La primera ley de Vivienda de la democracia ha sido aprobada este jueves por el pleno del Congreso de los Diputados, con el apoyo del independentismo catalán y vasco y el rechazo del nacionalismo catalán y vasco (176 votos a favor-167 votos en contra). Una paradoja que alinea un eje izquierda/derecha también en Catalunya y Euskadi. La derecha estatal en pleno, PP, Vox y Ciudadanos, rechazó la ley por intervencionista e ineficiente, mientras las formaciones progresistas, PSOE, Unidas Podemos, Más País le daban impulso, contraponiendo la necesidad de apoyar la economía productiva y regular la improductiva, en este caso, el rentismo inmobiliario.
En declaraciones a los medios tras la votación, Sánchez ha agradecido a los grupos parlamentarios que han dado su apoyo al proyecto y ha alabado la aprobación. "Estamos cambiado el paradigma, el modelo neoliberal que trajo especulación, corrupción y mucho dolor social, y poniendo los cimientos para una nueva política de vivienda que de respuesta a un problema que está en el origen del 70% de la desigualdad", ha subrayado el presidente.
Pedro Sánchez ha comparecido –sin preguntas– frente a los medios de comunicación en el patio del Congreso para expresar su satisfacción por la aprobación de la ley.
La inminencia de las elecciones ha marcado el tramo final de la aprobación de la ley, aderezado por los anuncios de aumento del parque de vivienda social del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en las últimas semanas. Así, mientras el PP ha defendido que la ley es un ataque a la propiedad privada, Vox ha reprochado únicamente su ineficacia, y Ciudadanos sostiene que es básicamente una regulación de carácter franquista. Y los tres han apostado, para la resolución del problema de la vivienda, por una liberalización del suelo como la que promovió José María Aznar y provocó la mayor burbuja inmobiliaria del continente.
Pero la parte más interesante del debate fue la que enfrentó a nacionalistas e independentistas. Tras la votación de las enmiendas, PNV, PDeCAT y Junts comparecieron juntos en rueda de prensa para explicar el sentido de su voto. Los portavoces Aitor Esteban, Ferran Bel y Miriam Nogueras, respectivamente, hablaron en nombre de sus partidos. “Lo que nos une es la defensa del autogobierno”, dijo Esteban. El portavoz jeltzale ha destacado que en el desacato a las competencias exclusivas solo se han alineado dos formaciones, ERC y Bildu, porque “la CUP también ha denunciado la invasión de competencias y el BNG tampoco apoya la ley, se ha abstenido”.
Aitor Esteban, Ferran Bel y Míriam Nogueras en rueda de prensa.
“No es una buena ley”, resumía Nogueras, que señaló que la ley no será eficaz y “desautoriza al Govern de Catalunya”. Según la portavoz de Junts, el gobierno español “ha entrado en nuestra casa, y lo hace sin forzar la puerta, porque esa puerta la abre Esquerra”. Bel añadió que PDeCAT ha fijado posiciones estos días sobre cuestiones en las que no ha obtenido respuesta. “Si tenemos competencia exclusiva por qué estamos aprobando una ley, establecemos los veinte fines de las políticas públicas de vivienda”.
La paradoja es que el propio líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, apeló al autogobierno y las competencias para defender su no a la ley: “Cuando escuchamos al Gobierno central hablar de vivienda sin reconocer que el suelo público es propiedad de los ayuntamientos y que son las comunidades las que ejecutan la vivienda, es una falta de respeto a las administraciones públicas”, dijo este miércoles.
Tanto Pilar Vallugera, de Esquerra, como Oskar Matute, de EH-Bildu, negaron tal invasión competencial, e incluso el diputado de la formación abertzale aseguró que, muy en contrario, mejora las capacidades de las administraciones autonómicas y municipales para afrontar el problema de la vivienda: “No es una ley centralizadora, es una ley habilitante”.