CERRO QUEMA PRIMERO DE DOS CARTUCHOS

Tres repollos impiden que auto azulgrana aparezca en la Olla

Unos 20.000 hinchas del Ciclón estuvieron en la Olla y no vieron otra cosa que el recrudecimiento de males que ya se manifestaron en ocasiones anteriores, como la falta de respuesta ante jugadas de balón quieto del rival y la ausencia de fuerza ofensiva propia. Libertad, sin deslumbrar, fue muy oportuno y aún vive.

Con roles que parecieron estar invertidos

Golazo de Vladimir Marín, el tercero de Libertad, tras habilitación de Juan Samudio. El colombiano se golpeó el hombro derecho al caer. Villarreal “disfruta” desde el ring side.

No hubo fiesta en la Olla. La minoría festejó frente a una enorme multitud que quería un gran triunfo consagratorio y ahorrarse la angustia de llevar la definición a la última fecha.

Sucedió esto, porque, aun necesitado, Libertad no salió a buscar el partido, sino esperó el momento de golpear, con paciencia, basando sus posibilidades en una fortaleza defensiva, que fue tal y supo mantener a distancia el entusiasmo con el que comenzó el juego el dueño de casa, animado por su público y tratando de no guiarse por la ventaja de contar con el empate como resultado favorable.

Festejo del segundo gol liberteño, anotado por Juan Samudio. Román, Ayala y Gamarra congratulan al delantero, que asistió para el tercero.

Los pasos iniciales del Ciclón estuvieron dominados por las generosas corridas de Digno González, el empuje característico de Brítez, el esmero de Ramírez, pese a sus limitaciones físicas, y la constancia de Irrazábal para el ida y vuelta por su carril. Parecía suficiente, porque se presentaron algunas posibilidades, como el tiro de Torrén, que tras leve toque de Bava pegó en el travesaño. Pero pronto la defensa de Libertad comenzó a controlar la falta de variantes del rival , para restarle protagonismo y empezar a plantear lo suyo, sin desbordar al arco enemigo. Eso produjo tiros libres y de esquina, en cada uno de los cuales Cerro mostró que el marcaje ante estas situaciones continúa siendo una asignatura pendiente.

La pelota ya está dentro del arco azulgrana. Cabeceó Adalberto Román y Fernández, Herner, Ortiz (tapado por el golero) y Piris sufren un nuevo tanto que de pelota quieta le convierten al Ciclón.

Ayala sobró un córner y Román lo cabeceó entre Brítez y Torrén, delante de un Fernández casi sobre su línea, para el primer tanto albinegro.

El golpe fue duro y al intentar reponerse, el panorama azulgrana no cambió. Algunos chispazos del Tigre rompían la monotonía de pelotazos al aire que nunca encontraron una cabeza amiga.

No pasó mucho para que otro tiro libre, este casi frontal, ahondara las debilidades cerristas en el rubro. Ayala buscó a Juan Samudio y este, habilitado por Herner, hizo una tijera que el Gatito tocó, pero no desvió.

Era una distancia muy grande para un equipo que no tiene gol. Ferreira, el niño Iturbe, de 16 años, y Castillo no modificaron la tendencia cuando ingresaron y no podía estar ausente del juego un contragolpe para castigar a un equipo que desesperaba y no producía más que un cabezazo de Brítez y un tiro rasante del “Cachi” que pasaron cerca, y un disparo de Ramírez que alejó Bava como mejores ocasiones. Así llegó el tercero de Libertad, con centro de Samudio y una espectacular pirueta de Marín.

LAS CLAVES

Libertad tuvo la calma que le faltó a su rival y fue certero para hacer la diferencia.

La pelota quieta volvió a ser un problema insoluble para el equipo de Pedro Troglio.

La falta de capacidad ofensiva le costó caro al Ciclón, que defraudó a su público.

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Gabriel Cazenave