Vendedor de aves
1615 - 1620. Óleo sobre lienzo, 79,5 x 72 cmSala 007
La obra representa un tema de clara orientación popular y moralizadora, asignable a precedentes de la pintura de la segunda mitad del siglo XVI, sobre todo en el ámbito lombardo-emiliano o en el nórdico-flamenco, con obras de pintores como Vincenzo Campi (h.1536-1591) y Bartolomeo Passerotti (1529-1592), en el caso de los primeros, y entre los segundos las de Joachim Beuckelaer (h.1533/1534-1575). Sin embargo, y a diferencia de estas obras donde la caracterización de los campesinos suele rozar lo grotesco y en las que se pone el acento en la representación virtuosista de las variadas mercancías que se exhiben, la lectura de la historia asume connotaciones moralizadoras, pues se concentra más en el engaño que está teniendo lugar que en la representación naturalista de los volátiles, solo de lejana ascendencia caravaggesca. Mientras ajustan el precio de dos aves, el ingenuo campesino de vistoso sombrero de paja no se percata de que el joven le está robando un gallo, que agarra a escondidas con la mano izquierda. La luz anima el denso diálogo psicológico, iluminando simbólicamente al hombre honrado y dejando en penumbra al ladrón. No hay duda de que este lienzo de Pensionante es buena prueba del estudio y comprensión de La buenaventura de Merisi (Roma, Musei Capitolini), pero también puede adscribirse tipológicamente a las nuevas interpretaciones propuestas en el círculo de la Accademia degli Incamminati o a las célebres Carnicerías de Annibale Carracci (1560-1609), donde la atención se centra más en el oficio y la realidad laboral de los personajes humildes. A nivel estilístico, aún se debe profundizar en ciertas coincidencias con la obra de Bartolomeo Schedoni (1578-1615) y también con la de Hendrick ter Brugghen, las cuales resultan evidentes, por ejemplo, en el perfilado luminoso de los contornos de manos y rostros (Texto extractado de Nicolaci, M. en: Caravaggio y los pintores del norte, 2016, p. 162).