Dulce y Veloz

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Rossana Fernández Maldonado se encuentra en una vorágine creativa. Estrena obra de teatro, ha culminado la filmación de una película y encanta como conductora de televisión.


Encima de unos temerarios zapatos de plataforma, Rossana Fernández Maldonado olvidó el dolor en su tobillo izquierdo producto de un esguince y se entregó a la cámara como solo una profesional podría hacerlo. Su día había arrancado a las 7 de la mañana y prometía no terminar antes de las 12 de la noche, no sin antes hacer una parada por su casa para darle un beso a su pequeña Maitena. Esta actriz, forjada en las telenovelas, ha terminado de filmar la película La Hora Azul y estrena la obra de teatro Un sombrero de paja de Italia. Además, es uno de los rostros favoritos del programa Hola a Todos. Sin embargo, entre tanto trabajo, Rossana no descuida su mejor papel, el de mamá, y como no hay primera sin segunda, espera el próximo año estrenar nuevamente pancita.


–Se te ve por todos lados, cine, teatro, televisión.

–Sí. Acabo de terminar de filmar una película, La Hora Azul. He hecho muy poco cine y en esta película he tenido una participación importante. Yo era la esposa del personaje principal, interpretado por Giovanni Ciccia. Claudia es una chica de clase alta, tienen una hija y su vida está establecida, pero algo del pasado del personaje de Giovanni viene a desestabilizar la familia porque descubre que su papá, en la época del terrorismo, en Ayacucho, tuvo un hijo. Su personaje entra en una búsqueda interior y quiere traer a este chiquito a vivir con nosotros y a mi personaje le parece terrible. Entonces se desestabiliza esta familia perfecta.


–Este jueves estrenas obra. Debe ser divertido hacer un papel de época.

–Es una comedia divertida ambientada a fines de 1700, con vestido elegantísimo, peluca con rulos, toda tapada y recatada, pero una loba ya que es una mujer que le pone los cachos a su marido. Mi personaje le dice al marido que irá a comprar guantes pero se va con su amante. En el parque se le pierde el sombrero, entonces, como no puede regresar a casa así, le pide al amante que le consiga uno igual. Él se va a casar ese mismo día, entonces suceden un montón de enredos hasta que aparece el sombrero. Mi papel es de una mujer elegantísima, aparentemente correcta y de su casa, pero que tiene su lado malo.


–¿Tú tienes un lado malo?

–En el programa me fastidian con eso, dicen que soy una venenito porque suelto comentarios. Soy un poco cruda cuando digo las cosas y a veces puedo decir cosas que son hirientes.


–Hablando del programa, te he visto imitar a Tongo. ¿Cómo es eso?

–Ay, sí. Hace poco fue Tongo al programa y comenzó a hacer sus profecías. ¡Varias veces le ligan! Un día al terminar el programa, entre nosotros, comencé a hacer predicciones como Tongo: “entonces tú, te vas a casar, tú, no sé qué”. Al día siguiente, en el programa, la productora me dice: ¿Cómo lo diría Tongo? Y lo hice. En el Twitter me dicen La Tonga. Ahora en el programa me preguntan: ¿Cómo lo diría Tongo? Y yo contesto: estoy recibiendo las vibras…. Y digo algo. Nos reímos mucho.


–Se te ve muy cómoda como conductora. 

–He ido desarrollando un lado que tenía guardado. Soy así con mis amigos, soy bien alegre. En el programa también hay que tener correa, porque te agarran de punto y te dan y dan.


–¿A ti también te agarran de punto?

–Claro, me tratan de vieja porque soy la que no sale, la que se acuesta temprano, la que se escandaliza por todo. Cuando hablo de Nubeluz me dicen que es un programa de hace 45 años, que los niños ya no ven eso.


–Es que seguro te ven muy naif. ¿Eres así realmente?

–Así soy yo, un poco inocentona. En teatro y televisión he tenido la oportunidad de representar una amplia gama de personajes. Desde la tonta, la pituca, la mala, la buena, he podido hacer mil cosas.


–¿Y de femme fatale?

–Claro, sí, de perra, mala. En Colombia, hice de estriptisera, de prostituta. Fue en la serie Decisiones. Ahí grabé varios capítulos. Hasta hice el baile del tubo. Eso fue en el 2006. Me daba vergüenza. Pero lo  bueno de ser actor es que puedes jugar con un montón de roles. 


–¿Cómo te va con tu rol de madre?

–A partir de que he sido mamá me he vuelto mucho más sensible y eso enriquece las personas. Es una experiencia tan fuerte el ser mamá que te da herramientas como actriz. 


–¿Y qué tal te trató la maternidad al principio?

–Los primeros días fueron una locura. De ahí uno se va acostumbrando a no dormir. Además yo había aceptado estar en el reencuentro de Nubeluz, que fue al mes y medio. A los 45 días que di a luz mediante cesárea estaba en el escenario bailando. Yo nunca pensé que iba a ser tan duro al principio. Al mes iba a los ensayos con mi bebé. No podía faltar porque Nubeluz es parte de mi cuerpo y había venido gente del extranjero. Iba al show con el extractor de leche y en el intermedio me la sacaba y la guardaba en un cooler. Al llegar a casa le daba a mi hija. Cuando tenía que trabajar, mi esposo le daba el biberón.


–Tu pequeña estuvo tras bambalinas desde bebé.

–Ella ahora tiene 2 años y 8 meses y está hecha una lora. El otro día fui al ensayo de Fábrica de Sueños, ese programa que va a lanzar Gian Piero Díaz porque yo voy a cantar la canción del programa. Maitena me acompañó al ensayo y en un momento dijo: yo quiero cantar como mi mamá, quiero estar ahí. Canta todo el día.

 

–¿Un papel que recuerdes con más cariño?

–El de Cabaret, Sally Bowles. Era algo que yo quería hacer. Cuando estuve en Nueva York vi la obra tres veces.  Disfruté cada función y la viví como Sally Bowles. Lloraba, cantaba y encantaba. Después, en telenovelas, un personaje que la gente se acuerda mucho es de Patty de Leonela, novela del año 1998. Era una chica que se metía en drogas y moría. A la gente le marcó mucho. Hasta ahorita hay gente que me para en la calle y me dice: yo te vi en Leonela, en el año 98. Esta novela se vio en otros países y a raíz de eso me hice conocida fuera. Me llegaban cartas de España, me hacían entrevistas  para revistas internacionales, así que fue un paso importante para mi carrera. 


–¿Tenías fans en lugares impensados?

–En Rumania, imagínate. Me escribieron de Serbia. Tengo cartas guardadas, cosas lindas. Una vez me escribieron: gracias a tu personaje yo dejé las drogas, una chica de España. 

–He leído que este año encargas un segundo bebé.


–Nooo, todavía. El otro año empezaremos a buscar,  ahorita no. Me hubiera encantado tener dos al hilo porque es más fácil porque los crías juntos, pero mi vida se volvió tan caótica al principio que dije no, tengo que trabajar harto, hacerme un espacio, también tener un tiempo de pareja.


–Entonces, ¿el próximo año te veremos con panza?

Espero, no sé si al principio o a fines, pero ahí buscaremos.

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