García de Dios se ahoga en alcohol | La Crónica de Hoy
Facebook Twitter Youtube Lunes 11 de Abril, 2016

García de Dios se ahoga en alcohol

El bullicio del mercado de Martínez de la Torre, en el corazón de la colonia Gue rrero, mezcla los olores de verduras con el de fritangas. En uno de los sucios pasillos se escucha: "¡Lleve sus manzanas, peras, pásale marchanta!". Los gritos son de una mujer de piel morena, maltratada por los años y que porta un mandil en la cintura. Es doña Margarita, madre del Edgar Arturo García de Dios, ex jugador del Linz de Austria de Segunda División, que alguna vez fue consentido de Hugo Sánchez y hoy es un alcohólico desempleado.
Edgar, quien estuvo en Pumas, Atlante y Toluca, ya no juega más al futbol profesional. Su mamá, que ronda los 45 años, vendió su patrimonio: un departamento ubicado en la calle de Sol, 198, de la misma colonia, ilusionada por el último gran contrato de su hijo con las Chivas: "Parecía que ahora sí ya no dejaría de entrenar...se adelantó a Guadalajara a buscar casa, estuvimos nada más unos meses, pero el seguía tomando y pues lo corrieron".
El regreso al DF fue crudo. Separada de su esposo, Arturo García, por estar siempre en desacuerdo en la forma de consecuentar los excesos de su hijo. Solamente les quedaba un taxi y el puesto en el mercado a doña Margarita, sus dos hijas y Edgar, para sobrevivir: "Ahora vivimos en un departamentito que rentamos aquí en la calle Magnolia".
En su antiguo departamento en la calle de Sol, la puerta con el número 17 destaca de las demás por ser de madera tallada y tener refuerzos de herrería en sus laterales.
"Eso sí, mientras él ganó sus buenos pesos (hasta 50 mil mensuales) gastamos a manos llenas. Se compró su coche (un Nissan rojo). Me compró mi sala y un montón de cosas con las que fuimos poniendo bien bonito el departamento", comparte sus recuerdos doña Margarita. Con apenas la secundaria terminada, García de Dios partió a Austria a sus 21 años.
Cuando el pentapichichi Hugo Sánchez Márquez conoció a Edgar en el Atlante y lo invitó a jugar al Linz parecía que el mundo le deparaba un camino donde podría emular las hazañas del Niño de oro. Desgraciadamente, el alcohol y el dinero hicieron perder el piso al hijo de doña Margarita.
"El alcohol nunca le permitió a mi hijo seguir jugando ni en Austria ni en México. Desgraciadamente, el licor es algo que tanto su papá como yo acostumbrábamos y al que Edgar le tomo gusto desde muy jovencito".
Las llamadas de Hugo a la casa de Edgar, abundantes después del fracaso de éste en Europa, fueron extinguiéndose como la carrera del futbolista entre borracheras y la falta de entrenamiento.
Hoy, García de Dios está fuera de forma. Los casi tres años de estancia en Toluca fueron aniquilando poco a poco las ilusiones de una madre que lo consentía en todo: "No me importó que se trajera a vivir con nosotros a su novia, y eso que ni siquiera se habían casado, pero ni así se dedicaba en serio a jugar. Siempre con lo amigos, siempre tomando".
Apenas 11 intervenciones en cuatro torneos cortos con los Diablos Rojos, ni un gol, ni un suspiro de la picardía que vio en él Hugo Sánchez, nada de la ambición con la que fue despedido en el aeropuerto el día que partió a Austria.
Todo pasó a formar parte del olvido desde aquel debut, el 27 de agosto de 1995, donde con el Atlante comenzó a volar por el extremo derecho con las ilusiones que fueron ahogadas en el alcohol, junto con las esperanzas de su madre.

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