Acerca del caso de César Romeo Acosta, expresidente del BCP, quien estuvo a la cabeza de un fraude al Estado que rondó los 550 millones de dólares.

Rubén Candia Amarilla mientras juraba en su cargo de Ministro del Interior. Fotografía: Infolatam.com.

Siendo juez, Rubén Candia Amarilla liberó al expresidente del Banco Central del Paraguay (BCP), César Romeo Acosta, quien estuvo a la cabeza de un fraude al Estado que rondó los 550 millones de dólares. Según Aníbal Miranda, Candia Amarilla recibió en privado una gruesa suma de dinero.

El 21 de julio de 2005, el diario Abc Color, al ofrecer una reseña de quien entonces pugnaba por ser fiscal general, publicó: “al caer la dictadura, Candia fue designado juez y tuvo a su cargo varios casos de los exjerarcas stronistas. A muchos condenó y a otros, como Felipe Salomón, exintendente de San Lorenzo y padre de Oscar ‘Cachito’ Salomón, les exculpó.”

Para conocer al nuevo ministro del Interior de Paraguay es interesante revisar la historia relatada por Miranda en su libro “Crimen organizado en Paraguay” (2001), con el subtítulo “Stronato-Primera Guerra de Mafias”.

Bajo el título: “Unidad granítica quebrada” –para entender el resquebrajamiento del Partido Colorado al final de la dictadura– Miranda relata el destape de un gran caso de corrupción en el Banco Central del Paraguay (BCP). “Los ladrones iban sacando cada vez más dinero (…) El monto de depósitos de paraguayos en la banca de Estados Unidos pasó de USD 46 millones en 1974 a USD 459 millones en 1985 según el Departamento del Tesoro de aquel país.”

“El Banco Central proveyó fondos aquí y allá, disimulados cual créditos bancarios y reembolso de operaciones para importación de maquinarias, semillas y fertilizantes agrícolas. El presidente del Banco Central, César Romeo Acosta, puso su firma a las autorizaciones de liquidación correspondientes. Entre los bancos operantes estaban el Citibank, Chase Manhattan, Nación Argentina, do Brasil, Exterior de España, Paraná, Unión, Boston y BNT”.

“Eran tiempos de dictadura pero el escándalo fue tal que se publicó a través de la prensa, según cuenta Miranda. La acusación llegó a 18 firmas fantasmas “como responsables de operaciones simuladas de importación mediante documentos falsos. Esas firmas obtuvieron divisas al tipo preferencial que fueron derivadas a cuentas particulares o negociadas en el mercado libre fluctuante. El monto defraudado, de acuerdo a la denuncia, fue de USD 31 millones depositados en el Central National Bank de Nueva York”.

Cuando Acosta salió del BCP se pudo comprobar, al decir de Aníbal Miranda, que el monto robado era mucho mayor. El banco hizo reclamaciones judiciales, luego de caer la dictadura, por 398 millones de dólares en el caso citado. Ese monto fue lo que pudo fundamentarse pero la suma real rondó los 550 millones de dólares hasta 1985, sin que haya podido recuperarse siquiera el 15%.

Además de Romeo Acosta, también fueron responsables del hecho los miembros del Consejo Arnildo Meza Páez y Rosa Agustín González, junto con el gerente Augusto Colmán Villamayor. “El patrimonio personal de Acosta, con sueldo más gastos de representación de USD 30.000 por año, era de USD 65 millones según el registro de sus bienes rastreado por agencias oficiales de Estados Unidos”, refiere el libro de Miranda.

Cuando se inició el postestronismo, Acosta “trató de huir pero fue pescado en un motel y puesto tras las rejas. Su encierro duró pocos meses y finalmente fue absuelto de toda culpa por el juez Rubén Candia Amarilla, previo pago de una gruesa suma de dinero en privado”.