PRIMERA DAMA

Confesiones de la futura primera dama: "Me imagino recorriendo el país y siendo un nexo"

Lorena Ponce de León, esposa de Lacalle Pou, contó en una charla íntima su historia de vida, cómo forjó su relación, su protagonismo en la campaña electoral y sus aspiraciones en su nuevo rol.

Lorena "Loli" Ponce De León, esposa de Luis Lacalle Pou. Foto: Fernando Ponzetto
Lorena "Loli" Ponce De León, esposa de Luis Lacalle Pou. Foto: Fernando Ponzetto

Lorena Ponce de León fue a votar con un “nervio chiquito” el domingo pasado, de esos que se sienten “cuando vas a dar un examen para el que te preparaste, pero temés que te toque justo una pregunta que no dominás”. La acompañaron sus tres hijos y el hermano, uno de los ocho que tiene; el único con el que comparte madre y padre. Y así empieza la faceta menos conocida de “Loli”.

Nació en 1976 y se crió en La Blanqueada, a pocas cuadras del Club Nacional de Football. A pesar de ser hincha de Peñarol, solía ir corriendo con su hermano hasta la sede. Allí se detenían a observar, fascinados, la fachada de mosaicos. Después, regresaban a jugar con los amigos de la cuadra.

“Crecí en una familia bastante diferente de lo que eran las familias en esa época. Es un poco entreverado, pero te cuento”, advierte. De un primer matrimonio, su madre tenía tres hijos. Se divorció y conoció al padre de Lorena: de esa relación nacieron dos más. Se divorciaron; el padre inició una nueva familia y tuvo otros tres hijos. Hace dos años, apareció un octavo hermano por parte de padre del que nadie tenía conocimiento. Un tiempo después, la madre se volvió a casar con un hombre que ya tenía tres hijos: el árbol genealógico se siguió agrandando.

"Siempre supe que en algún momento Luis iba a ser candidato a presidente. Desde que éramos novios veía en él la aspiración de crecer"

Lorena Ponce de León, esposa de Luis Lacalle Pou. Foto: Fernando Ponzetto
Lorena Ponce de León, esposa de Luis Lacalle Pou

“Mi madre me inculcó la independencia y el no tener miedo a trabajar 12 horas por día. Pero también tuve una madre ausente, que trabajaba muchísimo y no estaba en casa. No sé lo que es que te esperen con escones para merendar y te ayuden a hacer los deberes. En mi casa uno tenía que ir haciéndose solo. Desde mi adolescencia tuve clarísimo que iba a ser independiente económicamente, y que en lo que hiciera iba a destacarme lo suficiente para sentirme cómoda.”

—¿No querés ser la mejor?
—No me interesa ser la mejor. Quiero ser buena en lo que hago. No necesito que me pongan nota. Nunca busqué eso de los otros, solo de mí misma. Y siempre supe que quería construir una familia opuesta a la que tuve.
Por eso, reconoce que en sus dos relaciones formales buscó a un novio que tuviera la referencia de una familia convencional. “Necesitaba que uno de los dos supiera cómo hacer que una familia funcionara, porque yo no lo sabía. Y en Luis (Lacalle Pou) vi eso”.

Lorena Ponce de León con militantes. Foto: Mariángel Solomita
Lorena Ponce de León junto a sus tres hijos y un grupo de militantes. Foto: Mariángel Solomita

Salir con el hijo del presidente

A los 16 años, instalada en Carrasco, Lorena salía del liceo (Scuola Italiana) directo a la tienda donde la habían contratado para envolver regalos. Luego consiguió trabajo vendiendo ropa. Fue por esa época que la invitó a salir el hijo del presidente. “Lo tenía de vista, pero era el hijo del presidente y me daba un poco de presión. Le dije que sí por curiosidad. Fue una mala cita, nos aburrimos al punto de que todavía no podemos recordar qué fue lo que hicimos”.

Ninguno volvió a llamar. Pasaron cuatro años, llegó otro novio, y empezó a trabajar de promotora en Punta del Este. Allí, en verano, ocurrió el segundo encuentro. “Estábamos en un boliche y se me cayó el cigarro al piso. Me agacho para recogerlo y un chico se agacha conmigo y me ofrece uno: era él. Me quedó una sensación linda, nos miramos un rato y pensé, ‘ta, no’; y cada uno se fue por su lado”.

Lorena Ponce de León, esposa de Luis Lacalle Pou. Foto: Fernando Ponzetto
Lorena Ponce de León, esposa de Luis Lacalle Pou. Foto: Fernando Ponzetto

Tras esta escena, hizo la carrera de técnica forestal y se inscribió en la Escuela de Jardinería de la Intendencia de Montevideo. De los 200 postulantes, solo 70 ingresarían por sorteo; ella quedó en el puesto 69. Mientras tanto, Lacalle Pou se recibió de abogado.

“La prima de Luis estudiaba conmigo y se le ocurrió que, a pesar del fracaso anterior, seríamos una buena pareja, así que me invitó a un asado para festejar su recibimiento. Fui, y me encontré con que el resto de los invitados eran parejas y los únicos solteros éramos él y yo. Empezamos a discutir: yo quería poner cumbia y él rock, yo quería cerveza y él vino; y así seguimos hasta que encontramos una coincidencia:la pata de pollo. Pero había un problema, me dijo Luis, ¿quién se come la pechuga? Nos fuimos a bailar a Azabache y al día siguiente me invitó a un casamiento”.

"Para mí es muy difícil decir no puedo. Me cuesta ver la parte mala y eso también es un defecto, porque me cuesta ver la crítica".

Lorena Ponce de León, esposa de Luis Lacalle Pou. Foto: Fernando Ponzetto
Lorena Ponce de León, esposa de Luis Lacalle Pou y futura primera dama

Esa noche empezó el noviazgo. La presentación con los suegros la estiró lo más que pudo. “Eran famosos, sabía que eran una familia tradicional y yo iba a tener qué explicar cómo estaba compuesta la mía. Al final, cuando cumplió 90 años la abuela, no tuve opción. Mi suegro conocía a mi padre y me recibió muy bien. Me dejó sola con un montón de señoras. Esperé un ratito, busqué a Luis y le dije: “Bueno, ya está, ¿no?. Me voy a buscar el abrigo y escucho que Cuqui (Lacalle Herrera) le dice, ‘ella me gusta para que te cases’, y yo me hice la demorada para que no se dieran cuenta de que había escuchado”.

Unos meses después, ella con 21 y él con 24, se casaron. “Creo en la reencarnación y que las almas se encuentran, y creo que lo nuestro estaba predestinado”. Él quería hijos, pero Lorena todavía no. “Tenía una empresa con cuatro empleados y una clientela de 30 jardines. Después me llamaron para hacer los espacios verdes del Hipódromo de Maroñas. Era la única mujer profesional, con 12 hombres a cargo. No sé si era vista como la loca o no, pero todo funcionaba. Vi que podía con el trabajo, empezamos a buscar hijos y surgieron los problemas de infertilidad. Probamos dos inseminaciones, una in vitro, y nada. Por primera vez me sentí derrumbada. Hasta ese momento pensaba que podía construir un edificio en un desierto, pensaba que todo se podía, pero eso era ajeno a mí. No podía levantarme de la cama. Un día me puse a llorar en un supermercado mientras miraba una lechuga. Busqué ayuda y tomé antidepresivos para sacarme un poco de ese dolor”.

Luis Lacalle Pou junto a su esposa, Lorena Ponce de León, este domingo. Foto: Gerardo Pérez
Luis Lacalle Pou junto a su esposa, Lorena Ponce de León, este domingo. Foto: Gerardo Pérez

Unos meses después, luego de un nuevo tratamiento, nacieron los mellizos, y tras otros nueve meses quedó embarazada de nuevo. “Cuando la gente me pregunta por qué no estuve tan presente durante las elecciones pasadas, fue por eso: alguien tenía que quedarse a sostener la familia y fui yo”.
Tres años atrás la pareja se quebró. “Tenía una idea de familia que no estaba funcionando y nos separamos cuatro meses. Le dije que para estar así, prefería seguir sola. Él no lo podía creer. Desde ese momento, me sorprendió gratamente, tanto que hablamos del ‘viejo Luis’ y del ‘nuevo Luis’”.

La charla para reconciliarse fue así:
—No me gusta esto, ni esto, ni esto. La única forma de seguir, es que lo cambies —le reclamó ella. Y siguió: ¿A vos qué te molesta de mí?
—Nada. No cambiaría nada —le dijo él.
—¿Nada en absoluto?
—Nada.
—Entonces cambiá esto, esto y esto.
Hicieron terapia de pareja, funcionó, y renovaron los votos. “A Luis se le ocurrió sumar otro anillo y le grabamos ‘dos gotas’, porque al final resultó que nos parecemos”.

Protagonismo en la campaña

“¿Sabés por qué me subí a cada estrado con Luis? ¿Por qué milité con mis hijos? ¿Por qué se me ocurrió salir a descolgar la cartelería? Porque quiero que sepan que al lado de Luis hay una familia que quiere dar el ejemplo; quiero hacer, no decir”, explica Lorena.

El medio ambiente, el deporte y la vivienda son los principales temas en los que les interesa trabajar, y está buscando un proyecto (o unos) que involucre a voluntarios. “Me veo recorriendo el país, aplicando un termómetro, siendo un nexo para soluciones. Siento que tengo mucho para dar, pero siempre respetando la consigna que me marcó toda la vida: quiosco, pero mío”. Por eso no le gustan las comparaciones con su suegra, “ni con nadie”.

Lorena Ponce de León. Foto: Mariangel Solomita
Lorena Ponce de León. Foto: Mariangel Solomita

El dirigente Martín Lema, que compartió varias recorridas con ella y sus hijos; opina que su presencia caló hondo entre los electores indecisos: “Afectó muy positivamente que la conocieran, porque su actitud no era la de buscar un voto, siempre se paró como una persona que quería aprender”.
En las últimas semanas “Loli” se volvió mediática. Ella lo asume, pero no se abruma. “No soy más que nadie. Estuve en la calle, entregué listas, apoyé a los dirigentes. Me gusta que me consulten porque estoy convencida de mis argumentos y estoy dispuesta a discutir los que no comparto, incluso a cambiar de idea, porque a la hora de trabajar quiero a los mejores”.

Fue noticia su respuesta en Twitter a un video realizado por el Pit-Cnt en el que Raúl Castro sugería que, de ser electo Luis Lacalle Pou, se terminaría el Carnaval. “No lo pensé mucho. Luis me dijo, ¿te parece meterte?, y le contesté que fue una expresión de rebeldía. Me parece injusta la mentira y el juego sucio. Esto, puntualmente, me pareció chistoso, aunque sé que mi respuesta no se leyó desde el humor. Te digo lo que me pasa: si la crítica es constructiva, la recibo divina; si es destructiva me doy la vuelta y miro para otro lado y realmente no me importa. Bueno, en realidad me da pena por mis hijos, pero sé que seguramente alguna vez me equivocaré, y me van a criticar, y les voy a gustar a algunos y no les voy a gustar a otros, pero yo no me voy a conformar con tratar únicamente con los que me quieren”.

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