Muerte digna

 

La muerte Digna es un derecho humano. El derecho a morir dignamente es una extensión natural del derecho fundamental a vivir dignamente.

Hace referencia a la garantía que tienen las personas de ejercer su autonomía al final de la vida. Este no es un derecho unidimensional, sino un conjunto de facultades que le permiten a un individuo o quien lo represente válidamente ante la Ley, tomar decisiones libres e informadas y tener control sobre el proceso de su muerte, imponiendo límites a terceros, familia, profesionales de la salud y Estado, sobre lo que puede o no hacerse en lo que concierne a su cuerpo, integridad y vida.

De todas estas disposiciones aquella que tradicionalmente se destaca, y cuya protección ha sido el objetivo de los esfuerzos de diversas organizaciones en el mundo, es la de poder solicitar, cumplidos los requisitos de Ley, la muerte anticipada. No obstante, el derecho a morir dignamente y la eutanasia, no son conceptos idénticos, sino que esta última es un mecanismo para garantizar la primera.

Son diversas las decisiones que puede tomar una persona o quien lo representa al final de la vida y que hacen parte de la muerte digna. La más frecuente es el respeto a la voluntad para permitir que el proceso de la muerte siga su curso natural en la fase terminal de la enfermedad, en ausencia de sufrimiento. Esto incluye que la persona o quien lo representa, pueda optar por cuidados paliativos.

Entre otras de las decisiones que se pueden tomar en el marco de la muerte digna, se encuentran: la posibilidad de elegir si se desea o no ser informado sobre la enfermedad que se padece y el pronóstico de ésta; consultar o no una segunda opinión; el sitio donde se quiere morir (casa o hospital); de quiénes se desea estar acompañado; si se quiere o no apoyo religioso, espiritual o moral; quién desea que los represente; si se quiere ser o no donante; y quiénes pueden acceder a su información clínica.

Para poder garantizar el derecho a una muerte digna, incluso cuando la persona se encuentra en un estado en el cual no cuenta con las facultades para expresar sus deseos, es necesario que pueda dejar por escrito de forma previa su voluntad sobre uno o varios de los aspectos antes mencionados, de ahí que dicho documento se denomine voluntad anticipada.

De igual forma que dentro de la sociedad las personas se preparan para la llegada de una nueva vida, también debemos hacerlo para acompañar a los seres humanos al final de ésta, de tal manera que los individuos no sientan que son una carga social, para el sistema de salud o para la familia.  La dignidad de la muerte está determinada por los valores, creencias y necesidades de cada individuo, y el respeto a este momento trascendental dentro de la vida de todo ser humano, es un deber profesional y una responsabilidad social que debe ser garantizada.

 

 

ESTADO VEGETATIVO PERSISTENTE

http://www.medintensiva.org/es/estado-vegetativo-persistente-aspectos-clinicos/articulo/13060069/

Este cuadro se observa en algunos pacientes, frecuentemente por lesiones de origen anóxico,  postraumático o la combinación de ambos. Es debido a la destrucción de la mayor parte de la corteza hemisférica cerebral, sustancia blanca subcortical y tálamos, con preservación del hipotálamo y del tronco cerebral.
Se trata de enfermos que alternan estados de vigilia y sueño. Inician apertura de ojos espontánea, dando la sensación de reconocimiento. Sin embargo, no pueden hacerlo de forma mantenida y no muestra signos de reconocimiento de lo que pasa a su alrededor o de sus necesidades internas (incontinencia de esfínteres) aunque pueden mantener la homeostasis y la respiración espontánea.
Su reactividad se limita a respuestas posturales primitivas o movimientos reflejos de sus miembros. No existe conducta con objetivo ni función cognitiva, así como tampoco son capaces de hablar.
El diagnóstico del estado vegetativo persistente se ve apoyado por la neuroimagen (TC, RMN) que evidencian un daño cerebral progresivo caracterizado principalmente por atrofia cortical.
El EEG que inicialmente puede ser isoeléctrico, se aproxima a la normalidad e incluso puede mostrar patrones de sueño.
En cuanto al pronóstico, no existe posibilidad alguna de recuperación, el sostenimiento artificial de las funciones vitales y la alimentación parenteral permiten supervivencias de muchos años siempre que se mantengan unos cuidados de higiene y nutrición. Esta situación genera un problema de tipo ético centrado en la limitación de la actividad asistencial dirigida a prolongar la supervivencia de estos enfermos, por el deterioro físico de su cuerpo,  el sufrimiento de su familia y cuidadores y por el costo que conlleva mantenerlos con vida artificialmente.

 

Espiritualidad, religiones y muerte digna

Mensaje del Papa Francisco

 

Mensaje del Santo Padre Francisco a los participantes en la reunión de la región europea de la Asociación Médica Mundial.