan
los mitos tradicionales, es inventar nuevos argumentos
a su gusto43. Lo nico que se les exige si han de
tener efecto es que sean verosmiles, plausibles. Lo
absurdo o increble provoca el rechazo por parte del
espectador, y la tragedia no alcanza su fin. Aristteles
repite que ms vale presentar lo imposible verosmil
mente que no lo posible de un modo inverosmil41.
El artista elige los aspectos del mundo que quiere
imitar y, si le conviene, modifica o incluso inventa los
aspectos imitados. Lo nico que importa es que la imi
tacin sea tcnicamente correcta y que, por tanto, consiga
su finalidad propia, que, en definitiva, consiste en entre
tener al espectador y producir en l un impacto emocio
nal excitante v finalmente placentero.

Ibid, 14, 1453 b 25.


44 Ibid, 24, 1460 a 26.
3. La retrica

3.1. La oratoria en la Grecia antigua

Los griegos siempre han sido parlanchines inveterados


y han apreciado la elocuencia natural ms que los otros
pueblos antiguos. Tanto la Ilada como la Odisea estn
llenas de brillantes discursos, pronunciados por los hroes
picos. Desde antiguo los estrategos arengaban a sus
tropas con fervientes palabras antes de entrar en batalla.
Y los cados en la guerra eran luego honrados con solem
nes discursos fnebres (epitafios).
Este inters por la elocuencia y la oratoria creci
explosivamente con el advenimiento de la democracia.
El pueblo entero es decir, el conjunto de los hombres
(no las mujeres) libres (no los esclavos) y de origen local
(no los forasteros) se reuna en asamblea general
ekkla para decidir todo tipo de cuestiones. La
asamblea era a la vez el supremo rgano legislativo,
ejecutivo y judicial. Poda declarar la paz o la guerra,
cambiar las leyes, otorgar los mximos honores a alguien,
mandarlo al exilio o condenarlo a muerte. Todo ciuda-
70
3. La retrica 71

dao poda asistir a la asamblea, poda intervenir y poda


votar. En Atenas incluso reciba dietas por asistir. La
influencia en la asamblea dependa muy considerable
mente de la elocuencia. Los que mejor hablaban eran
los ms influyentes. Por eso quien quisiera hacer carrera
poltica, quien aspirase a influir en la asamblea, deba
tener ciertas dotes oratorias y esforzarse por cultivarlas.
En cualquier caso, la ambicin o carrera ms normal
entre los ciudadanos acomodados y libres la polti
ca pasaba por la oratoria, lo que confera a sta una
indudable importancia.
Los pleitos entre los ciudadanos se diriman ante tri
bunales de justicia constituidos por jurados elegidos por
sorteo. Estos pleitos eran continuos, y aqul que con
sus palabras persuasivas lograse engatusar a los jurados
y convencerlos de su posicin ganaba el juicio. E incluso
los asuntos de ms peso que llegaban hasta la asamblea
(especie de tribunal supremo) eran tambin dirimidos
por el influjo de la oratoria. As pues, no slo para los
aspirantes a la influencia poltica era la oratoria funda
mental, sino tambin para los ciudadanos corrientes y
molientes, que, dedicados a sus negocios y ocupaciones
agrcolas o artesanales, se encontraban frecuentemente
envueltos en acusaciones y pleitos a propsito de deli
tos, contratos, impuestos, etctera.
No todo el mundo es capaz de hablar en pblico con
brillantez y eficacia. Los menos dotados pedan ayuda a
los ms preparados, y les pagaban por ella. As se fue
constituyendo una profesin de especialistas de la labia,
que representaban a sus clientes en los pleitos o, al
menos, les indicaban lo que tenan que decir, proporcio
nndoles ya hechos los discursos que pronunciaran como
propios.
La naciente profesin de los abogados-oradores tendi
pronto a tecnficarse, a reunir de alguna manera las lec
ciones de la experiencia oratoria en mximas, preceptos
y consejos conducentes al xito ante el tribunal o la
asamblea. Esta reflexin sobre la tcnica oratoria surgi
en Sicilia a mediados del siglo v. Los primeros trata-
72 Historia de la filosofa, 4

distas de retrica de que se tiene noticia fueron los sici


lianos Krax y Tisas, que escribieron un compendio
tcnico de la oratoria, una tkhne rhtorik, que todava
era leda por el propio Aristteles. Parece que prestaban
especial atencin a la oratoria forense, es decir, a los
trucos de abogado (como la coartada) para salir bien
parado en los juicios.
El verdadero fundador de la tcnica retrica fue otro
siciliano, el famoso Gorgas Leontinos. Su aparicin en
Atenas en 427, como embajador de su ciudad natal,
caus sensacin. Los atenienses nunca haban escuchado
discursos tan floridos y brillantes como los que empleaba
Gorgas para solicitar su ayuda. Fascinados por su ora
toria, muchos atenienses se hicieron sus discpulos, con
lo que Gorgas se convirti en el primer profesor de
retrica conocido. La tcnica retrica se convirti en sus
manos en un instrumento prestigioso. La oratoria trata
de excitar y conducir las pasiones del auditorio, hasta
lograr dejarlo plenamente persuadido. Para ello el orador
ha de tener muy en cuenta el kairs (la oportunidad del
lugar, el momento, etc.) y ha de saber adaptarse al carc
ter de sus oyentes. Sobre todo ha de emplear un len
guaje brillante y potico, lleno de efectos, figuras y rit
mos. A Gorgas no le interesaba la presunta verdad
objetiva, sino el convencimiento de los oyentes; no la
construccin de la ciencia, sino el manejo de las opinio
nes. Y tambin el lucimiento. El fue el introductor de
la oratoria de exhibicin o de aparato, carente de fina
lidad poltica o forense, y destinada meramente al luci
miento del orador. En todo esto coincida con muchos
otros sofistas de su tiempo.
Gorgas present sus tesis y reglas en un compendio
titulado tambin Tkhne rhtorike. Y el mismo ttulo
llevaron los tratados que compusieron, bajo su influen
cia, los retricos de la siguiente generacin. Entre estos
autores de tratados retricos fueron influyentes Thrasy-
makhos (desfavorablemente retratado por Platn en el
libro I de la Politea), Antfn, Thedoros Byzantios y
Alkidamas. Aristteles haba ledo cuidadosamente todos
3. La retrica 73

estos libros, que pretendan ensear la tcnica retrica.


Incluso los haba compilado y resumido en una obra
especialmente dedicada a su estudio, titulada Tekhnn
synagoge (compilacin de las tcnicas retricas). Pero
no los haba encontrado satisfactorios. Estaban llenos de
ejemplos, de trucos legales, de triquiuelas de abogado,
de consejos ms o menos burdos sobre cmo despertar
la lstima de los jurados, etc., pero faltaba una presen
tacin seria y general de las reglas y los mtodos de la
retrica, sobre todo de los ms tcnicos y eficaces, los
basados en la argumentacin.

3.2. Isokrates y Platn

Cuando Aristteles lleg a Atenas, el ms famoso e


influyente de los maestros de retrica era Isokrates. Su
escuela era y seguira siendo la ms exitosa de Atenas,
ms que la Akademia de Platn. Tena ms alumnos,
y stos se abran mejor camino en la vida poltica de
Atenas. De hecho, la escuela de Isokrates era la com
petidora directa de la Akademia, lo cual puede explicar
las tensiones entre ambas tanto o ms que las diferen
cias doctrinales.
Isokrates, como Platn, era ciudadano ateniense. Por
eso poda poseer su escuela. Isokrates haba nacido el
436 y muri en 338. Vivi, pues, noventa y ocho
aos (dieciocho ms que Platn y treinta y seis ms que
Aristteles), y permaneci activo hasta el final de sus
das. Nacido en el seno de una familia acomodada, reci
bi una esmerada educacin, que culmin con una estan
cia en Thesala, donde a la sazn se encontraba Gorgas
Leontinos, para seguir las enseanzas sobre retrica del
famoso sofista. Su padre, que tena una fbrica de flau
tas, se arruin durante la guerra del Pelopnisos, Para
ganarse la vida, Isokrates tuvo que trabajar de log-
grafo, escribiendo discursos de acusacin o defensa ante
los tribunales para los clientes que le pagaban. Esa acti
vidad, evidentemente ejercida por dinero, estaba mal
74 Historia de la filosofa, 4

considerada en los crculos distinguidos de Atenas, donde


se supona que uno ya es rico de nacimiento y no nece
sita hacer algo tan vulgar como ganarse la vida. En
cualquier caso, el propio Isokrates, posteriormente, re
neg de su anterior actividad de loggrafo, tratando de
ocultarla, cosa difcil, por otra oarte, pues copias de sus
discursos logogrficos se encontraban en cualquier libre
ra de Atenas.'De todos modos, pronto se cans Isokra
tes de hacer de loggrafo, sintindose llamado a ms
elevadas ocupaciones. Su timidez y la debilidad de su
voz le impedan dedicarse a la poltica. As pues, opt
por la enseanza. Hacia el 390 fund su famosa es
cuela de retrica, al frente de la cual permaneci hasta
su muerte.
Como manifiesto fundacional de su escuela, escribi
Contra los sofistas, y, poco despus, el proemio del Elo
gio de Helene. Isokrates toma partido contra los sofistas
y ersticos (discutidores), que pierden su tiempo y se lo
hacen perder a los dems con sutilezas intelectuales irre
levantes para la vida, la poltica y la accin. Tambin
ataca a los retricos formalistas, que piensan que la apli
cacin mecnica de un recetario fijo de reglas o trucos
puede llevar al xito, con lo que toman el pelo a sus
alumnos. Slo una formacin integral, que, basndose
en un carcter adecuado, abarque tanto el estudio de la
temtica poltica como la tcnica retrica en toda su
potencia, puede formar ciudadanos virtuosos y prepara
dos para el xito poltico y social. A esa formacin inte
gral, en que la retrica ocupaba la posicin central, lla
maba Isokrates filosofa , A los dems filsofos, incluido
Platn, los consideraba sofistas poco serios.
En 387, Platn lleg a Atenas de vuelta de su pri
mer viaje a Italia y Sicilia, lleno de respeto reverencial
por la memoria de su amado maestro Sokrates y de en
tusiasmo por las nuevas ideas pitagricas que acababa
de conocer, y dispuesto a combinar ambas herencias en
una nueva sntesis filosfica de incomparable rigor y
ambicin intelectual. Pero mientras l pona en marcha
su propia escuela, la Akademia, la de Isokrates estaba
3. La retrica 75

ya establecida v tena ms xito y prestigio. Adems,


Isokrates osaba usar la palabra filosofa para designar
su enseanza (en opinin de Platn) frvola y superficial,
enteramente dirigida al xito social y apartada de toda
inquisicin filosfica o cientfica sobre la naturaleza de
la realidad.
La hegemona de la retrica, que busca la persuasin
y no la verdad, en la educacin superior ateniense era
un peligro al que haba que atacar decididamente. As,
una de las primeras cosas que Platn hizo a su regreso
del primer viaje a Italia y Sicilia fue componer su di
logo G orgas, en que contrapone frontalmente la ret
rica y la filosofa, como exponentes de dos maneras
opuestas de entender la poltica.
Platn (por boca de Sokrates) defiende vigorosamente
una especie de tecnocracia moral, en que los verdaderos
expertos (los filsofos) conduzcan a los ciudadanos hacia
aquello en que consiste su inters o su bien (a saber, en
ser mejores), y ataca la democracia, en que los polticos
oradores adulan al populacho y siguen servilmente sus
caprichos, haciendo as peores a los ciudadanos. La pol
tica tecnocrtica y moralista que Platn predica es para
las almas como la gimnasia y la medicina para los cuer
pos, mientras que la poltica democrtica y retrica es
para las almas como la repostera y la cosmtica para
los cuerpos. La repostera y la cosmtica adulan al cuerpo,
le ofrecen lo que le apetece, pero no lo mejoran; la
gimnasia y la medicina lo mejoran, lo curan, lo hacen
sano y hermosol.
Adems, la retrica no es una tcnica ( tkhn ), no
se basa en conocimiento alguno; es una mera rutina
( empeira) de agradar adulando, como la repostera y la
cosmtica 12. La retrica es, s, artfice de persuasin, pero
no de persuasin de lo bueno o verdadero, sino de cual
quier cosa. Gracias a ella, el injusto se libra del castigo,
pero ms le valdra ser castigado, pues la injusticia es

1 Platn: Gorgas, 464 b-e.


2 Ibid, 462 a-c.
76 Historia de la filosofa, 4

el mayor mal del alma. Rizando el rizo, Platn concluye


que la retrica no es de ninguna utilidad, a no ser que
se la tome para lo contrario, a saber, que es necesario
acusarse en primer lugar a s mismo, despus a los pa
rientes y amigos, cada vez que alguno de ellos comete
una falta, y no ocultar nada, sino hacer patente la falta
para que sufra el castigo y recobre la salud; obligarse
a s mismo y obligar a los dems a no acobardarse, sino
presentarse con los ojos cerrados y valientemente al juez,
como ante el mdico para que opere y cauterice bus
cando lo bueno y lo bello, sin pensar en el dolor; y si
ha cometido una falta y merece golpes, que se presente
para que se los den; si merece la prisin, para que le
aten; si una multa, para pagarla; si el destierro, para
desterrarse, y si la muerte, para morir; que sea el primer
acusador de s mismo y de sus familiares y se sirva de
la retrica para este fin, para que, al quedar patentes los
delitos, se libren del mayor mal, de la injusticia 3. Na
turalmente la retrica que enseaba Isokrates y los otros
maestros, y que los jvenes atenienses deseaban apren
der, no tena nada que ver con este exaltado moralismo,
sino todo lo contrario, pretenda ensear a defender
cualquier postura y, en especial, a defenderse a s mismo,
ganar los pleitos y persuadir a la asamblea.
En el Gorgias Platn negaba a la retrica el pan y la
sal: era ciega, inmoral y confusa, ni siquiera era una
tcnica, sino una mera rutina irreflexiva de la adulacin
ms burda. De todos modos, Isokrates era el ms mora
lista y comedido de los retricos, preocupado como es
taba por el destino poltico de la Hlade y convencido
de que el virtuoso siempre acaba teniendo ms xito que
el depravado. Y tambin l, como Platn, se opona a
los sofistas ms cnicos y amorales. Por eso en el Faidros,
publicado unos quince aos ms tarde, Platn atempera
y matiza su anterior y tajante condena de la retrica, e
incluso alaba a Isokrates, aunque sin reconocer a la ora
toria otro mrito que el meramente literario, y procla

3 Ibid, 480 b-d. Traduccin de Julio Calonge.


3. La retrica 77

mando la posibilidad de una retrica distinta, verdadera


y buena, que se confundira casi con la filosofa plat
nica. A pesar de este esfuerzo conciliador de Platn, las
relaciones entre ambos maestros mximos de la Atenas
de su tiempo, y aun ms las de sus discpulos, perma
necieron agrias y tirantes hasta el final.

3.3. Aristteles e Is-okrates

Cuando Aristteles, a sus diecisiete aos, lleg a Ate


nas, Isokrates era ya un anciano venerable de setenta
aos y el ms famoso profesor de la ciudad. Es posible
que inicialmente incluso asistiera a algunas de sus clases,
tanto ms cuanto que Platn estaba ausente en Sicilia.
Pero pronto la lectura del Gorgtas y del Faidros y el
ambiente de la Akademia apartaron a Aristteles de toda
posible veleidad isokrtika. Su inteligencia rigurosa se
senta adems mucho ms atrada por el exigente pro
grama filosfico y cientfico de Platn que por el huma
nismo chato y superficial del viejo retrico. As, poco
a poco, Aristteles fue haciendo suyos todos los prejui
cios antirretricos de la Akademia.
El ao 362, en una escaramuza militar previa a la
batalla de Mantinea, muri Grylos, hijo del famoso his
toriador Xenofn, Para congraciarse con su padre, que
era hombre importante e influyente, muchos oradores
y maestros de retrica escribieron epitafios y encomios
(discursos de elogio) de Grylos, llenos de adulacin ha
cia su padre y de hueca palabrera. Uno de ellos fue
compuesto por Isokrates, lo que debi ser objeto de
burla y crtica en la Akademia. Haciendo de portavoz de
la opinin acadmica, Aristteles public poco despus
(haca el 360) un dilogo titulado Gryllos e pe rhe-
torikes ( Grylos, o sobre la retrica), en que criticaba
acerbamente la oratoria huera e insustancial de su tiem
po, que se haba puesto de manifiesto con la proliferacin
de los discursos en honor de Grylos, de la que haba
participado Isokrates. Aristteles recoga y elaboraba en
78 Historia de la filosofa, 4

el Grylos las tesis del Gorgas platnico, negando a la


retrica de su tiempo la condicin de tcnica, y caracte
rizndola como mera rutina de adulacin. Especialmente
atacaba a Isokrates, por haberse unido al coro de los
aduladores de Xenofn y por mantener una pauprrima
concepcin de la filosofa, e incluso le echaba en cara
su pasado de loggrafo, que l trataba de ocultar.
El dilogo Grylos se ha perdido, pero algo sabemos
de sus efectos. En el campo contrario, el de la escuela
de Isokrates, caus profunda irritacin. Unos aos ms
tarde (haca el 356) un discpulo de Isokrates, Kef-
sdoros, public un panfleto Contra Aristteles, rplica
al Grylos, en que asuma la defensa de su maestro frente
a los ataques de Aristteles, atribuidos a envidia e igno
rancia. Incluso le echaba en cara a Aristteles el que
coleccionase refranes y proverbios tradicionales, lo cual
sera sntoma de su escaso sentido filosfico. Poco des
pus (hacia el 353) el mismo Isokrates aprovechaba
su Antdosis para responder a los ataques de que haba
sido objeto: Algunos de los que se dedican a la ers-
tica calumnian los discursos comunes y tiles, igual que
los hombres ms malvados. No ignoran su fuerza, ni que
ayudan a quienes los usan, pero tienen la esperanza de
que, si los desacreditan, harn ms estimables los suyos
propios... Dicen siempre algo malo de nosotros, pero
yo no voy a decir nada semejante, sino que me servir
de la verdad. Creo, en efecto, que los prncipes de la
oratoria erstica y los que se dedican a la astronoma, la
geometra y otras ciencias semejantes... ayudan a sus
discpulos, pero menos de lo que prometen y ms de
lo que parece a otros. La mayora de los hombres, en
efecto, piensan que esas enseanzas son charlatanera y
mezquindad. Pues ninguna de ellas es til para los nego
cios privados n para los pblicos, ni se quedan mucho
tiempo en la memoria de quienes las aprenden, debido
a que no se adaptan a la vida ni socorren en las accio
nes, sino que estn totalmente alejadas de las necesida
des... Creo que no hay que llamar filosofa a una acti
vidad que de hecho no ayuda a hablar ni a obrar, sino
3. La retrica 79

que Hamo ejercicio del espritu y preparacin a la filo


sofa a este entretenimiento, ms propio de hombres que
lo que los muchachos hacen en las escuelas, pero muy
parecido 4. Evidentemente, los prncipes de la oratoria
erstica y los que se dedican a la astronoma y la geome
tra eran los acadmicos.
Si en la escuela de Isokrates el Grylos aristotlico
haba causado irritacin, en la Akademia fue muy bien
recibido. Uno de sus jvenes miembros, Aristteles, que
por entonces apenas si tena veinticinco aos, se haba
atrevido a enfrentarse con el prestigioso Isokrates en
defensa de las tesis platnicas, saliendo adems bien
parado. A partir de ese momento, Aristteles entr en
el crculo de los miembros avanzados, que podan dis
cutir las cuestiones filosficas ms profundas, como la
revisin de la teora platnica de las formas, y que po
dan dar clases por su cuenta. Y, dado el inters y com
petencia en el tema de la retrica que acaba de mostrar
con el Grylos, su primer curso fue precisamente sobre
retrica. Esto era una novedad casi revolucionaria en la
Akademia, que hasta entonces haba evitado ese tema,
considerado nefasto y propio de las escuelas competi
doras. El joven Aristteles, que haba probado su orto
doxia platnica y su dominio del asunto, sera el encar
gado de inaugurar la enseanza de la retrica.
Aristteles sigui dando clases de retrica, ms o me
nos intermitentemente, hasta el final de su primera es
tancia en Atenas. Se tom en serio su tarea, como de
muestra su compilacin de todos los tratados de ret
rica anteriores. Tan en serio se lo tom, que poco a
poco fue abandonando las posiciones moralistas y extre
mas de Platn, y con el tiempo fue comprendiendo e
incorporando ms y ms elementos de la tcnica orato
ria real. Al final presentaba una concepcin realista y
precisa de la tcnica oratoria, que estaba al menos tan
cerca de Isokrates como de Platn. Sabemos cmo era

i Isokrates: Antdosis, 258-266. Traduccin de Juan Manuel


Guzmn.
80 Historia de la filosofa, 4

ese curso, pues sus apuntes, corregidos y editados, cons


tituyen la obra que conservamos con el nombre de Tkh-
ne rhtorike (Tcnica retrica o, si se prefiere, la Ret
rica).

3.4. La tcnica retrica

Uno de los puntos bsicos de la polmica antirretrica


de Platn consista en negarle el carcter de tcnica. La
retrica no es tcnica, sino empirismo..., algo carente de
principios 56, una rutina carente de tcnica<i. Sin em
bargo, en el Faidros, Platn haba reconocido tambin
la posibilidad hasta entonces no realizada de que
un da la retrica adquiriese el carcter de tcnica, a
condicin de que alguien, un verdadero filsofo, estu
diase los diversos tipos de almas y caracteres, los efectos
que los distintos gneros de discursos producen en cada
tipo de oyentes, etctera7. Aristteles, buen conocedor
de la filosofa platnica, encargado del curso de retrica
de la Akademia, senta que l era el llamado a convertir
finalmente la retrica en tcnica. Y, efectivamente, su
curso de retrica se hizo cada vez ms tcnico y profe
sional, hasta desligarse por completo de la filosofa pla
tnica e incluso de toda moral. La retrica, en sus ma
nos, acababa siendo la tcnica de la persuasin mediante
discursos, aplicable a todo, y capaz de defender o atacar
cualquier postura y su contraria, como ya antes haban
pretendido los sofistas, con gran escndalo de Platn.
Aristteles critica a sus predecesores en el estudio de
la retrica por haberse contentado con compilar recetas
y triquiuelas, aplicables en la oratoria forense (la em
pleada en los pleitos) y consistentes sobre todo en des
pertar la compasin de los jueces. Pero hay ms tipos de
oratoria que el forense, y habra que empezar por distin

5 Platn: Gorgas, 465 a.


6 Platn: Pbadros, 260 e.
7 Ibid, 271 c.
3. La retrica 81

guirlos. Adems, esos presuntos tecnlogos de la orato


ria se olvidaban y pasaban por alto el recurso tcnico
ms importante de que se vale el orador, a saber, la ar
gumentacin, y en especial el entimema.
Cuando los oradores pronuncian sus discursos, unas
veces convencen y otras no, unas veces tienen xito y
otras no. Estudiar las razones del xito y la persuasin,
sistematizarlas y explicitarlas, constituye la tarea (rgon)
de una tcnica, la tcnica retrica.
La tcnica retrica es til para todos los ciudadanos,
e incluso para los filsofos, pues ante los auditorios vul
gares y populares (que son los que forman la asamblea
y los tribunales) no valen para nada las demostraciones
estrictamente cientficas, sino que es necesario recurrir
a la habilidad retrica. Si no lo hacemos, por mucha ra
zn que tengamos, corremos el riesgo de ser vencidos y
de ver la verdad y la justicia pisoteadas.
En definitiva, ser capaz de defenderse con la palabra
es una parte esencial de la educacin o cultura general.
Sera absurdo que fuera deshonroso no poder defen
derse uno mismo con el cuerpo, y que no valerse con el
discurso no lo fuera, nes el uso del lenguaje es ms
especfico del human que el del cuerpo. Y, en rplica
a Platn, que haba condenado la retrica por las inde
seables consecuencias que produce su prctica desapren
siva, Aristteles contina: Si se objetara que podra ha
cer gran dao quien se sirviera con injusticia de la po
tencia oratoria, otro tanto se puede decir de todos los
bienes, excepto la excelencia, y sobre todo de los ms
tiles, como la fuerza, la salud, la riqueza y el talento
militar, pues tan til como puede ser el uso justo de
todas estas cosas, tanto ms daino puede ser su uso
injusto 8.
La tcnica retrica de Aristteles est basada en el
estudio de los diversos pistis, medios o recursos per
suasivos de que se vale el orador para convencer a su
auditorio. Estos pistis o medios de persuasin se dvi-

8 Tkne rhtorike I, 1, 1355 b 1.


82 Historia de la filosofa, 4

den en tcnicos (ntekhnoi) y extratcnicos (tekhnot).


Los medios de persuasin extratcnicos son aquellas co
sas que puede ser til traer a colacin, pero que el ora
dor no crea, sino que ya estn ah con independencia de
l: leyes, tratados, testimonios de terceros, juramentos,
etctera. Los medios de persuasin tcnicos son los que
el propio orador inventa, encontrndolos conforme a re
gla y presentndolos mediante la argumentacin y el
discurso.
Los medios de persuasin tcnicos se dividen en tres
grupos: 1) por el thos o carcter del orador; 2) por el
ptbos del auditorio, y 3) por el lgos o argumentacin.
El thos o carcter del orador es un elemento funda
mental. En muchos casos dudosos es decisivo. Un carc
ter honesto, una personalidad ntegra, despiertan la con
fianza del auditorio y lo predisponen a ser persuadido.
Pero no se trata aqu del carcter real del orador o de
la opinin que los oyentes tuvieran previamente de l
(eso no es cuestin tcnica), sino de la impresin que el
orador consiga dar de s mismo mediante su discurso.
El pthos o emocin que se logre producir mediante
el discurso en el corazn de los oyentes puede tambin
cambiar la receptividad de stos a favor o en contra de
la causa defendida por el orador, inclinando as la ba
lanza hacia un lado u otro. Segn que se logre provocar
en los jueces la alegra o la pena, el amor o el odio, la
compasin o la irritacin, etc., stos decidirn en un sen
tido o en el opuesto. Este era el punto ms estudiado
por los tratadistas anteriores.
El lgos o discurso argumentativo, finalmente, forma
la parte ms importante de la oratoria, y aquella a la
que ms directamente se aplican las reglas y principios
de la tcnica. Los recursos argumentativos son bsica
mente dos: el entmema y el ejemplo.
El entimema (enthymma) es el tipo de deduccin
propio de la oratoria. Desde un punto de vista formal,
es una deduccin, un silogismo, y en eso se parece al
silogismo cientfico o demostracin. Pero se diferencia
de l por sus premisas. El entimema no parte de pre
3. La retrica 83

misas necesarias, universales y verdaderas, sino slo de


premisas verosmiles, que se cumplen en muchos casos
y que son aceptadas por la mayora de la gente, y espe
cialmente por la mayora de los miembros del auditorio.
En esto la retrica se parece a la dialctica. Ambas par
ten de lo verosmil y lo generalmente admitido para lo
grar persuadir o vencer en la discusin, pero sin preocu
pacin seria por la verdad.
El ejemplo (pardegma) es el tipo de induccin pro
pio de la oratoria. Permite, citando oportunamente un
caso particular, persuadir al auditorio de que as es en
general.

3.5. Los tres gneros de oratoria

Aristteles divide todos los discursos en tres tipos,


correspondientes a los tres gneros de oratoria que dis
tingue: 1) la oratoria deliberativa (symbouleutkn); 2)
la oratoria forense (dikanikn), y 3) la oratoria de exhi
bicin (epideiktikn).
La oratoria deliberativa es la que tiene lugar ante la
asamblea, a la que se trata de persuadir para que adopte
el curso de accin poltica que el orador considera ade
cuado. Es la ms importante y prestigiosa, la propia de
los hombres pblicos, y aquella para la que tanto Iso-
krates como Aristteles pretendan preparar en primera
lnea. En nuestros das correspondera a las campaas
electorales o publicitarias.
La oratoria forense es la que tiene lugar ante los jue
ces o jurados del tribunal, a los que se trata de persuadir
para que fallen a favor o en contra del acusado. Es pro
pia de loggrafos, y aunque sumamente til, no muy
prestigiosa. El mismo Isokrates se avergonzaba de su
anterior actividad forense. En nuestros das correspon
dera a la actividad de abogados y fiscales.
La oratoria de exhibicin, tambin llamada epdctca
o de aparato, es la que tiene lugar en la plaza u otro
lugar similar, ante el pblico en general, al que se trata
84 Historia de la filosofa, 4

de impresionar con el despliegue y exhibicin de las do


tes retricas del orador. Es ms bien un ejercicio de
autopropaganda por su parte. Su tema suele ser el elogio
de alguien o de algo o, ms raramente, su vituperio,
aunque el tema es un mero pretexto para que el orador
se luzca. Pensemos en las galas de los cantantes actuales.
El oyente de un discurso es siempre una especie de
rbitro, tanto si es miembro de la asamblea como s es
juez del tribunal o simple espectador. Y aquello sobre
lo que juzga como rbitro es algo futuro, pasado o pre
sente. Los oyentes del discurso deliberativo son los miem
bros de la asamblea, que actan como rbitros de las
cosas futuras, decidiendo de qu modo ocurrirn. Los
oyentes del discurso forense son los jueces o jurados del
tribunal, que actan como rbitros de las cosas pasadas,
juzgando si ocurrieron o no, y cmo calificarlas. Los
espectadores del discurso de exhibicin actan como r
bitros de la habilidad presente del orador.
En cuanto al tema o preocupacin central del discurso,
en la oratoria deliberativa consiste en la utilidad o pro
vecho, en la forense en la justica, y en la de exhibicin
en lo noble y honroso. En efecto, el orador deliberativo
trata de convencer a la asamblea para que adopte un
cierto curso de accin, basndose en que ese curso ser
ms til o provechoso que cualquier otro, persuadiendo
sobre lo ms beneficioso y disuadiendo sobre lo ms per
judicial. El orador forense aboga ante el tribunal ape
lando a su sentido de la justicia, y presentando como de
justicia la resolucin que l pretende. Los oradores de
exhibicin, finalmente, suelen elegir para lucirse el elo
gio de algo, ensalzndolo por su nobleza y honor.
En cada uno de los tres gneros oratorios, el orador
puede adoptar una actitud positiva o negativa. As, el
deliberativo persuade o disuade, recomienda o advierte.
El forense acusa o defiende, segn su posicin en el plei
to. El orador de aparato ensalza o vitupera.
Respecto a los pistis lgicos o medios de persuasin
argumentativos empleados en retrica, hay que sealar
que los ejemplos son especialmente adecuados para la
3. La retrica 85

oratoria deliberativa, y los entimemas para la forense,


aunque de hecho ambos se emplean en las dos. El enca
recimiento se oresta sobre todo al discurso de exhibicin.

3.6. Las premisas en la oratoria deliberativa

El orador tcnico har uso abundante de los entime


mas, que son el principal instrumento de persuasin de
que dispone. El entmema es una inferencia o deduccin
(un silogismo, en terminologa aristotlica), parecida en
la forma a la demostracin cientfica, pero menos rigu
rosa, aunque tanto o ms convincente ante un pblico in
culto. En el entmema se comen con frecuencia las pre
misas, apareciendo slo unas y sobreentendindose las
otras9. Adems, las premisas no necesitan ser verdade
ras en sentido estricto. Basta con que sean verosmiles.
Lo que las premisas del entmema formulan en general
no necesita cumplirse siempre, basta con que se cumpla
frecuentemente101.
La tcnica retrica ha de proveer al orador con un
amplio repertorio o arsenal de premisas verdaderas o
verosmiles o generalmente aceptadas acerca de cada te
ma, de tal modo que a partir de ellas pueda construir
los entimemas.
Aristteles dedica los captulos 4, 5, 6, 7 y 8 del libro
I de su Retrica a presentar lugares o tipos de premisas
utilzables en los discursos deliberativos.
Los temas ms frecuentemente tratados por la orato
ria deliberativa, ante la asamblea popular, son los temas
polticos por antonomasia: los impuestos, la guerra y la
paz, la defensa, el comercio exterior y la legislacinu.
Sobre todos estos temas debe estar bien enterado el ora
dor. Aristteles hace sobre ellos una serie de conside
raciones tiles al orador poltico. Por ejemplo, al tratar

9 Tkbne rhtorike I, 2, 1357 a 15.


10 Ibid, I, 2, 1357 a 30.
11 Ibid, I, 4, 1359 b 20.
86 Historia de la filosofa, 4

de los impuestos, no debe olvidarse de analizar tambin


todos los gastos de la ciudad, para si alguno es super-
fluo, suprimirlo, y si alguno es demasiado grande, re
ducirlo; pues no slo se aumenta la riqueza aadiendo
a lo que hay, sino tambin reduciendo los g a s t o s L o s
consejos de Aristteles en poltica exterior van en el
sentido de la poltica griega antigua, amoral y sin con
templaciones. As, al tratar de la guerra y la paz, reco
mienda al orador poltico que est enterado de la fuer
za militar de las ciudades vecinas, as como cules son
las posibles enemigas, de manera que frente a las ms
fuertes se guarda paz y se pueda hacer la guerra con las
que son dbiles1213*. En general, dos son las ciudades
que conviene respetar: las que son ms fuertes que la
nuestra y las que son beneficiosas para nuestro comercio
exterior.
El orador poltico o deliberativo ha de tener en cuen
ta que en ltimo trmino todo el mundo decide con
vistas a su propia felicidad. Por eso la tcnica retrica
ha de proporcionarle premisas sobre la felicidad, empe
zando por su definicin y elementos, pues es apelando
a la felicidad como lograr convencer a los miembros
de la asamblea. Cada humn en particular y todos jun
tos en comn tienen un mismo objetivo, en funcin del
cual eligen o repudian, a saber, la felicidad y sus par
tes u. Aristteles da aqu una definicin disyuntiva de
la felicidad, que puede ser fcilmente aceptada por los
oyentes: Casi todos estn de acuerdo en que la felici
dad consiste en una o varias de las siguientes cosas: el
vivir bien con excelencia, o el disponer de suficientes
medios de vida, o la vida ms agradable con seguridad,
o la prosperidad en bienes y esclavos15. A veces se
apela no a la felicidad entera, sino a una de sus partes.
Por eso, el orador debe disponer de premisas sobre las

12 Ibid, i ; 4,1359 b 27.


13 Ibid, I, 4, 1360 a 1.
u Ibid, I, 5, 1360 b 5.
13 Ibid, I, 5, 1360 b 14.
3. La retrica 87

partes de !.i elicidad, que son: la nobleza, el tener mu


chos y buenos infantes, la riqueza, la buena fama, los
honores, la salud, la belleza, el vigor y la fuerza, la bue
na vejez, el tener muchos y buenos amigos, la buena
suerte y la excelencia o virtud.
Las cosas que el orador recomienda en la deliberacin
de la asamblea, las presenta como provechosas o conve
nientes, es decir, como bienes o como conducentes a la
obtencin de bienes. Por ello conviene que disponga de
premisas sobre los bienes, empezando por su definicin
y sus clases. El bien se puede definir de dos maneras,
por un lado, como lo que es elegible por s mismo y
aquello por lo cual elegimos otra cosa, y tambin como
aquello que desean todos los seres o los provistos de
sensacin e inteligencia16. Los bienes son, en primer
lugar, la felicidad, y adems las excelencias del alma y
del cuerpo, la vida, la riqueza, la amistad, la gloria, la
elocuencia, la memoria, la perspicacia, los saberes, las
tcnicas y la justicia. Sobre todos ellos ofrece Aristteles
puntos de vista, que pueden ser utilizados como premi
sas, por ejemplo: aquello cuyo contrario es un mal, es
ello mismo un bien.
A veces todo el mundo est de acuerdo en que dos
propuestas convienen o son buenas, y de lo que se trata
es de decir cul de ellas conviene ms o es mejor. Por
eso presenta Aristteles toda una batera de criterios de
comparacin, que pueden ser empleados por el orador
para presentar un bien como. preferible a otro.
Finalmente, Aristteles seala la necesidad de que
el orador conozca las diversas formas de gobierno (de
mocracia, oligarqua, aristocracia y monarqua) y se adap
te a cada una de ellas, argumentando que lo que l pro
pone contribuye a su conservacin, pues todos son per
suadidos por lo conveniente, y lo conveniente para cada
forma de gobierno es su propia conservacin17.

16 Ibid, I, 6, 1362 a 22.


17 Ibid, I, 8, 1365 b 26.
88 Historia de la filosofa, 4

3.7. Las premisas en la oratoria forense.

La oratoria forense se ejercita ante el tribunal, y su


tema bsico es si se cometi o no injusticia en un caso
determinado. Tambin al orador forense le ha de ofrecer
la tcnica retrica un amplio repertorio de definiciones,
clasificaciones, criterios y datos que pueda l utilizar co
mo premisas de sus entimemas.
La nocin bsica es aqu la de acto injusto o injusti
cia, que Aristteles define as: Cometer injusticia es ha
cer dao voluntariamente y contra la ley 18. Para que
haya injusticia es, pues, necesario que se den esas tres
condiciones; dao producido, intencin y violacin de la
ley. Se obra voluntaria o intencionalmente cuando se
obra a sabiendas y sin estar forzado o sometido a una
violencia o necesidad exterior.
Todo lo que se hace voluntariamente o de buena gana
ser agradable y placentero, o al menos lo parecer. En
efecto, el deseo es apetito de lo placentero. Esto lleva a
la consideracin del placer, definido como cierto movi
miento del alma, consistente en un retorno total y sen
sible a su estado natural 19. Aristteles pasa revsta a
continuacin a los diversos tipos de placeres: placeres
naturales del cuerpo, placeres de la imaginacin y del
recuerdo, placer de vengarse, placer de vencer, placer
del honor, placer del amor, placer de aprender, placer
de imitar, placer en lo semejante, placer de mandar, et
ctera. Sobre todos ellos ofrece opiniones generalmente
aceptadas y utlizables como premisas al hablar sobre s
el acto realizado fue voluntario o no, y qu podra ha
ber perseguido con l el agente.
Otros muchos lugares o esquemas de premisas posi
bles de entimemas se refieren a quin es probable que
cometa injusticia, y quin es probable que la sufra. Pue
den fcilmente cometer injusticia los que piensan que
saldrn impunes de ello, porque quedarn ocultos, o

18 Tkhne rhtorike I, 10, 1368 b 6.


19 Ib ti, I, 11, 1369 b 34.
3. La retrica 89

porque mediante influencias lograrn esquivar el castigo,


por ejemplo, los amigos de los jueces, pues los jueces
hacen favor a sus amigos y o les dejan libres del todo
o les imponen castigo pequeo, y los de muy buena
fama, y los muy privados de ella, los unos como que no
parecer que son los culpables; los otros, porque ya no
pueden deshonrarse ms 0. Despus considera los que
fcilmente pueden ser vctimas de injusticia, como los
que no tienen amigos, los extranjeros y los trabajadores.
Para ser injustos, el acto ha de ir contra la ley. Aris
tteles distingue la ley particular (nomos dios) que una
polis se ha dado a s misma, de la ley comn (nomos
koins), resultante de la naturaleza humana. Y dentro
de la ley particular distingue la escrita o positiva, de la
no escrita (costumbres). La equidad va ms all de la ley
escrita, y mira ms a la intencin del legislador que al
espritu de la letra. Aristteles, lleno de buen sentido,
recomienda ser indulgentes y acudir mejor a un arbi
traje que a juicio, porque el rbitro atiende a lo equi
tativo, mas el juez a la ley, y por eso se invent el r
bitro, para que domne la equidad 2021.
Finalmente, considera Aristteles los medios extratc
nicos de persuasin, imprescindibles en los pleitos, y que
son cinco: las leyes, los testigos, los contratos, las de
claraciones bajo tortura y los juramentos. Aqu s mues
tra Aristteles como un tcnico consumado, completa
mente amoral y capaz de atacar y defender cualquier po
sicin, y de dar la vuelta a cualquier argumento, como
corresponde a un buen abogado.
Al tratar de las leyes, seala que si la ley escrita es
desfavorable a nuestra causa, hay que recurrir a la ley
comn y la equidad. Hay que decir que la frmula ju
dicial segn la mejor conciencia significa no servirse
siempre de las leyes escritas. Y que la equidad permanece
siempre, y no cambia nunca, como tampoco la ley co
mn, porque es conforme a la naturaleza, mas las leyes

20 Ibid, I, 12, 1372 a 20, b 21.


21 Ibid, I, 13, 1374 b 20.
90 Historia de la filosofa, 4

escritas cambian muchas veces... Que es ms propio


del hombre honrado aplicar y guardar las leyes no es
critas que las escritas... Pero s la ley escrita es favorable
a nuestra causa, entonces hay que decir que aquello de
segn la mejor conciencia no es para salirse de la
ley, sino para evitar el perjurio de desconocer lo que di
ce la ley... Y que no hay ninguna diferencia entre no ha
ber ley o no servirse de e lla ... 22. En resumen, si la ley
escrita nos favorece, hay que cumplirla y dejarse de cuen
tos; y si la ley escrita no nos favorece, hay que olvidar
se de ella y sustituirla por la no escrita o por la equi
dad.
Al tratar de los testigos, Aristteles ofrece reglas tc
nicas sobre cmo proceder, tanto si disponemos de tes
tigos a nuestro favor como si carecemos de ellos. Ar
gumentos sobre testimonios para el que no tiene testi
gos son que hay que juzgar por lo verosmil, es decir,
"segn la mejor conciencia, y que no se pueden corrom
per los argumentos de verosimilitud por dinero, y que
los argumentos de verosimilitud no pueden ser sorpren
didos en falso testimonio. El que tiene testigos, en
cambio, frente al que no los tiene dir que los argu
mentos de verosimilitud no sirven ante el tribunal, y que
para nada haran falta testigos si bastase con atender a
razones .
Respecto a los contratos, el uso que de ellos se hace
en los discursos es para confirmarlos o para borrarlos,
para hacerlos dignos de fe o para privarlos de ella; si
le convienen a uno, dignos de fe y vlidos; si convienen
a la otra parte, lo contrario... Si el contrato nos favo
rece, hay que acrecer su importancia... La propia ley es
una especie de contrato, de manera que quien niega su
fe y anula un contrato, anula las leyes... Si los contratos
nos son inconvenientes y favorecen a nuestros contra
rios... hay que decir que el juez es un rbitro de lo
justo y que no hay que considerar la letra, sino cmo

32 lbid, I, 15, 1375 a 28.


3, La retrica 91

se har ms justicia... Hay que mirar adems si son


contrarios a alguna de las leyes escritas o comunes... 23.
Respecto a las confesiones realizadas bajo tortura, s
resultaran favorables se puede acrecentar su importan
cia, diciendo que stos son los nicos testimonios verda
deros; si nos fueran contrarias y favorecieran a la otra
parte, se pueden refutar diciendo... que los forzados no
dicen menos la mentira que la verdad... y fcilmente
dicen mentira, para acabar antes 24. Y la misma actitud
adopta ante los juramentos.
Aristteles se nos presenta aqu como un tcnico puro,
que estudia los medios sin tomar partido por los fines.
Qu lejos estamos de exaltado moralismo a toda costa
que defenda el Sokrates platnico del Gorgasl Aris
tteles ha acabado comprendiendo el punto de vista de
los retricos profesionales, y hacindolo suyo.

3.8. Las premisas en la oratoria de exhibicin

La oratoria epidctica, de exhibicin o de aparato sola


tomar la forma de elogios o encomios en honor de alguien
o algo, como en los famosos discursos de Gorgas o de
Isokrates en elogio de Helene. Con estos discursos no
se pretende otro fin que el lucimiento personal del ora
dor, pero el pretexto consiste en ensalzar a alguien. Aris
tteles recomienda tener en cuenta en qu lugar y ante
qu auditorio se pronuncia el discurso, para as alabar
lo que en cada lugar ms se estime. De todos modos,
lo que se ensalza siempre suele ser algn tipo de ex
celencia (arete). Por eso, el orador epidctico necesita
disponer de un repertorio de opiniones admitidas o lu
gares acerca de la excelencia.
La excelencia se define aqu como la facultad de crear
y conservar bienes, y tambin como la facultad de hacer
muchos y grandes beneficios, de prestar numerosos e im

23 Ibid, I, 15, 1376 b 1.


21 Ibid, I, 15, 1376 b 31.
92 Historia de la filosofa, 4

portantes servicios. Partes de la excelencia o excelencias


pardales son la justicia, la valenta, la templanza, la li
beralidad, la magnanimidad, la magnificencia y la racio
nalidad (phrnsis). Sobre todas estas excelencias o virtu
des ofrece Aristteles opiniones utilizables y consejos tc
nicos. Por ejemplo, puesto que se elogia por las accio
nes y es propio del hombre egregio actuar por decisin
deliberada, hay que intentar mostrar que nuestro ensal
zado obra deliberadamente. Es conveniente mostrar que
as lo ha hecho muchas veces; por eso las cosas que le
han acontecido por accidente o por suerte hay que pre
sentarlas como si fueran fruto de su decisin, ... pues
as aparecern como indicios de su excelencia y proce
der deliberado25.

3.9. Las premisas comunes a los tres gneros


de oratoria

En los captulos 18 al 25 del libro II de la Retrica


considera Aristteles los tpicos o lugares comunes que
pueden ser de utilidad al orador en cualquiera de los
tres gneros oratorios en que quiera ejercitarse, y no
slo en uno de ellos.
Aristteles repite que los principales recursos lgicos
de que puede valerse el orador para persuadir son el
ejemplo y el entimema, que corresponden a la induccin
y la deduccin, respectivamente.
La induccin suele implicar un cierto paso de lo par
ticular a lo general, de la parte al todo. Pero el ejem
plo, que es una especie de induccin retrica, no va de
la parte al todo (como la induccin propiamente dicha),
ni del todo a la parte (como la deduccin), sino de la
parte a la parte, de lo semejante a lo semejante, y se da
cuando los dos casos pertenecen al mismo gnero, pero
uno es ms conocido que otro; como cuando se dice que
Dionysios, al pedir una escolta, aspira a la tirana; pues

35 Ibid, I, 9, 1367 b 21.


3. La retrica 93

tambin antes Piss tratos peda una escolta con esa in


tencin y, tras obtenerla, se hizo tirano, y lo mismo
ocurri con otros. Estos casos son ejemplos respecto de
Dionysios, del que no se sabe an si por eso la pide.
Todos estos casos caen bajo el mismo universal de que
el que- aspira a la tirana pide una escolta 2G. El ejemplo
es un caso particular aducido por el orador para apoyar
su afirmacin de que otro caso particular distinto, pero
del mismo gnero, tiene cierta caracterstica que se ma
nifiesta en el primero.
Hay dos tipos principales de ejemplos: los casos real
mente sucedidos y los casos inventados. Entre los ejem
plos inventados se cuentan las parbolas y las fbulas.
Las fbulas son muy propias de los discursos al pueblo
y tienen la ventaja de que, si hallar ejemplos de cosas
semejantes sucedidas es difcil, componer fbulas es f
cil..., s bien es ms til para el gnero deliberativo la
argumentacin por los hechos, porque por lo general el
futuro es semejante al pasado 2627.
El entmema es una deduccin en que las premisas
son opiniones verosmiles, probables o generalmente ad
mitidas. Despus de haber ofrecido por separado premi
sas para los entimemas de los diversos gneros oratorios,
las ofrece para los temas o tpicos comunes a todos
ellos: tpicos como el de lo posible y lo imposible, el de
si algo ocurri u ocurrir, y sobre la magnitud y el ms
y el menos. En torno a ellos agrupa opiniones y crite
rios, que pueden ser de utilidad en todo tipo de situa
ciones oratorias.
Entre las opiniones generalmente admitidas que pue
den usarse como premisas de entimemas se encuentran
las mximas, sentencias o proverbios. Una mxima (gno-
me) es una afirmacin sobre temas prcticos (relativos
a la accin humana), tratados en general. Algunas m
ximas son evidentes, triviales, y no requieren justifica
cin alguna. Otras requieren de un eplogo que las ex

26 Tkbne rhtorik I, 2, 1357 b 27,


27 Ibid, II, 21, 1394 a 2.
94 Historia de la filosofa, 4

pilque o justifique, con lo que se convierten ellas mis


mas en una especie de entimema. As cuando la Hekabe
de Eurpides profiere la mxima No existe mortal que
sea libre, aade como eplogo explicativo: Pues ora
es esclavo de las riquezas o del azar, ora la muchedum
bre de una ciudad o los textos de las leyes le obligan
a utilizar modales en desacuerdo con su criterio 28. Aris
tteles recomienda el uso de mximas, pues por ser
divulgadas y comunes, como si todos estuvieran de acuer
do en ellas, se consideran justas29. Tambin recomien
da enterarse de los prejuicios de los oyentes y usar m
ximas que concuerden con tales prejuicios, con lo que
los oyentes quedarn favorablemente predispuestos. Las
mximas populares son los refranes, por los que Arist
teles senta un gran inters, tanto es as que compuso
una compilacin de todos los refranes conocidos, Pa-
roimai, que constituye el primer refranero de que ten
gamos noticia.
Aristteles divide los entmemas retricos en demos
trativos y refutativos, y seala que las refutaciones pue
den consistir en establecer un entimema contrario o en
poner una objecin a una premisa. Pero toda esta tem
tica es ms bien propia de la dialctica, y as Aristteles
remite a su obra Tpicos. Y muchos aos ms tarde,
cuando despus de su etapa de viajes volvi a estable
cerse en Atenas por segunda vez y reanud su viejo
curso de retrica en su propia escuela, todava le aadi
dos nuevos captulos {los 23 y 24 del libro II), que son
otros tantos resmenes de los libros II a VII de Tpicos
y del libro Sobre las refutaciones sofsticas, respectiva
mente. Y es que en la cuestin de los tpicos o lugares
comunes verosmiles en general, y de las argumentacio
nes demostrativas y refutativas, la retrica y la dialc
tica se confunden.

28 Eurpides: Hekabe, 864. Traduccin de Juan Antonio Lpez


Frez.
29 Tkbn rhtork II, 21, 1395 a 10.
3. La retrica 95

3.10. Persuasin por el carcter

Para ser un buen orador hacen falta dos cosas: saber


argumentar bien y poseer penetracin psicolgica. Ade
ms de analizar y sistematizar los recursos argumenta
tivos de que puede valerse el orador, Aristteles estudia
tambin los factores psicolgicos de la persuasin, em
pezando por el carcter (thos) del orador.
El poder de conviccin del orador sobre su auditorio
no depende slo de los hechos que aduzca, de las pre
misas que emplee y de lo bien que argumente. La per
suasin no slo resulta del discurso demostrativo, sino
tambin del carcter del que habla, pues le creemos o no,
segn que parezca bueno o bien intencionado...30. Si
los oyentes no tenan formada una opinin previa sobre
el carcter del orador, qu opinin se formen escuchn
dole puede ser decisivo para inclinarles a aceptar sus
propuestas. Se persuade por el carcter, cuando el dis
curso se dice de tal manera que hace digno de fe al que
lo dice, pues a las personas decentes las creemos ms y
antes, sobre cualquier cuestin en general, y en especial
sobre las cuestiones dudosas. Pero es preciso que esta
confianza sea generada por el discurso, no porque los
oyentes ya tengan una opinin preconcebida sobre el
carcter del orador. No hay que considerar, como hacen
algunos tratadistas, que la probidad del que habla ca
rezca de importancia para la tcnica de persuasin, sino
que casi se puede decir que el carcter constituye el ms
eficaz de los medios de persuasin 31.
El orador despierta la confianza de los oyentes, si stos
creen reconocer en l las tres cualidades de racionalidad
(phrnesis), excelencia (arete) y benevolencia (enoia) 32.
Si el orador no es racional en su manera de pensar, ser
incapaz de dar con las mejoras soluciones, es decir, aque
llas que mejor conducen a nuestra felicidad. En efecto,

30 Tkbne rhetorike I, 8, 1366 a 10.


31 Ibid, I, 2, 1356 a 4.
32 Ibid, II, 1, 1378 a 7.
96 Historia de la filosofa, 4

la racionalidad es la excelencia del pensamiento, median


te la cual se puede deliberar correctamente acerca de los
bienes y los males en cuanto conducentes a la felici
dad53. El orador racional, pero mediocre o malvado,
podra dar con la solucin ptima, pero no comunicrnos
la, o incluso engaarnos, proponindonos otra peor, dar
nos gato por liebre. Pero si adems de racional es exce
lente y bondadoso de carcter, no lo har. Del hombre
egregio, a la vez racional, excelente y bondadoso, pode
mos fiarnos. Y el orador ha de dar la impresin de que
as es su carcter, si pretende persuadir. Traducido a
trminos actuales, diramos que la victoria de un candi
dato en las elecciones no slo depende de lo que diga,
sino tambin de la imagen que de s mismo proyecte
ante los electores.
Si es importante que el orador sepa dar la impresin
de poseer un carcter, digno de confianza, no lo es menos
que conozca el carcter de sus oyentes y sepa adaptarse
a l.
En los captulos 12 al 17 del libro II de la Retrica
considera los caracteres en relacin a la edad y a la for
tuna.
Con relacin a la edad, estudia el carcter de los j
venes, los viejos y los adultos maduros. Siguiendo un
modo de anlisis tpicamente suyo, considera que los
jvenes y los viejos tienen rasgos extremos de carcter,
mientras que los adultos tienen el trmino medio y, por
tanto, el carcter mejor y ms equilibrado. Los jvenes
son apasionados, prdigos, valientes, volubles, intempe
rantes, etc. Los ancianos son calculadores, tacaos, co
bardes, constantes, temperantes, etc. Por ejemplo, los j
venes son prdigos con su hacienda, porque no han ex
perimentado todava la privacin, mientras que los viejos
son tacaos, pues saben por experiencia cun difcil de
adquirir y cun fcil de perder es la hacienda. Los adul
tos maduros, sin embargo, no suelen ser dados a la pro
digalidad ni a la avaricia, sino que adoptan una actitud

33 Ibid, I, 9, 1366 b 21.


3. La retrica 97

intermedia y sensata. Para decirlo en general, la ma


durez posee reunidas todas las cualidades buenas que
la juventud y la vejez poseen por separado; y lo que
stas tienen de exceso o defecto, la madurez lo tiene de
mesurado y conveniente. El cuerpo est en la flor de la
madurez (akm) entre los treinta y los treinta y cinco
aos, y el alma alrededor de los cuarenta y nueve 31.
Con relacin a la fortuna, Aristteles considera los fac
tores de nobleza, riqueza, poder y buena suerte. Los de
noble cuna tienden a ser ambiciosos y despreciativos. Los
ricos tienen un carcter de afortunado insensato y tien
den a la insolencia. Los poderosos se parecen a los ricos,
aunque son ms ambiciosos y viriles.

3.11. Las pasiones de los oyentes

S el orador es un autntico tcnico de la persuasin,


no puede limitarse al conocimiento pasivo del carcter
de sus oyentes, sino que ha de ser capaz de influir acti
vamente en su estado de nimo, provocando en ellos
las emociones o pasiones (pthe) que ms convengan a
su causa. El despertar las pasiones adecuadas en el audi
torio es uno de los recursos tcnicos de persuasin (n-
tekhnoi pistis). Y su importancia se debe a que los mis
mos oyentes, segn la emocin que experimenten en un
momento dado, estarn predispuestos a decidir en un
sentido o en el opuesto. Jugando con sus emociones, des
pertando en ellos las pasiones que le convienen, el ora
dor los predispondr a decidir en su favor.
Aristteles dedica los captulos 2 al 11 del libro II de
la Retrica a estudiar las pasiones de los oyentes, propor
cionando al orador lugares, opiniones, informaciones y
consejos que le ayudarn a provocarlas, cuando as le
interese. Normalmente agrupa las pasiones en pares de
contrarios: ira y calma, amor y odio, miedo y valor, et
ctera. De cada pasin da una definicin y considera la

31 Ibi; II, 14, 1390 b 6.


98 Historia de la filosofa, 4

disposicin mental en que surge, las personas respecto


a las qne se siente y los objetos o circunstancias que la
provocan.
La ira se define como el impulso penoso a vengarse
pblicamente de un desprecio inmerecido y pblicamente
manifestado. Aristteles distingue tres clases de despre
cio: menosprecio, vejacin y ultraje, y estudia con gran
detalle la disposicin en que se encuentran los airados, y
contra quines y por qu causas se encolerizan. Aunque
el anlisis es fino y penetrante, su finalidad es tcnica.
Conviene que el orador con su discurso predisponga a
sus oyentes a la ira, presentando a sus adversarios como
culpables del tipo de actos que la excitan y poseedores
del carcter que la provoca 3S367,
La calma consiste en la detencin de la ira. As como
se siente ira frente a las que nos desprecian, se siente
calma frente a los que actan involuntariamente (pues
el desprecio es siempre voluntario), y frente a los que
se teme y respeta (pues es imposible tener al mismo
tiempo temor e ira), etc. Los lugares que acumula aqu
Aristteles, aunque interesantes de por s, siguen tenien
do la misma funcin. Los oradores que quieran aplacar
a sus oyentes han de sacar sus argumentos de estos lu
gares, bien infundindoles temor de aquellos contra los
que estn enojados, bien respeto, bien representndolos
como autores de favores, bien como que obraron sin
querer, bien como muy arrepentidos de lo que han he
cho
El amor se define como el desear para alguien lo que
se cree que es bueno para l (y no para uno mismo) y
el estar inclinado a realizarlo en la medida de lo posi
ble 3. Los anlisis del amor y el odio son profundos,
pero su finalidad es siempre la misma. De todo esto
se sigue que es posible mostrar que los amigos y los
enemigos lo son; y si no lo son, presentarlos como si lo

35 Tkhne rhtorik II, 2, 1380 a 2.


36 Ibid, II, 3, 1380 b 30.
37 Ibid, II, 4, 1380 b 35.
3. La retrica 99

fueran; y si dicen que lo son, refutar tal afirmacin; y


cuando por ira o por odio estn en desacuerdo, llevarlos
a la categora de amigo o de enemigo, segn uno pre
fiera 3e.
De modo similar define y analiza Aristteles el odio,
la vergenza, la desvergenza, la compasin, la indigna
cin, la envidia, etc. Al hacerlo, lleva a cabo el progra
ma trazado por Platn en el Faidros 3Hpara una posible
tcnica retrica genuina, una condicin de la cual sera
el conocimiento de los diversos tipos de emociones y de
caracteres, a fin de actuar sobre cada carcter desper
tando en l la emocin adecuada. Precisamente el haber
reconocido que la provocacin de la emocin deseada
en el auditorio mediante el discurso apropiado constitu
ye uno de los recursos tcnicos de persuasin era una
de las novedades de las que Aristteles se mostraba or
gulloso (aunque no tanto como de su estudio del entime-
ma). Pero aunque la finalidad de estos anlisis psicol
gicos de las emociones sea tcnica, al servicio de la orato
ria, no dejan de estar hechos con notable cuidado, finura
y perspicacia. Un Aristteles seguro de s mismo y dueo
de una prosa tersa y clara se muestra en ellos como ob
servador atento y realista de la vida humana.

3.12. El estilo y orden del discurso

Los captulos 1 al 12 del libro III de la Retrica, tal


como hoy la conservamos, constituan originariamente
una pequea obra independiente, titulada Perl lxeos
(Sobre la elocucin). Elocucin (lxis) llamaba Aristte
les a la expresin en palabras del pensamiento. En la
prosa cientfica esa expresin es directa, desnuda, sin
adornos, como corresponde a espritus despiertos y bus
cadores de la verdad. Sin embargo, no suelen ser as los
oyentes de la oratoria, sino ms bien gente vulgar, inte-389

38 Ibid, II, 4, 1382 a 16.


39 Platn: Phadros, 271 a 272 b.
100 Historia de la filosofa, 4

lectualmente mediocre. Lo justo sera disputar con los


mismos hechos, de tal modo que todo lo que queda
fuera de la demostracin resultase superfluo; pero, dada
la mediocridad de los oyentes, tiene gran influencia la
actuacin del orador 40.
La actuacin (hypkrisis) del orador consiste en la
intensidad y tono de voz que emplea, en el ritmo que da
a su discurso y en la gesticulacin con que lo acompaa.
En este sentido el orador es como un actor de teatro,
y su actuacin debe ser tambin objeto de estudio por
parte de la tcnica retrica. No basta saber lo que hay
que decir, sino que es necesario tambin saber cmo
decirlo 41.
A diferencia de la prosa cientfica, el discurso tiene
pretensiones literarias, pues brillar, sorprender y entre
tener al auditorio contribuye a persuadirlo. Pero esas
pretensiones no deben confundirse con el uso de un
estilo potico y recargado, como el de Gorgas. La pri
mitiva elocucin oratoria fue potica, como la de Gor
gas. An ahora, la gente carente de educacin cree que
los oradores de estilo potico son los que mejor ha
blan 42. Aristteles defiende, como ms convincente, el
uso de un estilo tico, sereno, claro y natural. Hay que
usar esos recursos sin que la gente se d cuenta, y no
parecer que se habla artificiosamente, sino con natura
lidad, ya que sta es persuasiva, al contrario de la ar-
tificiosidad, pues se sospecha del orador que tiende ase
chanzas, igual que de los vinos mezclados 43.
El recurso literario ms importante de la oratoria es
la metfora. Si se quiere ensalzar, se ha de sacar la
metfora de lo que es mejor en el mismo gnero, y si
vituperar, de cosas peores44. La comparacin es una
oracin que slo se diferencia de la metfora en aadirle
la expresin es como. Aristteles reduce el placer li
40 Tkhn rhtorike II I , 1, 1404 a 5.
41 Ibi, II I , 1, 1403 b 15.
43 Ibid, III, 2, 1404 a 25.
4 Ibid, III, 2, 1404 b 19.
44 Ibid, III, 2, 1405 a 14.
3. La retrica 101

terario al placer de aprender, Aprender fcilmente es


por naturaleza agradable a todos. Los nombres significan
algo, de manera que aquellos nombres que nos procuran
una enseanza son los ms agradables. Mas las palabras
inusitadas las desconocemos, las palabras corrientes ya
las sabemos, y es la metfora la que nos ensea espe
cialmente... El estilo y los entimemas elegantes son los
que nos procuran una enseanza pronta. Por eso no
estn bien considerados los entimemas obvios (llamamos
obvios a los que son evidentes para todos y en los que
no hay que buscar nada), ni los que no se comprenden,
sino los que, en cuanto se dicen, dan conocimiento al
m om ento...45467. Saber encontrar metforas adecuadas, ni
oscuras ni triviales, es un don congnito, y tambin en
la filosofa 'saber encontrar lo semejante aun en lo que
se diferencia mucho es propio del sagaz La anttesis
es muy til para dar brillantez y contundencia al dis
curso.
El discurso, aun sin caer en el verso, no puede re
nunciar al ritmo. Lo que carece de ritmo es ilimitado,
y es preciso que haya lmites, aunque no sea en verso,
ya que lo indefinido es desagradable e ininteligible 17. El
estilo de los primeros prosistas, los historiadores jonios,
era seguido, sin ritmo. Pero posteriormente se haba
desarrollado en la prosa el estilo peridico, distribuido
en perodos, que le daban un ritmo propio. El perodo
es un trozo del discurso con principio y fin y de una
extensin que lo hace fcilmente abarcable y compren
sible. Entre los perodos compuestos se encuentran la
yuxtaposicin y la anttesis.
Aristteles critica el estilo pomposo, potico y artifi
cioso, el abuso de palabras complicadas, de eptetos in
necesarios y de metforas oscuras. El discurso debe ser
claro, adecuado y escueto, y ser pronunciado con ac

45 Ibid, III, 10, 1410 b 21.


46 Ibid, III, 11, 1412 a 11.
47 Ibid, III, 8, 1408 b 26.
102 Historia de la filosofa, 4

tuacin eficaz. El estilo escrito suele ser ms exacto,


el hablado (en pblico) ms teatral. El orador tcnico
ha de dominar los recursos de ambos.
La Retrica aristotlica que ha llegado hasta nosotros
termina con los captulos 13 al 19 del libro III, que ori
ginariamente constituan obrita independiente sobre el
orden de las partes del discurso, titulada Perl lxeos
(Sobre la ordenacin).
La distincin de partes dentro del discurso, dividin
dolas y subdividindolas hasta la saciedad, era prctica
de algunos tratadistas de retrica anteriores (y de casi
todos los posteriores) a Aristteles. El mismo da poca
importancia al asunto, y ms bien critica la innecesaria
proliferacin de distinciones, con nombres ad hoc ms
o menos pedantes. Si se hicieran divisiones tales como
las que hacen los discpulos de Thedoros, habra que
distinguir la narracin de la prenarracin y la postna
rracin, y la refutacin de la postrefutacin. Pero slo se
debe poner un nombre cuando se ndica una especie y
una diferencia, pues s no, el poner nombres resulta huero
y vacio 48 .
'

Segn Aristteles, las partes esenciales del discurso son


la exposicin (prthesis) del tema y la argumentacin
persuasiva (pstis) de la tesis del orador. Adems, se sue
le aadir al comienzo del discurso un proemio (proo-
mion), que equivale al prlogo del poema y al preludio
de la composicin musical, y al final un eplogo (eplo
gos). La funcin ms necesaria y ms caracterstica del
proemio es la de exponer cul es el fin al que se dirige
el discurso 9, de modo que el oyente pueda mejor se
guir el hilo del mismo. En el eplogo, por el contrario,
se refresca la memoria del oyente sobre lo que hemos
(supuestamente) probado, y se remacha la conclusin fi
nal que es la tesis del orador. Porque es natural que
despus de haber hecho la demostracin de que uno
dice la verdad y el contrario la mentira, se haga la ala-48

48 Ibid, III, 13, 1414 b 13.


43 Ibid, II I , 14, 1415 a 22.
3. La retrica 103

banza y el vituperio consiguientes y se remache el dis


curso 5D.
La Retrica de Aristteles constituye en parte la reali
zacin del programa platnico, expuesto en el Faidros,
de una verdadera tcnica retrica. Pero mientras lleva
ba a cabo la tarea, se iba alejando ms y ms de las posi
ciones moralistas de Platn y acercndose ms y ms "a la
concepcin tcnica neutral de los oradores y maestros
de retrica al uso, sobre todo de Isokrates, Aristteles
dej atrs su propia y acerva crtica de Isokrates en el
Grylos y lleg a apreciar y respetar a su antiguo adver
sario. De hecho, Isokrates es el autor ms citado de la
Retrica, mucho ms que Platn, y casi nunca en tono
polmico. Tambin Gorgas es frecuentemente citado, al
igual que Homeros, Sofokls v Eurpides. Las numerosas
citas literarias y las abundantes remisiones a la Potica
(y de la Potica a la Retrica) son ya de por s indicios
de que ambas obras fueron escritas al mismo tiempo, du
rante los ltimos aos de estancia de Aristteles en la
Akademia, aunque las actuales versiones conservadas in
cluyan correcciones e interpolaciones posteriores. De to
dos modos a ninguna otra obra remite tanto como a los
Tpicos, en que haba tratado de la dialctica.

M Ibid, III, 19, 1419 b 14.


4. La dialctica

4 .1 . La discusin en la Grecia clsica

Los griegos siempre han sido discutidores incansa


bles. La expansin de la democracia y la influencia de
los sofistas haban acabado con la rigidez de los sistemas
tradicionales de creencias. Todo poda ser discutido y
cualquiera tena derecho a discutir. Y efectivamente la
discusin se convirti en uno de los principales pasatiem
pos de los ciudadanos.
Ya en el siglo v el gran sofista Protagoras haba sub
rayado que cada asunto tiene dos caras, que para cada
cuestin hay dos puntos de vista. Si hay argumentos a
favor de una afirmacin, tambin los hay para su corres
pondiente negacin. Y el hombre realmente hbil y edu
cado seria capaz de defender alternativamente ambas po
siciones. Otros sofistas o profesores ambulantes le imi
taron, presentndose en las goras y gimnasios, y asom
brando al pblico con su capacidad dialctica, que les
permita enzarzarse en discusin con cualquiera en de
fensa de cualquier tesis, y salir airosos del lance.
104
4. La dialctica 105

Sokrates era un sofista muy especial, que no defenda


ninguna postura, pues afirmaba que l no saba nada,
pero las refutaba todas con un hbil juego de pre
guntas y respuestas. Sokrates era el preguntador, llevaba
la iniciativa en la discusin y hada caer a sus interlo
cutores en flagrantes contradicciones. Uno de los disc
pulos de Sokrates, Euklides de Mgara, estableci en su
ciudad natal una escuela filosfica, en que el mtodo del
dilogo y la discusin, de la pregunta y la respuesta, de
la refutacin y la defensa, se cultiv y desarroll hasta
un nivel de gran sutileza y virtuosismo. Tambin en la
Akademia, la escuela establecida en Atenas por otro de
los discpulos de Sokrates, Platn, se practicaba el di
logo y la discusin, como bien se refleja en los mismos
escritos platnicos.
Adems de gustar de la discusin, los griegos antiguos
tenan un espritu sumamente competitivo. De cualquier
cosa hacan un certamen, una competicin, un juego don
de uno ganaba y se cubra de gloria, y otro perda. Trans
formaron todas las fiestas religiosas tradicionales cele
bradas en los grandes santuarios en festivales competiti
vos. La competicin lo abarcaba todo. Los rapsods re
citaban las epopeyas en un concurso de recitacin, a ver
quin declamaba mejor. Los dramaturgos presentaban sus
tragedias competitivamente, y un jurado proclamaba la
obra vencedora. Los atletas corran y saltaban, los jine
tes cabalgaban y los msicos taan, todo en plan de
concurso y competicin. Incluso la discusin tena lugar
en pblico, sometida a ciertas normas, y acababa con la
victoria del uno y la derrota del otro. Y cuando un grie
go venca en algo, cuando ganaba en cualquier concurso,
competicin o juego, senta una gran satisfacin y pro
vocaba la admiracin de los dems. El ser hbil en algo,
participar en una competicin y vencer era un gran pla
cer. Entre los placeres fundamentales que distingue Aris
tteles en la Retrica se encuentra el placer de vencer.
Vencer es agradable... para todos, pues nos hace ima
ginarnos superiores, que es algo que todos deseamos
ms o menos. Puesto que vencer es agradable, es nece-
106 Historia de la filosofa, 4

sano que sean placenteros los juegos, tanto los de lucha


como los de disputa, pues en ambos se puede vencer...
Por eso la oratoria forense y el debate son placenteros
para los habituados y capaces b
En la Atenas de la primera mitad del siglo -iv el hbi
to social de la discusin haba ido adquiriendo unos usos
fijos, que constituan una especie de cdigo o reglas del
juego, que regulaban el debate. El debate era una justa
verbal entre dos discutidores (didektikot) y ante un p
blico. Con frecuencia haba un rbitro o moderador, que
velaba por el fiel cumplimiento de las reglas del juego.
En primer lugar se alegan o nombraban los dos discu
tidores, y entre ellos se repartan los dos papeles o roles
del debate: uno sera el preguntador o impugnador; otro
el respondedor o sostenedor. A continuacin se plantea
ba el problema (problema) o tema de discusin, en for
ma de interrogacin disyuntiva de una afirmacin y su
correspondiente negacin: A o no A? Es el mundo
eterno, o no? Todo se mueve, o no? Unas veces el
tema estaba previamente planteado; otras lo planteaba
el rbitro; otras, el respondedor. En cualquier caso, una
vez planteado el problema, corresponda al respondedor
elegir uno de los dos miembros de la disyuncin, la afir
macin o la negacin. Ese miembro elegido de la dis
yuncin se converta entonces en la tesis del respondedor,
que ste deba defender contra los ataques dialcticos
de su contrincante, el preguntador. A partir de ese mo
mento toda la iniciativa pasaba al preguntador, que asae
teaba a preguntas al respondedor, razonando a partir
de sus respuestas. Durante el debate, el preguntador aco
saba al respondedor, tratando de hacerle aceptar la
opinin contradictoria de su tesis, o, al menos, de hacerle
aceptar opiniones de las cuales se pudiera inferir tal con
tradiccin. Si lo consegua, el preguntador venca a su
contricante. La duracin del debate era limitada y esta
ba fijada de antemano. Pasado el tiempo asignado sin
que el preguntador hubiese logrado hacer caer en con-

1 Tkbne rketorikel, 11, 1370 b 32.


4. La dialctica 107

tradiccin al respondedor, este ltimo era declarado ga


nador.
El curso del debate slo dependa de la habilidad dia
lctica de los participantes. Esta habilidad en la discu
sin se adquira por experiencia y por rutina. A nadie
se la haba ocurrido convertir la discusin en una tcnica
explcita, formulando sus reglas y sus estrategias y tcti
cas de victoria. El primero que lo hizo fue Aristteles.
En el uso griego normal dialctico significaba discu-
tidor o relativo a la discusin. Por eso Aristteles llamaba
tcnica dialctica a la tcnica de la discusin, que en
seaba a vencer en los debates. Su maestro Platn, sin
embargo, usaba la palabra dialctica en un sentido
inusitado. Aunque en sus primeros dilogos, la dialcti
ca era simplemente la manera sokrtica de refutar las
opiniones de sus interlocutores mediante el juego de pre
guntas y respuestas, en sus dilogos de madurez, y espe
cialmente en Politea, la dialctica era la ciencia universal
y suprema, reservada a una lite de filsofos matemti
cos y conducente hasta la forma del bien, forma suprema
del universo. En su etapa de vejez, que es cuando Arist
teles lo conoci, y mientras la anterior doctrina platnica
de las formas estaba siendo sometida a revisin por
todos los miembros avanzados de la Akademia, incluido
el propio Platn, la dialctica se haba convertido en un
mtodo de divisiones dicotmcas sucesivas. En cualquier
caso, estos significados de dialctica estaban alejados
del uso comn, que es al que volvi Aristteles, enla
zando as, por encima de la cabeza de su maestro, tanto
con la tradicin de los sofistas como con el uso popular.
Platn despreciaba los mtodos de los sofistas, indi
ferentes a la verdad y capaces de defender las dos al
ternativas de cada cuestin. A ellos contrapona la dia
lctica, que basaba sus argumentos no en meras opinio
nes, sino en verdades objetivas, y que permita llegar a
conocer la verdadera naturaleza de cada cosa. Segn Aris
tteles, por el contrario, la dialctica se basa slo en
opiniones aceptables por el contrincante y no necesaria
mente en verdades objetivas. Adems, la tcnica dialc
108 Historia de la filosofa, 4

tica sirve para defender las dos alternativas contrarias


sobre cada cuestin y es incapaz de hacernos conocer la
naturaleza de las cosas. En definitiva, lejos de identifi
carse con la ciencia suprema, como en Platn, la dialc
tica representa para Aristteles una prctica extracien
tfica y una mera tcnica al servicio de la victoria en el
debate. El sentido mejorativo de la palabra dialctica,
propio de Platn, sera ms tarde recogido por Hegel. El
sentido peyorativo, propio de Aristteles, sera recogido
por Kant.
Aristteles se interes muy tempranamente por la prc
tica de la discusin, que l trat de elevar del nivel de
la mera rutina al de la tcnica reflexiva en la primera
de sus obras conservadas: Topik (Tpicos). Esta obra
consta de 9 libros. Los libros ms antiguos, los II al VII,
constituyen un catlogo o compilacin de esquemas ge
nerales de argumentacin o lugares comunes (tpicos),
que aplicados al problema discutido ayudan al discutidor
a ganar el debate. El libro VIII describe las reglas del
debate pblico y los papeles respectivos del preguntador
y el respondedor. El libro I, aadido algo ms tarde,
constituye una introduccin general a la dialctica y a la
ordenacin de los tpicos segn los 4 predicables. El
libro IX, finalmente, tambin conocido por su ttulo
independiente de Perl sophistikn elnkhn (Sobre las
refutaciones sofsticas), describe los mtodos sofsticos
de refutacin de una tesis, y fue el ltimo en ser aa
dido a la obra.
Los Tpicos fueron escritos por un Aristteles muy
joven. El lenguaje es en gran parte platnico, y todava
no dispona Aristteles de varias de sus nociones ms
caractersticas (como, las de byle , o del par dynamis-enr-
geia), ni de su lgica formal, la silogstica. Precisamente
fue su inters inicial por la dialctica y por las inferencias
que puede realizar el preguntador para hacer caer en con
tradiccin al respondedor en el debate lo que acab des
pertando su inters por la lgica formal, que culminara
ms tarde con la creacin de la silogstica.
4, La dialctica 109

4.2. Los elementos de la dialctica

El libro I de los Tpicos es una introduccin a la dia


lctica) concebida como tcnica. Aristteles presenta to
dos los medios y reglas para vencer en el debate, la apli
cacin de los cuales no garantiza, sin embargo, la victo
ria, aunque la hace ms probable. Tampoco el mdico
cura siempre, ni el orador siempre convence, pero el do
minio de su tcnica les ayuda a hacerlo2.
La obra comienza con estas palabras: El propsito
de este estudio es encontrar un mtodo, con cuya ayuda
podamos razonar sobre todo problema que se nos propon
ga a partir de opiniones admitidas, y gracias al cual, si
nosotros mismos sostenemos un enunciado, no digamos
nada que le sea contrario 34.
Hay dos tipos de razonamientos dialcticos: la deduc
cin y la induccin. La deduccin [ syllogisms] es un
discurso UgosJ en el que, sentadas ciertas cosas, nece
sariamente se sigue de ellas algo distinto de ellas *. La
deduccin es demostrativa (constituye una demostracin
cientfica) cuando parte de premisas verdaderas y pri
mordiales, o que a su vez se han obtenido deductiva
mente a partir de verdades primarias. La deduccin es
dialctica cuando parte de opiniones admitidas, plausi
bles. Y es erstica cuando parte de opiniones que ni
siquiera son admitidas o plausibles.
La induccin [ epagdg] es el camino desde las cosas
singulares hasta lo universal 5. De todos modos, Arist
teles no utiliza la induccin para generalizar observacio
nes individuales, sino ms bien para comprobar o verifi
car en concreto que una proposicin universal previa
mente propuesta se cumple en diversos casos singulares.
Es un medio de confirmacin o comprobacin ms que
de descubrimiento. El respondedor es forzado a aceptar

2 Topik, I, 101 b 5
3 Ibid, I, 100 a 1.
4 Ibid, I, 100 a 25.
5 Ibid, I, 105 a 13.
110 Historia de la filosofa, 4

una proposicin universal, a base de irle haciendo acep


tar ejemplos que la cumplen.
Los problemas sometidos a discusin o debate deben
ser interesantes y polmicos, es decir, ni evidentemente
ciertos v triviales ni claramente absurdos, ni tampoco ex
cesivamente complicados y difciles. Tampoco deben ha
cer necesario el recurso a la sensacin, sino que deben
ser solubles mediante argumentaciones, preguntas y res
puestas. En definitiva, todo debe quedarse en una justa
de palabras y razonamientos, en una competicin de ha
bilidad dialctica y viveza de espritu.
El preguntador slo puede utilizar como premisas de
sus argumentaciones proposiciones previamente acepta
das por su contrincante. A ese efecto ha de tratar de ha
cerle aceptar opiniones normalmente admitidas, aunque
aparentemente no relacionadas con la tesis que l de
fiende, para luego deducir de ellas la conclusin con
tradictoria de su tesis, con lo que sta quedar refutada
y el respondedor, vencido. El preguntador propone las
proposiciones (protaseis) bajo la forma de preguntas del
tipo: acaso A? A , no es verdad? Una proposicin
dialctica es .una pregunta plausible, bien para todos, bien
para la mayora, bien para los sabios, ... y que no sea
paradjica, pues cualquiera hara suyo lo que es plausi
ble para los sabios, siempre que no sea contrario a las
opiniones de la mayora... Por otra parte, todas las opi
niones que estn de acuerdo con las tcnicas son propo
siciones dialcticas; pues cualquiera aceptar las opinio
nes de los que han estudiado estas cosas, por ejemplo, las
del mdico sobre cuestiones de medicina o las del ge
metra acerca de cuestiones de geometrac. La proposi
cin dialctica es una idea que el preguntador propone al
respondedor para su aceptacin o rechazo. Si propone
ideas admitidas por todos o por muchos, el contrincante
tendr que aceptarlas o, en caso contrario, quedar mal
ante el pblico que asiste al debate.

6 Ibid, I, 104 a 8, 33.


4. La dialctica 111

Los instrumentos de que se sirve uno en la discusin


son: el proponer proposiciones adecuadas, el distinguir
los distintos significados de una misma palabra,- el en
contrar diferencias y el captar semejanzas.
Hay que proponer proposiciones asumiendo bien las
opiniones de todo el mundo, bien las de la mayora, bien
las de los sabios... Adems, todo lo que parece darse
en todos los casos, o en la mayora de ellos, se ha de
tomar como principio y tesis admitida; pues los inter
locutores aceptan una proposicin cuando no ven los
casos en que no se cumple. Por otra parte, es til tam
bin recopilar proposiciones de entre las expuestas en los
libros, y confeccionar listas sobre cada tema, agrupn
dolas bajo epgrafe, como ''sobre el bien" o "sobre el
animal"... Tambin conviene indicar al margen el nom
bre del autor de cada opinin, anotando, por ejemplo,
que fue Empedokls quien dijo que los elementos de los
cuerpos son cuatro; pues cualquiera aceptara lo dicho
por alguien reputado7.
El saber distinguir los diversos significados de una
palabra es muy til en la discusin. El examen de los
diversos sentidos del mismo trmino sirve para clarifi
car el debate (en efecto, uno sabr mejor lo que propo
ne el otro, una vez que se haya puesto en claro de cun
tas maneras se dice) y, tambin, para que los razona
mientos se formen de acuerdo con el objeto y no en re
lacin al nombre, pues, de no ser evidente de cuntas
maneras se dice, cabe que el respondedor y el pregun-
tador no dirijan su pensamiento hacia la misma cosa...
Es til tambin para no caer en razonamientos trucados
[paralogismo^ y para saber construirlos. En efecto, sa
biendo de cuntas maneras se dice algo, no correremos
el riesgo de caer en la trampa de un razonamiento truca
do, sino que nos daremos cuenta si'el preguntador cam
bia de sentido durante su argumentacin; y. si somos
nosotros mismos los que preguntamos, podremos cons
truir razonamientos trucados, suponiendo que el respon-

7 Ibid, I, 105 a 35.


112 Historia de la filosofa, 4

dedor ignore de cuntas maneras se dice 8. La insisten


cia de Aristteles en clarificar la diversidad de sentidos
de las palabras representa un gran progreso sobre toda
la filosofa griega anterior, que con frecuencia se haba
liado en seudoproblemas basados en la equivocidad y
sin duda tendra un efecto muy saludable en la marcha
de los debates. Pero la finalidad de la distincin es tc
nica, dialctica: no se trata de distinguir los significados
por afn de precisin cientfica, sino para deshacer las
trampas conceptuales del contrario y para mejor tenderle
nosotros mismos otras trampas.
Aristteles ofrece numerosos criterios para analizar la
diversidad de sentidos de una palabra. Uno de ellos es
el siguiente: S una cosa se dice de muchas maneras o
de una sola, se ha de ver... mirando si lo contrario se
dice de muchas maneras... Por ejemplo, en la voz, lo
contrario de lo agudo es lo grave; en el cuerpo slido,
en cambio, lo obtuso. As pues, es evidente que lo con
trario de lo agudo se dice de muchas maneras. Y, por
ende, tambin lo agudo; pues en cada una de aquellas
cosas lo contrario ser distinto. En efecto, no ser el
mismo agudo lo contrario de obtuso y lo contrario de
grave, por ms que lo agudo sea lo contrario de ambos.
Ms an, lo contrario de lo grave en la voz es lo agudo;
en cambio, en el cuerpo lo leve; de modo que lo grave
se dice de muchas maneras, puesto que tambin su con
trario se dice a s9. Tambin sobre la bsqueda de di
ferencias y semejanzas se nos ofrecen consejos tcnicos
dialcticos.
Por qu imparta Aristteles un curso de dialctica
y por qu escriba un tratado sobre esta tcnica? Para
qu sirve la tcnica dialctica que Aristteles nos ofrece
en los Tpicos, aparte de para vencer en los debates p
blicos? Segn l mismo nos seala10, para tres cosas:
1) La dialctica sirve como entrenamiento, ejerctacin

8 Ibid, I, 108 a 18.


9 Ibid, I, 106 a 9.
w Ibid, I, 101 a 25.
4. La dialctica 113

o gimnasia mental, que nos pone en disposicin de ar


gumentar y discutir con ms soltura y habilidad sobre
cualquier tema. 2) La dialctica sirve para convencer
a los dems en nuestras conversaciones, pues discutire
mos con ellos, no a partir de pareceres ajenos, sino de
los suyos propios, forzndoles as a modificar aquellas
opiniones suyas que nos parezca inaceptables. 3) La dia
lctica sirve para avanzar en filosofa, pues la costum
bre de reunir los argumentos en pro y en contra de
cada tesis nos permitir discernir ms fcilmente la ver
dad en cada cuestin. Adems nos permitir tambin
discurrir de alguna manera sobre los principios primeros
de cada ciencia, que se escapan al tratamiento cientfico
(pues si no, no seran primeros). De ah el inters de
ensear y aprender dialctica en una escuela filosfica.
De todos modos no hay que olvidar que la dialctica es
esencialmente distinta de la filosofa y de la ciencia. Aun
que a veces traten de las mismas cuestiones, la filosofa
las enfoca desde el punto de vista de la verdad, y la
dialctica, del de la opinin u.

4.3. Los lugares o tpicos

Los discutidores se aprestaban al debate sin saber cul


iba a ser el tema a discutir y, por tanto, sin poder pre
pararlo. Tampoco disponan de notas escritas ni posibi
lidades de consulta. Tenan que fiarlo todo a su habilidad
dialctica y su memoria. Siendo los temas o problemas
debatibles infinitos, no tendra sentido tratar de memo-
rizar informacin sobre todos ellos. La tcnica dialcti
ca tena que proporcionar ms bien esquemas generales
multvalentes de argumentacin, a partir de los cuales
el discutidor pudiera construir argumentaciones ad hoc
sobre cualquier tema. Estos esquemas son los llamados
lugares o tpicos (tpoi).

11 Ibid, I, 105 b 30.


114 Historia de la filosofa, 4

La mayor parte de Topik, a saber, los libros II al


VII, estn dedicados a exponer un amplio repertorio de
lugares. Aunque stos dan su nombre a la obra (Topik,
es decir, los Tpicos), sin embargo y curiosamente Aris
tteles no define en ningn lado lo que es un lugar o
tpico {topos).
Los tpicos se usan tanto en la retrica como en la
dialctica. En la Retrica subraya Aristteles que los t
picos tienen aplicacin en todos los dominios en que
razonamos en general, sin partir de premisas cientficas
especializadas. Digo que son deducciones dialcticas y
retricas aquellas en las que aplicamos los tpicos. Los
tpicos son los lugares comunes acerca de cuestiones de
derecho y ciencia natural y poltica y otras disciplinas
diferentes, como, por ejemplo, el tpico del ms y el
menos, pues a partir de l se podr obtener una deduc
cin o un entimema acerca de cuestiones de derecho o
de ciencia natural o de cualquier otra disciplina... Los
lugares comunes no harn a nadie especialista en ciencia
alguna, pues no se refieren a ningn tema en particu
lar 1213. Lo que ms se acerca a una definicin es decir
que el tpico o lugar es aquello bajo lo que vienen a
comprenderse muchos entimemas n. Los tpicos son,
pues, esquemas argumentativos aplicables a cualquier ti
po de discurso, discusin o tema, y bajo los que se com
prenden (o a partir de los que se pueden construir)
numerosos entimemas y deducciones dialcticas.
El preguntador se ve obligado a improvisar en el de
bate. Lo que tiene que improvisar es una argumentacin
en la cual, a partir de proposiciones previamente acepta
das por el adversario, puede deducir como conclusin la
tesis contradictoria de la sostenida por el respondedor.
Para ello tiene que proponer a su contrincante proposi
ciones que cumplan tres condiciones: 1) que no parezcan
poner en peligro directo la tesis del respondedor (si no,
ste no las aceptara; 2) que parezcan admisibles por todo

12 Tkhne rhtorike, I, 2, 1358 a 10.


13 Ibid, II, 26, 1403 a 18.
4. La dialctica 115

el mundo (para que el respondedor no pueda por menos


de aceptarlas); y 3) tales, que a partir de ellas sea dedu-
cible la negacin de la tesis mantenida por el responde
dor, De dnde sacar esas proposiciones, cmo buscar
las y encontrarlas? Con ayuda de los tpicos, que son
suficientemente generales como para ser aplicables a cual
quier tema, y, por tanto, de relativamente fcil recorda
cin, pues hacen innecesaria la memorizacin de innu
merables premisas especiales sobre todos los temas posi
bles. Hay que intentar dominar aquellas cosas en las
que los razonamientos inciden ms veces... Es de utili
dad estar a la mao con los principios y saber de me
moria las .proposiciones... Y una proposicin comn se
Ha de guardar en la memoria ms que el argumento; pues
as no es demasiado difcil tener principios e hiptesis
en abundanciaM. Y es preciso tambin tener argu
mentos ya hechos para aquella clase de problemas en los
que, disponiendo de pocos recursos, podremos aplicarlos
a la mayora de cuestiones ls.
En definitiva, un tpico o lugar es un instrumento
para producir premisas apropiadas para el razonamiento
dialctico, es decir, premisas que implican la negacin
de la tesis sostenida por el contrincante. Un mismo t
pico puede encontrar aplicacin en una gran variedad de
temas, por eso basta memorizar un nmero limitado de
ellos para poder afrontar un nmero ilimitado de discu
siones, Por otro lado, varios tpicos distintos son apli
cables al mismo caso. As, si el contrincante rechaza la
proposicin construida conforme a uno de ellos, podemos
construir otra conforme a otro y proponrsela para su
aceptacin.
Cada tpico es de aplicacin a las tesis de cierto tipo.
Si la tesis que queremos refutar es de ese tipo, el tpico
nos sugiere cmo construir una proposicin adecuada.
Aristteles formula los tpicos en abstracto y los hace
seguir por ejemplos. Veamos uno cualquiera de los nu-145

14 Topik, V III, 163 b 22.


15 Ibid, V III, 164 b 16.
116 Historia de la filosofa, 4

merosos tpicos expuestos: Examinar a la inversa las


negaciones, tal como se dijo en el caso del accidente;
por ejemplo, s lo agradable es precisamente aquello que
es bueno, lo no-bueno no ser agradable; en efecto, es
imposible, si realmente lo bueno es el gnero de lo agra
dable, que algo no-bueno sea agradable; pues, de aque
llas cosas de las que no se predica el gnero, tampoco
se predica ninguna de las especiesw. Es decir, si la
tesis afirma que un tipo de cosas es de un cierto gnero,
podemos tratar de refutarla buscando algo que no per
tenezca a ese gnero, pero s a ese tipo de cosas, de.
donde podemos 'inferir la negacin de la tesis. Por ejem
plo, si la tesis afirma que lo agradable es bueno, y en
contramos algo que no es bueno, pero es agradable, po
dremos refutarla mediante un razonamiento que diga:
Si lo agradable es bueno, entonces lo que no es bueno
no es agradable; pero tal cosa no es buena y, sin em
bargo, es agradable; por consiguiente, no es cierto que
lo agradable sea bueno.
La obra Tpicos es una verdadera selva de lugares o
tpicos. Precisamente para ordenarlos de alguna manera
introduce aqu Aristteles su doctrina de los predica
bles. Los debates de la Akademia que eran los que
ms cerca tena solan versar sobre definiciones o cla
sificaciones, y se centraban en enunciados (cuantxficacio-
nalmente indefinidos) en que un concepto se predica
de otro: S es P. En calidad de qu se predica P de S?
Segn Aristteles bay cuatro posibilidades (llamadas pre
dicables por los filsofos posteriores): que P se predique
de S como definicin, como peculiaridad, como gnero
o como accidente. Considerando cmo se predica el pre
dicado del sujeto en la tesis objeto de discusin, divide
Aristteles los tpicos o lugares en tpicos del accidente
(tratados en los libros II v III del Topik), tpicos del
gnero (en el IV), tpicos de la peculiaridad (en el V) y
tpicos de la definicin (en los libros VI y VII).167

16 Ibid, IV, 124 b 7.


17 Topika, V III, 159 a 18.
4. La dialctica 117

4.4. La prctica del debate

El libro VIII de Topik est dedicado a fijar las re


glas del debate dialctico y a dar consejos tcnicos al
discutidor, tanto en su papel de preguntador o impug
nador como en su papel de respondedor o sostenedor.
La iniciativa en el debate la lleva el preguntador. En
palabras de Aristteles es misin del preguntador con
ducir el debate de modo que haga decir al respondedor
las cosas ms absurdas, obtenindolas como consecuencias
de su tesis. Es decir, la misin del preguntador con
siste en tratar por todos los medios de refutar al soste
nedor, hacindole admitir opiniones que contradicen a la
tesis por l sostenida. Si logra hacerlo en el tiempo mar
cado, habr ganado.
As como, el jugador de ajedrez, antes de mover la
pieza, ha de calcular en su fuero interno el efecto de la
jugada y sus consecuencias, as tambin el impugnador,
antes de preguntar o proponer una proposicin al con
trincante, ha de reflexionar sobre su previsible efecto
en la marcha subsiguiente de la discusin. La bsqueda
del lugar o tpico adecuado para probar o refutar una
tesis es comn al discutidor y al filsofo. Pero mientras
este ltimo se preocupa por la verdad objetiva y se des
preocupa de la aceptacin por los dems, el discutidor
dirige toda su atencin a que el adversario acepte lo que
l propone, pues slo a partir de premisas previamente
aceptadas puede construir la refutacin final de la tesis
en que consiste su victoria. Primeramente es preciso
que el que se dispone a preguntar encuentre el lugar a
partir del cual atacar; en segundo lugar ha de formularse
preguntas y ordenarse cada cuestin para uno mismo;
en tercer y ltimo lugar, decir ya estas cosas ante el
otro. As pues, hasta el momento de encontrar el lugar,
la investigacin es semejante para el filsofo y para el
dialctico, mientras que ordenar las cuestiones y formu
lar las preguntas es va propio del dialctico, pues es
algo que se hace de cara al otro. Al filsofo..., en cam
bio, con tal de que las premisas por las que se establece
118 Historia de la filosofa, 4

el razonamiento sean verdaderas y sabidas, nada le im


porta que el respondedor no las acepte ie.
El preguntador ha de encontrar los lugares adecuados
para construir a partir de ellos las proposiciones que
necesita como premisas de su argumentacin, pero tam
bin ha de lograr que las acepte su contrincante. El sos
tenedor no las aceptar s sospecha que de ellas se sigue
la negacin de su tesis. Por tanto hay que formular las
proposiciones de tal modo que se disimule su relacin
con la conclusin, y hay que entremezclarlas con otras,
que no sirvan para nada, ms que para disimular. Las
adoptadas para disimular la conclusin lo son por mor
de competir; pero, ya que toda esta actividad est diri
gida contra otro, es necesario emplearlas tambin u>.
Aristteles estudia con detalle la tctica dialctica. No
hay que proponer al adversario proposiciones demasia
do prximas a su tesis, pues no las aceptar. Mejor bus
car y proponerle proposiciones lo ms alejadas posible
de la conclusin a la que queremos llegar (la negacin
de la tesis), pero que a pesar de todo la impliquen. Ade
ms, no enunciar las conclusiones segn se pueden ir
obteniendo, sino probarlas todas juntas al final 20, para
as sorprender al sostenedor. Y no proponer aquello
mismo que es preciso que se acepte, sino aquello que
lo acompaa necesariamente, pues los respondedores se
muestran ms de acuerdo sobre ello, por no quedar igual
de manifiesto a partir de ah la consecuencia que va a
desprenderse, y, una vez aceptado lo uno, queda acep
tado tambin lo otro 21.
Las reglas implcitas del debate son explicitadas por
Aristteles. Por ejemplo, el impugnador que haya logra
do hacer aceptar por el sostenedor varios ejemplos de un
enunciado general, tiene derecho a exigirle que o bien
acepte ese enunciado general o bien formule una obje
cin. Cuando, al hacer la induccin sobre muchos casos,*13
13 Ibid, V III, 155 b 2.
13 Ibid, V III, 155 b 25.
33 Ibid, V III, 156 a 12.
31 Ibid, V III, 156 b 27.
4. La dialctica 119

no se concede lo universal, entonces es justo exigir que


se formule la objecinsa. Las preguntas o proposiciones
planteadas por el preguntador han de ser tales, que pue
dan ser respondidas por s o no: Es tal cosa as?,
pero no cuntos hay tales? o qu es tal? o por
qu tal cosa?, pues esas preguntas no pueden respon
derse por s o no. Tampoco se puede repetir insistente
mente la misma pregunta, pues ello arruina la gracia del
debate.
Tambin el efecto psicolgico es tenido en cuenta por
Aristteles en consejos como stos: Conviene ponerse
objeciones a uno mismo, pues los respondedores se com
portan sin recelo ante los que parecen argumentar xmpar-
cialmente. Tambin es til aadir que tal cosa se dice
as habitualmente, pues los que responden son reacios
a rechazar lo generalmente adm itido...2223.
El sostenedor o respondedor ha de tratar de hacer
que pase el tiempo sin que el preguntador logre refutar
su tesis, aunque jugando limpio y aceptando lo admisi
ble y no inmediatamente peligroso. Si la tesis le vino
dada de antemano y no fue elegida por l, y es indefen
dible, entonces su misin consiste en hacer que lo im
posible o lo paradjico no parezca desprenderse de su
mediacin, sino de la tesis; pues sin duda son distintos
el error de fijar una tesis inaceptable y el de no defender
del modo debido la tesis ya fijada 24.
Aristteles ofrece tambin sus consejos a quien haga
de sostenedor o respondedor. Este no debe dejarse en
redar por planteamientos confusos del preguntador. Hay
que salir al paso de las cosas que se dicen oscuramente
y de varias maneras. Al que responde, si no entiende,
le est permitido decir: No entiendo.' Si la cosa se di
ce de varias maneras, no es necesario aceptarla o recha
zarla. Si lo dicho no est claro, no hay que privarse de
decir que no se comprende, pues muchas veces se pre

22 Ibid, V III, 157 a 34.


23 Ibid, V III, 156 b 18.
21 Ibid, V III, 159 a 23.
120 Historia de la filosofa, 4

sentan dificultades por dar audiencia a los que pregun


tan sin claridad... Pero si lo preguntado es claro y sim
ple, hay que responder o no 25. En la discusin hay
que intentar ganar, pero, como en cualquier deporte o
juego sometido a reglas, hay que jugar limpio y de bue
na fe. Si la pregunta es clara y unvoca, hay que respon
der clara y unvocamente que s o que no. Y ante la
propuesta de una proposicin universal, hay que aceptar
la o, si no, presentar una objecin, aunque sea aparente,
y mejor an si es real, como un contraejemplo. Contra
lo universal hay que intentar presentar una objecin;
en efecto, impedir la argumentacin sin una objecin,
real o aparente, es actuar de mala fe. Si, pues, aun po
nindose de manifiesto en muchos casos, no se concede
lo universal, y ello sin hacer objeciones, es patente que
uno acta de mala fe 2627.
El aspecto de juego limpio, de fair play, del debate
es muy importante para Aristteles. Por eso no hay que
discutir con todo el mundo, con cualquiera, sino slo
con los que acepten las reglas del juego y sepan ganar y
perder con gracia y compostura. El debate tiene un fin
o tarea comn, en el que participan los dos contendien
tes: ejercitarse, lucir sus habilidades y entretener a los
espectadores. Pero un colega deshonesto obstaculiza la
tarea comn 37, por ejemplo, un respondedor que est
al acecho de lo que pueda contrariar al que pregunta, ul
trajndole de paso. Si se acta de mala fe, las discusio
nes degeneran en peleas, y ya no son debates dialcti
cos28.
En definitiva, el debate dialctico es un deporte del
espritu, una gimnasia de la inteligencia y la astucia.
Coincidiendo con los sofistas, pero de un modo ms se
rio, es decir, ms tcnico, Aristteles nos invita a en
trenarnos en ese ejercicio intelectual, defendiendo y ata
cando, alternativamente, todo lo habido y por haber, y
25 Ibid, VriX, 160 a 18.
26 Ibid, V IH , 160 b 1.
27 Ibid, V III, 161 a 38.
28 Ibid, V III, 161 a 21.
4, La dialctica 121

sus contrarios. Ya que tales argumentos se dan por mor


de ejerctacin y no de enseanza, es evidente que no
slo hay que probar por razonamiento lo verdadero, sino
tambin lo falso, y no siempre mediante verdades, sino,
a veces, tambin mediante falsedades..., pues nada im
pide que a alguien le parezcan ms plausibles que las
cosas verdaderas otras que no lo son, de modo que, al
argumentar a partir de las cosas que son plausibles para
l, quedar ms convencido... 29. Lo nico exigible es
que la argumentacin sea formalmente correcta; otra cosa
sera no jugar limpio.
Hay que entrenarse en la dialctica, y el entrenamien
to as obtenido no slo nos ser til para ganar los de
bates, sino tambin en empresas de ms monta, como la
propia filosofa. Respecto a cada tesis, hay que mirar
la forma de abordarla, tanto diciendo que es as como
que no es as, y, una vez hallado un argumento, tratar
inmediatamente de refutarlo; as uno se ejercitar tanto
en preguntar como en responder. Y s no tenemos a na
die a quien dirigimos, discutiremos con nosotros mis
mos. Y, al escoger los medios de atacar una misma tesis,
debemos alinearlos unos al lado de otros, pues esto pro
duce una gran abundancia de argumentos para forzar al
adversario y para refutar... Y el poder ver y haber visto
globalmente las consecuencias que se desprenden de una
y otra hiptesis no es un instrumento de poca monta
para la ciencia y la filosofa, pues slo resta elegir co
rrectamente una de las dos cosas 30. El filsofo, natu
ralmente (y a diferencia del dialctico), despus de haber
analizado los argumentos en pro y en contra de las dos
tesis contradictorias, elegir la tesis verdadera.

4.5. De la dialctica a la lgica

En el debate dialctico el nfasis se pone en la refu


tacin de la tesis mantenida por el sostenedor. La refu-
29 Ibid, V III, 161 a 25.
30 Ibid, V III, 163 b 1.
122 Historia de la filosofa, 4

tacin consiste en la deduccin de la negacin de esa


tesis. Esa deduccin no necesita partir de premisas ver
daderas; basta con que parta de premisas previamente
aceptadas por el contrincante. Pero si no es exigible en
dialctica partir de premisas verdaderas, s lo es, en cam
bio, argumentar de un modo formalmente correcto, de
ducir sin hacer trampa en la inferencia, jugar limpio, res
petar las reglas del juego. Una deduccin defectuosa sera
incorrecta y no sera dialctica, sino meramente erstica
o sofstica.
Aristteles daba mucha importancia a evitar uno mis
mo las seudodeducciones sofsticas en el debate, y a
darse cuenta de las del contrincante, a fin de denunciar
las. En el debate se trata de refutar limpiamente, sin
trampa. Una refutacin falaz, basada en una prueba in
correcta, es una refutacin sofstica. Una vez concluido
el resto de la obra Topik , Aristteles todava le aadi
un libro suplementario especialmente dedicado a este
tema, y titulado precisamente Perl sophistikon elnkhon
(Sobre las refutaciones sofsticas).
Este libro contiene una gran cantidad de anlisis de
posibles incorrecciones en la refutacin. Nosotros sabe
mos que la relacin de consecuencia entre enunciados
no es simtrica. Aristteles tambin lo saba y seala la
ignorancia de este punto como fuente de inferencias in
correctas. La refutacin aparente en funcin de la con
secuencia surge de creer que la consecuencia es reversi
ble. En efecto, si cuando se da lo uno, tambin se da lo
otro, algunos suponen que cuando se da lo otro, tam
bin se da lo uno... Y como ocurre que, al llover,
la tierra queda empapada, si est empapada se supone
que ha llovido; pero ello no es necesariamente a s31.
En efecto, podra ser que la tierra estuviese empapada
porque la hemos regado, no porque haya llovido.
El inters tcnico por la prctica del debate y por
ganar limpiamente las discusiones condujo a Aristteles
al estudio riguroso y desinteresado de la deduccin l-

31 Perl sophistikon elnkhon, 5, 167 b 1.


4. La dialctica 123

gicamente vlida, que culminara en la elaboracin de la


silogstica. Pero antes tendra que superar una serie de
obstculos, tales como la formulacin cuantificacional-
mente indefinida de los enunciados, heredada de Platn
y usada en la Akademia.
Los enunciados objeto de argumentacin en los Tpi
cos son enunciados indefinidos (adiristoi lgoi) en que
el sujeto y el predicado estn sin cuantificar, como ani
mal es alado, en que no se precisa s todo animal es
alado o algn animal es alado. Esta ausencia de cuanti-
ficacin trata de ser compensada mediante la introduccin
de los predicables. En vez de decir que todos los perros
son animales, se dice que animal se predica de perro
como su gnero. Y en vez de decir que algunos animales
(pero no todos) son alados, se dice que alado se predica
de animal como su accidente. Este tratamiento resulta
farragoso y poco preciso. Slo mediante la posterior in
troduccin de cuantficadores todos, algunos podr
Aristteles precisar formalmente lo que es una deduccin
correcta. De todos modos ya aqu se encuentran prefigu
radas algunas de sus leyes lgicas, como la de subalterna
cin: una vez que hayamos mostrado que algo se da en
todos, tambin habremos mostrado que se da en algu
no 32. En el anlisis de las tcticas para refutar al con
trincante est el origen del gran inters de Aristteles
por la contradiccin entre enunciados, que ms tarde
conducira a su doctrina de la oposicin, expuesta en
Peri hermeneas.
Al final de Sobre las refutaciones sofisticas recapitu
la Aristteles el contenido de toda su obra Tpicos, y
manifiesta su orgullo por haber sido el primero en con
vertir la dialctica de una mera rutina emprica en una
verdadera tcnica. En el estudio sistemtico de la dia
lctica y en el anlisis de la deduccin, Aristteles tuvo
que partir de cero. En cuanto a este estudio no es que
una parte estuviera previamente elaborada y otra no,
sino que no haba nada en absoluto. En efecto, la edu

Topik, II, 109 a 3.


124 Historia de la filosofa, 4

cacin impartida por los que trabajan a sueldo en torno


a los argumentos ersticos serams o menos semejante
a la prctica de Gorgas; pues daban a aprender de me
moria, los unos, discursos retricos y, los otros, argu
mentaciones en forma de preguntas, acerca de los temas
sobre los que pensaban que versaban la mayora de las
discusiones. Por ello la enseanza, para los que apren
dan de ellos, era rpida, pero sin tcnica; pues dando,
no la tcnica, sino los productos de la tcnica, crean
estar educando, como si uno... no enseara la tcnica
de hacer zapatos..., sino que se limitara a ofrecer varios
tipos de calzados de todas clases; pues ste dara una
ayuda til, pero no transmitira una tcnica. Sobre las
cuestiones de retrica existan ya muchos y antiguos
escritos, mientras que sobre el razonar no tenamos ab
solutamente nada anterior que citar, sino que hemos
debido afanarnos empleando mucho tiempo en fatigosas
investigaciones. Y, si despus de haber considerado esto,
os parece que, como corresponde a las cosas que estn
en su inicio, este mtodo ocupa su lugar honorablemen
te al lado de otras disciplinas que se han venido desarro
llando a partir de una tradicin, no os quedar, a todos
vosotros que habis seguido estas lecciones, ms que
mostrar comprensin por sus lagunas y agradecimiento
por sus hallazgos 13. Con estas solemnes palabras acaba
la obra.

33 Perl sophisttkdn elnkhbn, 34, 183 b 35.


5. El lenguaje

5.1. El inters por el lenguaje

Los griegos antiguos haban sentido la fruicin del


lenguaje como pocos. La vida de los hombres libres gi
raba en torno a la conversacin, la discusin, el pleito,
el discurso, la recitacin potica, etc. Por eso no es de
extraar que los primeros profesores, los sofistas, fuesen
bsicamente profesores de actividades lingsticas, maes
tros de cosas que se hacen con el lenguaje. A diferencia
de los rapsodos, que se limitaban a recitar las epopeyas
tradicionales, los sofistas las comentaban, explicaban y
criticaban. Las opiniones de Gorgas sobre el efecto de
la literatura en el nimo del oyente son un precedente
de la potica aristotlica. A diferencia de los oradores
polticos, que pronunciaban directamente sus discursos
en la asamblea, los sofistas pretendan ser maestros de
retrica y ofrecan consejos, recetas v enseanzas para
convertir a cualquiera en orador. Y a diferencia de los
filsofos, que defendan obstinadamente sus propias te
sis como las nicas verdaderas, los sofistas pretendan
125
126 Historia de la filosofa, 4

ser capaces de defender y atacar alternativamente cual


quier tesis y su negacin, mostrndose as como expertos
en dialctica. Crtica literaria, retrica y dialctica tienen
en comn ser actividades que se realizan qon y en el
lenguaje. Y los sofistas eran expertos en lenguaje y ena
morados del lenguaje y su fascinante potencia.
Platn haba condenado la literatura, la retrica y el
arte sofstico de la discusin desde dos puntos de vista.
Por un lado, los haba condenado como amorales y peli
grosos. Por otro lado, los haba despreciado como burdas
rutinas. Platn haba enfatizado la diferencia entre
tkhn {tcnica, basada en un saber autntico y en re
glas precisas) y emperna (rutina, mero empirismo no ela
borado intelectualmente), y haba anatemizado las ense
anzas de los sofistas como mera emperna. Aristteles
no prest mucha atencin a las acusaciones platnicas
de amoralidad o peligrosidad, que le parecan sacadas de
quicio, pero en cambio se tom muy en serio los repro
ches de rutinarismo primitivo y no tcnico. El Aristte
les de la Akademia, que haba cogido gusto a la vida
urbana de Atenas, a sus representaciones teatrales, dis
cusiones y discursos, se propuso hacer bien lo que los
sofistas haban hecho mal. El tratara de la potica, la
retrica y la dialctica, sacndolas del nivel rutinario,
con razn criticado por Platn, y elevndolas al status
de verdaderas y respetables tcnicas. Y, en efecto, sobre
esos tres temas dio cursos en la Akademia, como ya sa
bemos.
El inters de los sofistas por las actividades lingsti
cas trajo como natural consecuencia su inters por la
lengua. Los sofistas fueron los primeros en ocuparse
reflexivamente de la lengua que hablaban y mediante el
uso adecuado de la cual tanto prometan conseguir.
La potencia prctica de la lengua se ve incrementada
por su uso correcto. De ah que una de las preocupacio
nes primordiales del gran sofista Protagoras fuera la
orthopeia, la correccin de la expresin. Esta preocupa
cin le llev a realizar los primeros anlisis lingsticos
de que tengamos noticia en el mundo griego. Protagoras
5. El lenguaje 127

distingui cuatro tipos distintos de actos de habla: peti


ciones, mandatos, preguntas y respuestas. Incluso critic
a Homeros por dar rdenes a la musa en vez de dirigirle
splicas, cuando al comienzo de la litada le dice: Canta,
oh diosa, la clera... Protagoras fue tambin el primero
en distinguir los gneros masculino, femenino y neutro
de las palabras, y en criticar los defectos de concordan
cia en gnero.
El sofista Prdikos, veinte aos ms joven que Pro
tagoras, cobraba considerables sumas de dinero por sus
lecciones sobre la correccin (orthts) de las palabras.
Analizaba con sutileza los significados de los vocablos
prximos o emparentados, e insista en las distinciones
semnticas precisas.
Del sofista Hippas sabemos que ya analizaba las pa
labras en slabas, y las slabas en elementos mnimos o
fonemas, adems de ocuparse de la cantidad de las sla
bas, la mtrica y la versificacin.
Protagoras y los otros sofistas designaban a todas las
palabras con una misma expresin, onmata. Platn fue
el primero en dividir las palabras en dos clases: onmata
y rhmata. Esta divisin no coincide exactamente con la
posterior divisin aristotlica en nombres y verbos, pero
de algn modo la anticipa. Los onmata son los nombres
de las cosas-, los rhmata son lo que se dice de las cosas.
Por ejemplo, amigo de Zeus es un rhma \ Tambin
dice Platn que el noma se refiere al agente, v el rhma,
a la accin12. En cualquier caso, ni el uno ni el otro
manifiestan nada aisladamente, sino slo tras su- enlace
para producir una oracin (lgos).
Platn, siguiendo a Hippas, analiza las palabras en
slabas, y las slabas en fonemas (stoikheta). Pero, yendo
ms all de Hippas, divide los fonemas en vocales, por
un lado, y consonentes y mudos, por otro3.
En el campo de la semntica, finalmente, Platn ded-

1 Platn: Kratylos, 399 a.


2 Platn: Sopbistes, 261 e.
3 Platn: Kratylos, 424 c; Phtlbos, 18 b.
128 Historia de la filosofa, 4

c su dilogo Kratylos a discutir si las palabras tienen


su significado por convencin o por naturaleza. Despus
de exponer y criticar argumentos a favor de ambas tesis,
deja la cuestin indecisa, concluyendo que lo mejor es
dejarse de nombres e ir directamente' a las cosas mismas.

5.2. Partes de la elocucin

Platn haba dividido las palabras en dos clases: nom


bres y rhemata (verbos o predicados). Aristteles recoge
y ampla considerablemente esta divisin platnica, aa
dindole varios tinos ms de palabras. Los textos rele
vantes de Aristteles son los primeros cuatro captulos
del libro Perl hermneas, el captulo 20 de la Potica
y el captulo 5 del libro III de la Retrica. Hasta la
poca helenstica nadie en Grecia ni siquiera Arist
teles pretendi elaborar una gramtica tcnica, por lo
que las observaciones de Aristteles sobre el lenguaje
se encuentran dispersas en varios lugares de su obra,
Aristteles llamaba elocucin (lxis) a la expresin
lingstica del pensamiento. El captulo 20 de la Potica
empieza as: Las partes de la elocucin entera son las
siguientes: fonema, slaba, ligamento, nombre, verbo, ar
ticulacin, flexin y oracin.
El fonema (literalmente, elemento, stoikheion) se de
fine casi como la mnima unidad distintiva del lenguaje
articulado. Muchos animales profieren sonidos comunica
tivos, pero esos sonidos no estn articulados en unidades
mnimas discretas que se combinan para formar preferen
cias complejas de significacin convencional. Las profe-
rencias sonoras que emitimos por nuestras bocas cuando
hablamos son significativas por convencin y analizables
en unidades mnimas discretas, indivisibles. Esas unida
des fnicas o fonemas son los elementos a partir de los
cuales se construyen todas las dems partes de la elocu
cin. El fonema es una fonacin indivisible, pero no
cualquiera, sino aquella de que se compone naturalmente
la proferencia compuesta, pues tambin los animales pro
5. El lenguaje 129

ducen fonaciones indivisibles, pero a ninguna de ellas la


llamo fonema. Los fonemas se dividen en vocales, semi
vocales y mudos. Es vocal el que sin percusin tiene so
nido audible; semivocal, el que con percusin tiene soni
do audible, como s y r; mudo, el que con percusin no
tiene por s ningn sonido, pero unido a los que tienen
algn sonido se torna audible, como g y d \ Aqu re
coge Aristteles la divisin platnica de los fonemas en
vocales y consonantes o mudos, aadindole los semi
vocales (kmfna), entre los que cuenta ir l y fs!, por
ser capaces de pronunciacin independiente.
La slaba es una proferen ca fnica no significativa,
compuesta de un elemento mudo y de otro que tiene so
nido s, es decir, de una consonante y una vocal o se
mivocal.
A partir de los fonemas se construyen las slabas, y a
partir de las slabas el resto de las partes de la elocucin.
Las mnimas unidades significativas del lenguaje articu
lado son los nombres y los verbos, que significan con-
vencionamente algo, pero ninguna de cuyas partes sig
nifica nada aisladamente. La palabra fachada significa
algo, pero ni fa, ni cha, ni da significan nada.
La diferencia entre el nombre y el verbo la pone Arist
teles en la referencia temporal del segundo. De hecho
l fue el primero en sealar que las diversas formas
verbales expresan relaciones temporales diferentes. El
nombre es una proferencia significativa por convencin,
sin referencia temporal, ninguna de cuyas partes es sig
nificativa por s misma... El verbo es una proferencia
significativa por convencin, con referencia temporal,
ninguna de cuyas partes tiene significado por s misma...
En efecto, human o blanco no significan cundo,
pero camina o ha caminado aaden a su significado
el tiempo presente en el primer caso, y el de pasado en
el segundo*6.
* Veri poitlks, 1456 b 22.
s Ibid, 1456 b 35.
6 Ibid, 1457 a 10; vase tambin Perl hermene'ms, 16 a 19,
16 b 6.
130 Historia de la filosofa, 4

Los nombres se dividen en nombres propiamente di


chos (en caso nominativo y sin negacin) human, bue
n o ,.. , nombres indefinidos o negados no human,
no-bueno ..., y nombres declinados en un caso distinto
del nominativo para el human, de Juan ... . Los nom
bres propiamente dichos se clasifican a su vez en simples
corcho y compuestos sacacorchos . Por otro la
do, los nombres se clasifican en usuales o catidianos, pa
labras inusitadas o glosas, y neologismos o nombres in
ventados.
Los verbos se dividen en verbos propiamente dichos
(que significan algo preciso de otra cosa, designada por
el nombre-sujeto, y tienen una referencia temporal pre
sente) duerme, verbos indefinidos o negados no
duerme , y verbos conjugados en un tiempo distinto
del presente dormir, durmi .... Entre los verbos
propiamente dichos ocupa un lugar especial el verbo
einai (ser), en cuanto que nada significa por s mismo,
sino slo la composicin de (los significados de) las pa
labras que une.
Aristteles gustaba de las comparaciones biolgicas.
Si los nombres y verbos son como los huesos y msculos
del animal, hay otras palabras o partculas lingsticas
comparables a los ligamentos y articulaciones, que unen
los diversos huesos y msculos entre s. El ligamento
(syndesmos) es una proferenca sin significado, apta por
naturaleza para construir a partir de varias proferendas
significativas una nica proferenca significativa 7, es de
cir, lo que los lgicos tardo-medievales llamaran un syn-
categorema, una expresin que de por s nada significa,
pero que ayuda a componer o precisar el significado de
las otras expresiones. Pero eso mismo puede decirse de
la articulacin (rthron), definida como una proferenca
sin significado, que ndica el comienzo, el trmino o la
divisin de la oracin. En realidad, no est nada clara
la diferencia que Aristteles quiere establecer. Como

7 Perl poetiks, 1456 b 39; vase tambin Tkhne rhetorike,


III, 1401 a 20.
5. El lenguaje 131

ejemplo de ligamento pone ciertamente, como ejemplo


de articulacin alrededor de. A veces se traducen esos
trminos aristotlicos por conjuncin y artculo, respec
tivamente, pero todava no tenan el preciso sentido gra
matical que posteriormente se dio a estas expresiones.
Una de las partes de la elocucin explcitamente dis
tinguida por Aristteles es la flexin (ptsis) 3. La len
gua griega es una lengua flexiva, en que muchas relacio
nes gramaticales entre las palabras se indican por las
flexiones (es decir, los cambios) que stas sufren, segn
la funcin que desempean en la oracin. Las flexiones
de los nombres son lo que ahora llamaramos los mor
femas de gnero, nmero y caso (los nombres se declinan
en griego, como en latn, alemn o ruso, y a diferencia
del castellano, que carece de flexiones nominales de caso,
de las que slo quedan residuos en los pronombres per
sonales: yo, me, m; t, te, ti; l, se, s). Las flexiones
de los verbos son los morfemas de modo, tiempo, per
sona, etc. Aristteles recoge y hace suya la distincin de
Protagoras de los gneros de las palabras (masculino, .fe
menino y neutro), recomendando al orador tenerla muy
en cuenta para bien formar las concordancias \
As como a partir de las slabas se forman las pala
bras, con stas se constituyen las oraciones. La oracin
(lgos) es una proferencia significativa por convencin, al
gunas de cuyas partes significan algo por separado 8910.
Esta definicin, tomada al pie de la letra, no se aplica
slo a la oracin, sino tambin a discursos ms amplios.
Y, en efecto, Aristteles pone la Ilada entera como ejem
plo de lgos compuesto.
La oracin (lgos) puede proferirse con diversas fuer-
2 as ilocucionarias, en funcin de las cuales Protagoras
haba distinguido cuatro tipos de oraciones (o de actos de
habla): splica, mandato, pregunta y respuesta. Arist
teles recoge esos cuatro tipos y aada dos ms: narra-

8 Perl poietiks, 1457 a 18.


9 Tkhne rketorik, III, 1407 b 7.
10 Perl poietiks, 1457 a 23; Perl bermeneas, 16 b 26.
132 Historia de la filosofa, 4

don y amenaza n. Desde el punto de vista de la ciencia


las nicas oraciones interesantes son las veritativamente
determinadas, los enunciados. Un enunciado lgos
apophantiks o apphansis es una oracin verdadera
o falsa 112.
Actualmente solemos considerar la negacin de un
enunciado simple como compuesta de ese enunciado sim
ple y de la partcula negativa. Aristteles, sin embargo,
considera que el enunciado simple no slo puede atribuir
un predicado a un sujeto, sino tambin puede no atribuir,
es decir, puede negar la atribucin de ese predicado a
ese sujeto. Desde este punto de vsta el enunciado simple
se divide en afirmacin katphasis y negacin
apphasis.
El enunciado puede ser simple o compuesto. El enun
ciado simple es una proferencia significativa acerca de si
algo se atribuye o no se atribuye, segn las divisiones
del tiempo 13. El enunciado compuesto es el resultado
de conectar varios enunciados simples mediante ligamen
tos (partculas conectivas o conjunciones),

5.3. Semntica

La palabra lgos significa en Aristteles tanto enun


ciado o discurso como lenguaje en general, entendiendo
por lenguaje la capacidad humana de representar y ha
brselas simblicamente con el mundo, tanto pensando
como hablando. Cuando quiere referirse a la vertiente
conceptual o mental, dice dinoia (pensamiento); cuando
se refiere precisamente a la vertiente lingstica en sen
tido estrecho, es decir, a la expresin hablada del pensa
miento, dice lxis (elocucin). Cuando dice lgos se man
tiene en un terreno ambiguo y, por as decir, neutral entre
el pensamiento y su expresin, entre la dinoia y la
lxts.
11 Veri poitiks, 1456 b 9.
12 Peri hermnelas, 17 a 2.
13 Ibid, 17 a 23.
5. El lenguaje 133

El pensamiento (dinoia) se opone a la intuicin, tan


to sensible como intelectual, y es la cara interna del
lenguaje. Mediante el pensamiento combinamos los con
ceptos y sus expresiones, las palabras, del modo ms
adecuado para lograr demostrar, emocionar, alabar, et
ctera. Corresponde al pensamiento todo lo que debe
alcanzarse mediante el lenguaje, como demostrar, desper
tar pasiones..., ensalzar y rebajar u. Por eso, la Potica
remite a la Retrica, donde, por ejemplo, se dice que el
discurso \lgos~\ escrito puede a veces ms por la ma
nera de pronunciarlo [lxis~\ que por el pensamiento
[dinoia~\ que expresa*1516.
Durante el siglo -v los sofistas haban planteado la
distincin entre lo que es por naturaleza y lo que es por
convencin. Significan las palabras aquello que de he
cho significan por naturaleza (porque tienen una relacin
natural con su significado) o meramente por conven
cin? Los sofistas se inclinaban por la tesis convenciona-
lista, pero todava Platn dedicaba al tema su dilogo
Kratylos, en el que daba igual beligerancia a ambas tesis.
Para Aristteles la discusin ya no es actual. Est claro
que las palabras nada tienen que ver por naturaleza con
sus significados. La significacin de las palabras es mera
mente convencional. En eso se diferencian las palabras de
la risa o el llanto, o de los sonidos que profieren los
otros animales. Las palabras significativas (phseis), es
decir, los nombres y verbos, son proferencas significati
vas por convencin, Por convencin, pues, ninguna pre
ferencia es por naturaleza un nombre, sino slo cuando
se la adopta como smbolo, ya que tambin los sonidos
inarticulados que profieren las bestias significan algo, pe
ro no son nombres w. No son nombres, porque su sig
nificado es natural, no convencional.
Cuando hablamos proferimos fonaciones, sonidos ar
ticulados, proferencas sonoras. Pero estas proferencias

u Perl poietiks, 1456 a 36.


15 T khne rhtorik, II, 1404 a 19.
16 Perl hermnelas, 16 a 26.
134 Historia de la filosofa, 4

que proferimos al hablar no son las mismas en todos los


pueblos. Slo los helenos hablan en griego. Otros hu
manes (los brbaros) hablan otras lenguas y profieren
proferendas sonoras distintas. Cuando escribimos, inscri
bimos letras o grafemas sobre un papiro u otro soporte.
Y tambin aqu hay que constatar una gran diversidad
de inscripciones. La escritura representa el habla, las le
tras son smbolos de los fonemas, las inscripciones simbo
lizan proferencias. (Al menos eso es lo que ocurre con
las escrituras fonmicas, como la griega; pero no ocurre
con las escrituras logogrfcas, como la china, o en las
logosilbicas, como la cuneiforme akadia. Ambas eran
mucho ms antiguas que la griega, pero Aristteles no
parece tener noticia de ellas.)
As como las inscripciones son smbolos de las pro
ferencias sonoras, stas a su vez son smbolos de ciertas
afecciones del alma, que consisten en la combinacin
o separacin de conceptos 17, y que constituyen los pen
samientos. Estas afecciones del alma son semejanzas
de las cosas sobre las que pensamos. En efecto, a los
conceptos de nuestra mente corresponden las cosas con
cretas o abstractas. Las cosas abstractas son las formas
platnicas, devaluadas y descendidas desde el cielo pla
tnico de las formas separadas hasta el mundo real de
las cosas concretas, en las cuales se encuentran como
universales incorporados. Si llamamos pensamientos a
las combinaciones de conceptos, y hechos a las relaciones
entre cosas y formas, o entre formas, entonces podemos
decir que hay una semejanza entre los pensamientos y
los hechos, pues en los pensamientos (verdaderos) los
conceptos se combinan o se separan precisamente cuan
do las cosas o formas correspondientes estn de hecho
combinadas o separadas. El mundo es el mismo para

17 De hecho, en griego clsico no existe la palabra concepto.


Aristteles nunca habla de conceptos, sino que se expresa me
diante el uso frecuente de formas neutras del artculo o del pro
nombre, difciles de traducir al castellano. Probablemente sera
ms fiel decir cosas en el alm a o afecciones del alm a en vez
de conceptos.
5 El lenguaje 135

todos los humanes, los hechos son los mismos. Por eso
las afecciones mentales o pensamientos, que son seme
jantes de esos hechos, son tambin las mismas para to
dos, a diferencia de las proferencias habladas y de las
inscripciones, distintas en cada pueblo.
Aristteles resume esta concepcin semntica al inicio
del libro Perl hermeneas-. Las proferencias habladas
son smbolos de las afecciones del alma, y las inscripcio
nes son smbolos de las proferencias habladas. Y as
como no todos los humanes usan las mismas letras, as
tampoco sus proferencias son iguales. Pero las afecciones
del alma, que son aquello de lo que las proferencias son
primariamente signos, son las mismas para todos. Y las
cosas reales, de las que las afecciones del alma son seme
janzas, son tambin las mismas.
Podemos pensar un concepto aislado, y proferir una
palabra aislada, pero ah todava no hay verdad ni fal
sedad. Estas surgen al unir o separar los conceptos en
nuestra mente e, indirectamente, al expresar mediante
un enunciado dicha unin o separacin. As como unas
veces se da en el alma un pensamiento sin verdad o fal
sedad, y otras veces un pensamiento con verdad o fal
sedad, as tambin sucede en el habla; pues lo falso y
lo verdadero dependen de la composicin y la separa
cin. Por tanto, los nombres y verbos se parecen a un
pensamiento sin composicin ni separacin 18. Lo que
se parece a (y es smbolo de) un pensamiento con com
posicin o separacin de conceptos (y por tanto verda
dero o falso) es el enunciado. Ya vimos que Aristteles
define precisamente el enunciado como la oracin que
es verdadera o falsa. En resumen, un enunciado es ver
dadero si este enunciado es el smbolo de un pensa
miento en que los conceptos correspondientes a su sujeto
y a su predicado se combinan o se separan tal y como
las correspondientes cosas o formas estn combinadas
o separadas en la realidad.
Muchos de los problemas (o seudoproblemas) que

18 Perl hermeneas, 16 a 9.
136 Historia de la filosofa, 4

haban atormentado a la filosofa griega prearistotlica


se deban a la falta de conciencia de la equivoddad de
ciertas palabras griegas. El sofista Prdikos se haba
empezado a ocupar de la cuestin, Y Aristteles ya es
perfectamente consciente de que muchas palabras son
equvocas, es decir, tienen varios significados muy dis
tintos, De hecho en diversos libros de Tpicos advierte
contra el peligro de los razonamientos confusos en vir
tud del empleo de palabras equvocas, y recomienda a
los discutidores explicitar los diversos sentidos de las
palabras empleadas, y precisar en cul de ellos las van
a emplear.
Cuando usamos la misma secuencia de fonemas con
significados distintos, para expresar conceptos distintos,
hoy en da solemos decir que se trata de una expresin
equvoca, o que los correspondientes morfemas son ho
mfonos. Aristteles, sin embargo, se coloca del lado de
las cosas (recurdese que las formas son cosas), y des
cribe la situacin diciendo que varias cosas tienen la pro
piedad de ser nombradas por el mismo nombre y son,
por tanto, homnimas (homonyma). Se llaman hom
nimas las cosas que slo tienen en comn el nombre,
mientras la definicin de lo que son es distinta, como
cuando se dice que es animal tanto de un human vivo
como de un human pintado... Se llaman sinnimas ($y-
nnyma ) las cosas que tienen en comn el nombre y
cuya definicin de lo que son es la misma, como cuando
se dice que es animal de un humn y de un b u e y ... 19.
Obsrvese que ahora llamamos sinnimas a las palabras
distintas que significan lo mismo, mientras que Arist
teles llama sinnimas a las cosas designadas por una
misma palabra unvoca.
Una de las palabras griegas de equivoddad ms peli
grosa para la filosofa era el verbo enai (ser, estar, exis
tir), como ya Platn haba constatado en el Sofista. Pre
cisamente al estudio de esta particular equivoddad de
dica Aristteles su doctrina de las categoras.

19 Kategorai, 1 a 1.
5. El lenguaje 137

5.4. Las categoras

El verbo griego enai tiene dos usos completamente


distintos: un uso existencial (como existir o haber en
castellano) y un uso atributivo (como ser o estar en
castellano). Parmenides y sus seguidores no eran cons
cientes de esta fatal equivocidad, por lo que se enreda
ron en argumentos del tipo: si algo no es blanco, en
especial no es, es decir, no existe. Todava Platn
luchaba a brazo partido con el problema (o seudo-pro-
blema). Aristteles, sin embargo, ya era perfectamente
consciente de esa bsica equivocdad, y siempre distin
gua la pregunta de qu es tal cosa, de la pregunta de
s tal cosa existe, aunque ambas se formulasen en griego
con el mismo verbo, enai.
Pero eso no es todo. Incluso dentro de su uso atri
butivo o copulativo (como ser o estar), el verbo enai
no es unvoco, sino que sigue siendo ambiguo. Arist
teles insiste en que ser se dice de muchas maneras.
Esas diversas maneras de decirse el verbo ser en su uso
atributivo o copulativo son las categoras. Lo que el
verbo ser en su uso atributivo atribuye al sujeto es el
predicado. Por eso hay tantas categoras como tipos de
predicados. Precisamente la palabra griega kategora sig
nifica predicado.
El enunciado simple es segn Aristteles una
proferencia significativa por convencin que atribuye o
no atribuye un predicado a un sujeto, segn las divisio
nes del tiempo. En los enunciados simples construidos
con el verbo ser (o con el verbo predicarse de o similar)
el predicado indica lo que se atribuye al sujeto, y el
verbo ser (o predicarse de), que se le atribuye. En los
enunciados simples construidos con otro verbo distinto,
ste cumple la doble funcin de indicar qu es lo que
se atribuye, y que en efecto se atribuye. Pero tambin
en esos casos es posible disociar ambas funciones, sepa
rando la cpula que une el predicado al sujeto para
formar un enunciado y el predicado mismo, y diciendo,
en vez de el hombre se pasea, el hombre se est
138 Historia de la filosofa, 4

paseando, o, en vez de fulano conoce el secreto, fu


lano es conocedor del secreto. La palabra es o est
(en griego, est) es la cpula, paseando o conocedor
del secreto, el predicado. As pues, todo enunciado
(simple afirmativo) puede reducirse al esquema S es
(o est) P, donde 5 es el sujeto, P el predicado, y es
(o est), la cpula, que indica la atribucin de P a S.
Esta tesis aristotlica de que todos los enunciados sim
ples son reducibles al esquema S es P es falsa (por
ejemplo, hay al menos tres nmeros distintos no tiene
esa forma), pero representa un primer paso en el anli
sis lgico de los enunciados y, en cualquier caso, ha
ejercido un influjo enorme en la historia de la filosofa.
Leibniz y Kant la aceptarn como evidente, y slo a
finales del siglo xix se descubrir la insuficiencia del
anlisis aristotlico de la estructura de los enunciados.
Las categoras {katgorai) son los diversos modos de
atribucin (katgoren ), los diversos tipos de predicados,
los diversos significados del verbo ser (es decir, de einai
en su uso atributivo), las diversas posibilidades de pre
dicar o decir una cosa de otra. El que una cosa se atri
buye a otra, o el que algo se dice con verdad de otra
cosa, puede ser tomado en tanto sentidos distintos como
hay categoras 20.
Aristteles dedic un escrito muy temprano (junto
con los libros centrales de Tpicos, lo ms temprano
que de l conservamos) a este tema, titulado precisa
mente Kategorai (Categoras). Segn este libro, las cate
goras son las 10 siguientes: entidad {ousa), cunto {po
sn), cual {poin), respecto a algo {pros ti), dnde {po),
cundo {pot), postura {keisthai), llevar puesto {khein),
hacer {poietn) y padecer {pskhein). Aristteles nos pre
senta su lista de categoras sin ms, y a continuacin
pasa a examinarlas, pero no nos dice cul es el hilo
conductor que le condujo a determinar precisamente sas
y no otras. Probablemente pensara en algn compaero
de la Akademia, digamos Koriskos, y se preguntara

20 Analytika prtera, 49 a 6.
5 El lenguaje 139

cuntos tipos distintos de cosas es posible decir o , pre


dicar de l. As llegara a ejemplos como stos, en que
se basara su lista de categoras:

Koriskos es un human (entidad).


Koriskos es de (o tiene) cinco codos de altura (cunto).
Koriskos es muy culto (cual)
Koriskos es ms alto aue Kleon (respecto a algo).
Koriskos est en el gora (dnde).
Koriskos estuvo ayer (aqu) (cundo).
Koriskos est sentado (postura).
Koriskos est calzado (llevar puesto).
Koriskos est empujando (hacer).
Koriskos est siendo empujado (padecer).

En Tpicos ofrece Aristteles exactamente la misma


lista de 10 categoras, slo que llama a la primera qu
es {t esti), en vez de entidad (ousa)21. En otras obras
suyas reaparece la lista, aunque faltando algunas de las
categoras finales. As, en la Fsica faltan las categoras
de postura y de llevar puesto 22.
Aristteles slo analiza con detalle las cuatro primeras
categoras: entidad, cunto, cul y respecto a algo. Su
anlisis se basa en parte en ciertos rasgos binarios. De
cada categora se pregunta: los predicados que caen bajo
ella, tienen contrarios, s o no? Admiten grados, ad
miten un ms o menos, s o no? As la entidad no tiene
contrarios (nada es lo contrario de un caballo) ni admite
ms o menos (una cosa es un caballo o no lo es, pero
no es ms o menos caballo que otra). La categora de
cual s admite ms o menos (se puede ser ms o menos
culto, ms o menos moreno, etc.). Tambin considera
Aristteles ciertas relaciones que slo se dan en una
categora determinada: la de admitir determinaciones
contrarias en el transcurso de tiempo es propia de la enti
dad; la de igualdad o desigualdad, del cunto; la de se-

21 Topik, I, 103 b 21.


22 Pbysike kr&sis, V, 225 b 5.
140 Historia de la filosofa, 4

mejanza o desemejanza, del cual; la de reciprocidad, del


respecto a algo.
La categora ms importante es la de entidad. Tan
importante es para Aristteles, que en realidad bajo ese
nombre nos presenta dos nociones muy distintas: la de
entidad concreta y la de entidad abstracta. La entidad
concreta (literalmente, entidad primera, prte ousa) es
la cosa singular existente independientemente, como este
rbol en el que me estoy apoyando o ese perro que me
est ladrando. La entidad abstracta (literalmente, entidad
segunda, deutra ousa) es la estructura o forma comn
a todos los individuos de un mismo tipo, la especie o
el gnero, el rbol (en general) o el perro (en general,
la especie perro). La entidad abstracta puede predicarse
de la concreta, como cuando decimos que esto-que ladra
ante m es un perro. Pero la entidad concreta no puede
predicarse de nada, no es un predicado. Ciertas cosas
pueden estar o inherir o darse en un sujeto real, en una
entidad concreta, como en su soporte. As la enfermedad
o el conocimiento pueden darse en un humn. Pero ese
humn no puede estar o inherir o darse en otra cosa. La
entidad concreta no puede estar en otra cosa como en
su sujeto. Lo que ms propiamente y con ms rigor se
llama entidad es lo que ni se dice de un sujeto, ni est
en un sujeto, como, por ejemplo, un humn concreto o
un caballo concreto. Se llaman entidades abstractas las
especies a las que pertenecen las entidades concretas, as
como los gneros de esas especies, por ejemplo, un hu
mn concreto pertenece a la especie humn, y el gnero
de dicha especie es animal; as pues, se llaman abstrac
tas las entidades como el humn o el animal33.
En cierto modo, la entidad concreta no es una cate
gora, pues no es un predicado, no puede decirse o pre
dicarse de nada, por definicin. Pero por otro lado, a la
vez que clasifica los tipos de predicacin, Aristteles est
pensando en los tipos de cosas, y la cosa ms importante,
aquella de la que todas las dems dependen, es la cosa

23 Katgorai, 2 a 11.
5. El lenguaje 141

individual, la entidad concreta. Todas las dems cosas,


o bien se dicen de las entidades concretas como de sus
sujetos o bien estn en ellas como en sus sujetos24. Si
decimos de este perro que tengo delante que es un perro
o un animal, estamos predicando de l una entidad abs
tracta que en l se realiza. Si decimos de l que es pardo
o que est tumbado o que ladra, estamos predicando de
su color que es pardo (un cual), de su posicin que es
tumbada (una postura), de su accin que es ladrar (un
hacer). Pero as como este perro existe independiente
mente y en s mismo, su color, su postura y sus ladridos
no existen con independencia de l, sino slo en cuanto
que estn o se dan en l.
La teora aristotlica de las categoras contiene mu
chas oscuridades. No se sabe bien cundo habla de cosas,
o de nociones, o de palabras. No justifica por qu las
categoras son precisamente las que nos presenta y no
otras, y por qu son 10, y no ms, o menos. La diferen
cia entre entidad abstracta y cual no est muy clara. El
mismo dice que las entidades abstractas... significan
ms bien un cual 25. El tratamiento es desigual y poco
maduro. Pero todo esto no impide reconocer que la dis
tincin y anlisis de los diversos significados del verbo
ser represent un gran progreso respecto a toda la filo
sofa anterior.

5J. Los predicables

En los Tpicos, Aristteles rene gran cantidad de


esquemas argumentativos usables en la discusin dialc
tica. Para clasificarlos de alguna manera, se fija en el
tipo de problema o proposicin al que se aplican. Ahora
bien, toda proposicin y todo oroblema indican, bien un
gnero, bien una peculiaridad, bien un accidente (pues
tambin la diferencia, al ser genrica, ha de ser colo

2i Ibid, 2 b 3.
25 Ibid, 3 b 13.
142 Historia de la filosofa, 4

cada en el mismo lugar que el gnero); y, ya que la pe


culiaridad expresa a veces aquello en que consiste ser
tal cosa y otras veces no lo expresa, dividamos la pecu
liaridad en las dos partes antedichas, llamemos defini
cin a la que expresa aquello en que consiste ser tal
cosa y reservemos el nombre de peculiaridad para la
o tra36. Los problemas dialcticos eran cuestiones acerca
de conceptos o entidades abstractas, no acerca de indivi
duos. Por eso Aristteles se fija en las diversas maneras
como un predicado puede predicarse de un sujeto (gene
ral), que segn l son cuatro: el predicado puede pre
dicarse del sujeto como definicin, como peculiaridad,
como gnero y como accidente. A esos cuatro tipos de
predicacin llamaron los lgicos latinos posteriores prae-
dicabilia (predicables), Aristteles mismo no introdujo
ninguna denominacin comn a todos ellos.
La definicin es el enunciado que expresa aquello en
que consiste ser tal cosa... La peculiaridad no indica
aquello en que consiste ser tal cosa, pero pertenece slo
al sujeto y puede intercambiarse con l en la predica
cin... Gnero es lo que se predica como lo que son
de varias cosas diferentes en especie... Accidente es lo
que no es ninguna de esas cosas: ni definicin, ni pecu
liaridad, ni gnero, aunque pertenece al sujeto; y tam
bin lo que puede pertenecer y no pertenecer al mismo
sujeto .
Un predicado se predica de un sujeto como su defi
nicin ( hros) cuando expresa aquello que el sujeto sig
nifica, aquello en que consiste ser ( t en einai) lo que
el sujeto es. El enunciado A es B es una definicin,
cuando B es aquello en que consiste ser A. Si decimos
que el soltero es el hombre que no est casado, estamos
formulando una definicin, pues el ser hombre y no
estar casado es aquello en que consiste el ser soltero.
Un predicado se predica de un sujeto como peculia
ridad [dion) suya cuando, sin ser su definicin, es coex-25

25 Topik, I, 101 b 17.


r Topik, I, 102 a 1 -102 b 5.
5. El lenguaje 143

tensivo con l. Actualmente se considera que todas las


peculiaridades (todos los trminos coextensivos) de algo
son posibles definiciones alternativas de ese algo, y que
es meramente convencional cul de ellos elijamos como
definicin. Pero Aristteles parece pensar que la defi
nicin de un trmino est de algn modo unvocamente
determinada de un modo no convencional y que es algo
muy diferente de sus meras peculiaridades. La definicin
es la expresin de aquello en que consiste ser tal cosa,
lo cual a su vez estara unvocamente determinado.
El gnero {genos) es lo que se predica de varias espe
cies distintas como (formando parte de) lo que son. As,
animal se predica del human, del caballo, del perro, et
ctera, como (formando parte de) lo que son: el human
es animal, el caballo es animal, el perro es animal, etc
tera. Precisamente Aristteles emplea la compleja frase
aquello en que consiste ser tal cosa {to t en einat) en
contraposicin al mero gnero, que tambin forma parte
de lo que la cosa es {to t sti). Tanto el tringulo es
un polgono como el tringulo es un polgono de tres
lados expresan lo que es el tringulo, pero slo el se
gundo enunciado expresa aquello en que consiste ser un
tringulo (por ello es una definicin), mientras que el
primero es una mera predicacin del gnero.
El accidente (symbebeks ), finalmente, queda definido
de dos maneras: por un lado, como el predicado que no
se predica de su sujeto como definicin, ni como pecu
liaridad, ni como gnero; y por otro, como lo que tanto
puede pertenecer como no pertenecer al sujeto. As,
calvo se predica del hombre como accidente. No es defi
nicin, ni peculiaridad, ni gnero suyo. Y el hombre
tanto puede ser calvo como no serlo.
Aristteles distingue los predicables basndose en dos
criterios: si el predicado puede intercambiarse con el
sujeto o no (criterio extensional), y si el predicado ex
presa o no lo que es el sujeto (criterio intensional). El
predicado puede intercambiarse con el sujeto si ambos
tienen la misma extensin, si ambos se aplican a exa*-
144 Historia de la filosofa, 4

tamente los mismos individuos: todos los S son P, y


todos los P son S. El predicado expresa lo que es {id t
sti) el sujeto si expresa algo esencial al mismo, algo
que no le puede faltar: si P expresa lo que es , enton
ces es imposible que algn S no sea P. Esto implica
que hay acuerdo acerca de lo que es esencial a un tr
mino, que est claro en qu consiste ser tal cosa. Un
predicado expresa lo que es el sujeto si expresa todo
o parte de aquello en que consiste ser tal cosa {id t en
einai).
Aplicando y superponiendo estos dos criterios, Aris
tteles justifica v deduce que hav cuatro y slo cuatro
casos posibles de predicacin o predicables: 1) que el
predicado sea intercambiable (coextensivo) con el sujeto
y adems exprese lo que el sujeto es; 2) que el predi
cado sea intercambiable con el sujeto, pero no exprese
lo que el sujeto es; 3) que el predicado no sea intercam
biable con el sujeto, pero s exprese lo que el sujeto es,
y 4) que el predicado no sea intercambiable con el su
jeto, y tampoco exprese lo que el sujeto es. En el primer
caso tenemos la definicin, en el segundo la peculiari
dad, en el tercero el gnero y en el cuarto el accidente.
En efecto, es necesario que todo lo que se predica de
algo sea intercambiable en la predicacin, o no. Si lo
es, ser una definicin o peculiaridad. Si significa aquello
en que consiste ser tal cosa, es definicin; si no, pecu
liaridad, pues la peculiaridad es eso, lo intercambiable
en la predicacin, pero que no significa aquello en que
consiste ser tal cosa. Y si no es intercambiable en la
predicacin con el sujeto, o bien es de lo que se dice en
la definicin del sujeto, o no. Si es de lo que se dice en
la definicin, ser gnero o diferencia, puesto que la defi
nicin consta de gnero y diferencia, y, si no es de lo que
se dice en la definicin, es evidente que ser accidente;
pues se llama accidente a lo que no se llama definicin,
ni gnero, ni peculiaridad, aunque pertenece al sujeto 28.

28 Topik, I, 103 b 7.
5, El lenguaje 145

Esta deduccin de los cuatro predicables contrasta con


la manera brusca v no explcitamente justificada de pre
sentar las categoras. Ambas clasificaciones se entrecru
zan, Siempre se hallar el accidente, el gnero, la pecu
liaridad y la definicin en una de las categoras, pues
todas las proposiciones formadas mediante aqullos sig
nifican bien qu es, bien cul, bien cunto, bien alguna
de las otras categoras39. As, cuando decimos que el
blanco es un color, estamos predicando color de blanco
como su gnero (color es el gnero de blanco) y, al
mismo tiempo, segn la categora de cual (color es un
cual).
Toda la doctrina de los predicables fue desarrollada
con anterioridad a la introduccin por Aristteles de la
cuantificacin de los enunciados. Esta ltima constitua
un instrumento lgico mucho ms preciso y manejable,
pero la vieja distincin de los predicables seguira siendo
conservada hasta el final, aunque ya sin uso en la lgica
formal.

5.6. La verdad y sus principios

La verdad y la falsedad no se dicen de las cosas, sino


de los pensamientos y, secundariamente, de los enun
ciados. Un enunciado es verdadero cuando el pensa
miento que expresa lo es tambin. Es falso, en caso con
trario. En definitiva, el enunciado es verdadero cuando
en l decimos que las cosas son como en realidad
efectivamente son. Lo falso es decir de lo que es
de tal manera, que no es de tal manera, o decir de
lo que no es de tal modo, que es de tal modo. Lo ver
dadero consiste en decir de lo que es as, que es as, y
de lo que no es as, que no es as 2930. S es verdad decir
que algo es blanco, es preciso que sea blanco. Si es ver-

29 Topik, I, 103 b 23.


30 Met, T , 1011 b 25.
146 Historia de la filosofa, 4

dad decir que no es blanco, es preciso que no sea blanco.


Si es blanco, resulta verdadero afirmarlo; y si no lo es,
negarlo31. Esta definicin de verdad, dentro de su apa
rente trivialidad, est en el origen no slo de la esco
lstica definicin de la verdad como adecuacin del pen
samiento a la cosa pensada, sino tambin de la ms im
portante concepcin actual de la verdad, la de Tarski,
segn la cual un enunciado A es verdadero si y slo
si A por ejemplo, el enunciado Napolen nunca vi
sit Sicilia es verdadero si y solo si Napolen nunca
visit Sicilia,
Aristteles formul dos principios lgicos acerca de
la verdad, que desde entonces han sido continuamente
invocados en la tradicin filosfica occidental: el princi
pio de contradiccin y el principio del tercio excluso.
Dos enunciados son contradictorios s el uno es (o
equivale a) la negacin del otro. El principio de contra
diccin niega la posibilidad de que un par de enunciados
contradictorios sean ambos (a la vez) verdaderos. Actual
mente suele formularse el principio de contradiccin di
ciendo que, sea cual sea la proposicin A , no es el caso
que A y no A. La validez del principio de contradiccin
jams ha sido puesta en duda por ningn lgico, por
ningn cientfico, ni por nadie en su sano juicio.
Aristteles formula el principio de contradiccin de
varias maneras: Es imposible que el mismo predicado
pertenezca y no pertenezca al mismo sujeto, simultnea
mente y en el mismo sentido 32. Es imposible que enun
ciados contradictorios sean simultneamente verdade
ros 3334. Es imposible afirmar y negar la misma cosa **.
Aristteles consideraba este principio como el ms firme
y seguro de todos, pero respecto al papel por l des
empeado en la demostracin expres opiniones diver
sas. En los Analticos Posteriores afirma que ninguna de

31 Perl hertnneas, 18 b 1.
32 Met, r , 1005 b 19.
33 Ibid, 1011 b 15.
34 Ibid, 1005 b 23.
5. El lenguaje 147

mostracin presupone el principio de contradiccin3536. Y


en efecto, en su axiomatizadn de la silogstica, en que
culmina la lgica formal aristotlica, el principio no apa
rece por ningn lado. En el libro metafsico T, sin em
bargo, seala que toda demostracin se remonta a este
principio como a un axioma primero, pues por natura
leza es punto de partida de todos los axiomas 38. Qui
zs estuviera aqu pensando en el papel que juega en las
discusiones, las refutaciones y las pruebas indirectas.
El principio del tercio excluso afirma que todo enun
ciado ha de ser verdadero o falso, es decir, que no hay
trmino medio, que un tercer trmino (o una tercera
posibilidad) entre la verdad y la falsedad est excluido
de ah la expresin tercio excluso . Actualmente
suele formularse este principio diciendo que, sea cual
sea el enunciado A , ocurre que A o no A.
Dado que Aristteles define los enunciados precisa
mente como aquellas oraciones que son verdaderas o
falsas, evidentemente tiene que admitir que todo enun
ciado es verdadero o falso, por definicin. Sin embargo,
este principio no ha logrado la adhesin universal. As
como el principio de contradiccin es aceptado en todas
las lgicas, el principio del tercio excluso es rechazado
por algunas lgicas no-clsicas actuales, tales como las
lgicas polivalentes (que reconocen otros valores verita-
tivos, intermedios y distintos de la verdad y la falsedad)
y las lgicas intuicionistas o constructivistas (para das
que -simplificando decir que algo es verdadero equi
vale a decir que estamos en posicin de demostrarlo, y
que es falso equivale a que estamos en posicin de refu
tarlo, por lo que los enunciados que no estn en un
caso ni en el otro como el de que todo nmero per
fecto es par no seran verdaderos ni falsos).
El mismo Aristteles puso en duda el principio del
tercio excluso, en un pasaje del libro Perl bermneas,

35 Analytika hystera, I, 77 a 10.


36 Met, r , 1005 b 32.
148 Historia de la filosofa, 4

donde mantiene que, si bien este principio es vlido sin


limitacin alguna respecto a los enunciados conceptuales
o generales (donde el sujeto designa una entidad abs
tracta), respecto a los enunciados singulares (donde el
sujeto designa un individuo concreto) slo es vlido para
el pasado y el presente, pero no para el futuro.
La argumentacin de Aristteles es la siguiente. Acep
temos por un momento la validez general del principio
del tercio excluso, tambin para enunciados singulares
sobre el futuro. Entonces, de los dos enunciados con
tradictoriamente opuestos, como A y no A, necesaria
mente uno de ellos ha de ser verdadero y el otro falso.
Pero entonces necesariamente ocurrir que A o no A.
De cada cosa o acontecimiento diremos, pues, que nece
sariamente ocurre o no ocurre. Cuando esto se aplica al
pasado o al presente no hay problemas, pero s cuando
se aplica al futuro. Si algo puede pasar maana, y si
alguien afirma que s va a pasar y otro que no, entonces
uno de esos dos enunciados necesariamente ser verda
dero, va hoy. Y si hoy es verdad que maana va a pasar
eso o no, entonces lo que vaya a pasar maana est de
terminado desde hoy. Es decir, un hecho sobre el pre
sente, a saber, el que el enunciado que hov profiero sea
ya hoy verdadero o falso, determina necesariamente el
hecho futuro sobre el que el enunciado versa.
Aristteles propone el famoso ejemplo de la batalla
naval. Se discute sobre si habr maana una batalla
naval. Unos dicen que s, otros que no. Si el principio
valiera para el futuro, entonces ya estara hoy determi
nado si maana habr una batalla naval o no. La inde
terminacin desaparecera del porvenir. No habra razn
para deliberar o esforzarse, en la creencia de que si hace
mos tal cosa, el resultado ser distinto que si no la hace
mos. Pues un hombre puede haber predicho lo que
pasar con diez mil aos de antelacin, y otro puede
haber predicho lo contrario. Uno de los dos tendra que
haber dicho la verdad, Y lo que predijo quien dijo la
verdad ocurrir con toda necesidad. Adems, el que de
5. El lenguaje 149

hecho alguien haya dicho algo o no es indiferente 37.


Por lo tanto, si realmente ocurriese que uno de los
enunciados contradictorios hubiera sido siempre verda
dero, entonces siempre habra sido necesario que lo
enunciado se realizase; y la totalidad de los aconteci
mientos ocurrira siempre de un modo necesario38.
Ahora bien, estas consecuencias son inadmisibles, pues
todos sabemos dice Aristteles que hay cosas que
ocurren por casualidad, y que hay otras que ocurren
por deliberacin y libre accin humana. El que maana
haya o no una batalla naval es, todava hoy, algo inde
terminado. Por eso vale la pena deliberar, por ejemplo,
para tratar de evitarla. Por tanto, hoy no es verdad que
la batalla naval ocurrir maana, ni tampoco que no ocu
rrir.
Esta argumentacin aristotlica se basa en una serie
de malentendidos semnticos que, unidos a la preocu
pacin de Aristteles por rechazar el determinsmo, lo
llevan a poner injustificadas limitaciones temporales al
principio del tercio excluso. Los malentendidos semn
ticos se manifiestan ya en su concepcin de la verdad.
De qu se predica la verdad? Unas veces habla como
si se predicase de las preferencias, otras, de los pensa
mientos, etc. Tambin utiliza la palabra lgos con todos
estos significados. Varias veces subraya que la verdad y
la falsedad se dicen primariamente de los pensamientos.
Pero, de los pensamientos como juicios o actos men
tales subjetivos o de los pensamientos como ideas, como
proposiciones, como contenidos objetivos pensados? Pro
bablemente de los pensamientos como ideas o propo
siciones, pues dice que son comunes a todos. Pero no
lo precisa por ningn lado. De hecho, la temtica se
mntica ser aclarada por primera vez un siglo ms tarde
en la lgica estoica.

37 Perl hermenetas, 18 b 31.


88 Ibid, 19 a 1.
150 Historia de la filosofa, 4

En cualquier caso y desde una perspectiva actual, po


demos distinguir la proferencia de u n a oracin (la emi
sin irrepetible de los correspondientes sonidos por un
hablante en un momento determinado), la oracin misma
(pauta, patrn o estructura de la proferencia, repetible
en mltiples preferencias de distintos hablantes en mo
mentos distintos) y la idea o proposicin pensamien
to objetivo expresada en la proferencia. La verdad o
falsedad se dicen fundamentalmente de la idea. Y la
idea no es verdadera hoy o maana, no empieza a ser
verdadera ni deja de ser verdadera. La idea es intempo
ralmente verdadera o intemporalmente falsa. Si cada da
al levantarme profiero la oracin hoy llover, con
cada proferencia estoy expresando una idea distinta. S
el 1 de septiembre llueve y el 2 no llueve, no se trata
de que la oracin hoy llover pase a ser verdadera
el da 1, para dejar de serlo el da 2, Con la proferencia
hoy llover habr expresado el da 1 una idea
verdadera, a saber, la idea de que el 1 de septiembre
llueve, y con otra proferencia del mismo tipo hoy
llover habr expresado el da 2 otra idea distinta
y falsa, a saber, la idea de que e 2 de septiembre llueve.
Y si hoy es 1 de septiembre y discutimos sobre si ma
ana habr una batalla naval o no, estamos discutiendo
sobre si la idea de que el da 2 de septiembre (de tal
ao) tiene lugar una batalla naval (en tal sitio) es ver
dadera o no. Y carece de sentido decir que esa idea no
es verdadera antes del da 2 y s lo es despus. Esa idea
es verdadera siempre o nunca, o, si se prefiere, es verda
dera o no, a secas. El que las ideas respecto al futuro
sean verdaderas o falsas no implica ms ni menos deter-
minismo que el que lo sean las ideas respecto al pasado.
No es que lo que ocurri en el pasado o lo que ocurrir
en el futuro dependa para nada de la verdad o falsedad
(intemporal) de las correspondientes ideas (o de las pre
ferencias que las expresan), sino al revs: la verdad o
falsedad intemporal de las ideas (y de las preferencias
que las expresan) dependen absolutamente de lo que
5. El lenguaje 151

ocurri en el pasado y de lo que ocurrir en el futuro.


No son las ideas las que determinan la realidad, sino
la realidad la que determina el valor veritativo de las
ideas.
Adems, cuando para algn enunciado A decimos por
el principio del tercio excluso que necesariamente, A o
no A, lo nico que queremos decir es que el enunciado
compuesto A o no A es necesario, pero no que lo
sea ninguno de sus componentes. Es necesario que (A
o no A) no implica es necesario que A o es necesario
que no A , y tampoco implica es necesario que A ni
es necesario que no A. Igualmente, cuando Aristteles
dice que si es verdad decir que algo es blanco, es nece
sario que sea blanco, eso slo es inteligible si entende
mos que aqu necesario afecta al condicional entero,
y no slo al consiguiente. Es correcto decir que es nece
sario que si A, entonces A. Si A , entonces A es nece
sariamente verdad, para cualquier enunciado A. Pero
sera incorrecto decir que si A, entonces es necesario
que A, pues, de otra manera, todo sera necesario y,
por tanto, el adjetivo necesario, al aplicarse a todos
los enunciados verdaderos, sin distincin, no aadira
nada a la nocin de enunciado verdadero, a secas. Dn
sele las vueltas que se le den, del principio del tercio
excluso de que necesariamente (A o no A) no se sigue
la necesidad de A, ni la de no A, tanto si A es verda
dero, como si es falso, y tanto si se refiere al pasado,
como al presente o al futuro.
De hecho, Aristteles no puede por menos de aceptar
el principio del tercio excluso, pues, como ya vimos, ste
se sigue de su definicin de enunciado. En efecto, si una
oracin slo constituye un enunciado si es verdadera o
falsa, de aqu se sigue que todo enunciado es verdadero
o falso. Aparte del pasaje sealado (captulo 9 de Perl
hermenetas), Aristteles siempre reconoce el principio
del tercio excluso como absolutamente vlido, y lo usa
constantemente en su lgica. Entre sus formulaciones
posteriores del mismo se encuentran: No es posible
que haya un trmino medio entre dos enunciados con-
152 Historia de la filosofa, 4

tradic torios, sino que es necesario afirmar o negar un


predicado dado de un sujeto dado 39. Es necesario que
una de las dos partes de la contradiccin sea verdade
ra,... y la otra falsa40. Sea A es bueno y B no es
bueno... A todo sujeto pertenece A o B a.

39 Met, I\ 1011 b 23.


10 Ibid, 1012 b 10.
11 A ndytikh prtera, I, 51 b 36.
6. La lgica formal

6.1. Cuantificacin de los enunciados

Durante los ltimos aos de su estancia en la Akade-


mia, Aristteles se interes intensamente por la correc
cin formal de los razonamientos, quizs influido por la
insistencia acadmica en el rigor matemtico. En cualquier
caso, ya no le bastaba con las generalidades y los trucos
de la dialctica, sino que necesitaba una teora precisa
y exacta de las relaciones de consecuencia entre enuncia
dos, es decir, una lgica formal. Y como la lgica formal
no exista, l la cre. La expuso en un curso, conservado
con el nombre de Analytikd prtera (Analticos A nte
riores).
El primer paso para el desarrollo de la lgica formal
consisti en analizar los anunciados desde el punto de
vista de la cuantificacin. Todava en los Tpicos se haba
contentado con afirmaciones del tipo hombre es bueno.
Ahora ya no le bastaba esa formulacin, sino que exiga
precisar exactamente lo que queremos decir: que todo
153
154 Historia de la-filosofa, 4

hombre es bueno o que algn hombre es bueno o lo que


sea.
Aristteles considera que todos los enunciados (sim
ples) tienen la forma S es P (o S no es P) donde S
es el sujeto, y P es el predicado que se atribuye a S. El
predicado P siempre es un concepto o entidad abstracta,
pero el sujeto S puede ser tanto un individuo o entidad
concreta como un concepto o entidad abstracta. Si ocu
rre lo primero, tenemos un enunciado singular, mien
tras que en el segundo caso nos las habernos con un
enunciado conceptual o general. Por ejemplo, Sokrates
es un mamfero es un enunciado singular, pues su su
jeto Sokrates es un individuo o entidad concreta,
mientras que el humn es un mamfero es un enun
ciado general o conceptual, pues su sujeto humn
es un concepto o entidad abstracta.
En los Analticos Anteriores slo se consideran los
enunciados conceptuales o generales, que a su vez se
dividen en universales, particulares e indefinidos. El
enunciado es una oracin que afirma o niega algo de
algo, y es universal, particular o indefinido. Llamo uni
versal al pertenecer a todo o a ninguno; particular, al
pertenecer a alguno o no a alguno o no a todo; indefi
nido, al pertenecer o no pertenecer, sin indicar univer
salidad o particularidad k
El enunciado universal (afirmativo) contiene un cuan-
tificador universal, es decir, una expresin lingstica
como cada, todos o para todo (en griego, kata
pantos), y atribuye el predicado universalmente al su
jeto, es decir, afirma que el concepto-predicado es apli
cable a todas las cosas a las que se aplica el concepto-
sujeto. Por ejemplo, todos los humanes son mamferos
es un enunciado universal.
El enunciado particular (afirmativo) contiene un cuan-
tificador particular, es decir, una expresin lingstica
como algn o hay o para algn (en griego, kata
tinos), y atribuye el predicado particularmente al sujeto,

1 Analytik prtera, I, 24 a 16.


6. La lgica formal 155

es decir, slo afirma que el concepto-predicado es apli


cable a algunas cosas a las que tambin se aplica el con
cepto-sujeto. Por ejemplo, algunos mamferos son acu
ticos es un enunciado particular.
El enunciado indefinido es un enunciado conceptual o
general que carece de cuantificadores, por lo que no
est claro si el predicado se atribuye universal o particu
larmente al sujeto. Por ejemplo, el anciano es prudente
es un enunciado indefinido, en el que no queda claro si
queremos atribuir prudencia a todos los ancianos o slo
a algunos.
Una de las invenciones ms notables de Aristteles
consisti en la introduccin de variables o letras esque
mticas en la lgica. No lleg a introducir variables para
individuos, pero s para conceptos o entidades abstrac
tas. Utilizaba letras maysculas para referirse indistin
tamente a conceptos cualesquiera.
Cualquier letra mayscula puede usarse para repre
sentar cualquier concepto. Usando ahora la letra S para
un concepto cualquiera que haga de sujeto, la letra P
para un concepto cualquiera que haga de predicado y
la letra minscula s para un individuo que haga de sujeto,
podemos resumir la divisin aristotlica de los enuncia
dos simples en ocho tipos, segn su cuantificacin y su
carcter afirmativo o negativo:

afirmativo negativo
singular s es P s no es P
1 universal todo S es P ningn S es P
enunciado <
| particular algn S es P algn S no es P
, indefinido S es P no es P

Aristteles seala que, dada la ambigedad cuantifi-


caconal y la poca precisin de los enunciados indefini
dos, lo ms prudente es tratarlos como si fueran enun
ciados particulares. As, desde un punto de vsta lgico,
podemos dejar de lado los enunciados indefinidos, limi-
156 Historia de la filosofa, 4

tndonos a los enunciados singulares, universales y par


ticulares. En su tratamiento sistemtico de la lgica, con
tenido en sus Analticos Anteriores , Aristteles no slo
deja de lado los enunciados indefinidos, sino que pres
cinde tambin por completo de los enunciados singula
res, Esto puede deberse a dos razones. Una es que la
lgica sistemtica y definitiva de Aristteles la silo
gstica requiere para sus demostraciones que el sujeto
pueda pasar a hacer de predicado, y a la inversa, lo cual
slo se consigue si ambos son conceptos. Otra es que
esta lgica ltima se desarrolla con vistas a su aplicacin
en la construccin axiomtica de la ciencia. Pero la cien
cia, segn Aristteles, slo trata de lo universal o gene
ral (y no de lo singular), por lo que en sus enunciados
slo aparecen (nombres de) conceptos, y no (nombres
de) individuos.
Otra curiosidad estriba en que la expresin S es P
es sustituida en el tratamiento sistemtico por P se
predica de S o P pertenece a S. Ello se debe al uso
de las variables para indicar los conceptos. Puesto que
en griego la posicin de las diversas partes de la oracin
no es fija y las letras son todas neutras, la nica manera
de distinguir qu letra por ejemplo A o B hace de
sujeto y cul de predicado es que ambas vayan en caso
distinto (indicado por el artculo, t, to , toi). Pero con
el verbo ser einai ambas iran en el mismo caso,
en nominativo. Por ello tiene que elegir otro verbo,
como pertenecer hyprkhein, que requiere que
una letra vaya en nominativo y la otra en dativo, con
lo que se establece la distincin. En cualquier caso, Aris
tteles usa S es P, P pertenece a S y P se predica
de indiferentemente.
En su exposicin definitiva, la lgica aristotlica no
conoce ms que cuatro tipos de enunciados (simples), los
tipos que los lgicos medievales designaron mediante las
letras a} e, i, o, correspondientes a los enunciados uni
versales afirmativos {a) y universales negativos (e), par
ticulares afirmativos ( i ) y particulares negativos (o). He
los aqu de nuevo resumidos:
6. La lgica formal 157

Tipo de enunciado Formulacin aristotlica

todo S es P
[ afirmativo P pertenece a todo S
P se predica de todo S
universal 1
ningn S es P
negativo P no pertenece a ningn S
P no se predica de ningn S

algn S es P
[ afirmativo P pertenece a algn S
P se predica de algn S
particular <
algn S no es P
negativo P no pertenece a algn S
P no se predica de algn S

6.2. Oposicin entre enunciados


El inters aristotlico por las cuestiones lgicas haba
surgido inicialmente en el contexto de su anlisis de la
discusin dialctica. En la discusin se trataba de refu
tar la tesis del adversario. Ahora bien, refutar la tesis
del adversario consista en probar la tesis opuesta. De
ah el inters por el tema de la oposicin. Al principio
las ideas de Aristteles no eran muy claras, y no distin
gua claramente entre cosas, palabras y enunciados, y
tampoco era consciente de los diversos tipos de oposicin
entre enunciados. De cuatro maneras se dice que una
cosa se opone a otra: o bien como los correlativos, o
bien como los contrarios, o bien como privacin y pose
sin, o bien como afirmacin y negacin. Para decirlo
con un ejemplo: se opone como los correlativos lo doble
a la mitad; como los contrarios, lo malo a lo bueno;
como privacin y posesin, la ceguera a la vista; como
afirmacin y negacin, "est sentado1 a no est sen
tado 2. Posteriormente, en el libro Veri hermeneias,
Aristteles acot claramente el tema de la oposicin en
tre enunciados, distingui los diversos tipos de oposi-
1 Kategorai, 11 b 17.
158 Historia de la filosofa, 4

cin y formul sus leyes. Con ello inauguraba la lgica


formal.
Aristteles inici su estudio sistemtico de las relacio
nes lgicas entre enunciados con la consideracin de la
oposicin (antthess). La oposicin entre enunciados
puede ser de dos tipos: oposicin contradictoria y opo
sicin contraria.
La oposicin contradictoria o contradiccin (antpha-
sis) se da entre dos enunciados de los cuales uno es la
negacin del otro. Por el principio del tercio excluso,
al menos uno de ellos ha de ser verdadero y, por el prin
cipio de contradiccin, el otro ha de ser falso. Si el uno
es verdadero, el otro es falso. Si el uno es falso, el otro
es verdadero. La contradiccin se da entre dos enuncia
dos singulares del tipo s es P y s no es P, por ejem
plo, entre Sokrates es hombre y Sokrates no es hom
bre. Pero ya vimos que estos enunciados no juegan
ningn papel en la lgica de Aristteles. La contradic
cin se da tambin y esto s juega un papel impor
tante en su lgica entre un enunciado universal afir
mativo y el correspondiente enunciado particular nega
tivo, es decir, entre dos enunciados de los tipos todo S
es P y algn S no es P. Igualmente se oponen con
tradictoriamente un enunciado universal negativo y el
correspondiente particular afirmativo, es decir, dos enun
ciados de los tipos ningn S es P y algn S es P.
As, pues, cada enunciado es el contradictorio de otro.

Todo A es B es el contradictorio de algn A no


es B,
Ningn A es B es el contradictorio de algn A
es B.
Algn A es B es el contradictorio de ningn A
es B.
Algn A no es B es el contradictorio de todo A
es B.

Cada enunciado es equivalente a la negacin de su


contradictorio. Por tanto, si negamos un enunciado, he
6. La lgica formal 159

mos de afirmar su contradictorio. Si firmamos un enun


ciado, hemos de negar su contradictorio.
La oposicin contraria o contrariedad (enantosis) se
da entre dos enunciados que no pueden ser ambos ver
daderos, sino que al menos uno de ellos ha de ser falso.
Tambin los dos pueden ser falsos. Si el uno es verda
dero, el otro es falso. Pero si el uno es falso, el otro
puede ser tanto verdadero como falso. La contrariedad
se da entre un enunciado universal afirmativo y el co
rrespondiente enunciado universal negativo, es decir, en
tre dos enunciados de los tipos todo es P y ningn
S es P.

Todo A es jB es el contrario de ningn A es .


Ningn A es B es el contrario de todo A es B.

Del estudio de la oposicin obtuvo las siguientes le


yes lgicas.
Leyes de la oposicin contradictoria:

1) Si no (todo A es ), entonces (algn A no es B).


2) Si no (ningn A es ), entonces (algn A es ).
3) Si no (algn A es B), entonces (ningn A es B).
4) Si no (algn A no es B), entonces (todo A es B).

Leyes de la oposicin contraria:

1) Si (todo A es ), entonces no (ningn A es B).


2) Si (ningn A es B), entonces no (todo A es B).

Desde el punto de vista de la lgica actual (que no


excluye los conceptos vacos, es decir, los conceptos que
no convienen a ningn individuo), las dos leyes de la
oposicin contraria son invlidas: no valen precisamente
para los enunciados cuyo sujeto es un concepto vaco
(si no existen motos voladoras, tan verdad es decir que
todas las motos voladoras pagan impuestos como decir
que ninguna moto voladora paga impuestos; en efecto,
la negacin de cualquiera de estos dos enunciados mpli-
160 Historia de la filosofa, 4

caria por las leyes de contradiccin que habra al


menos una moto voladora que pagara o no pagara im
puestos; pero no hay motos voladoras).
Si excluimos de nuestra consideracin lgica los con
ceptos vacos, las leyes de la oposicin contraria s re
sultan vlidas.
Las leyes de la oposicin nos permiten realizar otros
tantos tipos de inferencias correctas, es decir, justifican
otras tantas reglas de inferencia que permitan pasar de
un antecedente a un consiguiente. As, por ejemplo, co
rrespondiendo a la primera ley de oposicin contradicto
ria podemos formular la regla de inferencia
no (todo A es 5)
algn A no es B
que nos permite pasar (en una argumentacin) de la
negacin de un enunciado universal afirmativo al corres
pondiente enunciado particular negativo. Pero Aristte
les formula las relaciones lgicas que descubre como le
yes, no como reglas.

6.3. Conversin de enunciados

Una de las razones por las que Aristteles prescinde


de los enunciados singulares en su lgica madura, ex
puesta en los Analticos Anteriores, estriba en su deseo
de poder permutar sujeto y predicado en cualquier enun
ciado. Ahora bien, s el sujeto es un individuo o entidad
concreta, es imposible que haga de predicado y, por tan
to, la permutacin es imposible. Pero si tanto el sujeto
como el predicado son conceptos o entidades abstractas,
entonces la permutacin es siempre posible. Por eso Aris
tteles limita su consideracin a los enunciados concep
tuales o generales.
La conversin (antistroph) de un enunciado consiste
precisamente en la permutacin de su sujeto y su predi
cado. El enunciado conserva los mismos conceptos, pero
6. La lgica formal 161

el concepto que haca de predicado pasa a hacer de su


jeto, y a la inversa. La permutacin de conceptos del
enunciado todas las sillas son muebles da el enunciado
todos los muebles son sillas. Naturalmente no siempre
la verdad de un enunciado garantiza la verdad del enun
ciado que resulta de la permutacin de sus conceptos. El
ejemplo que acabamos de poner muestra un caso de
enunciado no convertible, es decir, de un enunciado ver
dadero que, por permutacin de sujeto y predicado, se
transforma en un enunciado falso.
La conversin de enunciados juega un papel impor
tante en la lgica aristotlica. Por ello, Aristteles in
vestiga en qu casos los enunciados pueden convertirse,
es decir, pueden permutar su predicado y su sujeto, con
servando la verdad, y en qu otros casos ello no ocurre.
El resultado de su investigacin es que los enunciados
universales negativos y los particulares afirmativos pue
den convertirse siempre, que los enunciados particulares
negativos no pueden convertirse nunca, y que los enun
ciados universales afirmativos oueden convertirse slo a
condicin de transformar su cuantificacin de universal
en particular (por ejemplo, todas las sillas son mue
bles puede convertirse en algunos muebles son sillas).
As pues, Aristteles obtiene las siguientes leyes lgicas.
Leyes de la conversin:

1) Si (ningn A es B), entonces (ningn B es A).


2) Si (algn A es B), entonces (algn B es A).
3) Si (todo A es B), entonces (algn B es A).

Si admitimos que las letras A y.B pueden representar


tambin conceptos vacos (como se hace en la lgica ac
tual), las dos primeras leyes de la conversin son vlidas,
pero la tercera es invlida (de que toda futura guerra
mundial acabara con la humanidad no se sigue que
vaya a haber alguna futura guerra mundial que acabe
con la humanidad). Si restringimos el mbito de refe
rencia de las letras maysculas a los conceptos no-vacos,
entonces las tres leyes de la conversin son vlidas.
162 Historia de la filosofa, 4

6.4. Silogismos y figuras

Las leyes lgicas de oposicin y conversin nos per


miten inferir un enunciado a partir de otro. Pero en las
argumentaciones y pruebas tambin inferimos frecuente
mente un enunciado nuevo a partir de varios otros enun
ciados. Las inferencias de un enunciado a partir de otros
dos enunciados distintos interesaba especialmente a Aris
tteles, que las estudi sistemticamente en su teora l
gica formal, conocida como silogstica y expuesta en el
libro I de los Analticos Anteriores.
La silogstica es la teora del silogismo. La palabra
silogismo syllogisms significaba razonamiento o
deduccin, en general. Al comienzo de los Analticos,
Aristteles define el silogismo del siguiente modo: El
silogismo es un discurso en el cual, puestas ciertas cosas,
algo distinto de las cosas puestas se sigue necesariamente
de ellas, como consecuencia suya, y sin que sea preciso
introducir ningn otro trmino para justificar la necesi
dad de la conclusin 3. Esta definicin vale para cual
quier deduccin. Sin embargo, de hecho, Aristteles, en
los Analticos usa la palabra silogismo para referirse
no a cualquier deduccin, sino a un tipo muy especial
de deduccin, la formada por tres enunciados (dos pre
misas y una conclusin), cada uno de los cuales es de
uno de los cuatro tipos todo S es P, ningn es P,
algn S es P o algn S no es P, donde S y P son
trminos generales (o conceptos) cualesquiera, y tales que
en los tres enunciados juntos aparecen exactamente tres
trminos o conceptos, no ms ni menos.
Aristteles investiga en qu casos dos enunciados im
plican un tercero y en qu casos no. Para ello tiene que
clasificar los casos posibles de alguna manera. Los casos
ms interesantes son aquellos en que dos enunciados, a
los que llama premisas {protaseis), implican un tercer
enunciado, al que llama conclusin {symprasma). Segn
el anlisis que hace Aristteles, para que las premisas

3 Analytik prtera, I, 24 b 18.


. La lgica formal 163

impliquen la conclusin, es preciso que en ellas aparez


can los dos conceptos de la conclusin (a los que llama
extremos, ta kra), uno en cada premisa y, adems, un
concepto nuevo, que no aparece en la conclusin, pero
que aparece en ambas premisas (al que llama medio,
to mson). As pues, Aristteles se interesa por las com
binaciones de tres enunciados (dos premisas y una con
clusin), tales que en ellas aparecen tres conceptos (uno,
en una premisa y en la conclusin; otro, en la otra pre
misa y en la conclusin; y un tercero el medio en
ambas premisas), Cmo clasificar estos casos, estas com
binaciones? En primer lugar, en figuras (skhmata ).
La primera figura se da cuando el sujeto de la con
clusin es sujeto de una premisa, el predicado de la con
clusin es predicado de otra premisa y el concepto me
dio es predicado de una premisa y sujeto de otra.
Por ejemplo, la combinacin de dos premisas todo
A es B y todo B es C, junto con la conclusin todo
A es C, pertenece a la primera figura. Esta combina
cin forma un silogismo, es decir, las premisas implican
la conclusin. Por tanto, las inferencias realizadas con
forme a la regla

todo A es B
todo B es C
todo A es C

son inferencias correctas. Su correccin se basa en la


validez de la siguiente ley lgica:

S todo A es B y todo B es C, entonces todo A es C.

S sustituimos A, B y C por tres conceptos cuales


quiera, siempre obtenemos un enunciado verdadero. De
hecho, Aristteles no formula los silogismos como reglas,
sino como leyes. Su formulacin literal de la ley que
acabamos de indicar es sta: Si A se predica de todo B
y B se predica de todo C, entonces necesariamente A
164 Historia de la filosofa, 4

se predica de todo C \ Aristteles llama a B el trmino


medio, porque est en el medio de las premisas. Y usa
el verbo predicarse kategoreisthai o pertenecer
-hyprkhein para que quede claro qu variable hace
de sujeto y cul- otra de predicado; pero cuando usa el
verbo ser, cambia el orden de las premisas, a fin de
que el medio siga estando en el medio, y eso mismo
hacemos nosotros, al formular con ser las premisas,
a pesar de usar variables, puesto que en castellano no
hay peligro de confusin.
Cuatro son las combinaciones de la primera figura
que Aristteles reconoce explcitamente como implica
ciones, como silogismos, y stas son sus correspondientes
leyes lgicas:

(1.1) Si todo A es B y todo B es C, entonces todo


A es C.
(1.2) Si todo A es B y ningn B es C, entonces nin
gn A es C.
(1.3) Si algn A es B y todo B es C, entonces algn
A es C.
(1.4) Si algn A es B y ningn B es C, entonces
algn A no es C.

La segunda figura se da cuando el sujeto de la con


clusin es sujeto de una premisa, el predicado de la con
clusin es sujeto de la otra premisa y el concepto medio
es predicado de ambas premisas.
Por ejemplo, la combinacin de dos premisas todo
A es B y ningn C es B, junto con la conclusin
ningn A es C, pertenece a la segunda figura. Esta
combinacin forma silogismo, sus premisas implican su
conclusin y, por tanto, la correspondiente regla de infe
rencia es correcta.
Tambin en la segunda figura reconoce Aristteles
cuatro combinaciones como dando lugar a la implicacin

1 Andytikh prtera, I, 26 a 37.


6. La lgica formal 165

de la conclusin por las premisas, como silogismos. He


aqu las correspondientes leyes lgicas:

(2.1) Si todo A es B y ningn C es B, entonces nin


gn A es C.
(2.2) Si ningn A es B y todo C es B, entonces nin
gn A es C.
(2.3) S algn A es B y ningn C es B, entonces algn
A no es C.
(2.4) Si algn A no es B y todo C es BJ entonces
algn A no es C.

La tercera figura se da cuando el sujeto de la conclu


sin es predicado de una premisa, el predicado de la
conclusin es predicado de la otra premisa y el concepto
medio es sujeto de ambas premisas.
Por ejemplo, la combinacin de las premisas ningn
B es A y todo B es C, junto con la conclusin algn
A es C, pertenece a la tercera figura. Esta combinacin,
en concreto, no forma silogismo, pues sus premisas no
implican su conclusin y, por tanto, una inferencia de
sus premisas a su conclusin sera incorrecta.
En esta tercera figura reconoce Aristteles seis com
binaciones en las cuales las premisas implican la conclu
sin, seis silogismos. He aqu las correspondientes leyes
lgicas:

(3.1) S todo B es A y algn B es C, entonces algn


A es C,
(3.2) Si todo B es A y algn B no es C, entonces
algn A no es C.
(3.3) S algn B es A y todo B es C, entonces algn
A es C.
(3.4) Si algn B es A y ningn B es C, entonces algn
A no es C.
(3.5) Si todo B es A y todo B es C, entonces algn
A es C.
(3.6) S todo J3 es A y ningn B es C, entonces algn
A no es C.
166 Historia de la filosofa, 4

Estas son todas las leyes silogsticas explcitamente


reconocidas por Aristteles: en total, 14, de las cuales
cuatro en la primera figura, cuatro en la segunda y seis
en la tercera. Desde el punto de vista de la lgica actual
(que admite tambin conceptos vacos), las doce prime
ras es decir, todas las de la primera y segunda figuras
y las cuatro primeras de la tercera son vlidas, mien
tras que las dos ltimas 3.5 y 3.6 son invlidas.
Dejando de lado los conceptos vacos, todas son v
lidas.

6.5. Silogismos perfectos e imperfectos

Segn acabamos de ver, Aristteles reconoce 14 com


binaciones de tres enunciados en que los dos primeros
implican el tercero, 14 silogismos. Cmo sabemos que
esas 14 combinaciones son vlidas? En unos casos las
combinaciones vlidas de la primera figura sabemos
que las premisas implican la conclusin, porque ello es
inmediatamente evidente. Se trata de los silogismos per
fectos. En otros casos las combinaciones vlidas de
la segunda y tercera figura la implicacin de la con
clusin por las premisas no es evidente, pero puede ser
mostrada con ayuda de las implicaciones evidentes de la
primera figura. Se trata de los silogismos imperfectos.
Llamo silogismo perfecto al que no necesita nada fuera
de lo puesto en las premisas para hacer evidente la nece
sidad de la conclusin. Llamo silogismo imperfecto al
que [para hacer evidente la necesidad de la conclusin]
necesita de una o varas cosas que no aparecen explci
tamente en las premisas, aunque se siguen necesaria
mente de ellas 5,
Con esto Ja silogstica o teora de los silogismos
se nos presenta como una especie de teora axiomtica,
en la que todos los silogismos o bien son perfectos (axio-

5 Anlytika prtera, I, 24 b 22.


6 La lgica formal 167

mas) o bien se pueden obtener a partir de los perfectos


(teoremas).
Un silogismo perfecto tlelos es evidentemente
vlido. Un silogismo imperfecto teles es igual
mente vlido, pero su validez no es evidente, sino que
ha de ser mostrada con ayuda de un silogismo perfecto.
Aristteles elige como axiomas de la silogstica a los
silogismos de la primera figura, por ser stos los nicos
perfectos o evidentes. Formalmente, podra haber ele
gido tambin a los de la segunda o a los de la tercera.
Por qu son evidentes los silogismos de la primera
figura? Porque en esta figura y slo en ella: 1) la pri
mera premisa acaba con el mismo concepto con que em
pieza la segunda, lo que facilita la inteleccin; 2) el con
cepto medio ocuoa efectivamente el puesto medio, lo que
evidencia su papel mediador; 3) el primer y ltimo con
ceptos del antecedente (o unin de las dos premisas)
son el primer y ltimo conceptos del consiguiente (o
conclusin). Adems, en el primer silogismo de la pri
mera figura, que es el ms evidente de todos, el con
cepto sujeto de la conclusin o concepto menor tiene
una extensin menor que el concepto medio, que tiene
una extensin intermedia entre los otros dos y, por tanto,
menor que la del concepto predicado de la conclusin
o concepto mayor. De hecho, esta relacin entre las ex
tensiones, que justifica llamar a un concepto menor y
a otro mayor, slo se da en el primer silogismo de la
primera figura, aunque Aristteles luego aplica esta ter
minologa de modo harto confundente tambin al
resto de los silogismos. Esto parece tener un origen his
trico. A partir del mtodo platnico de la divisin
diresis , Aristteles lleg al descubrimiento del pri
mer silogismo de la primera figura. Luego explor todas
las otras combinaciones y descubri el resto de sus silo
gismos, a los que aplic sin ms la terminologa esta
blecida para el primero.
Los silogismos de las figuras segunda y tercera son
vlidos, pero su validez no es evidente, sino que slo se
patentiza reducindolos como dice Aristteles a los
168 Historia de la filosofa, 4

de la primera figura. Esta reduccin toma la forma de


una deduccin de los silogismos imperfectos a partir de
los silogismos perfectos, usando de paso las leyes de
oposicin y conversin y ciertas reglas conectoriales
(relativas a los conectores no, y, s i..., entonces,
etctera). Los silogismos perfectos y las leyes de la opo
sicin y conversin son tesis explcitas de la silogstica.
Las reglas para el uso de los conectores son slo impl
citamente aplicadas, pero no se explidtan por ninguna
parte.
Consideremos un silogismo imperfecto (aunque vli
do), por ejemplo, el silogismo (2.3) de la segunda figura,
que dice:

Si algn A es B y ningn C es B, entonces algn A


no es C.

Cmo probar su validez? Aristteles lo hace de la


siguiente manera, en forma de deduccin.

(1) Si ningn C es B, entonces ningn B es C.


(2) S algn A es B y ningn C es B, entonces algn
A es B y ningn B es C.
(3) S algn A es B y ningn B es C, entonces algn
A no es C.
(4) Si algn A es B y ningn C es B, entonces algn
A no es C.

Para que esta deduccin sea correcta, cada una de sus


lneas ha de ser una ley lgica aristotlica o inflerible
de lneas anteriores. Y, en efecto, as es. La lnea (1) es
la primera ley de conversin. La lnea (2) es inferile
de la (1) mediante la regla conectiva que permite pasar
de cualquier enunciado del tipo si H, entonces Q a
otro del tipo si L y H, entonces L y Q, donde L, H
y O son enunciados cualesquiera. Esta regla es correc
tamente usada oor Aristteles, aunque l nunca la enun
cie explcitamente. La lnea (3) es la ley lgica (1.4), un
silogismo perfecto de la primera figura. La lnea (4) es
6. La lgica formal 169

inferible de las lneas (2) y (3) mediante la regla conec


tiva que permite pasar de dos enunciados s H, enton
ces Q y si Q, entonces L al enunciado si H, enton
ces L, Con esto la deduccin se ha acabado, pues la
lnea (4) es ya el silogismo imperfecto (2.3) que quera
mos probar. Aristteles se refiere a esta deduccin de (4)
a partir de (1) y (3) diciendo que hemos reducido el
silogismo imperfecto (2.3) la lnea (4) al silogismo
perfecto (1.4) la lnea (3), patentizando as su evi
dencia. De. un modo similar prueba o reduce Aristteles
el resto de los silogismos de las figuras segunda y ter
cera.
Las deducciones o reducciones de Aristteles son per
fectamente correctas. Su silogstica constituye el primer
sistema deductivo conocido. Lo nico que no hace Aris
tteles es explicitar todas las leyes o reglas lgicas que
usa. Slo explcita las que se refieren a los cuantifica-
dores. Las que tratan de los conectores son usadas co
rrectamente, pero de un modo meramente implcito. Los
lgicos estoicos seran ms tarde los primeros en expl-
citarlas.

6.6, Combinaciones invlidas

De las combinaciones de tres enunciados, Aristteles


reconoce 14 en que los dos primeros (las premisas) im
plican el tercero (la conclusin). Son los silogismos. Pero
hay otras muchas combinaciones no vlidas, hay otras
muchas combinaciones en que las premisas no implican
la conclusin y que, por tanto, no constituyen silogismos.
Aristteles las considera tambin y, una a una, las re
chaza.
Cmo puede mostrarse que dos enunciados no im
plican un tercero? Ofreciendo una prueba de indepen
dencia, mostrando que las letras conceptuales pueden
interpretarse de tal manera que las premisas resulten
verdaderas y la conclusin falsa, con lo que queda pro
bado que las premisas no implican la conclusin. Es lo
170 Historia de la filosofa, 4

que hace Aristteles. Pongamos un par de ejemplos de


pruebas aristotlicas de independencia.
Consideremos la combinacin de premisas ningn A
es B y todo B es C. Esta combinacin de premisas
da lugar a cuatro combinaciones posibles de tres enun
ciados, segn las cuatro formas que puede adoptar la
presunta conclusin.

(1) Ningn A es B y todo B es C; todo A es C.


(2) Ningn A es B y todo B es C; ningn A es C.
(3) Ningn A es B y todo B es C; algn A es C.
(4) Ningn A es B y todo B es C; algn A no es C.

En las combinaciones (1) y (3), las premisas no im


plican la conclusin, como se comprueba interpretando
A como piedra, B como hombre y C como animal. En
efecto, esta interpretacin convierte a las dos premisas
en enunciados verdaderos (ninguna piedra es hombre y
todo hombre es animal) y las conclusiones en enunciados
falsos (toda piedra es animal, en (1), o alguna piedra
es animal, en (3)), En las combinaciones (2) y (4), la
no implicacin de la conclusin por las premisas se com
prueba interpretando A como caballo, B como hombre
y C como animal. Esta interpretacin convierte las pre
misas en enunciados verdaderos (ningn caballo es hom
bre y todo hombre es animal) y las conclusiones en enun
ciados falsos (ningn caballo es animal, en (2), y algn
caballo no es animal, en (4) ). Ambas interpretaciones
son de Aristteles6.
En cada figura cada uno de los tres enunciados puede
adoptar la forma universal afirmativa, universal nega
tiva, particular afirmativa y particular negativa, es decir,
cuatro formas. As, pues, hay 4.4.4 = 64 combinaciones
distintas en cada figura, Aristteles considera cada una
de estas combinaciones, rechazando las invlidas mediante
pruebas de independencia basadas en contraejemplos y
deduciendo las vlidas a partir de los silogismos perfec

6 Analytika prtera, I, 26 a 2 - 9.
6. La lgica formal 171

tos de la primera figura, que se aceptan sin ms como


evidentes. El proceder aristotlico es de una asombrosa
perfeccin.

6,7. Las modalidades

Aristteles es el fundador de la lgica modal, es de


cir, de la lgica que trata de las nociones de necesidad
y posibilidad. Aunque su xito no sea aqu tan rotundo
como en el caso de la lgica general, que hemos visto
hasta ahora, no por ello deja de tener el mrito de ha
berse enfrentado por primera vez a los problemas que
estas nociones plantean y de haber construido una l
gica modal que, a pesar de sus defectos y ambigedades,
constituye un edificio abstracto de impresionante suti
leza y complejidad.
Aristteles distingue dos tipos de necesidad: la nece
sidad relativa de la conclusin de un silogismo respecto
de sus premisas y la necesidad absoluta (o sin ms) de
un enunciado. Un enunciado es necesario sin ms ( ha-
pos anankaion) cuando es necesariamente verdadero con
independencia de cualquier otra consideracin, cuando
es imposible que sea falso. Un enunciado es necesario
como conclusin de un silogismo, relativamente a sus
premisas (tnn nton anankaion), cuando su falsedad
es incompatible con la verdad de las premisas, es decir,
cuando est implicado por las premisas.
De hecho, lo que Aristteles llama necesidad relativa
de la conclusin respecto a las premisas de un silogismo
no es sino la necesidad del condicional entero en que
consiste el silogismo. Lo necesario no es la conclusin,
sino el silogismo entero, lo cual es otra manera de decir
que el antecedente del silogismo (es decir, el conjunto
de las dos premisas) implica su consiguiente (es decir,
la conclusin). En efecto, un condicional si H, entonces
Q (donde H y Q son enunciados cualesquiera) signi
fica que,' de hecho, no ocurre que H sea verdadero y Q,
falso. Pero en una ley lgica del tipo s H, entonces Q
172 Historia de la filosofa, 4

no slo podemos decir que, de hecho, no ocurre que H


sea verdadero y Q falso, sino que podemos tam
bin decir que no puede ocurrir que H sea verda
dero y Q falso, es decir, que H implica Q. Por tanto,
lo que Aristteles llama necesidad sin ms es la necesi
dad de un enunciado simple; lo que llama necesidad
relativa, es la necesidad de una ley lgica condicional y,
en especial, de un silogismo, es decir, la necesidad de
la implicacin.
La necesidad del enunciado simple a su vez puede
entenderse de dos maneras. Consideremos el enunciado
todo A es 5 . Podemos decir que es necesario que
todo A sea J3, en cuyo caso atribuimos la necesidad al
enunciado entero es lo que los lgicos medievales lla
maran modalidad de dicto y podemos decir tambin
que todo A es necesariamente B , en cuyo caso atri
buimos la necesidad al predicado es lo que los lgicos
medievales llamaran modalidad de re . De estas dos
maneras puede tambin entenderse la posibilidad del
mismo enunciado, como es posible que todo A sea B
{de dicto ) y como todo A es posiblemente B {de re).
En el libro Perl hermneas entiende Aristteles
las modalidades como de dicto , como atribuyndo
se el enunciado entero. Sin embargo, en los Analticos
Anteriores entiende las modalidades como de re, como
atribuyndose slo al predicado. As en las leyes de
.oposicin y conversin modal, que se estudian en la
primera obra citada, se entienden las modalidades de un
modo distinto que en los silogismos modales, que se
estudian en la segunda, lo cual no deja de introducir
una cierta incoherencia en su lgica modal.
Aristteles reconoce dos modalidades bsicas: una es
lo necesario ( anankaion) y la otra es lo que l llama indi
ferentemente dynatn o endekhmenon. En el libro
Perl hermneais Aristteles entiende por dynatn lo
posible, es decir, lo no imposible, sea necesario o no.
En los Analticos Anteriores, Aristteles entiende por
dynatn lo contingente, es decir, lo que no es im
posible ni tampoco necesario. Evidentemente se trata
6. La lgica formal 173

de dos nociones distintas. El que Aristteles em


plee dos palabras diferentes para significar lo mismo,
pero que, por otro lado, ese comn significado vare
entre un libro y otro, siendo en el primero lo posible
y en el segundo lo contingente, no deja de contribuir
a la confusin del sistema.
A pesar de estas confusiones, Aristteles obtiene mu
chos resultados vlidos. En Perl hermeneas establece
Aristteles las equivalencias bsicas entre modalidades.
Para cualquier enunciado H: es posible que H equi
vale a no es imposible que H, que a su vez equivale
a no es necesario que no H. En cada una de las cua
tro lneas siguientes aparecen tres enunciados equiva
lentes, segn Aristteles:

1) Es posible que H; no es imposible que H; no es


necesario que no H.
2) No es posible que H; es imposible que H; es
necesario que no H.
3) Es posible que no f ; no es imposible que no H;
no es necesario aue H.
4) No es posible que no H; es imposible que no H;
es necesario que H.

Todas estas equivalencias son correctas y representan^


una gran clarificacin de las ideas sobre la modalidad,'
En el Pert hermeneas estudia tambin Aristteles la
oposicin de enunciados modales. La oposicin contra
dictoria (en que uno de los extremos ha de ser verda
dero y el otro falso) se da entre es necesario que H
y no es necesario que H, por un lado, y es posible
que H y no es posible que H , por otro, de donde
claramente se desprende que Aristteles entiende aqu
las modalidades como de dicto. La oposicin contraria
(en que los dos extremos pueden ser ambos falsos, o
uno falso y otro verdadero, pero no ambos verdaderos)
se da entre es necesario que H y es imposible que H.
Los captulos 3 y 8 del libro I de los Analticos Ante
riores, estn dedicados al estudio de la silogstica mo
174 Historia de la filosofa, 4

dal, empezando oor las leyes de la conversin y siguiendo


por la investigacin sistemtica de todas las combinacio
nes posibles, distinguiendo silogismos modales y combi
naciones inconclusivas, mostrando la invalidez de estas
ltimas mediante contraejemplos, reduciendo los silogis
mos modales imperfectos a los perfectos, etctera. De
esta ingente tarea no vamos a hablar aqu, dada su com
plicacin y envergadura. Baste con sealar que en la silo
gstica asertrica o general considera Aristteles tres figu
ras, y dentro de cada figura 4*4*4 = 64 combinaciones
de los cuatro tipos cuantificacionales de enunciados entre
las dos premisas y la conclusin, con lo que en total con
sidera 3-64=192 combinaciones de enunciados. En la
silogstica modal, las combinaciones posibles son esas 192,
multiplicadas por las 3*3*3 = 27 combinaciones posibles
de las tres modalidades (necesario, asert rico, posible)
entre premisas y conclusin, con lo que obtenemos
192*27 = 5184 combinaciones por considerar. No es
de extraar si incluso el mismo Aristteles se pierde a
veces en este laberinto.

6.8. Aristteles , creador de la lgica

Vimos que al final de su libro Refutaciones sofsticas,


Aristteles manifestaba su orgullo por haber sido el pri
mero que haba estudiado sistemticamente los razona
mientos, habiendo tenido que partir de cero y careciendo
en esta investigacin de precedentes. Su orgullo estaba
plenamente justificado, y an lo estara ms cuando, unos
aos ms tarde, desarrollase su sistema maduro de l
gica formal, la silogstica.
En resumen, a Aristteles le debemos fundamental
mente las siguientes aportaciones a la lgica:1

1) El descubrimiento de que la validez lgica de un


razonamiento depende slo de su forma o estructura, y
no de un contenido.
6. La lgica formal 175

2) El primer anlisis de la cuantificacin de los enun


ciados.
3) La introduccin de las variables.
4) El primer estudio sistemtico de los casos en
que un enunciado implica otro.
3) El primer estudio sistemtico de los casos en que
dos enunciados implican otro.
6) Las primeras pruebas de independencia.
7) Las primeras deducciones formales.
8) El primer sistema deductivo: la silogstica.
9) La primera lgica modal.

A pesar de su evidente inters, hoy son fciles de ver


las no menos evidentes limitaciones de su lgica. He
aqu las principales:

1) Aristteles se limitaba a considerar enunciados


en que un predicado se atribuye a un sujeto, ignorando
los enunciados relacinales y compuestos. Esta limita
cin no sera superada hasta Frege, en 1879.
2) Aristteles se limit a explicitar leyes lgicas
relativas a los cuantificadores, no considerando las rela
tivas a los conectores. Esta limitacin sera superada por
los lgicos estoicos un siglo ms tarde, en el m .
3) Las leyes de la lgica aristotlica presuponen im
plcitamente que ningn concepto tiene extensin vaca.
S se elimina esta presuposicin lo que se ha llamado
el supuesto existencial, entonces varas de sus leyes
lgicas devienen invlidas, a saber, las dos leyes de la
oposicin contraria, la 3.a ley de la conversin y los
silogismos (3.3) y (3.6) de la 3.a figura, llamados Da-
rapti y Felapton por los lgicos medievales.
4) Su lgica modal est aquejada de ambigedades,
confusiones y defectos.
5) Su semntica es rudimentaria e insuficiente.

El logro ms admirable de Aristteles como lgico


consisti en la elaboracin prcticamente perfecta de la
silogstica. Este logro fue verdaderamente genial, tan
176 Historia de la filosofa, 4

genial que dej como fascinados a los lgicos y filsofos


posteriores, hasta el siglo xix. Todava Kant conside
raba que la lgica haba surgido ya perfecta y completa
de las manos de Aristteles, por lo que no era suscep
tible de progresos ulteriores. Y aunque eso es una total
exageracin, s es cierto que en los pocos aos que le
dedic Aristteles, la lgica progres tanto o ms que
en los dos mil aos siguientes. Sin embargo, a partir
de Frege la lgica ha experimentado un progreso espec
tacular, y la silogstica se ha convertido en una mera
parcela de la lgica de predicados monarios de primer
orden, aunque como tal parcela sigue siendo parte de
la ciencia viva de nuestro tiempo. En este sentido no
cabe duda de que la lgica constituye la parte ms vi
gente v de valor ms perdurable de toda la obra de Aris
tteles.
7. La ciencia

7.1. Percepcin, experiencia y saber

Todos los animales son capaces de percibir ciertas


formas naturales, captando semejanzas y diferencias en
su entorno, discriminando unas cosas de otras. Cualquier
animal reconoce a sus congneres, los identifica como
machos o hembras, distingue a sus enemigos de sus pre
sas, diferencia las plantas de que se alimenta de las de
ms, no confunde el da con la noche, etctera. Este
reconocimiento sensible instantneo se da en todos los
animales, pues todos ellos poseen la capacidad congnita
de discriminacin que llamamos percepcin1.
La percepcin {asthesis) es la nica forma de conoci
miento accesible a los animales inferiores, un conoci
miento momentneo y fugaz, que desaparece con la per
cepcin misma. En los animales superiores, sin embargo,
se da una cierta persistencia de la percepcin, lo que se
llama el recuerdo o la memoria ( mneme ). Esta memoria

1 Analytik hystera, II, 99 b 34.


177
178 Historia de la filosofa, 4

de las percepciones pasadas es la que permite el apren


dizaje. Por naturaleza, los animales nacen capacitados
para la percepcin, a partir de la cual en unos surge la
memoria, y en otros no. Por eso los primeros son ms
inteligentes y ms aptos para aprender que los que no
pueden recordar2.
Entre los animales capaces de recordar, algunos for
man una nocin o esquema de aquello de lo que guar
dan repetidos recuerdos. Este proceso tiene lugar espe
cialmente en el humn, y su resultado recibe el nombre
de experiencia ( empeira). Los muchos recuerdos simi
lares acerca del mismo tipo de cosas que hemos perci
bido una y otra vez se van decantando en nuestro inte
rior, hasta dejar como poso una nocin universal. La
experiencia surge precisamente del reconocimiento de
ese universal o concepto comn en la multiplicidad de
los recuerdos similares. De la percepcin surge el re
cuerdo, y de los recuerdos repetidos de lo mismo surge
la experiencia, pues una multiplicidad numrica de re
cuerdos constituye una nica experiencia. De la expe
riencia, en que el universal entero ha alcanzado su reposo
en el alma como una unidad distinta de los muchos e
idntica en todos sus casos particulares, proviene el prin
cipio de la tcnica y de la ciencia 3.
La experiencia es la base de la tcnica y de la ciencia,
en cuanto que slo en ella se desprenden los conceptos
generales, en funcin de los cuales {o de las correspon
dientes palabras) se formulan las reglas de la tcnica y
las verdades de la ciencia. Pero se puede poseer la expe
riencia y, sin embargo, ser incapaz de articularla lin
gsticamente de un modo comunicable, que es lo propio
del tcnico y el cientfico. Del recuerdo surge para los
humanes la experiencia, pues muchos recuerdos de la
misma cosa acaban constituyendo una experiencia... La
tcnica aparece cuando de muchas nociones de la expe
riencia surge un juicio universal sobre los casos seme

2 Mei A, 980 a 27.


3 AnalytikcL hjstera, II, 100 a 3.
7 La ciencia 179

jantes. Pues tener la nocin de que a Kalas, afectado


por tal enfermedad, le fue bien tal remedio, y lo mismo
a Sokrates y a otros muchos considerados individual
mente, es propio de la experiencia, pero saber que fue
provechoso a todos los individuos de tal constitucin,
agrupados en una misma clase y afectados por tal enfer
medad, por ejemplo a los flemticos, a los biliosos o a
los calenturientos, corresponde a la tcnica 4.
Aunque el saber tcnico o cientfico surge de la expe
riencia, una vez surgido, es posible ensearlo a otros
que carecen de ella. En efecto, puesto que el saber est
articulado lingsticamente, basta con entender el len
guaje para poder asimilarlo. Pero Aristteles advierte
que el saber sin experiencia puede degenerar en pala
brera inaplicable en la prctica. Slo la experiencia
nos permitir constatar que el hombre que tenemos de
lante tiene una determinada constitucin y, por tanto,
que le es aplicable la regla mdica para todos los que
tengan dicha constitucin, Para la vida prctica la ex
periencia no parece ser en nada inferior a la tcnica, sino
incluso tienen ms xito los expertos que los que, sin
experiencia, poseen el saber terico. Y esto se debe a
que la experiencia es el conocimiento de las cosas singu
lares, y la tcnica, de las universales; y todas las acciones
y generaciones lo son de lo singular. En efecto, no es
al humn a quien sana el mdico, a no ser accidental
mente, sino a Kalas o a Sokrates... Por consiguiente, si
alguien tiene la idea, pero carece de la experiencia, y
sabe lo universal, pero ignora su contenido singular,
errar muchas veces en la curacin, pues es al individuo
singular al que hay que curar 5.
Aunque el experto sea capaz de desenvolverse perfec
tamente en el campo de su especialidad y capte sin difi
cultad lo comn a los diversos casos que se le presenten,
sin embargo, mientras no sobrepase el plano de la mera
experiencia, sus aciertos se debern a rutina y no a

4 Met A, 981 a 5.
5 Ibi, 981 a 12.
ISO Historia de la filosofa, 4

regla. Acertar, pero ser incapaz de dar cuenta de su


acierto. Sabr hacer, pero no podr explicar lo que hace,
ni por tanto justificarlo, ensearlo o transmitirlo. La
experiencia lingsticamente articulada, por el contrario,
se convierte en saber (tcnico, cientfico o del tipo que
sea). Quien sabe no slo acierta, sino que es capaz de
dar cuenta de su acierto, est en posicin de explicarlo,
conoce su causa y, por ello mismo, puede ensear a
otros. Por eso el tcnico es intelectualmente superior y
ms sabio que el mero experto. A Aristteles, hijo de tc
nicos de la medicina y maestro de tcnica retrica y dia
lctica, no le cabe duda ninguna de esa superioridad de
la tcnica y, en general, del saber sobre la mera expe
riencia. El saber y el entender pertenecen ms a la
tcnica que a la experiencia, y consideramos ms sabios
a los tcnicos que a los expertos... Y esto, porque unos
saben la causa, y los otros no. Pues los expertos saben
el qu, pero no el porqu. Los tcnicos, en cambio, co
nocen el porqu y la causa. Por eso a los arquitectos los
consideramos en cada caso ms valiosos, y pensamos que
entienden ms y son ms sabios que los simples obreros
de la construccin, porque saben las causas de lo que
se est haciendo; stos, en cambio, como algunos seres
inanimados, hacen, s, pero sin saber lo que hacen, del
mismo modo que quema el fuego. Los seres inanimados
hacen estas operaciones por cierto impulso natural, y los
obreros, por costumbre. As pues, no consideramos a
los arquitectos ms sabios por su habilidad prctica, sino
por su dominio de la teora y su conocimiento de las
causas. En definitiva, lo que distingue al sabio del igno
rante es el poder ensear6.
La invencin de las primeras tcnicas, diseadas para
satisfacer las necesidades elementales o para proporcio
nar placer, represent un gran progreso para la huma
nidad. Ms tarde, cuando hubo ms ocio y cultura, sur
gieron los saberes desinteresados, las ciencias. Una vez
constituidas todas esas tcnicas, fueron luego descubier

s Ibid, 981 a 25.


7. La ciencia 181

tas las ciencias que no se ordenan al placer ni a lo nece


sario, y en primer lugar all donde primero dispusieron
de tiempo libre los hombres. Por eso las matemticas
nacieron en Egipto, pues all disfrutaba de ocio la casta
sacerdotal 7.

7.2. Tres tipos de saberes

El conocimiento sensible que nos proporciona la per


cepcin y la experiencia no es sino un primer paso en
el proceso cognitvo que culmina en el saber. Por eso el
percibir y el aprender son placenteros, porque conducen
al saber, que es nuestra meta en este orden de cosas.
Todos los humanes desean por naturaleza saber 8.
Ahora bien, el saber episteme se dice de tres ma
neras: como saber productivo (episteme poietike ), como
saber prctico (episteme praktike) v como saber contem
plativo (episteme theoretike ) 9.
El saber productivo es el saber hacer, producir o fa
bricar segn reglas o principios, y se identifica con la
tcnica. Por ejemplo la retrica, la dialctica, la medi
cina, la arquitectura o la zapatera son tcnicas, al menos
en la medida en que se ajusten a reglas explicitadas y no
sean meras rutinas empricas. El saber prctico es el
saber actuar, el saber comportarse del modo ptimo o
adecuado. A diferencia del saber tcnico o productivo,
que siempre conduce a la produccin de una obra u
objeto externo, la accin sobre la que versa el saber
prctico no produce objeto alguno, sino que es' su propio
fin. No se trata de producir algo bueno, sino de actuar
bien. Por ejemplo, la racionalidad (phrnesis) y la pol
tica son saberes prcticos. El saber contemplativo, final
mente, no responde al inters por la produccin ni por

1 Ihid, 981 b 20.


8 M et A , 980 a 1.
9 Topik, V I, 145 a 15; M et K, 1064 a 16; Ethik Nikom-
kbeia, V I, 1139 a 27.
182 Historia de la filosofa, 4

la accin, sino que es completamente desinteresado y se


identifica con la ciencia. Contemplamos el celo y trata
mos de saber la verdad sobre los astros como algo satis
factorio y deseable por s mismo, como fin, y no como
medio o como ayuda para la fabricacin o la conducta.
Ningn saber es innato, Al saber llegamos por el
aprendizaje o por la articulacin conceptual de la expe
riencia, es decir, pensando. Por eso hay tambin tres
tipos de pensamiento discursivo (dinoia) que conducen
a los tres tipos de saber mencionados. Todo pensa
miento es prctico o productivo o contemplativo 101*.
El mejor conocimiento de los objetos singulares nos
lo proporcionan las percepciones. E saber, por el con
trario, siempre lo es de lo universal, nunca de lo singu
lar, ni siquiera en el caso de la tcnica. Ninguna tc
nica mira a lo individual, como la medicina qu es reme
dio para Sokrates o para Kalas, sino a lo que es reme
dio para todos los de tal clase..., pues esto es lo propio
de la tcnica, ya que lo particular es indefinido y no es
objeto de saber n. El saber, adems, es siempre expli
cativo, capaz de dar cuenta de s mismo, aduciendo las
causas pertinentes.
A veces caracteriza Aristteles el saber contemplativo
o cientfico como aqul que versa sobre lo que no puede
ser de otra manera, sobre lo necesario y eterno. Todos
pensamos que aquello que sabemos cientficamente no
puede ser de otra manera... Lo que es objeto de ciencia
es necesario. Luego es eterno, ya que todo lo que es
absolutamente necesario es eterno... 13. En contrapo
sicin a la ciencia, el saber productivo (o tcnica) y el
saber prctico versan sobre lo contingente, lo que puede
ser de varias maneras, dependiendo, entre otros factores,
de nuestra propia intervencin. Entre las cosas1 que
pueden ser de otra manera estn lo que es objeto de
produccin y lo que es objeto de accin, pues la pro-

10 M et E, 1025 b 25.
11 Tkbn rhtorike, I, 1356 b 30.
13 Ethikh Nikotnkbeia, V I, 1139 b 20.
7. La ciencia 183

duccn y la accin son distintas..., de modo que tam


bin la disposicin a actuar conforme a regla es diferente
de la disposicin a producir conforme a regla. Puesto
que la arquitectura es una tcnica y es precisamente una
cierta disposicin a producir conforme a regla, y no hay
tcnica alguna que no sea una disposicin a producir
segn regla, ni ninguna disposicin de esta clase que no
sea una tcnica, sern lo mismo la tcnica y la disposi
cin a producir segn reglas exactas. Toda tcnica versa
sobre el surgimiento de algo, y el practicar una tcnica
consiste en considerar cmo hacer surgir una de las co
sas que pueden existir o no existir y cuyo origen est
en el que la produce y no en la cosa producida 1314.
La caracterizacin del saber contemplativo o cient
fico en funcin de los objetos necesarios y eternos parece
excluir a la fsica o ciencia natural, que trata precisa
mente de los objetos mutables. Pero de hecho Arist
teles no la excluye, ni mucho menos. Por eso otras ve
ces pone la diferencia no entre objetos inmutables y mu
tables, sino entre objetos mutables cuya mutacin se
origina con independencia de la intervencin humana (y
que constituyen el objeto de la ciencia natural) y objetos
mutables por intervencin humana (objetos del saber
prctico y productivo). En los objetos del saber pro
ductivo el origen del cambio est en el productor, no
en el producto, y tal origen es una tcnica u otra capa
cidad; y, de igual modo, tampoco en aquello de que
trata el saber prctico est el origen del cambio en la
actuacin, sino en el agente. Por el contrario, la fsica
versa sobre las cosas que tienen en s mismas el origen
del cambio. Por tanto, la fsica no es un saber prctico,
ni productivo, sino contemplativou.
As pues, la ciencia o saber contemplativo se diferen
cia de los otros saberes (prcticos y productivos) por su
carcter desinteresado y por sus objetos, que son o inmu
tables o mutables, pero con mutaciones independientes

13 Ibid, 1140 a 1.
14 A te. K, 1064 a 11. Tambin A te E, 1026 a 18.
184 Historia de la filosofa, 4

de toda intervencin humana. Tambin se diferencia por


el tipo de disposicin (hxis) que es. Mientras que la
tcnica es cierta disposicin a producir y el saber prc
tico es cierta disposicin a actuar, la ciencia es una dis
posicin a demostrar (hxis apodeiktike ) 15. Por eso la
filosofa aristotlica de la ciencia es bsicamente un estu
dio de la demostracin.

7.3. La demostracin

Los Analticos Anteriores contienen la lgica formal


de Aristteles, su teora del silogismo. S razonamos co
rrectamente, conforme a un silogismo vlido, tendremos
la garanta de que la conclusin a la que lleguemos ser
una consecuencia lgica de las premisas de que hayamos
partido. Razonar correctamente es algo que necesitan
tanto el orador, para convencer, como el discutdor, para
refutar, como-el cientfico, para demostrar. Pero se trata
slo de una condicin necesaria y no suficiente. En la
ciencia no nos conformamos con razonamientos formal
mente correctos, sino que exigimos adems que el punto
de partida de esos razonamientos sea slido e inconmo
vible, es decir, exigimos demostraciones. La ciencia es
siempre saber demostrativo. La actividad cientfica con
siste en demostrar. Y el anlisis de la demostracin
apdeixis constituye el tema central de los Anal
ticos Posteriores.
Qu es una demostracin? Por lo pronto, una demos
tracin es un silogismo vlido, una deduccin correcta.
Pero no todo silogismo vlido es cientfico o demostra
tivo, sino slo el que parte de premisas adecuadas. Lla
mo demostracin al silogismo cientfico. Y llamo cien
tfico al silogismo cuya posesin constituye para nos
otros la ciencia. Si la ciencia consiste en lo que hemos
dicho, es necesario que el saber demostrativo parta de
premisas verdaderas, primeras, inmediatas, mejor cono

ls Ethika Nikomkbeia, V I, 1139 b 32.


7. La ciencia 185

cidas que la conclusin, anteriores a ella y causas de


ella... Sin estas condiciones puede darse el silogismo,
pero no la demostracin 16.
Podemos formular silogismos formalmente correctos
con premisas falsas, pero ellos no tienen cabida en la
ciencia. La primera condicin exigida de la demostracin
es que parta de premisas verdaderas. Tambin podemos
usar como premisas de un silogismo conclusiones de otro
silogismo anterior. Pero si toda premisa fuera demos
trable, no habra ciencia. En efecto, o bien tendramos
que demostrar las premisas crcularmente, probando H
a partir de Q, y Q a partir de H, con lo que en realidad
no probaramos nada y todo quedara sin demostrar, o
bien tendramos que probar una premisa a partir de
otra, y sta a partir de otra, y as sucesivamente, obte
niendo de este modo un inacabable regreso infinito, con
lo que todo quedara igualmente sin demostrar. La nica
posibilidad de que haya ciencia deductiva consiste, pues,
en que su punto de partida est constituido por premi
sas indemostrables, primeras e inmediatas (es decir, no
necesitadas de un silogismo ulterior, construido mediante
un trmino medio adecuado).
Adems de verdaderas, primeras e inmediatas, las pre
misas del silogismo cientfico han de ser mejor conocidas
que la conclusin, anteriores a ella y causas de ella. Las
premisas han de ser por naturaleza anteriores y mejor
conocidas que la conclusin, aunque quizs nosotros hu
biramos pensado antes en la conclusin que en ellas.
Aristteles repite en muchos pasajes de sus obras la dis
tincin entre lo anterior y mejor conocido por naturaleza
(objetivamente) y lo anterior y mejor conocido para
nosotros (subjetivamente). Cuanto ms concreto, par
ticular y cercano a la percepcin es algo, tanto mejor
y antes lo conocemos nosotros, aunque objetivamente,
por naturaleza, ocurre lo contrario, a saber, que cuanto
ms abstracto, universal y alejado de la percepcin sen
sible es algo, tanto mejor y anteriormente cognoscible

16 Analytka hystera, I, 71 b 17.


186 Historia de la filosofa, 4

es ese algo. Subjetivamente empezamos por conocer un


hecho ms concreto y slo ms tarde damos con los prin
cipios universales y abstractos que lo explican, Pero
objetivamente son esos principios ms universales los
que contienen en potencia la conclusin y constituyen
el punto de partida de la demostracin que convertir
nuestra mera constatacin inicial en un saber cientfico
definitivo. Por eso las premisas son anteriores y mejor
conocidas (en este sentido) que la conclusin. No slo
la implican, sino que tambin la explican. Son causas o
explicaciones de la conclusin. Todo saber, y en especial
el saber cientfico, es un saber causal, o explicativo. Por
ello no cualquier deduccin a partir de premisas verda
deras, primeras e inmediatas constituye una demostra
cin. Las premisas de la demostracin deben expresar
el porqu del qu expresado en la conclusin, deben ex
presar la causa o explicacin del hecho expresado en la
conclusin. La labor de la ciencia no consiste tanto en
descubrir nuevas verdades, cuanto en explicar de un
modo causal y necesario las verdades que ya previa
mente conocamos por experiencia. Por eso la demos
tracin no puede limitarse a establecer la verdad de la
conclusin -que en general ya conocemos con inde
pendencia de ella, sino que ha de hacernos ver cules
son sus causas, es decir, ha de explicarla.
Una idea que Aristteles repite con frecuencia es
la de que la ciencia, a diferencia del conocimiento sen
sible y de la mera experiencia, no slo aspira a indicar
cmo son las cosas, sino tambin a mostrar que las cosas
conocidas no pueden por menos de ser como son, que
necesariamente han de ser as. Pensamos saber de un
modo propiamente cientfico algo... cuando sabemos que
no es posible que sea de otra m anera1'. Por eso el
punto de partida de la demostracin ha de estar consti
tuido por premisas necesarias. El silogismo ha de par
tir de premisas necesarias. Desde luego tambin se puede
razonar deductivamente a partir de premisas meramente

17 Ibid, 71 b 9.
7. La ciencia 187

verdaderas, pero entonces no hay demostracin i8. Esto


tiene como consecuencia que lo contingente, lo que puede
ser de otro modo que como es, no es objeto de la cien
cia. 'La ciencia en sentido estricto versa sobre lo que
es imposible que sea de otro modo 19. Con esto volve
mos a la concepcin parmendea y platnica de un saber
riguroso y seguro acerca de un mundo necesario y eterno.
De las cosas perecederas no hay demostracin ni ciencia
estricta 20. En resumen, puesto que es imposible que
el objeto de la ciencia estricta sea de otro modo que como
es, lo sabido con saber demostrativo ser necesario, Pero
el saber demostrativo es el que poseemos por el hecho
mismo de disponer de la demostracin. Por tanto la
demostracin es un silogismo que parte de premisas
necesarias21.
En su exigencia de mximo rigor, Aristteles a veces
se pasa de rosca. As, afirma que si uno prueba por
separado que el tringulo rectngulo, el issceles y el
escaleno tienen sus ngulos iguales a dos rectos, todava
no sabe que el tringulo tiene esa propiedad ms que
de un modo sofstico, pues no sabe que el tringulo la
tiene en cuanto tal tringulo, sino slo en cuanto afec
tado por uno de los accidentes equiltero, issceles o
escaleno. En tal caso dice Aristteles22 uno no co
noce la causa de que el tringulo tenga esa propiedad,
ni la necesidad de que la tenga. Y, por tanto, no sabe
cientficamente que los ngulos de un tringulo sean
iguales a dos rectos. Pero desde nuestro punto de vsta,,
una prueba por distincin de casos, como sta, es per
fectamente rigurosa y demostrativa. El tringulo ha de
estar en uno de esos tres casos. Si probamos que en
cada uno de ellos tiene una determinada propiedad, que
dar probado que siempre la tiene. Aristteles, sin em
bargo, no lo acepta, porque no se prueba que esa pro
Ibid, 74 b 15.
13 Ibid, 71 b 15.
20 Ibid, 75 b 24.
21 Ibid, 73 a 21.
22 Ibid, 74 a 25-30.
188 Historia de la filosofa, 4

piedad pertenezca al tringulo en cuanto tal, de por s,


y la demostracin versa sobre lo que pertenece a las
cosas de por s 23*. Es la vieja ilusin eletica de un saber
totalmente seguro. Quien posea la ciencia en sentido
estricto ha de ser inquebrantable a.

7.4, La estructura de la ciencia


La ciencia desarrollada toma, al menos para su pre
sentacin y enseanza, la forma de lo que ahora llama
ramos una teora axiomtica, es decir, un conjunto de
teoremas obtenidos deductivamente a partir de los mis
mos axiomas o principios.
Para la puesta en marcha de una ciencia, es necesario
fijar o delimitar previamente cul es el mbito de obje
tos de los que va a tratar esa ciencia, lo que ahora llama
ramos su universo del discurso, y lo que Aristteles
llama su gnero subyacente. Es un error frecuente de la
gente de pensamiento desordenado el traer a colacin
principios de otras disciplinas y el mezclar todos los
temas. Pero en la demostracin no se puede pasar de
un gnero a otro; por ejemplo, no se puede probar una
proposicin geomtrica a partir de principios aritm
ticos 25, La geometra tiene su propio gnero o universo
del discurso (las figuras), y la aritmtica tiene el suyo
(los nmeros), y no se pueden confundir ambos, ni usar
los principios de la una para probar teoremas acerca de
los objetos de la otra.
Una vez fijado el mbito de esa ciencia, y antes de
empezar a deducir teoremas, hay que determinar sus
principios, los puntos de partida de las demostraciones.
Los principios de una ciencia expresan dos tipos de cono
cimiento: por un lado, conocimiento de ciertos hechos
generales, o especficos del mbito de esa ciencia; por
otro, conocimiento del significado de ciertas palabras
referentes a ese mismo mbito.
23 Ibid, 84 a 11.
21 Ibid, 72 b 2.
25 Ibid, 75 a 38.
7. La ciencia 189

Aristteles llama axiomas (aximata ) a los principios


comunes (kotndi arkha) a toda ciencia, los prerrequisi-
tos de toda ciencia, los principios supremos vlidos en
todos los mbitos como los principios de contradic
cin y del tercio excluso, o al menos en varias cien
cias como el principio de que si a cantidades iguales
quitamos partes iguales, quedan cantidades iguales,
vlido tanto en la aritmtica como en la geometra .
Adems de esos principios comunes, cada ciencia tiene
sus principios especficos y pecualiares, sus tesis ( thseis).
Estas tesis pueden ser tanto hiptesis ( hypothseis) fc-
ticas sobre los objetos que constituyen su mbito, como
definiciones ( horismo) de los trminos que aparecen en
la teora. En efecto, los principios comunes (de tipo
lgico y muy abstracto) no bastan para probar los teo
remas de la teora; han de ser suplementados por prin
cipios especficos o hiptesis. Y hay que establecer cul
es el vocabulario que se va a usar, y hay que ofrecer
las correspondientes definiciones.
Aristteles lo formula as: De los principios inme
diatos del silogismo llamo tesis al que no puede ser de
mostrado y que no es de tal forma, que nada puede
saberse sin l; llamo axioma al que es necesario para
aprender cualquier cosa... De las tesis, aquella que esta
blece una afirmacin o una negacin, como, por ejem
plo, que algo existe o no existe, es una hiptesis; la que
no lo hace es una definicin. Pues una definicin es una
tesis, ya que establece, por ejemplo, que la unidad es
indivisible segn la cantidad; pero no es una hiptesis,
pues no es lo mismo decir lo que la unidad es que decir
que la unidad existe26. El siguiente esquema resume
esta clasificacin:

axiomas
principios hiptesis
tesis
definiciones

28 Ibid, 72 a 14-25.
190 Historia de la filosofa, 4

A partir de esos principios se despliega la actividad


propiamente cientfica, que consiste en demostrar, en
deducir. Las conclusiones a las que se llega constituyen
los teoremas, las verdades peculiares de esa ciencia.
Esta concepcin de la ciencia demostrativa, que pro
cede de un modo rigurosamente deductivo, demostrando
teoremas a partir de axiomas, hiptesis y definiciones,
es la primera formulacin explcita del mtodo axiom
tico que haya llegado hasta nosotros. Tiene una evi
dente semejanza con la manera como los gemetras grie
gos presentaban sus resultados, aunque no sabemos s
fue Aristteles quien recogi su idea del mtodo axio
mtico de la prctica de los gemetras de su poca (cu
yas obras se han perdido), o si, por el contrario, fueron
esos gemetras los que se inspitaron en la obra de Aris
tteles para la presentacin de sus resultados. Sea ello
como fuere, Eukldes, perteneciente a la generacin si
guiente, present en sus Elementos una exposicin de la
matemtica de su tiempo bastante bien ajustada al ideal
aristotlico de ciencia demostrativa. Euklides distingua
tres clases de principios: las nociones comunes (corres
pondientes a los axiomas de Aristteles), las definicio
nes y los postulados, que en parte son enunciados sobre
la posibilidad de ciertas construcciones geomtricas (y
podran interpretarse como hiptesis existenciales) y en
parte son principios generales de la geometra. La prin
cipal diferencia entre el mtodo axiomtico, tal como lo
expone Aristteles, y tal como lo entendemos nosotros,
estriba en que para Aristteles los principios indemos
trables de la ciencia demostrativa son verdades necesa
rias captadas por intuicin intelectual, mientras que para
nosotros son esquemas formales aceptados por conven
cin.
Aristteles escribi los Analticos Posteriores cuando
an estaba en la Akademia, institucin en gran parte
dedicada al cultivo y al culto de la matemtica, de con
formidad con la tradicin pitagrica-platnica. Adems,
las nicas ciencias que haban alcanzado un cierto rigor
7 La ciencia 191

en aquella poca eran la aritmtica y la geometra, de las


que Aristteles tom la mayor parte de sus ejemplos.
Por eso expuso una concepcin de la ciencia slo apli
cable a la matemtica, lo cual no deja de ser paradjico,
considerando su propia actividad cientfica posterior,
que abarca casi todas las ciencias, con la nica excepcin
de la matemtica. Cuando abandon la Akadema, Aris
tteles dej de lado el ideal del mtodo matemtico y
se dedic a seguir sus propias aficiones personales, dedi
cndose a la observacin de la naturaleza y de la socie
dad, y muy especialmente a la zoologa, a la que difcil
mente seran aplicables las rigurosas exigencias de los
Analticos,

15 . La induccin

S la ciencia es demostracin a partir de principios


indemostrables, cmo llegamos al conocimiento de esos
principios? Desde luego, no por demostracin, no cien
tficamente, pero cmo? Aristteles no admita la teo
ra platnica del conocimiento abstracto como reminis
cencia. Por el contrario, insista en que venimos al
mundo sin saber nada y en que todo conocimiento em
pieza en los sentidos. Cmo llegamos, pues, a esos
principios indemostrables? Llegamos cuando llegamos
y si es que llegamos, pues no llegan todos, sino slo los
inteligentes mediante la intuicin intelectual {nos).
Objetivamente considerados, los principios de la demos
tracin son ms cognoscibles que lo demostrado a partir
de ellos, y slo pueden ser conocidos por la ms potente
y exacta de nuestras capacidades cognitivas, a saber, la
intuicin. La ciencia y la intuicin siempre son verda
deras, y ningn tipo de saber, excepto la intuicin, es
ms exacto que la ciencia, mientras que los principios
son ms cognoscibles que lo que se demuestra a partir
de ellos, y toda ciencia procede por demostraciones. Por
192 Historia de la filosofa, 4

tanto, no es mediante la ciencia como llegamos a los


principios..., sino mediante la intuicin.27.
La intuicin intelectual de los principios no es fcil
ni se produce siempre. Requiere una previa preparacin
psicolgica. Esa preparacin la suministra la induccin
(epagoge). La induccin es el camino desde las cosas
singulares hasta lo universal. Por ejemplo, si el ms efi
caz piloto es el versado en su oficio, as como el mejor
cochero, tambin en general el versado es el mejor en
cada cosa28. Por induccin pasamos de varios enuncia
dos singulares acerca de individuos concretos un enun
ciado especfico, que los subsume. Y por induccin pa
samos tambin de varios enunciados generales especfi
cos a un enunciado genrico, de mayor alcance que los
anteriores. As vamos avanzando hacia enunciados cada
vez ms generales, hasta llegar a los primeros principios
de la ciencia de que se trate. De hecho la induccin no
es demostrativa, no prueba nada. Su funcin es mera
mente psicolgica y consiste en preparar nuestra inteli
gencia para la captacin intuitiva de los principios. En
efecto, nuestra inteligencia, convenientemente prepara
da por la consideracin de casos similares, es capaz de
captar las formas abstractas incorporadas en las cosas
concretas y las interrelaciones necesarias entre las formas
abstractas, llegando as al conocimiento de los principios,
que de por s son completamente evidentes para quien
entienda perfectamente los conceptos mediante los que
se formulan.
Todo conocimiento empieza en los sentidos. Median
te la observacin sensorial percibimos hechos concretos,
que son lo primero que conocemos. Acumulando y re
cordando esas observaciones obtenemos experiencia. Y
a partir de ese tesoro de observaciones que constituye
la experiencia, podemos proceder por induccin a gene
ralizaciones sucesivas provisionales, familiarizando as
nuestra inteligencia con el tema y preparndola para la

27 Analytika hystera, II, 100 b 6.


23 Topik, I, 105 a 13.
7. La ciencia 193

intuicin de los principios, que, una vez entendidos,


resultan ser evidentes. Los sentidos son, pues, las puer
tas del camino que conduce a la ciencia. Si nos falta al
gn sentido, ciertas puertas nos quedarn vedadas para
siempre. Si alguien carece de uno de los sentidos, care
cer tambin irremediablemente de un cierto saber, que
le resultar imposible de adquirir. En efecto, slo apren
demos por induccin o por demostracin. La demostra
cin parte de los universales, y la induccin, de los par
ticulares. Pero es imposible llegar a conocer los univer
sales excepto por induccin... Y no puede haber induc
cin sin previa percepcin 29. Una vez captados los prin
cipios se pone en marcha la ciencia demostrativa. Apli
cando la lgica formal a esos orincipios intuitivamente
captados y a las correspondientes definiciones, podemos
ir deduciendo hechos cada vez menos generales,- hasta
llegar de nuevo a los hechos empricos de que habamos
partido, que as habrn quedado explicados, comprendi
dos en su no aparente necesidad, integrados en el edifi
cio del saber cientfico.
En esta visin global del proceso cognoscitivo s que
reconocemos al bilogo que la ha diseado. As, por la
observacin y diseccin de varios delfines preados po
demos constatar que cada uno de ellos contiene el feto
envuelto en una placenta, mediante la que se alimenta,
y que sus cras nacen ya vivas. Adquirida esta experien
cia podemos pasar por induccin al enunciado general
de que todos los delfines son vivparos y placentarios.
Mediante otras observaciones, experiencias e inducciones
podemos tambin generalizar que los delfines son anima
les con sangre y con columna vertebral, etc. Llega un
momento en que tenemos como una iluminacin intelec-
mal: Aj! decimos, los delfines son mamferos.
Con eso hemos captado una relacin necesaria entre la
forma o concepto de delfn v la forma o concepto de
mamfero. A partir de ah y de las definiciones pertinen
tes podemos ahora deducir que los delfines han de ser

29 A ndylika bystera, I, 81 a 38.


194 Historia de la filosofa, 4

vivparos, poseer sangre y columna vertebral, placenta,


etctera. Con esto hemos vuelto al punto de partida.
Pero lo que antes eran observaciones desligadas, contin
gentes, incomprensibles, opacas, relativas a ciertos delfi
nes, se ha transformado en hechos explicados, encuadra
dos en el edificio de la ciencia, comprendidos en su ne
cesidad. Claro que este delfn es vivparo! Es necesario
que lo sea. El mismo hecho que haba sido punto de
partida de la induccin se convierte en punto de llega
da de la ciencia demostrativa. Con esto, la mera obser
vacin se ha transformado en conocimiento cientfico, ne
cesario y causal. No slo sabemos que este delfn es vi
vparo, sino que sabemos que no puede por menos de
serlo y cul es la explicacin de este hecho: el que todos
los delfines son mamferos y todos los mamferos son
vivparos.

7.6. Divisin del saber contemplativo

Vimos que Aristteles divida los saberes en produc


tivos, prcticos y contemplativos. A su vez divide los
saberes contemplativos o ciencias en fsica, matemtica
y teologa. Es evidente que hay tres gneros de saberes
contemplativos: la fsica, la matemtica y la teologa 30,
La matemtica no estudia directamente las entidades
que son lo nico que existe independientemente, sino
que abstrae de ellas sus rasgos cuantitativos y los estu
dia por s mismos. La matemtica estudia, pues, la can
tidad, abstrada de las entidades en que existe y consi
derada en s misma. La cantidad puede ser discreta o
continua. Por eso la matemtica se divide en aritmtica,
que estudia la cantidad discreta (los nmeros), y geometra
que estudia la cantidad continua (las lneas, superficies,
etc.). La matemtica es la nica ciencia de la que
Aristteles no se ocup activamente, aunque como
vimos la tom como modelo metodolgico a la hora

30 Met K, 1064 b 1.
7. La ciencia 195

de exponer su concepcin de la ciencia demostrativa en


los Analticos Posteriores.
La teologa estudia la entidad inmvil. Slo hay una
entidad inmvil, el motor inmvil. En efecto, Aristteles
no tena ni idea de lo que ahora llamamos movimiento
inercial. Pensaba que algo slo se mueve mientras est
siendo movido o empujado por otro, su motor. En cuan
to el motor que empuja se para, el mvil empujado se
para tambin. Ahora bien, la observacin muestra que el
mundo est lleno de cosas en movimiento. Por tanto,
habr otras cosas, sus motores, que las estarn movien
do. Y a stas, otras, y as sucesivamente. En efecto,
cuanto se mueve, es movido por algo31. Lo mis
mo pasa con las demostraciones. Cuanto se demues
tra, es demostrado a partir de algo. Pero un regre
so infinito de demostraciones es imposible. Tiene que
haber premisas indemostradas, que sean el punto de
partida de la demostracin. Aristteles rechaza siempre
el regreso a travs de una serie infinita. Es preciso dete
nerse 32, tanto en las demostraciones como en los movi
mientos. Por tanto ha de haber primeros motores, o,
mejor dicho, un primer motor. Si el primer motor se
moviese, necesitara a su vez otro motor, con lo que no
sera el primero. Luego el primer motor es inmvil. Este
primer motor inmvil ocupa el ms elevado lugar en la
jerarqua entitativa aristotlica (como la forma del bien
en la platnica), es algo perfecto (por eso no se mueve
ni cambia, pues cualquier cambio sera a peor), estu
pendo, divino. Tanto es as, que Aristteles lo llama
dios, aunque negndole los atributos personales nor
malmente asociados con los dioses de las religiones. Por
eso el estudio del motor inmvil es estudio del dios, teo
loga. A este estudio dedic Aristteles el temprano libro
metafsico A y el libro VIII de la Fsica.
La fsica o ciencia de la naturaleza estudia las entida
des naturales, las cosas naturales. A diferencia de los

31 Pbysike akrasis, V III, 256 a 2.


32 M et A , 1070 a 4.
196 Historia de la filosofa, 4

objetos de la matemtica, las cosas naturales son verda


deras entidades, incluso las entidades por antonomasia.
A diferencia del objeto de la teologa, las cosas naturales
son entidades mviles y cambiantes. Pero no todas las
entidades cambiantes son objeto de la fsica. En primer
lugar hay que excluir los objetos artificiales o artefactos,
productos de la tcnica, como los zapatos, los barcos o
las casas, de los que ocupan los saberes productivos.
Tampoco son naturales las cosas que surgen o cambian
u ocurren por azar, por una imprevisible casualidad.
Excluidos, pues, el motor inmvil, las formas matem
ticas, los artefactos y los productos de azar, todo lo de
ms que es casi todo constituye la naturaleza, el
dominio de las cosas naturales.
Los astros que vemos en el firmamento, la lluvia, los
elementos agua, aire, tierra, fuego , las montaas,
los bosques, los rboles, los pjaros, los peces, los hom
bres y las mujeres, todo esto son cosas naturales, objetos
de la ciencia de la naturaleza o fsica. Qu tienen de
comn estas cosas? Por un lado, que son entidades some
tidas al cambio, cosas que pueden moverse o estarse quie
tas. Por otro lado, que el cambio a que estn sometidas
les viene de dentro, que poseen dentro de s el principio
espontneo de su cambio. El carpintero somete al tronco
del rbol a una serie de cambios hasta convertirlo en una
mesa. Pero esos cambios son artificiales, no surgen es
pontneamente del rbol. Sin embargo, la bellota se
somete espontneamente a una serie de cambios que
acaban convirtindola en un roble. Esos cambios son
naturales, surgen y dependen de la naturaleza de la
bellota y son comprensibles en funcin suya. Si una pie
dra se levanta, es que hay alguien ajeno a ella que la
levanta. Si la dejamos sola, ella vuelve a caer al suelo,
espontneamente. Su movimiento hacia arriba era artifi
cial; su movimiento haca abajo, natural. Las hojas que
brotan del rbol cada primavera constituyen un cambio
natural. La poda a que lo somete el jardinero es un
cambio artificial.
La fsica o ciencia de la naturaleza es una ciencia cua
7. La ciencia 197

litativa, que trata de entender la estructura de las cosas


naturales y de explicar sus cambios naturales en funcin
tanto de las observaciones empricas que de ellas hace
mos como de una serie de nociones y principios muy
flexibles y generales, implcitamente supuestos en el len
guaje que usamos para hablar de ellas.
Aristteles se dio cuenta de la especificidad de una
serie de ciencias como la ptica, la armnica, la astro
noma o la mecnica que combinan la precisin cuan
titativa propia de la matemtica con la referencia a la
realidad natural propia de la fsica, y que no acaban de
encajar en su esquema. Aristteles las consider las
partes ms fsicas de la matemtica33. Incluso lleg a
distinguir en esas reas tres niveles d i s t i n t o s 1) Un
nivel de ciencia matemtica pura (la aritmtica para la
armnica, la geometra plana para la ptica, etctera);
2) un nivel de ciencia fsico-matemtica (la astronoma
matemtica, la armnica numrica, etctera), y 3) un
nivel de ciencia aplicada (la astronoma en cuanto ayuda
a la navegacin, etctera). Pero Aristteles mismo per
maneci siempre al margen de estos desarrollos cuanti
tativos, limitndose a tomar nota de ellos. Su propia
fsica es un estudio puramente cualitativo de las cosas
naturales.

33 Pbysik akrasis, II, 194 a 7.


31 A ndytika hystera, I, 79 a.
8. El cambio

8.1. El problema del cambio

A diferencia de la teologa y la matemtica, la ciencia


de la naturaleza trata del cambio, o, mejor dicho, de las
cosas que cambian, pues no hay cambio fuera de las
cosas l. Pero, hay realmente cosas que cambian? Para
nosotros y para Aristteles es evidente que las hay. Bas
ta con abrir los ojos y mirar: cuanto vemos est some
tido al cambio, empezando por nosotros mismos, que
nacemos, crecemos, viajamos, aprendemos, enfermamos,
sanamos, envejecemos, morimos. Tambin la Luna cam
bia, y el Sol (aunque no sea ms que de posicin en el
firmamento), y los pjaros y la plantas y los barcos...
Todo esto es tan trivial y evidente, que no vale la pena
siquiera mencionarlo. Sin embargo, la situacin intelec
tual en la Grecia clsica era distinta a la nuestra. All
se haba negado la posibilidad del cambio con poderosos
argumentos, y afirmar la realidad del cambio no impli-1

1 Physike akrasis, II I , 200 b 31.


198
8. El cambio 199

caba slo sealar una obviedad, sino tambin enzarzarse


en una polmica.
Parmenides haba pretendido demostrar de modo defi
nitivo que el cambio es imposible2. Y si a travs de
nuestros sentidos vemos que las cosas cambian, tanto
peor para nuestros sentidos, descalificados como enga
osos, y tanto peor para las cosas cambiantes, descalifi
cadas como meras ilusiones. A la verdad slo se llega
por el razonamiento, y ste concluye que no hay cambio
ninguno en el mundo. El temible dialctico Zenon se
haba encargado de abrumar a cuantos le escuchaban con
argumentos que reducan al absurdo la hiptesis de que
algo pueda cambiar o moverse. La realidad sera, pues,
inmutable. Aristteles, pensador de gran sentido comn,
no poda aceptar esa conclusin. Pero no le bastaba con
rechazarla, tena adems que desmontar los razonamien
tos en que se basaba. Y es lo que hizo, valindose para
ello de un anlisis de ciertas estructuras lingsticas de
la lengua griega, que estn implcitas en nuestro discurso
sobre el cambio, y de las que no somos explcitamente
conscientes, por lo que fcilmente pueden actuar como
trampas, en las que caemos sin darnos cuenta. Es lo que
haba ocurrido a Parmenides y Zenon. Aristteles se
propuso explicitar esas estructuras implcitamente presen
tes en el lenguaje, y sealar y subrayar una serie de dis
tinciones o puntos de vsta (a los que l llam princi
pios arkha ) que deben ser tenidos siempre en cuen
ta al hablar sobre el cambio, para as evitar las trampas
que el propio lenguaje nos tiende y que en otros pen
sadores afloran en forma de conclusiones absurdas, con
trarias al sentido comn y a la percepcin sensible.
Aristteles analiza el cambio y sus principios en el
actual libro I de la Fsica, que originariamente constitua
una obrita independiente, titulada Perl arkbn (Sobre los
principios). Los principios o factores- del cambio, que
hay que tener en cuenta para entenderlo son tres: el sus-

3 Vase J . Mostern: Historia de la filosofa 3, La filosofa grie


ga prearistotlica, captulo 5. Alianza Editorial. M adrid, 1984.
200 Historia de la filosofa, 4

trato ( hypokemenon ), la forma (morph, eidos) y la


privacin (stresis).
En todo cambio hay algo que cambia y algo que per
manece. Lo que permanece en el cambio, lo que sufre
el cambio, es el sustrato. Si yo me traslado de un sitio
a otro, lo que cambia es el sitio en que estoy, pero yo
permanezco; yo soy el sustrato de ese cambio. Cuando
el rbol florece en primavera, lo que permanece es el
rbol; el rbol es el sustrato de esa floracin. Algo (el
sustrato), que era (o estaba) de una cierta manera, pasa
a ser (o estar) de otra manera. Dicho de otro modo, algo
(el sustrato) pierde una forma que tena y adquiere en
su lugar otra. Alguien se sonroja, pierde su forma (su
color) de palidez y adquiere la nueva forma, el color
rojo, en sus mejillas. El proceso que conduce de la pali
dez a la rojez constituye el cambio, en este caso, el son
rojamiento. El sustrato de ese cambio es la persona que
se sonroja. La forma adquirida en el cambio es el color
rojo de las mejillas. La forma perdida en el cambio es
la palidez, que Aristteles describe de dos maneras: como
lo contrario de la rojez, y como la privacin de rojez.
El cambio consiste en la adquisicin por el sustrato
de una forma de la que inicialmente estaba privado. El
analfabeto aprende a leer, el ave se echa a volar, el vol
cn entra en erupcin, yo me voy a casa. En cada caso
un sustrato (el hombre, el ave, el volcn, yo) pasa de
una privacin (ser incapaz de leer, reposar en tierra, estar
en calma, estar fuera de casa) a la posesin de la forma
correspondiente (saber leer, volar, erupcionar, estar en
casa). El hombre analfabeto el ejemplo es de Arist
teles pasa a ser hombre alfabetizado. El sustrato es el
hombre, la privacin (de la forma de alfabetizado) es el
ser analfabeto, la forma adquirida en el cambio es la de
alfabetizado.
Armado con esta distincin de los tres factores cita
dos, Aristteles se considera en posicin de solucionar
el problema planteado por Parmenides y sus seguidores.
El cambio consiste en que algo que no era P, es decir,
que era no-P, pese a ser P. Pero eso decan
8. El cambio 201

es imposible, de no-P no puede generarse P, el ser


no puede surgir del no ser. Aristteles refina el anlisis
inicial y rechaza la conclusin. El cambio consiste en
que algo, S, que no era P, o, si se prefiere, que era
no-P, pasa a ser P. S es el sustrato del cambio, P la
forma adquirida y no-P la inicial privacin. De un
modo relativo y accidental puede decirse que P surge de
no-P3. Pero de un modo absoluto lo que ocurre es
que P surge del sustrato, 5, o, mejor dicho, el S que
es P se genera a partir del S que no es P, pero s es S.
Por tanto, nada se genera a partir del no-ser, y, sin
embargo, el cambio es posible.

8.2. Potencia y acto

Por si quedaran dudas sobre si este primer anlisis


del cambio en funcin de las nociones de sustrato, priva
cin y forma resuelve definitivamente el problema, Aris
tteles tiene an otra solucin de recambio. Otra solu
cin se basa en la distincin entre ser en potencia y ser
en acto 4.
La palabra dynamis, potencia, significa en griego pri
mariamente fuerza o poder de hacer algo, pero Arist
teles la utiliza para designar la capacidad pasiva de posi
blemente llegar a ser algo. Lo que le interesa subrayar
es que no toda cosa puede llegar a ser cualquier otra.
Un perro pequeo puede crecer y llegar a ser un perro
grande, pero es imposible que llegue a ser un ruiseor.
Por eso el cachorro de perro lobo es un perrazo en
potencia, pero no es un ruiseor en potencia. El bloque
de mrmol, convenientemente cincelado por un escultor,
podra llegar a ser una estatua de mujer, pero en ningn
caso podra llegar a ser una mujer. Por eso el bloque
de mrmol es una estatua de mujer en potencia, pero
no una mujer en potencia. Yo podra quizs trasladarme

3 Pbysik akras, I, 191 b 13.


* Ibid, 191 b 27.
202 Historia de la filosofa, 4

a Italia, pero no al siglo xn. Por eso estoy en Italia en


potencia, pero no estoy ni siquiera en potencia en el
siglo XII.
En terminologa aristotlica a la potencia (dynamis )
se opone el acto ( enrgeia), que es la realidad actual, la
actividad presente. As, el cachorro que era slo un
per razo en potencia, si todo va bien, acaba siendo un
perrazo en acto. El bloque de mrmol, que entr en el
taller del escultor como una estatua en potencia, sali
de l como una estatua en acto. Y yo, que slo estoy
en Italia en potencia, me trasladar el mes que viene a
ese pas y en ese momento estar en acto en Italia. El
acto es realidad, actualidad y tambin actividad. La vi
sin es el acto del ojo, la lectura es el acto de la-capa
cidad de leer. La capacidad o disposicin a demostrar
en que consiste la ciencia slo se actualiza, slo se da
en acto, en el momento en que el cientfico se pone a
demostrar algo.
La distincin aristotlica entre ser algo en potencia
y ser algo en acto, aunque en cierto modo trivial y no
exenta de dificultades, resulta sumamente til para des
enmaraar ciertos los de palabras. Alguien puede decir
que la bellota es un roble (no hay ms que hundirla en
la tierra para comprobarlo) y que la bellota no es un
roble (no tiene races, ni tronco, ni hojas de roble). Este
tipo de afirmacin confusa parecera poner en peligro el
principio de contradiccin, el ms slido de los princi
pios. Pero el principio no est en peligro, seala Aris
tteles, y para verlo basta con reformular de un modo
ms preciso lo referente a la bellota y al roble. Es cierto
que la bellota es un roble (en un sentido) y que no es
un roble (en otro sentido), pero esto no infringe el prin
cipio de contradiccin. La bellota es un roble en poten
cia, pero no es un roble en acto. Punto. Esta misma
distincin bastara para disipar la niebla de confusin
semntica que rodea las actuales discusiones sobre el
aborto. Es un embrin (o un feto) un humn? La res
puesta es: un embrin es un humn en potencia, pero
no es un humn en acto, al igual que la bellota es un
8. El cambio 203

roble en potencia, pero no es un roble en acto. Una


bellota no podra llegar a ser nunca un humn, por eso
no es un human en potencia. Un embrin humano s
podra llegar a ser un humn (por eso es un humn en
potencia), pero no ha llegado a serlo, por eso no es un
humn, sino slo un embrin.
Parmenides y sus seguidores haban pretendido que
el cambio es imposible, pues implica un paso del no-ser
al ser, de no-P a P; pero slo del ser se puede pasar al
ser. En efecto, replica Aristteles, slo del ser se puede
pasar al ser, pero ser se dice de muchas maneras, y
en el cambio lo que ocurre es que se pasa del ser en
potencia al ser en acto, del ser P en potencia a iser P en
acto. Mi traslado a Italia consiste en que yo pase de
estar en Italia en potencia a estar en Italia en acto. El
despertarme consiste en pasar de estar despierto en po
tencia a estar despierto en acto. Con este sencillo anli
sis asesta Aristteles un golpe definitivo a los argumen
tos eleticos a favor de la inmutabilidad universal.
Aristteles emplea la palabra entelkheia a veces como
sinnimo de enrgeia, acto, y a veces como acto de algo
en su plenitud o culminacin. As, el caballo adulto, sano
y perfecto no slo es caballo en acto (como el potro o
el caballo que cojea), sino adems es caballo en su ple
nitud o perfeccin, posee la culminacin ( entelkheia )
del ser caballo.
Un cambio consiste en la actualizacin de una poten
cia. Por eso, mientras el cambio no se inicia, la potencia
est como dormida, es una potencia meramente poten
cial, valga la redundancia. Una vez concluido el cambio,
la potencia ya no existe, ha desaparecido, sustituida por
el acto, por la forma de aquello de que era potencia.
Pero durante el cambio mismo, cuando ste ya ha em
pezado y todava no ha terminado, es como si la poten
cia se despertase y brillara por un momento con luz pro
pia, como si fuera fugazmente potencia activa, eficaz, en
ejercicio, potencia en su plenitud, culminacin de la po
tencia, antes de su definitiva desaparicin. De ah la
famosa definicin aristotlica del cambio: El cambio
204 Historia de la filosofa, 4

es la culminacin entelkheial de lo potencial en cuanto


tal 5.

8.3. Tipos de cambio

Cada vez que ocurre un cambio, una forma se realiza,


una potencia se actualiza, algo nuevo surge. Pero el
surgir se dice de muchas maneras 67. En efecto, lo que
surge del cambio puede ser una nueva entidad, o una
nueva cualidad o localizacin de una entidad ya exis
tente, etctera. Hay tantas especies de movimientos y
cambio cuantas las hay de ser 1. Y como Aristteles
llama categoras a las maneras de decirse ser, parece
que tendra que aadir que hay tantos tipos de cambio
como hay categoras. Pero esta consecuencia la sac ms
tarde Thefrastos. Aristteles se limita a considerar cua
tro categoras, y los correspondientes tipos de cambio.
Lo que cambia siempre cambia segn la entidad o
segn el cunto, o segn el cul, o segn el lugar 8. El
cambio entitativo es aquel en que una cosa deja de ser
la entidad que era para transformarse en otra distinta.
En el cambio accidental la cosa sigue siendo la misma
entidad, pero cambia en algn aspecto cualitativo o cuan
titativo o sencillamente cambia de lugar. En cualquier
caso, esos cuatro son los tipos de cambio distinguidos
por Aristteles. Los tipos de cambio son cuatro: o se
gn qu es, o segn cul, o segn cunto, o segn dnde.
La generacin absoluta y la corrupcin constituyen el
cambio segn el qu es; el aumento y la disminucin,
segn el cunto; la alteracin, segn la pasin, y la tras
lacin, segn el lugar9.
Otra distincin completamente diferente es la que
hace Aristteles entre cambio natural y cambio artificial
5 Physike akrasis, III, 201 a 10.
6 Physike akrasis, I, 190 a 31.
7 Physike akrasis, II I , 201 a 8.
8 Ibid, 200 b 31.
9 Met, A, 1069 b 9.
8. El cambio 205

o violento. El cambio natural es el que surge espont


neamente de la cosa, con independencia de toda inter
vencin humana. El cambio artificial o violento es el
que slo se da merced a la interferencia humana. El
rbol caducifolio pierde sus hojas en otoo de un modo
natural, pero es artificialmente podado por el jardinero.
Levantamos la piedra artificialmente hacia arriba, pero,
en cuanto la soltamos, ella cae naturalmente hacia abajo.
La ciencia de la naturaleza se ocupa de los cambios natu
rales, mientras que los cambios artificiales son objeto de
los saberes productivos.
El cambio en general (metabole o knsis, segn los
contextos) se divide en cambio entitativo (generacin y
corrupcin) y cambio accidental. Este ltimo se divide
a su vez en aumento o disminucin, alteracin y loco
mocin. Y cada uno de esos cambios puede a su vez
ser natural y artificial.
El cambio es siempre la sustitucin de una forma por
otra en un sustrato, la actualizacin de una potencia. La
forma sustituida puede ser la forma entitativa, lo que
la cosa es, en cuyo caso el sustrato en este caso, la
materia deja de tener la forma entitativa que tena
para pasar a tener otra, deja de ser el tipo de cosa que
era para pasar a ser algo completamente distinto, otra
entidad. A este tipo de cambio se le llama generacin
desde el punto de vista de la entidad que aparece
o corrupcin desde el punto de vista de la entidad
que desaparece. La generacin {gnesis) es el naci
miento, el surgimiento. La corrupcin (phthor) es la
muerte, la desaparicin, la destruccin. Pero la genera
cin y la destruccin no constituyen un misterioso sur
gir de lo existente a partir de la nada ni un hundirse en
la nada, sino la actualizacin de una potencia del sus
trato. Cuando el animal muere, pasa de ser un animal
a ser un cadver, su forma entitativa anterior desapa
rece, pero el sustrato la materia permanece. Todo
animal vivo es un cadver en potencia. Su muerte es la
actualizacin de esa potencia. La misma materia pasa
a estar organizada o estructurada de otra manera, la
206 Historia de la filosofa, 4

misma materia que aqu sirve de sustrato pasa de


ser un animal vivo a ser un cadver. La materia es el
sustrato de todos los cambios entitativos, lo que per
manece de las cosas que se generan y se destruyen. Ello
es posible porque la materia ltima es eterna, por un
lado, y porque es potencialidad pura, capaz de adoptar
todas las formas, por otro.
La generacin y la corrupcin pueden ser naturales o
artificiales. Un animal que se muere de viejo se corrom
pe naturalmente. El animal matado por el cazador se
corrompe violentamente, artificialmente. El carpintero
genera artificialmente una silla y naturalmente un hijo.
No todo cambio es tan radical como la generacin o
la destruccin. La mayora de los cambios se limitan a
sustituir una forma accidental por otra en una entidad
que permanece durante el cambio y le sirve de sustrato.
En eso consiste el cambio accidental.
El cambio cualitativo o alteracin es la sustitucin de
una cualidad por otra en una entidad, la actualizacin
de una de sus potencialidades cualitativas. Fulano tom
el sol y, de estar plido, pasa a estar moreno. Ya antes
era moreno en potencia, pero la actualizacin de esa po
tencia ha constituido un cambio de color de fulano, una
alteracin de fulano. La alteracin puede ser natural o
artificial. El tomate verde madura al sol y naturalmente
se pone rojo. La casa es pintada por su dueo con pin
tura roja y artificialmente adquiere ese color.
El cambio cuantitativo consiste en el aumento o cre
cimiento y en la disminucin, en la sustitucin de una
cantidad por otra en la entidad, en la actualizacin de
una de sus potencias cuantitativas. Fulano, que pesaba
sesenta kilos, pasa a pesar ochenta. Fulano ha engor
dado. Todos los flacos son gordos en potencia. Todos
los nios pequeos son ms altos en potencia. Su cre
cimiento consiste en la actualizacin de esa potencia.
Tambin aqu cabe tanto el cambio natural como el arti
ficial. Los cabellos de nuestra cabeza crecen lentamente
de un modo natural, y disminuyen rpida y artificial
mente cuando nos los corta el peluquero.
8. El cambio 207

El cambio de lugar o locomocin o traslacin consiste


en la sustitucin de una forma local por otra, es decir,
de un lugar ocupado por la entidad por otro. Cualquier
cosa est potencialmente en cualquier sitio en el que
podra estar. Pero esa potencialidad slo se actualiza si
la cosa se traslada hasta all, si realiza el correspondiente
movimiento local o locomocin. La traslacin de un lu
gar a otro puede ser natural o artificial. Durante el par
tido de ftbol, el baln se mueve artificialmente de un
lugar a otro, violentamente impulsado por las patadas
de los jugadores. Pero las aguas del ro bajan natural
mente hacia el mar, sin que human alguno las impulse.

8.4. La explicacin del cambio

El saber cientfico no se limita a constatar la realidad


del cambio, a describirlo y clasificarlo. Tambin pre
tende explicarlo.
Una explicacin es una respuesta a una pregunta que
empieza con por qu?. Las respuestas a dichas pre
guntas son muy variadas. Por eso hay muchos tipos dis
tintos de explicaciones. Una explicacin indica un por
qu, un factor explicativo. Aristteles encuentra el ori
gen psicolgico de la ciencia en el asombro que nos pro
duce lo que vemos y en la curiosidad por entenderlo.
Ante ciertos hechos sorprendentes quedamos asombra
dos, boquiabiertos. Aunque constatamos que son as,
preguntamos que por qu son as, pedimos una explica
cin. Si la respuesta que nos dan (o que nos damos) es
satisfactoria, comprendemos que slo a primera vista son
sorprendentes esos hechos, pero que en realidad tienen
que ser as, teniendo en cuenta los factores que haba
mos pasado por alto, pero que la explicacin seala. La
sorpresa, el asombro se disipan, y en su lugar aparece
la comprensin, el saber cientfico.
Aristteles expone su teora sobre la explicacin en
el libro segundo de la Fsica, dedicado a las aitai. La
palabra griega aita (o ation, pues ambas emplea Aris-
208 Historia de la filosofa, 4

toteles) suele traducirse por causa. Pero la nocin aris


totlica de aita parece ser ms amplia que lo que sole
mos entender por causa, suponiendo que quizs es
mucho suponer que entendamos algo preciso bajo esa
palabra. De hecho, Aristteles dice que hay tantas aitai
como maneras de decirse el porqu (to did t ) 101. Esto
ha llevado a diversos tratadistas recientes a traducir aita
por explicacin o factor explicativo. As, por ejemplo,
Moravcsik comenta que puesto que aita es cualquier
cosa que responde a una pregunta de por qu?, y cual
quier cosa que responde a una pregunta de por qu?
es una explicacin, se sigue que una aita es simple
mente un factor explicativo... Es completamente con
fundente referirse a la teora de la aitai como a una
teora de causas. Es ms bien una teora sobre la estruc
tura de las explicaciones u.
Aristteles distingue cuatro tipos principales de fac
tores explicativos: 1) la materia (hyl ), 2) la forma (ei-
dos), 3) el iniciador (kinon ) y 4) el para qu (bou h-
neka).
Ya vimos la importancia que en el anlisis aristot
lico del cambio tiene el sustrato. El sustrato de ciertos
cambios (por ejemplo, de la talla de una estatua a partir
de un tronco de rbol) es la madera. Madera en griego
se dice hyle. Primero us Aristteles la palabra hyl
como ejemplo de sustrato, pero luego la generaliz para
referirse a cualquier sustrato. Materia y sustrato acaban
significando lo mismo. Llamo materia al sustrato inme
diato de cada cosa, a partir del cual se ha producido
bsicamente y no por accidente ia.
Si el sustrato es lo que permanece en el cambio, la
forma es aquello a lo que se llega con el cambio, la
estructura que presenta la cosa tras el cambio. Arist
teles emplea la misma palabra (eidos) que haba usado

10 Pkysik akrasis, II, 198 a 15.


11 J . Moravcsik: Aristotle on adequate explanations, Synthese,
28 (1974), pgs. 3 y ss.
n Pkysik akrasis, I, 192 a 31.
8. El cambio 209

Platn para las formas separadas; a veces tambin usa


sinnimamente morphe.
Las nociones aristotlicas de materia y forma son co
rrelativas. Lo que en un contexto es materia, en otro
contexto distinto es forma. El ladrillo es materia res
pecto a la casa, pero forma respecto a la arcilla de que
est hecho. Y la casa misma es materia respecto a la
forma de blancura que le damos cuando la pintamos.
La materia es algo relativo, pues a otra forma distinta
corresponde otra materia 13. Este carcter relativo y fun
cional de la nocin aristotlica de materia la diferencia
completamente de la concepcin absoluta de los atomis-
tas u.
El iniciador del cambio, frecuentemente traducido
como causa eficiente, es el disparador (en ingls, trigger)
del proceso, lo que lo pone en marcha (o lo para), el
motor, el culpable, el causante en sentido usual. No olvi
demos que aita empez significando acusacin, repro
che, culpa, y atios era el culpable. La nocin de inicia
dor (o de causa eficiente) es una generalizacin de la
de culpable o responsable.
El para qu ( bo hneka) o fin ( tlos ) es, como
su nombre indica, aquello para lo que se provoca el cam
bio, la meta o propsito o funcin o misin del cambio.
Se opone el azar, que es lo que sucede sin fin ni misin
alguna, para nada.
Muchas explicaciones que damos, muchas respuestas
a preguntas de por qu?, caen bajo estos cuatro tipos
aristotlicos. Por qu se derrumb la casa? Porque el
mortero de los cimientos contena demasiada arena. Aqu
aludimos al factor explicativo material. Por qu le sa
len cuernos al ternero? Porque es un buey (y la forma
de buey incluye los cuernos). Aqu usamos el factor
explicativo de la forma. Por qu te has cado? Porque

1S Pbysike akras, II, 194 b 9.


H Sobre esta cuestin, vase J. Mostern: M ateria y atomis
mo, en Conceptos y teoras en la ciencia. Alianza Editorial. Ma
drid, 1984.
210 Historia de la filosofa, 4

fulano me ha empujado. Fulano es el factor explicativo


en cuanto iniciador, es el culpable de mi cada. Por qu
est l haciendo gimnasia? Porque quiere fortalecer sus
msculos, para fortalecer sus msculos. Aqu es el para
qu lo que suministra la explicacin.
Los cuatro factores explicativos del cambio son tam
bin los cuatro puntos de vsta o factores que nos sirven
para analizar la entidad resultante del cambio. Adems
de sustrato del cambio, la materia es sustrato de la for
ma, material informado por la forma, aquello de que
una cosa est hecha o compuesta. En cada entidad pode
mos distinguir los materiales o elementos de que -est
hecha su materia y la estructura que adoptan esos
materiales o elementos de ella su forma. Los ladri
llos y vigas son la materia de la casa, su disposicin en
paredes, vanos y techos (su plano, por as decir), su
forma. Los fonemas son la materia de la slaba, su orde
nacin en ella, su forma. (El ejemplo es de Aristteles).
A nosotros nos parece plausible analizar todas las enti
dades en trminos de materia y forma. Ms problem
tico resulta tratar de analizarlas en trminos de iniciador
y para qu.
Posiblemente llegara Aristteles a su anlisis en cuatro
factores reflexionando sobre artefactos, por ejemplo so
bre un nfora. En el nfora es fcil distinguir la materia
(el barro de que est hecha), la forma (la estructura de
vasija con dos asas), el iniciador (el alfarero que la ha
fabricado) y el para qu (para guardar aceite, por ejem
plo, que es la misin a la que el alfarero la ha destinado).
Todos los artefactos son fabricados por alguien para
algo y tienen, por tanto, un iniciador y un para qu.
Pero no se entiende demasiado la pregunta de quin
(o qu) ha hecho o iniciado un objeto natural, o para
qu. Alguien ha hecho un canal, y lo ha hecho para regar
su huerta. Pero nadie ha hecho el ro, y el ro no es
para algo.
Aristteles piensa que toda entidad, natural o artifi
cial, tiene una funcin, una tarea, -un para qu, un fin.
La diferencia est en que las cosas artificiales tienen una
8. El cambio 211

misin extrnseca, conferida a ellas por su fabricante,


mientras que las cosas naturales tienen una misin in
trnseca, inmanente, que les viene de dentro. La natu
raleza entera est animada de tendencias hacia fines,
aunque sean tendencias inconscientes. Este teleologismo
constituye en parte un rasgo arcaico y antropomrfico
del pensamiento aristotlico, heredado a su vez de Pla
tn, pero en parte responde tambin a su experiencia
de zologo. En efecto, los rganos de los anmales pare
cen tener una funcin, y los procesos que ocurren en
los animales parecen tender a un fin. El animal tiene
patas para correr, tiene dientes para morder, tiene un
pene para copular, etctera. El animal corre para cazar,
caza para alimentarse, se alimenta para sobrevivir, des
cansa para reponer sus fuerzas, busca pareja para repro
ducirse, se reproduce para perpetuar su especie, etctera.
Muchas de estas observaciones son ingenuas, pero de
sentido comn. Quien mira el mundo orgnico con inge
nuidad y sentido comn, encuentra por doquier fines,
funciones, para qus. Por eso Aristteles no vacila en
generalizar su anlisis de los factores de los artefactos
a las cosas naturales, e incluso a las inanimadas. De
todos modos, no hay que olvidar que esos factores son
slo puntos de vista, que en la realidad no necesitan
ser distintos. As, Aristteles repite en varios pasajes
que en los anmales la forma, el iniciador y el para qu
coinciden. El potro tuvo como iniciador a la forma de
caballo (realizada en su padre), tiene como meta o fin
de su desarrollo la forma de caballo (que adquirir ms
tarde) y tiene ya la forma o estructura anatmica carac
terstica de un caballo, aunque slo ms tarde l tendr
en su plenitud:
Aristteles no pretende que los cuatro tipos de expli
cacin (las cuatro causas) que l distingue sean apli
cables en cada caso. Tampoco pretende que ellos agoten
la variedad de las explicaciones. De hecho, en algn
pasaje llega a reconocer hasta 64 tipos distintos de ex
plicacin. En efecto, dice que cada uno de los cuatro
factores explicativos antes mencionados puede a su vez
212 Historia de la filosofa, 4

entenderse como particular o como genrico, tambin


como accidental o como de por s, y adems, como sim
ple o como combinado. As, pues, tenemos 4*2*2-2 32
tipos distintos. Y aade que cada uno de ellos puede
entenderse como estando en potencia o en acto, con lo
cual resultan 32*2 = 64 tipos distintos de explicaciones15

8.5. Los principios

En los Analticos Posteriores Aristteles llamaba prin


cipios sobre todo a las proposiciones o premisas de que
parte la demostracin. En la Fsica llama principios
arkha a una serie abierta de distinciones, nociones
funcionales y puntos de vista muy generales, que juegan
en la ciencia un papel parecido al que juegan los tpicos
o lugares comunes en la dialctica, slo que aqu no se
trata de convencer o ganar, sino de aclararse uno mismo
y acercarse a la verdad. De hecho la especulacin filo
sfica precientfica haba embrollado el lenguaje que em
pleamos para hablar de la realidad con todo tipo de
seudoproblemas. Esa maraa slo poda desenmaraarse
mediante instrumentos conceptuales adecuados, los prin
cipios. La investigacin aristotlica de los principios pone
al descubierto estructuras lingsticas, distinciones y
correlaciones que de alguna manera estn presupuestas
en nuestro lenguaje (o al menos en el griego de su
tiempo), pero de las que normalmente no somos cons
cientes. Aristteles trata de estas cuestiones fijndose
por un lado en lo que decimos cuando hablamos del
cambio o de lo que las cosas son, y estableciendo dife
rencias en los significados de las palabras cruciales em
pleadas, y por otro lado mirando hacia atrs, hacia lo
que dijeron los pensadores que le precedieron, y tratan
do de iluminar en qu trampas conceptuales cayeron. Por
eso Aristteles fue a la vez el primer filsofo del len
guaje y el primer historiador de la filosofa.

13 Physik akrasis, II, 195 a 27 hasta 195 b 16.


8. El cambio 213

La serie de los principios est abierta; en cada mo


mento, y segn las necesidades ad hoc, se pueden expl-
citar y aadir otros nuevos. Los principales aparecen
agrupados: las diez categoras, los cuatro predicables, el
tro sustrato-privacin-forma, el par acto-potencia, los
cuatro factores explicativos... Muchos de estos principios
son expresiones lingsticas (preposiciones, adverbios,
adjetivos, conjunciones, etctera), conceptualizadas me
diante el expediente de ponerles delante el artculo to\
to t en enai (aquello en que consiste ser tal cosa), to po
sn (el cunto), to ho hneka (el para qu), etctera.
La indagacin aristotlica de los principios puede pare
cer decepcionante. Al final, todo se queda en una serie
de distinciones bastante triviales. Pero, como ha sea
lado Wieland, el anlisis de las presuposiciones de toda
investigacin es lo que le obliga a mencionar todas esas
trivialidades que estn presupuestas en cada discusin
individual, pero de las que generalmente no somos cons
cientes. Una vez expresadas, parecen triviales. Pero el
descubrimiento de trivialidades es una empresa que est
lejos de ser trivial
Desenmaraada la maraa conceptual, aclarados los
conceptos y distinguidos los significados, el camino de
la ciencia queda despejado de obstculos. Al menos, eso
es lo que l pensaba, aunque tampoco estaba tan seguro,
pues hasta el final de su vida sigui dando vueltas a esas
distinciones. En cualquier caso, tratado ya el tema de
los principios en la Fsica y abandonada la Akademia,
Aristteles se vea con las manos libres para dedicarse
al estudio de la naturaleza y en especial al de los ani
males.

16 W . W ieland: Das Problem der Prnzipenforschung und die


aristotelische P hysik, Kant-Studien 52 (1960), pg. 218. La mejor
discusin y exposicin del tema de los principios aristotlicos se
encuentra en su libro Die aristotelische Physik.
9. Cosmologa

9.1. El lugar

Despus de haber indagado los principios o distincio


nes que permiten hablar del cambio sin caer en los labe
rintos en que se haban perdido los pensadores anterio
res, Aristteles pasa a estudiar la naturaleza inorgnica
en una serie de obras cosmolgicas, empezando por los
libros III al VII de la Fsica, que constituyen un tra
tado sobre el movimiento, una cinemtica. El movimiento
o locomocin consiste en el cambio de lugar por parte
de una entidad corprea o cuerpo. (Todas las entidades
concretas son corpreas, con la sola excepcin del motor
inmvil.) Un cuerpo dado, que en un instante determi
nado estaba en un cierto lugar, pasa a ocupar otro lugar
distinto en un momento posterior. Por tanto el anlisis
del movimiento presupone una dilucidacin preva de
qu sea el lugar {topos) y de qu sea el tiempo {khr-
nos).
El verbo ser o estar {einai) se dice de muchas ma
neras, tantas como categoras. Cuando decimos que fu-
214
9. Cosmologa 215

lao est en tal sitio, por ejemplo en el zagun de su


casa, estamos diciendo algo de fulano: no algo entita-
tivo (lo que fulano es, a saber, un human), sino algo
accidental, que est afectado del accidente de estar o
encontrarse all. Ese accidente cae bajo la categora del
dnde (po ). As pues, cuando decimos de una cosa que
est en un lugar, usamos el verbo estar en el sentido
o categora de dnde.
El estar e'n un lugar es para la cosa que est en l un
accidente. Pero el lugar mismo, qu es? El lugar no
existe independientemente, como entidad, sino depen
dientemente (de ciertas entidades), como cantidad. Algo
es un lugar en el sentido o categora de cunto (posn),
de cantidad. La cantidad, a su vez, puede ser discreta o
continua. El nmero es una cantidad discreta. El lugar,
el tiempo, la lnea, la superficie y el slido son canti
dades continuas, es decir, cantidades ilimitadamente
divisibles.
El lugar no es una entidad, sino algo de una entidad.
No hay lugares de por s, sino lugares de cuerpos. No
podra identificarse sin ms el lugar ocupado por un
cuerpo con el cuerpo que lo ocupa? No, pues por expe
riencia sabemos que en un mismo lugar un cuerpo puede
ser reemplazado por otro. Cuando vaciamos una garrafa
llena de vino, el mismo lugar que estaba ocupado por
el vino pasa a estar ocupado por el aire. Luego el lugar
no se identifica con el vino o con el aire, ni con cuerpo
alguno que lo ocupe. Ya que no es el cuerpo mismo,
podra el lugar que ocupa ser una parte o componente
suyo, su materia o su forma? Platn, por ejemplo, en el
Tmalos, parece haber identificado lugar y materia. Pero
el lugar no puede ser ni la materia ni la forma del cuerpo
que lo ocupa, pues el cuerpo puede cambiar de lugar
puede moverse localmente sin cambiar de materia
ni de forma.
Una definicin adecuada del concepto de lugar tiene
que dar cuenta de estas cuatro caractersticas esenciales
suyas: 1) El lugar no es parte o componente de la cosa
que lo ocupa, sino aquello que la envuelve o rodea. 2)
216 Historia de la filosofa, 4

El lugar primero de una cosa no es ni ms grande ni


ms pequeo que ella. 3) La cosa puede abandonar el
lugar que ocupa, que es por tanto separable de ella.
4) A todo lugar corresponde un arriba y un abajo. Los
cuerpos tienen una tendencal natural a moverse (sea
hacia arriba, sea hacia abajo) haca sus lugares propios
y a quedarse quietos en ellos h
Dejamos de momento de lado esta ltima caracters
tica. Las tres primeras pueden combinarse en una defi
nicin de lugar, que es la que da Aristteles:
El lugar es el lmite inmediato inmvil del cuerpo
circundante a. Por ejemplo, si la mano est metida en
un guante perfectamente ajustado, la cara interior del
guante coincide con el lugar de la mano. Si un pez est
en el agua, la superficie del agua que est en inmediato
contacto con el pez es su lugar. El lugar de una estatua
es la superficie del are que la rodea.
El lugar siempre es una superficie, un lmite. Por eso
pertenece a la categora de la cantidad continua, como
toda superficie.
Una cosa, por ejemplo, una estatua puede estar si
multneamente en Grecia, en Atenas, en el Agora, en
una esquina del Agora, etctera. Pero el lmite inmediato
de la estatua es la superficie del aire que la rodea, que
est en contacto inmediato con ella. Y un pez puede estar
en el mar, pero el lmite inmediato es el de la superficie
del agua que lo envuelve, que es su lugar. Por eso define
Aristteles el lugar como el lmite inmediato.
Si el vino est en la garrafa, el lugar del vino es la
pared interior de la garrafa, al menos mientras sta no
se mueva. Si transportamos la garrafa de un sitio a otro,
el lugar del vino cambiar tambin. La garrafa es el reci
piente del vino. Si el recipiente est quieto, la pared inte
rior del recipiente y el lugar coinciden. Pero no as s el
recipiente es transportado. El recipiente es como un lu-

1 Pbysike krasis, IV, 210 b 32.


2 Ibid, 212 a 20.
q. Cosmologa 217

gar transportable. El lugar es como un recipiente no


transportable. El lugar slo se identifica con la cara
interior del recipiente si ste est quieto o s lo fijamos
inmvilmente en un punto de su trayectoria, pues el
lugar no cambia de lugar. Por eso Aristteles define el
lugar como el lmite inmediato inmvil.
Todas las cosas del universo excepto la ltima es
fera se hallan en un lugar, ocupan un lugar. El corazn
de fulano ocupa un lugar, la superficie interna de las
visceras y tejidos en inmediato contacto con l. A su
vez, todas las visceras y tejidos de fulano, juntos, ocupan
un lugar, que coincide con la superficie interna de su piel.
Fulano mismo ocupa un lugar, que viene dado al menos
en parte por la cara interior de la ropa que lleva puesta.
Esta ropa ocupa un lugar, formado por la superficie exte
rior de la piel de fulano y por el aire que lo rodea. Todo
el mundo sublunar ocupa un lugar, que coincide con la
superficie inferior de la esfera de la Luna. Cada esfera
celeste se halla en un lugar, lugar determinado por la
cara superior de la esfera que est debajo de ella y por
la cara inferior de la esfera que est por encima.
Todas las cosas del universo estn rodeadas de cuer
pos. El lugar de una cosa es la cara interior del cuerpo
que la rodea. Pero el universo entero no est rodeado
por cuerpo alguno, pues todos los cuerpos estn dentro
de l y ninguno fuera. Por tanto, el universo no ocupa
lugar. La pared inferior de la ltima esfera constituye
el lugar del resto del universo, pero la ltima esfera
misma no est rodeada por nada y, por tanto, no ocupa
lugar. As pues, ni el universo entero ni la ltima esfera
que es su parte ms externa ocupan lugar. No estn
en ningn sitio, carecen del accidente del dnde. Todas
las dems cosas ocupan un lugar, estn rodeadas por un
cuerpo (o varios).
Alguien podra objetar que el universo entero y su
ltima esfera estn limitados por el vaco. Pero el vaco
segn Aristteles no existe. El vaco no es un espa
cio desocupado, sino que no es nada. De hecho fuera del
218 Historia de la filosofa, 4

universo no hay nada, ni vaco ni lleno, ni espacio ni


tiempo. Por ello nada puede limitar al universo, que no
est en ninguna parte, pues fuera de l no hay parte o
sitio alguno en que pudiera estar.

9.2. El vaco

La definicin aristotlica del lugar es incompatible con


la existencia del vaco. Si toda cosa est rodeada de cuer
pos por todas partes, eso implica que no puede haber
burbujas de vaco o no-cuerpo en el mundo. El universo
aristotlico es macizo, lleno, sin fisuras ni grietas ni
burbujas. Es un pleno, en el que no cabe vaco alguno.
El universo aristotlico es una esfera perfecta, maciza y
finita, como lo existente de Parmendes.
Los pitagricos haban admitido la ' existencia del va
co como aquello que separa y divide unos objetos de
otros e incluso unos nmeros de otros (pues considera
ban los nmeros como ordenaciones espacales de uni
dades discretas). Los eleticos haban sentado la tesis
de que slo en el vaco podra haber movimiento, aun
que, al rechazar la existencia de este ltimo, tambin
rechazaban la de aqul. Dando la vuelta al argumento,
los atomistas haban concluido que, puesto que eviden
temente el movimiento es real, tiene que haber tambin
el vaco, condicin del movimiento. Pero la tesis eletico-
atomista de que slo en el vaco puede darse el movi
miento es falsa. Las cosas pueden reemplazarse mu
tuamente a la vez, sin que sea necesario suponer algn
intervalo vaco separado de los cuerpos en movimiento.
Esto queda especialmente claro observando los torbe
llinos de cosas continuas, por ejemplo, en los de los
lquidos 3. Los que admiten el vaco imaginan que, al
retirar un objeto del lugar que ocupa, queda un lugar
vaco, el vaco. Pero tal cosa slo ocurre en su imagina
cin, no en la realidad. Al retirar una cosa del sitio que

3 Physike akras, IV, 214 a 29.


9. Cosmologa 219

ocupa, otra cosa {por ejemplo, el aire) pasa a ocuparlo


inmediatamente. En la naturaleza no se da el vaco, la
naturaleza tiene horror al vaco.
La negacin del vaco ocupa un lugar estratgico en
la filosofa natural de Aristteles, conectada como est
a muchas otras de sus tesis ms caractersticas. Por ello
le resulta posible dar todo tipo de pruebas de la no
existencia del vaco.
Por experiencia sabemos que la naturaleza no tolera
que se forme un vaco. A pesar de la tendencia del agua
a caer haca abajo, s abrimos una botella de cuello es
trecho y le damos la vuelta, el agua no caer, pues si
cayera se formara un vaco dentro de la botella, lo que
no puede ocurrir. Si abrimos un segundo agujero en la
botella, el agua caer sin dificultad, pues el aire penetra
r por el segundo agujero (como pasa, por ejemplo, en
un botijo). Si tapamos un tubo lleno de agua con el dedo
por arriba, el agua tampoco caer, pues, si cayese, se for
mara un vaco. En cuanto destapamos el tubo, el agua
cae. Y, cmo explicar la circulacin del agua por los
sifones y su subida mediante bombas de agua si no es
por el horror al vaco de la naturaleza?
Adems, la inexistencia del vaco no es slo una cues
tin de hecho, sino de principio. No slo no hay vaco
alguno, sino que no puede haberlo. La nocin de vaco
es contradictoria, como la de crculo cuadrado. En efecto,
el vaco sera el lugar desocupado, el lugar existente por
s mismo, sin que cuerpo alguno lo ocupe, el lugar sub
sistente. Pero lo nico existente por s mismo es la enti
dad. Y, por definicin, el lugar no es una entidad, sino
un accidente, una cantidad. Ahora bien, el accidente no
puede existir si no es en una entidad. Por tanto, el lugar
slo puede existir como lugar de una entidad, de un
cuerpo, como lugar de algo. La nocin de un lugar que
no fuera lugar de nada, que no fuera el lugar de un
cuerpo, la nocin de un lugar que existiera por s mismo,
sera la nocin de un accidente no accidente, una nocin
contradictoria y absurda.
220 Historia de la filosofa, 4

9 .3 . El tiempo
Una de las cosas que podemos decir de una entidad
concreta, de un cuerpo determinado, es que este cuerpo
est en un tiempo determinado. Al decir esto usamos el
verbo ser~o-estar ( etnai) en la categora del cundo
pote, predicamos del sujeto un accidente de la cate
gora cundo, un accidente temporal.
El tiempo khrnos mismo pertenece a la catego
ra de la cantidad. Como ya hemos visto, la cantidad se
subdivide en discreta y continua. El tiempo (como el
lugar o la lnea) es una cantidad continua, una variedad
del continuo, pues el tiempo presente est unido con
el pasado y el futuro4.
Aristteles empieza su anlisis del tiempo constatando
que no hay tiempo sin movimiento, pero que no por eso
se identifica con el movimiento. El tiempo es un aspec
to, una dimensin del movimiento; es el aspecto en fun
cin del cual ordenamos (segn el antes y el despus) el
movimiento, lo describimos, lo segmentamos, lo nume
ramos, lo medimos. De ah la definicin: El tiempo es
la medida del movimiento segn lo anterior y lo pos
terior 5. Pero el tiempo es medida (literalmente, n
mero) del movimiento no en cuanto que es aquello con
lo que medimos o numeramos el movimiento, sino que
es el aspecto del movimiento que resulta medido o nu
merado.
Si el tiempo es la medida del movimiento, el movi
miento es a su vez (por ejemplo, en los relojes) la me
dida del tiempo. De hecho, tiempo y movimiento se
miden mutuamente.
S no hubiera quien midiese el movimiento, habra
igualmente movimiento, pero ste no sera medido. Y
al no haber medida del movimiento, no habra tiempo.
Por ello el tiempo depende del alma, que es la que mide,

4 Katgorai, 5 a 7.
5 Physik akr oasis, IV, 219 b 1.
9. Cosmologa 221

aunque lo medido el movimiento sea independiente


de ella. Una cuestin embarazosa es la de si el tiempo
existira si no hubiera alma; pues, si no hay nada que
mida, no habr nada medido y, por tanto, tampoco ha
br medida... Si por naturaleza nada puede medir a no
ser el alma (y en el alma la inteligencia), no puede haber
tiempo sin a lm a ...6.
En el mundo ocurren mltiples procesos, cambios y
movimientos distintos, cada uno con su propio ritmo.
Cul de ellos mide el tiempo? El tiempo mide todos
los cambios, es la medida universal del movimiento. Y
si hay que elegir un movimiento como unidad, elijamos
el movimiento de la esfera celeste de las estrellas fijas,
que, cual reloj csmico, eternamente marca el da y la
noche, y sirve as de comn medida y numeracin a todos
los dems movimientos. De hecho, todos los movimien
tos imitan a ese movimiento perfecto de rotacin. In
cluso los procesos sublunares las estaciones y biol
gicos -las generaciones- se suceden cclicamente, for
mando como un ciclo, un crculo, que imita al perfecto
crculo celeste. Y el movimiento celeste sirve as de
medida eterna del tiempo, pues es un movimiento eterno
como eterno es el mundo.

9.4. La dinmica

La fsica aristotlica es bsicamente una cinemtica


informal, pero tambin contiene elementos de dinmica
que presentaremos brevemente. En el contexto de la
refutacin de la tesis de la realidad del vaco, Aristte
les formula explcitamente uno de los principios de su
dinmica, el referente a la viscosidad.
Aristteles haba observado que la velocidad con que
el mismo burro arrastraba el mismo carro era inversa
mente proporcional a la escabrosidad del camino. Cuanto

6 Ibid, 223 a 21.


222 Historia de la filosofa, 4

ms liso el camino, en menos tiempo se recorre la misma


distancia. Cuanto ms escabroso, en ms tiempo. En el
puerto del Preo haba tenido tambin abundante oca
sin de ver cmo las naves eran arrastradas a tierra.
Cuanto ms liso y lubricado era el camino, tanto menos
tiempo tardaban los mismos hombres en sacarlas. Cuando
andamos con agua hasta las rodillas, andamos ms des
pacio (con el mismo esfuerzo) que cuando andamos fuera
del agua, pues el agua es ms densa o viscosa que el aire.
Si arrojamos la misma piedra en un tarro lleno de agua,
de aceite o de miel, llegar antes al fondo en el primer
caso que en los dems y ms tarde en el tercero, pues
el agua es menos viscosa que el aceite, y ste que la miel.
Generalizando, podemos decir que, a fuerza constante
aplicada, la velocidad con que se mueve un mvil es
inversamente proporcional a la viscosidad del medio que
atraviesa. Y generalizando an ms, diremos que la velo
cidad es inversamente proporcional a la resistencia (vis
cosidad del medio fluido o escabrosidad del camino) con
que el mvil se encuentra7.
Si diez hombres tardan una hora en mover un barco
de un cierto peso, tardarn media hora en mover otro
que pese la mitad, y tardarn dos horas en mover otro
que pese el doble. Experiencias cotidianas de este tipo
haban llevado a Aristteles a constatar que, a fuerza
constante aplicada, la velocidad con que se mueve el
mvil es inversamente proporcional a su masa8.
Por otro lado, dos caballos mueven el carro con doble
velocidad que uno, y veinte hombres sacan el barco en
la mitad de tiempo que diez. La velocidad del mvil es,
pues, directamente proporcional a la fuerza aplicada para
moverlo.
Reuniendo estas tesis podemos formular la ecuacin
fundamental de la dinmica aristotlica. Sea V la velo
cidad a que se mueve un mvil, sea F la fuerza aplicada

7 lbidt 215 a 25 ss.


8 Pbysike akrasis, V II, 250 a 1.
9, Cosmologa 223

a moverlo, sea M la masa del mvil y sea R la resistencia


que el medio opone a su marcha. Entonces:

M R

La velocidad del mvil es directamente proporcional


a la fuerza aplicada e inversamente proporcional a su
masa y a la resistencia encontrada.
Puesto que la velocidad V es el cociente del espacio
recorrido E por el tiempo empleado en recorrerlo T,
podemos reescribir la ecuacin anterior as:
E F
~Y~~ M R

Por tanto, dada una distancia E, el tiempo que tar


dar el mvil en recorrerla, aplicndole una fuerza F,
ser:
E-M'R

Es decir, el tiempo empleado por el mvil es direc


tamente proporcional a la distancia, a la masa y a la
resistencia.
Qu pasara si hubiera un espacio vaco? El vaco
no tiene viscosidad ni escabrosidad alguna, la resistencia
que opone al paso de un mvil es nula, es cero. Por
tanto, para cualquier distancia E por grande que fue
ra y cualquier fuerza aplicada F por pequea que
fuera el tiempo empleado en recorrerla sera:
E M R E M 0 0
_ _ _ - _ ~

Es decir, en el espacio vaco el mvil recorrera cual


quier distancia en un tiempo 0, instantneamente, por
224 Historia de la filosofa, 4

minsculo que fuese el impulso aplicado. Su velocidad


sera, pues, infinita. Pero esto es absurdo, segn Arist
teles. Luego no puede haber un espacio vaco. El vaco
no existe9.
Aristteles expone su dinmica en los libros IV (don
de trata del vaco) y VII de la Fsica. En este ltimo
introduce una limitacin a su ecuacin dinmica funda
mental.

M R

En efecto, esta ecuacin slo vale para valores de la


fuerza F mayores que un valor mnimo k dado. Para
valores de F < k ocurrira que V = 0, aunque F = 0.
En efecto, la mitad de una fuerza dada (diez hombres
arrastrando el barco en vez de veinte) mover al mvil
con la mitad de velocidad. Pero una fuerza mucho ns
pequea (aunque positiva) no mover al mvil en abso
luto. Un hombre solo no mover al barco10. Esta tesis
aristotlica sera espectacularmente refutada un siglo
ms tarde por Arkhimedes en una demostracin pblica
en la playa de Siracusa, moviendo l solo (mediante un
polipasto adecuado) el barco cargado que veinte hombres
acababan de varar con gran esfuerzo.
La dinmica aristotlica concordaba perfectamente con
las observaciones empricas y el sentido comn. Segn
la fsica newtonana, la fuerza que aplicamos a un mvil
es proporcional no a su velocidad como en la dinmi
ca aristotlica, donde F = V * M * R , sino a la acele
racin que le imprimimos. Pero este principio, vlido en
el vaco, ha de ser corregido en su aplicacin a movi
mientos reales en medios densos, como el agua o el aire,
o sometidos a fricciones y roces, como el de la superfi
cie de la tierra. Segn la dinmica aristotlica, un mvil
slo permanece en movimiento si constantemente se
9 Physik akrasis, IV, 215 b 12 ss.
10 Vhysik akrasis, V II, 250 a 16.
Cosmologa 225

aplica una fuerza para moverlo. Abandonado a s mismo,


acaba parndose. Pero eso es lo que vemos que ocurre
en la experiencia cotidiana. Sin embargo, la mecnica
newtoniana postula como primera ley del movimiento
que todo cuerpo permanece en su estado de reposo o
movimiento rectilneo y uniforme, mientras una fuerza
externa no intervenga para detenerlo. Pero eso slo ocu
rre en el vaco. El principio de inercia slo vale en el
vaco. Y Aristteles no habla del vaco (en el que no
cree), sino del mundo real que nos rodea, con sus fric
ciones y resistencias, donde los mviles no celestes aca
ban parndose. Si aceptase el vaco, Aristteles estara
dispuesto a aceptar algo parecido a la primera ley del
movimiento de Newton. En efecto, si hubiera un espa
cio vaco, nadie podra decir por qu un cuerpo en mo
vimiento se parara en algn sitio, o aqu ms bien que
all. Necesariamente ocurrira que el cuerpo estara en
reposo o continuara movindose hasta el infinito, a no
ser que algo ms fuerte lo parase11.
Esta situacin no se encuentra en la experiencia coti
diana. Su misma extraeza y aparente absurdidad la
utiliza Aristteles como argumento suplementario en con
tra de la existencia del vaco.

9.5. El infinito

Actualmente estamos acostumbrados a pensar en el


infinito en el contexto de la matemtica. Es de los con
juntos de los que decimos que son finitos o infinitos.
Un conjunto finito tiene un nmero finito de elementos.
Un nmero finito es uno de los nmeros naturales: 0, 1,
2, 3 ... Un conjunto infinito tiene un nmero infinito
(mayor que cualquier nmero natural) de elementos. Los
ejemplos de conjuntos infinitos son todos matemticos.
As, el conjunto de los nmeros primos es infinito, el
conjunto de los nmeros enteros es infinito, el conjunto

11 Pbysik akrasis, IV, 215 a 19.


226 Historia de la filosofa, 4

de las funciones reales continuas es infinito, el conjunto


de los puntos de una recta es infinito, etctera. Aqu se
trata siempre del infinito actual, que puede ser mayor o
menor: hay infinitos nmeros primos e infinitos puntos
en la recta, pero el nmero cardinal de estos ltimos es
mayor que el de los primeros. Hay diversas maneras de
definir un conjunto infinito. Una de ellas es sta: un
conjunto es infinito s y slo si alguna de sus partes pro
pias tiene tantos elementos como l mismo, es decir, s
y slo si para l no vale eso de que el todo es mayor
que sus partes.
Aristteles, que era un naturalista, un bilogo, un
fsico intuitivo, enfoca el problema del infinito desde un
punto de vista no matemtico, sino fsico, y lo analiza
con gran agudeza.
Aristteles concibe un mundo del cual todo infinito
actual est ausente. Esto le obliga a polemizar con sus
predecesores. Los pitagricos y Platn haban recono
cido al infinito una realidad independiente. Los atomistas
conceban una infinidad de tomos movindose en un
espacio infinito. Aristteles ha de refutar sus opiniones
y argumentos. Esta refutacin comienza enunciando que
todo lo que existe es o bien entidad o bien accidente,
prosigue demostrando que el infinito no puede ser enti
dad ni accidente, y concluye que el infinito no existe
realmente. Orientado como est hacia el estudio de los
cuerpos, la mayor parte de su argumentacin estriba en
probar que no puede haber un cuerpo infinito, especie
de pesadilla para Aristteles, filsofo del mundo finito.
Por otro lado, Aristteles reconoce que sera ir contra
el sentido comn negar que de algn modo el tiempo
es infinito, la numeracin procede infinitamente, una
lnea es infinitamente divisible, etctera. Y Aristteles
a diferencia de Platn nunca va contra el sentido
comn. As llega a la conclusin de que el infinito en
algn sentido existe y en otro no existe 12. Ya hemos
visto que el infinito no existe actualmente. La recta no

12 Physike akrasis, III, 206 a 13.


9. Cosmologa 227

consta de infinitos puntos, el tiempo no tiene infinitos


instantes, la materia, aunque continua, no est dividida
en infinitos corpsculos. En este sentido, como algo ac
tual, acabado, realizado, el infinito no existe. En qu
otro sentido existe?
Lo infinito o ilimitado (peiron) existe potencialmente.
La lnea puede ser dividida y subdivdida tantas veces
como queramos, sin lmite. Dado un nmero, siempre
podemos encontrar otro mayor. Entre dos instantes de
tiempo siempre hay un tercero, y despus de cada ins
tante hay otro, ninguno es el ltimo. Pero esta poten
cialidad del infinito es una potencialidad muy peculiar.
Lo que Aristteles entiende normalmente por ser en
potencia, por potencialidad, es algo que puede actuali
zarse, que puede devenir real. En ese sentido, lo potencial
o posible es precisamente lo que puede devenir actual
o real. Pero el infinito no es potencial o posible en ese
sentido, pues nunca puede ser actual o real. Es potencial
en otro sentido distinto y ms dbil, como poseyendo
la capacidad de sufrir indefinidamente la divisin o la
composicin.
Lo infinito o ilimitado se dice de la cantidad. Y la
cantidad es discreta el nmero o continua la lnea,
la superficie, el slido, el lugar, el tiempo.
La cantidad discreta es potencialmente infinita hacia
arriba. Por abajo el nmero acaba en la unidad, que es
algo acabado, perfecto, actual. (Para Aristteles la uni
dad es una sustancia corprea cualquiera, del tipo de las
que estemos numerando. Si contamos vacas, la unidad
es una vaca particular. Si contamos columnas, la unidad
es una columna.) Por arriba, la serie de los nmeros es
(potencialmente) infinita. Por composicin de una uni
dad, y otra, y otra, etctera, podemos llegar a nmeros
cada vez mayores, sin llegar nunca a un lmite ni a un
nmero infinito.
La cantidad continua es potencialmente infinita haca
abajo. Por arriba, la lnea (que para Aristteles siempre
es una arista) o la superficie (de una entidad corprea
concreta) es algo acabado, algo dado, por ejemplo la
228 Historia de la filosofa, 4

superficie de un plato o el borde de una piedra. Por


abajo, podemos dividir y subdividir esa lnea ese bor
de cuantas veces queramos, sin lmite y sin trmino.
Nunca llegaremos a tomos materiales ni a puntos indi
visibles. Cada vez tendremos un nmero mayor (pero
siempre finito) de subdivisiones.
En resumen, segn Aristteles, el infinito puede con
cebirse como actual o como potencial. Como actual no
existe. Como potencial s existe y puede ser de dos mo
dos: infinito potencial por composicin (que corresponde
a la cantidad discreta, a la serie numrica) e infinito
potencial por divisin (que corresponde a la cantidad
continua, a la lnea, la superficie, el lugar, el tiempo y
el movimiento).
Aristteles, filsofo de la fintud y del mundo finito,
tiende a rechazar el infinito. Aristteles, filsofo del
sentido comn, lo acepta en alguna medida. Su filosofa
del infinito combina ambas tendencias en una sntesis
difcil, pues el concepto de infinito en potencia usa una
nocin (no explicitada) de potencia, distinta a su nocin
normal de potencia. De todos modos, es una concepcin
que ha resultado perdurable y fecunda. En nuestro siglo,
algunos filsofos de la matemtica los llamados intui-
cionistas o constructivistas siguen manteniendo la con
cepcin aristotlica del infinito. Y todos la toman muy
en serio. En cualquier caso, su filosofa del infinito es
una de las partes de su obra cuyo inters es ms que
meramente histrico.

9.6. Los elementos

La materia es pura potencialidad, pura indetermina


cin, por eso puede adoptar todo tipo de formas, desde
las ms simples hasta las ms complejas. Las formas ms
simples que puede adoptar la materia son las formas ele
mentales, cuya incorporacin en la materia da lugar a
los cuerpos simples, a los elementos. La mayora de los
cuerpos pueden ser analizados o descompuestos en cuer-
9. Cosmologa 229

pos ms sencillos. La casa se compone de vigas y pare


des, stas de ladrillos y cal, etctera. Lo mismo pasa con
los animales, los montes y todos los cuerpos. Pero este
anlisis descompositivo tiene un lmite. Al final llegamos
a unos cuerpos simples homogneos, que ya no pueden
ser analizados en constituyentes de tipo distinto, sino
slo divididos segn la cantidad (esta divisin es indefi
nidamente terable, pues los cuerpos son continuos). To
dos los cuerpos pueden descomponerse en los elementos,
pero los elementos no pueden descomponerse en cosas
distintas, son cuerpos homogneos.
El libro III de Sobre el cielo forma un tratado inde
pendiente acerca de los elementos sublunares. Los ele
mentos del mundo sublunar en que vivimos son los
cuatro ya indicados por Empedokls: el fuego, el are,
el agua y la tierra.
El fuego es caliente y seco; el aire, caliente y hmedo;
el agua, fra y hmeda; la tierra, fra y seca. Cuando un
elemento cambia una de esas cualidades por su contra
ria, se transforma en otro elemento. Cada cuerpo simple,
cada elemento, es en potencia cualquiera de los dems.
Cuando actualiza esa potencia, se da un cambio, una
generacin. Y los cuerpos simples constantemente estn
actualizando esa potencia, generndose y destruyndose,
transformndose unos en otros. As, el are, que es
caliente y hmedo en acto, posee tambin la potencia
de ser fro (que puede actualizar, transformndose en
agua) y la de ser seco (cuya actualizacin lo convierte
en fuego). La materia ltima es precisamente el sustrato
que permanece en estas transformaciones entre elemen
tos. Y as como los elementos los cuerpos simples
son fugaces, generables y corruptibles, la materia ltima
misma es ingenerable, incorruptible y eterna.
Los elementos son cuerpos naturales, tienen una ten
dencia natural a moverse en cierta direccin. La tierra
tiende a moverse en lnea recta haca abajo (hacia el
centro del universo). El fuego tiende a moverse en lnea
recta hacia arriba (hacia la periferia del universo). Por
eso la tierra es pesada y el fuego es ligero de un modo
230 Historia de la filosofa, 4

absoluto. El aire es tambin ligero y tiende hacia arriba


y el agua es tambin pesada y tiende hacia abajo, pero
slo de un modo relativo.
Si el cielo dejase en paz al mundo sublunar, la ten
dencia natural de los elementos conducira a la forma
cin de una pelota maciza de tierra pura en el centro,
encima de ella vendra una envoltura esfrica de agua
pura, luego otra de aire puro y, finalmente, otra envol
tura esfrica de fuego puro. Cada elemento reposara
eternamente en su lugar natural y no habra cambio
alguno en el mundo. Pero las esferas celestes, con sus
continuos movimientos, constantemente introducen el
cambio y el movimiento en el mundo sublunar, mez
clando los elementos, provocando la alternancia de las
estaciones, los meteoros, etctera.
Los cuatro elementos sublunares fuego, aire, agua
y tierra son corruptibles (como corruptibles son las
cosas compuestas de ellos) y su movimiento natural es
finito y rectilneo. Pero las esferas celestes son eternas
e inalterables y su movimiento es eterno, siempre igual
a s mismo y circular. Luego no pueden estar compues
tas de los elementos sublunares. Ha de haber un quinto
elemento, que sea incorruptible y que tenga el movi
miento circular como movimiento natural. Aristteles
llama ter ( aither) a este quinto elemento, que no se
encuentra en el mundo sublunar, sino slo en el mundo
sidreo, como constitutivo de las esferas celestes.

9.7. Lugar natural y centro del universo

Habamos visto que la ltima de las cuatro caracte


rsticas esenciales del lugar, de la que deba dar cuenta
una definicin adecuada, era la de que a todo lugar
corresponde un arriba y un abajo, que todo cuerpo tiene
la tendencia natural a moverse hacia su lugar natural,
o a quedarse quieto en l, si ya lo ha alcanzado.
El espacio no es homogneo. No da igual dnde est
cada cosa. En el universo aristotlico hay un lugar para
9. Cosmologa 231

cada cosa su lugar propio o natural y una cosa para


cada lugar, pues no hay lugar sin cosa, ya que el vaco
no existe. Y en el universo hay un arriba y un abajo. El
arriba es la ltima esfera celeste. El abajo es el centro
del universo que es tambin el centro de la Tierra.
Todas las cosas estn hechas de los elementos. Las
cosas sublunares estn hechas de tierra, agua, aire y
fuego. Las cosas supralunares estn hechas de ter. El
lugar natural de la tierra es abajo, en y alrededor del
centro del universo, formando una pelota compacta de
tierra pura. El lugar natural del agua es inmediatamente
encima de la tierra, formando una capa esfrica a su
alrededor. Encima de ella est el lugar propio del aire,
que forma otra capa esfrica, sobre la que se sita toda
va otra, que constituye el lugar natural del fuego. Por
encima de ella queda el lugar natural del ter.
El ter es puro y se mantiene siempre en su lugar
natural, sometido a su movimiento natural, que es el
rotatorio. Los otros elementos estn mezclados, consti
tuyendo los cuerpos sublunares. El movimiento de las
esferas celestes, una vez transmitido al mundo sublunar,
provoca todo tipo de distorsiones en el lugar natural
de los cuerpos. Pero ellos tienden a su lugar natural,
pues todo objeto natural tiende a la plena realizacin
de su forma como a su meta, y el lugar natural de una
cosa es parte de su naturaleza, de su forma. Por eso,
la tendencia a alcanzar el lugar propio es la tendencia
a alcanzar la propia forma 13.
Aristteles distingue dos tipos de movimiento local:
el natural y el violento o artificial. Los cuerpos celestes
se encuentran siempre en un estado natural de rotacin.
La rotacin es su movimiento natural. Los cuerpos sub
lunares se encuentran en principio en un estado natural
de reposo en su lugar propio. Pero si una fuerza externa
a ellos los arranca con violencia de su lugar natural (lo
cual constituye el movimiento violento o artificial, ellos
tienden a volver a l en cuanto pueden. Si la fuerza

13 Perl ourano, IV, 310 a 33.


232 Historia de la filosofa, 4

extraa deja de actuar, s los soltamos, vuelven por el


camino ms rpido (la lnea recta) a su lugar natural. Y
ese movimiento rectilneo hacia su lugar propio es un
movimiento natural.
Todos tenemos experiencia de estos movimientos na
turales. En cuanto levantamos una piedra del suelo, sen
timos su peso, su tendencia a volver a su lugar natural,
a ir hacia abajo, lo ms cerca posible del centro del uni
verso. Y si la soltamos, inmediatamente vuelve a su
lugar natural. En cuanto encendemos una hoguera, ve
mos cmo las llamas suben con decisin hacia arriba y
cmo las chispas se pierden por encima de nuestras
cabezas en su ascensin hacia su lugar natural, cerca
del cielo.
El peso es precisamente la tendencia hacia abajo, hacia
el centro del universo. La ligereza es la tendencia haca
arriba, hacia el cielo. Y s unas cosas son ms o menos
pesadas y densas que otras, ello se debe a que casi todas
las cosas que vemos son mezclas de los cuatro elemen
tos sublunares, y las distintas proporciones de las mez
clas determinan las distintas densidades, los distintos
pesos, que son como las resultantes de las tendencias
de sus diversas partes a volver a sus respectivos lugares
naturales.
Esta concepcin aristotlica de que las cosas quieren
ir a determinados lugares, de que poseen tendencias
innatas a realizar los correspondientes movimientos natu
rales, puede parecemos extraa, pero est cerca de la
manera de pensar de los nios y de los pueblos arcaicos,
que barruntan tendencias e intenciones tras los sucesos
naturales. Tambin est relacionada con su experiencia
de bilogo. En los animales y plantas cree percibir todo
tipo de procesos espontneos, que surgen de una tenden
cia innata a alcanzar su propia forma. Y luego generaliza
esas tendencias a todas las cosas naturales. Incluso llega
a concebir las esferas celestes como animales (divinos).
El espacio (o conjunto de todos los lugares) aristot
lico no es homogneo, sino que est diferenciado en
distintas zonas concntricas, que constituyen los lugares
9. Cosmologa 233

naturales de los diversos elementos. Tampoco es sotr


pico (es decir, indiferente o igual en todas las direc
dones), sino que posee unas lneas de fuerza que influ
yen en los objetos, impulsndolos hacia sus zonas corres
pondientes.
Los movimientos de los cuerpos naturales simples.
como el fuego y la tierra y otros similares, muestran nc
slo que el lugar existe, sino tambin que ejerce una
cierta fuerza. En efecto, cada uno es impulsado hacia
su propio lugar, el uno hacia arriba, la otra hacia aba
jo :. En terminologa moderna (y anacrnica) podra
mos decir que el espacio queda aqu caracterizado como
un campo de fuerzas. Pero esas lneas de fuerza o geo
dsicas, que determinan la estructura del espacio, no
dependen de la distribucin de las masas (como en la
moderna teora de la relatividad general), sino exclusi
vamente de una geometra independiente de ellas.
Esto significa que el universo tiene un centro geo
mtrico, al que tienden todos los cuerpos pesados y, en
especial, los trozos de tierra. No es que los cuerpos
caigan hacia abajo, porque tiendan hacia la Tierra (nues
tro astro). Caen hacia el centro geomtrico del universo,
siguiendo las lneas de fuerza que desde todos los puntos
de la periferia conducen hacia el centro del universo. S
la Tierra ha llegado a formarse aqu es porque aqu
convergen esas lneas, porque aqu est el centro del
universo, y no a la inversa.
Puesto que el centro de la Tierra y el centro del
universo son el mismo punto, podra uno preguntarse
por qu los cuerpos graves se dirigen hacia l, si porque
es el centro del universo o porque es el centro de la
Tierra. Viendo que los cuerpos ligeros como el fuego,
cuyo movimiento es contrario al de los graves, se mue
ven haca el extremo de la regin que rodea el centro
(la ltima esfera), hemos de concluir que los cuerpos
graves se mueven hacia el centro del universo. Ocurre
de hecho que la Tierra y el universo tienen el mismo

14 Physike akrasis, IV, 208 b 8.


234 Historia de la filosofa, 4

centro, y los cuerpos graves se mueven tambin hacia


el centro de la Tierra, pero slo porque ste accidental
mente coincide con el centro del universo16. Incluso
si la Tierra fuera transportada a otro sitio, sus partes
levantadas de ella no volveran a la Tierra, sino que
retornaran al centro geomtrico del universo, hipotti
camente vaco. As, poco a poco,-diversas partes de la
Tierra iran retornando al centro del universo, como -a
su lugar natural, hasta volver a reconstruir la Tierra
aqu.
As pues, no slo la Tierra est de hecho en el centro
del universo, sino que es necesario que est aqu, pues
as es exigido por la estructura geomtrico-dinmica del
espacio. No podra ser de otra manera.

9.8. La maquinaria celeste

El universo entero es finito, limitado. Para dar cuenta


de su estructura y funcionamiento, Aristteles adopta
bsicamente el modelo celeste diseado por Eudoxos
Knidios, que l haba tenido amplia ocasin de conocer
en la Akademia. Eudoxos haba tratado de combinar la
exigencia de circularidad y uniformidad de los movi
mientos celestes con las aparentes irregularidades obser
vadas en los movimientos del Sol, la Luna y las estrellas
mediante un sistema de 27 esferas concntricas, pero
provistas de distintos ejes de giro. Su discpulo Klip-
pos haba aadido otras nueve esferas, Y Aristteles
todava aadi algunas esferas ms de su propia cosecha,
a fin de mejor asegurar el funcionamiento fsico del sis
tema. En efecto, el tinglado de las esferas ya no era para
Aristteles un artilugio matemtico para dar cuenta de
las apariencias celestes desde un punto de vista geom
trico, sino una maquinaria celeste realmente existente.
Pero el detalle tcnico del funcionamiento de esta ma
quinaria es el propuesto por Eudoxos.15

15 Perl ourano, II, 296 b 9.


9. Cosmologa 235

El universo aristotlico es una esfera compacta y llena,


sin agujeros ni burbujas, aunque heterognea, interior
mente dividida en mltiples esferas concntricas trans
lcidas y en contacto unas con otras, como las hojas de
una cebolla. En el medio del sistema est la Tierra, opaca,
pelota inmvil y de tamao pequeo en comparacin
con el del universo. En la periferia del sistema est la
esfera de las estrellas fijas, que constituye el lmite del
universo. Fuera de ella no hay nada.
Entre la Tierra inmvil, en el centro, y la esfera de
las estrellas fijas, en la periferia, se sitan el resto de
las esferas concntricas. Sobre la Tierra se sitan los
mares, la atmsfera y la esfera del fuego. Toda esta zona
la zona de los cuatro elementos corruptibles: tierra,
agua, are, fuego est situada por debajo de la esfera
de la Luna y limitada por ella; por eso recibe el nombre
de mundo sublunar. Por encima se encuentran las
esferas de ter transparente, cuyos movimientos slo se
hacen visibles en algunos puntos de algunas esferas: los
astros. El movimiento de las esferas es siempre uniforme
y circular, como corresponde al ter de que estn com
puestas.
La ordenacin de las diversas capas concntricas del
universo marca tambin su posicin en la jerarqua del
valor y la perfeccin. La esfera exterior, la de las estre
llas fijas, es la ms elevada y perfecta, la ms divina de
.todas. Su movimiento no se compone con el de otras
esferas, sino que se limita a rotar simplemente sobre s
misma una vez al da, con perfecta regularidad, midiendo
as el tiempo del mundo y comunicando su movimiento
al resto de las esferas y, por tanto, al resto del universo.
Cuanto ms descendemos, tanto ms se van empezando
a contaminar las esferas con elementos sublunares. Final
mente llegamos al mundo sublunar, donde ya no hay
ter incorruptible, sino slo fuego, aire, agua y tierra
corruptibles y entremezclados. Es el dominio del cambio
y la fugacidad, bien que los celos meteorolgicos de las
estaciones y los ciclos biolgicos de las sucesivas gene
raciones de anmales y plantas de alguna manera repre
236 Historia de la filosofa, 4

senten como un intento de reflejar en el cambiante y


corruptible mundo sublunar la uniformidad circular y
eterna de los movimientos astrales.

9.9. El movimiento celeste

Platn haba separado tajantemente el mundo de las


formas del mundo sensible. Aristteles rechaz esa sepa
racin. Las formas estn en las cosas sensibles, no sepa
radas de ellas. Pero estableci a su vez una tajante sepa
racin entre las cosas sensibles celestes, hechas de ter,
eternas y casi inmutables su nica mutacin consiste
en su movimiento uniforme circular, siempre igual a s
mismo y las cosas sensibles sublunares, hechas de los
cuatro elementos corruptibles, fugaces y perecederos.
Todo movimiento producido en el mundo sublunar de
pende del movimiento de la esfera de la Luna, que a
su vez depende del movimiento de las otras esferas y,
en ltimo trmino, del de la esfera ltima y ms divina,
la de las estrellas fijas. Cmo se produce ese movi
miento de las esferas? El pensamiento de Aristteles al
respecto fue evolucionando a lo largo de su vida. Sea
lemos algunas etapas de esa evolucin.
En su primerizo dilogo Sobre la filosofa {perdido,
pero cuyas ideas conocemos a travs de Cicero, que las
expone en su obra De natura eorum ), Aristteles dis
tingue tres tipos de movimientos: los naturales que
siempre son rectilneos, hacia arriba o hacia abajo , los
forzados, producidos por una fuerza externa, y los vo
luntarios. El movimiento de las esferas celestes no puede
ser natural pues es circular y no rectilneo ni for
zado pues no hay fuerza mayor que la de los celos ;
luego ha de ser voluntario. En efecto, las esferas celes
tes estn vivas, son animales divinos, dioses dotados de
inteligencia, percepcin y voluntad, y se mueven a s
mismas, porque as eternamente lo quieren. Esta con
cepcin est cerca de la expuesta por Platn en el T-
9. Cosmologa 237

maios, en que los celos estn tambin animados y son


dioses astrales automovidos por sus propias almas.
La doctrina del auto movimiento, expuesta en Sobre
la filosofa , pronto dej de satisfacer a Aristteles, que,
si bien segua emocionalmente comprometido a conside
rar las esferas celestes como animales y divinas, no acep
taba ya que pudieran moverse a s mismas, Aristteles
expuso su nueva teora en el temprano libro metaf-
sico A. El automovimiento es imposible. Todo lo que
se mueve es movido por otro. El mundo sublunar, por
la esfera de la Luna; sta, por las superiores, etctera,
y, en ltimo trmino, todo es movido por la esfera de
las estrellas fijas, que constituye el lmite del universo.
Pero nada puede moverse a s mismo, ni siquiera la esfera
de las estrellas fijas. Por tanto, har falta postular algo
fuera de esa esfera que la mueva. Pero ese algo no ser
material, pues fuera del universo n hav materia. Y sin
materia no hay cambio. Luego ese algo ser inmvil,
mover sin moverse, ser un motor inmvil. Ese motor
inmvil es forma pura, sin mezcla de materia y, por
tanto, acto puro, sin mezcla de potencia. Es imposible
que cambie ni se mueva, pues carece de potencialidades
que actualizar, siendo acto puro como es.
El motor inmvil es una necesidad del principio de
que cuanto cambia o se mueve, cuanto pasa de la poten
cia al acto, est siendo movido por otra cosa que (en
ese respecto) ya est en acto. El motor inmvil es acto
puro, forma pura. Es la nica entidad inmaterial. Y
puesto que la forma y el acto son los principios de la
determinacin y la perfeccin, es lo ms perfecto que
hay, es el dios por excelencia, el objeto de estudio de
la filosofa primera o teologa.
Cmo mueve el motor inmvil, la pura forma? No
eficientemente, como iniciador o impulsor del movimien
to, pues slo por contacto puede moverse eficientemente
y el inmvil, al ser inmaterial, no puede entrar en con
tacto con nada. Slo puede mover finalmente, como meta
u objetivo, como para qu, como al amado mueve el
amante, como objeto de amor, apetencia o tendencia.
238 Historia de la filosofa, 4

En efecto, toda cosa aspira a la perfeccin, a la reali


zacin de sus potencialidades, a alcanzar la pura actua
lidad. Las esferas celestes aspiran en este sentido a ser
como dios, aunque sin conseguirlo. Pero esa aspiracin
mueve el universo. Para poder aspirar y desear, las esfe
ras necesitan tener almas. Y Aristteles las vuelve a
introducir en el libro metafsico A. Con lo cual las esfe
ras celestes siguen estando vivas, son dioses astrales.
La teora del motor inmvil cumple, pues, dos fun
ciones: una mecnica, permitiendo explicar el movimiento
de las esferas celestes y en especial el de la esfera de las
estrellas fijas; y otra emocional, justificando la atribu
cin de almas a las esferas celestes y la existencia de al
menos una forma inmaterial separada, tan cara a Platn
y, en el fondo, tambin a Aristteles.
Ms tarde, durante el perodo de viajes, Aristteles
abandon esta explicacin en favor de otra ms me-
cancista. En esta poca escribi el tratado Sobre el cielo
{Veri ourano), en que ya slo se distinguen dos tipos
de movimientos: los naturales (que pueden ser tanto
rectilneos como circulares, segn el elemento de que
se trate) y los violentos o artificiales, producidos por
una fuerza exterior que se entromete. Pero los movi
mientos violentos no pueden ser eternos. Por tanto, los
eternos movimientos circulares de las esferas celestes son
naturales, dependen slo de la naturaleza del material o
elemento de que estn compuestas, el ter, que por natu
raleza adopta el movimiento circular uniforme. Ya no
hace falta atribuir almas a las esferas. Las almas y el
primer motor inmvil ya no juegan papel ninguno.
Todava ms tarde, en el libro VIII de la Fsica, que
es muy posterior al resto de la obra, Aristteles aban
don la concepcin mecanicista del Sobre el cielo y
volvi de nuevo a la teora del motor inmvil del libro A.
Como vemos, en las diversas etapas de su vida, Aris
tteles fue proponiendo soluciones distintas al problema
de explicar cmo y por qu se movan las esferas celes
tes. Quizs ninguna de sus propias soluciones acabase
de satisfacerle plenamente.
10. Zoologa

10.1. La trayectoria de un naturalista

Aristteles era un sabio universal, y sus obras abarcan


todos los campos del saber. Pero si tomamos como ba-
remo el nmero de lneas escritas por l y conservadas,
resulta que el foco principal de su inters hay que si
tuarlo en el estudio de los seres vivos y, en especial, de
los animales. Ms de un tercio de todas las lneas con
servadas forman parte de sus libros de zoologa.
Aunque Aristteles creci en una familia de mdicos,
y l mismo subraya en repetidas ocasiones la proximidad
entre medicina y estudio de la naturaleza, la temprana
muerte de su padre y su marcha a Atenas probablemente
mitigaron su inicial inters naturalista. En la Akadema
participaba en los ejercicios de clasificacin dicotmica
de animales, que ms tarde l mismo criticara. Y lea
cuanto caa en sus manos relativo a la naturaleza, desde
el Tmalos platnico hasta las recetas de los veterina
rios y los relatos de los viajeros, pasando por las obras
de los poetas, mdicos e historiadores. Fruto de esas lec-
239
240 Historia de la filosofa, 4

turas fue su recopilacin de leyendas y tradiciones legen


darias acerca de animales, titulada Sobre los animales
fabulosos, que se ha perdido.
Mientras permaneci en Atenas y en la Akademia, su
contacto real con la naturaleza fue escaso. Encerrado en
un mundo de libros y discusiones, su atencin y su es
fuerzo intelectual eran absorbidos por las tcnicas lin
gsticas (potica, retrica, dialctica, lgica...), por la
crtica de la teora platnica de las formas, y por la ela
boracin de su propia alternativa, plasmada en una serie
de distinciones y principios que hacan inteligible el cam
bio y reconciliaban el rigor conceptual con la aceptacin
de la experiencia sensible.
Cuando, en 347, Aristteles tuvo que abandonar
Atenas y dirigirse a Assos, en la costa anatolia, su vida
experiment un gran cambio. Lejos de la gran ciudad,
lejos de los continuos debates de la Akademia, Arist
teles vivira' una serie de aos tranquilos y felices en el
campo, junto al mar, confrontado a la naturaleza. En
esas circunstancias su inters naturalista reprimido resur
gi de un modo explosivo. No se cansaba de observar
cuantos animales haba en aquella zona, y de reflexionar
y tomar notas de sus observaciones, ayudado en ello por
su nuevo discpulo, Thefrastos. Acompaaba tambin
e interrogaba a pescadores, marineros, cazadores y gana
deros, apuntando cuanto oa y vea. A partir de ese
momento y durante los veinticinco aos de vida que
an le quedaban, Aristteles escribi ms de zoologa
que de todos los otros temas juntos.
Durante los cinco aos que pas en Assos y Mitlin,
Aristteles combin la activa observacin de campo con
la redaccin de obras biolgicas. Escribi entonces su
nico tratado de botnica, el Sobre las plantas (Perl phy-
tn ), ms tarde superado y reemplazado por las obras
botnicas de Thefrastos, por lo que pronto dej de ser
copiado y se perdi. Tampoco ha llegado hasta nosotros
su libro de Planchas anatmicas (Anatoma), coleccin
de esquemas y dibujos de anatoma, a los que repetida
mente se refiere en sus otras obras. Lo que s hemos
10. Zoologa 241

conservado es el texto de Historia de los animales (Perl


ta zia historai), tambin escrita en esta poca.
La palabra historia ( historia ) significa en griego an
tiguo cualquier coleccin de datos, observaciones o des
cripciones de cosas y hechos concretos. En este sentido
seguimos llamando actualmente historia natural a los
estudios descriptivos sobre la naturaleza. Historia de los
animales significa, pues, coleccin de observaciones y
descripciones de los animales. Y, en efecto, la obra cons
tituye una inmensa recopilacin de datos y hechos sobre
todos los animales de que tenan noticia los griegos anti
guos, A diferencia de las posteriores obras zoolgicas de
Aristteles, en que abundan las explicaciones y especu
laciones tericas, sta es una obra meramente descrip
tiva, un catlogo abigarrado y exhaustivo de conocimien
tos concretos sobre los animales, sin pretensin expli
cativa alguna.
Historia de los animales es la ms extensa de todas
las obras de Aristteles. Est dividida en nueve libros.
Los cuatro primeros constituyen un inventario de datos
de anatoma comparada, empezando por la del humn,
siguiendo por la del resto de los animales sanguneos (es
decir, que tienen sangre roja), y acabando por la de los
no-sanguneos. Los tres libros siguientes estudian los
diversos modos de reproduccin que se dan en el reino
animal. Los dos ltimos libros renen cuanto entonces
se saba sobre las costumbres, el carcter y los modos
de vida de los diversos animales, y constituyen el ms
remoto precedente de la etologa y la ecologa actuales.
En 342, Aristteles se traslad a Makedona, donde
permanecera siete aos, primero como preceptor de Al-
xandros, y luego en su casa solariega de Stgira, siempre
acompaado de sus discpulos Thefrastos y Kalsthenes.
Durante ese periodo, al tiempo que aada algunas obser
vaciones ms a su Historia de los animales, su inters
se iba apartando ms y ms de la mera historia natural
descriptiva, e iba centrndose crecientemente en la expli
cacin terica de lo ya registrado. No se trataba ya slo
de tomar nota de lo observado, al modo del historiador,
242 Historia .de la filosofa, 4

sino de comprenderlo en sus causas y principios gene


rales, de explicarlo, al modo del cientfico.
Entre 343 y 335 escribi Aristteles los libros
II, III y IV de Partes de los animales (Perl zoin mo
ran), que constituyen un tratado de anatoma compa
rada terica. Los datos meramente expuestos en Histo
ria de los animales son aqu generalizados y explicados.
No slo describe el sistema digestivo de las diversas es
pecies de animales sanguneos y no sanguneos, sino que,
generalizando, obtiene un esquema general del sistema
digestivo, vlido para todo tipo de animales. Y no se
limita a constatar hechos, sino que continuamente se
pregunta por las causas, explicaciones o porqus de esos
hechos, ofreciendo respuestas de valor muy desigual.
En esa misma poca redact Aristteles varios otros
libritos complementarios de Partes de los animales. As,
el tema de la locomocin es tratado en una obra aparte,
titulada Sobre la marcha de los animales (Perl zoion
porcias). Aristteles subraya en ella la analoga entre
la marcha de los cuadrpedos, la reptacin de las ser
pientes, el vuelo de las aves y los insectos, y la natacin
de los peces, y estudia la manera como se flexionan los
miembros de todos ellos. Otras obritas contemporneas
son Sobre juventud y vejez, Sobre vida y muerte y Sobre
la respiracin.
En 335 volvi Aristteles a Atenas, e inmediata
mente inici su actividad pedaggica y cientfica en el
gimnasio del Lykeion. Una gran parte de esa actividad
estaba dedicada a la zoologa. S en la Akadema se cul
tivaba preferentemente la matemtica, en el Lykeion
eran las ciencias naturales las que acaparaban la atencin.
El gran zologo Aristteles y el gran botnico Thefras-
tos reunan en torno suyo a un nutrido grupo de disc
pulos, que les ayudaban a hacer disecciones, a disecar
especmenes, a clasificar, dibujar y tomar notas. En los
doce aos siguientes, hasta su muerte, Aristteles se
entreg con gran entusiasmo a la investigacin biolgica.
Movido por ese entusiasmo, escribi una especie de dis
curso del mtodo biolgico, incorporado luego a Partes
10, Zoologa 243

de los animales como su primer libro. Se trata de uno


de los ms bellos escritos de Aristteles, una inspirada
invitacin al estudio de los animales, aun de los ms
modestos e insignificantes.
Ya bien instalado en Atenas, Aristteles se plante
una serie de cuestiones tericas acerca de la vida y los
seres vivos. Para empezar, qu es la vida? Un cadver
tiene los mismos rganos y tejidos que un cuerpo vivo.
Qu tiene el segundo, que le falte al primero? El cuerpo
vivo tiene vida, est animado, tiene alma ( psykbe). Al
estudio de esa vida o alma que caracteriza a los seres
animados, vivos, dedic Aristteles su obra Sobre el
alma Perl psykhs. En ella distingue tres niveles
vitales o anmicos, y analiza la actividad perceptiva y
cognitiva implcita en los niveles superiores de la vida.
Los tres libros de Sobre el alma no bastaban para
tratar de toda esta compleja problemtica, a la que Aris
tteles sigui dedicando una serie de opsculos mono
grficos. As, la vida animal haba quedado caracteri
zada por la sensacin. El anlisis de la sensacin, ini
ciado en Sobre el alma, se contina en el opsculo titu
lado Sobre la sensacin y lo sensible (Pe aistheseos
kai aisthetn ), en que estudia las relaciones entreoos
cuatro elementos sublunares y los cinco sentidos de los
animales, as como los diversos tipos de sensaciones. En
Sobre memoria y reminiscencia {Veri mnemes kat anam-
neses) se distingue la memoria, comn a muchos ani
males, de la reminiscencia, memoria autoconsciente, ex
clusiva de los humanes. Otros opsculos de la misma
poca son Sobre longevidad y brevedad de vida, Sobre
sueo y vigilia, Sobre los sueos y Sobre la adivinacin
por los sueos.
Desde el principio de sus indagaciones naturalistas,
ningn tema haba fascinado tanto a Aristteles como
el de la reproduccin de los anmales. Ya en Historia de
los animales haba dedicado tres libros enteros al tema.
En Partes de los animales haba anunciado su intencin
de estudiar ms detalladamente los rganos sexuales en
una obra que sobre la reproduccin pensaba escribir ms
244 Historia de la filosofa, 4

adelante. Y, en efecto, durante los ltimos aos de su


vida Aristteles se dedic a escribir Sobre la generacin-
de los animales (Perl zoion genseos). La muerte, que
lo pill mientras estaba acabndola, le impidi darle los
ltimos toques. A pesar de todo es sin duda una de las
obras maestras de Aristteles, claramente estructurada,
escrita en un estilo terso y seguro, y rezumando un com
pleto y maduro dominio intelectual del tema.
La muerte de Aristteles en -322 le impidi no slo
acabar de pulir La generacin de los animales, sino tam
bin llegar a escribir otras obras que haba anunciado,
como una dedicada a la nutricin en general, y otra a la
salud y la enfermedad. De todos modos lo que lleg a
escribir y se ha conservado constituye un corpus de tex
tos zoolgicos verdaderamente impresionante, tanto por
su cantidad como por su originalidad.

10.2. Sus fuentes de informacin

La enorme masa de datos zoolgicos recogidos por


Aristteles en sus obras sobre todo en Historia de los
animales procede de tres fuentes: sus lecturas de libros,
el testimonio de los expertos por l interrogados y sus
propias observaciones.
Sus lecturas constituyen una fuente muy importante
de informacin. Ya vimos que durante los veinte aos
de estancia en la Akademia ley incansablemente cuanto
caa en sus manos, tomando notas y recopilando todo
tipo de colecciones, incluida una sobre animales legen
darios. No es fcil saber cules de los hechos que l des
cribe estn tomados de sus lecturas de otros autores,
pues en aquella poca no exista la costumbre de citar
las fuentes. Slo cuando polemiza con un autor, o cuando
lo contrapone a otro, suele citar su nombre.
Muchos datos los saca de sus lecturas de los escritos
atribuidos a Hippokrates, que l conoca bien, aunque
nunca lo cita. As, cuando declara que la piel del pre
pucio, una vez cortada, ya nunca vuelve a crecer, como
10. Zoologa 245

tampoco la de la mejilla o el prpado \ est repitiendo


uno de los aforismos hippokrticos. Y el libro VII entero
de Historia de los animales, dedicado a la reproduccin
humana, utiliza con frecuencia materiales de los tratados
ginecolgicos hippokrticos, aunque sin mencionarlos. Sin
embargo, cita a veces a otros mdicos menos conocidos,
como cuando expone sus opiniones sobre los vasos san
guneos.
Los textos de los filsofos anteriores son tambin una
fuente frecuentemente usada. Constantemente tiene en
cuenta las opiniones de Herklitos, Alkmaion, Empedo-
kls y Demkritos, aunque no siempre las comparte. En
sus obras biolgicas no cita nunca a Platn, pero, sin
embargo, conoce perfectamente el Tmalos platnico,
cuya ltima parte est dedicada a la anatoma y fisiolo
ga de los seres vivos, y se inspira claramente de la des
cripcin platnica del hgado y sus partes.
Tambin trae a colacin frecuentemente los textos de
los poetas, sobre todo de Homeros. La litada y la Odisea
son citadas como autoridad respecto a las costumbres del
len, la longevidad del perro y otros muchos asuntos.
Una de las fuentes ms importantes de informacin
sobre todo en lo que se refiere a los animales exticos,
es la constituida por los libros de historiadores y viaje
ros, sobre todo por la Historia de Herdotos, de la que
saca casi todo lo que dice de los anmales africanos, y
en especial egipcios, como el hipoptamo, el cocodrilo,
el camello, etctera. Le sigue incluso en sus errores. As
Aristteles repite varias veces que todos los animales
mueven la mandbula inferior, a excepcin del cocodrilo,
que slo mueve la superior 12. Esto es completamente
falso. El cocodrilo mueve la mandbula inferior, como
cualquier otro animal, y Aristteles podra fcilmente
haberlo comprobado, si hubiera visto un cocodrilo. Tal

1 Lo repite en varios lugares, por ejemplo en Perl ta zia his


torial, I, 493 a 28.
2 Perl ta zia historial, I, 492 a 23. La misma opinin se repite
en la misma obra II I , 516 a 23, y en otras varias.
246 Historia de la filosofa, 4

error slo le puede venir de Herdotos, que haba es


crito que el cocodrilo no mueve la mandbula inferior,
sino que es el nico animal que acerca la mandbula supe
rior a la inferior 3. Pero no siempre se cree todo lo que
lee. As, la nica vez que cita a Herdotos lo hace para
contradecir su opinin de que el esperma de los negros
es negro. Y constantemente critica y pone en duda los
datos suministrados por Ktesas, el fantasioso autor de
una famosa obra sobre Persia y la India, aunque, sin
embargo, lo conoce bien y utiliza sus datos sobre el
elefante y otros animales.
Otra fuente fundamental de datos provena del inte
rrogatorio por parte de Aristteles de todo tipo de exper
tos: mdicos, veterinarios, ganaderos, cazadores, pesca
dores, marineros, etctera.
Aristteles subraya que los saberes del mdico y del
naturalista estn muy prximos, y no hay duda de que
hablaba con frecuencia con mdicos. Cuando habla de
la sangre, est perfectamente al corriente de las diversas
dolencias (varices, hemorroides, hemorragias...) y mto
dos (sangras...) relacionados con la sangre. Por lo que
dice sobre el embarazo y el parto, es evidente que ha
consultado tambin a las comadronas. Y los datos deta
llados que posee sobre las enfermedades que aquejan a
los diversos animales domsticos y sobre la manera de
tratarlas slo pueden provenir de sus conversaciones con
los veterinarios. Aristteles haba interrogado a los gana
deros sobre los perodos de gestacin de sus animales,
sobre la manera de efectuar la castracin y sus efectos,
etctera. Tambin haba consultado a los pastores, a los
apicultores, a los pescadores, etctera. De todas estas
conversaciones procede el tesoro de detalles profesio
nales que Aristteles rene en sus obras. El se fiaba
de los tcnicos, de los expertos, de los hombres de larga
experiencia, y nunca pona en duda lo que le contaban.
De todos modos, Aristteles no siempre se conten
taba con informaciones de segunda mano. Siempre que

3 Herdotos: Historial, II, 68.


10. Zoologa 247

la ocasin se presentaba, observaba por s mismo los


pjaros del bosque, los animales domsticos, los peces y
pulpos del mercado, etc. Es evidente que l mismo ha
observado directamente la mayor parte de los animales
de los que habla, y que incluso haba realizado disec
ciones de muchos de ellos. Criticando a ciertos natura
listas, dice que la causa de sus errores estriba en que
no conocen las partes internas de los animales i. El
ha abierto los testculos de todo tipo de animales, para
observar su estructura interna. El ha seguido el desarro
llo de huevos y embriones de mltiples especies, como
se desprende de observaciones como sta: Cuando uno
abre los embriones de los peces cartilaginosos, se cons
tata que sus visceras, por ejemplo, el hgado, son grandes
y estn llenas de sangre, exactamente como las de los
embriones de los cuadrpedos 45. Las sesiones de disec
cin se adivinan fcilmente tras descripciones como sta
de los ojos del topo: Si en el lugar en que deberan
encontrarse los rganos externos de la visin se levanta
de la cabeza la piel, que es espesa, uno descubre en el
interior unos ojos atrofiados, que poseen exactamente
las mismas partes que los ojos verdaderos. Tienen el iris,
la parte que est dentro del iris y a la que se llama
pupila, as como el blanco que las rodea. Todas estas
partes son ms pequeas que en los ojos exteriores.
Desde fuera no puede verse ninguna, a causa del espesor
de la piel, como si la naturaleza, en el momento de la
formacin del animal, hubiera sido detenida en su des
arrollo 6.
Todas estas disecciones de cadveres y observaciones
de animaluchos insignificantes podan despertar el des
precio o incluso la repugnancia en personas menos inte
resadas por la naturaleza que el propio Aristteles. Por
ello, cuando, al comienzo de su actividad docente en el
Lykeon redacta su manifiesto metodolgico, anima a

4 Perl nettos kal gers, 471 a 23.


5 Perl ta zoia historial, V I, 565 b 15.
6 Perl ta zia historial, IV, 533 a 3.
248 Historia de la filosofa, 4

sus alumnos a practicar la observacin de los anmales


y les advierte contra su posible desinters o repugnancia.
Es cierto que los astros son majestuosos, eternos e in
corruptibles, pero estn lejos de nosotros y poco podemos
saber de ellos. En mejor situacin nos encontramos
para poder conocer las criaturas perecederas, plantas y
animales, pues vivimos en medio de ellas. As podemos
recoger multitud de datos sobre cada uno de sus gne
ros, con tal de que nos tomemos la molestia de hacerlo...
Hemos de estudiar la naturaleza viviente, tratando de
no dejar de lado ningn detalle, por insignificante o im
portante que sea. Pues incluso cuando se trata de cria
turas que no ofrecen un aspecto agradable, la naturaleza,
que es su arquitecto, reserva a quien las estudia placeres
m aravillosos...7. En efecto, si la contemplacin de las
obras de arte, que son meras imitaciones, ya nos produce
gozo, cunto m s. no nos nroducir la contemplacin
de las cosas naturales mismas! Por tanto, no hay que
dejarse llevar por una pueril repugnancia hacia la inves
tigacin de los animales menos nobles. Pues en todos
los seres naturales hay algo maravilloso... Se debe abor
dar sin asco el examen de cada animal, con la conviccin
de que en todos ellos hay algo de naturaleza y de belleza.
Pues en las obras de la naturaleza no reina el azar, sino
la funcionalidad en su ms alta expresin. Ahora bien,
en esa funcionalidad para la que est organizado y cons
tituido el animal consiste precisamente su belleza. Y s
alguien considera despreciable el estudio de los otros
animales, que empiece por despreciarse a s mismo, pues
slo con gran repugnancia se puede mirar aquello de
que est constituido el gnero humano: sangre, carne,
huesos, vasos y otras partes semejantes 8.
Aristteles que se sepa nunca realiz experimen
tos. Las lecturas, los testimonios de los expertos prcti
cos y las observaciones constituyeron siempre sus fuen
tes de informacin sobre los organismos. Pero su impor-

7 Pe zoin mon, I, 644 b 28 y 645 a 5.


8 Ibid, 645 a 15.
10. Zoologa 249

tanda relativa fue variando. Al principio, durante su


estancia en la Akademia, casi toda su informacin era
libresca, vena de sus incansables lecturas. No es de
extraar que compilase un libro sobre los animales legen
darios, que slo se encuentran en los libros! Durante
su estancia en Assos y Mitilini combin su saber libresco
con un constante interrogatorio de los expertos y con
mltiples observaciones personales. Luego pas por una
etapa terica y explicativa, en que el razonamiento ju
gaba un papel fundamental. En su ltima obra, Genera
cin de los animales, Aristteles sopesa sus diversas
fuentes y mtodos, y concede la primaca absoluta a la
observacin emprica, incluso por encima del razona
miento. Hay que fiarse ms de la percepcin sensible
que de los razonamientos. Y hay que fiarse de los razo
namientos slo en la medida en que sus conclusiones
coincidan con los fenmenos observados9,

10.3. ha clasificacin de los animales

En la Akademia platnica se practicaba un procedi


miento dicotmico de clasificacin binara, que se re
fleja en dilogos como el Poltico o el Sofista. Un gnero
dado de cosas se divida en dos subgneros, segn que
esas cosas poseyesen o no una caracterstica dada. As,
los animales podan dividirse en alados y no-alados, o
en acuticos y no-acuticos, etctera. Segn qu carac
terstica se eligiese, se obtena una clasificacin distinta.
Y las clases de animales as caracterizadas no tenan por
qu coincidir con aquellas a las que el lenguaje ordinario
haba distinguido con un nombre peculiar. Este tipo de
clasificacin dicotmica daba lugar a esquemas arbori
formes representados en planchas apropiadas, que col
gaban de las paredes del local donde los estudiantes se
ejercitaban en su prctica.

s Perl zin genseos, III, 760 b 31.


250 Historia de la filosofa, 4

Este primer intento de clasificacin cientfica, la divi


sin dicotmica platnica, es condenado sin paliativos
por Aristteles. Por un lado, no proporciona un sistema
nico y coherente de clasificacin, sino tantas divisiones
distintas e inconexas como caractersticas sueltas se con
sideren. Por otro, los gneros y especies naturales, que
se dan en la naturaleza y se reflejan en el lenguaje, que
dan artificiosamente descoyuntados. Por ejemplo, la divi
sin de los animales en domsticos y no domsticos, es
decir, en domsticos y salvajes, puede ser til para alguna
finalidad prctica, pero cientficamente es inaceptable,
pues separa los anmales que en la naturaleza pertenecen
a la misma especie (como los caballos domsticos y los
salvajes) y une los animales que por naturaleza perte
necen a gneros distintos (como las gallinas domsticas
y los caballos domsticos).
La clasificacin correcta ha de ser tal que cada (espe
cie) animal se encuentre en una y slo una de las divi
siones que hagamos. Hemos de hacer las divisiones de
tal modo que cualquier animal se encuentre en alguna
de ellas, y que ninguno se encuentre en varas, como,
por ejemplo, en la de alado y en la de no alado; pues
el mismo animal puede ser ambas cosas a la vez, como
en el caso de la hormiga, de la lucirnaga y otros101.
En efecto, las hormigas reinas, por ejemplo, son aladas
mientras son vrgenes, pero pierden las alas una vez fe
cundadas. Y entre las lucirnagas, los machos son alados
y las hembras carecen de alas.
Aristteles propugna una clasificacin natural y mul-
tifactorial. Hay que tratar de clasificar los animales en
gneros, siguiendo el uso popular, que distingue el g
nero de los pjaros del de los peces. Pero cada gnero
ser definido por una multiplicidad de caracteres, no dico-
tmicamenten. Cada taxn o gnero ser definido no
por una nica caracterstica, arbitrariamente elegida, sino
por todo un abanico de propiedades conjuntas, y espe-

10 Perl zoin moron, I, 642 b 31.


11 Ibid, 643 b 10.
10. Zoologa 251

calmente por la configuracin de los rganos y del cuer


po entero *13.
Esta clasificacin termina por abajo en las especies pro
piamente dichas o ltimas, que ya no son divisibles, pues
todos sus elementos tienen la misma naturaleza, incorporan
la misma entidad abstracta, son lo mismo. Las especies
ltimas son entidades y ya no son susceptibles de divi
sin en otras especies... Puesto que la entidad es lo que
ya no se puede dividir en especies, lo mejor si fuera
posible sera examinar aparte cada especie particular
e indivisible, como, por ejemplo, el human, y no cosas
como el ave, que es un gnero divisible en especies, sino
los tipos indivisibles de aves, como el gorrin, la grulla
y otros semejantes. Pero si lo hiciramos as, se produci
ran numerosas repeticiones acerca de las mismas carac
tersticas, que se encuentran en diversas especies, por lo
que sera un poco insensato y sumamente pesado tratar
separadamente de cada especie. Por tanto el buen m
todo consiste en enunciar las caractersticas comunes a
cada gnero, recogiendo cuanto hay de exacto en las
clasificaciones tradicionales, y en estudiar juntos todos
los animales que poseen una misma naturaleza, cuyas
especies no estn muy alejadas una de otras, como las
aves o los peces..., que constituyen verdaderos gne
ros 13.
Aristteles reconoce las especies como entidades abs
tractas reales, dadas en la naturaleza. Corresponden gene
ralmente a los animales que se designan con un nombre
en el lenguaje: perros, caballos, gorriones, etctera. Para
todos los taxones o tipos de animales de nivel supraes-
pecfico (los que ahora llamamos gneros, familias, rde
nes, clases, etctera). Aristteles dispone de una sola
palabra: genos (gnero), que a veces incluso se usa tam
bin para taxones de nivel infraespecfico (variedades o
razas). Las palabras gnos y etdos significan a veces lo
mismo que gnero y especie en la actual taxonoma lin-

13 Ibid, 644 b 7.
13 Ibid, 644 a 26.
252 Historia de la filosofa, 4

neana, pero otras veces significan taxones de cualquier


nivel. Todo le habra resultado ms fcil si hubiera intro
ducido algunos trminos tcnicos ms precisos, pero Aris
tteles se resista a emplear una terminologa artificial.
En todos sus escritos biolgicos no introduce ni una sola
palabra que no pertenezca al lenguaje ordinario.
Aunque en ningn sitio lo expone de un modo com
pleto y seguido, Aristteles emplea consistentemente un
mismo esquema imolcito de clasificacin de los anima
les, que no es difcil explicitar.
En primer lugar, Aristteles divide los seres vivos en
animales y plantas. A su vez los animales se clasifican
inicalmente en dos grandes grupos, el de los animales
sanguneos (es decir, con sangre roja) y el de los anima
les no-sanguneos (es decir, sin sangre roja). Los anima
les sanguneos coinciden ms o menos con los vertebra
dos, y los no sanguneos, con los invertebrados.
A su vez, los animales sanguneos se dividen en viv
paros (es decir, que paren cras vivas) y en ovparos (que
ponen huevos). El taxn de los animales sanguneos vi
vparos corresponde a los mamferos, el de los sangu
neos ovparos, al resto de los vertebrados.
Los animales sanguneos vivparos (los mamferos) se
dividen en bpedos, cuadrpedos y acuticos. Los bpe
dos son los humanes. Los cuadrpedos se subdividen en
tres grupos: 1) los que tienen varios dedos en los pies
y el mismo nmero de dientes en ambas mandbulas
(perros, elefantes...), 2) los que tienen pies hendidos y
un nmero desigual de dientes en ambas mandbulas
(los rumiantes, como vacas, cabras...) y 3) los de pie no
hendido y con crin en la nuca (caballos, asnos...). El
tercer grupo corresponde al actual orden de los periso
dctilos, el segundo al de los artiodctilos, y el primero
abarca la mayor narte de los mamferos terrestres. Los
sanguneos vivparos acuticos, finalmente, corresponden
al actual orden de los cetceos: ballenas, delfines v mar-
sopas. El mayor triunfo de la clasificacin aristotlica
de los animales consisti en reconocer que los cetceos,
a pesar de su apariencia externa de peces, son en real-
10. Zoologa 253

dad mamferos, pues su anatoma interna, su fisiologa


y su modo de reproduccin no tienen nada en comn
con el resto de los peces, y s mucho con los otros ma
mferos.
Los animales sanguneos ovparos (los vertebrados no
mamferos) se dividen en pulmonados (que respiran
are por pulmones) v peces (que respiran agua por bran
quias). Los pulmonados se subdividen a su vez en aves
(pulmonados con plumas) y escamosos (pulmonados sin
plumas, pero con escamas o placas). Las aves se subdi
viden en pjaros, gallinceas, rapaces y acuticas. Los
pulmonados escamosos (los reptiles, pero tambin los
anfibios, aunque no tengan escamas) se dividen segn
que tengan patas, como los cocodrilos o los sapos, o
no las tengan, como las serpientes. Los peces se dividen
en cartilaginosos (los condrictios: escualos, rayas...) y
seos (los ostectios: atunes, carpas...). En los primeros,
la fecundacin y eclosin de los huevos tiene lugar en
el interior de la madre; en los segundos, fuera.
La clasificacin de los animales no sanguneos (los
invertebrados) es menos elaborada. Bsicamente Arist
teles distingue seis grupos principales: los cefalpodos
(pulpos, calamares, sepias), los crustceos (langostas,
gambas, cangrejos...), los testceos (mejillones, ostras,
pero tambin erizos de mar y otros no bivalvos), los
insectos (nuestros insectos, ms las araas), los gusanos
y los zofitos. Estos dos ltimos grupos son bastante
confusos. Entre los gusanos cuentan muchas orugas y
otras larvas de insectos. Y los zofitos constituyen un
cajn de sastre donde meter a los animales ms raros,
como las esponjas y las medusas.
En conjunto, Aristteles estudia o menciona 426 espe
cies distintas de animales, entre ellas 132 de aves, 105
de peces, 63 de mamferos y 50 de insectos. Y en su
obra conservada no aparecen animales legendarios o fan
tsticos. A pesar de sus imprecisiones, lagunas y defec
tos, la clasificacin aristotlica de los animales constituye
un impresionante sistema taxonmico no superado du
rante los dos mil aos siguientes, y que todava segua
254 Historia de la filosofa, 4

influyendo en Cari von Lnn, cuando ste creaba la


taxonoma moderna en el siglo xvm . Los zologos pos
teriores han reconocido su deuda con el viejo maestro,
dando su nombre a ciertas especies por l descritas, como
el pez Silurus arist-otelis, que protege a sus cras, o el
ave Phalacrocorax aristotelis, un cormorn.

10.4. Anatoma comparada


Los cuatro primeros libros de Historia de los anima
les y los libros II a .IV de Partes de los animales cons
tituyen sendos tratados de anatoma comparada, el pri
mero ms descriptivo, el segundo ms presuntamente
explicativo.
Aristteles comienza su estudio de la estructura de
los organismos por las propiedades ms elementales que
pueden incidir en la materia: los pares fro-caliente y
seco-hmedo. La organizacin ms bsica de la materia
consiste en la posesin de una propiedad de cada uno
de esos dos pares. As se forman los elementos subluna
res: la tierra (fro - seco), el agua (fro - hmedo), el aire
(caliente - hmedo) y el fuego (caliente - seco). A su vez,
estos elementos se combinan en proporciones distintas,
dando lugar a las diversas sustancias o materiales que
encontramos en las cosas naturales.
Al tratar de las partes de los animales, Aristteles
distingue dos tipos de partes: las partes homeomeras
{homoiomer), es decir, homogneas, y las partes ano-
meomeras (anomoiomere), es decir, heterogneas. Los
resultados de la divisin de una parte homeomera siguen
siendo esa misma parte homeomera. Si partimos un
hueso, sus trozos siguen siendo de hueso. Si tomamos
una porcin de la sangre, sigue siendo sangre. La divi
sin de una parte anomeomera, por el contrario, da lugar
a cosas que ya no son esa parte anomeomera. Una parte
de la pierna no es una pierna, una parte del sistema
digestivo no es un sistema digestivo. Las partes homeo
meras corresponden a lo que ahora llamamos los tejidos;
las partes anomeomeras, a ls rganos y los miembros.
10. Zoologa 255

Las partes homeomeras o tejidos siguen siendo lo


mismo al dividirse, porque son homogneas, simples, for
madas por una combinacin uniforme de los cuatro ele
mentos. La composicin de cada trozo de hueso es la
misma que la de cualquier otro trozo distinto de hueso;
la de cada porcin de sangre, la misma que la de cual
quier otra porcin de sangre. Muchas partes homeome
ras son blandas y hmedas. Tal es el caso de la sangre,
el suero, la grasa, el sebo, la mdula, el esperma, la bilis,
la leche y la carne. Otra partes homeomeras son slidas
y secas, como el hueso, la espina (de pez), el cartlago,
el tendn y la pared de vena. Curiosamente, Aristteles
no era consciente de la existencia de los msculos ni de
los nervios.
Aristteles pasa revista a los diversos tejidos, dete
nindose especialmente en el estudio de la sangre, a la
cual concede gran importancia. Ya vimos que clasifica
los animales, en primer lugar, segn que posean sangre
(roja) o no. La sangre contiene tierra y agua. La coagu
lacin consiste en la separacin de sus elementos terro
sos (la fibrina) de los acuosos (el suero), que se produce
cuando la sangre caliente sale del cuerpo y se enfra. No
slo la salud, sino tambin el carcter y la inteligencia
dependen de la sangre. La sangre espesa y clida pro
porciona fuerza y coraje; la ligera y fresca, sensibilidad
e inteligencia. La sangre mejor es la que es a la vez
ligera, clara y clida. Los otros tejidos hmedos provie
nen de la sangre, por separacin (como el sero) o por
cocciones sucesivas (como la grasa).
As como los tejidos se forman por combinacin de
los elementos, as tambin los rganos o miembros se
forman por combinacin de los tejidos. En una pierna,
por ejemplo, hay partes o trozos que pertenecen a teji-
jidos distintos, hay huesos, tendones, carne, sangre, ve
nas, etctera. Los tejidos son los componentes de los
rganos y miembros.
La mayor parte de la anatoma aristotlica est dedi
cada a la descripcin y explicacin de los rganos y
miembros de los diversos animales. Muchas de estas des-
256 Historia de la filosofa, 4

cripciones corresponden a una observacin detallada y


son de una admirable exactitud, como la descripcin ya
mencionada de los ojos atrofiados del topo, o la de los
cuatro estmagos sucesivos de los rumiantes. Otras des
cripciones son completamente errneas, debido a que no
se basan en observacin emprica alguna. Ello se debe a
veces a su excesiva confianza en lo dicho por otros, como
el ya citado error sobre la presunta movilidad de la man
dbula superior del cocodrilo, recogido de Herdotos.
Otras veces est tan seguro de sus principios especula
tivos (como el de la superioridad del macho sobre la
hembra) que no se le ocurre comprobar empricamente
sus consecuencias, llegando as a afirmaciones tan evi
dentemente falsas como la de que los machos tienen
ms dientes que las hembras, tanto entre los humanes
como entre las ovejas, las cabras v los cerdos u.
Aristteles no se conforma con la descripcin por
separado de las estructuras anatmicas de los diversos
grupos de animales, sino que trata de ponerlas en rela
cin, descubriendo analogas funcionales entre ellas. As,
al estudiar los miembros locomotores de los animales,
seala que a los brazos de los humanes corresponden
las patas delanteras de los cuadrpedos, las alas de las
aves y las aletas pectorales de los peces; a las piernas
de los humanes corresponden las patas traseras de los
cuadrpedos, las patas de las aves y las aletas ventrales
de los peces. Estas semejanzas estructurales, que adems
tienen un origen evolucionarlo comn, se llaman homo
logas en la biologa actual.
En general, Aristteles describe las estructuras ana
tmicas de los otros animales comparndolas constante
mente con las correspondientes humanas. El human
aparece continuamente presentado como el animal per
fecto, aquel en que la naturaleza animal se realiza del
modo ms acabado. Los dems animales slo la realizan
imperfectamente, son como humanes truncados, les falta
algo, se quedan cortos, son como enanos. Todos los otros

11 Perl ta zia historial, II, 501 b 19.


10. Zoologa 257

animales, comparados con el humn, son como enanos. El


enano tiene un torso y cabeza grandes, pero piernas peque
as... En el humn ambas partes estn proporcionadas...
En los bebs, la parte superior es grande, mientras que la
otra es pequea; por eso se arrastran por el suelo sin poder
andar. Al principio ni siquiera se arrastran, sino que se
quedan quietos. En efecto, todos los infantes pequeos
son enanos, pero a medida que crecen, sus partes infe
riores se desarrollan. Al contrario, entre los cuadrpedos
las partes inferiores son al principio las ms grandes,
pero cuando el animal crece, lo que se desarrolla es el
tronco, es decir, la parte comprendida entre la cabeza
y la grupa... Las aves, los peces y todos los otros ani
males sanguneos parecen enanos, como acabamos de
decir. Por eso son menos inteligentes que los humanes.
Incluso entre los humanes, no slo infantes pequeos se
distinguen de los hombres ya hechos, sino tambin la
inteligencia de los adultos que se parecen a los enanos
es deficiente... La causa de ello estriba en que el prin
cipio de su alma es pesado e inflexible. Y a medida que
el calor, que eleva, se hace ms dbil, y el elemento
terroso ms abundante, el cuerpo del animal es ms
pequeo y sus patas ms numerosas; incluso las patas
acaban por desaparecer y el cuerpo se arrastra por el
suelo. Continuando en esa direccin, los organismos
llegan a tener el principio vital abajo y la parte donde
se encuentra la cabeza acaba por ser inmvil e insensi
ble: se convierten en plantas, que tienen la parte de
arriba abajo, y la de abajo, arriba. En efecto, las races
desempean en los vegetales la funcin de boca y cabeza,
mientras que la simiente se encuentra en el extremo
opuesto, pues se forma en lo alto de los brotes 15,
El humn, organismo cabal, animal perfecto, es el ni
co que se mantiene erguido, que est bien proporciona
do. Los otros, en comparacin con l, son defectuosos.
Los vegetales llegan incluso al extremo de estar siempre

15 Perl zion morln, IV, 686 b 3.


258 Historia de la filosofa, 4

al revs, cabeza abajo, pues sus races son su cabeza.


Aristteles subraya las caractersticas nicas del humn,
como la posicin erguida, la mano y el lenguaje. A veces
se pasa de rosca y le atribuye como nicas caractersticas
compartidas. As, dice que el elefante y el humn son
los nicos animales que plegan las rodillas de sus extre
midades posteriores hacia adelante, mientras los otros
cuadrpedos (como los caballos) y las aves las plegan ha
cia atrs. Eso no es as, todos plegan sus rodillas hacia
adelante, como nosotros. El error de Aristteles se debe
a que confunde el taln con la rodilla.
De todos modos, Aristteles nunca separa al humn
del resto de los animales, a muchos de los cuales atribu
ye carcter e inteligencia. Incluso coloca juntos a las
abejas, las hormigas y los humanes como animales socia
les y cooperativos, y compara las guerras entre colonias
de animales con las guerras entre ciudades de humanes.
Es, sin duda, el predecesor de la etologa y la socio-
biologa.
Aristteles trata con frecuencia de generalizar sus ob
servaciones, llegando a definir estructuras anatmicas abs
tractas, comunes a todos los anmales, incluidos los in
vertebrados, como cuando esquematiza el sistema diges
tivo en una lnea con cuatro puntos. Si se representa
el cuerpo de los cuadrpedos y de los humanes mediante
una lnea vertical, tendremos, en lo alto de esa lnea, la
boca en el punto A , luego el esfago en B, el estmago
en C y, finalmente, el intestino hasta el ano, que es la
parte designada por D. Los animales sanguneos estn
dispuestos de esta manera, y alrededor de esta lnea se
encuentran la cabeza y el tronco. Las otras partes han
sido aadidas por la naturaleza para servir a las prece
dentes y hacer posible el movimiento, por ejemplo, los
miembros anteriores y posteriores. Incluso entre los crus
tceos y los insectos las partes interiores suelen respetar
esa misma disposicin en lnea recta, y es por sus rga
nos locomotores externos por lo que se distinguen de
los sanguneos. En los cefalpodos el extremo se tuerce
hacia el inicio, como si se doblase la lnea recta antes
10. Zoologa 259

representada para traer D hacia A ... He ah por qu en


los cefalpodos los excrementos salen cerca de la
boca...16.

10.5. Fisiologa
Todos los animales necesitan alimentarse para vivir,
por eso poseen todos un sistema digestivo, cuyo esquema
general acabamos de considerar. Aristteles estudia con
detalle todos los rganos que lo componen: la boca, las
mandbulas y los dientes (o el pico en otras especies),
el esfago, el estmago simple o compuesto, el intestino,
el hgado, etc. Pero no se limita a describir su estructu
ra, tambin se interroga por su fundn, la digestin.
La digestin es una coccin interna. Cuando quere
mos cocer algo, lo colocamos en una cacerola y lo pone
mos al fuego. El estmago es como una cacerola interna,
calentada por el calor interior del cuerpo. Antes de echar
los alimentos a la cacerola del estmago, los cortamos
con los dientes, preparndolos para su ms adecuada coc
cin. Una vez cocidos en el estmago, las partes apro
vechables se asimilan a travs del intestino y se convier
ten en sangre, as como tambin por cocciones suce
sivas en grasa, en carne, en esperma (en los machos),
en leche (en las hembras), etc. Los residuos no aprove
chables de la coccin van descendiendo por el intestino
hasta salir por el ano.
Si el estmago es la cacerola en que cocemos los ali
mentos, el corazn es el fogn que produce el calor inte
rior que calienta el estmago y los dems rganos. Aris
tteles sabe que todo el cuerpo est lleno de sangre, y
que sta pasa por conductos o venas, pero no conoce la
circulacin sangunea, que no se descubrira hasta des
pus del Renacimiento. La sangre llega hasta el corazn
y all acaba de cocerse, calentndose y entrando en ebu
llicin. As como la ebullicin del agua en un recipiente
tapado hace tambalearse a su tapadera, as tambin la
16 Ibid, 684 b 22.
260 Historia de la filosofa, 4

ebullicin de la sangre en el corazn hace temblar a su


envoltura, producindose as las pulsaciones del corazn
y las oscilaciones del pulso en las venas.
El corazn es un potente fogn que calienta y reca
lienta la sangre. Si nada compensase ese constante calen
tamiento, pronto se consumira y el animal morira de
calor. Para impedir que algo se caliente demasiado, hay
que refrigerarlo. Y la sabia naturaleza ha resuelto el pro
blema proporcionando al organismo del animal nada me
nos que dos sistemas distintos de refrigeracin: la res
piracin y el cerebro. Mediante la respiracin, unos ani
males inspiran aire fro en sus pulmones, donde se enfra
Ja sangre que el corazn tiende a calentar excesivamente.
Otros animales inspiran agua fra por sus branquias, con
el mismo resultado. Por si este sistema de refrigeracin
por aire o por agua no bastase, el cerebro proporciona
un contrapeso trmico a la accin del corazn.
La naturaleza tiende al equilibrio, corrige la posible
extremosidad de un rgano por la accin de otro. Pues
to que todo necesita de un contrapeso para alcanzar el
equilibrio y el justo medio (que es donde se da la enti
dad y la regla, y no en cada uno de los extremos por
separado); por eso, y como contrapartida de la regin
del corazn y del calor que all se genera, la naturaleza
ha fabricado el cerebro, y por eso ste existe en los ani
males y est constituido de agua y de tierra. He ah por
qu. todos los animales sanguneos poseen un cerebro,
mientras que los otros no lo poseen (a no ser que se
trate de un rgano anlogo, como en el caso del pulpo),
pues esos animales tienen poco calor, por carecer de san
gre. As pues, el cerebro atempera el calor y la ebulli
cin que reinan en el corazn, y a fin de que ste tenga
una temperatura moderada, a partir de la aorta y la cava
una serie de venas conducen a la membrana que rodea
el cerebro, pero, para no perjudicarlo, en vez de un pe
queo nmero de venas grandes, se forma una tupida
red de finos conductos que lo envuelve...1'.

17 Peri zin moron, II, 652 b 16.


10. Zoologa 261

Ahora sabemos que ni el corazn es un fogn ni la


digestin es una coccin, ni el cerebro es un frigorfico,
ni la respiracin sirve para enfriar la sangre, sino ms
bien para lo contrario, para facilitar la combustin en las
clulas, aportando carburante (oxgeno) y retirando dixi
do de carbono. Pero la concepcin fisiolgica termodi
nmica de Aristteles no deja de poseer una coherencia
interna y una cierta plausibidad. Es totalmente falsa,
pero no es irracional. No contiene elementos misteriosos
o sobrenaturales, ni apela a otros conceptos o principios,
que los habituales en el estudio de los fenmenos em
pricos. El nico problema es que su especulacin fisio
lgica, por muy plausible y razonable que fuera, no ha
ba sido contrastada con los hechos medante' experimen
tos adecuados. Los griegos antiguos eran muy poco da
dos a la experimentacin. Y, que nosotros sepamos, al
mismo Aristteles, infatigable observador y genial pen
sador, nunca se le ocurri hacer un experimento.
El calor hmedo es el principio de la vida. De ah la
importancia fundamental del corazn, fuente del calor.
Otros mdicos y naturalistas, como Alkmaion o Hippo-
krates, haban ya sealado que el cerebro es la sede de
las sensaciones. Pero Aristteles no acepta esa idea. El
cerebro es un mero refrigerador. El centro de las sensa
ciones es el rgano rey, el corazn.
Aristteles ha estudiado con gran detalle la anatoma
de los rganos de los sentidos y la fisiologa de las sen
saciones. Se refiere a ellas en varias de sus obras, sobre
todo en los libros II y III de Sobre el alma y en el
opsculo Sobre la sensacin y lo sensible. Tambin de
dic mucha atencin al tema de la locomocin de los an
males, tanto en sus obras generales como en un par de
monografas.
De todos modos, el tema fisiolgico que ms interes
a Aristteles, al que ms pginas dedic y sobre el que
todava estaba escribiendo a la hora de su muerte era
el tema de la reproduccin. Ya los libros V al VII de
Historia de los animales estaban ntegramente dedicados
a describir los diversos modos de cpula y reproduccin
262 Historia de la filosofa, 4

en los moluscos y artrpodos (libro V), en las aves, pe


ces y cuadrpedos (libro VI) y en los humanes (libro
VII). Esta masa de descripciones sera luego sistemati
zada y explicada en su ltima obra, Generacin de los
animales, dividida en cinco libros. El libro I trata de la
reproduccin en general, los rganos genitales, el esper
ma de los machos, la leche materna de las hembras y el
papel respectivo de los dos sexos. El libro II examina
la reproduccin en los animales vivparos, es decir, que
paren cras vivas directamente. El libro III la examina
en los animales ovparos (que ponen huevos) y en los
invertebrados. El libro IV es un tratado de embriologa,
y el V trata de los caracteres congntos.
Aristteles ha reunido una asombrosa cantidad de da
tos acerca de la copulacin y el desarrollo embrionario
de los animales. El ha sido el primero en distinguir los
caracteres sexuales primarios de los secundarios, en se
alar que la determinacin del sexo se sita ya en el
primer estadio del desarrollo del embrin, en describir
correctamente el funcionamiento de la placenta y del
cordn umbilical, etc. Sin embargo, a la hora de explicar
los hechos, sus principios especulativos toman la prece
dencia sobre las observaciones y le llevan a veces a pe
regrinas conclusiones, como en el caso del papel de los
sexos en la concepcin.
Ahora llamamos gametos a las clulas (espermatozoi
des y vulos) haploides producidas por los animales se
xuados en las gnadas (testculos y ovarios). La fusin
de un gameto del oadre con otro de la madre determina
la formacin de una clula diploide (el zigoto), cuyas
posteriores subdivisiones darn lugar a la cra. El zigoto,
y por tanto el animal resultante, recibe la mitad de sus
cromosomas del gameto paterno (el espermatozoide) y
la otfaf mitad del gameto materno (el vulo). Hippokra-
tes no saba nada de esto, pero pensaba que tanto el
padre como la madre producen gametos y participan en
la conformacin hereditaria de la cra. Para Aristteles,
por el contrario, slo el padre transmita su herencia, y
10. Zoologa 263

slo su esperma contena gametos. La madre se limitaba


a recoger ese esperma en su seno y a proporcionarle ma
teria y alimento.
Para explicar cualquier cambio, Aristteles echaba ma
no de una serie de factores explicativos (o causas), entre
los que se encontraban el iniciador o impulsor del cam
bio, y la materia o sustrato del mismo. As el escultor
es el iniciador del cambio que conduce a la estatua; el
bloque de mrmol es su materia. El macho y la hem
bra son los principios de la generacin, el macho como
poseedor del principio impulsor y generador, la hembra
como materia 18. Del macho, que es el iniciador de la
generacin, y de su esperma, que contiene la forma o
plano de lo generado, proceden las determinaciones de
la cra. De la hembra procede la materia (la misma que
sale en las menstruaciones) a partir de la cual se desarro
lla el embrin en el seno materno. El macho es activo,
como el carpintero; la hembra, pasiva, como la madera,
en cuyo seno se forma el mueble, por efecto de la ac
cin del carpintero y con la estructura que ste le pro
porciona. La hembra, en cuanto hembra, es el elemento
pasivo, y el macho, en cuanto macho, el elemento activo,
del que procede el principio del cambio..., de tal modo
que el producto nico que se forma de ambos es como
la cama que se origina a partir del carpintero y de la
madera 19.
Los alimentos que comemos, mediante cocciones su
cesivas, se van transformando en sangre y en otros teji
dos. La menstruacin es un residuo de dichas cocciones
que, en la hembra embarazada, se utiliza como material
para la formacin de la cra y, en la no embarazada, se
pierde peridicmente. Este residuo se produce porque
las hembras no son capaces de llevar el proceso de coc
ciones sucesivas hasta su extremo, como los machos, que
en su ltima coccin o destilacin de la sangre producen
el esperma. Slo el esperma contiene gametos, transmite

18 Perz zbin genses, I, 716 a 4.


19 Ibid, 729 b 12.
264 Historia de la filosofa, 4

forma y actividad. Y slo el animal pleno, el macho, ge


nera suficiente calor como para producirlo. Las hembras
son animales imperfectos, las mujeres son como nios o
como eunucos, incapaces de alcanzar la temperatura re
querida para producir el esperma. El infante tiene for
ma como de mujer, y la mujer parece un hombre est
ril. La hembra est caracterizada por una impotencia,
por ser incapaz de destilar por coccin el esperma a par
tir de los alimentos digeridos (es decir, de la sangre, o
del lquido anlogo en los animales no sanguneos), de
bido a la frialdad de su naturalezaso.
Los animales sanguneos (vertebrados) se reproducen
sexualmente del modo indicado. Pero de los anmales
no sanguneos, los invertebrados, slo algunos se repro
ducen sexualmente. Otros surgen por generacin espon
tnea, Los piojos, pulgas y chinches se forman espont
neamente a partir de la suciedad. Las moscas nacen- de
larvas que, a su vez, surgen por generacin espontnea
del estircol. Los gusanos de tierra, las lucirnagas y la
mayora de los moluscos se generan tambin espontnea-'
mente. Todo lo que hace falta es la presencia de un prin
cipio material o pasivo, consistente en ciertos lquidos
o sustancias en putrefaccin (diferentes en cada caso),
y de un principio activo, que imprima el movimiento y
la vida en esos materiales. Ese principio activo es el
calor y, en especial, los rayos de sol, o incluso a veces
el viento clido.
Hoy sabemos que la generacin espontnea no existe,
pero ciertos fenmenos observables pueden ser interpre
tados a primera vista como manifestaciones suyas. Es lo
que hace Aristteles con gran sentido comn, pero sin
control experimental alguno. De todos modos, no recu
rre nunca a lo milagroso o sobrenatural para explicar esa
presunta generacin espontnea, sino que se limita a apli
car los mismos principios con los que explica tambin
la reproduccin sexual.

Ibid, 728 a 17.


10. Zoologa 265

10.6. Alma y vida

La palabra psykhe significa en griego antiguo soplo,


aliento, vida, lo mismo que anima en latn. Las cosas
inanimadas carecen de anima, de vida. Los organismos
vivos estn animados, tienen anima, son mpsykhoi, tie
nen psykhe. Por tanto, la psykhe es lo que diferencia a
los seres animados de los inanimados, a los vivos de los
inertes. En este sentido normal, el significado de psykhe
(alma) es muy parecido al de zo (vida).
Frente a este significado ordinario, la tradicin rfico-
pitagrica haba usado la palabra psykhe en un sentido
extrao y misterioso, para referirse a un presunto es
pritu individual, que ya exista antes de que yo nacie
ra, que actualmente se aloja incmodamente como hus
ped o prisionero en mi cuerpo, y que a la muerte de
ste seguir viviendo, bien reencarnndose en otros cuer
pos, bien separado y habitando mticos pases. Platn
haba hecho suya esta concepcin del alma.
Como reaccin frente a esta concepcin espiritualista
del alma, los atomistas haban sostenido que el alma,
lejos de ser un espritu misterioso, es un cuerpo, un con
junto de tomos.
Aunque en su juventud haba aceptado la nocin plat
nica del alma, Aristteles volvi en su madurez al sen
tido comn implcito en el lenguaje ordinario, y critic
tanto a los espiritualistas como a los corporestas. El al
ma no es un espritu separable del cuerpo, pues no pue
de existir sin el cuerpo, ya que es la forma o estructura de
un cierto tipo de cuerpo, el cuerpo vivo. Pero tampoco
es ella misma un cuerpo, sino algo de un cuerpo, su
forma o estructura. El alma no existe sin el cuerpo...
Pero tampoco es un cuerpo, sino algo de un cuerpo, y
por eso se da en un cuerpo 21.
Lo que tiene alma (es decir, todos los seres vivos) se
distingue de lo que no la tiene por el hecho de vivir.
Lo que tiene alma se diferencia de lo inanimado por el

21 Perl psykhs, II, 414 a 19.


266 Historia de la filosofa, 4

vivir. Ahora bien, vivir se dice de muchas maneras*23.


En efecto, tanto las plantas como los animales viven,
poseen alma, pero su vida, su alma, no es idntica. La
vida o alma de los animales tiene potencialidades, como
la de percibir y moverse, de que carece la vida o alma
de las plantas. De todos modos, hay ciertas actividades
comunes a todo tipo de vida o alma, incluso al de las
plantas, como la nutricin y la reproduccin.
Algunos filsofos decan que el alma siente o piensa.
Eso no tiene sentido. Quien siente o piensa es el human
entero. Afirmar que es el alma quien se irrita, sera
algo as como afirmar que es el alma la que teje o edifica.
Mejor sera decir que no es el alma quien se compadece,
aprende o discurre, sino el human, en virtud del ah
ma 23 ,
Aunque las nociones de alma y de vida son muy seme
jantes, Aristteles las distingue. La vida es el conjunto
de las actividades vitales, tales como la nutricin, la res
piracin, la sensacin, etc. Esas actividades vitales slo
pueden darse en un organismo que funcione, en un cuer
po animado, en algo que posea alma. El alma es esa or
ganizacin o estructura del cuerpo que le permite reali
zar sus funciones vitales. S el ojo fuera un animal, su
alma sera la v ista24. Y su vida sera su visin, su vivir
sera el ver. Un ojo sin vista es un ojo ciego. Un animal
sin alma es un animal muerto, un cadver. Pero el ojo
provisto de vista no necesita estar constantemente vien
do. Tampoco el animal provisto de alma necesita estar
siempre ejercitando sus potencialidades vitales. Y as
como el ojo es la pupila y la vista, en el otro caso y
paralelamente el animal es el alma y el cuerpo. Est
claro, por tanto, oue el alma no es separable del cuer
po. . . 25.
Un organismo puede tener vida, tiene vida en poten
cia. S est vivo, esa potencia est actualizada, el orga
32 Ibid, 413 a 21.
23 Perl psykhs, I, 408 b 12.
24 Perl psykhs, II, 412 b 18.
25 Ibid, 413 a 2.
10. Zoologa 26 7

nismo est (respecto a esa potencia) en su plenitud (en


telkbeia). El alma es la plenitud primera de un cuer
po natural que posee en potencia la vida. Tal es el caso
de los organismos... Si cabe enunciar algo en general
acerca de todo tipo de alma, habra que decir que el
alma es la plenitud primera de un cuerpo natural or
ganizado 2627.
La primera plenitud del ojo es la vista, su capacidad
de ver. La actualizacin de esa capacidad conduce a una
segunda plenitud, la del acto de visin. El aprendiz
de cientfico logra su primera plenitud cuando adquiere
la ciencia, la capacidad o hbito de demostrar, aunque
slo cuando ejercita esa capacidad y de hecho est de
mostrando adquiere su segunda plenitud. La palabra
'plenitud' se dice de dos maneras: una, en el sentido
en que lo es la ciencia, y otra, en el sentido en que lo
es el teorizar. Es evidente que el alma lo es como la cien
cia; y es que teniendo alma se puede estar en sueo o
en vigilia, y la vigilia es anlogo a poseer la ciencia y no
ejercitarla2. Por eso el alma es la plenitud primera del
organismo, la estructura u organizacin que le permite
ejercer sus funciones vitales. La vida es la plenitud se
gunda del organismo, el ejercicio activo de esas capaci
dades. El organismo muerto, que se ha desorganizado,
que ha perdido su alma o capacidad de vivir, no puede
ejercer funcin vital alguna. El organismo vivo, anima
do, que posee su alma, la estructura y organizacin que
posibilita sus funciones vitales, puede ejercerlas o no.
Mientras duerme, no ejerce muchas de ellas (como la
sensacin, el deseo, la locomocin, etc.), pero sigue man
teniendo intacta su capacidad de ejercerlas, su alma.
El alma es inseparable del cuerpo, como la vista del
ojo o la sonrisa de la boca. Cuando el animal se enfra
excesivamente, su estructura se desorganiza irreparable
mente y el animal pierde su capacidad de vivir, su alma,
y muere. Con la muerte del animal desaparece su alma.

26 Ibid, 412 a 27.


27 Ibid, 412 a 22.
268 Historia de la filosofa, 4

Todos los anmales son, como individuos, mortales. Slo


como especie pueden alcanzar algo comparable a la in
mortalidad, reproducindose generacin tras generacin,
y as manteniendo la especie. Para todos los vivientes
que son perfectos es decir, que ni son incompletos ni
surgen por generacin espontnea la ms natural de
las funciones consiste en producir otro viviente seme
jante a s mismos si se trata de un animal, otro ani
mal, y si se trata de una planta, otra planta, con el
fin de participar de lo eterno v lo divino en la medida
en que les es posible: todos aspiran a ello y con tal fin
realizan cuantas acciones emprenden naturalmente 28.
De todos modos, Aristteles sigui conservando siem
pre una cierta nostalgia por la mtica inmortalidad de la
que haban hablado las religiones mistricas, los pitag
ricos y Platn, En un breve y oscuro pasaje39 distingue
la intuicin intelectual (nos) pasiva de la activa. Y aa
de que aunque cada humn tiene su propia intuicin
pasiva, que muere con l, como el resto de su alma y
de sus capacidades psquicas, la intuicin intelectual ac
tiva es algo impasible, inmortal y eterno. Esa alusin
a una intuicin intelectual activa y eterna ha dado lugar
a todo tipo de interpretaciones. Muchos comentaristas
la han identificado con el motor inmvil del universo
(la abstrusa divinidad aristotlica). Cada vez que tenemos
una intuicin-intelectual, es como si una chispa divina
se encendiese en nosotros, Al morir, esa chispa retorna
ra a la divinidad. De todos modos, otros comentaristas
no estn de acuerdo con esa interpretacin. Lo ms pro
bable es que el propio Aristteles no supiera muy bien
lo que quera decir, pues, cuando tena claras sus pro
pias ideas, lograba tambin expresarse con gran claridad
y precisin.
La obra Sobre el alma (Perl psykhs) est dividida
en tres libros. En el primero critica Aristteles las opi
niones de sus predecesores sobre el alma. En el segundo

28 Ibid, 415 a 26.


23 Perl psykhs, III, 430 a 1 0 -2 5 .
10. Zoologa 269

ofrece su propia definicin del alma y, adems, analiza


los cinco sentidos: vista, odo, olfato, gusto y tacto. En
el tercero trata de la sensibilidad comn, la imaginacin,
el deseo, la locomocin y el pensamiento. En l hace
tambin la extraa afirmacin sobre la intuicin intelec
tual activa y eterna, a la que acabamos de referirnos. En
conjunto, se trata de la ms abstracta de sus obras zool
gicas, y en ella realiza un importante esfuerzo de sntesis
para ofrecemos algo as como una biologa general.
11. Etica

11.1. El sentido de la tica

Cada animal posee un carcter (ethos) determinado,


un repertorio caracterstico de tendencias y apetitos, que
gobierna su conducta. Tambin el animal humano tiene
su carcter, pero adems de carcter tiene la capacidad
de pensar, la cual, al tiempo que le abre inditas posibi
lidades de accin, complica su vida con constantes pro
blemas de deliberacin y decisin. As como el carcter
de los otros animales quedaba estudiado en las obras
zoolgicas, el carcter humano, constantemente interfe
rido y mediatizado por el pensamiento, era objeto de
un tratamiento especfico, conocido con el nombre de
tica (thik).
Se han conservado tres obras distintas de Aristteles
dedicadas a la tica, correspondientes a las tres etapas
principales de su vida. La primera de ellas, paradjica
mente llamada Gran Etica (Ethikd tnegla), aunque es
la ms corta de las tres, presenta claras semejanzas lin
gsticas con sus otros escritos de la poca de la Akade-
270
11. Etica 271

ma. La segunda, la Etica Endemia (Ethikd Eudemeia),


es la que ms tiende al esquematismo sistemtico. La
tercera y ltima, la Etica a EEkmakhos (Ethikd Ni-
komkheia), quiz as llamada en honor de su hijo Nk-
makhos, que muri joven, es una de las obras ms cui
dadas y mejor escritas de Aristteles. Sin duda fue re
dactada durante su ltima estancia en Atenas.
Aunque cada una de estas obras tiene sus propias
caractersticas, en todas ellas se expone bsicamente la
misma concepcin de la tica, una moral teleolgica, en
la que lo bueno para el humn consiste en aquello que
conduce a su felicidad. Puesto que la Etica a Nikmakbos
constituye la exposicin ms elaborada y madura de esas
ideas comunes a los tres cursos, en lo que sigue nos
limitaremos a ella.
Platn haba pretendido sentar la tica sobre bases
slidas, apartndola del relativismo confuso en que ha
ba cado en manos de los sofistas y convirtindola en
una ciencia exacta, como la geometra. La tica sera la
ciencia del bien en s mismo, de la forma eterna de bien,
de la cual nosotros y nuestras acciones imperfectamente
participamos. La tica quedara as reducida a la teora
de las formas, como el conocimiento de la forma del
bien. Armado con ese conocimiento, el filsofo sera el
llamado a gobernar, organizando la vida de sus cong
neres de tal modo que la forma del bien se realizase
en ellos en la mayor medida posible.
Aristteles rechaza en su tica la existencia de formas
separadas, lo cual dice le resulta penoso, por ser
amigos nuestros los que han introducido las formas 1t
pero, como buenos filsofos, aun siendo amigos de Pla
tn, hemos de ser todava ms amigos de la verdad. Y
la verdad es que no hay algo as como el bien en s o
forma universal del bien. Por lo pronto, y para empe
zar, el bien (to agathn) es una palabra equvoca, tan
equvoca como el verbo ser, pues el bien se dice de

1 Etbika Nikomkbeia, I, 1096 a 12.


272 Historia de la filosofa, 4

tantos modos como el ser es decir, segn las diversas


categoras. As, el bien se puede decir de dios o la in
teligencia (en la categora de lo que algo es), de las vir
tudes (en la categora de cual), de lo mesurado (en la de
cunto), de lo oportuno (en la de cundo), etc. Pero no
hay una ciencia nica de todos estos bienes, ni siquiera
de los que caen dentro de la misma categora. As, el
bien segn la categora del cundo lo oportuno es
tema de la estrategia si se refiere a la guerra, de la medi
cina, si a la salud, etc.
De hecho, nadie busca el bien en s, sino su propio
bien. El bien en s no existe. Y aunque existiera, el hu
man no podra alcanzarlo ni adquirirlo, por lo que no
resolvera las cuestiones que nos interesan, relativas al
bien distinto en cada caso que buscamos y podemos
adquirir.
Una vez bajada la tica de los cielos platnicos a la
Tierra, lo primero que hay que constatar es que la tica
no es una ciencia, sino una reflexin prctica, encaminada
a la accin. Esta investigacin es una cierta indagacin
poltica... y el fin de la poltica no es el conocimiento,
sino la accin 23. Y el presente tratado no es terico
como los otros, pues no investigamos para saber qu es
la virtud, sino para ser buenos \ Al estudiar la praxis,
somos como el carpintero, que slo se interesa por el
ngulo recto en la medida en que ste le es til para su
obra y no como el gemetra, que lo estudia cientfica
mente. Y puesto que la tica no es ciencia, no hace falta
buscar causas ni ofrecer demostraciones, sino que bastar
con indicar los hechos que nos interesen, y aun esto
sin mucho rigor. En efecto, hablando de cosas de esta
ndole... hemos de darnos por contentos con mostrar la
verdad de un modo tosco y esquemtico, hablando slo
de lo que ocurre por lo general... Es propio del hombre
instruido buscar la exactitud en cada gnero de conoci-

2 Ibid, 1096 a 23.


3 Ibid, 1094 b 10; 1095 a 6.
1 Ethika Nikomkbeia, II, 1103 b 26.
11. Etica 273

mentos en la medida en que la admite la naturaleza del


asunto; evidentemente, tan absurdo sera permitir que
un matemtico empleara la persuasin como reclamar de
mostraciones a un retrico5.
Volviendo la vista a nuestro alrededor, lo primero
que observamos es que todas las decisiones se toman y
todas las acciones se realizan en funcin de un fin, de
un bien que se persigue.

11.2. El bien y la felicidad

El bien de una accin es su fin, Pero el fin que bus


camos es distinto en cada actividad y en cada tcnica.
El fin de la medicina es la salud; el de la estra
tegia, la victoria; el de la construccin naval, el
barco, etc. Entre los fines, los hay que perseguimos por
s mismos, y los hay tambin que buscamos como medios
o instrumentos para conseguir otros, que por tanto son
ms importantes que ellos. En general, el fin que que
remos por s mismo es mejor que el que slo buscamos
como medio para conseguir otro. Si hubiera un bien
que fuera el fin universal, en funcin del cual elegise-
mos todos los otros fines, ese bien sera el bien supremo
del hombre, el blanco al que, como arqueros, apuntara
mos el arco de nuestras vidas.
Todo el mundo est de acuerdo en que el bien su
premo del hombre es la felicidad (eudaimona), pues
buscamos la felicidad por s misma y por ninguna otra
cosa, mientras que todo lo dems lo buscamos por ella.
La felicidad es el fin ltimo, perfecto y suficiente de
cada humn. Ahora bien, qu es la felicidad? La feli
cidad es una cierta vida, la buena vida.
El acuerdo se acaba cuando uno pregunta en qu con
siste esa buena vida, y, por tanto, en qu consiste la
felicidad. Unos, identificando el bien con el placer, creen
que la felicidad consiste en la vida voluptuosa. Otros,

5 Eibik Nikomkheia, I, 1094 b 19.


274 Historia de la filosofa, 4

poniendo el bien en las riquezas, consideran que la fe


licidad estriba en la vida de negocios. Otros, ms finos
que los anteriores, ponen el'bien en los honores y pien
san que la felicidad estriba en la vida poltica. Pero todos
ellos se equivocan.
Los que buscan los honores tratan con ello de persua
dirse a s mismos de que son buenos. Pero entonces el
verdadero fin sera la bondad y no los honores. Las
riquezas tienen carcter meramente instrumental, pues
nos sirven para conseguir otras cosas, que son las que de
verdad nos importan. Y el bien no puede identificarse
con el placer, pues hay placeres malos y bienes no pla
centeros (como la intervencin quirrgica que nos libra
de la enfermedad).
De todos modos, es cierto que la ausencia completa
de riquezas y placeres es incompatible con la felicidad,
que no consiste en estos bienes, pero los supone. Todos
creen que la vida feliz es agradable y con razn meten
el placer en la trama de la felicidad... Por eso el hombre
feliz necesita de los bienes corporales y de los externos
o de fortuna... Los que afirman que el que sufre tortu
ra o el que ha cado en grandes infortunios puede ser
feliz s es bueno, no saben lo que dicen6.
El bien de cada cosa consiste en su rgon, en su fun
cin propia. El bien del cuchillo consiste en cortar, el
del ojo en ver, el del ala en volar, etc. El bien del hu-
mn consiste tambin en su rgon, en la realizacin de
su funcin propia, en desarrollar una cierta actividad. La
felicidad no es una mera posesin o hbito o potencia,
por excelente que sea, pues estas cosas se tienen incluso
mientras se duerme o se permanece inactivo. Pero la
felicidad es una actividad. Del mismo modo que en los
juegos olmpicos no son los ms hermosos ni los ms
fuertes los que alcanzan la corona, sino los que compi
ten (pues de entre ellos surgen los vencedores), as
tambin las cosas hermosas y buenas que hay en la vida
slo las alcanzan los que actan certeramente; y la vida

s Ethika Nikomkheia, VII, 1153 b 14.


11. Etica 275

de stos es agradable por s misma 7. Quines actan


certeramente?,Los que actan conforme a la arete. La
vida de stos no necesita en modo alguno del placer
como de una especie de aadidura, sino que tiene el pla
cer en s m ism a89.
La arete de un animal, de una profesin o actividad
es la capacidad o excelencia caracterstica de ese animal,
de esa profesin o actividad. La arete navegatoria es la
capacidad de navegar bien, la excelencia en el navegar.
La felicidad es la actividad propia del human completa
mente desarrollado y no truncado, disminuido o perver
tido, la actividad del human en su plenitud, del humn
que posee la perfecta arete humana, que funciona bien
como humn, que realizar su rgon propio. La felicidad
estriba, pues, en una cierta actividad conforme a la
arete o virtud perfecta. Y no una actividad espordica,
sino una que se alargue la vida entera, porque una go
londrina no hace verano, ni tampoco un solo da o poco
tiempo hacen a uno venturoso y feliz s.
En resumen, la felicidad ha de consistir en una acti
vidad conforme a la arete, ha de durar toda la vida y ha
de ir acompaada de circunstancias externas mnimamen
te favorables. Es feliz el que acta conforme a la arete
perfecta y est suficientemente provisto de bienes ex
ternos durante toda su vida 10.

11.3. ha arete

Todo objeto, todo animal, toda profesin, tiene su


funcin, su rgon. La funcin del- cuchillo es cortar, la
funcin del escultor es esculpir; la del mdico, curar, et
ctera. El cuchillo que corta bien es un buen cuchillo,
tiene la excelencia o eficiencia (arete) propia del cuchillo.
El mdico que cura bien es un buen mdico, tiene la
7 Ethika Nikomkheia, I, 1099 a 4.
8 Ibid, 1099 a 17.
9 Ibid , 1098 a 18.
10 Ibid, 1101 a 14.
276 Historia de la filosofa, 4

excelencia o eficiencia propia del mdico. La bondad es


la eficiencia o funcionalidad. Algo o alguien es bueno
o malo respecto a una funcin segn que la realice bien
o mal, segn que posea o no la correspondiente eficiencia
o virtud. El buen cuchillo es el que corta bien; el buen
mdico, el que cura bien; el buen human, el que vive
bien.
Con frecuencia se traduce arete por virtud, pero en
tonces hay que entender virtud como eficiencia o exce
lencia, como cuando hablamos de un virtuoso del violn
es decir, de alguien que toca muy bien el violn o
de un chiste que tiene la virtud de hacer rer a cuantos
lo oyen que es eficaz provocando la risa, que es en lo
que consiste la funcin del chiste.
El human tiene diversas funciones, segn su edad,
sexo, condicin, profesin, etc. Segn que las realice
o ejecute bien o no, poser o no las correspondientes
virtudes o eficiencias. As hay una arete del marido y
otra de la mujer, una arete del padre y otra del hijo,
una arete del amo y otra del esclavo, una arete del m
dico y otra del poltico, una arete del guerrero en la
batalla y otra del invitado en el banquete. Cada uno tiene
en cada situacin una funcin que puede desempear
bien o mal, y en cada una de esas fundones se puede
alcanzar la eficiencia, la excelencia, la arete.
Junto a las eficiencias particulares en diversas situa
ciones y profesiones, Platn y Aristteles se preguntaron
por la eficiencia o virtud o arete del human en cuanto
tal. Esta arete humana consistir en la excelencia o efi
ciencia en la ejecucin de la funcin propia del human
en cuanto tal, del rgon propio del humn. La arete
humana es el hbito por el cual el humn se hace bueno
y por el cual ejecuta bien su funcin propia 11.
La funcin o rgon del humn es muy compleja. Por
lo pronto, el humn es una entidad compuesta de materia
y forma, de cuerpo y alma. Los diversos rganos del
cuerpo tienen sus funciones propias la funcin del ojo

11 Etkika 'Nikotnkheia, IX, 1106 a 20.


11. Etica 277

es ver; la de las piernas, correr; la del estmago, dige


rir, etc., y, si funcionan bien si el ojo ve bien, las
piernas andan bien, el estmago digiere bien, etc. el
human poseer tambin sus correspondientes virtudes o
excelencias. As, el corredor es un virtuoso del correr,
posee en grado eminente la virtud o arete del correr,
ejecuta eficaz v excelentemente su funcin de correr. El
alma tiene tambin sus funciones propias, y stas son las
que interesan a Aristteles en la tica.
Aristteles distingue en el alma tres partes funda
mentales: una parte responsable de las funciones (nutri
cin, crecimiento y reproduccin) comunes a todos los
seres vivos, incluidas las plantas; otra parte sensitiva
y aperitiva, que slo tienen los animales; y otra parte
pensante, que slo tienen los humanes. La parte sensitiva
y apetitiva del human est ms o menos influida por la
parte pensante, y de esa interferencia surgen los proble
mas morales, que no se plantean a los dems animales,
incapaces de pensar.
La parte apetitiva del alma, sede de las tendencias
y deseos, recibe el nombre de ethos o carcter. La parte
pensante del alma recibe el nombre de dinoia o pensa
miento. Cada una de estas dos partes tiene sus funciones
caractersticas, que puede ejecutar bien o mal. A cada
una de estas funciones corresponder una virtud o arete,
que consistir en la eficiencia o excelencia en su ejecu
cin. Las virtudes correspondientes al carcter o ethos
son las virtudes ticas o morales. Las virtudes correspon
dientes al pensamiento o dinoia son las virtudes dia-
noticas o intelectuales.

11.4. Las virtudes ticas

El alma humana no es un cajn de sastre de partes


sueltas, sino un todo orgnicamente estructurado. En es
pecial, el carcter, la parte apetitiva y volitiva del humn,
est naturalmente subordinado a la parte pensante o ra
zn, Si el humn funciona bien como un todo, sus de-
278 Historia de la filosofa, 4

seos sern controlados y dirigidos por su pensamiento.


Si funciona mal, sus deseos se descontrolarn y escaparn
a la direccin de la razn. As como el brazo del para
ltico o del epilptico, que no obedece a la razn, fun
ciona mal, as tambin los deseos que no obedecen a la
razn representan un defecto de funcionamiento del hu
man. La virtud o arete moral consiste, pues, fundamen
talmente, en el control de la parte volitiva del humn
por su parte pensante.
Aristteles es el primer filsofo que analiza cuidado
samente la accin humana. Distingue entre la volicin
(bols), que marca los fines; la deliberacin (boleu-
sis), que sopesa los medios, y la decisin (proatrests),
que conduce directamente a la accin.
La volicin persigue el bien como fin, y, por tanto,
respecto a los fines no hay deliberacin ni eleccin, El
objeto de la volicin es el bien, tal como ste aparece a
cada uno. Si uno est enfermo, pervertido o disminuido,
le aparecer como su bien algo que en realidad no es lo
que por naturaleza constituye su bien. Por ello lo mejor
ser fiarse de algn hombre egregio (spoudaios), entero
y honrado que uno conozca, pues lo que a l le parezca
el bien ser tambin lo que por naturaleza es el bien.
El hombre egregio juzga bien todas las cosas y en todas
se le muestra la verdad..., siendo, por decirlo as, el ca
non y la medida de ellas En cualquier caso, no
puede ser objeto de deliberacin el fin, sino slo los
medios conducentes al fin 1213.
La voluntad del humn sano, entero y honrado est
naturalmente orientada hacia su bien y slo cabe deli
berar y decidir sobre los medios para alcanzarlo.
No tiene sentido deliberar ni tomar decisiones sobre
asuntos que escapan a nuestro alcance, sobre cosas que
no est en nuestra mano hacer u omitir. Pero cada
da deliberamos sobre si hacer esto o aquello, y decidi
mos lo que mejor nos parece. Precisamente la decisin

12 Eibika Nikoffkheia, II I , 1113 a 28.


13 Ibid, 1112 b 33.
11. Etica 279

es un deseo deliberado de cosas a nuestro alcance14.


Estas decisiones pueden ser acertadas o equivocadas, bue
nas o malas, segn que estn o no de acuerdo con el
criterio correcto. Si una y otra vez tomamos la buena
decisin, creamos en nosotros el hbito de tomar deci
siones buenas, de decidir conforme al criterio correcto,
Y en ese hbito consiste la virtud moral. Una vez adqui
rido, decidimos bien sin esfuerzo y con toda naturalidad.
Decidir bien es difcil. Fcilmente puede uno pasarse
o quedarse corto, y es difcil dar con el trmino medio
exacto en que consiste la decisin ptima. A las obras
bien hechas no se les puede quitar ni aadir nada, por
que tanto el exceso como el defecto destruyen la perfec
cin, mientras que el trmino medio la conserva... y se
puede errar de muchas maneras..., pero acertar, slo de
una (y por eso una cosa es fcil y la otra difcil, fcil
errar el blanco y difcil acertar) 15.
La virtud o arete moral consiste, pues, en un hbito
de decidir bien y conforme a regla, entendiendo por tal
el apuntar al trmino medio ptimo entre dos extremos.
Desgraciadamente no se trata de la media aritmtica en
tre dos cantidades, que sera una regla precisa. En tica
no hay reglas precisas, sino que mucho depende de cada
uno y de sus circunstancias. No se trata de buscar el
medio objetivo, sino el medio que conviene a cada uno.
La comida adecuada para uno sera demasiado copiosa
para otro y demasiado escasa para un tercero. En estos
temas hay que adquirir experiencia de la vida y dejarse
guiar por el consejo y el ejemplo de algn hombre ra
cional, prudente y experimentado (phrnimos). Con esto
llega Aristteles a su famosa definicin: La virtud es
una disposicin a decidir el trmino medio adecuado
para nosotros, conforme al criterio que seguira el hombre
prudente 16. En definitiva, Aristteles no nos ofrece nin
gn criterio o regla abstracta de accin, sino que nos

14 Ibid, 1113 a 10.


15 Etbika Nikomkheia, II, 1106 b 10; 1106 b 27.
1B Ibid, 1106 b 35.
280 Historia de la filosofa, 4

remite al criterio de algn hombre egregio y prudente,


lleno de inteligencia y experiencia de la vida, que conoz
camos. Sin duda, l se consideraba a s mismo un tal
hombre.
El trmino medio lo es entre dos extremos, uno por
defecto y otro por exceso, que constituyen otros tantos
vicios. A cada una de las mltiples funciones volitivas
corresponde un medio y dos extremos, una virtud o
arete moral y dos vicios. De hecho Aristteles dedica
la mayor parte de las pginas de su Etica a Nikmakhos
a un detallado estudio de estas diversas virtudes y vi
cios, as como a describirlas y darles nombres. El esque
ma siempre es el mismo. Se considera un rea determi
nada de la conducta humana, y respecto a ella se deter
mina el trmino medio (mesles) en que consiste la
virtud, y a continuacin los vicios o extremos, tanto por
defecto (lleipsis) como por exceso (hyperbol).
Respecto a la bsqueda de placeres corporales hay que
huir del vicio por defecto de la abstinencia o insensibili
dad y del vicio por exceso del desenfreno. La virtud o
trmino medio est en la templanza (sphrosyn). A la
hora de arrostrar peligros, los extremos o vicios consis
ten en la cobarda, por un lado, y la temeridad, por otro.
El trmino medio o virtud consiste en la valenta bien
entendida (andrea). En cuanto a gastar nuestro dinero,
el vicio por defecto es la tacaera; el vicio por exceso,
la prodigalidad. La virtud o trmino medio estriba en
la generosidad o liberalidad (eleutherites). Cuando tra
tamos de divertir a nuestros compaeros debemos evi
tar los extremos del desabrimiento y la bufonera, sien
do simplemente graciosos. Y en general, en cualquier
faceta de nuestra conducta debemos huir de los extre
mos irracionales la timidez y la desvergenza, la fa
tuidad y la mezquindad... y buscar siempre el trmi
no medio ptimo para nosotros.
Los sofistas haban discutido hasta la saciedad sobre
si la virtud o arete puede ser enseada o no, s la po
seemos por naturaleza o es una convencin antinatural.
Aristteles zanja rpidamente la discusin con su superior
11. Etica 281

aparato conceptual. El human no tiene la virtud por


naturaleza, pero tampoco es la virtud algo antinatural.
Lo que el humn s tiene por naturaleza es la potencia
lidad de la arel, pero esta potencialidad puede actua
lizarse o no, y esto depende de cada uno de nosotros.
El hbito (hxis) en que consiste la virtud o arete se
forma por la repeticin de actos. Repitiendo muchas
veces actos virtuosos, tomando una y otra vez la deci
sin correcta por reflexin propia o siguiendo el con
sejo del hombre prudente y experimentado , vamos ad
quiriendo el correspondiente hbito de decidir bien, en
que consiste la virtud, que as se incorpora a nosotros
como una segunda naturaleza, que nos permite decidir
bien en lo sucesivo con naturalidad y sin esfuerzo, casi
sin darnos cuenta. Lo mismo pasa con todas las virtu
des, no slo con las morales. Es tocando bien la ctara
una y otra vez consultando si es preciso al citarista
experimentado como adquiriremos el hbito de tocar
la ctara bien y sin esfuerzo, en que consiste la arete
del citarista.
Mediante la repeticin de decisiones y actos adecua
dos actualizamos nuestra potencialidad natural, conver
timos nuestra potencia de arete en acto o forma, pasa
mos a tener la forma cualitativa de la arete, pasamos
a ser virtuosos o eficientes, a poseer el hbito de eje
cutar bien y sin esfuerzo la funcin correspondiente (to
car la ctara, gastar el dinero, administrar nuestra casa,
etctera). Pero lo que slo existe en potencia puede
desarrollarse en direcciones opuestas. El sustrato o en
tidad nosotros puede recibir la forma cualitativa de
que se trate o su contraria. Somos potencialmente bue
nos y potencialmente malos, poseemos en potencia la
virtud y el vicio. Pero somos capaces de decidir libre
mente, podemos elegir. De nosotros depende, por tanto,
qu potencialidad actualicemos. Por eso somos responsa
bles de nuestros hbitos. Una vez habituados, ya es di
fcil dejar el hbito. Pero los actos que han conducido
a adquirir ese hbito los hemos decidido libremente nos
otros.
282 Historia de la filosofa, 4

No se trata de que por naturaleza seamos virtuosos


o viciosos -respecto a una faceta de la conducta deter
minada, y que por eso actuemos as. Al revs, pues
to que vamos realizando, uno a uno, actos del tipo co
rrespondiente, puesto que libremente vamos tomando
decisiones buenas o malas siguiendo o no el criterio
o el consejo del hombre prudente y experimentado,
acabamos adquiriendo los correspondientes hbitos, nos
hacemos virtuosos o viciosos. No hacemos el bien por
que somos buenos, sino al revs, somos buenos porque
hacemos el bien, pues es haciendo el bien como nos ha
cemos buenos.
Hay defectos congnitos del carcter o del cuerpo.
De ellos no somos responsables y, por tanto, no pueden
ser objeto de elogio y censura. Pero los hbitos adqui
ridos, las virtudes o vicios, s pueden ser elogiados o cen
surados, pues somos responsables de ellos. Y no son
slo los vicios del alma los que son voluntarios, sino
en algunas personas tambin los del cuerpo, y por eso
los censuramos. Nadie censura, en efecto, a los que son
feos por naturaleza, pero s a los que lo son por aban
dono y falta de gimnasia 17. Por eso somos responsa
bles de nuestros actos y de nuestros hbitos, por eso
est justificado elogiar a los virtuosos y censurar a los
viciosos, y por eso tiene sentido que el legislador im
ponga premios y castigos a unos y otros, para estimular
a todos a actuar bien.

11.5. Las virtudes dianoticas

En el alma humana hay una parte apetitiva o volitiva


el ethos o carcter y otra parte pensante o cogniti-
va la dinoia o razn. Las virtudes ticas o morales,
las virtudes del ethos, son hbitos de decidir lo mejor
el trmino medio ptimo conforme a regla en cada
caso. Pero el conocimiento de lo mejor es ajeno al ethos

17 Ethika Nikomakheia, II I , 1114 a 22.


11. Etica 283

y procede de la dianota, de la razn. Nuestra razn, a su


vez, funciona correctamente, ejecuta bien su funcin,
cuando posee la arete del pensamiento, que a su vez pue
de articularse en una serie de virtudes diariotcas o sa
beres.
Dentro de la dinoia o parte pensante del alma dis
tingue Aristteles tres tipos de funciones: las funciones
contemplativas o cientficas, las funciones prcticas y las
funciones productivas. Las funciones contemplativas o
cientficas del alma consisten en la contemplacin de lo
que de necesario, universal e inmutable hay en la reali
dad. Tanto las funciones prcticas como las producti
vas se refieren a lo que en la realidad hay de variable
e interferible, y consisten en la determinacin de los
medios ptimos para la obtencin de un fin, fin que en
el primer caso es intrnseco a la accin y en el segundo
extrnseco, un artefacto. A estos tres tipos de funciones
de la dinoia corresponden tres tipos de saberes o virtu
des dianoticas: las contemplativas, las prcticas y las
productivas.
Desde el punto de vista tico, las virtudes dianoticas
ms importantes son las prcticas. A la virtud o arete
prctica por excelencia llama Aristteles phrnsis, pru
dencia o racionalidad. Habamos visto que la virtud mo
ral consiste en actuar conforme a regla adecuada. La
phrnsis o racionalidad prctica es la encargada de esta
blecer la adecuacin de las reglas, de determinar cul
es el curso de accin a seguir, cules son los medios
adecuados para obtener nuestro fin, cul es el trmino
medio ptimo, que no peque por exceso ni por defecto.
Esto puede hacerse bien o mal. El hbito de hacerlo bien,
de dar en el clavo con facilidad, de encontrar el trmino
medio ptimo en cada caso, es la prudencia. Parece
propio del hombre prudente el poder discurrir bien so
bre lo que es bueno y conveniente para l mismo, no en
un sentido parcial, por ejemplo, para su salud o fuerza,
sino para vivir bien en general18. La prudencia en ge-

18 Etkik Nikomkheia., V I, 1140 a 24.


284 Historia de la filosofa, 4

neral se divide en prudencia individual (que se refiere


a uno mismo), prudencia familiar o econmica (que se
refiere a los asuntos del propio hogar), prudencia legis
lativa y prudencia poltica (que se refiere a los asuntos
de toda la polis).
La razn prctica ha de indicar al ethos lo que hacer,
la razn prctica es normativa, Y nuestro ethos, nuestro
carcter, nuestros deseos, han de dejarse controlar y di
rigir por la razn prctica. Precisamente la prudencia o
virtud dianotica propia de la razn prctica marca el
rumbo a las virtudes ticas. Y si nosotros mismos ca
recemos de prudencia, pero queremos adquirir las virtu
des ticas, hemos de seguir las directrices de otro hombre
que s posea la prudencia, de un hombre prudente.
La prudencia no es una ciencia. La ciencia trata de lo
universal, mientras que la prudencia siempre lo es de lo
particular. La prudencia no es el resultado de abstraccio
nes cientficas, que pueden ser captadas fcilmente por
jvenes inteligentes, sino el resultado de larga experien
cia de lo particular. Por eso los jvenes carecen de ex
periencia y necesitan seguir los consejos de algn varn
prudente y experimentado (su padre o su maestro o al
gn conocido honrado). Y por eso los jvenes no sirven
para la poltica, que es una variedad de la prudencia.
Los jvenes pueden ser gemetras y matemticos y sa
bios en cosas de este tipo, y, en cambio, parece que no
pueden ser prudentes. La causa de ello es que la pru
dencia tiene por objeto tambin lo particular, con lo
que uno llega a familiarizarse por la experiencia, y el jo
ven no tiene experiencia, porque hace falta tiempo para
adquirirla 19.
Aunque irrelevantes desde un punto de vista tico, las
virtudes dianoticas ms elevadas son las cientficas o
contemplativas, pues a ellas corresponde la ms alta ac
tividad del humn. El bien y el mal de la funcin con
templativa es la verdad y la falsedad, respectivamente.
La razn contemplativa funciona bien si capta la verdad,

19 Ibid, 1142 a 13.


11. Etica 285

funciona mal si yerra y cae en la falsedad. La virtud o


arete de la razn terica o contemplativa consistir, pues,
en el hbito de captar la verdad respecto a lo que de
universal y necesario hay en la realidad. Este hbito o
virtud recibe el nombre de sabidura (sopha).
La sabidura o virtud dianotica suprema se articula
en otras dos virtudes: intuicin intelectual (nos) y cien
cia demostrativa (episteme). La intuicin intelectual es
el hbito de captar intuitivamente los principios ms ge
nerales que constituyen los axiomas de las ciencias. La
ciencia demostrativa es el hbito de hacer demostracio
nes correctas a partir de los principios. La intuicin in
telectual nos suministra los axiomas; la ciencia demostra
tiva, los teoremas. Juntas constituyen la totalidad de la
ciencia terica, identificada as con la sabidura.

11.6. La vida contemplativa

Las virtudes dianoticas productivas o tcnicas sirven


para la produccin de artefactos. Las virtudes dianoticas
prcticas prudencia, poltica, etc. sirven para en
cauzar nuestra accin de un modo ptimo. Para qu
sirven las virtudes dianoticas teorticas o contemplati
vas?, para qu sirve la ciencia terica? Para nada res
ponde Aristteles . En el siglo xx pensamos que la
ciencia terica es la base de la tecnologa. Nada ms ale
jado de la mentalidad griega. La ciencia terica no sirve
para nada, es un puro lujo, el ms excelso de los lujos,
el lujo por excelencia del hombre en su plenitud. La cien
cia terica no es medio para nada, sino que es el fin
ltimo del human, pues en ella consiste la mxima feli
cidad que puede alcanzar. Lo cual nos retrotrae al tema
de la felicidad, tema con el que se inicia y en el que
culmina la tica de Aristteles.
El ejercicio de toda actividad produce placer. El comer
produce placer, y tanto ms cuanto mejor sea lo que
comemos. El ver, el or, el palpar producen placer, y
tanto ms cuanto ms excelente sea lo que vemos, omos
286 Historia de la filosofa, 4

o palpamos. El placer perfecciona la actividad, no como


la disposicin que le es inherente, sino como cierta con
sumacin a que ella misma conduce, como la juventud a
la flor de la vida 20. El pensar, el sentir, el hacer, toda
actividad natural es fuente de goce. Cmo, entonces,
nadie est gozando continuamente? Es que nos cansa
mos? Efectivamente, todas las facultades humanas son in
capaces de estar en continua actividad. Por tanto, tam
poco entonces se produce placer, ya que el placer sigue
a la actividad... Todos aspiran al placer, porque todos
desean vivir; pues la vida es una actividad, y cada uno
se ejercita en y con aquello que ms ama: el msico
oyendo melodas..., y como el placer perfecciona las ac
tividades, perfecciona tambin la vida, que todos de
sean 21. Cada animal tiene un placer que le es pro
pio..., a saber, el que corresponde a su actividad22.
As, tambin, el humn tiene tantos placeres como acti
vidades. Pero hay actividades que se ejecutan en funcin
de otras, mientras que algunas se realizan por s mismas,
y stas son las ms valiosas y agradables.
Es absurdo pensar que la vida feliz consiste en el des
canso o la diversin, pues slo descansamos y nos diver
timos para mejor poder realizar alguna actividad. La fe
licidad no estriba en el dormir, sino en el estar activo,
con la actividad ms autosufidente, ms buscada por s
misma, ms intil, ms placentera y ms divina, aplicada
al ms perfecto de sus objetos. Pero esa actividad es
precisamente la contemplacin, la ciencia terica. La m
xima felicidad del hombre estriba en vivir dedicado a la
contemplacin, en la vida contemplativa (bos tbedr-
tiks).
Hacemos la guerra para tener paz. Y nos afanamos
en la paz para tener ocio. Ni la guerra, ni la poltica, ni
el afn son fines ltimos, sino medios para obtener
ocio. Ahora bien, para qu queremos el ocio? Lo me

20 Ethik Nikotnkbeia, X , 1174 b 32.


21 Ibi, 1175 a 4.
22 Ibid, 1176 a 3.
11. Etica 287

jor que podemos aspirar a hacer es dedicarnos a la con


templacin o ciencia terica. La actividad contempla
tiva de la inteligencia... no aspira a ningn fin distinto
de s misma, tiene su placer propio (que aumenta la ac
tividad), posee la autarqua, el ocio y la ausencia de fa
tiga y todas las dems cosas caractercticas del hombre
dichoso. Esta actividad constituira la perfecta felicidad
del hombre, si ocupara cada instante de su vida... Tal
vida, sin embargo, sera demasiado excelente para el hu-
mn. No vivira en esa manera en cuanto human, sino
en cuanto que en l hay algo de divino 23.
La felicidad del hombre consiste en la vida contempla
tiva. Por eso los animales y los nios, que son incapaces
de ella, no pueden ser felices. Hasta donde se extiende
la contemplacin se extiende tambin la felicidad, y los
que tienen la facultad de contemplar ms son tambin
los ms felices... La felicidad consiste en la contempla
cin. Sin embargo, el contemplativo, por ser un human,
tiene necesidad de bienestar externo, ya que nuestra
naturaleza no se basta a s misma para la contempla
cin, sino que necesita de la salud del cuerpo, del ali
mento y de los dems cuidados 24.
El ideal de la vida feliz consiste, pues, en tener solu
cionados los problemas materiales inmediatos y dedicar
el ocio disponible a la ciencia terica, a la contempla
cin de lo que de universal y necesario hay en la reali
dad. Aristteles mismo realiz en gran medida este ideal,
por lo que podemos considerarlo feliz.
De todos modos hay que reconocer que al sublime
ideal de la vida contemplativa no pueden acceder todos
los humanes. Ni las pasivas mujeres, ni los torpes escla
vos, ni los artesanos y campesinos, embrutecidos por el
trabajo manual, pueden aspirar a la felicidad humana en
su mxima expresin. De hecho en las confusas etnias
y los despticos reinos de los brbaros nadie realiza la
vida contemplativa. Todos son como esclavos, incluso el

23 Ibid, 1177 b 19.


24 Ibid, 1178 b 29.
288 Historia de la filosofa, 4

mismo dspota, esclavo de sus mediocres placeres sensua


les y de su ambicin, incapaz de apreciar la vida cient
fica, que nunca ha catado. Pero en la polis griega, co
munidad autnoma de hombres libres, es posible con
un poco de suerte-que en algunos ciudadanos (los me
jores) se desarrolle y florezca la vida contemplativa, la
ciencia terica, alcanzando as la naturaleza humana su
plenitud. Posibilitar esa plenitud, proporcionar a una
capa suficientemente amplia y virtuosa de hombres li
bres las condiciones de ocio, tranquilidad y recursos (mo
derados, pues los excesivos ms bien estorban) que hagan
posible el florecimiento de la vida intelectual: he ah
la ms alta misin de la polis y la raz del inters aris
totlico por su estudio.
12 . Poltica

12.1. La comunidad domstica

El human no puede vivir aislado. Slo en comunidad


satisface sus necesidades, se desenvuelve y actuali
za plenamente su forma. Quien vive aislado puede ser
una bestia o un dios, pero no un humn.
Todo comunidad tiende a su fin. Y la comunidad ms
elemental, que es la comunidad domstica, tiende al fin
ms elemental, que consiste en la satisfaccin de las ne
cesidades cotidianas. El saber prctico que tiene la co
munidad domstica o casa (okos) como objeto es la oiko-
nomia, la economa.
La casa o comunidad domstica es una comunidad com
puesta de elementos heterogneos, de humanes de diver
sa edad, sexo y condicin. Pero no es un mero conglo
merado, en que cada elemento vaya a su aire, sino una
unidad natural u orgnica, orientada a un fin propio, que
es su bien, y en que la funcin de cada elemento est
subordinada a la del conjunto. Por eso ha de haber un
elemento rector. En todo aquello que consta de varios
289
290 Historia de la filosofa, 4

elementos y llega a ser una unidad comn... aparecen


siempre el rector y el regido1. Todas las unidades natu
rales presentan esa divisin de funciones, al menos en la
medida en que funcionan bien, conforme a su naturale
za, y no estn enfermas o pervertidas. As, el animal es
un compuesto natural de alma y cuerpo, donde el alma
es por naturaleza el elemento rector, y el cuerpo, el re
gido. Incluso en el alma humana podemos observar una
divisin interna natural, en la que la inteligencia es la
que manda y el apetito, el que debe obedecer.
El elemento rector de la comunidad domstica es el
hombre libre adulto, el dueo de la casa. Los elementos
regidos son la mujer de la casa, los infantes y los escla
vos. Las relaciones de dominio del dueo de la casa con
estos otros miembros de la comunidad domstica son na
turales, pero distintas. El es marido de su mujer, padre
de sus infantes y amo de sus esclavos.
La relacin de marido a mujer es natural, no conven
cional. En todas las especies animales el macho y la hem
bra se unen por su tendencia natural a reproducirse. Del
mismo modo tienden a unirse el hombre y la mujer con
vistas a la generacin, y ello no ocurre en virtud de una
decisin, sino por naturaleza. Una vez constituida as
la unin de ambos, en la naturaleza del hombre est el
asumir la direccin de la pareja, y en la de la mujer el
someterse a ella. Tratndose de la relacin entre ma
cho y hembra, el primero es superior y la segunda in
ferior por naturaleza; el primero rige, la segunda es re
gida \
La relacin del padre con sus infantes es igualmente
natural y se parece a la relacin de los antiguos reyes
con sus sbditos. El rey era de la misma estirpe que sus
sbditos, pero ms venerable que ellos. As tambin el
padre es de la misma estirpe que los hijos, pero de ms
edad y prudencia que ellos, y as destinado por natura
leza a dominarlos por su propio bien.12

1 Polkik, I, 1254 a 28.


2 Ibid, 1254 b 13.
12. Poltica 291

Ms problemtica pareca la relacin del amo con sus


esclavos, que sofistas y cnicos consideraban convencio
nal. Aristteles dedica el primer libro de la Poltica a
establecer que esta relacin es natural.
En toda comunidad domstica ha de haber quien pre
vea las necesidades y d las rdenes oportunas, y quien
lleve a cabo esas rdenes. El que es capaz de prever
con el pensamiento es naturalmente jefe y seor, y el
que puede ejecutar con su cuerpo esas previsiones es
sbdito y esclavo por naturaleza; por eso, el seor y el
esclavo tienen los mismos intereses 3. En efecto, s am
bos cumplen bien su funcin, todos vern satisfechas
sus necesidades cotidianas, lo cual constituye el fin de
la comunidad domstica.
El dueo de la casa tiene la responsabilidad de que
la comunidad domstica alcance su fin, ha de cumplir
con su funcin, ha de realizar su obra. Pero para realizar
su obra que en definitiva es la vida y el bienestar
necesita instrumentos. Los instrumentos pueden ser inani
mados o animados. As, el timonel de la nave utiliza el
timn como instrumento inanimado y el viga de proa
como instrumento animado. En general, hay instrumen
tos de produccin o herramientas como la lanzadera,
que sirve para tejer telas e instrumentos de uso o
posesiones como el vestido, que sirve para ponrselo .
El fin de la produccin es algo extrnseco a ella misma,
el producto. El fin de la accin es ella misma. La vida
es accin. Y el dueo de la casa necesita instrumentos
para la accin. Los esclavos son precisamente los instru
mentos animados de que dispone el dueo para la ac
cin, por eso le pertenecen y forman parte de sus pro
piedades.
El esclavo por naturaleza carece de la inteligencia ade
cuada para conocer y ordenar las cosas con prudencia y
sabidura. Slo dispone de su fuerza corporal, como los
animales domsticos, de los que se diferencia porque
posee alguna inteligencia, la suficiente para entender y

3 Ibid, 1252 a 31.


292 Historia de la filosofa, 4

acatar las rdenes. Todos aquellos cuyo rendimiento es


el uso del cuerpo, y esto es lo mejor que pueden apor
tar, son esclavos por naturaleza, y para ellos es mejor estar
sometidos... Pues es naturalmente esclavo el que es ca
paz de ser de otro (y por eso es realmente de otro) y
participa de la razn en medida suficiente para recono
cerla, pero sin poseerla, mientras que los dems animales
no se dan cuenta de Ja razn, sino que obedecen a sus
instintos. En la utilidad difieren poco: tanto los esclavos
como los anmales domsticos suministran lo necesario
para el cuerpo. La naturaleza quiere sin duda establecer
una distincin entre los cuerpos de los libres y los de
los esclavos, haciendo los de stos fuertes para los tra
bajos serviles y los de aqullos erguidos e intiles para
tales menesteres, pero tiles en cambio para la vida po
ltica \ Y si los cuerpos ya se diferencian, mucho ms
las almas.
Ahora bien, los que atacan la institucin de la escla
vitud como convencional tienen algo de razn. En efecto,
esclavo se dice de dos maneras: por naturaleza y por
ley o convencin. A veces como consecuencia, por ejem
plo, de una guerra entre helenos hombres que por na
turaleza son libres y hechos para el mando y la poltica
caen prisioneros y son reducidos al status de esclavos.
Tienen cuerpo y alma de libres, pero por convencin y
ley de guerra pasan a ser esclavos. Lo mismo ocurre con
los libres. Hay quien legalmente anda lbre por ah, pero
cuya falta de inteligencia y prudencia lo hace ser escla
vo por naturaleza. En general, los helenos son libres por
naturaleza, mientras que los brbaros son esclavos por
naturaleza. Lo natural sera que los griegos dominasen
a los brbaros y que los brbaros fuesen sus esclavos,
aunque no quisieran. Por eso el arte de la guerra...
debe utilizarse frente... a los hombres que, habiendo
nacido para ser regidos, no quieren serlo, porque esta

1 Ibid, 1254 b 18.


12. Poltica 293

clase de guerra es justa por naturaleza s. Incluso puede


decirse que brbaro y esclavo son lo mismo por natu
raleza 56. Con estas ideas en la cabeza, es de suponer que
Aristteles animara a su pupilo Alxandros Megas en
sus designios de conquista de Asia.
En la antigedad la esclavitud era una institucin uni
versal.' Aristteles parece haber tenido una vida doms
tica muy satisfactoria. Fue feliz con sus dos mujeres y
cordial con sus esclavos. En su testamento concede la
libertad a algunos de estos ltimos y determina que los
hijos de sus esclavos no sean en ningn caso vendidos,
sino que sirvan a sus herederos hasta que lleguen a adul
tos, en cuyo momento se les dar la libertad. Aristte
les dice tambin que el amo y el esclavo que por na
turaleza merecen serlo tienen intereses comunes y amis
tad recproca7, y que se equivocan los que no dan ra
zones a los esclavos y declaran que slo debemos darles
rdenes8. Sera no slo anacrnico, sino' tambin un
poco farisaico, enjuiciar demasiado severamente a Arist
teles por su defensa de la esclavitud. De hecho los escla
vos eran los servidores domsticos y hasta hace poco lo
normal en nuestra sociedad era que todas las familias
de clase media tuvieran sus criadas, que no se diferen
ciaban tanto de los antiguos esclavos. La vida de los
esclavos que trabajaban en las minas s que era muy dura,
pero tambin lo era la de los mineros y obreros del siglo
pasado. Si hoy hemos podido eliminar esas lacras socia
les, ello se ha debido ms al progreso tcnico que al
moral. En gran parte hemos sustituido los esclavos por
las mquinas. Ya el mismo Aristteles haba pensado en
tal posibilidad. Si todos los instrumentos [inanimados]
pudieran cumplir su cometido obedeciendo las rdenes
de otro o anticipndose a ellas..., si las lanzaderas tejie
ran solas..., los amos no necesitaran esclavos9.
5 Ibid, 1256 b 23.
6 Ibid, 1252 b 9.
7 Ibid, 1255 b 12.
8 Ibid, 1260 b 5.
9 Ibid, 1253 b 33.
294 Historia de la filosofa, 4

12.2. Comercio y dinero


El saber prctico econmico (oikonomik) se refiere
a la utilizacin de los bienes domsticos. Pero estos bie
nes hay que adquirirlos. La comunidad domstica nece
sita esclavos, animales domsticos, aperos, alimentos, la
na y otros recursos. El saber prctico referente a la ad
quisicin de tales recursos o khremata se llama khrema-
tistik, crematstica. Ahora bien, hay que distinguir dos
tipos de crematstica: la domstica y la comercial.
La crematstica domstica tiene por objeto la adquisi
cin de los recursos necesarios (alimentos, vestidos, et
ctera) para la vida en la comunidad domstica, que es
la unidad natural de produccin. Tales recursos necesa
rios para la vida domstica siempre son limitados. Hace
falta una determinada cantidad de ellos, y nada ms.
Una casa bien llevada tiene siempre lo que necesita, pero
no se dedica a acumular riquezas.
La crematstica de cambio tiene por objeto el dinero.
En efecto, los comerciantes se dedican al cambio de unos
productos por otros. Pero el cambio de objetos hetero
gneos en lugares diversos devino pronto complicado y
engorroso, por lo que hubo que inventar el dinero para
simplificarlo. La crematstica domstica se sirve a veces
del dinero para obtener un fin extrnseco, lo necesario
para la vida. Pero la crematstica de cambio tiene el di
nero y su aumento como fin. Por eso la riqueza doms
tica tiene un lmite, sealado por las necesidades de la
casa, mientras que la riqueza a que aspiran los que se
dedican al cambio es ilimitada, pues no persiguen otro
fin que el aumento indefinido de su caudal de dinero.
Pero el dinero no es nada natural, sino que slo vale por
convencin. Aun siendo rico en dinero, puede uno con
frecuencia verse desprovisto del alimento necesario, y
sin duda es una extraa riqueza sta que no impide que
quien la posee en abundancia se muera de hambre, como
cuentan de aquel famoso Midas a quien por su codiciosa
peticin todo lo que tocaba se le converta en oro10.
10 Ibid, 1257 b 13.
L2. Poltica 295

Hay tres clases de crematstica de cambio: el comer


cio, en que se intercambian bienes reales por dinero; el
trabajo asalariado, en que se intercambia trabajo por
dinero, y el crdito con inters, en que se intercambia
dinero por dinero. Aristteles, como buen terrateniente,
senta antipata por el trfico comercial, tan poco natural,
por el trabajo asalariado (o bien a uno no le corresponde
trabajar por naturaleza y entonces no lo hace; o s le
corresponde, y entonces debe hacerlo gratis, como escla
vo) y, sobre todo, por el crdito con inters, que es abo
rrecible, pues el dinero se hizo para el cambio, y el in
ters por s slo produce ms dinero..., el inters viene
a ser dinero de dinero; de suerte que de todas las clases
de trfico ste es el ms antinatural 11.
Estas consideraciones aristotlicas se encuentran en el
primer libro de la Poltica, de redaccin bastante tempra
na. Su actitud negativa hacia el comercio y en parti
cular hacia el crdito con inters, cuya funcin no haba
entendido, revelan cierta incomprensin de los temas eco
nmicos. De todos modos, en su ltima poca en el
libro V de la Etica a Nikmakhos Aristteles volvi a
meditar sobre la funcin del dinero, esta vez con mayor
simpata por la actividad comercial y con notable pers
picacia, sobre todo teniendo en cuenta que fue el primer
autor que se ocup de analizar (por someramente que
fuera) los hechos econmicos.
La sociedad se basa en el intercambio de bienes y
servicios. El arquitecto construye casas; el zapatero, san
dalias; el mdico, cura; el maestro de gimnasia, entrena.
Pero esos bienes y servicios no son directamente inter
cambiables. Una casa vale ms que un par de sandalias.
Y, en general, lo que uno da, exporta u ofrece vale
ms o menos rara vez exactamente lo mismo que lo
que uno recibe, importa o pide. Ahora bien, todos que
remos que los intercambios sean justos, que se d lo
mismo que se recibe. Puesto que esa igualdad no suele
darse en los trueques, se hace necesario crearla mediante

11 Ibid, 1258 b 4.
296 Historia de la filosofa, 4

la introduccin de la moneda. Se intercambian las cosas


de las que hay demanda, y esa demanda puede y debe
ser medida mediante un instrumento convencional que es
la moneda. La unidad de moneda puede entonces ser
usada como unidad de demanda. As, el arquitecto no
necesita dar por las sandalias una casa (que vale ms)
o quedarse sin ellas; puede dar por las sandalias la can
tidad de moneda correspondiente a la demanda que hay
de ellas, lo que hoy llamaramos su precio de mercado.
Todas las cosas que se intercambian deben ser compa
rables de alguna manera. Esto viene a hacerlo la mone
da, que es en cierto modo algo intermedio, porque todo
lo mide, de suerte que mide tambin el exceso y el de
fecto: cuntos pares de sandalias equivalen a una casa,
o a determinados alimentos... Es preciso que todo se
mida por una sola cosa... Esta cosa es la demanda...
(porque si los hombres no necesitaran nada..., no habra
cambio); pero la moneda ha venido a ser la representa
cin de la demanda en virtud de una convencin... Se
debe poner un precio a todo, porque as siempre habr
cambio, y con l sociedad. As pues, la moneda, como
una medida, iguala las cosas hacindolas conmensurables:
ni habra sociedad s no hubiera cambio, ni cambio... s
no hubiera conmensurabilidad... Tiene que haber, pues,
una unidad, y establecida en virtud de un acuerdo...,
porque esta unidad hace todas las cosas conmensurables.
En efecto, con la moneda todo se mide 12. Incluso llega
Aristteles a ver la dimensin temporal del valor del
dinero, lo que podra haber llevado a reconsiderar su
actitud ante el crdito con inters, del que aqu no trata.
Si en la actualidad no necesitamos nada, la moneda es
para nosotros como el garante de que si necesitamos algo
en el futuro, podremos realizar el cambio entonces, por
que el que lleva dinero debe poder adquirir. Sin duda, al
dinero le sucede lo mismo que a todas las mercancas:
no tiene siempre el mismo valor 13.

12 Eibika Nikomkbeia, V, 1133 a 19.


13 Ibid, 1133 b 11.
12. Poltica 297

12.3. La polis

La casa es la comunidad natural que se constituye


para satisfacer las necesidades cotidianas del hombre.
Para satisfacer sus necesidades no codianas se constituye
la aldea o conjunto de casas. Y un conjunto autosufirien-
te de aldeas, finalmente, da lugar a la polis. Suele tra
ducirse polis por ciudad, pero hay que tener presente
que la ciudad que es la polis no es un casco urbano,
sino una comarca o cantn, que puede incluir un casco
urbano, pero que en cualquier caso no se reduce a l.
Los sofistas haban enseado que la polis es el resul
tado de un pacto o convenio entre los hombres, por
tanto, algo convencional. Y los cnicos abundaban en esta
opinin. Aristteles se opone rotundamente a este modo
de ver las cosas, afirmando repetidamente que la polis
existe por naturaleza. El hombre tiene que vivir en una
polis, si quiere desarrollarse plenamente. La casa y la
aldea tienen que formar parte de una polis, si han de
alcanzar sus fines. De hecho, la polis es el fin de las co
munidades inferiores, que slo en ella pueden encontrar
su perfeccin.
No slo existe la polis naturalmente, sino que es por
naturaleza anterior y ms importante que el individuo y
la familia. La ciudad es por naturaleza anterior a la
casa y a cada uno de nosotros, porque el todo es nece
sariamente anterior a la parte;' en efecto, destruido el
todo (del cuerpo), no habr pie ni mano, a no ser equ
vocamente, como se puede llamar mano a una de pie
dra: una mano muerta ser algo semejante. Todas las
cosas se definen por su funcin y sus facultades, y cuando
stas dejan de ser lo que eran no se debe decir que las
cosas son las mismas, sino slo que tienen el mismo
nombre. Es evidente, pues, que la ciudad existe por na
turaleza y es anterior al individuo, porque si el individuo
separado no se basta a s mismo, ser semejante a las
dems partes en relacin con el todo, y el que no es ca
paz de vivir en sociedad o no necesita nada por su auto
298 Historia de la filosofa, 4

suficiencia no forma parte de la ciudad, sino que es o


una bestia o un dios u.
El humn es un animal a cuya naturaleza pertenece el
ser miembro de una polis. El humn es por naturaleza un
animal poltico (o social o ciudadano). Hay otros anima
les sociales, como, por ejemplo, las abejas. Pero el hu
mn es todava ms social que ellas. En efecto, la natu
raleza no hace nada en vano y la naturaleza ha dado al
humn el lenguaje. Los otros animales tienen voz (ph-
ne), y con ella pueden expresar y comunicarse su placer
o dolor, que es algo subjetivo. Pero los humanes tienen
adems capacidad lingstica, pueden hablar, y as comu
nicarse unos con otros sobre lo justo y lo injusto, lo
conveniente y lo perjudicial, etc., pudiendo as llegar a
un acuerdo objetivo sobre tales cuestiones. Tal acuerdo
se plasma precisamente en las leyes de la ciudad. En re
sumen, el hombre posee por naturaleza la capacidad lin
gstica, que slo encuentra uso y funcin adecuados en
la convivencia poltica, en la vida de 1 polis. Y es 'que el
hombre est hecho para vivir en ella. Ser miembro d
una polis, como hablar o tener ojos, es parte de la na
turaleza humana.
La ciudad surgi como comunidad autosuficiente de
aldeas por las ventajas que aportaba desde el punto de
vista de ayuda mutua, defensa comn y utilidad compar
tida. Pero ahora existe para posibilitar la vida plena, que
es vida de convivencia, pues, por encima de todas las
necesidades cotidianas, los hombres aspiran a vivir del
mejor modo posible y por tanto a convivir. El humn
es por naturaleza un animal poltico y, por tanto, aun
sin tener ninguna necesidad de auxilio mutuo, los hom
bres tienden a la convivencia, si bien es verdad que tam
bin los une la utilidad comn... Este es el fin principal,
tanto de todos en comn como aisladamente; pero tam
bin se renen simplemente para vivir, y constituyen la
comunidad poltica, pues quiz en el mero vivir existe
cierta dosis de bondad, s no hay en la vida un predo-

11 VoMk, I, 1253 a 19.


12. Poltica 299

minio excesivo de penalidades. Es evidente que la ma


yora de los hombres soportan muchos padecimientos por
afn de vivir, y parecen encontrar en la vida misma
cierta felicidad y dulzura natural 13.
La polis es una unidad orgnica, estructurada en cla
ses sociales distintas, pero cuyas funciones estn integra
das. La etnia es algo distinto, carente de unidad interna.
Sus miembros se desconocen entre s, aunque estn uni
dos extrnsecamente por una misma muralla que los
rodee. Tal es el caso de Babilonia, de la que se dice que
al tercer da de haber sido tomada, an no se haba
enterado de ello una parte de la poblacin 156. La unidad
de la polis no estriba en sus murallas, sino en su estruc
tura, en su constitucin.
Hablando acerca de lo justo y lo injusto a lo largo
del tiempo, los ciudadanos llegan a un acuerdo bsico,
que constituye la ciudad: es su constitucin (politea ).
Por eso cuando la constitucin cambia, la ciudad pasa a
ser otra.
Una ciudad es, pues, un conjunto de ciudadanos sufi
ciente para vivir en autarqua y dotado de una constitu
cin.
Quines son los ciudadanos? No, desde luego, todos
aquellos sin los cuales no podra existir la ciudad. La
ciudad, en efecto, no podra existir sin mujeres, obreros,
esclavos, etc. Pero stos no son ciudadanos, sino elemen
tos subordinados. Ciudadanos son los que tienen derecho
a participar en la administracin o gobierno de la ciudad.
Exactamente quines sean los ciudadanos depende de
la constitucin. En la prctica, ciudadano es el hombre
cuyos padres son tambin ciudadanos.
La funcin del ciudadano consiste en hacer la poltica,
y en tiempo de guerra tambin en combatir con las ar
mas. El buen ciudadano ha de poseer la arete o virtud
poltica, ha de saber mandar y obedecer, y ha de poseer
las virtudes correspondientes a la vida poltica, en especial

15 PoMk&, II I , 1278 b 19.


16 Ibid, 1276 a 27.
300 Historia de la filosofa, 4

la justicia. La justicia es la principal virtud del ciuda


dano. Analizada por Aristteles con gran detalle en el
libro V de la Etica a Nikmakhos, la justicia consiste
fundamentalmente en dos cosas: en la obediencia a las
leyes de la ciudad y en tratar al resto de los ciudadanos
como a iguales de uno mismo. La injusticia, consiguien
temente, consiste, por un lado, en la desobediencia a
las leyes y, por otro, en la desigualdad en el trato entre
ciudadanos.
La naturaleza humana slo alcanza su plenitud en el
ciudadano, hombre adulto, libre y cabal, dotado de razn,
capaz de mandar y obedecer, y que dispone de ocio sufi
ciente para dedicarse a las actividades superiores: la pol
tica, si es necesario la guerra, y s es posible la filosofa.

12.4 La ciudad ideal

Platn haba descrito dos veces en la Repblica y


en las Leyes su ciudad ideal. Aristteles, como buen
discpulo suyo, no poda por menos de disear tambin
la suya, y as lo hizo en dos de los libros tempranos
los VII y VIII en la numeracin tradicional de la
Poltica.
La ciudad ideal tiene por misin garantizar la felicidad
de una pequea minora en hombres: los ciudadanos. Los
ciudadanos deben ser precisamente los ms inteligentes
y virtuosos de los habitantes. Ellos son los ms capaces
de felicidad. En efecto, cada uno es capaz de felicidad
en la medida en que es inteligente, virtuoso y prudente.
La felicidad estriba en el ejercido de la virtud y la inte
ligencia, no en los bienes exteriores.
Los ciudadanos se repartirn las tierras y las poseern,
pero no las cultivarn ellos, sino que sern cultivadas
por esclavos. Las rentas que de ellas perciban permitirn
a los ciudadanos vivir en ocio, dedicados a la poltica y
la filosofa. Los ciudadanos tampoco pueden ser obreros
(pues el ciudadano slo es productor de virtud) ni mer-
12. Poltica 301

caderes. Los obreros y mercaderes sern tambin escla


vos o extranjeros.
Como nos estamos ocupando de la mejor constitu
cin, y sta es la que ms feliz puede hacer a la ciudad,
y la felicidad no es posible aparte de la virtud, resulta
evidente que en la ciudad mejor gobernada y que posee
hombres justos en absoluto..., los ciudadanos no deben
llevar una vida de obrero ni de mercader (porque tal
gnero de vida carece de nobleza y es contrario a la
virtud), ni tampoco deben ser labradores los que han
de ser ciudadanos (porque tanto para que se origine la
virtud como para las actividades polticas es indispen
sable el ocio) 17. Cul ser entonces la ocupacin de
los ciudadanos? Adems de labradores, obreros y mer
caderes, la dudad necesita guerreros, jueces y sacerdotes.
Estas fundones sern ejercidas por los ciudadanos. Du
rante su juventud sern guerreros y se entrenarn profe
sionalmente para la defensa de la ciudad. En su madurez
sern funcionarios y magistrados, impartirn justicia y
se ocuparn del gobierno. En su vejez sern sacerdotes,
se ocuparn del culto y los mejores filosofarn, se
dedicarn a la ciencia contemplativa.
Sentada la estructura social bsica de la ciudad ideal,
Aristteles enumera prolijamente una multitud de deta
lles sobre su poblacin, extensin, situacin, edificios,
terrenos, educacin, etc. La ciudad se establecer cerca
del mar, pero no en la costa misma. El clima debe ser
moderadamente clido, la exposicin al noroeste, que
es la ms sana, bien aireada, con vistas extensas, con
agua abundante, que se almacenar en grandes cisternas.
En medio habr una gran plaza, rodeada de los templos
de la ciudad y de las casas de los sacerdotes, a la que
no podrn acceder labradores, artesanos ni mercaderes.
Cerca estar el gora, con las casas de los magistrados
y los gimnasios. Ms lejos, los depsitos de mercancas
y las casas de los comerciantes, etctera.

17 Foltiik, VII, 1328 b 33.


302 Historia de la filosofa, 4

Las bodas se celebrarn en invierno, un da de viento


norte. La mujer se casar a los dieciocho aos, el hombre
a los treinta y siete (parece que stas fueron las edades
de Aristteles y Pythias, su primera mujer, cuando se
casaron). Los subnormales sern eliminados. Si la pobla
cin crece demasiado, se regular medante el aborto.
Aristteles se extiende especialmente en la educacin
de los jvenes, como era tradicional en este tipo de
obras.
De todos modos, la ciudad ideal de Aristteles no es
demasiado original ni interesante, es como una edicin
corregida de la de Platn. Y Aristteles la describe sin
entusiasmo ni excesivo convencimiento. Lo suyo era ms
el anlisis de la realidad que el diseo de utopas, que
despus de este primer ensayo abandon por completo.

12.5. La ciudad red

La importancia de Aristteles en la historia del pen


samiento poltico no radica en los pinitos utopistas de
su juventud, sino en su investigacin emprica y desen
gaada de la realidad de la polis. A lo largo de su vida,
la actitud de Aristteles ha pasado del utopismo aprio-
rista, caracterstico de Platn, a la fra observacin de
los hechos polticos, tpica de Thukydides.
En el ocaso de su vida, que corresponda con el ocaso
de la institucin de la polis como unidad independiente,
Aristteles lanza una mirada desapasionada sobre la va
riedad de los regmenes polticos, sobre su turbulento
desarrollo y sus frecuentes crisis.
Para empezar, Aristteles y sus ayudantes del Lykeon
tratan de reunir todas las constituciones escritas de las
pleis griegas y de determinar su evolucin histrica, sus
instituciones y leyes. En el curso de esta gigantesca em
presa de derecho comparado, llegan a reunir y estudiar
158 constituciones de ciudades distintas. A cada ciudad
se le dedica una monografa exhaustiva. Aristteles mis
mo escribi un libro sobre la constitucin de Naxos,
12. Poltica 303

otro sobre la de Atenas, otro sobre la de Cartago, etc


tera. Todos se han perdido, excepto uno: el dedicado
a la Constitucin de Atenas, magnfica historia constitu
cional de esa ciudad. Gracias a la Historia de Thukydides
y a la Constitucin de Atenas de Aristteles conocemos
la realidad poltica de la antigua Atenas incomparable
mente mejor que la del resto de las potis helnicas. Y
se puede considerar que ambos Thukydides y el lti
mo Aristteles son los fundadores de la ciencia pol
tica.
En los libros tardos de la Poltica los IV, V y VI
de la ordenacin tradicional ya no se trata de con
siderar exclusivamente el mejor rgimen poltico, sino
tambin el posible e igualmente el que es relativamente
fcil de alcanzar, pues los tratadistas anteriores, aun
que acierten en lo dems, fallan en lo prctico18. Ade
ms, q sea lo mejor depende de las circunstancias,
porque con frecuencia, aun siendo preferible un rgimen,
nada impide que a algunos les convenga ms otro 19.
Aristteles pretende indagar cules son los tipos de
sistema poltico de constitucin de la polis real
mente existentes, y no slo en su estructura jurdica,
sino tambin en su dinmica, en las transformaciones a
que estn sometidos por la realidad social subyacente.
Por eso no se limitar a describirlos, sino que intenta
remos exponer en qu estriban la destruccin y la con
servacin de los regmenes, tanto en general, como en
cada uno en particular, y cules suelen ser las causas de
ello 20.
Los regmenes polticos que se encuentran en la rea
lidad son de seis tipos: monarqua (gobierno de un solo
hombre, el ms noble, que gobierna con el consenti
miento del pueblo y respeta las leyes); tirana (gobierno
de un solo hombre, que se ha hecho con el poder por
la violencia y gobierna sin el consentimiento del pueblo

18 Politik, IV, 1288 b 37.


19 Ibid, 1296 b 10.
30 Ibid, 1289 b 23.
304 Historia de la filosofa, 4

y sin respetar las leyes de la ciudad); aristocracia (go


bierno de los ciudadanos mejores y ms virtuosos, elegi
dos por y de entre los de mejor linaje); oligarqua
(gobierno de los ciudadanos ms ricos); democracia mo
derada (gobierno de todos los ciudadanos, pero some
tido a las leyes consuetudinarias); democracia extrema
o demaggica (gobierno de todos los ciudadanos sin res
peto a las leyes; en la prctica gobierno de los dema
gogos, que agitan a los pobres, que son mayora).
Aristteles piensa que en su tiempo ya no quedan
monarquas ni aristocracias. En nuestro tiempo ya no
hay realezas, y si las hay son ms bien tiranas, porque
el gobierno de un rey es un gobierno que cuenta con
el asentimiento de los sbditos... y actualmente son mu
chos los iguales y ninguno sobresale tanto como para
estar a la altura de la grandeza y dignidad de ese car
go 21. Tampoco hay aristocracias, pues es difcil encon
trar los hombres virtuosos, mientras que en todas las
ciudades hay ricos. La tirana, finalmente, abunda dema
siado, pero no puede considerarse como un tipo de cons
titucin, sino ms bien como la falta de constitucin.
Es, desde luego, el peor de todos los regmenes polticos.
Por tanto, en la prctica, los regmenes polticos intere
santes se reducen a dos: oligarquas y democracias. En la
democracia gobiernan todos los hombres libres, todos
los ciudadanos. En la oligarqua, slo los ricos.
Ms que la clasificacin abstracta importa a Arist
teles el funcionamiento poltico real de los diversos reg
menes, incluidas las trampas y triquiuelas de las que
los diversos grupos se sirven en la realidad. As, estudia
con gran realismo los artificios con que se engaa al
pueblo en la democracia, tanto por parte del partido
popular como del oligrquico. El captulo 13 del libro IV
de la Poltica es toda una leccin de sociologa poltica,
donde los artilugios de unos y otros para inclinar la
balanza a su favor son analizados con una penetracin
realmente asombrosa.

21 Politik, V, 1313 a 3.
12. Poltica 305

Aristteles no toma partido decidido por los bandos.


Describe y analiza. El viejo filsofo, desengaado des
pus de ver y observar tantos cambios y revoluciones,
llega a la conclusin de que lo importante de las leyes
ms incluso que que sean buenas es que duren, pues
slo la duracin les confiere el prestigio social y el carc
ter consuetudinario necesarios para que inspiren respeto.
Igualmente el problema del rgimen poltico ya no es el
de cul sea el mejor, sino el de cul resulte ms dura
dero. Y si uno es oligrquico o demcrata, debe preo
cuparse ms de hacer el rgimen duradero, aunque sea
agundolo, que de provocar su derrocamiento por tratar
de hacerlo demasiado puro. Para el legislador o para
los que quieran establecer un rgimen de esta natura
leza, no es el nico ni el mayor quehacer establecerlo,
sino ms bien conservarlo, pues de cualquier manera
que est constituido, no es difcil que dure un da o
dos o tres. Por eso, partiendo de los medios de conser
vacin y de destruccin que antes hemos considerado,
deben tomarse las medidas necesarias para su seguridad,
previniendo los factores de destruccin y estableciendo
leyes, tanto escritas como no escritas, de tal manera que
comprendan en el mayor grado posible lo que conserva
los regmenes, y no debe considerarse como democrtico
u oligrquico aquello que contribuya a que la ciudad se
gobierne ms democrtica u oligrquicamente, sino du
rante ms tiempo 22. A continuacin Aristteles da con
sejos realistas y sacados de la experiencia, tanto a los
oligarcas, como a los demcratas, sobre lo que tienen
que hacer si quieren conservar sus respectivos regmenes.
Lo peor que le puede pasar a una ciudad no es tener
un rgimen poltico u otro, sino el estar sometida a con
tinuas sediciones, golpes de mano y revoluciones. Si al
gn consejo puede dar Aristteles a los ciudadanos es
el de cmo evitar la sedicin.
La sedicin siempre tiene por causa la desigualdad.
Los unos, porque son iguales en cuanto libres, quieren

22 Volitik, VI, 1319 b 33.


306 Historia de la filosofa, 4

ser tambin iguales en todo lo dems. Los otros, porque


son desiguales en riqueza, quieren serlo tambin poltica
mente. Cuando los primeros son muchos y muy pobres,
y los segundos son pocos y muy ricos, esta extrema des
igualdad conduce a la envidia de los primeros y el des
precio de los segundos, e impide la concordia y amistad
entre los ciudadanos, con lo que las semillas de la sedi
cin estn plantadas. La historia de tales ciudades es una
continua y larvada guerra civil. Si queremos estabilidad,
hemos de evitar los extremos, hemos de fomentar la clase
media. Donde la clase media es numricamente superior
a las dos extremas juntas..., el rgimen puede ser per
manente. La clase media ni apetece los cargos ni los
rehuye... La ciudad debe estar constituida por elementos
iguales y semejantes en el mayor grado posible, y esta
condicin se da especialmente en la clase media... Ade
ms, los ciudadanos de clase media son los ms estables,
porque ni codician lo ajeno como los pobres, ni otros
desean lo suyo, como los pobres lo de los ricos, y al no
ser objeto de conspiraciones ni conspirar, viven en segu
ridad 23.
Cuando Aristteles se pregunta ahora por el rgimen
mejor, ya no construye una utopa platnica, sino que
seala hechos sociolgicos como la contribucin de la
clase media a la estabilidad poltica, que es lo nico a
lo que la gente normal puede aspirar. Consideremos
ahora cul es la mejor forma de gobierno y cul es la
mejor clase de vida para la mayora de las ciudades y
para la mayora de los hombres, sin asumir un nivel de
virtud que est por encima de personas ordinarias, ni
una educacin que requiera condiciones afortunadas de
naturaleza y recursos, ni un rgimen a medida de los
deseos, sino una clase de vida tal que pueda participar
de ella la mayora de los hombres y un rgimen que est
al alcance de la mayora de las ciudades 24. Dejmonos
de utopas y vayamos a lo posible. Lo mejor est siempre

23 Politik, IV, 1295 b 12, 25, 29.


M Ibid, 1295 a 25.
12. Poltica 307

en el trmino medio, y el mejor rgimen ser una mezcla


de oligarqua y democracia en una polis donde la mayora
de los habitantes pertenezcan a la clase media. Para parti
cipar en el gobierno slo se exigir una riqueza moderada,
que ser poseda por la gran mayora. Los cargos sern
electivos, no por sorteo. Y se tratar de que las leyes du
ren, pensndoselo dos veces antes de cambiar alguna. Por
qu es este rgimen el mejor? El rgimen intermedio
es el mejor, puesto que es el nico libre de sedicin. En
efecto, donde la clase media es numerosa es donde me
nos sediciones y disensiones civiles se producen 25.
En la hora postrera de la polis griega, Aristteles ya
slo se interesa por salvarla, pues slo en ella puede el
hombre (libre) encontrar aquel clima de libertad y con
vivencia necesario para desplegar sus capacidades ms
altas, aquello que hay en l de divino. A Aristteles, en
definitiva, no le interesa la poltica, sino la ciencia, y a
la poltica slo pide eso: el mnimo de seguridad y esta
bilidad y ocio y libertad para que al menos algunos pue
dan dedicarse al ideal de la vida cientfica o contempla
tiva. Pero ya los cnicos hacan mofa por las calles del
ideal helnico de la polis autnoma y ya Alxandros Me
gas que no comparta los ideales de su maestro
creaba un nuevo imperio, bajo el que se ahogara la
ciudad independiente de la Grecia clsica. Diogenes el
Cnico, Alxandros el Emperador y Aristteles el fil
sofo murieron casi simultneamente. El mundo de la
polis no les sobrevivira.

25 Ibid, 1296 a 7.
Bibliografa orientativa

La edicin clsica de las obras completas conservadas de Arist


teles es la publicada por la Real Academia Prusiana con el ttulo
Aristotelis Opera, en 5 grandes volmenes, entre 1831 y 1870. Los
dos primeros volmenes contienen el texto original griego, editado
por I. Bekker. A esta edicin se remiten todas las citas que desde
entonces se hacen de Aristteles. Cada cita es caracterizada por
un primer nmero, que indica la pgina de la edicin de Bekker,
una letra a o b , que ndica la primera o la segunda columna
de esa pgina, y otro nmero, que indica la lnea de esa columna
en que empieza el texto citado. As, 1114 b 12 se refiere a la
lnea doceava de la segunda columna de la pgina 1114 de la edi
cin de Bekker.
Respecto a la Potica, el lector puede consultar la Potica de
Aristteles, en edicin trilinge {en griego, latn y espaol), tra
ducida y exhaustivamente anotada por Valentn Garca Yebra, y
publicada por Ed. Gredos (M adrid, 1974).
En cuanto a la Retrica, puede acudirse a Aristteles: Retrica,
en edicin bilinge (en griego y espaol), a cargo de Antonio To-
var, publicada por el Instituto de Estudios Polticos (M adrid, 1953).
La dialctica aristotlica se encuentra expuesta en los. Tpicos.
La mejor edicin (aunque por ahora incompleta) es la bilinge (en
griego y francs) de J. Brunschwg, Aristote: Topiques, Societ Les
308
Bibliografa orientatva 309

Belles Lettres (Pars, 1967). La traduccin al castellano de esta


obra, realizada por M iguel Candel, se encuentra en Aristteles:
Tratados de lgica, I, Ed. Gredos (M adrid, 1982), que tambin
contiene las Categoras. Otra traduccin espaola de esta ltima
obra, debida a Luis Valds, y acompaada del texto griego, se
halla en Aristteles: Categoras, Cuadernos Teorema (Valencia,
1983).
La concepcin aristotlica del lenguaje se encuentra tambin en
su librito Peri hermeneas, del que hay una traduccin espaola
de A. Garca Surez y J . Velerde, acompaada del texto griego,
en Aristteles: De Interpretatione, Cuadernos Teorema (Valen
cia, 1977).
La lgica formal de Aristteles est expuesta en los Analticos
anteriores, de los que no existe traduccin fiable al castellano. La
metodologa de la ciencia demostrativa se encuentra en los Anal
ticos posteriores, de los que puede consultarse (con reservas) la
idiosincrtica traduccin de J. D. Garca Bacca en Textos clsicos
para la Historia de las Cienicas (vol. 2), Universidad Central de
Venezuela (Caracas, 1968). La mejor edicin de ambas obras es
la de W . D. Ross: Aristotles Prior and Posterior Analytics, Cla-
rendon Press (Oxford, 1949), que contiene el texto griego, mag
nficamente anotado y comentado en ingls. Sobre la lgica formal
de Aristteles puede consultarse el brillante y polmico libro de
J . Lukasiewicz: Aristotles Syllogistic, Clarendon Press (2.a ed.,
Oxford, 1957), traducido al espaol como La silogstica de Arist
teles, Ed. Tecnos (M adrid, 1977). Una visin ms ponderada se
encontrar en G. Patzig: Die Aristotelische Syllogistik. Logisch-
philologische TJntersuchungen ber das Buch A der Ersten Analy-
tiken, Vandenhoeck & Ruprecht (3.a ed., Gttingen, 1969), as
como tambin en el segundo captulo de W. y M. Kneale: The
Development of Logic, Clarendon Press (Oxford, 1961), traducido
al espaol como El desarrollo de la lgica, Ed. Tecnos (M adrid,
1972).
Los principios aristotlicos del cambio, as como otros temas
relativos al lugar, el tiempo, el continuo y el movimiento, se
encuentran en la Fsica, de la que no hay traduccin fiable al
castellano. La mejor edicin comentada del texto griego es la de
W . D. Ross: Aristotles Physics, Clarendon Press (Oxford, 1949).
El mejor estudio sobre los principios de la fsica aristotlica es
el de W . W ieland: Die Aristotelische Physik, Vandenhoek & Ru
precht (2.a ed., Gttingen, 1970).
Tampoco hay traduccin espaola fiable de los libros cosmol-
310 Historia de la filosofa, 4

gicos. Para su consulta puede acudirse a las ediciones bilinges (en


griego y en francs), publicadas por la Societ Les Belles Lettres,
de Sobre el cielo, Sobre generacin y corrupcin y Meteorolgicos
bajo los ttulos Du ciel (Pars, 1965), a cargo de P. Moraux; De
la generacin et de la corruption (Pars, 1966), a cargo de C. Mu-
gler; y Mtorologiques (Pars, 1982), a cargo de P. Louis.
Las obras biolgicas de Aristteles pueden ser cmodamente
consultadas en las ediciones bilinges (en griego y en francs) pu
blicadas por la Societ Les Belles Lettres: Histoire des animaux,
en 3 tomos (Pars, 1964, 1968, 1969), Les Parties des animaux
(Pars, 1956), De la gnration des animaux (Pars, 1961), Marche
des animaux et Mouvement des animaux (Pars, 1973), todas ellas
a cargo de P. Louis, as como Petits traits d bistoire naturelle
(Pars, 1953), a cargo de R. M ugnier, y De lame (Pars, 1966), a
cargo de A, Jannone y E, Barbotin. No existe traduccin espaola
fiable de las obras biolgicas de Aristteles, con la sola excepcin
de la traduccin por Toms Calvo de Aristteles: Acerca del alma,
Ed. Gredos (M adrid, 1978), que adems contiene una amplia in
troduccin general a la filosofa aristotlica. Entre los estudios so
bre la biologa del filsofo, destaquemos P. Louis: La dcouverte
de la vie. Aristote, Hermann (Pars, 1975), y A. Preus: Science
and Pbilosophy in Anstotles Biological Works, Georg Olms (Hil-
desheim, 1975).
La Etica a Nikmakhos puede ser consultada en la edicin bi
linge (en griego y espaol), Aristteles: Etica a Nicmaco, Insti
tuto de Estudios Polticos (M adrid, 1959), a cargo de M. Araujo
y J. Maras. Ms reciente es Aristteles: Etica Nicomquea. Etica
Endemia, Ed. Gredos (Madrid, 1985), con una buena traduccin
de Julio Fall y una buena introduccin de Emilio Lled. Los
mejores estudios que existen sobre la tica aristotlica son
los contenidos en las traducciones anotadas y comentadas de
F. Drlmeier, publicadas por Akademie V erlag: Magna Mo-
ralia (Berln, 1958), Eudemische Ethik (Berln, 1962) y Niko-
machische Etbik (3.a ed,, Berln, 1964). Sobre la vida contempla
tiva vase T, B. Eriksen: Bos theoretiks, Universitetsforlaget
(Oslo, 1976). Sobre la prudencia o racionalidad, P. Aubenque: La
prudence chez Aristote, P. U. F. (Pars, 1963). Sobre el anlisis
de la accin deliberada, A. Kenny: Aristoles theory of the will,
Duckworth (London, 1979).
Los escritos polticos conservados son accesibles en sendas edi
ciones bilinges (en griego y espaol), publicadas por el Instituto
de Estudios Polticos: Aristteles: Poltica, a cargo de M . Araujo
y J. Maras (M adrid, 1951), y Aristteles: La Constitucin de Ate-
Bibliografa orientativa 311

as (M adrid, 1948), a cargo de Antonio Tovar. De esta ltima


obra puede verse tambin la edicin de Manuela Garca Valds,
Aristteles: Constitucin de los atenienses (y Econmicos),
Ed. Gredos (M adrid, 1984) Quien quiera profundizar ms, pue
de acudir a las grandes ediciones comentadas de W . L. Newman:
The Politcs of Aristotle (en 4 volmenes, Oxford, 1887-1902)
y de J . Aubonnet, Aristote: Politique (hasta ahora 3 volmenes,
Socit Les Belles Lettres, Pars, 1960-1973).
Andrnikos Rodios fue el primer editor de las obras conser
vadas de Aristteles, poco antes del inicio de nuestra era. No
sabiendo muy bien qu hacer con varios libros dispersos, dedica
dos a hetercltos anlisis y polmicas (sobre todo contra la teora
platnica de las formas), los coloc en su edicin detrs de los
libros de fsica, con el nombre de los libros colocados detrs de
los de fsica ta meta ta physika . La mejor edicin de esos
libros es la de W . D. Ross: Aristotles Metaphysics, en 2 tomos,
Clarendon Press (Oxford, 1924), V , Garca Yebra ha preparado
una edicin trilinge (en griego, latn y castellano) de la Metafsica
de Aristteles, Ed. Gredos (2.a ed., M adrid, 1982). Quizs el me
jor estudio sobre la problemtica ontolgica en Aristteles sea el
de P. Aubenque; Le problme de l'tre chez Atristte, P. U. F.
(Pars, 1962).
Algunas de las traducciones al castellano de los textos aristot
licos que aparecen citados en el presente libro proceden de las
traducciones espaolas aqu recomendadas, aunque ello no se men
cione explcitamente en los pasajes aludidos.
La bibliografa general sobre Aristteles es inmensa. Las fuen
tes sobre su vida se encuentran reunidas y estudiadas en I. Dr-
ing; Aristotle in the Ancient Biographical Tradition (Goteborg,
1957). El estudio de la evolucin de su pensamiento fue iniciado
por W . Jaeger: Aristteles. Grundlegung einer Geschichte seiner
Entwicklung (Berln, 1923). De esta obra hay traduccin espaola,
Aristteles, bases para la historia de su desarrollo intelectual, Fondo
de Cultura Econmica (Mxico, 1946). De todos modos, las con
clusiones de Jaeger han resultado ser insostenibles en muchos as
pectos, siendo corregidas en obras como H. Cherniss: Aristotles
Criticism of Plato and the Academy (Baltimore, 1944), y F. Nu-
yens: L volution de la psychologie dAristote (Louvain, 1948). Sin
duda, la obra maestra, la mejor y ms completa que existe sobre
el pensamiento de Aristteles es la de I. Dring: Aristteles. Dars-
tellung und Interpretaron seines Denkens, Cari W inter Universi-
ttsverlag (Heidelberg, 1966). Sealemos, para terminar, la notable
coleccin de artculos sobre Aristteles reunida en 4 volmenes
por J . Barnes, M. Schofield y R. Sorabji bajo el ttulo Articles on
Aristotle, Duckworth (London, 1975-1979).
Indice

Prlogo ....................................................................................... 7
1. Vida de A ristteles........................................... 9
1.1. Infancia y adolescencia ( 384 a 367), 9.
1.2. La enseanza en Atenas, 13.1.3. Aristteles
en la Akademia ( 367 a 347), 16.1.4. La po
ca de los viajes ( 347 a 335), 20.1.5. Arist
teles en el Lykeion, 30.1.6. Los ltimos aos
(-3 3 5 a -3 2 2 ), 33.

2. La potica............................................................ 40
2.1. Aristteles como lector, 40.2.2. Aristteles,
admirador de Homeros, 43.2,3. Platn y Arist
teles frente a la literatura, 46.2.4. La literatura
como tcnica, 52.2.5. Los gneros literarios, 56.
2.6. La tragedia, 59.2,7. Componentes y partes
de la tragedia, 63.2.8. Consejos tcnicos, 65.
2.9. Literatura, belleza y verdad, 67.

3. La ret rica .................................................................... 70


3.1. La oratoria en la Grecia antigua, 70.3.2. Iso-
krates y Platn, 73.3.3. Aristteles e Isokrates,
77.3.4. La tcnica retrica, 80.3.5. Los tres g-
313
314 Indice

eros de oratoria, 83.3.6. Las premisas en la ora


toria deliberativa, 85.3.7. Las premisas en la ora
toria forense, 88.3.8. Las premisas en la oratoria
de exhibicin, 91.3.9. Las premisas comunes a los
tres gneros de oratoria, 92.3.10. Persuasin por
el carcter, 95.3-11. Las pasiones de los oyentes,
97.3.12. El estilo y orden del discurso, 99.

4. L a d i a l c t i c a ....................................................................... 104
4.1. La discusin en la Grecia clsica, 104. 4,2. Los
elementos de la dialctica, 109.4.3. Los lugares
o tpicos, 113. 4.4. La prctica del debate, 117.
4.5. De la dialctica a la lgica, 121.

5. E l l e n g u a j e ........................................................................... 125
5.1. El inters por el lenguaje, 125.5.2. Partes
de la elocucin, 128.5.3. Semntica, 132,5.4. Las
categoras, 137.5.5. Los predicables, 141.5.6. La
verdad y sus principios, 145.

6. L a l g ic a f o r m a l .............................................................. 153
6.1. Cuantificacin de los enunciados, 153.6.2.
Oposicin entre enunciados, 157.6.3, Conversin
de enunciados, 160.6.4. Silogismos y figuras, 162.
6,5. Silogismos perfectos e imperfectos, 166.6.6.
Combinaciones invlidas, 169.6.7. Las modalida
des, 171.6.8. Aristteles, creador de la lgica, 174.

7. L a c i e n c i a ............................................................................. 177
7.1. Percepcin, experiencia y saber, 177.7.2, Tres
tipos de saberes, 181.7.3. La demostracin, 184.
7.4. La estructura de la ciencia, 188.7.5. La in
duccin, 191.7.6. Divisin del saber contempla
tivo, 194.

8. E l c a m b i o ............................................................................. 198
8.1. El problema del cambio, 198.8.2. Potencia y
acto, 201.8.3. Tipos de cambio, 204.8.4. La ex
plicacin del cambio, 207.8.5. Los principios, 212.

9. C o s m o lo g a .......................................................................... 214
9.1. El lugar, 214.9.2, El vaco, 218.9.3. El
tiempo, 220.9.4. La dinmica, 221.9.5. El infi
nito, 225.9.6. Los elementos, 228.9.7. Lugar na
tural y centro del universo, 230,9.8. La maquina
ria celeste, 234.9.9. El movimiento celeste, 236.
Indice 315

10. Z o o lo g a .......................................................................... 239


10.1. La trayectoria de un naturalista, 239.10.2.
Sus fuentes de informacin, 244.-10.3. La clasifi
cacin de los anmales, 249.10.4. Anatoma com
parada, 254.10.5. Fisiologa, 259.10.6. Alma y
vida, 265.

11. E tic a ...................................................................... 270


11.1. El sentido de la tica, 270.11.2. El bien y
la felicidad, 273.11.3. La arete, 275.11.4. Las
virtudes ticas, 277.11.5. Las virtudes dianoti-
cas, 282.11.6. La vida contemplativa, 285.

12. P oltica ............................................................................. 289


12.1. La comunidad domstica, 289.12.2. Comercio
y dinero, 294.12.3. La polis, 297.12.4. La ciu
dad ideal, 300.12.5. La ciudad real, 302.

Bibliografa orientativa ............................................. 308


A

Cubierta: Daniel Gil


ceptando como supuesto que la HISTORIA DE
LA FILOSOFIA hunde sus races en el pensamiento
arcaico, se despliega planetariamente a partir de la India,
China y Grecia, y su desarrollo est inextricablem ente
unido al de la ciencia, la cosmovisin y la cultura,
JE S S MOSTERN catedrtico de la Universidad de
Barcelona exam ina la evolucin de ese gnero de ideas
desde los orgenes de la humanidad hasta nuestros das.
Inaugurada la serie con E l pensamiento arcaico
(LB 962), L a filosofa oriental antigua (LB 987) y L a
filosofa griega prearistotlica (LB 1004), esta cuarta
entrega est dedicada ntegramente al pensamiento de
ARISTOTELES. Tras un captulo in icial que narra la vida
del gran filsofo griego, el resto del volumen presenta los
diversos aspectos de su obra: la potica, la retrica, la
dialctica, el lenguaje, la lgica formal, la ciencia, el
cam bio, la cosm ologa, la zoologa, la tica y la poltica.
A todos puede interesar una faceta u otra del
pensamiento de aquel sabio universal de m uy poco
comn sentido com n y de m irada inteligente y serena.
M s all de la inevitable caducidad de sus tesis, es esa
aura de sentido comn, inteligencia y serenidad lo que
todava sigue interesndonos y atrayndonos. El tomo
quinto de esta serie est dedicado a E l pensamiento
clsico tardo (LB 1090).
ISBN 8 4 -2 0 6 -0 0 3 5 -0

E l lib r o d e b o ls illo
Alianza Editorial 9 788420*600352