Raquel Puertas promueve hermanar las ciudades de Plasencia y Cuenca

La ciudad castellana está interesada en la propuesta de la edil placentina. Son diversas las coincidencias históricas y toponímicas existentes.

A.S.O.PLASENCIA

El hermanamiento entre Cuenca y Plasencia ampliará las fraternales relaciones que la ciudad del Jerte tiene ya suscritas con otras urbes españolas y europeas. En este proyecto de la Concejalía de Turismo trabaja la edil titular, Raquel Puertas, que ya ha establecido unos primeros contactos con el gobierno municipal de Cuenca y se ha mostrado muy receptivo e interesado. «Es un proyecto en el que estamos trabajando y ya he hablado con el edil de Turismo de aquella ciudad, que está interesado, a la vista de los lazos comunes que existen entre las dos ciudades», explicó Puertas. Ésta recordó que en el Ayuntamiento existía ya un expediente 'a medias', redactado en la primera legislatura del PP. Tanto Plasencia como Cuenca anunciaron que tramitarían la declaración de Patrimonio de la Humanidad, hecho que la ciudad castellana logró en 1996. El proyecto del gobierno del PP de Plasencia quedó en vía muerta, al igual que el hermanamiento.

La idea de hacer efectiva la fraternidad ha sido reiterada ahora a Puertas por el placentino afincado en Cuenca, Jesús J. Torres Arroyo a la vista de las coincidencias y lazos históricos entre ambas. Este presentó a Puertas la pasada semana el original del libro sobre la historia de Plasencia que ha escrito.

En este sentido, apuntó la edil, que el fuero de Plasencia pertenece a la 'familia de fueros de Cuenca', según la denominación de los historiadores. En esta se incluyen, entre otros, los de ciudades como Béjar, Alcalá, Baeza, Alarcón o Sepúlveda. En ambos casos les fueron dados por el Rey Alfonso VIII. El de Cuenca en 1189, 12 años después de ser tomada a los almohades; el de Plasencia, se cree que data de 1.196, siete años después de la fundación por el mismo rey.

«En su origen, explicó la concejal de Turismo, las dos ciudades tendrán características similares, al otorgárseles amplios territorios para repoblar; las dos son ciudades de realengo y libres desde su nacimiento por lo que solo debían lealtad al rey; además, ambas se erigen en cabeceras de importantes comarcas».

Enclaves estratégicos de relevancia económica, social y religiosa en sus primeros siglos, las dos fueron instituidas, merced al deseo del rey fundador, en sedes episcopales.

Otras coincidencias vienen dadas por el hecho de que las catedrales de ambas están consagradas a Santa María y porque tienen monumentos que rememoran al rey fundador así como calles y hoteles homónimos. La similitudes se completan con las coincidencias de los nombres diversas iglesias.

Es el caso de las de San Martín, San Nicolás, San Pedro, El Salvador (desaparecida en Cuenca)) o la ermita de San Antón (desaparecida en Plasencia) y el convento de la Merced. Como sedes episcopales, las dos ciudades cuentan con palacio episcopal y tienen parador de turismo. Sus centros urbanos están en torno a las radiales que parten de la Plaza Mayor y las dos ciudades son cabeceras de valle y están en las rutas trashumantes. Asimismo, las dos tienen los títulos de muy noble y muy leal. Cuenca también está integrada en la Red de Ciudades Catedralicias, cuya creación promueve e impulsa Plasencia, ciudad en la que se constituyó la pasada primavera.

Ademas en Cuenca existe el denominado arco de Bezudo, único resto de la antigua fortaleza, cuya denominación no duda en relacionar el placentino Jesús J. Torres Arroyo con el histórico personaje del XV, Hernán de Monroy 'el bezudo', miembro del señalado linaje placentino.