¿Qué opina de la expectación que ha generado esta final?

Es histórico, para nosotras nos pilla todo de nuevo. Es normal que haya expectación. Si no hay expectación con este partido, no sé cuándo la habrá.

La final, el Mundial, estadios de Primera abiertos y récord de asistencia. ¡Qué 2019!

Es un año muy importante por todo lo que ha pasado. Se abrieron estadios y la gente ha respondido. Muchos de estos aficionados no sabían ni que existía el fútbol femenino, pero ahora lo conocen. Los éxitos deportivos ayudan. Creo que tenemos mérito como equipo y que en el Mundial también daremos de qué hablar.

¿Cómo se gana al Lyon?

Tenemos que estar individualmente de diez y colectivamente de 12. Y, además, que ellas no tengan un buen día. Son las mejores y vamos con mucha humildad.

¿Qué lección aprendieron del curso anterior?

Nos sirve haber jugado contra ellas, lo agradecemos. No vamos a ciegas, sabemos a qué ritmo debemos jugar.

¿De qué os sirvió el cambio de entrenador?

Consiguió que todas las jugadoras mejorásemos. Acabamos siendo mejores. Tenemos ambición y queremos ganar todo siempre, somos el Barça. Eso se estaba apagando y no podía ser que siguiéramos así. Los hemos recuperado.

¿Una de las claves del éxito en los últimos años fue la mejora de los entrenadores y los recursos?

Hay una normativa que obliga a que nuestros entrenadores estén preparados, pero en el fútbol base femenino se ha notado mucho que cada vez hay más nivel en los banquillos. Eso garantiza que la base de las jugadoras sea muy buena.

Son el Barça, ¿qué diferencias hay con la filosofía de juego del club entre los chicos y las chicas?

La idea de juego es la misma, pero en el apartado físico sí que hay diferencias. En el fútbol femenino no hay estudios y tenemos que mejorar en prevención de lesiones y también físicamente. El cuerpo del hombre es diferente al de la mujer, pero la idea de juego es la misma, tenemos idéntico ADN. Se está trabajando bien y el camino es el correcto. Las oportunidades son las mismas.

A diferencia de otras compañeras, ¿cómo empezó usted?

Empecé con niñas y no con niños, en Sabadell, pero casi todas mis compañeras empezaron en equipos masculinos. Es una cuestión geográfica. Si el equipo femenino te queda lejos, lo normal es jugar con chicos. Es un asunto al que hay que darle normalidad. Da igual dónde juegues, lo importante es que tengas las mismas oportunidades.

Ada Heberberg, Balón de Oro, ha decidido no acudir al Mundial con Noruega al considerar que no hay los mismos derechos en las selecciones masculinas y femeninas…

No hablo de su toma de decisión, hablo de lo que manifiesta. Y creo que es razonable lo que pide. Todo el mundo debe tener las mismas ventajas médicas, físicas, de descanso, de viajes… No sé cómo están en Noruega, pero puedo entender lo que dice.

¿Qué opina del grupo que tendrán en el Mundial?

Un grupo difícil. Alemania es de las mejores del mundo. China es campeona de Asia y Sudáfrica tiene dos delanteras rápidas. Pero la clave es ir poco a poco, competir, soñar y seguir.

Y fuera de los estadios de fútbol…

Tuve que ponerle pausa a los estudios de Administración y Dirección de Empresas. Me agobié porque no podía con todo. Lo aparqué y mi vida es familiar. Mi futuro debe estar ligado con el fútbol.