Mujeres de Ayer

Alicia Cañas

En 1935, cuando el voto femenino recién se hacía realidad en Chile, Alicia Cañas asumió como alcaldesa de Providencia, transformándose en una de las dos primeras ediles sudamericanas elegidas por votación popular, junto a Aída Nuño, que obtuvo la mayoría en San Felipe. Tenía 34 años, había enviudado hacía una década de su primer marido, Arturo Sanfuentes –hijo del ex Presidente Juan Luis Sanfuentes–, y contrajo segundas nupcias con el abogado Augusto Errázuriz. Tuvo cinco hijos, era conocida en los círculos de beneficencia y se la admiraba por su indiscutible belleza y por andar siempre a la moda. Tanto, que según decían había ganado las elecciones gracias a su carisma. Como sea, el municipio que dirigió no luciría como hoy –con tantos parques y calles arboladas– si no hubiese sido por su gestión de convertirlo en una comuna jardín. En 2001, al cumplir los 100 años de vida, se le hizo un homenaje y se rebautizó con su nombre la plaza ubicada en la intersección de las avenidas Francisco Bilbao y Los Leones.

Fuiste una mujer valiente para tu época al ingresar a la política, un mundo bastante masculino en ese entonces…
Se habían formado ya algunos movimientos feministas y varias mujeres pertenecían a conglomerados políticos, pero yo no. Fue, de hecho, el Presidente Arturo Alessandri, amigo mío de años, quien me convenció para presentarme como candidata a alcaldesa en esas elecciones, en las que por primera vez las mujeres tuvimos derecho a voto en Chile. Y me atreví. Sin embargo, no fui la única. Ese año resultaron electas 16 regidoras (concejalas) y dos alcaldesas. Yo tuve dos períodos: el primero entre 1935 y 1938, y luego de 1941 a 1944. Después de eso, me retiré de la política, terminé un poco asqueada y cansada.

¿Cómo surgió la idea de hacer de Providencia una comuna jardín?
Nací en París, ciudad donde viví hasta los siete años y a la que regresé después de enviudar de mi primer marido. Volví a Chile unos años más tarde, porque mi padre me lo pidió. Y bueno, quizás fue una inspiración que traje desde allá. Junto al arquitecto alemán Óscar Prager hicimos un plan urbanístico con plazas y calles arboladas. Hice remodelar también la avenida Andrés Bello, construyendo el parque actual. En mi segundo período, fundé el Mercado Municipal frente a la Iglesia de la Divina Providencia, que también fue una idea que traje de Europa. Durante 50 años fue un paseo obligado para ir a comprar empanadas o tomar un café después de oír misa los domingos.

¿De qué manera crees que te recordamos hoy?
Supongo que como la mujer progresista e independiente que fui. La gente en Chile encontraba curioso que yo me moviera sola para todos lados, que me preocupara por andar a la moda y que manejara mi propio auto. Mi vida era mucho más que las cuatro paredes de mi casa, como debía ser entonces para todas las mujeres en la sociedad chilena. Yo nunca me achiqué con nada.

* Frases creadas para efectos de esta nota, a partir de publicaciones sobre Alicia Cañas en paula.cl, Flickr:santiagonostalgico y wikipedia.org.

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